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En ocho de junio de dos mil dieciséis, se da cuenta al Juez, la demanda de

amparo que remite la oficina de correspondencia común de los Juzgados de


Distrito en La Laguna, con número de registro 14053. Conste.

Torreón, Coahuila; ocho de junio de dos mil dieciséis.

Téngase por recibida la demanda de amparo que remite la oficina de


correspondencia común de los Juzgados de Distrito en la Laguna, promovida, al
parecer por José Jiménez Castañeda, en su carácter de abogado patrono de
María Susana Castañeda Díaz, contra actos de la Cuarta Sala del Supremo
Tribunal de Justicia en el Estado de Jalisco, con residencia en Zapopan.

Regístrese bajo el número estadístico 1003/2016-III, y háganse las


anotaciones correspondientes en el libro de gobierno.

Ahora bien, atento a que de conformidad con el artículo 113 de la ley de


Amparo, el Juez de Distrito está obligado a examinar el escrito de demanda y si
encontrare un motivo manifiesto e indudable de improcedencia la desechará de
plano.

“Artículo 113. El órgano jurisdiccional que conozca del juicio de amparo indirecto
examinará el escrito de demanda y si existiera causa manifiesta e indudable de
improcedencia la desechará de plano.”.

En el presente caso debe desecharse de plano la presente demanda de


amparo, pues se actualizan las condiciones previstas en el citado numeral, en
virtud de que el motivo manifiesto se advierte en forma patente y absolutamente
clara de la lectura del líbelo; la segunda condición es lo indudable del motivo de
improcedencia, pues se tiene la certidumbre y plena convicción de que éste es
operante en el caso concreto, de tal modo que aún y cuando se admitiera la
demanda y se substanciara el procedimiento no resultará factible formarse una
condición diversa, independientemente de los elementos que eventualmente
pudieran allegar las partes.
Así las cosas, analizada la demanda en cuestión se advierte que opera la
causa de improcedencia a que refiere el artículo 61, fracción XXIII,  en relación
con el numeral 6, ambos de la Ley de Amparo, los cuales a letra expresan:

“Articulo 61. El juicio de amparo es improcedente:

“XXIII. En los demás casos en que la improcedencia resulte de alguna disposición


de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, o de esta Ley.

“Artículo 6o. El juicio de amparo puede promoverse por la persona física o moral
a quien afecte la norma general o el acto reclamado en términos de la fracción I del
artículo 5o. de esta Ley. El quejoso podrá hacerlo por sí, por su representante legal o por
su apoderado, o por cualquier persona en los casos previstos en esta Ley.
Cuando el acto reclamado derive de un procedimiento penal, podrá promoverlo,
además, por conducto de su defensor o de cualquier persona en los casos en que esta
Ley lo permita.”

De lo trascrito, se colige que el juicio de amparo será improcedente, si no se


sigue a instancia de parte agraviada, es decir por la parte a quien perjudique la ley
o acto que se reclama. Esto es así, pues conforme al artículo 107
constitucional, fracción I, el juicio de amparo se seguirá siempre a instancia de la
parte agraviada; por su parte, el artículo 6 de la Ley de Amparo previene que el
juicio de amparo únicamente puede promoverse por la parte a quien perjudique la
norma general o el acto reclamado, pudiendo hacerlo por sí o por su
representante, por su defensor si se trata de un acto que corresponda a una causa
criminal, o cualquier persona en los casos en que dicha ley lo permita.

Por lo tanto, si la parte que se considera agraviada promueve juicio de


amparo impugnando el acto reclamado, y si el escrito que contiene la demanda
carece de su firma, como ésta constituye una formalidad indispensable para dar
curso a cualquier escrito que contenga una promoción judicial, puesto que sirve
para dar autenticidad al mismo, es claro que la demanda de amparo es
improcedente y debe sobreseerse en el juicio.

De ahí que al regirse el juicio constitucional por el principio de instancia de


parte agraviada, conforme al aludido artículo 6 de la Ley de Amparo, es menester
que el particular a quien se afecte en su esfera de derechos por un acto de
autoridad, sea quien presente el escrito de demanda de amparo en calidad de
promovente, debidamente firmada, o bien, en caso de no saber hacerlo,
estampando su huella digital, pues de no hacerlo así, no se insta al órgano
jurisdiccional para que conozca de la contienda constitucional, porque un escrito
de demanda, cualquiera que sea la naturaleza del acto reclamado, sin firma o
huella digital, es un simple documento con ausencia de ánimo volitivo para
resolver el conflicto constitucional, lo que conllevaría al sobreseimiento del asunto.

Ahora bien, la demanda de amparo que remitió la oficina de


correspondencia común de los Juzgados de Distrito en La Laguna, con residencia
en esta ciudad, promovida por José Jiménez Castañeda, en su carácter de
abogado patrono de María Susana Castañeda Díaz, se aprecia que dicho líbelo
constitucional carece de la firma autógrafa del promovente, pues ésta es una
copia simple, sin que se haya certificado que la misma se haya presentado a
través de los medios electrónicos con la firma electrónica (firel) correspondiente.

En ese sentido, al no contar la demanda de amparo con la firma autógrafa


del promovente, ni tener el certificado de su presentación a través de los medios
electrónicos, es evidente que no existe iniciativa de parte agraviada, por lo que lo
procedente es sobreseer en el presente juicio de amparo, promovido por quien dijo
ser José Jiménez Castañeda, en su carácter de abogado patrono de María
Susana Castañeda Díaz, de conformidad con lo establecido en el artículo 61,
fracción XXIII, en relación con el artículo 6, de la Ley de Amparo.

Así se sostiene en la tesis publicada en la página 314, del tomo X, octubre


de 1992, octava época, del semanario Judicial de la Federación, bajo el rubro y
texto:

“DEMANDA DE AMPARO IMPROCEDENTE POR FALTA DE FIRMA. El juez de


Distrito no tiene obligación de ordenar que se subsane la omisión en que incurrió el
quejoso, ya que la falta de firma en el escrito de la demanda de amparo, no puede
considerarse como una "irregularidad" de la misma, en los términos previstos por el
artículo 145 de la Ley de Amparo; puesto que un escrito que carece de firma, debe ser
considerado como un simple papel que no incorpora expresión de voluntad alguna y, por
tanto, en estos casos procede desechar de plano la demanda por ser notoria e
indubitable su improcedencia.
Y la tesis con número de registro 225017, visible en la página 508, del
Tomo VI, Segunda Parte-2, Julio-Diciembre de 1990, octava época, que textualiza:

“DEMANDA DE AMPARO, SU FALTA DE FIRMA DETERMINA LA


IMPROCEDENCIA DEL JUICIO. El juicio de amparo se rige por principios fundamentales
que lo estructuran, entre los que está, el de "iniciativa o instancia de parte agraviada"
consagrada por el artículo 107 constitucional en su fracción I, que dice: "El juicio de
amparo se seguirá siempre a instancia de parte agraviada"; principio que reproduce el
diverso artículo 4o. de la Ley de Amparo, al estatuir que el juicio, únicamente, puede
promoverse por la parte a quien perjudica el acto o la ley que se reclame; además el
principio enunciado no tiene excepciones y, por consiguiente, rige en todo caso. Ahora
bien, la parte agraviada exterioriza su voluntad a través de la firma estampada en la
demanda de garantías, formalidad indispensable, tanto para darle curso, como para
determinar la autenticidad de la propia demanda, con todas sus consecuencias legales;
por tanto, si la demanda de garantías no se suscribe, por quien aparece como
promovente en su texto, debe entenderse que conforme a las disposiciones invocadas,
propiamente no existirá agraviado y la demanda resultará improcedente, según lo
previene el artículo 73, fracción XVIII de la misma ley, en relación con el artículo 4o. del
propio ordenamiento.

Por lo anteriormente expuesto y con apoyo además en la fracción XXIII, del


artículo 61, en relación con el artículo 6, se desecha la demanda de amparo por
notoriamente improcedente.

Ahora, de la totalidad de las constancias que se anexaron a la demanda de


amparo, se advierte que en el Juzgado Tercero de Distrito en Materia Civil en el
Estado de Jalisco, con residencia en la ciudad de Zapopan, se radicó la demanda
de mérito mediante proveído de seis de abril de dos mil dieciséis, además de que
por auto de siete de junio de dos mil dieciséis, se ordenó girar exhorto vía
electrónica a través del Sistema Integral de Seguimiento de Expediente al Juez de
Distrito en turno en La Laguna, con residencia en esta ciudad, para que se
procediera a emplazar a Gabriela Castañeda Robledo, con domicilio en
Libramiento San Pedro 5, colonia Ind. La Amistad en San Pedro, Coahuila, lugar
en que ejerce jurisdicción este órgano jurisdiccional federal, al juicio de amparo
287/2016, del índice del juzgado homólogo, además, se anexó el exhorto relativo.

En esas condiciones, se ordena a la analista jurídica del Sistema Integral de


Seguimiento de Expedientes de este juzgado, registre la comunicación oficial
enviada electrónicamente, para proceder a su diligenciación.
Comuníquese lo anterior a la oficina de correspondencia común de los
Juzgados de Distrito en La Laguna, para efectos de que compense el exhorto en
cuestión, debido a que fue dicha oficina la que lo turnó como demanda de amparo
y no como comunicación oficial.

Gírese exhorto al Juez de Distrito en Materia Civil en Turno, con residencia


en Zapopan, Jalisco, para que en auxilio ….

Notifíquese.

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