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* Exposición

Luis Alfredo Díaz - Paola Montoya - Mariana


Muñoz- Daniela Vanegas.
*Biografía.
* María de los Ángeles Mastretta
de Aguilar es una periodista y
escritora mexicana, nacida en
el estado de Puebla el 9 de
octubre de 1949. Estudió
Ciencias Políticas y Sociales en
la Universidad Nacional
Autónoma de México en 1971.
Es una mujer casada con el
escritor y analista Héctor
Aguilar Camín con el cual
actualmente tienen dos hijas.
* Tía chila
SECUENCIAS
 Independencia de la tía chila (Abandono del esposo)

 Murmuraciones sobre la tía chila.

 El saló n de belleza (confrontació n con esposo de consuelito)

 El esposo maltrataba a la tía chila.

 La gente defiende a la tía chila


Aná lisis narratoló gico:
 En relació n con la historia que se cuenta:

 Narrador extradiegético:

«Lo llevó hacia la puerta dá ndole empujones y cuando lo puso en la banqueta


cerró con triple llave. -Cabrones éstos -oyeron decir, casi para sí, a la tía Chila. Un
aplauso la recibió de regreso y ella hizo una larga caravana. -Por fin lo dije
-murmuró después.»

«Del saló n de Inesita salió la noticia rá pida y generosa como el olor a pan. Y
nadie volvió a hablar mal de la tía Chila Huerta porque hubo siempre alguien, o una
amiga de la amiga de alguien que estuvo en el saló n de belleza aquella mañ ana,
dispuesta a impedirlo.»
 Focalización (Relato de campo limitado-fija)

«Pero la tía Chila vivía de prisa y sin alegar, como si no supiera, como si no se
diera cuenta de que hasta en la intimidad del saló n de belleza había quienes no
se ponían de acuerdo con su extrañ o
comportamiento.»

 Analepsis

«La tía Chila estuvo casada con un señ or al que abandonó , para escá ndalo de
toda la ciudad, tras siete añ os de vida en comú n. Sin darle explicaciones. Un día
como cualquier otro, la tía Chila levantó a sus cuatro hijos y se los llevó a vivir
en la casa que con tan buen tino le había heredado su abuela.»
* cautiverios
HOMBRES:

 Esposo de consuelito

(cautiverio de la agresividad).

«cuando entró con una pistola en la mano el marido de Consuelito Salazar.


Dando de gritos se fue sobre su mujer y la pescó de la melena para
zangolotearla como al badajo de una campana, echando insultos y contando
sus celos, reprochando la fodonguez y maldiciendo a su familia política, todo con
tal ferocidad, que las tranquilas mujeres corrieron a esconderse tras los
secadores y dejaron sola a Consuelito, que lloraba suave y aterradoramente, presa
de la tormenta de su marido.»

«-Usted se larga de aquí -le dijo al hombre, acercá ndose a él como si toda su
vida se la hubiera pasado desarmando vaqueros en las cantinas-. Usted no
asusta a nadie con sus gritos.»
MUJERES

 La tía chila.

Cautiverio(loca):

«Nadie entendía có mo había sido capaz de abandonar a un hombre que en


los puros ojos tenía la bondad reflejada. ¿En qué pudo haberla molestado aquel
señ or tan amable que besaba la mano de las mujeres y se inclinaba afectuoso
frente a cualquier hombre de bien ? -Lo que pasa es que es una cuzca -decían
algunos. -Irresponsable -decían otros.
-Lagartija -cerraban un ojo. -Mira que dejar a un hombre que no te ha
dado un solo motivo de queja.»

Cautiverio(Belleza física):

«Justo estaba en el saló n de belleza, rodeada de mujeres que extendían las


manos para que les pintaran las uñ as, las cabezas para que les enredaran los
chinos, los ojos para que les cepillaran las pestañ as…»
«Fue entonces cuando, agitando sus uñ as recién pintadas, salió de un
rincó n la tía Chila.»

 Consuelito Salazar.

Cautiverio (Sumisión):

«las tranquilas mujeres corrieron a esconderse tras los secadores y dejaron


sola a Consuelito, que lloraba suave y aterradoramente, presa de la tormenta de
su marido.»

«Esta pobre Consuelito que no ve má s allá de sus narices, que se dedica a


consecuentar sus necedades, a ésta le viene usted a hacer un escá ndalo aquí,
donde todas vamos a chillar como ratones asustados.»
Cautiverio(Madresposa):

«¿Está usted celoso? ¿De quién está celoso? ¿De los tres niñ os que
Consuelo se pasa contemplando? de las veinte cazuelas entre las que vive? ¿De sus
agujas de tejer, de su bata de casa?»
Elementos de genero.

Mujeres:

Fabrica de ropa.(confecciones)

Salón de belleza.

Uñas pintadas.

Cabello cepillado.

Cazuelas.

Agujas de tejer.

Bata.
Hombres:

Revolver.

Vaquero.

Gritos.

«Valentia»
* Tía Magdalena.
 Análisis narratológico:

• Narrador extradiegético:

«Bebió un whisky y luego dos. Pegó contra el suelo con un palo de golf hasta
desbaratarlo. Se metió veinte minutos bajo la regadera y al salir puso en el tocadiscos
al Beethoven má s desesperado y cuando su mujer y los niñ os entraron a la casa, dos
horas después, estaba disimuladamente tranquilo.»

 Focalización cero:

«Durante todo ese tiempo, la tía Magdalena se sintió observada por su marido de una
manera nueva. Mientras hablaba, muchas veces la interrumpió para acariciarle la
frente o las mejillas, como si quisiera detenerle cada gesto de jú bilo.»

 Analepsis:
Su marido regresó temprano del trabajo, como cuando estaban recién casados y a ella
le daba catarro.
SECUENCIAS
 La carta(infidelidad de magdalena)

 Dialogo entre magdalena y su esposo.

 El esposo esconde la carta

 Magdalena encuentra la carta

 Tristeza de magdalena

 Brincando la reata

 Confrontació n entre esposos

 El esposo se queda
* Cautiverios
HOMBRES

 Esposo de magdalena

cautivo de esconder sus sentimientos:

«Entró a su despacho para que nadie lo viera, por má s que no había nadie en la
casa.»

«Durante todo ese tiempo, la tía Magdalena se sintió observada por su marido de una
manera nueva. Mientras hablaba, muchas veces la interrumpió para acariciarle la
frente o las mejillas, como si quisiera detenerle cada gesto de jú bilo.
-Me está s mirando raro -le dijo ella una vez.
-Te estoy mirando -contestó él.
-Raro -volvió a decir la tía.
-Raro -asintió él y continuó la conversació n.»
Cautivo de las labores publicas:

«¿Te sirvo otro whisky? -dijo tras besarlo como a un hermano. -Ya no, porque
vamos a comer en casa de los Cobián y no me quiero emborrachar.»

«El lunes, antes de irse a la fábrica, puso la carta encima de todas las demás.»

«Estoy en la fábrica por si algo necesitas»

MUJERES

 Magdalena

Cautiverio (puta):

«De remate, la tía Magdalena se acostaba a otras horas llena de pasió n y


culpa, lo que en los ú ltimos tiempos le había dado una firmeza de caminado y un
temblor en los labios con los que su tipo de á ngel ganó justo la pizca de
maldad necesaria para parecer divina.»
«Magdalena: Como siempre que hablamos del tema terminas llorando y te
confundes en la locura de que nos quieres a los dos con la misma intensidad, he
decidido no volver a verte. No creo imposible deshacerme de mi deseo por ti,
alguna vez hay que despertar de los sueñ os. Estoy seguro de que tú no tendrá s
grandes problemas olvidá ndome. Acabar con este desorden nos hará bien a los
dos. Vuelve al deber que elegiste y no llames ni pretendas convencerme de nada.
Alejandro. PD. Tienes razó n, fue hermoso.»

«Y en efecto, a la tía Magdalena le gustaban los días há biles. Quién sabe a qué
horas ni có mo se encontraba con el torpe aquel, pero de seguro era en los días
há biles.»

«-Afortunada en el juego, desafortunada en el amor -dijo él. -Afortunada en


todo -contestó ella jadeante-. ¿O me vas a salir tú también con que ya no me
quieres? -¿Yo también? -dijo el marido. -Esposo, eres un violador de
correspondencia y usaste un pésimo pegamento para disimularlo -dijo la tía
Magdalena.»
Cautiverio madresposa:

«"Te digo ahorita". Siempre me haces lo mismo. -Y nunca te enojas, eres una
esposa perfecta. -Nunca me enojo, pero no soy una esposa perfecta. -Sí eres una
esposa perfecta. Y sí trá eme otro whisky.»

<<Su mujer, las nanas y los niñ os, se habían ido al desfile del 5 de mayo
para celebrar el recuerdo del día en que los "zacapoaxtlas le restaron prestigio a
Napoleó n". >>

«¿Si yo me fuera podrías brincar la reata? -preguntó él. -Creo que no -dijo la
tía Magdalena.»

«Estaba contando los brincos de su hija que iba en el ciento tres. Las otras dos
niñ as tenían la reata una de cada punta y la movían mientras contaban,
perfectamente acopladas.»
Cautiva de las labores domesticas:

« Contestó que hicieran sopa de hongos, carne fría, ensalada, papas fritas y
pastel de queso, sin dudar ni desdecirse y a una velocidad tal que la cocinera no le
creyó. Siempre pasaban horas confeccionando el menú y ella había contagiado a la
muchacha de sus manías: -La sopa es café y la carne también -dijo la cocinera segura de
que habría un cambio. »
Elementos de genero.

Hombre:

El despacho del esposo.

El vaso de whisky

La fabrica.

El escritorio.

Mujer:

El llanto

La reata

La cocina

El nochero de la abuela.
FIN

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