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Resumen 14
9. La escolástica en los siglos XI y XII
9.1 Anselmo de Aosta
9.2 Pedro Abelardo y la controversia sobre los universales
Anselmo de Aosta
(Aosta 1033 – 1109 Canterbury)
De familia noble, es el pensador más importante del s. XI. En este siglo hay un
reflorecimiento de la vida en diversos niveles. La Iglesia da vida a una radical
reforma de las instituciones. Vive también la lucha contra el Imperio y las cruzadas.
Anselmo fue el hijo benedictino que sintió la necesidad de vivir y presentar la fe en
su contexto; con él surge a teología centrada en el instrumento de la razón.
Fue abad. Fue ordenado obispo de Canterbury. Participó en el concilio de Bari de
1098.
Obras
1. La bondad en virtud de la cual las cosas son buenas puede ser una
sola. Si, pues, las cosas son buenas existe la Bondad absoluta.
2. La variedad de la grandeza cualitativa exige la grandeza suma de la
que se es participe en grados.
3. Lo que existe, existe en virtud de algo. Algo existe, luego el ser
supremo existe.
4. Los grados diversos de perfección que exige una perfección primera
y suma.
Dios es “id quod maius cogitari nequit”. Esto lo piensa el ateo, sabe que l
negar a Dios, está pensando en un ser del que no puede pensarse nada más
grande. Dios está en su entendimiento. El ateo niega que Dios está fuera de
su entendimiento.
Aquí está la contradicción: si Dios es el ser fuera del cual no hay nada más
grande, no es posible considerarlo existente en el pensamiento y no en la
realidad, en este caso no sería el más grande.
Dios y el hombre
“Si un evento se cumple, Dios que prevé cada acontecimiento, debe también
prever éste. Pero lo que Dios prevé sucederá necesariamente como Dios lo
prevé. Es necesario, pues, que algo sea sin necesidad”. La previsión divina
se hace en la eternidad donde no hay cambio, el acontecimiento libre, en
cambio, se realiza en el tiempo.
El programa de Anselmo fue aclarar con el corazón lo que se posee por la fe.
Se trata de la fe que busca la inteligencia y por tanto una continua meditación
raciona sobre las razones de la fe. Fides quaerens intellectum y credo ut
intelegiam.
La razón se ha de emplear de acuerdo con reglas precisas y un método
coherente y parta de un presupuesto indudable: el realismo.
El realismo de Anselmo
Pedro Abelardo
(Le Pellet 1079 – 1142 Cluny)
Obras
Principios de la ética
2. La cuestión de la “dialéctica”