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Para llevar a cabo un proceso de 

reestructuración organizacional de forma eficaz, las


organizaciones deben considerar tres aspectos fundamentales: la sensibilidad, la
estrategia y la previsión.
Se deben tomar importantes decisiones que pueden afectar la vida de la organización y su
viabilidad futura. Si una empresa está considerando la reestructuración total o parcial de su
organización, debe considerar los siguientes aspectos:

Reestructurar la estrategia comercial


El primer componente para llevar a cabo una reestructuración empresarial es descubrir por
qué la alta dirección quiere reorganizar el negocio.
Si no se logra comprender la nueva dirección del rumbo de la compañía o definir el
problema que la empresa quiere resolver, no hay nada que guíe el proceso de
reorganización y no habrá manera de medir su éxito. La nueva estrategia comercial se
tiene que basar en los objetivos o criterios que se quieren alcanzar para cumplir con el
plan de reorganización.

Identificar las fortalezas y debilidades


Con la estrategia en mente, se debe identificar ¿dónde? la estructura organizacional actual
no cumple con los objetivos de la empresa y cómo está funcionando. Para conocer dicha
información, se deben realizar encuestas y entrevistas a todos los trabajadores de la
organización.
Muchas empresas inician el proceso de reestructuración  sin tener en cuenta a las
personas que se verán afectadas. Los empleados tienen información valiosa sobre lo que
no está funcionando y lo que la empresa sí está haciendo bien.

Considerar el modelo de reestructuración empresarial


Después de determinar el problema organizativo, reunir los comentarios de los empleados
y las partes interesadas clave y considerar todas las funciones laborales existentes, es
hora de definir un nuevo modelo de organización. La reestructuración empresarial debe
tener en cuenta lo siguiente:

 Las líneas de autoridad.


 Quiénes tomarán las decisiones formales dentro de los departamentos.
 Atributos de los empleados, incluyendo habilidades y experiencia.
 Definición y distribución de funciones en toda la organización y las relaciones entre
esas funciones.

Comunicar la reorganización
Una vez definida la reestructuración organizacional, es momento de comunicar el cambio a
los empleados. La comunicación debe ser transparente. Un organigrama ayudará a crear
claridad, este acompañado del rol que asumirán cada uno de los trabajadores. 

Puesta en marcha con flexibilidad


Finalmente, ha llegado el momento de la reestructuración. Es importante recordar que la
ejecución del mismo no es una tarea fácil. A los empleados les puede tomar un poco de
tiempo adaptarse y alinearse al proceso. Por ello, es necesario realizar un seguimiento de
sus actividades para poder ajustar algunos cambios con el propósito de que cada uno
mejore su productividad.

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