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Universidad del valle

Escuela de estudios literarios


Licenciatura en literatura
Seminario taller de teorías literarias III
Luis Alfredo Diaz Romero.

El objetivo del siguiente texto es demostrar que en la historia de “La mujer pantera” de
Manuel Puig; La protagonista (Irena) representa la represión y la liberación de la identidad
sexual femenina y también la oposición frente al discurso psicoanalítico que pretende
regular y controlar el deseo sexual.

El deseo en esencia es una demanda de reconocimiento del otro, que se articula en la


palabra y por tanto desde una dimensión social. En este sentido, el lenguaje y el deseo
condicionan la relación y los vínculos entre los seres humanos. Ramirez, dice que cuando,
no se procura este reconocimiento de manera incondicional, la no realización del deseo se
traduce en una insatisfacción y en un displacer afectando la identidad de cada sujeto. Por
otro lado, Foucault, en historia de la sexualidad en occidente, plantea dos cosas. Primero,
que en el siglo XVII, la sociedad victoriana encierra el sexo en el modelo tradicional de
familia (Burgues), reduciéndolo a su mera función reproductora, y segundo, que a partir del
siglo XVIII, si bien la sexualidad no fue silenciada, si fue reducida al campo del lenguaje
para poder dominarlo, mediante una serie de discursos racionales y profundamente
analíticos regulados por el Estado y la ciencia. Entonces, surgen discursos como el
psicoanálisis, que se encargan de clasificar la identidad de los individuos a partir de sus
conductas sexuales.

En el relato de “La mujer pantera” de Manuel Puig, las imágenes y los símbolos
desempeñan un papel importante en función del deseo, la represión y la liberación de la
verdadera identidad sexual de la protagonista (Irena). Por ejemplo: La pantera encerrada
que está dibujando Irena, mientras conoce al arquitecto, es una imagen poética, que
representa de forma simbólica la represión de su propio deseo sexual, pues es un animal
salvaje, que se encuentra encerrado y no se puede liberar, al igual que ella. Por otro lado,
el miedo que Irena, siente por convertirse en una mujer pantera, es el miedo por asumir su
verdadera identidad sexual, pues la transformación está relacionada con un aspecto erótico
(El beso de un hombre). Como se puede apreciar en el siguiente fragmento:

Ya sé, me imagino que no va a quedar ahí. Pero ¿sabés qué me gusta?, que es como
una alegoría, muy clara además, del miedo de la mujer a entregarse al hombre,
porque al entregarse al sexo se vuelve un poco animal, ¿te das cuenta? (Puig,p.p24)

Otro aspecto importante de la historia es el espacio en el que habita Irena con su esposo,
una casa decorada por todos los elementos que representan la burguesía y el modelo
tradicional de la identidad sexual femenina relegada a la maternidad y vedada de la
búsqueda del placer mediante el sexo. Tal como se puede observar es la siguiente escena:

Se ve entonces toda la decoración de fin de siglo. Ella pregunta quién eligió esas
cosas tan lindas y me parece que él le cuenta que está ahí presente la madre, en
todos esos adornos, que la madre era muy buena y la hubiese querido a Irena, como
a una hija. (Puig, p.p14)

Finalmente la muerte del psicoanalista, representa el triunfo, el desbordamiento y la


liberación del deseo femenino insatisfecho por encima del lenguaje y el discurso que
intenta regularlo. Liberar a la pantera, significa la transgresión de la ley y la anulación de
las prohibiciones, es la irrupción del deseo salvaje en un espacio urbano normativo.

Se puede concluir, que la historia hace uso de la imagen poética y del símbolo para formar
una alegoría, sobre la identidad sexual femenina desde temáticas como la represión y la
liberación deseo. También podemos observar como el autor, hace uso de los estereotipos
para desarticular la identidad sexual femenina, construida a partir de un discurso que
pretende regular el deseo y la sexualidad, pero que finalmente termina siendo desbordado,
por las pulsiones eróticas de la protagonista.

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