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Analisis y Manejo de Riego A Presion MEDRADO Y PROAÑO U AGRARIA DEL ECUADOR
Analisis y Manejo de Riego A Presion MEDRADO Y PROAÑO U AGRARIA DEL ECUADOR
PUBLICACIÓN TÉCNICA RD - 7
Cita sugerida:
Eusebio Medrado da Silva y J. Proaño-Saraguro 2004. Análisis y Manejo del Riego a Presión.
Proyecto ¨GESTIÓN DEL RIEGO Y LA SALINIDAD EN LOS CULTIVOS DE LA
PENÍNSULA DE SANTA ELENA Y LA CUENCA BAJA DEL RÍO GUAYAS, PROVINCIA
DEL GUAYAS”, Universidad Agraria del Ecuador, EMBRAPA (Brasil) y Programa de Apoyo
Alimentario PL -480 – USDA. Guayaquil - Ecuador
GUAYAQUIL
2004
2
Autores
3
ÍNDICE
Presentación
Abstract...................................................................................................... 9
Introducción...................................................................................................... 10
Esquema para obtención de datos........................................................................ 12
Sistema de riego por aspersión convencional....................................................... 13
Sistemas con laterales portátiles................................................................. 15
Sistemas con laterales permanentes............................................................. 19
Aspersión móvil con desplazamiento lineal..................................................... 21
Sistema autopropulsado con un aspersor…….......................................... 22
Sistema autopropulsado con aspersores montados en laterales........................... 25
Sistema de riego por pivote central………………................................................ 27
Sistema de riego localizado ............................................................................ 30
Análisis de los datos obtenidos.......................................................................... 35
Áreas representativas de los recipientes.......................................................... 36
Recipientes representando áreas iguales…..................................................... 37
Recipientes representando áreas desiguales.................................................. 37
Modelo del agua distribuida............................................................................ 41
Modelo matemático propuesto.................................................................... 41
Ajuste de los parámetros del modelo............................................................ 42
Límite del área adecuadamente irrigada........................................................ 47
Parámetros de Análisis de Desempeño del Riego................................................ 49
Medidas de uniformidad…........................................................................... 50
Coeficiente de uniformidad de Christiansen…….......................................... 50
Coeficiente de uniformidad de Distribución…….......................................... 58
Medidas de eficiencia…............................................................................... 64
Eficiencia de aplicación del agua............................................................... 64
Área adecuadamente regada…................................................................. 66
Factor de adecuación del riego..................................................................... 67
Indicadores de desempeño de la irrigación ajustada......................................... 70
Volumen total del agua con el perfil de distribución ajustado........................ 70
Volumen excedente del agua con el perfil de distribución ajustado……………. 71
Volumen útil del agua con el perfil de distribución ajustado…………………….. 71
Eficiencia de aplicación del agua con el perfil de distribución ajustado……….. 71
Ejemplo de cálculo con datos de evaluación de un pivote central …………….. 71
Consideraciones finales...................................................................................... 74
Anexo – Derivación de fórmulas......................................................................... 76
Lámina promedio........................................................................................... 76
Promedio absoluto de las desviaciones.............................................................. 78
Promedio del cuartil inferior............................................................................. 80
Volumen excedente....................................................................................... 80
Volumen excedente ajustado........................................................................... 81
Referencias Bibliográficas...................................................................................
4
Análisis del Manejo de Riego a Presión
5
PRESENTACIÓN
6
Con esta óptica nuestra institución plantea la REVOLUCION AGROPECUARIA por la vía del
conocimiento, de la ciencia, de la técnica, de la extensión agropecuaria, de la asistencia
técnica y de la investigación y que consiste en diez puntos fundamentales:
1. Modernización Productiva.
2. Inserción competitiva en los mercados internacionales.
3. Disminución de la pobreza.
4. Conservación del Medio Ambiente.
5. Fortalecimiento Institucional.
6. Programa de desarrollo forestal v conservación de los recursos naturales.
7. Programa de fomento de exportaciones.
8. Programa de infraestructura de apoyo a la producción.
9. Programa de desarrollo tecnológico.
10. Modernización del sector público agropecuario.
Concurrente con los enunciados anteriores, desde siempre hemos intentado crear una
cultura de Riego, para ello con la debida oportunidad implementamos la especialidad de
Ingeniería Agrícola, tema en el cual se han efectuado más de 200 Tesis de Grado en Riego
y Drenaje, y los docentes representan la mayor masa crítica de conocimientos en el ámbito
de riego y Drenaje, Control de Inundaciones, Hidrología, Hidráulica y evidentemente en el
manejo, operación y administración de Sistemas de Riego; no en vano nuestros docentes
han generado en forma directa o indirecta más de 100.000 Has. Con Riego.
Por ello es altamente gratificante presentar este Manual sobre el Manejo de Riego a Presión
de uno de nuestros más destacados docentes de la Maestría de Riego y Drenaje, Dr.
Euzebio Medrado Da Silva, de nacionalidad Brasileña. Documento que a no dudarlo
beneficiará a los agricultores que utilizan el riego presurizado, ya sea este goteo,
microaspersión, aspersión subfoliar o gran cañón; he inducirá a la utilización de estos
sistemas de alta eficacia en el uso de este recurso finito cada vez más escaso y deteriorado
en su calidad.
7
Nuestra Institución pretende relevar el valor del recurso agua, gran cantidad de la forma de
vida disminuye en función de la cantidad y calidad del agua; por ello, es vital el Riego, el
Drenaje y el Control de Inundaciones y por sobre todas las cosas la preservación del recurso
hídrico en cantidad y calidad mitigando los impactos ambientales.
8
Abstract
The irrigation performance of any irrigation system is highly facilitated when using a fitted
model to represent the measured data. Several statistical distribution models, such as
uniform, normal, lognormal, specialized power, beta, and gamma, have been used to fit
applied water from irrigation, as an aid to evaluate the irrigation performance. However, the
goodness of fitting the model to the observed values is very important to warrant reliable
results.
The purposed model resembles a power function and has the desirable flexibilities for
adjusting data. It uses four adjusting parameters, conferring to the model a great deal of
power to adjust a variety of possible shapes of normally found distribution profiles from water
irrigation applications. Its adjusting parameters can be easily estimated using the “Solver”
routine from Microsoft Excel.
The new mathematical model is used to represent the applied water to derive the formulations
needed to calculate all the necessary parameters for compute uniformities and efficiency
measures. Additionally, it is purposed an irrigation factor to adjust a given crop water depth so
that the resulting average applied water will match a established goal, defined in terms of the
desired amount of fully irrigated area.
9
Introducción
Los sistemas de riego son comúnmente proyectados y manejados buscando proveer, sin
desperdicio del agua, los requerimientos hídricos de las plantaciones. Sin embargo, por lo
mejor que sea el diseño, siempre existirán pérdidas de agua que ocurren durante su
conducción y distribución en la área irrigada. Estas pérdidas son prácticamente inevitables,
al proyectar y manejar el sistema de riego, es posible elaborarlo de manera que las pérdidas
sean disminuidas y con poco o ninguno impacto sobre los rendimientos de las plantas. A
causa de la distribución desigual del agua aplicada por el sistema de riego, Peri et al. (1979)
clarifica que en cada sistema de riego hay un punto de equilibrio económico, que la actividad
agrícola puede tolerar de forma sustentable, entre el incremento de los costos debido al
exceso de agua aplicada en parte de la área regada y las pérdidas de producción en el área
complementaria que recibe agua en deficiencia.
Con la subida de los costos de energía y la creciente competición por el agua entre las
actividades urbanas, industriales y agrícolas, asociada a la inquietud ambiental debido al uso
excesivo de los recursos hídricos, crece más y más la presión de la sociedad organizada
sobre los consumidores del agua, para que adopten medidas que resulten en la reducción
del consumo y produzcan mayor conservación en la cantidad y calidad de los recursos
hídricos. Según Walker (1979), con respecto a los sistemas agrícolas irrigados, cualquier
mejora en la uniformidad de aplicación del agua, con el objetivo de aumentar la eficiencia de
irrigación, requiere necesariamente cambios en la hidráulica del sistema y consecuentemente
en los gastos con inversiones de capital, que muchas veces puede resultar inviable
económicamente. En cambio, los sistemas con elevadas uniformidades de aplicación del
agua son altamente deseables, pues que optimizan los rendimientos de las plantaciones y
reducen la cantidad de agua aplicada por unidad de producción obtenida, con reflejos
positivos para el ambiente.
10
del sistema de riego, han sido ampliamente estudiadas. En la irrigación por aspersión, son
resaltados, entre otros, los trabajos pioneros de Christiansen (1942), Hart y Reynolds (1965),
Davis (1966), Wilcox & Swailes (1974) y Hart & Heermann (1976). En la irrigación por goteo y
microaspersión, son destacados, entre otros, los trabajos desarrollados por Keller y Karmeli
(1974), Karmeli y Keller (1975), Solomon & Keller (1978), Nakayama et al. (1979) y Wu y
Gitlin (1983). En la irrigación por superficie, son destacados los trabajos de Karmeli (1978) y
Silva (1990).
El manejo de cualquier sistema de riego puede ser medido por intermedio de parámetros de
eficiencia relativos a la conducción, distribución y aplicación del agua, en el área regada.
Según Hart et al. (1979), para la evaluación del manejo de un sistema de riego, considerando
solamente las pérdidas del agua en el área plantada, son suficientes sólo cuatro medidas,
siendo tres medidas de eficiencia y una medida de uniformidad. Si las pérdidas de agua por
escurrimiento superficial fueren ignoradas, entonces, las medidas de manejo se quedarán
reducidas a solamente tres. En caso que sea de interés evaluar el sistema de riego,
considerando también la red de conducción desde el punto de captación hasta el área
regada, entonces son necesarios realizar medidas adicionales de eficiencia, para evaluar,
por ejemplo, la eficiencia de conducción, principalmente cuando se utilizan canales abiertos y
no revestidos en el transporte del agua.
A pesar del distinguido documento pionero de Merriam y Keller (1978), publicado con el
objetivo de guía en la evaluación de varios sistemas de riego, este trabajo refuerza
conceptos y rutinas de análisis para evaluación del manejo de riego a presión, presentando
nuevos conocimientos acerca de las relaciones entre la uniformidad y la eficiencia de
aplicación del agua que faciliten la toma de decisión sobre la cantidad de agua a más que
deberá ser aplicada en cada riego para compensar la natural no uniformidad del sistema de
riego. Esta publicación enfoca, básicamente, el manejo del riego a presión, destacando los
sistemas de riego por aspersión, goteo y microaspersión. Entretanto, las rutinas presentadas
pueden ser fácilmente adaptadas para situaciones específicas, necesitando solamente que
los datos de agua recogidos sean expresados en términos de lámina o caudal y que sean
relacionados con una determinada área representativa de la cantidad del agua medida.
11
Esquema de obtención de datos
El esquema de obtención de los datos para la evaluación del manejo del sistema de riego es
muy importante y varía de acuerdo con el método de riego empleado. Por ejemplo, en la
irrigación por aspersión convencional equipada con aspersores rotativos, la disposición de
los recipientes para la recolección del agua en el área depende de la forma como los
laterales con aspersores del sistema de riego actúan. Si el sistema de riego opera con líneas
laterales permanentes, los recipientes deberán ser ubicados en el área comprendida entre
dos laterales adyacentes. En cambio, si el sistema opera con líneas laterales portátiles, las
cuales cambian de posición a cada tiempo, después de haber cumplido un determinado
período de aplicación de agua, los recipientes deberán ser distribuidos en los dos lados de la
lateral. En los sistemas de riego portátiles con desplazamiento lineal, a ejemplo de los
sistemas de autopropulsión mecanizados, los recipientes deberán ser distribuidos en una o
más posiciones perpendiculares a la dirección del movimiento del equipo de riego. En la
irrigación por goteo y micro aspersión, la recolección de agua es comúnmente hecha en
forma de caudales, seleccionándose previamente una muestra de los emisores donde van a
ser obtenidos los datos. Finalmente, debe ser destacado el esbozo típico de evaluación del
sistema de riego por pivote central, donde la recolección de agua es hecha con recipientes
ubicados en una determinada línea radial, desde el punto de rotación hasta el final del área
mojada. Además, se recomienda consultar también la publicación de Merriam y Keller (1978),
la cual incluye una serie de ilustraciones y recomendaciones sobre evaluación de sistemas
de riego.
Los sistemas de riego, denominados como aspersión convencional, son los tipos que utilizan
aspersores rotativos, desde baja hasta alta presión, ubicados en tuberías laterales de riego,
permanentes o portátiles. En los sistemas portátiles, la tubería principal es generalmente fija
y las laterales móviles. En relación a la presión de funcionamiento, los aspersores pueden
ser pequeños, medianos y grandes. Con aspersores pequeños o medianos, la presión de
operación cambia de 1,5 a 3,0 kgf/cm2 y con aspersores grandes de 4,0 a 6,0 kgf/cm2. El
espaciamiento entre los aspersores cambia de 6 a 42 metros y entre líneas laterales de 9 a
48 metros. Según Merriam y Keller (1978), la ubicación de las líneas laterales y principales
debe ser hecha de tal manera que el sistema trabaje con la máxima eficiencia y el mínimo
costo. Comúnmente, las líneas laterales son ubicadas en el sentido del nivel del área,
haciendo con que el primero y el último aspersor si encuentren, más o menos en la misma
altura, buscando así reducir la diferencia de presión y de caudal entre los aspersores que se
encuentran en los finales de la línea. Entre los sistemas de riego presurizados, éstos son los
que más demandan la concurrencia de mano de obra.
13
agua posible. El radio de alcance de los aspersores, dado por el fabricante, puede ser
afectado por la fuerza y dirección del viento. Según Addink et al. (1983), bajo condiciones de
poco o ningún viento, el espaciamiento efectivo entre los aspersores y líneas de irrigación
debe tener no máximo 65% del diámetro mojado indicado por el fabricante; con
velocidades de viento hasta 8 km, el espaciamiento deben ser limitado en un 60% del
diámetro mojado, dado por el fabricante; con vientos entre 8 y 16 km/h, el espaciamiento
debe ser limitado en un 50% del diámetro mojado y finalmente, con velocidades del viento
arriba de 16 km/h, el espaciamiento deberá ser equivalente en un 30% del diámetro mojado.
14
Sistemas con laterales portátiles
ASPERSORES
DIRECCIÓN DEL FLUJO
LÍNEA SECUNDÁRIA
SECUNDÁRIA
En este esquema de irrigación, las laterales son movidas en posiciones previamente fijadas.
La Fig. 1, ilustra una situación en que las laterales se encuentran ubicadas en las
extremidades de la línea secundaria, esta situación, en que la variación de presión en la
tubería secundaria es menor ya que apenas mitad del caudal quedará en la línea principal
después de alimentar la primera lateral. La situación hidráulica más desfavorable, en este
caso, ocurrirá cuando las dos laterales se localicen, en la mitad de la línea principal.
15
Ciertamente, en sistemas bien proyectados, esta situación deberá ser siempre usada como
la más crítica para efecto de cómputo de las pérdidas de presión debido a la fricción, las
cuales deberán servir para determinar el diámetro de la tubería y la presión en la entrada de
las laterales y, consiguientemente, de la presión de trabajo de los aspersores.
En esta modalidad de riego por aspersión, los recipientes para la recolección de agua son
comúnmente distribuidos en los dos lados de la línea lateral, intentando cubrir el área de
acción de los aspersores. Los recipientes son ubicados en el centro de cada cuadrícula
representativa del área de colecta. Las cuadrículas deberán ser proyectadas con
dimensiones máximas de 3m por 3 m, totalizando un mínimo de 24 unidades en cada lado de
la línea de aspersores, conforme es presentado en la Fig. 2. En este caso, es importante
prever algunos recipientes adicionales para ubicación en las cuadrículas afuera del alcance
teórico de los aspersores, anticipando la posibilidad de distorsión, producida por el viento,
para más o para menos, en el radio de alcance del chorro del agua de los aspersores.
LÍNEA LATERAL
3m
3m
O O O O O O O O O O
O O O O O O O O O O
O O O O O O O O O O
O O O O O O O O O O
O O O O O O O O O O
O O O O O O O O O O
RECIPIENTE
9m
Fig.2. Ubicación de los recipientes en una malla de 3 m x 3 m, en los dos lados de una lateral de riego,
recibiendo contribución de tres aspersores, espaciados en 9 m en la línea. (Silva et al., 2002).
16
La obtención de los datos puede ser realizada solamente en una determinada posición de la
lateral, eligiendo el aspersor que mejor represente la presión de trabajo de la línea lateral
para ubicación de la malla de recipientes (Fig. 2). Cuando haya interés en analizar el efecto
de la diferencia de presión de la línea lateral en la distribución del agua aplicada, entonces la
recolección puede ser hecha también en las dos extremidades de la lateral. En términos
prácticos, la presión promedio de la línea lateral de los aspersores, con una diferencia de
presión de 20% entre las extremidades de la línea, ocurre a una distancia de
aproximadamente 40% del inicio de la línea (Merriam y Keller, 1978), por lo tanto, esta
posición podría ser seleccionada para evaluación del sistema del riego.
Para mejor comprensión de esto esquema de evaluación, considerando los datos recogidos,
en volumen colectados (ml) de la contribución de tres aspersores, funcionando durante 1,58
hora, el siguiente esquema es presentado en la Fig. 3.
6
0 32 68 77 90 73 66 9 0 0
0 35 66 84 100 100 52 3 0 0
0 32 50 60 104 99 48 12 0 0
5
0 31 74 88 104 86 56 11 0 0
0 27 64 80 96 112 62 9 0 0
0 20 49 59 107 87 36 13 0 0
4
Volúmen recogido (ml) Aspersor
Línea lateral de riego
Fig.3. Volúmenes (ml) recogidos, en los dos lados de una lateral de riego por aspersión convencional,
recibiendo contribuciones de tres aspersores (4, 5 y 6,) durante 1,58 hora de aplicación, usando
2
recipientes con una área de entrada de 78,74 cm y ubicados en el centro de cada malla con
dimensiones de 3 m x 3 m. (Silva et al., 2002).
17
Los datos presentados en la Fig.3 reflejan el efecto del viento, indicada en la Fig. 2, en la
distribución del agua recogida, lo cual ha producido un incremento para izquierda de los
chorros de alcance y, consiguientemente, una reducción en el alcance del agua asperjada en
el lado derecho del lateral. Además, se puede observar que hay dos columnas de los
recipientes, con volumen cero, en el lado derecho de la línea de aspersores y apenas una
columna de volúmenes nulos en al lado izquierdo. Los datos nulos, en esto caso, indican,
además, que el número de recipientes ubicados en los dos lados del lateral fue en número
suficiente para cubrir toda el área de inclusión de los aspersores.
18
Posición original de la lateral Posición simulada de la lat eral
12
6 6
73 66 9 0
32 68 77 90
105 134 86 90
100 52 3 0 L
9m
35 66 84 100 LE
135 118 87 100 TOTAL
99 48 12 0
32 50 60 104
131 98 72 104
5 5
Ubicación de los aspersores
Fig.4. Volúmenes (ml) totales recogidos y sobrepuestos, procedentes de la recolección de agua, de los dos
lados de una lateral de riego, funcionado durante 1,58 hora de aplicación, simulando un espaciamiento
2
de 12 m entre laterales. Los recipientes tienen una área de entrada de 78,74 cm y son distribuidos entre
los dos aspersores. (Silva et al., 2002).
En este caso, cada sección del sistema de riego funciona con las líneas laterales fijas. En la
Fig. 5, el área que va a ser irrigada está dividida en cuatro secciones. Esta modalidad de
riego prioriza la economía de mano de obra, pero encarece excesivamente el costo inicial de
inversión. Una solución intermedia sería utilizar las laterales fijas y los aspersores portátiles,
acoplados en válvulas de conexión rápida, montadas en los laterales.
19
SECCIÓN EN OPERACIÓN SECCIÓN EN ESPERA
LÍNEA
SECUNDÁRIA
FLUJO
LÍNEA
LATERAL
A SPERSORES
SECCIÓN EN ESPERA SECCIÓN EN ESPERA
Fig.5. Esquema de posicionamiento de un sistema de riego por aspersión con laterales permanentes,
alimentadas por una tubería principal, también fija, en un esquema de riego compuesto de cuatro
secciones. (Silva et al., 2002).
6 5 3 5 6 7
12 m
3m
8 4 3 5 7 8
8 4 4 4 6 8
3m RECIPIENTES
LÍNEAS LATERALES
LATERAIS
Fig.6. Disposición de los recipientes y las respectivas láminas de agua aplicada (mm,) distribuidos en una malla
de 3 m x 3 m, recibiendo contribución de cuatro aspersores, espaciados de 12 m x 18 m, en un esquema
de laterales fijas. (Silva et al., 2002).
Existen varios tipos de sistemas de riego con características de movimiento lineal. Los más
conocidos en el Brasil son los sistemas de autopropulsión con movimiento continuo, con uno
o más aspersores, movidos por intermedio de un dispositivo automotriz propio, normalmente
con cilindro hidráulico que utiliza parte de la presión de agua disponible para su
accionamiento (Azevedo et al,. 1986). Además, todavía, pueden ser encontrados los
sistemas de desplazamiento lineal intermitente, que se caracterizan por quedarse en una
posición dada aplicando agua durante el tiempo necesario para incorporar la lámina de agua
solicitada y enseguida es desplazado para una nueva posición a lo largo de su longitud,
utilizando un dispositivo motriz propio. Ese tipo de sistema de riego, además, puede ser
dotado de un solo aspersor montado en la unidad motriz (Azevedo et al,. 1986) o varios
aspersores ensamblados en tuberías laterales suspendidas, a ejemplo del sistema
desarrollado por Rocha et al. (1998), para aplicación de agua y productos químicos en áreas
experimentales.
21
Los grandes sistemas mecanizados de riego por aspersión de movimiento lineal fueron
desarrollados, especialmente, para utilización integral de áreas rectangulares. Una de las
limitaciones de esos tipos de sistemas está en la manera como el agua es suministrada para
presurización de dos aspersores, que es realizada por medio de canales abiertos ubicados a
lo largo de la longitud del área regada. El aspecto estructural de la arquitectura mecanizada
de esos sistemas de riego es casi idéntica a la de un pivote central, excepto por su traslado
lineal (Addink et al,. 1983). Esos sistemas de riego son, todavía, poco utilizados en Brasil
debido las limitaciones apuntadas y, también, porque el costo de la tierra es, todavía,
relativamente bajo para justificar su adquisición con el argumento de aprovechamiento
integral de áreas rectangulares. Más recientemente, esos sistemas de riego están siendo
implantados en Brasil para aplicación de agua suplementaria. En esos casos, el área cubierta
por el sistema de riego es proyectado con flexibilidad para regar una área mayor, aplicando
una cantidad de agua menor que la requerida para suministro integral. En los EE.UU.,
existen sistemas de pivotes centrales que utilizan extensores retráctiles en la extremidad de
la lateral de riego que se expanden en las esquinas del área para establecer contornos
irrigados de variadas formas, para el máximo aprovechamiento posible del área cultivada.
22
DIRECCIÓN DE DESPLAZAMIENTO
DESLOCAMENTO
FAJA DE DESPLAZAMIENTO
LÍNEA PRINCIPAL
LIMITE DE LA ÁREA PLANTADA
TOMA DE ÁGUA
CAMINO
Tubería f lexible
oooooooooooooo
Línea de recipient es
ÁREA
IRRIGADA
MOTO-BOMBA
Fig.7. Esquema típico de una área irrigada con sistema de autopropulsión, basado en ocho fajas de 400 m de
largo y 100 m de ancho, tiendo uno aspersor del tipo cañón, con boquilla de 38 mm de diámetro, caudal
3 2
de 113,6 m /h, presión de trabajo de 7 kgf/cm , para operar con velocidad promedio de 44,0 m/h y
aplicación de una lámina de 25,8 mm. (Silva et al., 2002).
23
Como puede ser observado, en el sistema de riego autopropulsado la manguera flexible
cumple la función de las líneas laterales de un sistema de riego por aspersión convencional,
dando como resultando una gran economía de tiempo y de personal para montaje,
desmontaje y transporte de esas líneas. La línea principal puede ser enterrada, propiciando
facilidad en las operaciones automatizadas, así como también en la propia preparación del
suelo para siembra. Cuando están en funcionamiento, el dispositivo de autopropulsor es
colocado en una de las extremidades de la faja irrigada y el equipo con el aspersor es
entonces movido continuamente para la extremidad opuesta. El sistema de tracción es
bastante variado, dependiendo de cada modelo suministrado por el mercado (Addink et al.,
1983). Existen casos en que el dispositivo motriz enrolla la propia manguera, arrastrando en
su dirección el sistema de riego. En otros casos, la propia estructura de sustentación del
aspersor posee un sistema de carrete para enrollar el cable de acero que se encuentra
anclado en la extremidad contraria del posicionamiento del dispositivo automotriz. El sistema
automotriz puede ser eléctrico o hidráulico.
El sistema típico de recolección de agua para evaluación de este tipo de riego consiste de
uno o más líneas de recipientes, dispuestas transversalmente en relación a la dirección de
desplazamiento del equipo, cubriendo toda faja mojada, debiendo, además, proveer
receptores adicionales para captación del agua de deriva producida por alguna distorsión del
radio de alcance del aspersor debido a la acción del viento. La Tabla 1 presenta un resultado
típico de agua recogida de un sistema autopropulsado. Es importante concluir que, en
cualquier tipo de equipo autopropulsado, es imprescindible determinar su velocidad de
desplazamiento del equipo para establecer la relación entre láminas de agua aplicada y la
velocidad de operación del equipo.
24
Tabla 1. Láminas (mm) de agua, recogidas de una línea de receptores, ubicados transversalmente, de 3 m en 3
m, en una faja irrigada de 100 m x 400 m con un sistema autopropulsado, desplazándose con una
velocidad promedia de 44,0 m/h, o con un aspersor del tipo cañón funcionando con caudal de 113, 6
3 2
m /h y presión de servicio de 7 kgf/cm . (Merriam & Keller, 1978).
25
al sentido de traslado del equipo, o sea, es prácticamente lo mismo aplicado para el caso del
sistema de riego de autopropulsión tradicional con sólo un aspersor.
Fig.8. Esquema de riego de un sistema de autopropulsión con aspersores montados en laterales suspendidas.
Igual que ese sistema de desplazamiento lineal, con aspersores montados en balanceo,
existen también los grandes equipos con laterales montadas en marcos automatizados,
similares al sistema de pivote central. Estos sistemas son apropiados para irrigación de
grandes áreas rectangulares, con laterales hasta 400 m de largo.
Este sistema de riego depende de un suministro de agua central, con alimentación mediante
mangueras flexibles enganchadas en una tubería principal presurizada o por intermedio de
un dispositivo de bombeo central móvil, que se coloca a lo largo de un canal abierto ubicado
en la parte central del área irrigada. Estos sistemas pueden ser dotados de una sola lateral,
de manera que al alcanzar el final del área regada el equipo pueda ser girado para el otro
lado del área, y así, realizar el desplazamiento en la dirección contraria anterior. El gasto de
aplicación del agua de este tipo de equipo es uniforme a lo largo de la lateral y el
procedimiento de recolección de agua para su evaluación es muy similar a los otros sistemas
de desplazamiento lineal.
26
Sistema de riego por pivote central
Este sistema de riego se caracteriza por tener sólo un lateral largo con aspersores, el cual se
mueve en círculo, anclado en un punto fijo denominado pivote. La lateral es mantenida,
arriba del suelo, mediante una estructura metálica, constituida por tirantes y cables de acero,
montada en grandes marcos con ruedas. El movimiento de la estructura se realiza con
motores, ubicados en cada uno de los marcos, para activar las motos reductoras de las
ruedas. Estos motores son comúnmente eléctricos, con potencia que varían desde 0,5 hasta
1,5 HP (Azevedo et al., 1986). Además, hay pivote centrales, movidos hidráulicamente con
aceite, producidos los EE.UU. por T-L Irrigation Company (2002), poco conocidos en otros
países.
El sistema de riego por pivote central se caracteriza por aplicar agua en gastos crecientes de
aplicación de agua desde el punto pivote hacia la extremidad externa del círculo
irrigado. Esta característica, en cierta manera, limita la aplicación de los grandes sistemas de
pivote central exclusivamente en suelos con alta capacidad de infiltración de agua. La
intensidad de aplicación del agua en la extremidad final del equipo aumenta con la longitud
del lateral. Por eso, los problemas de escurrimiento superficial generalmente aparecen en los
últimos marcos del pivote central. La presencia de escurrimiento de agua en la superficie es
indeseable no sólo para uniformidad de distribución del agua como también debido al riesgo
27
de erosión del suelo. En la eventualidad de la tasa de aplicación de agua exceda a la
capacidad de infiltración del agua en el suelo, es necesario adoptar un régimen de manejo de
agua más frecuente con aplicaciones de láminas menores para minimizar la posibilidad de
escurrimiento superficial (Silva & Azevedo, 1998). La Fig. 9 ilustra curvas típicas de
aplicación de agua en la extremidad final de la lateral de un pivote central en relación a la
capacidad de infiltración del agua en el suelo.
Fig.9. Características de infiltración del suelo y curvas típicas de aplicación de agua en la extremidad final de la
lateral de un pivote central, considerando tres velocidades de operación.
Obsérvese que el equipo al desplazarse en las velocidades de 37,5 m/h o 18,75 m/h, las
respectivas curvas de intensidad de aplicación de agua exceden durante algún tiempo la
capacidad de infiltración de agua del suelo. En estos casos, hay un riesgo potencial para el
escurrimiento superficial del agua aplicada. En el caso de la velocidad más grande (75,0
m/h), la curva de intensidad de aplicación se mantiene siempre debajo de la capacidad de
infiltración, no ofreciendo problemas de escurrimiento superficial.
28
En este método de riego, Merriam y Keller (1979) recomiendan que los receptores sean
dispuestos en cuatro rayos del círculo irrigado por el pivote central, mientras la norma
establecida por Hahn & Rosentreter (1989) recomienda que la prueba sea conducida usando
por lo menos dos líneas de receptores. En cualquier caso, se debe dar preferencia para las
dos direcciones radiales más críticas de funcionamiento del punto de vista hidráulico, o sea,
en pendiente arriba o abajo. En el caso que sea usada sólo una línea de recipientes,
conforme se encuentra ilustrado en la Fig. 10, entonces se debe dar preferencia para la
posición del lateral en pendiente, por que en esta situación, el sistema de bombeo será más
demandado en relación a los requerimientos de presión para el funcionamiento apropiado de
los aspersores que se encuentran ubicados en la extremidad final del lateral del pivote
central. Además, según Hahn y Rosentreter (1989,) los receptores deben ser espaciados
ecuánimemente y ubicados en línea recta, con uno espaciamiento máximo equivalente a
30% del promedio del diámetro mojado de los aspersores, no siendo indicado
espaciamientos superiores a 4,5m.
Fig.10. Esquema de posicionamiento radial de los receptores para evaluación del agua aplicada en sistemas
irrigados por pivote central. (Silva et al., 2002).
29
Los recipientes deben ser dispuestos de modo que la recepción del agua no sea afectada por
los cultivos. Por eso mismo, es recomendable que la prueba sea realizada antes de la
siembra o en el máximo cuando las plantas todavía se encuentren pequeñas con altura
inferior que los recipientes. Cuando esto no sea posible, todavía hay la posibilidad de
ubicación de los recipientes en al camino de acceso al punto pivote. En cualquier caso la
boca de los recipientes deberá ser instalada en nivel y ubicada en una altura de 30 a 125 cm
arriba del suelo, respetando el límite máximo de elevación de 150 cm, entre la salida de los
aspersores y la entrada de los recipientes. Además, es deseable que la velocidad del equipo
sea seleccionada, de modo que sea recogido por lo menos 12,5 mm de agua en promedio.
En caso de evaluaciones que resulten en láminas de agua más pequeñas, se recomienda
que las mediciones de los volúmenes de agua recogidos sean realizadas lo más rápidamente
posible, intentando minimizar las pérdidas por evaporación.
Riego localizado
El riego localizado se caracteriza por una aplicación de forma dirigida, buscando humedecer
solamente el área explorada por el sistema de raíces de la plantas. Esta estrategia de
aplicación localizada del agua reduce la cantidad del agua disponible en la superficie del
suelo por evaporación, limita la infestación de malezas y economiza el agua para evitar que
30
las áreas sin cultivo sean regadas, principalmente cuando se utiliza cultivos perennes de
espaciamiento amplios entre plantas (Silva et al., 1996). Además, la aplicación frecuente del
agua favorece el mantenimiento de altos grados de humedad en el suelo, lo que proporciona
las condiciones para la optimización del potencial de producción de los cultivos. El riego
localizado es típicamente representado por los métodos conocidos por goteo y
microaspersión. Para mayores detalles en las características de este sistema de riego, su
funcionamiento y técnicas de manejo, se recomienda consultar los textos tradicionales en el
asunto (Karmeli y Keller, 1975; Goldberg et al,. 1976; Olitta, 1977; Nakayama & Bucks, 1986;
Bernardo, 1995).
SECCIÓN 2 SECCIÓN 3
Lado A Lado A
SETOR 2 SETOR 2
Lado B Lado B
LÍNEAS
LATERALES
LÍNEA DE
DISTRIBUICIÓN
SECCIÓN 1 SECCIÓN 4
Lado A Lado A
SECCIÓN 1 SECCIÓN 4
Lado B Lado B
LÍNEA PRINCIPAL
ESTACIÓN DE FILTROS Y INJECTORES
BOMBEO DE FERTILIZANTES
Fig.11. Disposición típica de un sistema de riego localizado, indicando sus principales componentes. (Silva et
al., 2002).
31
Básicamente la evaluación del funcionamiento del sistema de riego localizado consiste en
hacer la recolección de agua directamente de algunos emisores, previamente seleccionados,
para determinación de los caudales aplicados (Merriam & Keller, 1978; Bralts, 1986). Según
Merriam y Keller (1978), no es necesario medir el caudal de todos los emisores para
evaluación del funcionamiento del riego localizado. Para eso, es suficiente elegir una muestra
representativa de los emisores, seleccionándose, así, determinados puntos del área irrigada.
En la Figura 12 es ilustrado un diagrama, indicando los emisores seleccionados en la
Sección 3 para evaluación de desempeño de esto sistema de riego.
SECCIÓN 3
Lado A
LÍNEAS
LATERALES
INÍCIO
DISTRIBUICIÓN
LÍNEA DE
1º TERCIO
EMISORES
DE ÁGUA
2º TERCIO
SECCIÓN 3
Lado B
FINAL
Fig.12. Esquema de selección de líneas laterales y emisores de agua para fines de medición de caudales y
evaluación de manejo del riego localizado. (Silva et al., 2002).
32
Igualmente, es recomendable seleccionarse algunos laterales de la sección de riego
considerada, que en este caso es la sección 3, para realizar la recolección de agua para
evaluación del funcionamiento. En este caso, conforme se encuentra indicado en la Fig. 12,
fueran seleccionadas sólo las laterales de uno de los lados (A o B) y de esas, fueran
seleccionadas solamente aquéllas ubicadas, respectivamente, en el inicio, en el primero y
segundo tercio y en final de la línea de distribución con emisores. De cada línea lateral deben
ser seleccionados los emisores que se encuentren ubicados, respectivamente, en el inicio,
en el primero y segundo tercio y en final de la línea de riego (Merriam y Keller, 1978). De esta
forma, el conjunto de los datos obtenidos para la evaluación del funcionamiento será formado
por solamente 16 caudales medidos. La Tabla 2 ilustra uno caso de caudales recogidos de
un sistema de riego por microaspersión.
Tabla 2. Caudales medidos, en litros por hora, de un sistema de microaspersión, en las posiciones
especificadas de una sección irrigada de un proyecto de riego. (Silva et al., 2002).
En el caso específico del riego por goteo, a través del cual el agua es comúnmente aplicada
por más de un emisor, recomendase medir el caudal en por lo menos dos emisores
adyacentes a la planta seleccionada, para si extraer un promedio representativo del caudal
aplicado en aquella posición. Un ejemplo de este tipo de resultado es presentado en la Tabla
3.
33
Tabla 3. Caudales recogidos en cada emisor (L/h), en las posiciones especificadas de una sección de riego
localizado, operando con cuatro emisores por planta, los cuales fueron proyectados para abastecer un
2
caudal de 11,36 L/h con presión de servicio de 2,2 kgf/cm . En este caso fueran hechas mediciones en
solamente dos micros adyacentes por planta. (Merriam & Keller, 1978).
Es importante mencionar que en este método de riego, lo que se intenta es distribuir el agua
en forma localizada, buscando humedecer solamente parte del sistema de raíces del
cultivo. Según Merriam y Keller (1978,) en zonas de clima árido, este humedecimiento debe
alcanzar una fracción de área de 33 a 50% del área de cultivo. En zonas de clima húmedo,
en la cuales, el riego trabaja de manera complementaria, el porcentaje del área humedecida
puede ser reducido hasta un 20%. En cualquier caso, este porcentaje de humedecimiento no
deberá exceder de 50% a 60%, principalmente en los casos de cultivos con espaciamiento
grande, por ejemplo los cultivos de mango, viña, aguacate, coco, etc.
En los casos de riego por microaspersión, cuando se utiliza emisores de gran alcance, hay
posibilidad de aprovechamiento del área humedecida fuera del diámetro de la copa, con
cultivos entre líneas, principalmente cuando se utiliza un cultivo perenne en la fase inicial de
desarrollo. En este caso, es importante evaluar, además, la aplicación de agua entre las
líneas, usando los mismos procedimientos de recolección de agua, adoptado en el riego por
aspersión convencional, buscando medir el funcionamiento de esta aplicación y, así, decidir
34
la posibilidad efectiva de utilización de otro cultivo insertado en parte o en la totalidad de la
área disponible entre las líneas del cultivo principal. Esta alternativa debe ser vista con
reserva, evitando que el cultivo implantado compita por mano de obra, agua y nutrientes, con
el cultivo principal.
Para mejor entender como los parámetros involucrados en la evaluación del funcionamiento
de un sistema de riego se interrelacionan, los valores de láminas o caudales recogidos deben
ser ordenados de forma decreciente y asociados con el área que cada recipiente representa
en relación al área total considerada en la evaluación. Esa relación de área versus lámina o
caudal obtenido, expresa en forma acumulativa, varía de 0 a 1 y es sin dimensiones. La
Fig. 13 ilustra un perfil típico de aplicación del agua de un pivote central, presentando un
modelo lineal, ajustado a los datos observados e indicando las fracciones de las áreas que
recibieron agua en exceso y en deficiencia en relación al promedio del agua aplicada. El
perfil de distribución ajustado divide en dos partes iguales la cantidad del agua aplicada en
exceso y en deficiencia en relación al promedio general: una en exceso y otra en deficiencia.
35
AREA RELATIVA ACUMULADA, a
0,00 0,20 0,40 0,60 0,80 1,00
0,0
4,0
Area relativa acumulada
con riego deficiente
Area relativa acumulada
8,0 con riego suficiente
LÁM INA DE AGUA RECOGIDA, x (mm)
12,0
24,0
Valor medido
Promédio aplicado
28,0
Limite de la area con riego suficiente
Modelo ajustado
32,0
Fig.13. Perfil de distribución del agua aplicada, con las láminas ordenadas en forma decreciente en función de
la fracción del área irrigada, ilustrando las parcelas que recibieran agua en exceso y aquellas con
deficiencia. (Silva et al., 2002).
Para la construcción del perfil de aplicación del agua recogida es muy importante
comprender como sí debe establecer el área representativa de cada receptor. En
general, procurar disponer los recipientes en el área regada de manera que cada uno
represente áreas uniformes. Entretanto, existen casos en que aquélla condición no es
posible de ser alcanzada fácilmente, como es el caso del sistema de riego por pivote central,
36
en el cual, los recipientes más lejanos del punto de rotación del equipo representan
fracciones de áreas mayores. Esas dos situaciones son analizadas a seguir.
La ubicación de los recipientes para representar áreas iguales es uno de los casos más
comunes de arreglo de receptores en una área regada para fines de evaluación de
funcionamiento. La Fig. 6 ilustra una situación en que cada receptor representa fracciones
iguales del área regada por un sistema de riego por aspersión convencional. En esta
ilustración cada receptor representa un área equivalente a 3 m x 3 m. En esta situación, el
área correspondiente a cada recipiente es igual a 0,417, o sea, corresponde la relación entre
el área de una malla de 9 m2 y el área total evaluada de 216 m2.
En el caso de una evaluación del sistema de riego autopropulsor, con resultados presentados
en la Tabla 1, con 33 recipientes, espaciados igualmente de 3 m en 3 m, cada recipiente
representa una fracción del área correspondiente a 1/33 de la área evaluada, o sea, 0,303.
En la Tabla 2 están presentados los resultados de una evaluación de un sistema de riego por
microaspersión, donde fueron seleccionados 16 micro aspersores de la Sección 3, lado A,
para medición de los caudales, siguiendo el esquema de distribución de recipientes ilustrado
en la Fig. 12. En este caso, cada micro aspersor representa una parte del área regada,
siendo equivalente a 1/16, o sea, 0,625.
Este es el caso típico del sistema de riego por pivote central, en que los recipientes son
dispuestos en forma radial, empezando del punto pivote, hasta cubrir toda el área de
cobertura de la lateral del equipo (Fig. 10). Según Hahn y Rosentreter (1989) los receptores
deben ser espaciados ecuánimemente y emplazados en línea recta con un espaciamiento
máximo equivalente a 30% del promedio del diámetro mojado de los aspersores, no siendo
indicado espaciamientos superiores a 4,5m.
Es importante decir que cada recipiente representa áreas desiguales, creciendo en la medida
en que si aleja del punto pivote. Esta condición determina la necesidad de utilizar un sistema
de ponderación que dé mayor jerarquía para los recipientes más lejanos del pivote. Según
Heermann y Hein (1968), la distancia entre el recipiente y el punto pivote puede ser usada,
adecuadamente, como forma de ponderación en la evaluación del funcionamiento de este
37
sistema de riego. La Fig. 14 presenta un esquema de ubicación radial de los recipientes,
igualmente espaciados, ilustrando las coronas circulares que cada uno representa y sus
respectivas distancias del centro de rotación.
e
d1 d2 d3 ... dN
Fig.14. Esquema de distribución radial de los recipientes (d1, d2, d3... dN) y sus respectivos espaciamientos,
ilustrando las coronas circulares que cada uno representa, en la evaluación de la aplicación del agua en
sistemas regados por pivote central. (Silva et al., 2002).
En este esquema, el área representada por el recipiente de orden i puede ser expresada por
la siguiente ecuación:
ai = 2 π d i e (1)
38
El área total aT comprendida por la secuencia de todos los recipientes (d1, d2, d3... dn) puede
ser calculada por intermedio de la siguiente expresión:
N
aT = 2 π e ∑ d i (2)
i =1
con el área total evaluada, puede ser determinada por la siguiente ecuación:
2 π e di
fai =
2 π e (d1 + d 2 + d 3 + ... + d N ) (3)
di
=
(d1 + d 2 + d 3 + ... d N )
En que la distancia d1 , relativa al primero recipiente, debe ser siempre mayor que cero.
Es importante decir que después que las láminas de agua son ordenadas en forma
decreciente, como se muestra en la (Fig. 13), la información relativa a su posición original del
recipiente es ignorada. Así, su representación en términos del área que cada recipiente es
mantenida, una vez que cada lámina del agua aplicada X i es asociada a una determinada
fracción del área regada fa i (Ecuación 3), calculada en función de la distancia en que el
recipiente se encontraba originalmente ubicado en relación al punto pivote. Es importante
decir que la suma de todas las fracciones de áreas debe ser necesariamente igual a uno, de
manera que, el área relativa acumulada (Ecuación 4) varía en la escala de 0 a 1.
39
Tabla 4. Ejemplo de cálculo de la fracción de área y su respectiva fracción de área acumulada, representada
por un recipiente, con las láminas ordenadas en forma decreciente, indicando las posiciones originales
de los recipientes. (Silva et al., 2002).
40
Modelo del perfil del agua distribuida
La utilización de una función continua para la representación de los valores de lámina o
caudal de agua aplicada por un sistema de irrigación torna explícitos los cálculos de los
principales parámetros necesarios en la evaluación de funcionamiento de las irrigaciones,
Por ejemplo, la determinación de la eficiencia de riego que requiere la determinación de
área a través de cálculo integral puede ser hecha con más precisión utilizando funciones
matemáticas continuas.
Existen varios modelos matemáticos que han sido utilizados en el ajuste de láminas o
caudales de agua aplicada como una función de la fracción de área acumulada
representativa de cada valor medido en campo. Reynolds (1965) y Hart & Heermann
(1976) utilizaron la función de distribución estadística normal, en su forma acumulativa,
para representar el perfil de agua aplicada, asociado, en forma decreciente, con la fracción
del área irrigada. Chaudry (1978) y Karmeli (1978) utilizaron, respectivamente, la
distribución estadística gama y la función potencial para esa misma finalidad. Walker
(1979) desarrollo una serie de relaciones matemáticas explicitas, las cuales contribuyeron
en mucho para simplificar el cálculo de los parámetros de manejo del riego por aspersión,
utilizando para eso la función de distribución normal. Warrick (1983) adicionó las funciones
de distribución log- normal, uniforme y beta, presentando las respectivas relaciones
matemáticas para el cálculo de la uniformidad del riego con base en las láminas de agua
aplicada, incluyendo aplicaciones con la función normal y la gama.
Es evidente que la calidad del ajuste de cada una de esas funciones de distribución
estadística a los datos medidos varía de acuerdo con el formato del perfil de distribución
alcanzado, conforme quedó señalado en las figuras presentadas por Warrick et al. (1989).
Silva & Hart (1992) demostrando que la función de Karmeli (1978) no es adecuada para el
caso de la irrigación deficiente, o sea, cuando parte del área regada no recibe ninguna
aplicación de agua y, a causa de eso, propusieron, todavía, una función de distribución
alternativa.
El modelo propuesto (Silva et al., 2002a, 2002b y 2004) puede ser descrito por la siguiente
expresión:
m
(
X = X n + (X m − X n ) 1 − an ) (5)
Donde a es una variable continua que representa la fracción del área acumulada (en la
escala sin dimensiones de 0 a 1); X es igual a la lámina de agua o caudal aplicado en
función de la fracción de área acumulada; X n y X m son parámetros ajustados representando,
respectivamente, a la lámina o caudal mínimo y máximo del agua aplicada; m e n son
parámetros de ajuste sin dimensiones.
Entonces, la variable a puede ser explícitamente determinada con la siguiente expresión:
1
1 n
X − Xn m
a = 1 − (6)
Xm − Xn
42
los valores calculados por el modelo. Eso significa decir que el procedimiento empleado debe
buscar la minimización de la siguiente función-objetivo:
N 2
SQ = ∑ ( X i − Xˆ i ) (7)
i =1
En que SQ representa la suma de cuadrados de la diferencia entre los datos medidos y los
valores calculados por el modelo; X i representa cada una de las N láminas o caudales de
En este trabajo, todos los cálculos son realizados, utilizando la rutina “Solver” de la pantalla
electrónica “Excel” de Microsoft Corporation (1994) para determinación de los parámetros de
ajuste del referido modelo. A propósito de ejercitar los procedimientos para manipulación de
la rutina “Solver”, serán utilizados los datos presentados en la Tabla 5, provenientes de una
evaluación de manejo de un sistema de riego por pivote central. En esta Tabla 5, los
parámetros de ajuste ( X n , X m , m e n ) referentes al modelo adoptado (Ecuación 5) ya se
encuentran debidamente calculados. La suma de cuadrados (SQ) correspondiente a las
diferencias entre los datos observados y calculados, también, ya se encuentra calculada,
siendo igual 2,42850221.
43
Tabla 5. Ejemplo de ajuste entre la fracción de área acumulada y cada lámina de agua observada, indicando las
posiciones originales de cada recipiente, los parámetros del modelo de ajuste con las respectivas suma
de cuadrados de las desviaciones.
Parámet ros del modelo
X m ax X min n m SQ
16,50 10,5652 0,76153 1,12830 2,42850221
Recipient es Láminas del agua (mm) Cuadrado de los
Orden Posición A cumul. Observadas Calculadas deviación
i di (m) ai (dec) Xi X̂ i (X i − X̂ i )
2
44
Antes de accionar la rutina “Solver” de la pantalla electrónica “Excel”, el archivo de datos
(Tabla 5) ya debe se encontrar abierto para su utilización. En esa pantalla electrónica, la
rutina “Solver” es una de las opciones disponibles en el menú herramientas. En caso de que
esta rutina no esté disponible, entonces es necesario entrar, en este mismo menú
herramientas la opción “Suplementos” para habilitarla. Si la rutina “Solver” no consta entre las
alternativas disponibles para la habilitación, entonces, es necesario utilizar el programa de
instalación original para adicionar la rutina “Solver”.
Una vez concluida estas etapas, entonces la rutina “Solver”puede ser accionada para
obtener las siguientes pantallas presentadas en la Fig. 15 abajo:
Fig.15. Tablas de la rutina “Solver”, usadas en el proceso de optimización de los parámetros del modelo
propuesto, para obtener la representación analítica de las láminas del agua aplicada en función de la
fracción del área acumulada.
rutina. La celda indicada como objetivo, la cual en este caso, está seleccionada como la
celda “$I$4”, debe contener la suma de los cuadrados (Ecuación 7) de las desviaciones
entre los datos observados y los calculados por el modelo utilizado (Ecuación 5). Como el
45
“Mínimo” de la referida pantalla izquierda (Figura 15) debe ser seleccionada. En el espacio
reservado para la opción “cambiando las celdas” se encuentran insertadas las celdas de
referencia ($B$4; $C$4; $D$4; $F$4), las cuales se refieren, respectivamente, a los
restricciones de las variables del modelo están indicadas las siguientes informaciones: la
primera restricción establece que X m sea menor o igual al mayor valor del conjunto de las
valor de X m puede ser calculado sin establecer ninguna restricción. En ese caso el valor
de X m puede ser mayor o menor que el máximo valor del conjunto de los datos
acción. En la barra inferior de la pantalla del programa “Excel”, la evolución del proceso de
este procedimiento, la tabla derecha (Fig.15) será presentada, indicando que el proceso
fue bien procesado y la rutina finalmente encontró una solución, cumpliendo todas las
restricciones impuestas. En caso de que ocurra algún error en el ingreso de los datos
requeridos en la pantalla izquierda (Figura 15), entonces el exhibirá una mensaje de error
derecha (Fig.15), entonces es suficiente presionar el botón “Aceptar” para que el proceso
46
de minimización sea concluido. Es importante decir que como todo procedimiento de
verdadera. Por eso, recomendase accionar más de una vez el procedimiento de la rutina
“Solver”, utilizando los parámetros más recientemente determinados, para confirmar que
los parámetros encontrados son los mismos, indicando, por lo tanto, que la solución
Además, como en todo proceso de minimización no lineal, los valores iniciales, atribuidos por
el usuario a los parámetros de ajuste, deben ser los más cercanos posible de la solución
esperada, para que el algoritmo interactivo conduzca, realmente, al mínimo global. Por ello,
se recomienda que sean adoptadas como estimativas iniciales para X max e X min , los
respectivos valores máximos y mínimos del conjunto de datos observados y, para las
estimativas, tanto de n como de m , el valor de 0,5. En este ejemplo, los valores calculados
para los parámetros de ajuste fueran los siguientes: X max =16,50; X min =10,5652; n =0,76153;
m =1,12830, para una suma de cuadrados de errores residuales, SQ=2,42850221 (Tabla 5).
Obsérvese que el valor X m es exactamente igual al mayor valor del conjunto de datos
observados, indicando que el proceso de optimización ha utilizado la restricción impuesta
como solución del valor X m .
Considerando la Fig.13, puede decirse que el límite del área que recibe agua en cantidad
mayor o igual al promedio aplicado es considerada como adecuadamente regada y, por lo
tanto, los cultivos ubicados en esta parte del área, en principio, no sufren de deficiencia
hídrica. El límite del área adecuadamente irrigada es indicada por la línea vertical rayada que
divide el área relativa acumulada en dos partes: a la izquierda de esta línea, el perfil de
distribución excede el promedio (línea rayada), en cuanto que, a la derecha, él es inferior a
este valor del agua aplicada. En esta situación, después del ajuste de los parámetros del
modelo, las dos áreas, en exceso y en deficiencia, se quedan exactamente iguales. El límite
47
del área adecuadamente irrigada, denominado aquí como aL , puede ser calculada por la
siguiente expresión:
1
X−X
1
n
(8)
m
a L = 1 − min
X max − X min
1
EXP LNGAMA EXP[LNGAMA(m )]
m n (10)
X = X n + (X m − X n )
1 + mn 1
EXP LNGAMA + m
n
Ejemplificando el cálculo del valor promedio X referente a los datos analizados para
evaluación de manejo del riego indicado en la Tabla 5 ( X max =16,50; X min =10,5652;
n =0,76153; m =1,1283), se puede obtener el siguiente resultado:
1,1283
X = 10,5652 + (16,50 − 10,5652)
1 + (1,1283)(0,76153)
1 (11)
EXP LNGAMA EXP[LNGAMA(0,76153)]
1,1283
1
EXP LNGAMA + 0,76153
1,1283
X = 12,94mm
48
1
12,94 − 10,5652 11,1283 0 , 76153
aL = 1 − (12)
16,50 − 10,5652
= 0,4623
Empleándose la rutina “Solver”, para el ajuste de los datos puntuales observados, que
describen el perfil de distribución del agua basada en el modelo propuesto por la Ecuación 5,
el programa calcula, automáticamente, el valor de aL , usando la Ecuación 8.
Considerando esas definiciones, queda clarificado que existe una estrecha relación entre la
uniformidad de distribución del agua aplicada, el área relativa adecuadamente irrigada y la
eficiencia de aplicación del agua del riego, asumiendo que el excedente aplicado del agua se
encuentra afuera de la zona de utilización de la planta. A continuación, todos estos
parámetros esenciales en el análisis de manejo de la irrigación son detallados.
49
Medidas de uniformidad
La uniformidad de aplicación del agua es el indicador de manejo del riego que refleja el grado
de variación del agua aplicada en una determinada irrigación. Cuanto más uniforme fuera la
distribución del agua aplicada por el sistema de riego, mejor será su funcionamiento. Para la
evaluación de ese parámetro son normalmente empleados dos índices: el coeficiente de
uniformidad de Christiansen (Christiansen, 1942) y el coeficiente de uniformidad de
distribución (Davis, 1966). Existen, todavía, otros coeficientes de uniformidad (Bralts, 1986)
que pueden ser empleados en la evaluación de funcionamiento de los sistemas de riego, los
cuales son basados en parámetros estadísticos comunes, como, por ejemplo, el coeficiente
de variación (Wilcox & Swailes, 1947) y son conocidos como coeficientes de uniformidad
estadísticos. Sin embargo, según afirman Hart et al (1979), es suficiente utilizar sólo un
indicador de uniformidad en la evaluación de funcionamiento del sistema de irrigación.
n
∑ Xi − X / N (13)
CUC = 100 1 − i =1
X
∑X i
X= i =1 (14)
n
En esta definición, cada valor de lámina o caudal recogido es considerado como una
representación de fracciones de áreas iguales del área irrigada. Así, ejemplificando, con los
datos de caudal en un sistema de riego por micro aspersión, los cuáles son indicados en la
Tabla 2, el cálculo del CUC, correspondiente a los valores puntuales observados, es
50
realizado aplicando lo que preceptúa la ecuación 13, conforme indican los resultados
presentados en la Tabla 6.
Tabla 6. Coeficiente de uniformidad de Christiansen (CUC), correspondiente a los valores puntuales de los
caudales recogidos en un sistema de riego por micro aspersión. (Silva et al., 2002).
El elevado valor de CUC de 97,8% indica que el sistema está funcionando con excelente
grado de uniformidad. Es claro que los otros indicadores de manejo, relacionados con los
índices de eficiencia, todavía, necesitan ser analizados para una conclusión definitiva sobre
el patrón de funcionamiento de este sistema de micro aspersión.
Al revés de los datos puntuales medidos, el cálculo del CUC puede ser, también, realizado
directamente del perfil de distribución modelado, sabiendo que el promedio de las
51
desviaciones absolutas D puede ser obtenido, empleando la siguiente definición
Es importante resaltar que la primera integral representa exactamente el volumen del agua
excedente ∀E , en cuanto que la segunda integral representa el volumen del agua en
deficiencia ∀D , los cuales, en este caso, son exactamente iguales. Así, usando el promedio
X , definido por la ecuación 10, el CUC puede ser fácilmente obtenido utilizando la definición
general expresa en la ecuación 13.
1
EXP LNGAMA EXP[LNGAMA(m )] (16)
m n
D = DISTF [ f ;2(m + 1);2 / n] − X aL
1 + mn 1
EXP LNGAMA + m
n
1 1 − a Ln (17)
f =
n + mn a Ln
Para ejemplificar la aplicación de la ecuación 16 en el cálculo del CUC, serán utilizados los
parámetros de ajuste del perfil de distribución referentes a los datos presentados en la Tabla
7 de un sistema de riego por microaspersión. Estos datos están representados, también en la
en la Fig. 16, con los caudales ordenados en forma decreciente, en función de la fracción del
área irrigada.
52
Área relativa acumulada (ai)
1,0
Lâmina de água aplicada (mm)
2,0
3,0
4,0
Modelo ajustado
5,0
Dados observados
Lâmina média requerida
6,0 Lâmina média aplicada
Fig. 16. Perfil de distribución del agua aplicada, con caudales ordenados en forma decreciente, en función de la
fracción del área irrigada por microaspersión. (Silva et al., 2002).
53
Tabla 7. Ejemplo de ajuste entre el área relativa acumulada y los caudales observados en la evaluación de un
sistema de riego por microaspersión. (Silva et al., 2002).
0,6561
X = 35,09 + (38,67 − 35,09 )
1 + (0,8645)(0,6561)
1
EXP LNGAMA EXP[LNGAMA(0,6561)] (18)
0,8645
1
EXP LNGAMA + 0,6561
0,8685
X = 37,14 lph
Es importante apuntar que el promedio del caudal, calculado directamente desde los datos
observados (Tabla 6) fue de 37,04 lph, lo cual guarda estrecha concordancia con el promedio
calculado por intermedio del perfil de caudales ajustado al modelo adoptado (ecuación 18),
resultando en 37,14 lph.
54
Siguiendo los pasos requeridos para el cálculo de D , el valor de a L y f , respectivamente,
a L = 1 − (19)
38,67 − 35,09
= 0,5247
1 1 − (0,5247) 0,8645
f = (20)
0,8645 + (0,6561)(0,8645) (0,5247) 0,8645
= 0,5213
0,6561
D = DISTF [0,5213; 2(0,6561 + 1); (2 / 0,8645)]
1 + ( 0,6561 )( 0,8645)
1
EXP LNGAMA EXP[LNGAMA(0,6561)]
0,8645 (21)
− (37,14)(0,573)
1
EXP LNGAMA + 0,6561
0,8645
= 0,76 lph
Finalmente, llegase al siguiente valor de CUC, utilizando el modelo ajustado (ecuación 13):
0,76
CUC = 100 × 1 − (22)
37 ,14
= 97,95%
Este resultado, también, es bien próximo del valor de CUC=97,81%, calculado directamente
con los datos puntuales observados.
En el caso de los sistemas de riego por pivote central, en los cuales, las láminas de agua
obtenidas a lo largo de la línea radial de recipientes están asociadas con fracciones de áreas
crecientes desde el punto pivote hacia la extremidad externa del área irrigada, hay necesidad
de imponerse una ponderación en los valores de lámina o caudales recogidos, puesto que,
las observaciones más lejanas del punto pivote asume mayor responsabilidad en la
evaluación del funcionamiento por representar áreas más grandes.
55
Por eso, la fórmula de cálculo de CUC expresada por la ecuación 13 hay que ser modificada
para inclusión de los factores de ponderación, asociados con el área relativa acumulada
inherente a cada recipiente. Según Heermann & Hein (1968), el valor de CUC debe ser
determinado aplicando un sistema de ponderación, por lo cual las distancias de cada
recipiente al punto pivote pueden ser consideradas como pesos y la ecuación 13 pasa a ser
expresa de la siguiente manera:
n
∑d X i − X
i
i =1
n
∑ di (23)
CUC = 100 1 − i =1
X
los otros términos ya fueran definidos anteriormente (ecuación 13). En esta ecuación 23, el
promedio general ponderado y el promedio de las desviaciones absolutas ponderadas son
calculadas, teniendo como pesos los valores de d i .
∑X d i i
X = i =1 (24)
n
∑d
i =1
i
Para mejor comprensión de esa aplicación, el siguiente ejemplo ilustrado en la Tabla 8 será
utilizado para el cálculo del CUC ponderado. En la Tabla 8, las láminas observadas están
ordenadas de forma decreciente y sus posiciones originales son retenidas y utilizadas como
factores de ponderación.
56
Tabla 8. Coeficiente de uniformidad de Christiansen (CUC) correspondiente a los valores de láminas recogidas
en un sistema de riego por pivote central. (Silva et al., 2002).
n
∑X S i i
Orden Posición Lámina X i Si Si X i − i =1
n
i Si (m) X i (mm) ∑S
i =1
i
6370,31
CUC = 100 1 − = 89,22%
5914,02
57
Para el caso específico del pivote central evaluado, utilizando tanto los parámetros de la
Tabla 5 ( X m =16,50 mm; X n =10,57 mm; n =0,7615; m =1,1283), como los datos adicionales
de X = 12,94 mm (ecuación 11) y a L = 0,4623 (ecuación 12), entonces el valor del f puede ser
calculado de la siguiente manera:
1
EXP LNGAMA EXP[LNGAMA(m )]
m n
D = DISTF [ f ;2( m + 1);2 / n] − X aL
1 + mn 1
EXP LNGAMA + m
n
(26)
1,1283 EXP[− 0,1103] EXP[− 0,0613]
= DIST [0,4933;4,2566;2,6264] − 12,94 × 0,4623
1 + (1,1283 )( 0,7615) EXP[0,2444]
= 1,38 mm
1,38
CUC = 100 × 1 −
12,94 (27)
= 89,30%
Los valores de CUC calculados por los dos procedimientos son prácticamente iguales,
indicando una excelente concordancia entre el modelo adoptado y los valores puntuales
observados.
Este índice expresa la relación entre el promedio del cuartil inferior de las láminas o caudales
aplicados en relación con el promedio general. Este puede ser expresado, de manera
general, por la siguiente ecuación:
58
N
∑ Xi
i= Nq
N (28)
CUD = 100 N q
∑ Xi
i =1
N
En que N q representa el número de orden correspondiente al entero más próximo del inicio
del cuartil inferior con láminas o caudales recolectados X i ; N representa el número total de
Tabla 9. Coeficiente de uniformidad de distribución (CUD) correspondiente a los valores de los caudales
recogidos en cada microaspersor. (Silva et al., 2002).
59
El valor calculado de CUD resultó en 96,60%, bien próximo del CUC de 97,95%, determinado
por intermedio del modelo propuesto, indicando que el perfil de distribución es muy uniforme.
Otra conclusión decurrente de los dos resultados, arriba de 95%, es que el sistema de riego
evaluado está con alto grado de uniformidad y que ciertamente los demás indicadores de
manejo, relativos a los índices de eficiencia y área adecuadamente irrigada resultarán
también en una categoría de excelencia.
El cálculo del CUD también puede ser realizado directamente del perfil de distribución
ajustado, utilizando la herramienta de cálculo integral. En este caso, el promedio del cuartil
inferior es calculado utilizando la definición apuntada en Warrick (1983) presentada en la
siguiente expresión:
1
X q = 4 ∫ X da (29)
3/ 4
1
EXP LNGAMA EXP[LNGAMA(m )]
m n (30)
X q = X n + 4( X m − X n ) {1 − DISTF [ f ;2(m + 1);2 / n]}
1 + mn 1
EXP LNGAMA + m
n
En que DISTF[ ] es una de las funciones incluida en la pantalla “Excel”, la cual retorna un
valor de la distribución estadística F, con los grados de libertad 2(m+1) en el numerador y 2/n
en el denominador, correspondiente a un determinado valor definido por la siguiente
expresión:
1 1 − (0,75)
m
f = (31)
n + mn (0,75)
m
El cálculo del CUD con el perfil de distribución modelado será ejemplificado con los datos de
la Tabla 7, los cuales se refieren a la evaluación del sistema de riego por micro aspersión ya
discutido en párrafos anteriores. El promedio general para ese caso ya fue determinado
anteriormente por intermedio de la ecuación 18 y resultó en X = 37 ,14 . El caudal promedio
del cuartil inferior de ese ejemplo (Tabla 7), utilizando los parámetros de ajuste ya
60
previamente establecidos ( X m =38,67; X n =35,09; n =0,8645; m =0,6561), puede ser
determinado, utilizando la siguiente secuencia de cálculos (Ecuaciones 32-34)):
1 1 − (0,75)m
f =
(0,8645) + (0,6561)(0,8645) (0,75)m (32)
= 0,1972
0,6561
X q = 35,09 + 4(38,67 − 35,09)
1 + (0, 6561)(n )0,8645
1
EXP LNGAMA EXP[LNGAMA(0,6561)] (33)
0,8645
1
EXP LNGAMA + 0,6561
0,8645
{1 − DISTF [0,1972;2(0,6561 + 1);2 / 0,8645]}
= 35,99 lph
Finalmente, el valor del CUD, para el caso ejemplificado de micro aspersión, puede ser
calculado utilizando la ecuación 28 de la siguiente manera:
35,99
CUD = 100 × (34)
37,14
= 96,90%
Este valor de CUD de 96,90% es muy cercano del CUD calculado directamente con los datos
de los caudales medidos, los cuales resultaron en un 96,60% (Tabla 9), denotando una
excelente concordancia entre los valores de caudales medidos y sus respectivos resultados
calculados por el modelo adoptado (ecuación 5).
Los mismos procedimientos empleados en el cálculo del CUC ponderado, relativo al caso del
pivote central evaluado en este trabajo, también, se aplican al CUD ponderado, cuya
expresión, desarrollada a partir de la ecuación 28, puede ser planteada de la siguiente forma:
n
∑ di X i
i = nq
n
∑ di
i = nq (35)
CUD = 100 n
∑ di X i
i =1
n
∑ di
i =1
61
En que N q representa el número de orden correspondiente al entero más próximo del inicio
del cuartil inferior con láminas o caudales recolectados X i ; N representa el número total de
Para ejemplificar el cálculo de ese indicador, utilizando esta formulación, serán utilizados los
mismos datos de láminas recolectadas en un pivote central, las cuales son precesadas de la
siguiente manera:
Tabla 10. Coeficiente de uniformidad de distribución (CUD) correspondiente a los valores de láminas
recolectadas en pivote central. (Silva et al., 2002).
Láminas
Orden Posición Láminas Cuartil Posición
Si X i del cuart il SjX j
original original ordenadas inf erior correspondient e
inf erior
i Si (m) X i (mm) j Si (m) X i (mm)
1 82 16,50 1353,0
2 70 16,00 1120,0
3 78 16,00 1248,0
4 58 15,60 904,8
5 74 15,50 1147,0
6 122 15,50 1891,0
7 46 15,00 690,0
8 50 15,00 750,0
9 62 15,00 930,0
10 86 15,00 1290,0
11 126 15,00 1890,0
12 134 15,00 2010,0
13 66 14,40 950,4
14 138 14,00 1932,0
15 54 13,50 729,0
16 118 13,50 1593,0
17 130 13,50 1755,0
18 146 13,50 1971,0
19 150 13,50 2025,0
20 154 13,50 2079,0
21 142 13,20 1874,4
22 158 13,00 2054,0
23 174 12,50 2175,0
24 186 12,50 2325,0
25 18 12,00 216,0
26 38 12,00 456,0
27 42 12,00 504,0
28 90 12,00 1080,0
29 94 12,00 1128,0
30 162 12,00 1944,0
31 170 12,00 2040,0
32 98 11,50 1127,0
33 106 11,50 1219,0
34 178 11,50 2047,0
35 190 11,50 2185,0
36 30 11,40 342,0 1 30,0 11,40 342,00
37 34 11,40 387,6 2 34,0 11,40 387,60
38 102 11,00 1122,0 3 102,0 11,00 1122,00
39 110 11,00 1210,0 4 110,0 11,00 1210,00
40 182 11,00 2002,0 5 182,0 11,00 2002,00
41 22 10,50 231,0 6 22,0 10,50 231,00
42 26 10,50 273,0 7 26,0 10,50 273,00
43 114 10,50 1197,0 8 114,0 10,50 1197,00
44 166 10,50 1743,0 9 166,0 10,50 1743,00
Soma: 4576 Soma: 59140,2 Soma: 786,0 Soma: 8507,60
8507,60
10,82
CUD = 100
786,0
= 100 = 83,75%
59140,2 12,92
4576
62
Para determinación del CUD del pivote central ejemplificado, utilizando su perfil de
distribución modelado, pueden ser adoptados los mismos pasos empleados en el sistema de
microaspersión, sin necesidad de cualquier consideración adicional acerca de la
ponderación, pues, al se utilizar el perfil modelado como herramienta de cálculo, la referida
ponderación ya se encuentra automáticamente involucrada en los valores de área relativa
acumulada.
Así, considerando que el promedio general de las láminas del agua aplicada por este pivote
central ya fue calculado, como X = 12,94 mm (ecuación 11), entonces, el próximo paso es
determinar el promedio del cuartil inferior, utilizando el perfil modelado y la ecuación 29.
1 1 − (0,75)m
f =
(0,7615) + (1,1283)(0,7615) (0,75)m (36)
= 0,1511
Con el cual el promedio del cuartil inferior para el referido ejemplo se expresa:
1,1283
X q = 10,57 + 4(16,5 − 10,57 ) ∗
1 + (0,7615)(1,1283)
EXP LNGAMA
1
EXP[LNGAMA(1,1283)] (37)
0,7615
∗
1
EXP LNGAMA + 1,1283
0,7615
{1 − DISTF [(0,1511);2(1,1283 + 1); (2 / 0,7615)]}
= 11,08 mm
Recuérdese que DISTF[ ] es una de las funciones incluída en la pantalla “Excell”, la cual en
este caso, retorna el valor de la distribución estadística F, asociado a f = 0.1511, con los
grados de libertad 2(1,1283 + 1) en el numerador y 2/0,7615 en el denominador.
63
Finalmente, calculando el CUD para ese caso de pivote central, empleando la ecuación 28
de la siguiente manera:
11,08
CUD = 100 × (38)
12,94
= 85,63%
Este valor de CUD de 85,63% es, todavía, cerca del CUD calculado directamente con los
datos medidos, lo cual fue de 83,75% (Tabla 10), pero no tan cerca como en el caso de los
datos obtenidos con el sistema de micro aspersión estudiado. Ese menor grado de
concordancia refleja la mayor dispersión de los nueve menores valores de láminas de agua
aplicada (Fig. 13) en relación al modelo ajustado
Medidas de Eficiencia
Aunque las medidas de uniformidad expresan la capacidad que tiene el sistema o equipo
de riego en distribuir el agua lo más uniformemente posible en el área irrigada, las
medidas de eficiencia, a nivel de la parcela irrigada, expresan relaciones entre los gastos
de agua y el área irrigada en deficiencia, resultantes de la decisión del manejo adoptado
para atender la demanda de agua del cultivo. Así, se puede decir que los indicadores de
eficiencia de la irrigación aglutinan los efectos de la distribución del agua inherente al
método de riego con las peculiaridades del manejo de la irrigación. Según Hart et al.,
(1979), al ignorar las pérdidas de agua por escurrimiento, los índices de eficiencia quedan
resumidos en la eficiencia de aplicación del agua y en el porcentual del área que recibe
agua suficiente para suplir, en el mínimo, el requerimiento hídrico, aquí designado como
coeficiente de adecuación de la irrigación.
64
plano, por a (sin dimensión) por X (mm o caudal), por unidad de anchura del terreno.
Luego, los volúmenes se quedan expresados en la misma unidad de la X.
En la Fig. 13, el volumen útil corresponde a la suma del área adecuadamente irrigada,
menos el volumen excedente, con el área con agua aplicada en deficiencia, o sea, toda
agua incorporada al suelo arriba del área delimitada por la línea rayada, representativa del
promedio del agua aplicado debe ser considerado como volumen útil.
∀
EA = 100 U (39)
∀A
En que EA es la eficiencia de aplicación (%); ∀U es el volumen útil del agua incorporado
en la zona del sistema de raíces de la planta; ∀ A es el volumen total del agua aplicado,
limitado por el pelo contorno del perfil de distribución del agua. Este volumen es
exactamente igual al promedio de la lámina aplicada, el cual está definido en la ecuación
10 y el volumen útil es igual al volumen total aplicado menos el volumen excedente ∀E , o
sea:
∀ U = ∀ A − ∀E (40)
El volumen excedente se encuentra deducido el Anexo (Ecuaciones 89-92) y su solución
matemática es resumida en la formula:
1
EXPLNGAMA EXP[LNGAMA (m)]
m n (41)
∀E = (X n − X )aL + (X m − X n ) DISTF[f ;2(m + 1);2 / n]
1 + mn 1
EXPLNGAMA + m
n
Utilizando como ejemplo para el cálculo del ∀E , el perfil de distribución del agua de un
pivote central, ilustrado en la Fig.13, cuyos parámetros de ajuste se encuentran
presentados en la Tabla 5, primeramente, es necesario determinar el promedio general del
agua aplicado X , utilizando la ecuación 10. Para ese ejemplo específico, el valor de la X
ya fue calculado en la ecuación 11, cuyo resultado es X = 12 ,94 . En seguida, es
necesario que sea calculado el valor del parámetro f , lo cual es requerido en la
evaluación de la función DISTF[ ], usando la ecuación 17. Este cálculo, a su vez, depende
65
del valor del aL , lo cual es dado por la ecuación 8. Para ese ejemplo específico, los
parámetros aL = 0,4623 (ecuación 12) y f = 0,4933 (ecuación 25) ya están disponibles.
Así, el volumen excedente, de acuerdo con la ecuación 41, utilizando los parámetros de
ajuste ( X m =16,50 mm; X n =10,57 mm; n =0,7615; m =1,1283), puede ser evaluado,
finalmente, de la siguiente manera:
De esa forma, el volumen útil para ese caso ejemplificado resultó en el siguiente valor:
∀U = ∀ A − ∀ E
= 12,94 − 0,6915 (43)
= 12,25 mm
Finalmente, la eficiencia de aplicación, calculada con base en el perfil modelado, del caso
de un pivote central ejemplificado (Tabla 5), puede ser determinada como sigue:
∀
E A = 100 U
∀A
12,25 (44)
= 100
12,94
= 94,67 %
Este indicador de manejo de la irrigación expresa la fracción del área regada con
aplicaciones mayor o igual al promedio general del agua aplicado. Normalmente, al ajustar
el perfil de agua aplicado en un determinado modelo, usando el procedimiento de los
mínimos cuadrados, la línea representativa del valor promedio divide los volúmenes en
66
exceso y en deficiencia en exactamente dos partes iguales (Fig.13 y 14). Sin embargo, el
valor del área relativa acumulada, donde ocurre el cambio de la condición de exceso para
la condición de deficiencia, no es necesariamente igual a 0,5. Esa coincidencia sólo
ocurriría en caso que el perfil fuese simétrico, ajustándose, por ejemplo, a la distribución
estadística normal.
Generalmente, el valor del área adecuadamente irrigada, resultante del ajuste del perfil de
distribución a los datos de la evaluación de manejo, puede no ser lo deseable, así mismo
en los casos de los sistemas de riego con índices de uniformidad y eficiencia de
aplicación, relativamente elevados, como es el caso ilustrado en al Fig. 13 (pivote central).
La evaluación de manejo de esa irrigación resultó en los siguientes indicadores:
aL =0,4623 (ecuación 12); CUC=89,37% (ecuación 27); CUD=85,63% (ecuación 38);
Esa irrigación puede ser clasificada como buena, pues, tanto del punto de vista de la
uniformidad, con CUC entre 80 y 90%, como de la eficiencia de aplicación del agua arriba
de 90%, los indicadores de desempeño son relativamente elevados. Entretanto, el índice
de adecuación de la irrigación de 0,4623, generalmente, no es aceptable, una vez que,
sólo 46,23% del área es adecuadamente irrigada, o sea, solamente esta parte del área
irrigada esta recibiendo una cantidad de agua mayor o igual al promedio aplicado.
8,0
12,0
16,0
32,0
Fig.17. Perfiles del agua aplicada por un pivote central, con láminas presentadas en orden decreciente, en
función del área relativa acumulada, indicando dos eventos distintos para el área adecuadamente
irrigada (46,23 y 90,00%). (Silva et al., 2002).
XR
Fi = (45)
X
En que X R es la lámina del agua o caudal a lo largo del perfil desplazado y X representa las
láminas del agua o caudales del perfil de distribución original, cuyo promedio es considerado
como igual a la lámina neta equivalente a la lámina requerida por el cultivo. Es importante
decir que, cualquiera que sea el valor de X, después de multiplicado por Fi , él se transforma
en X R . A causa de esa afirmación, pueden ser establecidas las siguientes igualdades:
68
X nR = Fi X n X mR = Fi X m X R = Fi X (46)
caudales del perfil desplazado de distribución del agua desplazado; XR es el promedio del
perfil de las láminas de agua o caudales que describen el perfil desplazado.
Utilizando la Fig.17 como base para el desarrollo de las relaciones entre los dos perfiles de
agua aplicada ( X y X R ), puede ser observado que el promedio de las láminas originales
aplicadas X interceptan el perfil de distribución definido por X R , exactamente, en el punto
pretendido aLR del área relativa acumulada. En razón de eso, es posible establecer la
siguiente igualdad:
X = X nR + ( X mR − X nR ) 1 − a LR
n
( ) m
(47)
[ (
X = Fi X n + ( X m − X n ) 1 − a LR
n
) m
] (48)
Lo que origina la siguiente formulación matemática para el cálculo del Factor de Adecuación
del Riego:
X (49)
Fi =
[X n (
+ ( X m − X n ) 1 − a LR
n
)
m
]
Con Fi cambiando en el siguiente intervalo:
X
≤ Fi ≤
X
⇔ 0 ≤ a LR ≤ 1 (50)
Xm Xn
Utilizando los datos relativos a la evaluación del pivote central ejemplificado en la Tabla 5 y
considerando la meta de 90,00% para el área adecuadamente irrigada, el Factor de
Adecuación del Riego calculado es igual a:
12,94
Fi = (51)
[10,57 + (16,50 − 10,57) (1 − 0,9 )
0,7615 1,12830
]
= 1,1873
69
Este resultado significa que será necesario un gasto adicional de agua de cerca de 18,73%
sobre la lámina neta original para que sea alcanzada la meta establecida de 90,00% del área
adecuadamente irrigada para ese sistema de riego.
Así, en la realidad, el factor de adecuación del riego puede ser interpretado como el
multiplicador que debe ser aplicado sobre la lámina neta o caudal del riego para obtener la
lámina bruta o caudal que debe ser efectivamente aplicado para satisfacer la decisión de
manejo de tener 90,00% del área irrigada recibiendo la cantidad neta o mayor del agua
requerida por el cultivo. Esa transformación puede ser expresada matemáticamente como:
LB = Fi LL (52)
Los parámetros necesarios para el análisis del funcionamiento con el nuevo perfil de
distribución ajustado son los siguientes: volumen total del agua aplicado basado en el perfil
de distribución ajustado ∀ AR que es igual al promedio general de ese nuevo perfil de
distribución; nuevo volumen del agua excedente ∀ER ; nuevo volumen útil alcanzado ∀UR y la
eficiencia de aplicación de agua final EAR .
El volumen de agua total aplicado, después del ajuste, puede ser establecido por las
siguientes relaciones:
∀ AR = X R
= Fi X (53)
= Fi ∀ A
70
Volumen excedente del agua con el perfil de distribución ajustado
[ ]
∀ER = Fi X n aLR + (X − X n ) DISTF (f ; 2(m + 1); 2(1/ n)) − X aLR (54)
Considerando la definición expresa por la ecuación 40, este volumen útil ajustado puede
ser calculado de la siguiente manera:
∀UR = ∀ AR − ∀ER
(55)
= Fi ∀ A − ∀ER
La eficiencia de aplicación, después del ajuste de la lámina neta, puede ser calculada
aplicando la siguiente definición dada por la ecuación 37:
∀
EAR = 100 UR
∀ AR
(55)
∀
= 100 uR
Fi ∀a
Utilizando, para fines de ejemplificación, el caso de la irrigación por pivote central, ilustrado
en la Figura 13, y asumiendo que la meta de aplicación del agua es alcanzar una fracción de
área adecuadamente irrigada equivalente a aLR = 0,90 . En este caso, el perfil de distribución
71
del agua ajustado sufrirá un desplazamiento para abajo, proporcional a Fi = 1,1879 (ecuación
∀ AR = Fi ∀ A
= (1,1873) (12,94) (56)
= 15,36 mm
El volumen excedente ajustado ∀ER , después del ajuste de la lámina media del agua
Este volumen excedente corresponde a 15,7% (=100 x 2,42 / 15,36) del volumen total
aplicado en el perfil de distribución ajustado.
El volumen útil ajustado ∀UR después del ajuste del perfil de distribución, resultó en el
siguiente:
∀UR = Fi ∀ A − ∀ ER
= (1,1879 ) (12,94 ) - (2,42 ) (58)
= 12,95 mm
La eficiencia de aplicación ajustada EAR , para el caso ejemplificado, puede ser, finalmente,
evaluada como se sigue:
72
∀
E aR = 100 UR
Fi ∀ A
= 100
12,95
(59)
(1,1879 ) (12,94 )
= 84,3%
73
Consideraciones Finales
Una vez conocida la uniformidad del sistema de irrigación, el evaluador debe primero utilizar
esa información para establecer un juicio sobre la calidad de la irrigación así como su
habilidad en la distribución del agua aplicada. En caso de que el sistema estuviera con un
desempeño muy bajo, en relación a ese indicador, la decisión podrá ser una revisión
hidráulica en la red de distribución para mejorar su patrón de uniformidad. Debe resaltarse
que la ocurrencia de coeficientes de uniformidad bajos resultará, necesariamente, en bajas
eficiencias de aplicación del agua del riego. Para facilitar el juzgamiento del sistema en
relación a ese indicador, se recomienda adoptar una tabla de clasificación, semejante aquella
74
recomendada por Bralts (1986), lo cual, utilizando el concepto de uniformidad de emisión,
para categorizar la irrigación como: excelente (superior a 90%); bueno (80% a 90%); regular
(70% a 80%) e pésimo (inferior a 70%).
Del punto de vista del manejo de la irrigación lo que se aspira con la aplicación del agua es
proveer la cantidad del agua necesaria para la planta que resulte en el rendimiento
técnicamente optimizado y económicamente viable. Basado en el supuesto de que el patrón
de uniformidad del sistema de irrigación es aceptable y, por lo tanto, no será objeto de
cambios, entonces la tarea de ajuste en el manejo del agua queda restringida a la selección
del índice de adecuación del área irrigada que se desea operar el sistema de riego. La
magnitud de la eficiencia de aplicación será una consecuencia de esa decisión. Si el índice
de adecuación del área irrigada, originalmente determinado, fuera aumentado, entonces la
eficiencia de aplicación del agua disminuirá en relación al valor inicial. Al contrario, la
eficiencia de aplicación aumentará. Es evidente que una disminución en el área
adecuadamente irrigada resultará en una reducción potencial de rendimiento del cultivo, lo
que podrá no ser deseable, a pesar del aumento alcanzado en la eficiencia de aplicación del
agua. En conclusión, el punto óptimo del manejo, en términos del área adecuadamente
irrigada es, al final, una decisión económica.
75
Anexo – Derivación de Fórmulas
Lámina promedio
Introduciendo el modelo propuesto (ecuación 5) en la definición de lámina media (ecuación 9)
y procediendo a las debidas integraciones, se alcanza el siguiente resultado
[ ]da
1
X = ∫ X n+ ( X m − X n ) 1 − a n ( )
m
0 (60)
1 1
= ∫ X n da + ( X m − X n ) ∫ 1 − a n ( ) m
da
0 0
La solución de la integral de la ecuación 62, según Abramowicz & Stegun (1972), puede ser
dada en términos de la función Beta completa, aplicando la siguiente definición:
1
B (α , β ) = ∫ u α −1 (1 − u )
β −1
du (63)
0
1
1 1 (64)
∫ (1 − a )
n m
da = B , m + 1
0
n n
Por otro lado, la función Beta completa puede ser expresa en términos de la función Gama
completa de la siguiente manera (Abramowicz & Stegun, 1972):
76
Así, la ecuación 4 puede ser expresada de la siguiente forma:
1
Γ Γ (m + 1)
1
1 n (66)
∫ (1 − a )
n m
da =
n 1
0 Γ + m + 1
n
Además, utilizando la propiedad que Γ(α + 1) = αΓ(α ) , relativa a la función Gama, la ecuación
66 se cambia en la siguiente igualdad:
1
Γ Γ(m )
1
m n (67)
∫( )m
1 − a n da =
1 + mn Γ 1 + m
0
n
En que EXP[ ] es la función exponencial del Excel, en la base de los logaritmos naturales,
con un argumento cualquier; LNGAMA( ) corresponde al logaritmo neperiano de la función
Gama para un dado número positivo y no nulo. Esas expresiones hacen parte del rol de
funciones contenidas en la referida pantalla Excel.
1
EXP LNGAMA EXP[LNGAMA(m )]
1
m n (69)
∫ (1 − a )
n m
da =
1 + mn 1
0
EXP LNGAMA + m
n
1
EXPLNGAMA EXP[LNGAMA (m)] (70)
m n
X = X n + (X m − X n )
1 + mn 1
EXPLNGAMA + m
n
77
Promedio absoluto de las desviaciones
= 2 ∫ X da − 2 X a L
0
∫ X da = ∫ [X +( X ( ) ]da
m
n m − X n ) 1− an
a 0
aL aL (72)
= ∫ X n da + ( X m − X n ) ∫ 1 − a n ( )
m
da
0 0
aL
= X n aL + ( X m − X n ) ∫ 1 − a n ( )
m
da
0
u = an ⇒ a = un
(73)
1
1 −1
⇒ da = u n du
n
a=0 ⇒ u=0
a = aL ⇒ u = a Ln
aL aLn 1
1 −1
(74)
∫ (1 − a )
n m
∫ u n (1 − u ) du
m
da =
0
n 0
78
Haciendo uso de las igualdades λ = aLn , α − 1 = (1/ n) − 1 y β − 1 = m , la integral de la ecuación
74 resulta en siguiente solución:
aL
1 1 (76)
∫ (1 − a )
n m
da = Bλ , m + 1
0
n n
Según Abramowicz & Stegun (1972), las funciones Beta incompleta y completa se relacionan
de la siguiente forma:
Bλ (α , β )
I λ (α , β ) = (77)
B (α , β )
1 1 1 (78)
Ba n , m + 1 = I λ , m + 1 B , m + 1
L
n n n
Según Abramowicz & Stegun (1972), la función Iλ (α, β ) se relaciona con la distribución
estadística F de la siguiente forma:
1 (79)
Ian , m + 1 = DISTF(f ; 2(m + 1); 2 / n)
L
n
1 1 − a Ln (80)
f =
n + mn a Ln
79
1
aL EXP LNGAMA EXP[LNGAMA(m )] (82)
m n
∫ (1 − a )
n m
da = DISTF [ f ;2( m + 1);2 / n]
1 + mn 1
0
EXP LNGAMA + m
n
Así, el promedio de las desviaciones absolutas, definido por la ecuación 37, puede ser dado
por la siguiente fórmula:
1
EXP LNGAMA EXP[LNGAMA(m )]
m n (83)
D = DISTF [ f ;2(m + 1);2 / n] − X aL
1 + mn 1
EXP LNGAMA + m
n
[ ]da
1
Xq = 4 ∫ X n + (X m − X n ) 1− an ( )m
3/ 4
1 1
= 4 ∫ X n da + 4( X m − X n ) ∫ 1 − a n da ( )
m
(84)
3/ 4 3/ 4
1
= (
X n + 4( X m − X n ) ∫ 1 − a n da ) m
3/ 4
1 3/ 4
= ( m
) m
X n + 4( X m − X n ) ∫ 1 − a n da − ∫ 1 − a n da ( )
0 0
Las soluciones de las dos integrales (primera y segunda) del resultado de la ecuación 84 ya
fueran deducidas, respectivamente, en las ecuaciones 69 y 82, reconociendo, en la segunda
integral, que aL = 3 / 4 . Así, la fórmula para el cálculo del promedio del cuartil inferior puede
ser expresa de la siguiente manera:
1
EXPLNGAMA EXP[LNGAMA (m)] (85)
m n
X q = X n + 4 (X m − X n ) {1 − DISTF[f ;2(m + 1);2 / n]}
1 + mn 1
EXPLNGAMA + m
n
Volumen excedente
La primera integral de la ecuación 16 representa exactamente el volumen del agua
excedente, de modo que ∀E puede ser definido de la siguiente forma:
80
aL
∀E = ∫ (X − X ) da
0
(86)
∀E = ∫ X da − ∫ X da
(87)
0 0
aL aL
= ∫ X da − ∫ X da
0 0
aL
= ∫ X da − X a
0
L
(
∀ E = (X n − X )a L + ( X m − X n ) ∫ 1 − a n )m
da (88)
0
1
m
EXPLNGAMA EXP[LNGAMA (m )]
n
(89)
∀E = (X n − X )aL + (X m − X n ) DISTF[f ;2(m + 1);2 / n]
1 + mn 1
EXPLNGAMA + m
n
∀ER = ∫ (X R − X ) da (90)
0
81
a LR
∀ ER = ∫ (X
0
R − X ) da
a LR a LR
= ∫ X R da −
0
∫ Xda
0 (91)
a LR
= FI ∫ X da − X a LR
0
a LR a LR
m
( )
= Fi ∫ X n da + ( X m− X n ) ∫ 1 − a n da − X a LR
0 0
a LR
m
( )
= Fi X n a LR + ( X m− X n ) ∫ 1 − a n da − X a LR
0
Considerando así el mismo desdoblamiento aplicado en la Ecuación 76, entonces puede ser
interferida la siguiente solución para la integral de la ecuación 91, estableciendo aL = aLR :
aLR
n m 1 1 (92)
∫ (1 − a )
0
da = B n , m + 1
n aLR n
1 1
∀ER = Fi X n aLR + (X m −X n ) Ban , m + 1 − X aLR
n LR n (93)
1 1 1
= Fi X n aLR + (X m −X n ) B , m + 1 Ι an , m + 1 − X aLR
n
n LR
n
X − Xn
x= (94)
Xm − Xn
El promedio de x puede ser calculado, integrando la ecuación 95, en el intervalo del dominio
(0,1), resultando en la siguiente ecuación:
1
n m
x = ∫ (1 − a )
0
da (96)
82
1
u = an ⇒ a = un
1
1 n −1 (97)
⇒ da = u du
n
a=0 ⇒ u=0
a =1 ⇒ u =1
1 1 − n
x =B + 1, m + 1
n n (99)
1 1
= B , m + 1
n n
X − Xn 1 1
= B , m + 1 (100)
Xm − Xn n n
Sustituyendo la ecuación 100 en la ecuación 93, entonces lo siguiente puede ser expresado
como:
X − Xn 1
∀ER = Fi X n aLR + (X m −X n ) Ι an , m + 1 − X aLR
X
m − X n
LR
n (101)
1
= Fi X n aLR + (X − X n ) Ι an , m + 1 − X aLR
LR
n
[
∀ER = Fi X n aLR + (X − X n ) DISTF (f ; 2(m + 1); 2(1 / n)) − X aLR ] (102)
a L por a LR .
83
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