Está en la página 1de 68

ESPIRITUALIDAD DE

'CRI STIANISME i JUST1C/A


Roger de Llúria, 13
BARCEL ONA.-1 0

JON SOBRINO
• LEONARDO BOFF
SEGUNDO GALILEA
FREI BETTO
VICTOR CODINA
•WAN HERNANDEZ
J.A. GARCIA

Edita: HOAC, Núm. 9 - Saptiannbre 1985


PRESENTACION

Ene! encuentro entre el compromiso político y la


experiencia religiosa contemplativa, nos jugamos
los cristianos el futuro de una identidad que incida
adecuadamente en los procesos de liberación.

A lo largo de estas páginas, diversos teólogos de


la liberación exponen su comprehensión de una
"espiritualidad de la liberación", que alienta el
compromiso de numerosos cristianos, que movidos
por ella han llegado a dar la vida por la emancipa-
ción de los más pobres de la tierra a través de su
participación en diversos procesos revolucionarios
de nuestro tiempo.

Agradecernos a las revistas "Diálogo", "Chris-


tus", "Sal Terrae" y "Revista Eclesiástica Brasi-
leira" la posibilidad de dar a conocer en España
estos textos escritos en su mayoría en publicaciones
latinoamericanas.

Esperamos que este "Cuaderno de Noticias


Obreras" sirva para que en los ámbitos cristianos
populares se intensifique la vivencia de una síntesis
armónica entre la lucha social y política y la con-
templación del Dios de la historia revelado en Jesús
de Nazaret.

Ediciones HO A C

Cuadernos de NOTICIAS OBRERAS

Dirección, Redacción y Administración:


Alfonso XI, 4 - 3Q , 28014 Madrid
Teléfono: 232 32 01

Imprime: NOTIGRAF, S.A.


San Dalmacio, 8
Portada: CHIPOLA 28021 Madrid
Depósito Legal: 2539-1958
Ilustraciones: CEREZO BARREDO
CRISTIANISME i JUSTICIA .
Roger de Ltúria, 13
BARCELONA-10

OS gritos y el llanto que oímos y vemos estos días, nos asoman a todos
los calvarios de Nicaragua. Madres dolorosas, gloriosos cuerpos asesina-
y dos, cruces redentoras, flores, liberación, resurrección, vida, futuro.
TEO FILO CABESTRERO
la realidad, en lo que ésta tiene de hacerlas injusticia, en violentarlas
trascendente e histórica. Esta des- en su propio ser. Y de ahí se deriva
1.- ESPIRITUALIDAD cripción formal tiene la ventaja de según Pablo un triple hecho: (1) se
DE JESUS Y plantear desde el principio el pro- les priva a las cosas, de su propio
blema de la espiritualidad no sólo ser, de su capacidad correctamente,
ESPIRITUALIDAD desde el sujeto (intención, sensibili- (2) se priva al propio sujeto de su
DE LA dad, ideología), sino en su relación verdad, pues su corazón se "entene-
LIBERACION con lo histórico real, pero remite la brece" (v. 21), (3) se llega a la nega-
solución del problema a la correcta ción práctica de Dios, a no
relación entre el sujeto y la historia, reconocerle como el fundamento
que a su vez será la correcta relación del propio espíritu de la realidad y
entre el sujeto y Dios. del sujeto. En esa deshonestidad
Que la correcta relación entre el fundamental con lo real se da la
ion Sobrino
sujeto y la historia no sea fácil de imposibilitación primaria de una
encontrar desde la espiritualidad lo correcta relación entre el sujeto y la
En este trabajo, y debido a la muestran las tentaciones típicas de historia y por lo tanto de la espiri-
finalidad de este número monográ- la espiritualidad' cristiana en sus tualidad.
ficosobre espiritualidad de la libe- formas concretas. Se puede dar la
ración, vamos a hacer unas breves Una reflexión sobre la espirituali-
evasión alienante de lo histórico, el dad debe comenzar por lo tanto a la
reflexiones que enmarquen la paralelismo entre vida espiritual y
estructura típica de la espirituali- manera inversa en la honradez
acción sobre la historia, el acomodo hacia lo real, reconociendo en un
dad de Jesús y de la liberación, sin
sutil a lo que la historia va dando de primer momento la verdad de las
analizar en detalle sus contenidos
si -permaneciendo así el cristiano cosas, tal cual es. Naturalmente que
típicos, tarea que se llevará a cabo detrás de la historia-, o la no menor
en otros trabajos de este número. lo dicho hasta ahora es en exceso
sutil huida de la historia en la antici- abstracto, y pudiera ser fácilmente
La tarea de determinar esta pación utópica, que de hecho deja manipulado, pues se podría objetar
estructura tiene obviamente sus
atrás la historia. que a este nivel de reconocer la ver-
dificultades. Por una parte no es Estas tentaciones típicas de la dad de las cosas no reside una difi-
fácil determinar, y menos aún a par-
espiritualidad nos llevan a plantear cultad especial. Sin embargo
tir de un estudio detallado de la
el problema de la espiritualidad en creemos que esto no es así, y lo
psicología de Jesús, en qué consis-
la correcta relación del sujeto con la vamos a ejemplificar con unos bre-
tió su espiritualidad. Tampoco es
historia, del espíritu del sujeto con ves datos tomados de la vida de
fácil determinar lo que de espiritua-
el propio peso objetivo de la histo- Jesús y de la práctica de la libera-
lidad hay en la praxis de liberación,
ria, con su propio espíritu. Por ello, ción.
pues si se ha descrito y analizado
sin pretender hacer un análisis El primer paso de la espirituali-
abundantemente esa praxis y la teo-
exhaustivo y más bien al modo de dad es el honrado reconocimiento
logía subyacente, como su
señalar pistas, vamos a presentar lo de la creación tal cual es. La crea-
momento ideológico, no se ha des-
que a nuestro entender son exigen- ción no es sólo teológicamente
rrollado tanto su dimensión de espi-
cias mínimas, pero fundamentales hablando el hecho por el cual se le
ritualidad. Pero quizás la mayor
de esa relación, y que ofrecen a la atribuye a Dios la omnipotencia y
dificultad resida en determinar de
vez la estructura fundamental de la al hombre, a la vez, su dependencia
qué se trata cuando hablamos de
espiritualidad. y su participación responsable en el
"espiritualidad", y qué es aquello
que la cualifique como cristiana. poder de Dios. La creación no
Cierto es que al afirmar, por ejem- 1. HONRADEZ DE LO REAL apunta sólo al modo como el
plo, que la espiritualidad cristiana mundo ha llegado a ser y a las rela-
se basa en el seguimiento de Jesús, Lo que positivamente queremos ciones que se establecen entre Crea-
en la escucha y puesta en práctica de afirmar con esta expresión viene dor y creatura, precisamente
la palabra histórica de Dios, en asu- descrito admirablemente de forma porque así se ha originado la reali-
mir la situación, la causa y del des- negativa en el famoso pasaje de dad histórica. La creación es sobre
tino de los pobres estamos haciendo Rom 1, 18ss: "La 'cólera de Dios se todo la afirmación fundamental
ya importantes afirmaciones sobre revela contra la impiedad e injusti- sobre lo real.
la espiritualidad cristiana. Pero esto cia de los hombres que aprisionan
todavía no ofrece un concepto de la verdad en la injusticia". La pri-
espiritualidad, aunque apunte a mera y fundamental condena se
dimensiones cristianas de lo que dirige al hecho primario de la nega- "El primer paso de la
haya de ser la espiritualidad. ción que el sujeto hace de la verdad
de lo histórico y objetivo, en nues- espiritualidad es el
A la búsqueda de ese concepto
sistemático podemos comenzar en tro lenguaje, la condena de la des- reconocimiento de la
un primera aproximación afir- honestidad hacia lo real. creación tal cual es"
mando que espiritualidad es el Esa deshonestidad no consiste
talante del sujeto, su forma de ser, meramente en un error no ético
que le relaciona con la totalidad de sobre la verdad de las cosas, sino en

4
Lo real es vida y se mantiene por alto este primer dato funda- La honradez con lo real se lleva a
como real en cuanto se mantiene mental para ser honrados con lo cabo no sólo al reconocerla como
como vida. La creación puede ser real. tal, sino también al corresponder a
vista desde un punto de vista histä- Jesús fue honrado con ese primer la exigencia que proviene de esa
rico-salvifico como el inicio del dato de la realidad de su tiempo. La realidad primaria. La realidad tiene
plan de Dios, pero el que sea el creación de su Padre Dios aparecía su propio peso y por ello su propia
inicio no la degrada a ser mera- viciada, la mayoría de sus contem- exigencia. Cuando no se la apri-
mente preparación a la plenitud de poráneos no eran el hombre siona en la injusticia, de ella misma
ese plan . En el inicio está ya expre- viviente, gloria del Dios vivo. Y esa surge un incondicional "no" y un
sado lo fundamental: la vida de los honradez es lo que proporciona incondicional "si". El no de la reali-
hombres. lógica teológica a muchas de sus dad es a su misma negación, a la
Pues bien, creemos que es típico acciones, pasadas por alto con fre- ausencia, carencia y aniquilación de
de Jesús y de la práxis de liberación cuencia por ser aparentemente la vida. En la terminología bíblica
comenzar con un profundo recono- insuficientemente profundas en es el pecado por autonomasia lo
cimiento de la realidad de la crea- alguien que va a ser el revelador de que provoca la primera reacción
ción y juzgarla según el criterio de la Dios. Jesús siente compasión de las histórica de Dios: el no al fratricida
vida. Que esto no sea tan evidente, muchedumbres, exige a sus discípu- Caín, el no a la opresión en Egipto,
aunque parezca que debiera serio, los que les den de comer, pide el pan el no de los profetas a los que ven-
se puede colegir del uso abstracto cotidiano, defiende a quienes por den al justo por un par de sandalias.
y universalizante que se hace hambre comen de un campo ajeno y No hay teología o teodicea subse-
muchas veces, y también en el len- cura sin más a los enfermos, cuente que pueda y deba acallar ese
guaje de la iglesia, de lo que es la haciendo caso omiso de prescrip- no primario de la realidad, atin4 tic
humanidad, el hombre, y nada ciones que aparentemente apunta- paradójicamente en nombre del
digamos del "hombre moderno", ban a áreas más sublimes de la Dios de vida se haya tratado de sua-
que presumiblemente sería una ade- realidad, como la cültico-religiosa. vizar o endulzar ese no. A partir de
cuada descripción de la realidad Cierto es que Jesús no reducirá su una espiritualidad más sublime o
actual de la creación. actividad sólo a este nivel. Pero no más profunda en apariencia se ha
Reconocer la verdad de la crea- es menos cierto que no se desenten- intentado pasar por alto ese primer
ción hoy debiera tomar otro dió de ello por honradez hacia su paso de la espiritualidad que con-
rumbo. Por fríos y poco teológicos realidad circundante, por honradez siste en la honradez con lo negativo
que parezcan los números de las hacia la exigencia primaria de la de /a realidad. Sin embargo la no-
estadísticas hay que comenzar con creación que es vivir. vida de las grandes mayorías no
ellos y afirmar que la "humani- puede ser condonada por nada, y
dad", "el hombre moderno" son ello además en nombre de Dios.
abstracciones que obscurecen la El sí que exige la misma realidad
realidad y aprisionan su verdad con "Jesús fue honrado con este es un sí a la vida. Pero como la
la injusticia. La humanidad es en primer paso de la realidad mayoría de la creación está encade-
primer lugar la inmensa mayoría de de su tiempo" nada ese sí a la vida debe ser un si a
la humanidad, que hoy, como en devolver la vida amenazada, un si
tiempo de Jesús, vive en la miseria, no simplemente a la vida, sino a dar
en la opresión y la represión. Fuera vida. La misma realidad es la que
de este dato cuantitativo vano será También la praxis de liberación exige lo que de forma genérica se
hacer afirmaciones cualitativas parte del mismo acto de honradez puede llamar el amor. Sólo que la
sobre la verdad de la creación. Su con /a realidad latinoamericana. honradez con lo real exige una pri-
más honda verdad es que la crea- "La teología de la liberación surgió mera caracterización del amor,
ción hoy está viciada porque una en solidaridad con los pobres" (G. aunque mínima, como aquella pra-
inmensa mayoría de hombres viven Gutiérrez). Aunque la explieitación xis dirigida a dar vida en primer
privados de o amenazados en su teológica de ese hecho se haya lle- lugar a los niveles más elementales.
propia vida. vado a cabo fijándose más en el Y por ello una espiritualidad que se
Y reconocer la verdad de la crea- seguimiento de Jesús, en los pasajes base en la honradez con lo real no
ción significa también reconocer de Mt. 25 o del Exodo, en el fondo debe ser ciertamente alienante, es
que esta situación no sólo se debe a hay todavía una lógica más pro- decir, que abdique de esa honradez
limitaciones naturales, sino históri- funda de honradez con la realidad en nombre de la religión o de cual-
cas, es decir, debido a la acción de latinoamericana. La insistencia en quiera de sus sustitutivos, pero ni
unos hombres sobre otros, que con- la solidaridad activa con el pobre y siquiera debe ser precipitada al
figura la humanidad en grupos el oprimido no surge, aunque histó- plantear el amor -como símbolo de
sociales antagónicos y conflictivos. ricamente va inseparablemente dar vida- desde nociones teológicas
Sea cual fuere la ulterior determina- unida a ella, de una exigencia "arbi- o ideológicas de plenitud, de modo
ción de la humanidad, de lo que traria" de Jesús, sino del reconocer que de esa forma se ignorase el dato
significa ser hombre e incluso de la la realidad latinoamericana tal cual primario de la necesidad de dar vida
esperanza cristiana sobre el futuro es y de hacerle justicia, es decir, de a los niveles primarios.
de la humanidad, no se puede pasar no aprisionar su verdad con la Quizás a partir de estos ejem-
injusticia. plos se entienda mejor lo que quere-
5
mos decir al hablar de honradez con En esta situación Jesús perma-
lo real. La espiritualidad debe nece fiel a lo real. Sigue defen-
comenzar con la relación correcta diendo a los pobres, desenmascara
con lo real, con el reconocimiento El si que exige la misma a quienes les oprimen, pronuncia
del sujeto de la realidad tal cual es, y realidad es un sí a la vida" fuertes anatemas contra ellos, y por
sobre todo de los hechos gruesos de esa fidelidad es perseguido y final-
esa realidad. Si se aprisiona la ver- mente condenado y ajusticiado.
dad de las cosas, si se decide de Eso es lo que resume admirable-
antemano sobre su verdad entonces dad, aun cuando esto se vuelva difi- mente la Carta de los Hebreos. Aun
las cosas no hablan y no son porta- cil y surja la tentación de siendo Hijo, Jesús aprendió obe-
doras de la palabra de Dios. Por abandonar la realidad a si misma. diencia, salió al encuentro de la
ello una espiritualidad cristiana La dirección fundamental de la palabra y acogió esa palabra en sus
tiene que hacerse en un primer praxis sobre la historia es cristiana- exigencias más profundas, sin
estado sumamente modesta y mente clara en su doble formula- manipularle, sin contraponer a ella
ponerse en guardia contra el univer- ción formal: erradicación del otra palabra de quien ya sabe más y
salismo doctrinal de quien en prin- pecado e implantación de la vida. mejor. Y por ello la Carta se com-
cipio tiene ya la verdad y la verdad Pero ambas cosas se realizan histó- place en llamar a Jesús el hombre
plena, y sin embargo, pasa por alto ricamente en mutua relación y el fiel.
los datos más elementales y por ello pecado deja sentir su fuerza sobre También en la práctica de la libe-
mismo más teológicos de la reali- quienes quieren construir la vida. ración existe ese segundo momento
dad. Comenzar por abajo podrá La honradez con la realidad pasa de la espiritualidad. Se ha dicho con
parecer poco sublime, pero es el entonces por el momento de lucha razón que propiamente no puede
modo de edificar la espiritualidad contra el pecado y con el momento haber una teología del cautiverio,
sobre roca. de cargar con ese pecado. pero sí la que se hace desde el cauti-
Una clara tipificación de esa fide- verio (L. Boli). Es éste un reconoci-
lidad aparece en los cantos del miento de la necesidad de asumir la
siervo de Jahvé, si se les considera negatividad de la historia, y así de
2. FIDELIDAD HACIA LO en su conjunto si no se les lee desde ser fi el a ella. Mientras exista el cau-
REAL el principio desde la óptica de una tiverio, la liberación sólo se puede
teoría de la satisfacción. El siervo es efectuar contra él, ciertamente,
La espiritualidad supone el reco- el hombre honrado con la realidad pero desde dentro de él. Los nume-
nocimiento de la realidad y no que por ello intenta implantar el rosos mártires dan prueba de ello.
manipulada. Pero esto no significa derecho y la justicia entre las gentes. Ingrediente de la práctica de la libe-
que hay que dejar a la realidad Y el siervo es el hombre fiel a la ración es entonces permanecer en
como es. En su mismo seno, lleva realidad, sin dejarse desviar de su esa práctica, perseverar en esa
ésta, como hemos dicho, la exigen- camino por la trágica sorpresa de lo lucha, a pesar del rechazo que se
cia a negar su negación y a alimen- negativo. Hay que obrar sobre la encuentra en la historia.
tar su positividad. Dicho realidad desde dentro de ella misma Lo que hemos llamado entonces
cristianamente, a erradicar lo que es y con las estructuras que ella posee. fidelidad hacia lo real no es otra
pecado y a fomentar lo que es vida. Esta fidelidad hacia la realidad cosa que mantener la dirección
Que la realidad llegue a ser más, está muy presente en la vida de correcta de una práctica salvadora,
que haya más vida no es una propo- Jesús, y no sólo porque en teologi- aun cuando esa práctica sea puesta
sición que en el fondo pueda pro- zaciones subsecuentes se le decla- en cuestión, dificultada o amena-
barse, ni es tampoco históricamente rase el siervo de Yahvé por zada. No hay fidelidad sino es
algo evidente, como lo muestran las antonomasia, sino porque su vida sabiendo y asumiendo lo negativo
recurrentes ideologías de la resigna- histórica así lo muestra en sus gran- de la historia y cargando con ella;
ción, el acomodo y la huida, cuando des rasgos. Jesús es fiel a la exigen- no hay fidelidad hacia lo real, sino
la experiencia histórica acumulada cia de la realidad sin rehuir sus es participando en los dolores de
hace a esta actitud más verosímil. consecuencias, aunque éstas le pon- parto de la creación. En cuanto ese
Sin embargo, la actitud práxica gan en situación de no poder con- parto es doloroso, se participa en lo
hacia la realidad, el obrar sobre ella trolar ya de qué realidad se trata. Su negativo de la realidad no sólo en el
para que dé más de sí, para que anuncio programático es, como el dolor, sino en el mismo no saber y
haya más vida es elemento esencial del siervo, sumamente positivo: "El controlar el resultado del parto. Sin
de la espiritualidad cristiana, aun reino de Dios se acerca". Pero con- embargo la misma realidad exige
sabiendo también por experiencia cretiza desde el principio esa buena seguir siendo fi el, rechazando la
histórica que a esa praxis no le está noticia: "se acerca a los pobres". resignación o la hybris, a la direc-
asegurado de antemano el éxito y a Pero entonces sobreviene la trágica ción en la que apunta ese parto. Es
quienes la llevan a cabo les espera sorpresa. Lo que es buena noticia, este el momento dentro de la espiri-
con frecuencia no ya la vida, sino la lo que todo el mundo debiera aco- tualidad correspondiente a la teolo-
misma muerte. Por ello hablamos ger con entusiasmo y agradeci- gía negativa: el asumir el no-saber
de la fidelidad hacia lo real, es decir, miento se convierte también en sabiendo que sin esa asumpción se
de mantener a lo largo de la historia mala noticia, lo que es gracia se es infiel a la realidad. Sólo que es
la primera honradez con la reali- convierte en amenaza para muchos. exprcsada esta espiritualidad riega-
6
tiva en la forma positiva de fideli- sino que es la sintonía más acabada el don, El "para" que recorre en
dad. con la realidad. Por ello humanizar los evangelios la interpretación de
Esta es la fidelidad de Jesús al al hombre es la suprema tarea, que la vida y muerte de Jesús no debr
reino de Dios en la cruz, aun se justifica por sí misma, que no ser aducido sólo en la soteriología
cuando del Padre sólo oye su silen- tiene límites ni en sí misma, ni en sus como problema regional, sino que
cio, no sólo sobre él, sino sobre la exigencias. pertenece intrínsecamente a la per-
causa del reino. Cuando la realidad La esperanza y la práctica del sona de Jesús. Es su forma de ser en
sólo deja oír el silencio, sabiendo, amor son por ello las formas de fidelidad a la creación. No es que su
sin embargo, que forzar cualquier corresponder a lo que de ilimitado vida sea para la salvación, sino que
otra palabra sería una profunda hay en la misma realidad, y por ello intenta por esencia ser salvación,
injusticia a la realidad. el modo de hacerle justicia, de ser , humanizar a los hombres. Al dar a
honrados y fieles con ella. Esto los hombres de su propia vida y aun
habrá que concretarlo natural- su propia vida, Jesús no está facili-
mente de diversas maneras, como tando la tarea de futuros soteriólo-
de diversas maneras lo concretó gos, sino afirmando simplemente
3. LA ESPERANZA DE LA Jesús e intenta concretarlo la prac- qué significa vivir, cómo se sinto-
REALIDAD tica de la liberación. Pero esas con- niza con la creación de Dios.
creciones no deben ocultar el Esta misma esperanza de la reali-
La creación, dice Pablo, vive en meollo de la cuestión: la espirituali- dad y su correlación con una prác-
la esperanza de ser liberada de la dad es posible en último término si tica dadora de vida es lo que está en
servidumbre y de la corrupción. En el espíritu del sujeto entra en sinto- el fondo de la práctica de la libera-
la misma realidad está la esperanza, nía con el espíritu de una realidad ción o al menos de sus mejores
no acallada por la experiencia de los que busca su propia plenitud. intentos. Y por ello puede haber
siglos, de su liberación. En la misma Desde aquí se puede comprender una auténtica espiritualidad de la
realidad está la semilla de su libera- lo más profundo de la persona de liberación, porque ésta no será algo
ción, de su mejoramiento y de su Jesús. Junto a sublimes afirmacio- superimpuesto ideológicamente al
plenitud. nes cristológicas pueden aparecer mismo hecho de la práctica libera-
Lo típico de la fe cristiana es que muy poco profundas otras afirma- dora, sino el mismo espíritu de dar
ese ideal de la plenitud liberadora lo ciones del Evangelio, como aquel vida. Esa práctica sintoniza con la
formula de dos formas que se remi- sumario en que se dice que Jesús realidad, y por ello también -a pesar
ten una a la otra. Sintonizar con la "pasó haciendo el bien". Pero aquí de las graves dificultades de la libe-
exigencia de la realidad a su propia se encuentra el meollo de su espiri- ración en América Latina- la espe-
plenitud se realiza en la esperanza y tualidad. Sistemáticamente puede ranza de los pobres no decae.
en la práctica del amor. La misma decirse que Jesús se dedicó a huma- Si desde el cielo y la tierra actua-
realidad, a pesar de su larga historia nizar a los hombres, a realizar lo les se puede hablar de un nuevo
de fracasos y miseria, plantea siem- que posteriormente afirmarían los cielo y una nueva tierra es porque
pre de nuevo su exigencia de pleni- cristianos de que la gloria de Dios es esa esperanza surge del mismo pro-
tud. Siempre surge un nuevo éxodo, el hombre viviente. Su punto de ceso práxico liberador, aunque esto
una nueva vuelta del exilio, una partida fue el pauper vivens, el que sólo pueda ser comprendido y for-
liberación del cautiverio, aunque el pobre viva, y desde ahí ofreció mulado desde dentro de ese mismo
éstas no sean tampoco nunca defi- también la vida a los opresores a la proceso y no al margen de él. Al
nitivas. Siempre encuentran un por- manera de conversión, y a todos operar sobre la realidad tratando de
tavoz que le anuncie una nueva -incluidos los pobres- les ofreció la darle vida surge el "más" de la reali-
tierra y un nuevo cielo, una vida verdadera vida, exigiéndoles que dad. Con ese mas hay que ser tam-
más humana, un horno vivens. fuesen pobres de espíritu (1. bién honrado, a pesar de la
Pero el cristianismo pone siem- Ellacuría). negatividad que es también
pre la cuestión de la esperanza en Pasar haciendo el bien es el momento fundamental de la reali-
relación con la práctica del amor. modo, para Jesús, de corresponder dad. Una espiritualidad cristiana
Ambas cosas se alimentan mutua- a la creación en Id propia esperanza tiene por lo tanto que hacer justicia,
mente. El que el mundo sea por fin y en la exigencia a dar vida. Sólo en esperanza y práctica, al mas de la
un hogar para el hombre (E. Bloch) realidad.
que Jesús descubrió también his-
sólo se espera en la medida en que el
tórica y no sólo ideológicamente
hombre pone manos a la obra para
que dar vida significa dar de la pro-
construir ese hogar. El que el
pia vida y aun la propia vida. El
mundo tenga vida sólo se espera
mandamiento del amor, preconi-
dando vida al mundo. Esa tarea de
zado por Jesús e ilustrado con su
humanizar al hombre, de hacer que
propia vida, no puede ser interpre-
el hombre viva no es sólo una arbi-
tado sólo sapiencialmente según la
traria exigencia de Jesús, un "man-
antigua doctrina de "no hagas a los "En la misma realidad está
damiento", aunque sea el la semilla de su liberación"
mandamiento por antonomasia, demás lo que no quieras para tí",
que Jesús declaró como pudiera sino que debe ser interpretado más
profundamente como el último
muy bien no haberlo declarado,
modo de acceder a la realidad según
7
revelación, bien en sus orígenes
(creación), bien en su recurso histó- al Dios del Reino. Su oración de
4. LA EXPERIENCIA DE DIOS
rico (señorío de Dios sobre la histo- acción de gracias, de aceptación y
ria), bien y sobre todo en la abandono en la voluntad de Dios es
Es evidente que este enfoque de la
espiritualidad no plantea ni encarnación del Hijo, e incluso en el la expresión de su propia relación
fi nal escatológico. Y responde
con la historia al hacer el reino. En
resuelve la casuística ni las formas y
métodos de espiritualidad porque negativamente a la advertencia la práctica de humanizar a los otros
no considera la espiritualidad como paulina: sin honradez hacia lo real, se presenta Jesús como el hombre
actividad autónoma del espíritu del las cosas no son ya lo que son para ante Dios. En la práctica de herma-
sujeto. Tampoco elabora detallada- nosotros y pierden su carácter nar a los hombres, se presenta Jesús
sacramental revelatorio y por lo como Hijo ante Dios.
mente la problemática de una espi-
unto no puede existir una experien- La relación histórica de Jesús con
ritualidad de la liberación. Pero
sobre todo, y quizás parezca esto lo cia de Dios, ni por el lado del objeto su realidad circundante es el mate-
más chocante, no ha explicitado (la creación), ni por el lado del rial dentro del cual surge su propia
demasiado la relación del sujeto sujeto (el corazón entenebrecido). experiencia de Dios, a quien en defi-
espiritual con Dios. Esto no signi- El problema de la espiritualidad nitiva llama Padre. Pero la expe-
fica obviamente ni olvido ni menos- por lo tanto no es otra cosa que la riencia espiritual de Jesús no se
precio de esta relación. (En otros correspondencia a la revelación de constituye sólo por el mero hecho
lugares nos hemos extendido explí- Dios. El que a ésta se la considere de nombrarle "Padre", sino que
citamente en analizar desde Jesús dogmáticamente como fundamen- Jesús "le invoca como Padre en una
esa relación, al tratar de su fe, su talmente completada desde el acon- acción histórica liberadora" (Ch.
oración, su discernimiento y su dis- tecimiento de Cristo, no indica Duquoc). Parafraseando a Pablo
ponibilidad hacia el Padre). nada de la posibilidad de una expe- podemos decir que si sobre gentiles
Si hemos enfocado la espirituali- riencia espiritual in actu fuera de la y judíos se reveló la cólera de Dios
dad desde la correcta relación del historia. La revelación como depó- porque aprisionaron la verdad en la
sujeto con la realidad histórica es sito sólo indica una doctrina sobre injusticia, sobre Jesús se ha reve-
por dos razones. La primera y nega- Dios, pero no garantiza una expe- lado la gracia de Dios porque hizo
tiva es para evitar la tentación de riencia de Dios. La experiencia justicia a la realidad. Por ello Dios
plantear la espiritualidad en un cir- espiritual de Dios sólo se realiza aparece en su verdadera realidad
culo puramente espiritual, en el que cuando éste se manifiesta in actu. para Jesús, y por ello puede él invo-
se dé un rodeo eficaz sobre la reali- Por eso, hoy como en el recurso de carle como Padre dentro de su
dad histórica. Pero la trampa de ese la revelación bíblica, sólo se realiza correcta relación con la realidad. Y
rodeo ya la denunció Jesús clara- a través de la historia real. Por ello por ello podemos decir sistemática-
mente en la parábola del samari- la honradez y fidelidad hacia lo real mente que en Jesús se ha revelado lo
tano: el sujeto no puede llegar a su no son otra cosa de parte del hom- último del misterio de Dios para
identidad espiritual ignorando la bre que permitir que Dios se siga nosotros porque en él se ha reve-
realidad que se le impone en su fac- manifestando y puede haber así una lado también lo que significa hacer
ticidad y en sus exigencias. experiencia de la comunicación de justicia a la realidad.
Dios. La honradez con lo real es pues,
La segunda razón es positiva y la
que propiamente permite hablar de necesaria para una experiencia espi-
la espiritualidad también como una ritual de Dios, aunque no sea sufi-
experiencia de Dios, pues en el cientemente para tematizar esa
fondo no hemos hecho más que experiencia como experiencia de
mencionar la estructura de la pro- Dios. Desde un punto de vista cris-
pia revelación y comunicación de tiano -y sin entrar ahora a discutir
Dios. Aunque en lenguaje necesa- la teoría de los cristianos anónimos-
riamente humano hay que usar las "El meollo de la espiritualidad quien hace real una correcta rela-
categorías cronológicamente, y por de Jesús: Pasó haciendo ción con la historia está
ello dar la sensación de que lo que el bien" correspondiendo a Dios y Dios se le
hemos dicho pertenece a los presu- comunica, aunque sea de forma no
puestos de una espiritualidad, temáticamente refleja. Pero aunque
hemos hablado de aquello en que esto es así, quienes creen que en
Jesus ha aparecido la gracia y la
concomitantemente acaece la reve-
lación y comunicación de Dios. La verdad, pueden y deben tematizar
honradez y fidelidad hacia la histo- su correcta relación con la historia
ria no es sólo el presupuesto para Esta es un síntesis la espirituali- cristianamente desde Dios. Si nos
dad de Jesús. La Carta a los hemos extendido en este trabajo en
una experiencia espiritual de Dios,
Hebreos lo explicita muy clara- el carácter necesario de la honradez
sino su materia propia, fuera de la
mente mencionando la fidelidad de con lo real es para asegurar que la
cual e independientemente de la
Jesús a su propio proceso histórico tematización de la experiencia espi-
cual no se da la tal revelación. Esto
y el llegar a ser el primogénito de los ritual sea en verdad cristiana y sea
responde positivamente a la tan
creyentes. Su fidelidad al reino de por lo tanto experiencia del Dios de
repetida estructura histórica de la
Dios es mediación para su fidelidad Jesús.
8
OS sos el Dios de los pobres / El Dios humano y sencillo / El Dios que
suda en la calle / El Dios de rostro curtido / por eso es que te hablo yo /
V así como habla mi pueblo / porque sos el Dios obrero / el Cristo trabaja-
dor.
oración, de la adversación de que confianza radical, presupuesto
2.- LA ORACION DE nada es oración? indispensable de la oración, y hay
JESUS Y DEL LA ORACION DE JESUS:
una sacralización de las fórmulas de
oración a las que parece se quiere
CRISTIANO conceder una autonomía absoluta.
Vamos a presentar un muy breve En cambio, en la oración, de lo que
resumen, y limitado a los sinópti- se trata es de encontrar aquello que
Jon Sobrino
cos, para obtener al menos los crite- el Padre ya sabe, y lo que hay que
rios fundamentales de lo que ha de pedir es que se nos vaya revelando
ser la oración cristiana. esta voluntad. Por esto la petición
fundamental sólo puede ser
A un nivel descriptivo, la oración Lo que Jesús condena de la oración "hágase tu voluntad".
puede describirse genéricamente concreta de su pueblo lnstrumentalización espiritua-
como una de las formas de ponerse lista alienante. (No todo el que me
en contacto con la divinidad. Tiene — Narcisismo espiritual. (El diga "Señor, Señor",.. Mt 7,21).
que ver, por lo tanto, con la expe- Fariseo y el Publicano. Lc 18,11). Esta oración es criticada porque no
riencia de sentido, de totalidad, de Aparece aquí a través de sus nega- es expresión de una praxis ni la
explicitación de lo que es conside- ción lo que es la antropología fun- acompaña. El texto da una prima-
rado como último. Se diferencia, en damental de la oración cristiana. cía a la praxis sin la cual no hay el
un primer momento, de otras for- material sobre el cual versar su
mas de intentar dominar la proble- experiencia cristiana de sentido.
mática de sentido, como pudieran — Instrumentalización opresora.
ser el discurso racional-analítico (Los escribas que devoran los bienes
sobre la divinidad o la experiencia y de las viudas so capa de largas ora-
actividad práxico-ética. Pero aden- "En la oración, de lo que se ciones... Mc 12,40). Se ataca una
trándonos un poco más en la pro- oración que se ha convertido en
trata es de encontrar aquello mercancía. El presupuesto de la
blemática tipicamente cristiana de que el Padre ya sabe, y lo que
la oración, tenemos que afirmar condena es la opresión de las viudas
que su esencia no se va a deducir de hay que pedir es que se nos vaya -símbolo bíblico del desamparado y
lo que histórica, antropológica o revelando esta voluntad". oprimido- por medio de la oración,
fenomenológicamente se entiende Por esto la petición que es aquello que es el acceso a
por oración en la historia de las Dios. Es la total perversión del
fundamental sólo puede ser culto: los escribas con pretexto de
religiones. La oración cristiana no "hágase tu voluntad"
presupone simplemente el contacto largas oraciones se comen las
con la divinidad o con el absoluto, haciendas de las viudas.
sino con el Padre de Jesús. Por Valgan estas citas para afirmar
tanto la oración cristiana ha de que Jesús no es ingenuo respecto a
tener la originalidad de la misma fe la oración, ni le concede tal autono-
cristiana. mía que haga que un mecanismo de
Desde esta perspectiva, en el oración sea ipso facto un meca-
transfondo de este trabajo late el Jesús condena la autoafirmación nismo salvífico. A partir de esta crí-
deseo de dar respuesta a las siguien- del yo egoísta que vicia de raíz la tica negativa, podremos
tes preguntas: Si el Reino de Dios es oración al negar la alteridad del comprender mejor qué fue positiva-
el horizonte último de cualquier otro. Para el fariseo, el polo referen- mente la oración para Jesús.
realidad cristiana, ¿qué puede signi- cial no es Dios, ni el otro hombre,
ficar "oración por el Reino" (igual sino él mismo. Falta el fundamento La oración de Jesús
que decimos "celibato por el posibilizante de la oración: la auto-
Reino")? Si la última experiencia de comprensión a partir de algo o Ante todo, hay que afirmar que
sentido, la misma gratuidad cris- alguien que no sea uno mismo. Jesús hizo oración y que ésta tuvo
tiana se hace real en último término — Falta de pobreza ante Dios: gran importancia en su vida, y que
en el hacer ¿qué puede significar (Cuando oráis no seáis como los los sinopticos diferencian clara-
"contacto con Dios" en la oración? hipócritas... Mt 6,5). La oración - mente la actividad analítica y refle-
Si el cristiano está siempre en supone la actitud de pobreza teoló- xiva de Jesús de lo que propiamente
camino al Padre, si Dios no es toda- gica ante Dios, mientras que aquí es se puede llamar oración. Podemos
vía todo en todo ¿que puede signifi- expresión de la propia grandeza; no considerar tres niveles en su ora-
car la búsqueda de la voluntad de se es honradamente humilde en un ción. Ante todo la típica del judío
Dios en la oración, en contraposi- campo donde esto es indispensable. piadoso, de la cual encontramos
ción a la posesión de Dios que — Palabrería. (Y al orar no char- textos aquí y allá a lo largo de todo
parece implicar el "contacto con leis mucho... Mt 6,7). Es una crítica el evangelio. Ahora nos fijaremos
Dios"? Si el cristiano llega a serio en al 'fatigare deos" de los paganos. más detenidamente en un segundo
la realización del Reino de Dios Condena el intento de llegar a Dios nivel: la oración personal de Jesús
¿cómo se puede distinguir la gene- a trávés de aquello que es lo menos en los momentos de tomar decisio-
ralización de que toda la vida es profundo de la persona. Falta la nes; y en un tercer nivel: la oración

lo
en la que Jesús concentra lo más experiencia de no ser aceptado por zado. Es, por tanto, la expresión de
profundo de su vida. los grandes y en este contexto da un momento denso, de una de la
a) Oración personal en el gracias al Padre porque son los experiencias fundamentales de sen-
momento de tomar decisiones. Toda "pequeños" los que han compren- tido: el dar gracias, el saberse refe-
la vida de Jesús se realiza en un dido. Se alegra sencillamente de que rido a alguien a quien poder
clima de oración. Su vida pública el Reino de Dios se realice entre los agradecer. No es, por tanto, la repe-
comienza con la oración en el bau- pequeños. Esta acción de gracias tición mecánica de fórmulas, sino la
tismo, el cual es interpretado como aparece en un contexto dialéctico y expresión de una profunda expe-
la toma de conciencia de Jesús polémico. Se ha hecho posible lo riencia de sentido.
sobre su misión, sobre aquello que que parecía imposible: han com- — Oración del Huerto. "Supli-
va a totalizar y polarizar su vida. prendido no aquellos que parecían caba que a ser posible pasara de el
Termina con una oración -la del poder comprender -los sabios- sino aquella hora. Y decía: `Abba,
huerto-, expresada diversamente aquellos que parecían no poder Padre'... pero que no sea lo que yo
como oración de angustia y espe- comprender -los pequeños-. Se quiero, sino lo que tú quieras" (Mc
ranza, pero en definitiva como rela- introduce en la oración el elemento 14,35s y paralelos). Es el momento
ción explícita al Padre. Entre uno y de escándalo que se repite constan- en el que la crisis custiona el sentido
otro momento los evangelios están temente en los evangelios, y que es de la totalidad de su vida. No es, sin
jalonados de innumerables alusio- imprescindible para acceder al más, /a muerte lo que Jesús quisiera
nes a la oración de Jesús. Antes de Padre de Jesús, y no a cualquier rehuir, sino la muerte que va a ser
tomar decisiones importantes: elec- divinidad. consecuencia histórica de su vida
ción de los Doce (Lc 6,12), al ense- que, por su actividad profética y
ñar el Padrenuestro (Lc 11,1), antes desenmascarando la injusticia y los
de curar al niño epiléptico (Mc intereses de los poderosos, provoca
2,29). Jesús ora por personas con- las reacciones de quienes quieren
cretas: por Pedro (Lc 22,22), por su darle muerte. En los evangelios,
verdugos (Lc 23,24). Alude a la ora- especialmente en Juan, toda la acti-
ción en ocasiones históricas, como "Ante todo, hay que afirmar vidad de Jesús se ve jalonada con la
cuando afirma que cierta clase de que Jesús hizo oración y que reflexión sobre la amenaza a su
demonios no se expulsan sin la ora- ésta tuvo gran importancia en vida. La oración del Huerto recoge
ción (Mc 9,29), o cuando la rela- su vida, y que los evangelios en un momento denso la crisis de
ciona con la convicción de la fe (Mc diferencia claramente la Jesús a lo largo de su vida.
11,23). La oración era algo habitual Por otra parte, es una oración
en Jesús y así lo reconoce Lucas actividad analítica y que desemboca en una acción histó-
cuando en un sumario, es decir en reflexiva de Jesús de lo que rica: la decisión de ser fiel hasta el
los versículos donde concentra la propiamente se puede fin a la voluntad del Padre. Aunque
actividad de Jesús, afirma que llamar oración" Jesús pida que Dios haga llegar el
"...numerosa multitud afluía para Reino sin que le preceda el sufri-
oírle y ser curados... Pero el se reti- miento, Jesús consciente de su
raba a los lugares solitarios" (Lc 5, "yo", lo sacrifica en nombre de la
15s). Jesús ora en situaciones histó- voluntad del Padre. Es, por tanto,
ricas concretas de importancia, más un momento denso de profundo
allá de las oraciones cúlticas de su sentido, de la relacionalidad consti-
pueblo. En esta oración, aparece el Padre tutiva de Jesús.
como el último horizonte de la per- Resuena nuevamente el "Ablut",
b) Oración en la que concentra lo sona y la actividad de Jesús. Este
más profundo de su vida, en momen- la palabra con que Jesús se dirigía al
horizonte de trascendencia -Padre- Padre con inusitada confianza;
tos cruciales de su existencia. En no se describe abstractamente, es
ellos, recoge el sentido último de su sigue viva su confianza, aun cuando
un Dios parcial hacia los pequeños, no quisiera que su voluntad fuera la
persona, actividad y destino ante el alejado de una divinidad igual-
Padre. Los dos pasajes principales Cruz y el abandono del Padre. En
mente cercana o lejana a todos los este momento de crisis última, a la
son la oración de acción de gracias y hombres. Es un Dios con una
la oración del Huerto. oración de Jesús le compete un no
voluntad determinada que debe saber, que se hace parte del saber
— Oración de acción de gracias. buscarse y cumplirse: "Sí, Padre,
"Yo te bendigo, Padre, Señor del más profundo del Padre.
pues tal ha sido tu beneplácito". La oración del Huerto, es, por
cielo y la tierra, porque has ocul- Es una oración que recoge una
tado estas cosas a sabios y pruden- tanto, una oración típica de Jesús;
profunda experiencia de sentido. se hace en un contexto histórico
tes, y se las has revelado a Ora después de su actividad histó-
pequeños" (Mt 11,25; Lc 10,21). La bien determinado, en continuidad
rica, en medio del conflicto que la con su vida; en ella aparece algo
formulación de esta oración hay origina, consciente de la división
que entenderla en el transfondo esencial a la oración, como es la
que su misión ha ocasionado. Y, en búsqueda de la voluntad de Dios, y
apocalíptico de comunicación de la esta situación, se dirige al Padre
revelación, cuyo contenido es el la confianza en el Padre como aquel
para darle gracias porque algo ines- que incluso en estos momentos es el
Reino de Dios. Jesús ha hecho la perado y maravilloso se ha reali- polo referencial de sentido.
cual el sujeto que ora puede encon-
Así como antes Jesús recogió en tradiciones sobre Dios, propias de
trar sentido. Dicho en el lenguaje de
la oración la totalidad de su vida, Israel, que influyen en Jesús. En
la tradición: afirmamos que este
expresada en un "gracias", ahora, primer lugar, la tradición profética
polo referencia' ha de ser trascen-
en la crisis, la recoge en un "hágase con su Dios de la parcialidad ante el
dente y que su contenido ha de ser el
tu voluntad". amor. pobre y que está contra el pecado
Resumiendo a) y b) podemos Desde esta perspectiva, podemos histórico que crea una situación de
decir que la oración de Jesús es la comprender la oración de Jesús injusticia, el Dios que busca la con-
expresión de este "más" que va sur- como búsqueda de la voluntad de versión personal, que suscita la
giendo en su propia historia. Ese un Dios siempre mayor, cuyo ser vocación del profeta, exigiéndole
"más" va apareciendo en la bús- mayor se muestra precisamente en todo, incluso la propia vida. El
queda de la voluntad de Dios, en la la exigencia y capacitación para una Dios del conflicto, precisamente
alegría de que llegue el Reino, en la acción histórica cuyo núcleo es por su parcialidad hacia los oprimi-
aceptación fiel hasta el final de la amor. dos. La tradición apocalíptica sobre
voluntad de Dios y en la confianza Este polo referencial totalizante Dios, con el énfasis en la renova-
incondicional hacia el Padre. Orar puede influir a dos niveles: al nivel ción de la realidad como obra de los
para Jesús es expresarse en totali- del discurso analítico y de las estra- últimos tiempos, renovación gra-
dad. Esa expresión vive de la histo- tegias concretas y al nivel de la ora- tuita, llevada a cabo por su poder, y
ria concreta, no es, por lo tanto, ción y de la estrategia global. (Igual a la que precederá un cataclismo
meramente intencional. Esta ora- que en la acción de Jesús, este polo universal. La tradición sapiencia!
ción presupone que, aun cuando él referencial influye al nivel de las del Dios creador providente, que
mismo va haciendo el sentido de su tácticas concretas: sobre el mos- permite que en la historia crezcan
propia historia, ese sentido no trarse o no en público, el hablara la justos y pecadores, el Dios bonda-
puede ser pleno sin la referencia a muchedumbre o a los discípulos, doso en quien se puede confiar. La
Alguien, que vaya totalizando lo etcétera; y al nivel de las estrategias tradición sobre el Dios, del cual
que en la historia sólo aparece totalizantes: la decisión de subir a sólo se escucha su silencio -como en
como parcial. La oración de Jesús Jerusalén -decisión de enfrentarse el huerto y la cruz-, con anteceden-
es como es porque surge de una con la totalidad-, las tentaciones - tes en algunos salmos, el Qohelet y
determinada concepción de quién que ponen en cuestión la totalidad Jeremías.
es ese Alguien. de su misión-, el anuncio del Reino, Es dificil reconciliar estas tradi-
el mandamiento del amor, etc.). Es ciones diversas e incluso un tanto
EL PRESUPUESTO DE LA sobre todo a este último nivel, contradictorias; se ha intentado
ORACION DE JESUS: donde se hace importante e impres- hacerlo teóricamente. Creemos más
"EL DIOS DE JESUS" cindible la reflexión sobre el Dios bien que la solución al problema de
de Jesús, sobre el Dios ante quien qué noción de Dios tenía Jesús tiene
Jesús oró de una manera deter- ora en los momentos densos y tota- que basarse en la misma historia de
minada porque tenía una determi- lizantes de su existencia. Jesús, sin presuponer que desde el
nada concepción de Dios. principio hubiese tenido una
"Oración" y "Dios" son realidades Las diversas tradiciones sobre Dios noción de Dios, sino que más bien
correlativas. Lo que de problema que confluyen en Jesús su historia concreta fue sinteti-
tenemos en la oración no es otra zando la gama de matices que sobre
cosa que la expresión de lo que de Sin ánimo de ser exhaustivos, Dios le presentaban las diversas tra-
problema hay en la realidad de podemos ir delineando las diversas diciones. La originalidad de Jesús
Dios. va a consistir en esta síntesis con-
creta que él va haciendo a lo largo
Algunas observaciones sistemáticas de su vida.
Síntesis en Jesús de todas estas
La oración se diferencia del mero
discurso analítico en que es un acto tradiciones: trascendencia, amor
"Si la formalidad del Dios
en que se pretende recoger históri-
camente la totalidad de sentido y el
de Jesús es la de ser siempre La síntesis histórica apunta a lo
sentido de la totalidad. La oración mayor, el Contenido de su ya dicho antes: Dios es un Dios
presupone un polo referencia' de realidad es el "amor". Para siempre mayor, y su realidad más
profunda es el amor. Esto es lo que
sentido que pueda ser totalizante y, Jesús Dios es ante todo va a explicar la oración de Jesús.
por ello, que sea radicalmente "A bba" La última experiencia 1. Trascendencia. En Jesús, no
"otro" para el sujeto que ora, para de sentido no la encuentra en aparece un concepto sistemático de
que la totalidad no quede reducida
a la propia subjetividad. Y ha de ser que Dios es "Rey", "Señor"... trascendencia, de que Dios "es
sino "Padre" mayor", pero se colige de su doc-
de tal manera "otro" que en ningún
momento pueda ser adecuada- trina y actitudes. En efecto, aparece
mente comprehensible y abarcable la idea de la soberanía, de incom-
por el sujeto que ora. Y debe ser tal prensibilidad, incluso de Dios crea-
que sea capaz de desencadenar dor.., con sus correlatos de respeto
y reverencia. Pero esto no es algo
siempre una historia dentro de la
12
típico de Jesús, Nos adentramos 2. Amor. Si la formalidad del realidad de Dios a quien se quiere
más en su visión de Dios cuando Dios de Jesús es la de ser siempre llegar. Por esto no puede haber
consideramos que, para Jesús, Dios mayor, el contenido de su realidad sábado que no sea para los otros.
es gracia. Esto aparece en numero- es el amor. Para Jesús Dios es ante Dios no es un ser egocéntrico cuya
sas parábolas: del amigo inopor- todo "Abba". La última experien- realidad es ser para sí mismo, sino
tuno (Le 11,5-8), en la comparación cia de sentido no la encuentra en que es para los demás.
de Dios con el padre que da a su hijo que Dios sea "Rey", "Señor"..., Por último, aportemos el pasaje
pan y no una piedra (cfr Mt 7,6), y sino "Padre". El fondo último de la en el que se habla de los manda-
sobre todo, en la del hijo pródigo realidad no lo encuentra en la mientos del amor a Dios y del amor
(Lc 15,11-24), donde la trascenden- belleza, poder... sino en el amor. al prójimo (Mc 12,28-34 y parale-
cia de Dios aparece como la realiza- Pero ese Dios cuya ese,ncia es el los) y en donde resultan equipara-
ción de algo que parece imposible, amor no se revela como un amor dos. La afirmación de "amar a
la gracia de Dios como algo absolu- parcial, que se dirige no a los que Dios", cuando se hace cristiana-
tamente no pensado. También detentan el poder -quienes suponen mente tiene una novedad y una
cuando le preguntan si los ricos que Dios es poder- sino a los sin- complejidad desconocidas. "Amar
pueden salvarse a lo que responde poder. ("Me ha enviado a anunciar a Dios" es una expresión doxoló-
que "para los hombres es imposible la Buena Nueva a los pobres..." Le gica en la que se quiere afirmar que
pero no para Dios; pues para Dios 4,18). la última realidad para el hombre y
todo es posible" (Mc 10,27). La la última experiencia de sentido que
realización de lo imposible es la puede realizar es la del amor. Signi-
expresión de la trascendencia de fica que corresponder a un Dios que
Dios. "Lo imposible aparece así: no es amor sólo puede hacerse en la
como acontecimientos supranatu- praxis del amor. Pero la compleji-
rales desde un mundo del más allá dad surge cuando uno se pregunta
La oración del cristiano se hace por las mediaciones históricas de
con consecuencias absurdas para
este mundo. Sino de esta forma: el a partir de la vida real, entre esta afirmación doxológica. La fe
hombre pobre, el impío, el malo la miseria de la historia y en cristiana afirma que es imposible
puede de nuevo, y de manera ines- solidaridad con ella, sin amar a Dios en directo, sin que ese
perada volver a llamarse hombre" amor sea mediado por un amor his-
tratar de superar la historia tórico.
(H. Braun).
concreta buscando algún otro Cuando se habla de amor a Dios,
Esta trascendencia la muestra
también en sus discusiones con los lugar para la oración entonces materialmente se está
fariseos cuando les acusa, por ejem- aparentemente más tranquilo, hablando de amor al prójimo, del
plo, de querer manipular a Dios a pero realmente menos propicio" amor histórico y real del hombre. El
través de sus tradiciones (Mc 7,1- que el amor al prójimo se pueda
17); y nótese que se trata de tradi- calificar además como amor a Dios
ciones religiosas. depende de la formalidad de este
Por último, la trascendencia de amor al prójimo. Si éste se hace
Dios es la que explica la misma his- realmente sin reservas ni condicio-
toria de Jesús. La vida de Jesús va nes y con la convicción de que pase
pasando por diversas etapas que Que la relidad de Dios es amor, es lo que pase el que ama hasta el fin
son diversas para su concepción de decir, un ser parcial en favor de los ha vivido en plenitud, entonces
Dios. Y el paso de la una a la otra no hombres, y que, por tanto, va a ser tiene sentido formular esta expe-
se da sin la tentación, la crisis, la el amor a los hombres la mediación riencia histórica del amor al pró-
ignorancia. Esa es la forma con- privilegiada de acceso a Dios apa- jimo como amor a Dios.
creta cómo Jesús deja que en su rece claramente en el evangelio, No es que existan, por lo tanto,
vida Dios sea Dios. La realidad de sobre todo en aquellos pasajes en dos objetos distintos del amor: Dios
un Dios trascendente, de un Dios los que podría parecer que el amor y el prójimo. Existe una única expe-
siempre mayor incluso que las refle- al hombre entra en colisión con los riencia de la praxis del amor, cuyo
xiones del propio Jesús, es lo que derechos de Dios. Según Jesús, material es el amor al prójimo, y en
explica la vida de Jesús, los cambios Dios no quiere proclamar ningún cuya formalidad -cuando se hace
y rupturas dentro de esta misma derecho para sí que no fuera el sin reservas- se da también la expe-
vida. El Dios de Jesús es trascen- amor eficaz a los hombres. Por esto, riencia de Dios; y por ello puede
dente, misterio santo e inmanipula- el culto no es entendido por Jesús formularse como amor a Dios.
ble. Este es el presupuesto de su como la esfera autónoma de Dios, El amor al prójimo es la condi-
predicación, de su actitud reve- de sus derechos. Si Dios es amor, es ción de posibilidad de la experien-
rente, de sus polémicas con quienes imposible en el sentido más radical cia de Dios como trascendente,
creían tener a Dios aprisionado en de la palabra que coexista un culto como Dios siempre mayor; es su
sus tradiciones, y en el fondo el pre- que no sea a su vez manifestación de única mediación histórica. En el
supuesto de la trayectoria de su amor; de lo contrario, habría una amor, por una parte, aparece el
misma vida, siempre abierta a la estricta contradicción entre la "más", el exceso de realidad y sen-
voluntad soberana de Dios. mediación para llegar a Dios y la tido; por otra, la praxis del amor es
13
el lugar en que se experimenta la condenación. Y, por otra parte, al nos capacita para decir "¡Abbal" y
aporía fundamental: quien de ver- mencionar al Hijo mencionan que para seguir "gimiendo", buscando
dad ama es perseguido, quien se ha aparecido en la historia el modo la voluntad del Padre (Rm 8,15.26).
pone en el camino del amor siente correcto de corresponder y así acce- Lo que Pablo está intentando decir
sobre si el peso del pecado. Aceptar der al misterio del Padre; que en es que la oración del cristiano se
este Hijo ha aparecido el camino de hace, en primer lugar, a partir de la
cristianamente la trascendencia no
acceso al Padre. vida real, entre la miseria de la his-
es una identificación ingenua con la toria y en solidaridad con ella, sin
Mencionan al Espíritu para afir-
exigencia de un absoluto, sino tratar de superar la historia con-
mar que el misterio de Dios no sólo
corresponder a un absoluto a pesar ha aparecido en la historia de Jesús, creta buscando algún otro lugar
de su cuestionamiento por la histo- para la oración aparentemente más
sino que se ha hecho interior al
ria. En la frase tradicional de Pablo, tranquilo, pero realmente menos
hombre y a la comunidad de hom-
significa tener esperanza contra bres. Significa que la novedad de propicio y aun imposible para la
toda esperanza. vida no es algo propuesto sólo oración cristiana. Lo primero que
ejemplarmente en Jesús como el hace el Espíritu es que esta vida sea
Conclusión Hijo, ni una posibilidad pensada o cristiana. Y desde esa vida cristiana
una nueva manera de comprender la oración se hace trinitariamente.
Todas las tradiciones sobre Dios la naturaleza, la historia y el hom- Se ora al padre, misterio trascen-
que recibe Jesús quedan sintetiza- bre, sino que es un cambio real en la dente, pero a quien se puede llamar
das en la tradición "del reino de vida. Significa que el hombre se Padre. Como Jesús, usando su
Dios". Este reino es la alteridad hace deiforme al hacerse el hijo en el misma expresión "abba", e intro-
última de Jesús. En cuanto "reino" Hijo. Más generalmente, significa ducidos en la historia como él, soli-
apunta al amor real e histórico, a la que Dios se ha introducido en la dariamente con ella, dirigiéndose al
comunión del individuo con los historia y que la historia está asu- Padre con la misma confianza y los
demás hombres, y de éstos con el mida en Dios. mismos gemidos. Se ora en el Espí-
origen y futuro de ellos mismos, es Esta realidad trinitaria explica la ritu, es decir, dentro de una vida
decir, con Dios. En cuanto es reino oración del cristiano en el NT. La real cristiana, la vida en el Espíritu
"de Dios" apunta a la última pro- oración cristiana comienza con la de Jesús.
fundidad del reino, a la trascenden- fundamental afirmación de mante- Estructura
cia, al Dios mayor.
En toda oración, para que sea
LA ORACION cristiana, y no meramente oración
DEL CRISTIANO: en el sentido de las religiones, no ha
FUNDAMENTO Y de faltar ninguno de los siguientes
ESTRUCTU RA "Desde' la teología, hemos de elementos:
TEOLOGICA afirmar que sólo se puede a) Oír la palabra de Dios. En este
Fundamento oír está implicado que el misterio de
contemplar desde la praxis Dios es personal y tiene una volun-
Analizando la oración de los cris- del amor" tad salvífica y liberadora. Las
tianos de la primera comunidad, mediaciones de este oír son, de una
tras la experiencia de la resurrec- parte, la vida de Jesús consignada
ción, vemos que su fundamento es en la Escritura y acumulada en la
trinitario. ner el misterio de Dios y por ello el tradición; y, de otra parte, la pala-
"no saber cómo conviene orar" bra de Dios que se manifiesta en la
En su oración mencionan al
Padre, misterio último de la existen- (Rm 8,26). El lugar de la oración situación histórica concreta en
cristiana es la historia y su inserción todas sus dimensiones personales,
cia, santo e inmanipulable, trascen- en ella, la solidaridad y la no eva-
dente como creador y origen de sión de la misma a pesar de los sufri- sociales, políticas y eclesiales.
todo o como futuro absoluto. b) Hacer lo que se ha escuchado.
mientos, la vanidad de la creación, Más allá de la problemática nomi-
Amor, que se expresa como reden- nuestra flaqueza... (Rin 8,
tor y reconciliador. El Padre es nalista de si el "hacer" es ya ora-
puesto, además, en relación con la
18.20.22). Dentro de la historia, la ción, lo que queremos afirmar es
oración se hace en * el Espíritu que que corresponde a la estructura glo-
historia a partir del misterio del mal
y del pecado: su sabiduría se mues- bal de la oración cristiana.
tra en la cruz, que es locura y escán- c) Palabra de acción de gracias o
dalo. de petición de perdón. Este es el
Mencionan también al Hijo uni- momento de pronunciar el "abba",
génito del Padre. Eso significa que, o bien a la manera de Jesús, dando
desde Jesús, el Padre como misterio "El acceso a Dios está mediado gracias, o bien a la manera del hijo
trascendente ha expresado clara- por el amor a los hermanos y, pródigo, pidiendo perdón.
mente su voluntad, ha roto la sime- concretamente, los oprimidos, La cronología de estos tres pasos
tría abstracta de un Dios que -en puede ser más compleja: el oír
en el hacerse de la historia". puede acaecer en lo que descriptiva-
cuanto poder- pudiera ser por esen-
cia salvación y condenación. Desde mente se llama acción; la acción
Jesús, lo que se sabe del Padre es puede ser aquello que nos capacita
que es en directo salvación y no para oír, etcétera.

14
El oir es la traducción antropoló- cias sociales hemos de afirmar que La contemplación es entonces una
gica del ser mayor de Dios, la nece- la teoría -en este caso lo dimensión dentro de un proceso
sidad de discernimiento de la contemplado- no se puede consti- más global de hacer y de hacerse
voluntad de Dios, que por ser un tuir como tal sin mediar la praxis sujeto, y cuya necesidad aparece
Dios que supera absolutamente que ha de condicionar la teoría.
todo, no puede ser adecuadamente para que el hacer y el hacerse sea
Desde la teología, hemos de afirmar realmente del sujeto, y no un mero
captado a través de la naturaleza, que sólo se puede contemplar desde
de la inercia de la historia, de las hacer y hacerse mecánicos. Supone,
la praxis del amor; el acceso a Dios desde el punto de vista bíblico, que
tradiciones de los hombres y ni
siquiera de las prescripciones ecle- la revelación de Dios, es decir aque-
siales. Todo esto serán elementos Ho que va a ser contemplado,
del discernimiento, pero no su solu- sucede en la historia y en el hacer la
ción. El hacer es la condición de "Es una gran verdad evangélica historia. En la Escritura, hay nume-
posibilidad y la verificación de que que el pobre es el que tiene rosos paralelos a esta afirmación
la actitud de quien ora es cristiana. capacidad de convertir fundamental: conocer a Dios es
Es en el hacer y no meramente en la a los demás". hacer la justicia, la verdad se hace
interioridad de la oración donde se en la caridad, conoce a Dios quien
van concretando las actitudes del ama al hermano. Por último, este
cristiano que posibilitan que la inte- modelo no hace tanto hincapié en la
rioridad expresada en la oración cronología de la relación oración/
corresponda a la objetividad de la está mediado por el amor a los her- acción; no analiza si el primer
exigencia cristiana. La palabra de manos y, concretamente, los opri- momento es descriptivamente un
respuesta es la expresión doxoló- midos, en el hacerse de la historia.
gica de corresponder, de ser afin a la inicio de oración o un inicio de con-
Los "a/jis" no pueden ser conside- templación. Su interés reside más
realidad que llamamos Dios. Dar rados como puros destinatarios,
gracias o pedir perdón son expre- en el mismo proceso de la relación
sino también como aquellos en entre ambos y su dialéctica.
sión de a fi nidad experimentada con cuyo contacto se constituye el con-
Dios, como misterio último, o la Pero, y esta es la salvedad que
tenido -o por lo menos parte funda- anunciábamos, "contemplativo"
expresión de su ausencia.
mental de él- de lo contemplado. no en cualquier acción, sino "en la
Por lo que toca a la acción misma, acción por la justicia". La acción
ORACION Y ACCION resumida en el "tradere", hay que que posibilita la contemplación del
POR LA JUSTICIA preguntarse si es una entrega que Dios de Jesús y la contemplación de
anuncia meramente aquello que se la historia desde este Dios es, preci-
Se trata de hallar la correcta rela- ha contemplado, o si anunciando samente, el seguimiento de Jesús en
ción acción - oración superando trata de hacer lo que se ha contem- aquello que le sea nuclear. Y si este
una cierta tendencia al "ex opere plado. Se trata de ver qué tipo de núcleo no estuviera presente no se
operato" atribuido por unos a la acción va a ser el elemento indis- podría suplir a base de "purificar la
oración y por otros a la acción. De pensable para que la oración sea intención" en otras acciones, aun
hecho la absolutización de la ora- cristiana: si el mero anuncio de la neutralmente buenas.
ción ha alienado, como la absoluti- En principio, se debe decir que el
zación de la acción no resulta algo núcleo de la acción cristiana es el
infrecuente hoy. Vamos a presentar
dos modelos teóricos de relación amor. En la situación actual del
"Toda conversión que no Tercer Mundo no cabe duda de que
acción/contemplación y los vamos pase por el pobre, y
a analizar y criticar teóricamente, esta concreción primordial del
sin desconocer que la riqueza de sus operativamente por una amor es la promoción y lucha por la
realizaciones escapa a nuestra vida de hacerle justicia, justicia en favor de las grandes
esquematización. es ilusoria". masas oprimidas. Es a partir de la
relación con este "otro" mayorita-
Modelo "contemplata aliis tradere" rio y oprimido donde se da la cáte-
(Lo contemplado transmitirlo a los goría teológica de "otro".
otros) salvación, o el anunciarla a través Analizando un poco más la "acción
de una acción histórica que la haga por la justicia" como el lugar de la
Nos parece inadecuado. Presu- ya de alguna manera presente. contemplación cristiana hay que
pone que oración y contemplación notar, en primer lugar, que es en el
son dimensiones adecuadamente Modelo "contemplativus in actione" contacto y orientación hacia las
separadas y separables. El "tra- (Contemplativos en la acción) masas oprimidas donde se encuen-
dere" implica la entrega de una tra privilegiadamente el "no"
realidad constituida en la oración a Es el modelo que consideramos incondicional y radical que Dios
un destinatario que no ha influido válido con la salvedad que propon- pronuncia sobre el mundo del
en su constitución. Además, se da dremos. Supone, filosóficamente, pecado. La experiencia de este "no"
una supremacía cronológica, y que el sujeto se va constituyendo en es necesaria e imprescindible para
quizá también real, a la contempla- su interioridad de sujeto en un que exista una contemplación del
ción. Desde la filosofia y las cien- hacer externo a esta interioridad.
15
mente, que la contemplación exista comunitaria hay que tener en
Dios de Jesús y de la historia según
y sea descriptiblemente verificable cuenta dos cosas: a) Que Dios tam-
Dios. bién es mayor que el propio sujeto y
En segundo lugar, es normal- en lugares, tiempos y formas con-
cretas, no sólo porque esto es una que, por tanto, la subjetividad indi-
mente en esta acción donde más se
condición exigida normalmente por vidual no puede agotar la experien-
le exige al hombre: sus cualidades,
la psicología humana, sino también cia de Dios, y que se ha de estar
su tiempo, su seguridad e incluso su
porque esto es ya una expresión de abierto a la manifestación de Dios a
vida; y es en ella donde el elemento
que se quiere realmente oír la Pala- través de los otros. b) Que los cris-
de gratificación puede estar más
bra y que se quiere referir realmente tianos no se salvan individual-
ausente que en otras expresiones del
lo hecho en la acción por la justicia mente. Las afirmaciones
amor.
al Padre de Jesús, a la fuente de ese tradicionales sobre la comunión de
En tercer lugar, es en la lucha por
los santos y la intercesión encierran
la justicia donde normalmente primer amor.
una profunda intuición: a Dios se
surge con más agudeza la aporía
accede como pueblo. Recuérdese,
cristiana y el elemento del "contra"
por ejemplo, como en el bautismo
de la fe, la esperanza y el amor.
la renovación de la vida individual
Mantener esa aporía en la vida real
se hace dentro e incorporándose a
es una de las condiciones para la
experiencia del Dios de Jesús, y por una comunidad, a la Iglesia. E
tanto de la oración. Y por tanto se históricamente es una constatación
convierte en el lugar privilegiado cotidiana que, cuando existe una
profunda conversión individual, se
para la conversión de la persona y
'El camino hacia la fe y busca como lugar de la nueva vida,
del grupo. Es una gran verdad evan-
o una orden religiosa o una comuni-
gélica que el pobre es el que tiene hacia la justicia son dad de base. La fe del individuo va
capacidad de convertir a los demás. inseparables", y la acción acompañada de su inserción en la
Toda otra conversión que no pase por la justicia nos parece comunidad.
por el pobre, y operativamente por
una vida de hacerle justicia, es ilu-
el lugar privilegiado para la Y analizando los tres pasos de la
contemplación, pues estructura de la oración veremos su
soria; se podrá quedar al nivel del
concretiza el lugar en el dimensión comunitaria. Oír comu-
cambio de la autocomprensión de
nitariamente, además de ser ya
la propia persona, pero difícilmente cual la contemplación pueda expresión de la disponibilidad del
llegará al cambio que debe operarse ser contemplación del individuo a evitar autoengaños, es
en la conversión cristiana: el cam-
bio de poseer la vida a entregarla.
Dios cristiano". también el modo histórico de acer-
tar mejor con esta voluntad. Tanto
Por esto "el camino hacia la fe y
por lo que toca a la voluntad de un
hacia la justicia son inseparables",
Dios mayor que la propia subjetivi-
y la acción por la justicia nos parece
dad, como por lo que toca a la com-
el lugar privilegiado para la con-
templación, pues concretiza el lugar plejidad del mundo histórico sobre
el cual se quiere discernir la volun-
en el cual la contemplación pueda
tad de Dios. La comunidad es tam-
ser contemplación del Dios cris-
tiano, y de esta manera el lugar de bién el lugar donde se encuentra la
suficiente imaginación y ánimos
contemplar también la realidad
del mundo y de la historia a la luz de para que la praxis del amor sea
Dios. lucha por la justicia en un mundo
Quizá para terminar habríamos conflictivo; si el proceso total de la
ORACION PERSONAL Y oración necesita testigos de la fe,
de mencionar algunos criterios que COMUNITARIA
a posteriori puedan confirmar si necesita también testigos de la justi-
existe verdadera contemplación o cia. Por otro lado, el grupo comuni-
En la historia de la Iglesia, ha tario es el lugar donde se hace la
sólo acción mecánica por la justicia. privado hasta épocas muy recientes
Podrían ser: La experiencia de gra- experiencia de saberse amados por
la oración individual. En la historia Dios y por Jesús, cuya figura nos
tuidad de la acción que se lleva a de la Iglesia reciente, ha tomado
término basada en que "Dios nos viene mediada por la actuación de
mucho empuje la oración comuni- personas reales y contemporáneas.
ha amado primero". La conversión taria, la cual indudablemente tiene
permanente del "propio" pecado, Por lo que toca a la palabra doxoló-
su fuente en la eclesialidad de la fe. gica de acción de gracias o de peti-
la necesidad constante de negar la La oración comunitaria no es mera-
propia voluntad de poder, la adqui- ción de perdón, se ha de afirmar que
mente la que se hace colectivamente le pertenece también el que sea
sición de las disposiciones y virtu- por la reunión fisica de varias per-
des enumeradas en el Sermón de la comunitaria, precisamente porque
sonas, sino que es aquella en que se es palabra doxológica de sentido.
Montaña. Las nuevas acciones por comparten comunitariamente los
la justicia que desencadena la con- "Sentido" e "individualidad exclu-
tres pasos de la estructura de la ora- siva" parece que se excluyen. "Sen-
templación del Dios siempre ción que hemos comentado.
mayor, que ningún cauce de praxis tido" que no se comparte carece de
Para comprender la oración sentido.
de la justicia podrá agotar. Y final-
16
1

1
1

e
amor a mi patria lo he puesto sobre todos los amores y tú debes con-
vencerte de que para ser feliz conmigo, es menester que el sol de la
libertad brille en nuestras frentes. Ten fe en Dios y él nos dará un hijo
que bendiga la memoria de sus padres que con inquebrantable voluntad le prepa-
raron patria y libertad. (A su esposa Blanca Arara)
e

AUGUSTO CESAR SANDINO


lucha; suponemos también el trata- teología verdadera y nueva, se
miento bíblico y teológico de esa esconde latente una experiencia
3.- ESPIRITUALIDAD práctica. religiosa típica" (L. Boff).
Y LIBERACION Esa actitud y esa experiencia
2) Al concentrarnos en la espiri- están relacionadas históricamente
ion Sobrino tualidad lo hacemos no de forma con la práctica de la liberación, por
genérica, sino en relación con la supuesto. Pero esa relación no es
Para muchos cristianos la libera- práctica de la liberación; es decir, la mecánica, sino complementaria y
ción histórica de los pueblos opri- espiritualidad que una práctica de respetuosa de ambas dimensiones.
midos es absolutamente necesaria y la libertad exige y propicia. Lo que históricamente ha hecho
justa; la práctica de la liberación es recalcar la necesidad de algo más
por eso mismo justa y necesaria. 3) El tratamiento de la espiritua- que la pura práctica es, creemos,
Afirman además esos cristianos que lidad será hecho de forma progra- que desde el principio no se ha tra-
en el compromiso personal y comu- mática y sintética, intentando tado de una pura práctica de la libe-
nitario con la liberación recobran y descubrir sus últimas raíces y su ración, sino de la liberación de los
potencian el sentido de su vida; más contenido fundamental, no sus pobres; y este añadido, lejos de ser
aún, que la práctica de la liberación detalles o sus manifestaciones arti- rutinario o secundario para una
se les ha convertido en mediación culadas en las llamadas espirituali- práctica de liberación, le es esencial,
principal, y para algunos quizás la dades en plural. le pone determinadas condiciones y
única, de su experiencia personal la engloba más claramente en algo
con Dios. Desde esa práctica releen 4) Digamos por último que este que no es la pura práctica.
la totalidad de la Escritura y en ella análisis de la espiritualidad, aunque Los pobres no son sólo los bene-
encuentran la centralidad de la libe- expresado en forma conceptual, se ficiarios de la liberación, sino que
ración, tanto como manifestación hace en base a lo que hacen y dicen en su mero estar ahí son para el
de la voluntad de Dios hacia los los cristianos comprometidos con creyente el lugar histórico de Dios.
oprimidos como en cuanto exigen- la liberación en Centroamérica y Por eso, "lo que sustenta la práctica
cia a propiciarla para quienes creen especialmente en El Salvador, lo y la teoría (teológica) liberadoras es
en él. Liberación, por lo tanto, es cual encuentra también algún para- una experiencia espiritual de
una realidad central en la que se lelismo en lo que hacen y dicen encuentro con el Señor en los
unifican lo histórico y lo personal, algunos no creyentes. pobres" (L. Boíl). El correlato a los
la exigencia del presente y el origen pobres es liberación histórica, pero
normativo de la Escritura; libera- Según esto, dividimos este tra- evangélicamente es el reino de Dios,
ción no supone entonces ningún bajo en las siguientes partes: totalidad más abarcadora que la
problema para esos cristianos, sino 1. La espiritualidad y su problemá- absolutamente necesaria liberación
que más bien encuentran en ella la tica. socio-económica, 'Pobres' dice, por
solución actual a lo que de pro- 2. Necesidad e importancia de la lo tanto, liberación totalizante,
blema hay o puede haber en su ser práctica de la liberación para la integral en el lenguaje eclesial, exi-
hombres, creyentes y cristianos. espiritualidad. gencia a cultivar diversos ámbitos
Pero no ocurre necesariamente lo 3. Necesidad e importancia de la de la liberación, todo lo cual exige
mismo con la espiritualidad. Para espiritualidad para la liberación. una práctica muy llena de espíritu
algunos cristianos comprometidos 4. La espiritualidad de la libera- para hacer avanzar siempre las libe-
con la liberación, la espiritualidad ción como acceso a Dios. raciones históricas hacia la plenitud
posee la misma obvia necesidad que del reino de Dios. Los pobres, como
aquella; pero para otros no es tan 1. La espiritualidad y su problemá- se repite, deben ser los gestores de
obviamente necesaria y puede tica su \ propia liberación; lo cual, si se
seguir siendo vista con recelos y sos- toma absolutamente en serio, con-
pechas. En este preciso contexto 1.1. En América Latina la espiri- fronta con el escándalo de que la
queremos presentar la realidad, tualidad ha estada presente, de hecho liberación pasa también por la debi-
necesidad e importancia de la espi- y de derecho, en el origen de los pro- lidad, con el escándalo del siervo de
ritualidad. cesos de liberación; y la historia pos- Yahvé. Creer en el potencial libera-
Pero antes de abordar el tema terior no ha hecho más que mostrar dor de los pobres y no sólo trabajar
queremos hacer algunas aclaracio- su necesidad e importancia. para ellos reclama una fe que no
nes previas. Ya en los comienzos se dijo que la genera por necesidad la misma
práctica de la liberación no sólo práctica. Esos pobres, por último,
1) Nos vamos a concentrar en la necesita de categorías teóricas (teo- deben ser liberados de su pobreza
espiritualidad y no tanto en la prác- lógicas y científicas), sino de "una material injusta, pero deben crecer
tica de la liberación; damos por actitud vital -global y sintética- que ellos mismos hasta llegar a ser los
supuesta la necesidad de una libera- informe la totalidad y el detalle de "pobres con espíritu" (I. Ellacuría),
ción histórica que incluye muy prin- nuestra vida" (G. Gutiérrez). Repa- según la síntesis sistemática de las
cipalmente la transformación sando años después la práctica de la bienaventuranzas según Mateo y
estructural de sociedades opreso- liberación, se ha constatado que Lucas.
ras, la necesidad de una lucha por la "detrás de toda práctica innova- En la teoría teológica latinoame-
justicia y las formas políticas de esa dora de la Iglesia, en la raíz de toda ricana, por lo tanto, la práctica de la
18
liberación no sólo no excluye otras de trabajar por su reino; pero quizá espíritu; que la espiritualidad le es
dimensiones de la existencia sea más dificil explicitar al Dios del tan inherente al hombre como su
humana como experiencia reli- reino, quien es algo más que una corporeidad, socialidad o praxici-
giosa, actitud vital, espíritu en una exigencia ética de justicia o un dad. Es cierto que el espíritu del
palabra (además de la consabida impulso hacia la utopía. Abordar el hombre está referido a lo material e
necesidad de análisis teóricos), sino tema de la espiritualidad significa, histórico, que esto último condi-
que las reclama. Estas realidades no sin embargo, abordar en serio la ciona su espiritualidad. Pero no es
entran en la teología por la puerta realidad de Dios, como quien es menos cierto que el hombre está
falsa, voluntarista o idealistamente, también persona y Padre, configu- referido a ello con libertad y creati-
ni por pura fidelidad formal a una rador de un reino para sus hijos, vidad, que tiene que configurar lo
tradición que nos ha legado el pero dialogante también con ellos. material e histórico, y que esa confi-
mundo de lo espiritual; entran en la guración no le es dictada mecánica-
liberación con pleno derecho y con 1.3. Las dificultades expuestas mente por aquello.
creciente necesidad. En el fondo, están presentes ambientalmente, con Referido a la liberación, esto sig-
creemos, porque 'los pobres' son mayor o menor intensidad, según nifica que la liberación ofrece un
una realidad que pone en cuestión y personas, grupos y lugares. La res- material y un cauce al espíritu del
moviliza la totalidad del ser hombre puesta a las dificultades no creemos hombre, que le impone ya la mate-
y del ser cristiano, y no sólo su que se dé al nivel de la pura aclara- ria sobre la cual debe actuar; pero,
dimensión práxica. Y esto, que es ción del concepto de espiritualidad. por otra parte, que el espíritu del
verdad en la teoría de la liberación. sino en la misma realidad. Si la espi- hombre tiene que informar a la libe-
lo viven en la práctica los sujetos ritualidad se da en la práctica de la ración, debe proporcionarle una
liberadores. Ellos son los que nece- liberación, es que es posible; si con determinada dirección, stiminis-
sitan y producen espiritualidad, sea ella la práctica de la liberación se trarle unos contenidos, promocio-
un Mons. Romero, sean los cristia- potencia, es que no es alienante, sino nar unos valores para promoverla y
nos de las comunidades o refugios, positiva; si sin ella la práctica de la para que estén presentes en el
los que viven en zonas conflictivas o liberación degenera, es que es nece- mismo proyecto de liberación.
incluso los que combaten. saria.
1.4. Estas afirmaciones a priori se
1.2. Para otros cristianos, sin
Sin embargo, es importante acla- ven constatadas a posteriori en los
embargo, espiritualidad puede ser
rar mínimamente lo que se entiende procesos concretos de liberación, tal
todavía una realidad sospechosa;
y no se entiende por espiritualidad, como se van desarrollando y no sólo
ocuparse de ella no pareciera tener
para eliminar al menos dificultades como se han pensado. El espíritu es
mayor significado, a no ser para ase-
innecesarias. necesario en la práctica de la libera-
gurar que no se use de ella alienante-
ción.
mente,
Por espiritualidad no entende- a) En Centroamérica, las condi-
Esta actitud puede deberse a
mos el sustrato genérico de 'espiri- ciones objetivas para originar una
varias causas: I) La espiritualidad
no sería más que el reflejo subjetivo tualidades' o 'prácticas espiritua- práctica de la liberación estaban
de lo que de hecho acaece en la les', vistas con gran frecuencia dadas desde hace tiempo, mientras
práctica de la liberación; y, en como mecanismos para la santidad, que las condiciones subjetivas se
cuanto buena, se desprendería cuasi de modo que la 'espiritualidad' han dado recientemente. Pudiera
mecánicamente de la misma prác- fuese algo opcional para el hombre argüirse, por lo tanto, que la deci-
tica, aunque se reconociese un común y el cristiano corriente y sólo sión por la liberación como acto del
mínimo de decisión espiritual para necesaria para avanzar en la perfec- espíritu se ha producido cuasi
comprometerse en ella. La espiri- ción. Tampoco entendemos el mecánicamente. Pero en realidad
tualidad no poseería ninguna enti- modo de ponerse directamente en eso sólo muestra que el espíritu está
dad propia notable, sobrevendría contacto con el mundo espiritual, referido a las condiciones históricas
por añadidura a la práctica de la como si eso fuese posible al margen objetivas, pero no mecánicamente
liberación y no se necesitaría nin- de lo histórico concreto. No enten- determinado, pues, entre otras
gún especial cultivo de ella. 2) La demos, por último, que la espiritua- razones, no todos se han decidido
espiritualidad tiende a poseer su lidad pueda constituirse a sí misma por la liberación. El decidirse por la
a través de determinados mecanis- liberación es ya un acto de espíritu,
propia autonomía con respecto a la
práctica de la liberación, tendencia mos para poder ser aplicada des- propiciado por la conciencia ilus-
pués a cualquier situación o trada de su necesidad y posibilidad,
que lleva a insalvables dualismos y
en último término a la alienación. 3) práctica del cristiano, como si éstas pero no forzado por ello. Es tam-
En ambientes más secularizados últimas fuesen indiferentes a la bién acto de espíritu mantenerse en
puede resultar dificil la espirituali- constitución misma de la espiritua- la práctica de la liberación con sus
dad como explicitación también de lidad y su contenido fundamental. exigencias de fortaleza, creatividad,
la relación personal con Dios. En Pero dicho todo esto, no se puede esperanza y de disposición a dar la
tales ambientes la relación con negar que el hombre es también vida. El contenido de la práctica
Dios, en cuanto problematizada, espíritu y que los grupos humanos ayuda a que se generen esas actitu-
puede realizarse honradamente en poseen analógicamente su propio des, pero no las garantizan automá-
la respuesta a la voluntad de Dios espíritu; que existe el ámbito del ticamente.
19
b) La práctica de la liberación, dimensión religiosa histórica de los cosa fácil, sino que debe ser hecha
aunque justa y buena, es también pueblos y priva además de la impor- conscientemente con gran desinte-
algo creatural, con posibilidades tante motivación religiosa para la rés y esperanza.
positivas -como se analizará más liberación.
1.5. Esta descripción sistemática
adelante-, pero sometida también a 5) Dogmatismo en el análisis, en
la interpretación o en la simple de lo que ocurre en los procesos de
la limitación y a la pecaminosidad, liberación muestra que el espíritu es
siendo ésta no sólo la pecarninosi- constatación de los hechos, de
modo que confirmen posturas e necesario para iniciarse en la prác-
dad general, sino aquella específica tica de la liberación y mantenerse
que le es propia a esa práctica. Tam- intereses previos y no se sometan
aquellos a la verificación de la reali- con fidelidad a sus exigencias funda-
bién la práctica de la liberación está mentales, para superar los inevita-
amenazada de generar subproduc- dad.
bles subproductos negativos que
tos negativos que no se remedian amenazan aun a una justa liberación,
desde la misma práctica, sino desde 6) Ambigüedad en el uso del
poder, con su tendencia innata a la para mantenerla siempre abierta a la
un espíritu consciente a hacer con- utopía. La realidad muestra además
tra esos subproductos. Entre las autoafirmación y no al servicio, a
convertir su uso necesario en mís- que ese espíritu hace más eficaz la
tentaciones más comunes a esa práctica de la liberación, aun cuando
práctica justa, tal como lo avisó tica del poder, a abusar de él. Evitar
todos estos subproductos negativos en un primer momento la atención
Mons. Romero y como lo recono- explícita a ese espíritu pudiera pare-
cen los cristianos comprometidos, en la práctica de la liberación es
cosa de espíritu y de mucho espí- cer que merma energías a la práctica
están las siguientes: que busca la liberación política.
ritu.
1) Excesivo protagonismo de un Con esto no se niega en absoluto
determinado grupo liberador en c) Ese espíritu es también necesa-
rio para dar una determinada direc- que en la liberación existe la exigen-
contra de otros, o de todos ellos en cia absoluta y urgente de liberar a
contra de otros grupos que trabajan ción a la liberación y generar
valores específicos, personales y los pobres, entendidos aquí en su
por la liberación pero no a la sentido primigenio de pobres socio-
manera de aquellos, todo lo cual, estructurales. Esa dirección puede
denominarse, en el lenguaje de los económicos, y a revolucionar las
por una parte, genera desunión y estructuras socio-económicas, y
merma eficacia a la práctica; y, por documentos eclesiales, la liberación
integral, terminología quizá fría y que, por lo tanto, tiene necesaria-
otra, genera una conciencia de mente un fuerte ingrediente de
superioridad ética que tiende a afir- de resonancias doctrinarias, pero
que alude a que la liberación, por su lucha política. Se afirma simple-
mar la bondad de lo que se hace por mente que lo político no lo es todo
el mero hecho de que lo haga tal o esencia:debe apuntar a la totalidad,
tanto en el proyecto final que se ni en el proyecto ni en los medios de
cual grupo. la liberación; que para abrir la libe-
vislumbra como en las liberaciones
parciales que se intentan durante el ración a su plenitud e incluso para
2) Paulatina suplantación de lo asegurar ese núcleo socio-
popular, de las mayorías populares proceso. Esa totalidad significa, a
un nivel ético religioso, propiciar económico y para dar eficacia a la
a las organizadas, de éstas a sus lucha política, se necesita espíritu.
cuadros y de éstos a las dirigencias, valores como la solidaridad, la
reconciliación, la misericordia, que De esta forma se puede plantear
lo cual -aunque históricamente ine- la relación entre práctica y espiri-
vitable y necesario para la eficacia acompañen y potencien la libera-
ción; al nivel antropológico signi- tualidad. La liberación necesita de
de la lucha- tiene el peligro de dis- práctica y de espiritualidad. La libe-
tanciamiento del pueblo real, de sus fica propiciar las diversas
manifestaciones del espíritu en la ración necesita ele practica y de
necesidades y sufrimientos concre- espíritu; ambas cosas, por su esen-
tos, y de sacrificarlo al pueblo ideal creatividad de la cultura, el arte, la
celebración, la amistad, el amor, cia, no son antagónicas, sino copie-
pensado. mentarías. Dicho negativamente,
etcétera.
espiritualidad sin práctica de libera-
3) Absolutización de un meca- Esto significa abrir la liberación a ción es hoy puramente genérica,
nismo de práctica liberadora la utopía y a la transcendencia. Sólo evangélicamente imposible e histó-
según la coyuntura (social, política en la utopía se da la reconciliación ricamente alienante; práctica de
o militar), con la consecuente plenificante de todos los elementos liberación sin espíritu es genérica-
reducción de la totalidad de la vida dispares de las liberaciones históri- mente buena, pero concretamente
del pueblo a uno de sus ámbitos, cas, que tan difícilmente se empare- amenazada de degeneración, empe-
absolutizando uno de ellos, como si jan en la historia: lo personal y lo queñecimiento y pecado. Dicho
de la plenitud de uno de ellos se estructural, verdadera lucha y positivamente, la espiritualidad
siguiese automáticamente la pleni- anhelo de paz, justicia y perdón, necesita práctica de liberación para
tud de los otros. triunfo y reconciliación, etc. Man- que el espíritu tenga el cauce y el
tener la liberación abierta a la uto- material correcto en el cual reali-
4) Manipulación de lo religioso pía no es cosa mecánica, sino del zarse evangélica y relevantemente
más allá de su legitima utilización, espíritu. Plantearse siempre desde en la historia actual; la práctica
dada la convergencia entre libera- lo histórico concreto ante la utopía, necesita espíritu para mantenerse
ción y evangelio, lo cual violenta la para que ésta juzgue y anime, no es como práctica de liberación de los
20
pobres, hacerse creativa y potencia- cionaremos explícitamente a Dios. tarse a sí misma, a relativizarse, a
dora de una liberación cada vez más Esa ultimidad le viene a la prác- hacerse pasar por algo secundario y
abarcadora. tica de ser una práctica de libera- provisional con respecto a los
De esta forma se declara también ción de los pobres. A través de ella logros de la humanidad en general.
cuál deba ser la actitud y la inten- se le exige al hombre que se defina Esa realidad exige una primera
ción al plantear el problema de la con respecto a la verdad, al amor y a toma de postura del hombre, más
espiritualidad con relación a la libe- la esperanza; se le ofrece al hombre allá de reconocerla como tal. Hacia
ración. No bastaría un tratamiento la posibilidad de enfrentarse con lo afuera, exige que sea dicha y denun-
de la espiritualidad que desde un último de forma verdaderamente ciada: la denuncia profética. Pero
principio fuese receloso y estuviese última, histórica y evangélica- también es pregunta para el mismo
a la defensiva, aunque largas expe- mente. Si su respuesta es positiva, el hombre, por su participación en ese
riencias hagan esta actitud com- hombre deja de ser seguidor de sí pecado de la humanidad; es la exi-
prensible; no bastaría con proponer mismo para hacerse seguidor de gencia a la primera gran conver-
la liberación como remedio para Jesús; deja de ser el hombre carnal sión. Al hombre se le dice que los
la espiritualidad y su tendencia alie- para hacerse el hombre espiritual. pobres de este mundo no son pro-
nante. La espiritualidad debe tam- ductos casuales, sino producto de
bién ser abordada con una actitud y 2.1. Los pobres y empobrecidos las acciones de otros hombres. La
una intención positivas, creyendo de este mundo son en su misma reali- frase de Pedro: "Ustedes asesinaron
que el espíritu evangélico potencia y dad la pregunia más radical por la al justo" (Hech 2,23), la frase del
sana la práctica de la liberación. verdad de este mundo y también la Génesis: "¿Qué has hecho de tu her-
Esto es lo que deseamos esclarecer respuesta más correcta a esa mano?" (Gen 4,10) son preguntas
en los dos apartados siguientes pregunta. por la última verdad de uno mismo.
desde un punto de vista explícita- Reconocer la verdad de la realidad
mente cristiano. De los pobres de este mundo se y estar dispuesto a reconocer la pro-
puede decir con razón que tienen pia verdad es a la vez conversión,
2. Necesidad e importancia de la una esperanza y que luchan por su pues también el conocimiento
práctica de la liberación para la espi- liberación. Esto es cierto, pero no humano tiene su propia concupis-
ritualidad. La fundamental espiri- hay que precipitarse. Son, en pri- cencia para no ver las cosas como
tualidad teologal. mer lugar, pobres, piltrafas y deshe- son, para tenerlas cautivas, para
chos de la humanidad, crucificados dominarlas con el propio interés
La práctica de la liberación es lentamente por las estructuras de (Rom 1,18).
necesaria para la vida cristiana, y este mundo y violentamente
por lo tanto, para su espiritualidad cuando las resisten. Los pobres 2.2. Los pobres y empobrecidos de
fundamental. Sin una clara opción muestran que la realidad de este este mundo plantean al hombre la
por las mayorías pobres, sin un mundo es pecado; y que aunque el pregunta por su ubicación en este
compromiso con su liberación, el pecado no sea lo único, sin ver la mundo y por su respuesta al mismo.
amor cristiano no sería hoy posible. realidad como flagrante pecado no
Aunque el amor, como quintaesen- se ha atinado a descubrir su verdad. La ubicación del hombre en el
cia de la vida cristiana, tiene otras Dicho teológicamente, los pobres mundo no es cosa secundaria y acci-
manifestaciones que la práctica de muestran que la creación de Dios dental, pues en ello le va su capaci-
la liberación, si ésta no es incluida y está amenazada y viciada, que los dad de conocer y actuar
hecha central, aunque sea analógi- ídolos de la muerte campean por correctamente. Para conocer la ver-
camente, difícilmente se podrá este mundo como sus verdaderos dadera realidad hay que estar
hablar de amor. No vamos a insis- dioses. Y esto es tanto más verda- 'en. ella, y estando ajeno a ella el
tir, pues, en la necesidad de esa dero porque los pobres son, cuanti- hombre tiende irremediablemente a
práctica, que damos por sentada. tativa m en te, mayoría en la figurársela falsamente y manipu-
En lo que queremos insistir es en humanidad, aunque sólo de vez en larla. En el lenguaje cristiano, estar
la importancia de la práctica de la cuando algunos de ellos llaman la en la realidad no es cosa simple-
liberación para que pueda desarro- atención de la opinión pública; y mente de estar en algún lugar o de
llarse hoy una espiritualidad cris- porque, cualitativamente, su querer estar en el lugar correcto; es
tiana fundamental. Queremos pobreza llega a extremos espanto- la decisión positiva de llegar a estar
afirmar que por su propia natura- sos de miseria, de tortura y de donde se debe estar. Este llegar a
leza, y no sólo intencionalmente, la muerte. estar es algo activo; como se dice
práctica de la liberación confronta Esta realidad es la que en sí transcendentalmente de Cristo que
hoy el cristiano con realidades últi- misma se presenta como pregunta devino carne humana; y, más con-
mas a las que el espíritu debe res- para el hombre y a la que tiene que cretamente para nuestro propósito,
ponder con ultimidad. Que lo haga responder con un profundo acto de que "siendo rico se hizo pobre" (2
de una u otra forma no es progra- honradez, que es acto de espíritu. Cor 8,9). Esta disponibilidad activa
mable; pero que es confrontado con Se le pregunta al hombre, en primer a encarnarse en lo pobre de este
la ultimidad de la realidad y de sí lugar, si X/e la realidad así o de otra mundo, que eso pobre impregne
mismo, es evidente. Por eso habla- manera; pregunta nada retórica, hábitos y actitudes, dirija el conoci-
mos de espiritualidad fundamental porque esta realidad, precisamente miento y el interés, supone una fun-
teo-logal, aunque sólo al final men- en cuanto es pecado, tiende a ocul- damental decisión del espíritu.
21
Poca duda cabe de que los pobres aceptar o no frases evangélicas tan triunfos parciales y se desarrollan
de este mundo, y captada su sencillas como aquella que afirma nuevas formas de vida social más
pobreza desde la encarnación entre que "más feliz es el que da que el justas y humanas; algunas teorías
ellos, reclaman un gran acto de que recibe". científicas pronostican el triunfo
amor hacia ellos. Esa es la única La liberación de los pobres radi- inexorable de las revoluciones y el
respuesta correcta y honrada hacia caliza la ex-centricidad del amor advenimiento de una sociedad que
su realidad. Y el contenido concreto hasta el radical olvido de uno sea en verdad un hogar para el
del acto de amor está guiado por la mismo. Ese olvido hay que culti- hombre.
miseria y opresión que debe ser varlo para que en la misma práctica Pero, por otra parte, no todos los
superada y por la vida de los pobres no se introduzca de nuevo el 'yo', procesos de liberación tienen éxito,
que debe ser fomentada. No hay sino que sea guiada por la libera- ni los que tienen dejan de estar ame-
duda, pues, que el amor correcto ción del 'otro' pobre. Ese olvido es nazados externa e internamente; a
hacia los pobres tiene que ser la exigido muy realmente porque, por niveles socio-económicos no se
lucha por su liberación, que pasa su propia naturaleza, la liberación puede negar que el futuro de la
primigeniamente por la liberación a de los pobres conlleva amenazas y humanidad es sombrío, que no
los niveles más elementales en que persecuciones que ponen en peligro parece que se acerca el reino de
se juegan la vida y la muerte de los al 'yo' y conlleva la posibilidad Dios, sin mencionar el fantasma de
pobres. La frase del Exodo: «Bien nada remota de tener que renunciar posibles cataclismos nucleares.
vista tengo la aflicción de mi pueblo absolutamente a uno mismo. La ¿Tiene entonces sentido la espe-
en Egipto, y he escuchado ciclamor muerte y el martirio son realidades ranza y de dónde se alimenta? ¿No
que le arrancan sus capataces; pues con las que tiene que contar un es mejor abandonarla como ilusión,
ya conozco sus sufrimientos. He amor liberador. Ser consecuentes necesaria quizás antropológica-
bajado para librarle de las manos de con la práctica de la liberación sig- mente, pero ilusión al fin? Creemos
los egipcios y para subirle de esta nifica entonces para el hombre que es la práctica de la liberación la
tierra a una tierra buena y espa- aceptar lo que no es tan evidente, que hace que estas preguntas sean
ciosa» (Ex 3,7s) sigue siendo el pero en cuya aceptación o rechazo radicales y que son los pobres los
paradigma trascendental de la res- se va constituyendo el hombre que mantienen la esperanza como
puesta correcta a la realidad de los mismo: que para encontrar la vida verdadera esperanza, es decir, en lo
pobres. No hace falta, pues, insistir hay que perderla (Mc 8,35) y que que ésta tiene de positivo, de
en la necesidad de la justicia estruc- "nadie tiene mayor amor que el que realista y de escandaloso "La espe-
tural, de un amor eficaz, con todas da la vida por sus amigos" (Jn ranza de los pobres no perecerá"
sus mediaciones socio-políticas, 15,13). La Liberación de los pobres, (Ps 9,19), dice el salmo, y así es. Los
para conseguir su liberación. por lo tanto, exige amor; pero lo pobres, aquellos para quienes
Pero aquí nos interesa recalcar, exige obn una radicalídad que no es sobrevivir es su máxima tarea y
aunque sea teóricamente conocido, conseguible apartir de la pura inten- morir su destino más cercano, tie-
lo que ese amor liberador significa ción amorosa ni de la pura práctica nen y mantienen la esperanza. Esta
para el mismo hombre que se decide en cuanto tal. Esta lo propicia; pero se alimenta de triunfos parciales y
por la liberación. Por el amor el realizarlo es de nuevo cosa del de solidaridades concretas. No es
hombre se des-centra, encuentra su espíritu. que desdeñen, cuando los conocen,
realización en la entrega al otro. El análisis científicos sobre el triunfo
amor liberador al pobre, por su de una revolución; pero no basan en
propia naturaleza exige una radical ellos su esperanza. Esta es un acto
entrega y por ello mismo una radi- "Los pobres no son sólo los primigenio de confianza en la reali-
cal pregunta por el des-centralismo beneficiarios de la liberación, dad, a pesar de todo, explicitado
del hombre. Esto significa muy con- sino que en su mero estar ahí como confianza en un Dios Padre.
cretamente que, en la práctica de la son para el creyente el lugar "Que el reino de Dios se acerca"
liberación, al hombre se le pegunta (Mc 1,14), que "habrá un nuevo
si en verdad es el dolor del 'otro' lo histórico de Dios". cielo y una nueva tierra" (Apoc
que quiere superar y si es la libera- 21,1), son para ellos expresiones de
ción del 'otro' lo que busca. El esa esperanza primigenia. Es el
pobre es de tal manera un 'otro' que modo que tienen de afirmar que en
exige absoluta mente la ex- 2.3. Los pobres y empobrecidos de el fondo de la realidad existen la
centridad del hombre; que, en la este mundo confrontan al hombre justicia y la bondad, que a pesar de
práctica de la liberación, sea real- con la esperanza o, por el lado con- todo el bien es más originario y más
mente esa liberación la que se trario, con la desesperanza, la resig- poderoso que el mal. Más aún,
busca, y no directamente (aunque nación o el cinismo. aceptan en su misma realidad, y a
sea de modo sutil) el sentido de la veces en palabra, que la verdadera
propia vida, aunque de hecho se Por una parte, las liberaciones salvación pasa también por su pro-
encuentre ese sentido en la práctica históricas que ya se han dado, aun- pia crucifixión, que quien da verda-
de la liberación. El pobre es el que que imperfectas o amenazadas, dera esperanza es el siervo de Jahvé.
de manera muy eficaz le pone al muestran que la liberación (o algún Nada de esto les quita ánimo para
hombre ante la alternativa de ele- tipo de liberación) es posible; en trabajar activamente por la libera-
girse a sí mismo o elegir a `otro', de procesos de liberación se celebran
22
ción, como el ungido de Jahvé que diciendo que el misterio último de aunque no hayamos todavía expli-
la realidad —lo exprese con símbo- citado la relación del hombre con
traerá la liberación, la buena noti-
los bíblicos o de cualquier otra Dios, la honradez con la verdad, la
cia, el derecho y la justicia; pero
forma— es misterio de bondad y de entrega absoluta en el amor y la
aceptan el escándalo de que ese
salvación. Enfrentarse así con la esperanza que no muere, son las
siervo pasa por la cruz y lo integran
realidad es de nuevo un acto del mediaciones a través de las cuales el
en su esperanza.
espíritu. hombre accede al misterio último
Esa esperanza de los pobres no es 2.4. La práctica de la liberación de de la realidad.
ulteriormente analizable, pero ahí los pobres es ya en si misma gran
está. Y es una pregunta por la pro- expresión de amor y por ello gran 3. Necesidad e importancia de la
pia esperanza radical de quien se expresión de espíritu. Cuando a esa práctica de la espiritualidad para la
compromete con la liberación. práctica no se le pone limites, enton- liberación. El talante espiritual
Cómo responda éste con toda serie- ces confronta al hombre con realida- cristiano.
dad a esa pregunta, puede variar; des sumamente importantes. Le
pero los pobres sirven al menos confronta afondo con el mismo amor La práctica de la liberación pro-
para des-centrar la pregunta por la y también con la verdad y la espe- picia una espiritualidad fundamen-
propia esperanza. ranza. Por ello es cauce que exige y tal. Lo que queremos añadir ahora
Por qué se mantiene la esperanza propicia una espiritualidad funda- es que existen otras actitudes y valo-
en la práctica de la liberación no se mental en el hombre. res espirituales, a los que en su con-
puede contestar a priori. Pero quizá junto denominamos talante
pueda decirse que la esperanza vive Decimos que es espiritualidad espiritual, que aseguran, configu-
en último término del amor. Quien fundamental, porque exige del ran y potencian la espiritualidad
ama radical y desinteresadamente hombre una honradez fundamental fundamental y la práctica de la
a los pobres de este mundo, ha con la realidad; que es una espiri- liberación.
hecho algo absolutamente bueno, tualidad última, porque el hombre Ese talante espiritual lo vamos a
acogido para siempre por la histo- tiene que habérselas con realidades describir, de nuevo, no en abstracto
ria. Quizá desde ahí no pueda afir- últimas, como la vida y la muerte, la o de forma general, sino en cuanto
marse más que una teología justicia y la injusticia, el dar vida a relacionado a la liberación de los
negativa de la esperanza, que es otros y el dar la propia vida; que es pobres. Es un talante espiritual
mejor sufrir por amor a los pobres una espiritualidad cristiana, porque para que la lucha justa por la libera-
que lo contrario; que nada se puede el hombre tiene que vérselas en ción sea buena y cada vez 'más'
hacer mejor que dar una esperanza directo con la ultimiclad del otro, buena, para abrirla cada vez más al
a los pobres. Los primeros cristia- del pobre, con su vida y su muerte, Reino de Dios y sus valores específi-
nos lo decían de esta forma: «Quién desde las cuales plantea también su cos. Veámoslo de forma programá-
os hará mal si fuereis celosos pro- propia ultimidad, el sentido de su tica destacando algunos de esos
movedores del bien» (1 Pedr 3,13). propia vida; es una ultimidad que valores tal como lo propone Jesús
Poner en palabra positiva la espe- des-centra verdaderamente al en el sermón del monte, que
ranza, la convicción de la suprema- hombre. comienza —y no casualmente—
cía del amor y de la justicia, no es En este sentido, la práctica de la con la bienaventuranza a los
fácil. Pero esa convicción siempre liberación presta un gran servicio a pobres, de modo que es de nuevo
va unida al amor. Pablo dice que la espiritualidad fundamental del una práctica de liberación en favor
«con los que aman a Dios, él hombre, pues le hace confrontarse a de los pobres la que posibilita y
coopera en todo para su bien» fondo consigo mismo, decidir libre- exige ese talante.
(Rom 8,28), La resurrección, mente sobre sí mismo, hacerse de
máximo símbolo de la esperanza una y no de otra manera. El hombre 3.1. Los limpios de corazón son
cristiana, no dice otra cosa que la de la práctica de la liberación se los que ven a Dios.
supremacia del amor y de la justi- hace, sí es fi el y consecuente con
cia. A quien se entregó totalmente a la dinámica de esa* práctica, el hom- Esta limpieza de miras es la que
los pobres, quien no se guardó nada bre de la verdad, el hombre del. mantiene al hombre siempre y
para si, ni siquiera su confiada rela- amor absoluto y desinteresado, el duraderamente abierto a la verdad,
ción con el Padre, quien murió solo hombre de la esperanza. Teórica- aun después de haber captado la
y crucificado por amor, hizo lo mente, ese hombre pudiera llegar a verdad fundamental de la historia,
absolutamente bueno, y eso ha sido serlo a partir de otras prácticas que sin dominarla ni manipularla, sin
recogido por Dios para siempre. no fuesen las de la liberación; en la engañarse sobre sí mismo ni sobre
La práctica de la liberación con- historia actual, sin embargo, sin los procesos de liberación, sin caer
fronta al hombre con la espernaza. que exista un núcleo de amor libera- en la tentación de adecuar propa-
De los mismos pobres puede apren- dor en otras prácticas, difícilmente ganda con verdad. Muy en con-
der que, a pesar de todo, es más el hombre llegará a ser un hombre creto, significa la duradera actitud
juiciosa que lo contrario. Con ello con espíritu; y, positivamente, la de discernimiento y de conversión,
se confronta con la verdad más prätica de la liberación ha propi- nunca asegurada aunque se haya
última de la realidad. Cómo res- ciado ese tipo de hombres. dado la primera gran conversión a
ponda, no se puede programar. A esa espiritualidad fundamental la liberación. Esa limpieza de cora-
Pero si responde en esperanza, está la denominamos teologal porque, zón es la profunda castidad del
23
consideremos más que como 'sier-
conocimiento y de la voluntad para espadas por los arados; y propiciar vos inútiles'. Positivamente, todo el
no buscarse a sí mismo ni imponer que, incluso cuando suenan las NT está transido de la idea de que la
las propias ideas ni mantener los espadas, los arados trabajen la iniciativa de todo lo bueno tiene su
propios intereses en la liberación. tierra. origen en algo y en alguien anterior
Los misericordiosos son los que Los que saben perdonar son al hombre; más aún, que algo se nos
comienzan y se mantienen en la aquellos que no quieren cerrar ha dado, no sólo como don, sino
lucha de la liberación partiendo de absolutamente el futuro del como capacitación para que sea-
un gran acto de misericordia hacia adversario. mos don para los otros.
el dolor real de los pobres. Más que un acto de la psicología La gratuidad es tal vez la realidad
Sin duda, ese dolor causa indig- —con dificultades comprensibles, más dificil de conceptualizar y de
nación y cólera hacia los opresores, aunque admirablemente realizado poner en palabra; pero algo se
como la causó en los profetas y en por muchos pobres cristianos—, es puede decir de ella y de su impor-
Jesús, «misereor super turbas» (Mc la actitud de reconocer en el adver- tancia para la práctica liberadora a
6,34). Esa misericordia es la que sario la posibilidad de humanidad, partir del hombre agraciado. La
debe informar incluso la denuncia incluso que algo poseen de ella, lucha por la liberación exige gran
profética, la cual no es mitigada por aunque la lucha tienda a cegar en entusiasmo, pero la gratuidad
aquélla —como lo muestra el caso este aspecto. Históricamente signi- prohibe la hybris, la sensación de
de Mons. Romero—, pero se con- fica la disponibilidad al diálogo, superioridad ética —peligrosa no
vierte en gran acto de amor, para necesario en ocasiones por cálculos porque no pueda ser objetiva, sino
los pobres en primer lugar, pues se políticos, pero necesario más de al convertirse en automática justifi-
hace por defenderles, y para los fondo por la necesidad de poner ya cación de todo lo que se haga de
opresores en segundo lugar, como grandes o pequeños signos de forma distinta a lo que hacen aque-
llamada a la conversión, buena reconciliación, sin la cual ningún llos sobre los que uno se cree
noticia «sub specie contrarii». His- triunfo es duradero y ninguna superior—, y el culto a la personali-
tóricamente significa que en las sociedad se humaniza. dad o a las personalidades. La gra-
luchas por la liberación se siga man- Los pobres, por último, son los tuidad recuerda que en todos hay
teniendo el dolor de los pobres que creen que en la debilidad hay limitación y pecado y que, en pala-
como algo último que debe ser eli- también fuerza, que la pobreza es el bras de González Faus, hay que
minado; que no se comprenda fácil- lugar del espíritu. hacer la revolución como un perdo-
mente como costo social para el Los pobres materiales (en versión nado. La experiencia de gratuidad
triunfo de la liberación —aunque de Lucas), llenos de espíritu (en la supone agradecimiento y la res-
ese costo es en buena medida versión de Mateo), son los que puesta agradecida potencia el espí-
inevitable—. Significa que, en las luchan contra una pobreza que es ritu y la práctica, pues del
estrategias y tácticas de la libera- miseria injusta, pero que ven en la agradecimiento brota la generosi-
ción, las alianzas y las divisiones, se pobreza también algo humanizador dad en la entrega —aunque siempre
tenga también en cuenta lo que porque se opone a la deshumaniza- pueden ser peligrosos los entusias-
todo ello va a producir en agranda- dora riqueza y al deshumanizador mos de los 'conversos'—, la libertad
miento o disminución del dolor de poder, porque apuntan a una socie- del espíritu y el gozo de haber
los pobres. La misericordia, lejos de dad que pudiera ser descrita como encontrado la perla preciosa y el
ser un sentimiento puramente psi- «la civilización de la pobreza» (I. tesoro escondido. La gratuidad es
cológico y afectivo al que unos esta- Ellacuría), en la que se supera la creativa y fructífera.
rán más inclinados caracteriológi- miseria, pero en que la austeridad Pero de nuevo surge la pregunta
camente que otros, es estructural- hace que todos puedan compartir y por su origen, tanto más dificil de
mente la forma de expresar que en que no se deshumanicen los hom- determinar cuanto más intangible
el inicio y en la continuación de la bres por el desenfrenado consu- es su realidad. Teológicamente,
lucha por la liberación está un gran mismo. Históricamente significa todo don proviene de lo alto, de la
amor por el pueblo pobre. que en las luchas de la liberación bondad del Padre celestial. Pero
Los que buscan la paz son aque- hay que volver una y otra vez a los históricamente tiene su mediación
llos que no han hecho de la lucha un pobres como realidad fontanal del en los pobres. Ellos mismos recono-
fin último, ni depositan en ella toda espíritu. En el fondo, que la lucha cen que 'algo se les ha dado'; en
su confianza, ni la han convertido por la liberación sea para ellos y de formulaciones de gran raigambre
en mística; sino los que simultanean ellos. bíblica, reconocen que ellos, los que
la trágica necesidad de la lucha con 3.2. En el Nuevo Testamento antes no eran, ahora son; que los
el ardiente deseo de paz. aparece otro elemento del talante que no eran pueblo son ahora pue-
Históricamente significa que, espiritual que impregna toda la blo y en camino de hacerse pueblo
aun en tiempo de lucha y de guerra, espiritualidad fundamental y las de Dios. En palabras trágicas y pro-
buscan humanizar los conflictos, actitudes del sermón del monte: es fundas de un campesino de Aguila-
conducir la guerra de la forma más la gratuidad. Mucho se exige del res, se dice: "Antes moríamos, nos
humanamente posible, fomentar cristiano en el Nuevo Testamento y mataban, y no sabíamos por qué.
simultáneamente todos los otros se le pide que ponga a producir Ahora, tal vez todos vamos a morir,
medios pacíficos para solucionar todo lo que tiene; y sin embargo pero estamos conscientes de que
los conflictos. En lenguaje bíblico, —en frase dura—, se dice que des- morimos por un pueblo. Y eso,
son los que desean sustituir las pués de haber hecho todo no nos cabalmente, es bien distinto".
24
Y esos pobres en su totalidad, logros. No es infrecuente que gru- tierra, se accede por afinidad en la
como pueblo de pobres con fallos y pos revolucionarios pidan de los terquedad de la esperanza en, a tra-
errores, pero con mayores valores, cristianos simplemente que lo sean vés y en contra de la historia.
se han convertido en don y gracia y que lo sean de la manera descrita.
para quienes quieren acompañar- Porque una revolución necesita
los, defenderlos y luchar junto a espíritu y, cuanto más profunda sea Las tentaciones de la práctica
ellos. La experiencia es aquí univer- y a más ámbitos de la vida se de liberación: Excesivo
sal. No todo lo que son y hacen los extienda, necesita más espíritu.
pobres es evangelio; pero mucho de
protagonismo de un grupo,
lo que son y hacen lo es. En cual- paulatina suplantación de lo
quier caso, es muy cierta la afirma- 4. La espiritualidad de la liberación popular, parcialización de la
ción, no por repetida menos como acceso y encuentro con Dios. liberación, manipulación de lo
verdadera, de que los pobres nos religioso, dogmatismo en el
evangelizan. Y evangelio, también Digamos para terminar, una
para nosotros, tiene su sentido pri-
análisis, ambigüedad en
palabra sobre la relación entre la
migenio: una buena noticia que espiritualidd descrita y la relación el uso del poder".
Dios, en su bondad, se decidió a del hombre con Dios. Esa espiritua-
comunicar y a presentizar. Esa lidad no es algo posterior a una fe
buena noticia es la que se nos ha en Dios y a un contacto con Dios ya Espiritualidad es afinidad con ese
dado; y en cuanto es recibida como constituidos con anterioridad, aun- Dios; es estar junto a él, estando y
don, configura en lo más profundo que en el inicio de la práctica de la trabajando en la historia como él.
de su espíritu a quien la recibe, liberación esté ya actuando algún Es la realización de la exigencia fun-
tanto para aceptarla agradecido tipo de fe y experiencia de Dios. Es damental de Jesús, que no es solo
como para ponerla a producir. más bien la realización histórica de exigencia ética ni propuesta para
la fe como acceso a Dios y como almas piadosas, sino paradigma del
3.3. De este talante espiritual —la contacto con Dios. Sobre esta pro- ideal de todo hombre: "Sed buenos
actitud de las bienaventuranzas y la blemática quisiera hacer algunas del todo, como es bueno vuestro
gratuidad— pudiera decirse que es breves reflexiones desde la espiri- Padre del cielo" (Mt 5,48); "sed
sublime, pero idealista; más aún, tualidad. generosos como vuestro Padre es
tendente a la alienación otra vez. generoso" (Lc 6,36). Espiritualidad
Desde la realidad quisiéramos res- 4.1. La espiritualidad descrita como afinidad con Dios es imitar en
ponder que no es idealista porque posee las dos características que, la historia la santidad de Dios, tal
existe; más aún, su conceptualiza- dialécticamente unidas, configuran como se ha revelado: no como leja-
ción se ha hecho a partir de la reali- el acceso del hombre a Dios: el nía de lo profano, sino como cerca-
dad y dudamos que pudiera haber hacerse afines a Dios y el caminar nía absoluta salvadora. Todo ello lo
sido hecha sin esa realidad, aunque hacia Dios. propicia la liberación de los pobres,
sus 'conceptos' estén en la Escri- el amor real, eficaz y desinteresado
tura. Es, sí, un ideal; no alcanzable, El hombre de la verdad, del amor a los pobres.Esta es la primera afi-
por lo tanto, en plenitud. Pero por y de la esperanza se va haciendo en nidad con Dios propuesta en la
ello mismo lo denominamos talante La historia afin a Dios. Al Dios de la Escritura: conocer a Dios es practi-
espiritual; no porque espiritual sig- verdad se accede por afinidad, reco- car el derecho y la justicia hacia el
nifique aquí pura interioridad, en nociendo, sin someterla, la verdad pobre y desvalido.
oposición a historia, sino porque es de las cosas; denunciando con clari- Por otra parte, esa afinidad con
fruto y expresión del espíritu; y es el dad el pecado; manteniendo la lim- Dios no es nunca posesión de Dios,
espíritu el que una y otra vez pro- pieza de corazón para ver la verdad pues éste sigue siendo misterio
pone el ideal sin dejarnos pactar cambiante de los procesos y proyec- insondable e inmanipulable. Acce-
con lo fáctico. tos. Al Dios de la creación, de la der a Dios es ir hacia Dios deján-
Tampoco es alienante ese talante vida, de la justicia y de la liberación, dole ser Dios, y la espiritualidad es
espiritual si acompaña a la espiri- se accede por afinidad en la práctica por ello verdadero camino a Dios.
tualidad fundamental, si talante de dar vida y propiciar la justicia. La realidad de Dios como misterio
espiritual y espiritualidad funda- Al Dios Padre bondadoso y miseri- se le impone al hombre en cualquier
mental surgen de, se encarnan en y cordioso, con más ternura que una ámbito de su existencia y desde
configuran la práctica de la libera- madre, se accede en la compasión y cualquiera que sea el punto de par-
ción. Además, y esto sólo cabe en la misericordia, Al Dios encar- tida de su caminar. Pero desde la
constatarlo, cristianos con ese nado, increíblemente cercano a los liberación de los pobres,ese dejar a
talante han potenciado los procesos pobres y oprimidos en el escándalo Dios ser Dios tiene formas específi-
de liberación, y así lo reconocen de la cruz, se accede por afinidad en cas que recalcan lo que hay de cami-
incluso revolucionarios no creyen- la encarnación entre los crucifica- nar y no de posesión, dialécticas
tes. Ninguna duda cabe de que dos de la historia, en la persecución, que buscan ser reconciliadas, pero
Mons. Romero, eximio ejemplo de en la entrega de la propia vida con y que sólo 'caminando' encuentran
talante y espiritualidad, potenció por ellos. Al Dios de la esperanza, reconciliaciones parciales. En esa
las prácticas de liberación, denun- de la cercanía del reino, de la resu- experiencia de no conseguir la sínte-
ciando sus fallos y cultivando sus rrección, del nuevo cielo y la nieva sis y de tener que intentarla cons-
25
tantemente, es como experimenta el amado primero a todos y a cada lo que ocurre en la interioridad del
hombre históricamente que uno de los hombres. 'hombre cuando se decide por la
ponerse en contacto con Dios tiene Desde la espiritualidad descrita liberación, se explicita en la oración
que ser caminar hacia él. se puede concretar un poco la expe- personal y comunitaria, se celebra
Hay que caminar hacia Dios por- riencia personal de Dios. Afirmar en la liturgia y en las reuniones de
que en la liberación no se da en un en la esperanza que en el fondo de la las comunidades. En el fondo, es la
momento del camino la reconcilia- realidad existen la bondad, la justi- síntesis que aparece en el éxodo, en
ción perfecta entre lucha y paz, jus- cia, la misericordia y el amor, es una los profetas y en Jesús: que a Dios
ticia y reconciliación, eficacia y forma de decir que ese fondo de la se le experimenta como iniciador de
gratuidad. Hay que caminar por- realidad tiene un carácter personal. la liberación, pero también como
que no se sabe el día ni la hora de la Experimentar que ese fondo de la quien hace una alianza con su pue-
liberación, aunque sea fuerte la realidad llama individualmente y blo, que llega hasta el corazón del
esperanza. Dicho de forma progra- con una voluntad concreta, de hombre. Liberación dice afinidad y
mática, porque la liberación supone modo que los llamados tienen cada camino a Dios; alianza dice encuen-
la conciliación de un doble movi- uno un nombre propio y que lo que tro con Dios.
miento: lucha decidida contra la tienen que hacer lo deben discernir, Hablar de Dios, el inefable, no es
pobreza opresora y movimiento al no simplemente deducir de princi- fácil. Todas las palabras humanas
empobrecimiento. pios universales, es una experiencia defraudan y los conceptos no sirven
Pero ademas, hay que caminar a de que el fondo de la realidad no es adecuadamente. Lo que hemos
Dios, porque él mismo nos atrae sólo la realidad en profundidad, querido decir es que una espirituali-
con la fuerza de la utopía, que no sino la realidad como algo perso- dad y un talante propiciados por la
soluciona todos los problemas ni nal, alguien que llama y cuya volun- práctica de la liberación permiten (y
relativiza nada de lo concreto, pero tad concreta hay que descubrir y en muchos casos exigen) hablar así
que se nos presenta corno promesa, realizar. de Dios. De ese Dios se dice en
futuro salvífico, motor desde el Quizá lo más característico de la último término que es Padre, reali-
futuro para que la historia dé más espiritualidad descrita para com- dad personal en quien se puede con-
de sí. En ese caminar, en lo que tiene prender la . personalidad de Dios fiar y paradigma de bondad para la
de limitado y en lo que tiene de está en la experiencia de que los práctica de la liberación; y de ese
esperanza, es como se experimenta pobres son también realidades con- Padre se dice que sigue siendo Dios,
que Dios es mayor, que es Dios. La cretas personales, con nombres misterio último, cuya palabra nove-
espiritualidad de ese caminar es- propios; con sufrimientos y espe- dosa y creativa hay que escuchar y
reproducir en la historia lo que en ranzas generalizables, sí, y, por ello, poner por obra siempre de nuevo, y
Dios hay de misterio, lo que en su como realidad estructural, pero con hacia quien caminamos en la histo-
santidad hay de transcendente, sufrimientos y esperanzas ria, encontrándonos con él, pero sin
pero no como distanciamiento que inintercambiables. El mundo de los poderlo poseer.
separa, sino corno ideal que atrae. pobres está hecho de cada uno de
Por eso la espiritualidad se dirige los pobres concretos. Y esa expe- 5. Conclusión
hacia ese Dios, hacia esa utopía de riencia del hombre concreto es la
la que una y otra vez hay que echar que sugiere lo concreto de Dios, Muchas otras cosas pudieran y
mano como de la reserva de la his- como su correlato. Cuando la debieran decirse de la espiritualidad
toria, en último término para que correlación transcendental entre en relación con la liberación.
cada vez la verdad, el amor y la Dios y pobres que aparece en toda Pudiera haberse explicitado más
esperanza sean mayores, para que la Escritura es captada desde lo claramente desde la cristología,
la liberación sea cada vez más pro- concreto, personal e intransferible aunque todo lo dicho se basa en el
funda y más integral. de cada uno de los pobres, entonces liberador Jesús. Sin duda, es nece-
también la experiencia de Dios sario explicitar la espiritualidad de
4.2. Una espiritualidad que es tiene el momento concreto y la liberación al nivel eclesial: la espi-
acceso a Dios posibilita también el personal. ritualidad de los diferentes carismas
encuentro con Dios en la historia, la Con estas reflexiones no se pre- y funciones, la espiritualidad de
relación personal con él. tende demostrar; por supuesto, la unificar el cuerpo eclesial para
personalidad de Dios, sino apuntar hacer la liberación más eficaz, por
Que Dios es una realidad perso- a sus mediaciones desde una espiri- una parte, y de mantener la tensión
nal con quien se puede y debe entrar tualidad de la liberación. De hecho, entre institución y carisma y los
en contacto, es evidente en toda la la teología de la liberación habla de conflictos intraeclesiales, por otra;
Escritura. La historia de Jesús y la 'encuentro' con Dios y los sujetos la espiritualidad de la solidaridad
aceptación creyente de Jesús como liberadores afirman que lo realizan. entre las diversas iglesias y grupos,
el Hijo son la forma cristiana de Ese encuentro con Dios en los tan propiciada por la liberación, de
decir que Dios es personal, aquel pobres tiene muchos elementós: modo que todos den y reciban.
cuya palabra hay que escuchar, exigencia a la conversión y a la Debieran mencionarse también
cuya voluntad hay que cumplir, en práctica liberadora, al discerni- algunos problemas específicos que
quien se puede confiar y descansar, miento de los signos de los tiempos, exigen espiritualidad: pertenencia a
con quien se puede dialogar y a a un gran amor. Pero también el grupos y partidos políticos y revo-
quien se puede amar porque el ha matiz de encuentro personal. Eso es lucionarios y lealtad al evangelio y a
26
la Iglesia; el problema límite de el fruto de esta predicación de hoy
espiritualidad y violencia. Hemos "Los que saben perdonar son fuera que cada uno de nosotros fué-
preferido, sin embargo, abordar la aquellos que no quieren cerrar ramos a encontrarnos con Dios..."
espiritualidad desde sus raíces y en absolutamente el futuro (10.2.1980). Y desde esa práctica y
sus contenidos fundamentales desde esa fe pudo mantener la espe-
antropológicos y teo-logales. al adversario".
ranza de su pueblo, con palabras
La conclusión es que liberación y que en otros pudieran parecer doc-
espiritualidad no se excluyen, sino trinarias o propagandísticas, pero
que se reclaman mutuamente como que en Mons. Romero resonaban
práctica y espíritu. Esa dualidad Espiritualidad es afinidad como salidas desde lo más pro-
unificada expresa la totalidad del fundo de la realidad de Dios y de los
hombre y corresponde a la totali- con Dios; es estar junto a él,
estando y trabajando en la hombres:
dad de la realidad, vista desde la
«La necesidad, entonces, de
revelación; la cual siempre aparece historia como él. algo transcendental, de algo que
también como dualidad unificada o venga de fuera, se hace sentir. Y esta
unidad dual: liberación y alianza en Jerusalén destrozada brillará con la
el Exodo, reino de Dios y Dios del La muerte y el martirio son aurora que será el mismo Dios.
reino en Jesús. En la actualidad es realidades con las que tiene que Dios se encarnará en las entrañas de
lo que ha redescubierto la Iglesia
latinoamericana: lucha por la libe- contar un amor liberador. Jerusalén. ¡Cómo no nos va a lle-
nar de esperanza también, herma-
ración de la pobreza injusta y aper- nos, cuando miramos que nuestras
tura confiada en Dios (Medellín, del cristianismo, que la vivan en sus fuerzas ya no pueden; cuando mira-
Pobreza de la Iglesia, n. 5; Puebla, hogares y en su vida, que traten de mos a la patria como en un callejón
nn. 1161, 1149). Es lo que se ha ser agentes de cambio, que traten de sin salida; cuando decimos: aquí la
impuesto en la vida religiosa, confi- ser hombres nuevos?" (3.12.78). Y política, la diplomacia no pueden,
gurando sus tradicionales espiritua- la fundamentación última de esa aquí todo es un destrozo y un desas-
lidades: la unificación e práctica es que: "Nada hay tan tre, y negarlo es ser loco! ¡Es nece-
inseparabilidad de fe y justicia en importante para la Iglesia como la saria una salvación transcendente!
las dos últimas congregaciones vida humana... sobre todo de los ¡Sobre estas ruinas brillará la gloria
generales de los jesuitas; el anuncio pobres y oprimidos" (16.3.1980). ddl Señor!» (7.1.1979).
de la buena nueva y el trabajo por la Aceptó con escalofriante clarivi-
«El grito de liberación de este
justicia y la paz, en palabras del dencia y fortaleza las consecuencias
pueblo es un clamor que sube hasta
nuevo General de los dominicos. históricas de esa opción: "Me ale-
En el fondo es lo que se afirma en Dios y que ya nada ni nadie lo
gro, hermanos, de que nuestra Igle-
puede detener» (7.1.1980).
la impresionante síntesis que hace el sia sea perseguida por tratar de
profeta Miqueas sobre la realidad encarnarse en el interés de los
humana: "Se te ha declarado, oh pobres" (15.7.1979). "Sería triste
hombre, lo que es bueno, lo que que en una patria donde se está ase-
Jahvé reclama de ti: tan sólo que sinando tan horrorosamente no
defiendas el derecho y ames la leal- contáramos entre las víctimas tam-
tad, y que camines humildemente bién a los sacerdotes. Son el testi-
con tu Dios" (6,8). monio de una Iglesia encarnada en
Muchos cristianos han hecho esa los problemas del pueblo"
síntesis. Terminamos con unas (15.7.1979). Todo ello lo asumió
palabras de Mons. Romero, eximio personalmente corno arzobispo,
ejemplo de práctiça y de espíritu, de cristiano y salvadoreño: "Mi posi-
lucha por la justicia y de fe en Dios. ción de pastor me obliga a ser
Su ejemplo muestra tamnien que solidario con todo el que sufre y a
esa síntesis se puede hacer no sólo acuerpar todo esfuerzo por la digni-
personal, sino también institucio- dad de los hombres" (7.1.1979).Su
nalmente; que la síntesis que se hace martirio lo previó como último ser-
en lo más profundo de la persona vicio a la liberación: "Mi muerte, si
puede expresarse a través de y es aceptada por Dios, sea por la
potenciar la dimensión 'profesio- liberación de mi pueblo y como un
nal' de la persona; en el caso de testimonio de esperanza en el
Mons. Romero, del 'ministerio futuro" (marzo, 1980).
arzobispal'. Nada de esto le separó, sino que
La necesidad de la práctica de la le acercó inmensamente a Dios; en
justicia le fue absolutamente clara: la fe en ese Dios vio más bien que el
"Ante un mundo que necesita hombre llegaba a serlo: "Ningún
transformaciones sociales eviden- hombre se conoce mientras no se
tes. ¿cómo no le vamos a pedir a los haya encontrado con Dios... Quién
cristianos que encarnen la justicia me diera, queridos hermanos, que
27
T OSOTROS, los hijos del sol / los que hacemos florecer los huesos /
los que consagramos el pan de nuestra propia carne; / nosotros rompimos
las cadenas y emprendimos el camino.
.4.7\
MICHELE NAJL1S
emerge de los grandes retos de la hizo oir sus exigencias de solidari-
realidad histórica. Grandes cam- dad, de identificación, de justicia y
4.-CONTEMPLATIVOS bios socio-históricos cargan en su de dignidad. Y las Iglesias supieron
EN LA seno un sentido último, una exigen- ser obedientes (ob-audire = fueron
LIBERACION cia suprema que los espíritus reli- oyentes) a la llamada de Dios.
giosos detectan como advenimiento Frente al escándalo de la pobreza
del misterio de Dios. Dios posee urge actuar por los pobres contra su
solamente significado cuando, efec- pobreza en función de una justicia
Leonardo Boff tivamente, aflora como lo radical- para todos. Esta actuación posee
mente importante de una realidad una neta dimensión de liberación
dada en sus sombras y en sus luces. que nace como historificación de la
De este modo Dios no surge mera- fe que quiere ser adhesión al Señor
1. EL CHOQUE ESPIRITUAL mente como una categoría definida presente en los pobres. Luchar con
dentro del marco religioso, sino los pobres, hacer cuerpo con sus
Lo que ha caracterizado en los como acontecimiento de sentido, de anhelos, es comulgar con Cristo
últimos años la vida eclesial lati- esperanza, de futuro absoluto para pobre y vivir en su seguimiento.
noamericana fue una creciente con- el hombre y su historia. Esta situa- Esta perspectiva implica ser con-
cientización de la responsabilidad de ción propicia una experiencia pro- templativo en la liberación —
la fe en los cambios sociales que pro- pia y típica del misterio de Dios. —contemplativus in liberatione— y
picien más justicia y participación Esto que asignáramos, quiere supone una nueva forma de buscar
de las grandes mayorías pobres de expresar el momento subjetivo de la la santidad y la unión mística con
nuestros países. A la luz de la fe y en experiencia. Pero podemos enun- Dios. El choque espiritual con la
solidaridad evangélica con los más ciar lo mismo dentro de un lenguaje nueva manifestación de Dios pro-
necesitados más y más grupos signi- estrictamente teológico. Entonces dujo rasgos propios a la espirituali-
ficativos de Iglesia, incluso episco- decimos que Dios, en su voluntad dad como es vivida y practicada en
pados enteros, han intentado vivir y de auto-comunicación, se revela tantos cristianos comprometidos
enseñar la fe cristiana de tal forma concretamente en la historia. El con la liberación integral de sus her-
que sea efectivamente un motor de hombre capta un rostro nuevo de manos. Este choque espiritual se
liberación integral del hombre. Así Dios porque Dios así se está reve- encuentra en la base de la teología
en el interior de las comunidades lando. El pone sus signos sacramen- de la liberación.
cristianas está en marcha un vasto y tales, elige sus emisarios, hace crear Antes de intentar una descrip-
bien articulado proceso de libera- un discurso adecuado e incita a ción de esta espiritualidad, conven-
ción que nace de la unidad fe-vida. prácticas consecuentes. Y habrá dría ubicarla en la gran tradición
Junto a ello se ha elaborado su siempre espíritus atentos que espiritual de la Iglesia y también
correspondiente discurso crítico sabrán identificar la voz nueva de subrayar los puntos de su originali-
que viene bajo el nombre de teolo- Dios y ser fieles a sus dad. El gran problema que importa
gía de la liberación o de teología interpelaciones. aclarar es cómo ser contemplativo en
hecha en los intereses de la libera- la liberación; cómo en las prácticas
ción integral especialmente de los pastorales y en contacto con el pue-
más oprimidos de la sociedad. Pero blo vivir un encuentro vivo y con-
lo que sustenta la práctica y la teo- creto con Dios. Quizás
ría (teología) liberadoras es una reflexionando el tema sobre el tras-
experiencia espiritual de encuentro "Luchar con los pobres, hacer fondo de la tradición espiritual cris-
con el Señor en los pobres. (1) Por cuerpo con sus anhelos, es tiana se pueda identificar mejor lo
detrás de toda práctica innovadora comulgar con Cristo pobre y específico de esta espiritualidad
en la Iglesia, en la raíz de toda teolo- latinoamericana.
gía verdadera y nueva se esconde vivir en su seguimiento.
latentemente una experiencia reli- Esta perspectiva implica ser 2. LA DIFERENCIA
giosa típica. Esta constituye la contemplativo en la liberación ESPIRITUAL
palabra-fuente; todo lo demás resul- y supone una nueva forma
ta de esta experiencia totalizadora, de buscar la santidad". Ciertamente la formulación más
es esfuerzo de traducción en los clásica de la buscada Unidad fe-
marcos de una realidad histórica- vida fue elaborada por la tradición
mente determinada. Solamente con monacal bajo el lema ora et labora:
este presupuesto se pueden enten- orar y también trabajar. No es aquí
der las grandes síntesis de los teólo- el lugar de hacer la trayectoria his-
gos del pasado como San Agustín, tórica de esta inspiración. Basta con
San Anselmo, Santo Tomás, San Creemos que en los últimos arios que captemos su tendencia domi-
Buenaventura, Suárez, Rahner y hubo una irrupción vulcánica de nante que consiste en el predominio
otros maestros del Espíritu. Dios en nuestro Continente lati- soberano del ora sobre el labora.
Toda experiencia espiritual signi- noamericano; El ha privilegiado a Esta espiritualidad toma corno eje
fica un encuentro con un rostro los pobres como su sacramento de de organización de la vida espiritual
nuevo y desafiador de Dios que auto-comunicación. En los pobres el momento de la oración y de la
29
contemplación, alternando con el contacto con Dios. La tradición La síntesis que importa elaborar y
aquel del trabajo. La oración capi- profética es explícita en esto (cf. Is que está en gestación en América
taliza todo el valor y se expresa 1,10-20; Jr 22-16) y Jesús se reporta Latina es la de la oración en la
mediante los signos del campo reli- directamente a ella (Mc 7,6-8); no acción, dentro de la oración. No se
gioso: la liturgia, el o fi cio del coro, son las prédicas sino las prácticas trata de orar por un lado y de actuar
los ejercicios devocionales y toda la que nos apropian de la salvación por el otro, ni de una oración afuera
gama de expresiones religiosas. El (Mt 25, 31-46). La oración sigue del compromiso concreto con la libe-
trabajo de si no es mediación teniendo su lugar y valor, pero su ración de los oprimidos sino de orar
directa a Dios, lo es en la medida en verdad se mide en su cualidad de en el proceso de liberación, vivenciar
que viene bañado por los influjos de expresión de la práctica verdadera y un encuentro con Dios en el encuen-
la oración y de la contemplación; él éticamente correcta. En su forma tro con los hermanos. Podemos decir
significa la profanidad y la pura más radical, esta espiritualidad del que cada gran santo ha logrado esta
naturaleza; constituye el campo de carácter divino de la materia y del síntesis vital y concreta y que siem-
la expresión ética y el lugar del testi- trabajo sobre ella, llevó a un vacia- pre constituyó el secreto de toda la
monio cuyo sentido se elabora en el miento de la oración, de la expre- vida auténticamente cristiana.
ámbito de la oración. Esta se pro- sión litúrgica y devocional. Pero en América Latina, nos toca
longa hacia adentro del trabajo, Esta perspectiva valora el carác- vivir una situación de cierta manera
haciéndolo también sagrado. La ter objetivo de la gracia que pervade nueva, o por lo menos con acentos
concepción de fondo implica una todas las esferas y no está restrin- muy particulares. El problema no
especie de "monofisitismo espiri- gida al campo de la conciencia y de es simplemente la relación oración-
tual": la única naturaleza de la ora- la explicitación. En otras palabras: acción, sino oración-liberación,
ción rescata la profanidad la presencia de Dios no se realiza vale decir, oración-acción política,
creacional y natural del trabajo. automáticamente ni exclusivamente social, histórica, transformadora.
Por eso, perdura un paralelismo ahí donde se habla de Dios y se cul- En su formulación correcta la
jamás superado totalmente: por tiva su memoria, sino siempre y obje- cuestión se plantea en términos de
una parte la oración y por otra e/ tivamente donde se historifica una Mística y Política, Cómo estar com-
trabajo. La partícula y (et) es índice práctica correcta de verdad y de jus- prometido radicalmente con la libe-
de este bilinguismo espiritual. De ticia, aunque no exista una concien- ración de los oprimidos y al mismo
todas las maneras esta espirituali- cia explícita de Dios. Pero el tiempo comprometido con la fuente
dad llenó de oración y elevación el predominio del trabajo, vivido reli- de toda liberación que es Dios?
trabajo de los cristianos y pobló de giosamente, sobre la oración deja Cómo compaginar la pasión por
signos religiosos a todos los recan- perdurar un nuevo paralelismo que Dios, característica de todo hdmbre
tos considerados profanos. puede llegar a un "monofisitismo verdaderamente religioso, con la
El desarrollo socio-histórico se espiritual" ahora bajo la egida de la pasión por el pueblo y su justicia,
encaminó en la dirección de La rela- categoría trabajo. La oración es nota distintiva de todo militante
tiva autonomía de lo profano y de una otra forma de trabajo o de político? Esta síntesis para ser com-
una cultura del trabajo. (2). La ope- práctica, perdiendo su especificidad pleta y consistente tiene que apro-
ra tividad y la eficacia son los ejes de vechar de toda la riqueza del ora et
la moderna cultura cuya expresión labora; de la oración como encuen-
acabada se encuentra en nuestros tro privilegiado con el Señor; debe
días bajo el imperio de la empresa aprovechar también de toda la ver-
científico-técnica. El lema se dad presente en el labora et ora, del
invierte: labora et ora, trabaja y valor religioso del trabajo y del
ora. Se descubre el carácter divino y "No se trata de orar por compromiso realizador de la justi-
erístico de la creación y del trabajo cia y de la fraternidad.
como forma de colaboración
un lado y de actuar por otro, No se trata de hacer una síntesis
humana a la acción divina. Dios ni de una oración afuera del verbal o una correcta correlación de
no nos regaló un mundo acabado, compromiso concreto con la los términos. Se trata de vivir una
sino que quiso asociarnos a su tarea liberación de los oprimidos, práctica cristiana que a la vez venga
transformadora. El trabajo posee sino de orar en "el proceso de imbuida de oración y de compro-
su dignidad y sacralidad, no por miso, que el compromiso nazca de
estar bautizado por la oración o por
liberación, vivenciar un
la oración y que la oración aflore
la buena intención sobrenaturali- encuentro con Dios en el del corazón del compromiso. Cómo
zante, sino por su misma naturaleza encuentro con los hermanos". alcanzar esto?
creacional insertada en el proyecto 3. PASION POR DIOS EN LA
cristológico. Lo que importa es el PASION POR EL EMPOBRE-
trabajo hecho en su recto orden, CIDO.
ordenado a la construcción de la La experiencia de la fe viva y ver-
ciudad terrena querida por Dios y en cuanto oración. Mientras se dadera construye la unidad de ora-
anticipadora de la ciudad celestial. habla de trabajo y oración,labora et ción liberación. Pero hay que
Especialmente el trabajo de la justi- ora, no se ha logrado suficiente- entender correctamente la expe-
cia y comprometido con los pobres mente la unidad fe-vida, acción, riencia de fe. La fe es, primaria-
realiza lo que intenta toda oración: oración. mente, una manera de vivir todas
30
las cosas a la luz de Dios. La fe
fruto de relaciones de pecado y de en sus sufrimientos y he bajado a
define el desde dónde y el hacia
explotación. La misma fe verdadera liberarlos..." (Ex 3,7-8). Por tanto,
adonde nuestra existencia que es el Dios que por la oración dice al
Dios y su designio de amor comuni- implica y exige un compromiso
liberador: "...y me han dado de hombre: ven! en la misma oración
cado y realizado en todas las cosas. dice: ve! El Dios que llama es el
Para el hombre de fe la realidad no comer" (Mt. 25,36). Si no se mueve
a la acción liberadora no solamente mismo que lanza al compromiso de
es, originalmente, profana y liberación. El pide unir la pasión
sagrada, sino simplemente saca - no ama al hermano sino que tam-
bien no ama a Dios (1 .Tn. 3,17); el por Dios con la pasión con los opri-
mental: revela Dios, evoca Dios, midos. Mejor: exige que la pasión
amor no puede ser "con palabras y
viene empapada por la divina reali- de Dios en Jesucristo sea vivida en
de boquilla, sino con obras y de
dad. Por eso, la experiencia de fe la pasión de los hermanos sufrientes
verdad" (1 in. 3,18).
unifica la vida porque contempla la y necesitados.
Esta experiencia espiritual con-
realidad unificada por Dios como La acción de servicio al hermano
fiere unidad a la relación fe-vida,
origen y como destino de todo. y de solidaridad con sus luchas de
mística-política. El problema que se
Como modo de vivir, la fe viva liberación aflora del seno mismo de
plantea es: ¿cómo mantener esta
implica una postura contemplativa la oración que atinge el corazón de
unidad? ¿Cómo alimentarla frente a
del mundo: ve y encuentra huelläs Dios. La oración alimenta la óptica
todas las fuerzas de disgregación?
de Dios por todas las partes. Pero por la cual se permite al creyente
Esta visión contemplativa ya la vez
no basta que la fe sea viva; importa ver en el pobre y en toda una clase
liberadora no emerge espontánea-
que sea verdadera. Es solamente ver- de _explotados la presencia sacra-
mente; es la expresión rrTáS -
dadera la fe que se hace amor, verdad significativa de la fe viva y verda-
y justicia. El Dios vivo de las Escritu-
dera, ¿Pero cómo dar consistencia a
ras es un Dios que abomina la iniqui-
esta fe?.
dad y ama la justicia. Le agradan no Es aquí que emergen los dos
solamente los que lo aceptan, sino
polos: la oración y la práctica. Sin
los que construyen su Reino que es
embargo la cuestión no es quedarse
de verdad, de amor y de justicia.
Solamente esta fe comprometida es
en la polarización o en la justa posi- "Se trata de vivir una
ción; así caeríamos de nuevo en los práctica cristiana que a la
fe salvífica y por esto verdadera. dos "monofisitismos" que criticá-
"La fe sin obras es inútil" (Sant. bamos anteriormente. Hay que
vez venga imbuida de oración
2,21); una fe pura pero sin prácticas articular dialécticamente los dos y de compromiso, que el
la tienen también los demonios polos; hay que considerarlos como compromiso nazca de la
(Sant. 2,20). dos espacios, abiertos lo uno a lo oración y que la oración
La fe cristiana sabe que Cristo
tiene una densidad sacramental otro, implicándose mutuamente. aflore del corazón
especial en los pobres. Ellos no tie- Pero hay también que privilegiar del compromiso".
nen solamente necesidades que hay uno de los polos de la relación:
que atender, poseen una riqueza aquel de la oración.
única y propia: son portadores pri- Por la oración el hombre expresa
vilegiados del Señor, destinatarios lo más grande y profundo que existe
primeros del Reino, con un poten- en su existencia: puede elevarse por
cial evangelizador de todos los encima de .sí mismo, trascender a mental del Señor. Sin la oración
hombres y de la Iglesia (Puebla, todas las magnitudes de la creación nacida de la fe, la mirada es opaca y
1147). El creyente no tiene solo una y de la historia, asumir un posición ve en la superficie, no alcanza des-
mirada socio-analítica del pobre, "extática" y entablar un diálogo cender hasta aquella profundidad
identificando su pasión y las causas con el Supremo Misterio y gritar mística en la cual entra en comu-
que generan los mecanismos de su ¡Padre! Con eso no deja atrás de sí nión con el Señor presente en los
empobrecimiento. Supuesto todo el universo, sino que lo asume y lo condenados, humillados y ofendi-
esto (3), mira la clase de los empo- hace ofrenda a Dios; pero se libera dos de la historia.
brecidos con ojos de fe y descubre de todas las amarras, denuncia Por otra parte, el polo de la prác-
en ellos el rostro sufriente del Siervo todos los absolutos históricos, los tica liberadora reenvía al polo de la
de Jahvé. Y esta mirada no se queda relativiza y se enfrenta él sólo y des- oración como la fuente que ali-
en lo contemplativo, como que nudo con el Absoluto para hacer menta y sostiene la fuerza en la
"usando" el pobre para unirse al con El un historia. Ahí se descubre lucha y garantiza la identidad cris-
Señor. Cristo se encuentra identifi- a Dios como el Santo; con El esta- tiana en el proceso de liberación. Al
cado con ellos y quiere ahí ser ser- mos delante de lo sumamente Serio cristiano interesa que la liberación
vido y acogido: Esta situación de y Definitivo; con El no se juega. sea efectivamente liberación y por
miseria provoca una con móción del Pero a la vez, este Dios así Santo y eso anticipación del Reino y concre-
corazón: "yo estaba con hambre"... absolutamente Serio se revela como ción de la redención de Jesús dentro
(Mat. 23,35). Alguien está verda- un Dios comprometido, sensible a de la historia. Es la fe y la oración
deramente con el Señor en los los sollozos de los oprimidos. El que le propician contemplar su
pobres si se compromete en luchar puede decir: "He visto la opresión esfuerzo, muchas veces poco rele-
contra la pobreza que humilla al de mi pueblo.., he oído sus quejas vante, como construcción histórica
hombre y Dios no quiere porque es contra los opresores, me he fijado del Reino. La práctica social tiene
31
su densidad concreta e intramun- cas y actitudes de los participantes
dana, pero su significado no se de la comunidad. Saben criticarse
agota en esta determinación; la fe mutuamente sin melindres y sucep-
desvela su sentido trascendente y su tibilidades personales. Lo que
significación salvífica. Por eso, para importa son los criterios objetivos.
alguien que ha comprendido esta "No basta que la fe sea viva, El Reino, la liberación, el respeto al
perspectiva, el servicio liberador caminar del pueblo. Desde estas
importa que sea verdadera. realidades se confrontan las prácti-
con los hermanos constituye una
verdadera diaconía al Señor, un
Es solamente verdadera la fe cas de los agentes de pastoral. Hay
asociarse a su obra redentoray libe- que se hace amor, verdad, verdaderas conversiones y ayudas
radora y una real "liturgia" en el justicia. El Dios vivo de las que vienen de esta sinceridad y
Espíritu. Es lo que significa ser con- Escrituras es un Dios que lealtad.
templativus in liberatione. La con- e) Una santidad política: La tra-
abomi na la iniquidad y ama
templación no se realiza solamente dición cristiana conoce el santo
en el espacio sagrado de la oración,
la justicia". ascético, maestro de sus pasiones y
ni en el recinto sacrosanto de la igle- fiel observante de las leyes de Dios y
sia o del monasterio; ella encuentra de la Iglesia. Casi no se conocen
su lugar también en la práctica polí- santos políticos y santos militantes.
tica y social, bailada, sostenida y En el proceso de liberación se ha
alimentada por la fe viva y creado la situación para un otro
verdadera. b) Oración, expresión de la comu- tipo de santidad: más allá de luchar
Es un gran apanagio de nuestra nidad liberadora. La oración contra sus propias pasiones (consti-
Iglesia latinoamericana el hecho de privada tiene su valor permanente y tuye una tarea permanente) se lucha
que los obispos, sacerdotes, religio- asegurado; pero en los grupos com- contra los mecanismos de explota-
sos y laicos más comprometidos prometidos la oración es esencial- ción y de destrucción de la comuni-
con las causas de los pobres (su jus- mente un compartir de experiencias dad. Ahí emergen virtudes difíciles
ticia, sus derechos, su dignidad) son y de prácticas iluminadas y critica- pero reales: solidaridad con los de
también los más comprometidos das a la luz de la fe y del Evangelio. su clase, participación en las deci-
con la oración; unen en un mismo La experiencia no se queda en una siones comunitarias, lealtad para
movimiento de amor y de entrega a espléndida privacidad del alma con con las soluciones definidas, supe-
Dios y al prójimo más necesitado. su Dios, sino que se abre al *otro en ración de todo odio contra las per-
el escuchar y en el comunicar. Uno sonas que son agentes de
4. CARACTERISTICAS PRINCI- reconforta el otro; comenta los pro- mecanismos de empobrecimiento,
PALES Y LOS RETOS DE ESTA blemas del otro; se ayudan mutua- capacidad de ver más allá de los
ESPIRITUALIDAD mente en los problemas revelados; inmediatismos, y trabajar para una
Se trata de identificar algunos no hay la "vergüenza" sagrada que sociedad futura que todavía no va
rasgos más significativos de esta esconde las visitas y las iluminacio- ni se va a gozar. Este nuevo tipo de
contemplación vivida en contexto nes de Dios. La gran mayoría tiene ascesis posee sus exigencias y
de liberación (4). el alma como un libro abierto. Esto renuncias a fin de mantener el cora-
a) Oración materializada de revela ya el proceso de liberación al zón puro y orientado por el espíritu
acción: La oración liberadora interior de la misma comunidad. de las bien-aventuranzas.
recoge todo el material de la vida c) Liturgia como celebración de la f) Coraje profético y paciencia his-
comprometida: las luchas, los vida. La liturgia canónica con- tórica: Muchos cristianos com-
esfuerzos colectivos, los errores y serva su carácter vinculante y es prometidos tienen la valentía,
los logros alcanzados; se dan acción expresión de la catolicidad de la nacida de la fe y de la oración, de
de gracia por los pasos dados, se expresión de nuestra fe; pero en la enfrentarse con los poderes de este
pide no tanto de manera individua- medida que las comunidades unen mundo en pro de las causas del pue-
lista, sino en función de todo un fe y vida, mística con política, más y blo y de su dignidad pisoteada. En
caminar, por aquellos que sufren y más insertan en lo litúrgico la cele- esto muestran la parhesia apostó-
por los que hacen sufrir; en la ora- bración de la vida compartida por lica de arriesgarse hasta sufrir per-
ción resuena especialmente la con- todos. En este campo aflora una secuciones, cárceles, destituciones
flictividad del proceso de rica creatividad que tiene su digni- de trabajo, torturas e incluso la eli-
liberación; la confesión de los peca- dad y su sacralidad aseguradas por minación fisica A pesar de esta
dos es espontáneamente comunita- el sentido apurado que el pueblo valentía evangélica, tienen pacien-
ria; nadie se oculta por detrás de tiene de lo sagrado y de lo digno; se cia histórica para el paso lento del
discursos etéreos sino que abre el aprovechan símbolos significativos pueblo, sensibilidad para sus rit-
corazón hasta para las cosas más del grupo, se hacen coreografías y, mos, acostumbrados que están a
íntimas; es una oración que refleja muchas veces, verdaderos autos sufrir represiones. Tienen con-
la liberación del corazón; se acu- espirituales con expresiones corpo- fianza en el pueblo, en su valor, en
san especialmente las incoherencias rales propias del pueblo. su capacidad de lucha, a pesar de
entre lo profesado y lo vivido, la dl Oración hetero-crítica: La ora- sus limitaciones, equívocos y atraso
falta de solidaridad y de ción liberadora sirve muchas veces intelectual. Se cree vivamente en la
compromiso. de un examen crítico de las prácti- fuerza del Espíritu que actúa en los
32
humildes y sufrientes y en la victo- en que triunfa la justicia, en que el expresada en la pasión por el pue-
ria de sus causas y en el derecho de pueblo vence en sus luchas y en que blo. Más y más se crean las posibili-
sus luchas. Esta actitud nace de una se hace más digna la vida. Es la dades objetivas para la emergencia
visión contemplativa de la historia, resurrección de Jesús en marcha de un nuevo tipo de cristiano, pro-
de la cual solamente Dios es Señor. como un inmenso proceso de libe- fundamente comprometido con la
g) Actitud pascual: Toda libera- ración que toma cuerpo en la histo- ciudad terrena y a la vez con la ciu-
clon tiene un precio a ser pagado; ria. Esto es celebrado y vivido como dad celeste, convicto de que esta
hay una muerte y una resurrección forma de presencia del Espíritu en depende de la forma como nos
que deben ser asumidas con joviali- medio de la historia. hemos empeñado en la creación de
dad y serenidad evangélicas. No se Podríamos enumerar otras aquella. El cielo no es enemigo de la
temen los sacrificios, las amenazas características de este tipo de ora- tierra; el empieza ya en la tierra.
y las reales situaciones de martirio. ción que se hace cada vez más reali- Ambos viven bajo el arco-iris de la
Todo esto es asumido como parte dad en las comunidades gracia y del gesto liberador de Dios
del seguimiento de Jesús. Hay un comprometidas en la liberación de en Jesucristo.
sentido fuerte de la cruz como paso los más necesitados. Siempre apa- Esto no es mera teología. Es vida
necesario para la victoria. La resu- rece la unidad de oración-acción, y mística de muchísimos cristianos.
rrección es vivida como momento fe-liberación, pasión por Dios ••n•n••Yll

(1) Véanse los siguientes títulos más signifi- lado todavía de forma adecuada esta revo-
cativos: Frei Betto, Oracao na acao, (Civiliza (4) La gran dificultad de esta espiritualidad
lución; la ética, la espiritualidad y la teología
de liberación reside en el hecho de que la
cao Brasileira), Rio de Janeiro 1977; Galilea, están todavía demasiadamente marcadas
historia de la Iglesia presenta pocos o casi a
S., Espiritualidade de Libertacao, (Vozes), por un mundo de los ritmos de la naturaleza
Petrópolis 1976; Contribucao dos teólogos nadie que tenga realizado esta síntesis entre
y de la armonía del mundo antiguo. Fue
presentes en Puebla: Espiritualidade e evan- lo místico y lo político así como lo concebi-
mérito del sistema capitalista haber introdu-
gerlizacao; Para urna espiritualidade mos hoy. San Francisco de Asis, San Bernar-
cido este cambio cualitativo en la historia; y
dino de Siena, San Vicente y otros tenían
libertacao, em SEDOC julho/agosto 1979, es también su gran contradicción.
72-79; Boff, L., Testigos de Dios en el cora- más bien una actitud para nuestros criterios
asistencialista que libertadora. No se movían
zón del mundo (Instituto Teológico de Vida (3) El militante cristiano, habituado a la
Religiosa), Madrid 1977. ni tenían condiciones teóricas y prácticas
complejidad de lo real social hoy extremada-
para hacerlo dentro del marco de lo politico
mente sofisticado y asequible solamente
(2) Con la cultura del trabajo se ha creado como campo de lucha de poderes en donde se
mediante el instrumental científico, tiene que
algo sin precedentes en la historia de la imponen opciones, a veces, radicales en
fortificar enormemente su mirada de fe para
humanidad; hubo una activación total de las nombre de la fe o de la justicia. Es el gran reto
poder detectar en los mecanismos socio-
de nuestro tiempo crear militantes con una
fuerzas productivas, cambiando el hombre y históricos la presencia o la ausencia de Dios
santidad verdaderamente política,' importa ser
su mundo; ya no se trata solamente de traba- y de su gracia. Como nunca antes en la histo-
a la vez santo y político en el pleno sentido de
jar, sino de producir lo máximo con lo ria se hace necesaria la oración unida a la
la palabra.
mínimo de investimiento. Esto hoy tiene una perspicacia política, la mística articulada
dimensión planetaria. La Iglesia no ha asimi- con el análisis crítico de la realidad.

33
N mi país ha habido una revolución que significa que ahora la paz y la
justicia se besan. Conquistamos la paz en una guerra de liberación muy dura.
E Coh esa lucha buscábamos la paz. Los que se integraban en esa lucha lo
hacían pensando dar la vida. Yo conocí a muchísimos de esos jóvenes combatientes,
unos cuantos fueron formados por mí en mi comunidad de Solentiname, y les puedo
decir que ellos tomaron las armas por amor, porque querían un país lleno de escuelas y
hospitales y círculos infantiles, y sin analfabetismo y sin mendigos y sin explotación. Y
hemos conquistado la paz. La verdadera paz, que no es sólo ausencia de guerra. La paz
que los hebreos han llamado Shalon y que es también la justicia, es el vivir en paz unos
con otros, el que cada uno coseche su viña en paz. Es la paz con el vecino, es el
compañerismo. Es la paz que no puede haber sin la justicia: está unida a la justicia y
por eso existe el Salmo que dice: "La justicia y la paz se besan”.

ERNESTO CARDENAL
Los principales teólogos de la La liberación es lugar de encuentro
liberación latinoamericana, pre- histórico y teológico-espiritual de
ocupados por la fe y no tan sólo por las dimensiones políticas y contem-
las cuestiones de eficacia de la pra- plativas del cristiano.
5.- LA LIBERAC1ON xis, coinciden en afirmar que la Esta síntesis entre el «militante» y
COMO ENCUENTRO experiencia del compromiso por la el «contemplativo» es urgente
liberación ha introducido a los cris- debido a la crisis que señalamos
DE LA POLITICA Y tianos en un mundo cultural anteriormente. Esto es tanto más
DE LA diferente. necesario por el malentendido que
Esta «transcult u ración» se debe a se fue creando, en los últimos
CONTEMPLACION la naturaleza misma de las activida- treinta años, entre cristianos de
des en que se encauza el compro- diversos «tipos de espiritualidad».
Segundo Galilea
miso de estos cristianos: la política Las últimas décadas presenciaron
con su racionalidad y estrategia dos tendencias de estilo de vida cris-
COMPROMISO POR tiana. Se podrían tipificar como la
propias, la eficacia de la praxis
LA LIBERACION Y CRISIS de los «religiosos-contemplativos»
como criterio de acción, el recurso
DE ESPIRITUALIDAD y la de los «militantes-
permanente a las ciencias humanas
que rigen el dinamismo de la socie- comprometidos». Los primeros son
dad... El cristiano se sumerge en ese sensibles a los valores propiamente
El término «compromiso por la mundo, que a menudo es nuevo «religiosos», a la oración y su prác-
liberación», por su ambigüedad, para él —antes era propio de algu- tica, a la liturgia y los sacramentos,
puede ser mal interpretado. Incluso nos pocos «profesionales de la poli- a las dimensiones trascendentes del
hoy día en América Latina es sus- tica»—, y su fe sufre un impacto, un cristianismo. Se apreciaba menos
ceptible de fuerte utilización ideoló- cuestionamiento. sensibilidad a las dimensiones tem-
gica y aun político-partidista. A En efecto, en términos generales, p orales o sociales de la fe.
veces se deja la impresión de que los la fe del latinoamericano medio Los segundos subrayan el com-
cristianos comprometidos en la estuvo hasta ahora muy encua- promiso con las tareas históricas, la
liberación se identifican con los drada en su cultura. Su familia, su militancia social, la «praxis libera-
cristianos revolucionarios de algu- educación, su ambiente, la primacía dora». En medidas variables, des-
nos espectros políticos o aun con sociológica del catolicismo, que le confían de las dimensiones mal
aquellos que asumieron más o transmitió una cierta imagen de llamadas «verticales» del cristia-
menos ampliamente el análisis mar- Cristo, de la ética, de la fidelidad nismo: la vida sacramental, la ora-
xista para hacer el diagnóstico de la religiosa... Esta «fe tradicional», al ción y, en general, la contemplación
sociedad latinoamericana injusta. sumergirse en el compromiso por la cristiana. Una de las razones impor-
Estas acepciones suponen opciones liberación de los obreros, campesi- tantes de esta dicotomía, y sobre la
sociopolíticas, que limitan el sen- nos y marginados a través de tareas cual nos proponemos reflexionar
tido justo de « compromiso» o «pra- preferentemente educadoras y polí- ahora, es la ambigüedad de la prác-
xis» liberadora. Por ésta más bien ticas, se encuentra como expa- tica « tradicional» de la contempla-
debemos entender —y con ello nos triada. Sus categorías (el pecado, la ción. De esta ambigüedad no han
identificamos con Gustavo salvación, la caridad, la oración, estado tampoco exentas muchas de
Gutiérrez— «el esfuerzo por la abo- etc.) no iluminan ni inspiran sufi- sus formulaciones teóricas.
lición de la actual situación de cientemente su compromiso. De ahí
injusticia y por la construcción de la crisis.
una sociedad distinta, más libre y Por eso, desde el ángulo de la
más humana..., donde los oprimi- pastoral, la liberación no es sólo
dos sean agentes de su propio des- una cuestión de eficacia temporal o
tino». Este esfuerzo no sólo permite de ética. Es fundamentalmente un
muchas opciones a los cristianos, problema de espiritualidad. Junto
sino que se realiza a través de diver-
Desde el ángulo de la pastoral,
con una teología, necesitamos una
sos cauces: tareas educativas («edu- espiritualidad de la liberación. El la liberación no es sólo una
cación liberadora») de promoción compromiso liberador, y dentro de cuestión de eficacia temporal
cultural, socioeconómica, tareas él esta primordial tarea sociopoli- o de ética.Es fundamentalmente
políticas. En la actual coyuntura tica, como toda actividad del cre- un problema de espiritualidad.
social latinoamericana, fuerte- yente, está llamado a ser no sólo Junto con una teología,
mente politizada y en la que los una ocasión de practicar las exigen-
cambios dependen enormemente de cias de la fe y de aplicar los postula-
necesitamos una espiritualidad
decisiones políticas, la dimensión dos de la caridad, sino que tiene que de la liberación.
política adquiere la primacía y de ser un «escenario» donde alcanzar
hecho tiende a ser dominante. De la salvación. El compromiso por la
ahí la globalidad y el perfil político liberación en el cristiano debe ser
que adquiere el compromiso por la un lugar de encuentro con Dios y,
liberación humana de nuestro Con- por tanto, de inspiración de su vida
tinente. teologal, de su vida contemplativa.
35
La contemplación cristiana América Latina es que esta recupe- Ven en la práctica de su fe la
como «el tranquilo demorarse del ración comienza a darse en la expe- garantía de que sus opciones estén
hombre en la presencia de Dios» se riencia de no pocas personas y de presididas por el amor y de que en
fue amalgamando desde los prime- grupos cristianos, incluyendo aque- ellas se mantengan el sentido de las
ros siglos con dos matices diferen- llos comprometidos en las diversas personas y el sentido ético. De
tes. Uno le vino de la mística tareas de cara a la liberación. librarse del pragmatismo y de los
greco-platónica, que a su vez estaba En estos compromisos, muchos métodos políticos maquiavélicos.
en armonía con las místicas orienta- creyentes experimentan colaborar Ello no disminuye en ningún caso la
les del budismo, del hinduismo y con el Señor en tareas redentoras, intensidad de su compromiso ni
más tarde del islam. Conocemos formando parte de la construcción tampoco su lucidez. Su experiencia
bien las características de la con- del Reino. En su entrega en el cristiana les permite, más allá de las
templación greco-platónica (que se terreno sociopolítico, muchos están consignas de los políticos, encon-
radicalizan en las místicas de evolucionando. De una tendencia a trar caminos más creadores, más
Oriente) y su indiscutible influen- cuestionar su fe y aun a perderla, humanos y fraternales en la libera-
cia, como parte del espíritu griego, tienden ahora a fortalecerla, a recu- ción. «Necesitamos experimentar,
sobre las formulaciones cristianas. perar la oración y a redescubrir su aquí y ahora, la fuerza de la espe-
Su fuerte orientación trascendente, sentido. A menudo impreparados ranza cristiana en el actual proceso
con su descuido de las mediciones para ello por formación, van descu- histórico latinoamericano, que nos
corpóreas, históricas, temporales. briendo honda afinidad entre la fe y da la certeza que el Reino vendrá.
Su tendencia a hacer de la contem- sus opciones. Esto nos ayuda a no desalentarnos,
plación un ascenso a Dios en que se a tener estímulos más allá de la
va dejando atrás lo temporal, hasta experiencia inmediata, a menudo
llegar a una absorción exclusiva en decepcionante. La oración perso-
él, fácilmente la convierte en una nal, contemplativa, nos asegura
evasión. Esta mística inficionó la La esencia de la verdadera este tipo de experiencias»... «El cris-
auténtica contemplación cristiana oración cristiana consistió tiano comprometido en la libera-
no como un hecho aislado, sino en siempre en "salir de sí para ción se va haciendo un
la medida, en que el pensamiento y encontrar al Otro". a Dios. contemplativo en la medida en que-
el ethos griego, con su dualismo, Al revés de una actitud que capta lo que Dios quiere para el
iban influyendo en la naciente Igle- otro, y hace de eso la razón decisiva
sia. En cuestiones de espiritualidad podría aparecer como egoismo
de su compromiso. En la medida
se debió eso en buena parte a los o como evasión de realidades que se hace capaz de mantener la
escritos der San Jerónimo y sobre y responsabilidades, la universalidad del amor, siri renun-
todo a los del abad Casiano (s.v.), verdadera oración es un acto ciar a su preferencia por los
que llevaron las tendencias orienta- supremo de abnegación y de
les a la espiritualidad latina.
Casiano mismo se convierte en el
olvido de sí, al fin de CONTEMPLACION Y COM-
autor espiritual más leído de la encontrar al Cristo y sus PROMISO
Antigüedad, de influencia decisiva exigencias en los demás.
en el monaquismo. Para él, «la con- Estas experiencias no son puras
templación es una muerte, un intuiciones sin valor cristiano. Van
éxodo que separa de todas las cosas al encuentro de la dimensión
terrenales, pero, al mismo tiempo, bíblica, histórica, comprometida de
es también una nueva vida en el la contemplación, entre nosotros
cielo. El contemplativo, llegado a la muy descuidada.
cumbre del monte de la contempla- Estos cristianos reaccionan con- Se trata de recuperar por integra-
ción, ya no vive realmente en este tra una salvación ah istórica. La ven ción, sin negar otras dimensiones
mundo sino en la verdadera patria. más bien ligada a los compromisos tradicionalmente válidas de la con-
Semejante a los santos angeles, temporales y políticos, aunque no templación cristiana. Sobre todo su
goza de su compañía». Mezclada la reducen a la liberación temporal. dimensión de adoración gratuita y
con esta perspectiva, se mantuvo la Dan gran importancia a la praxis el valor de amar y contemplar a
auténtica dimensión bíblica de la liberadora y a su eficacia, y descu- Dios por sí mismo. La dimensión
contemplación; que llamamos «his- bren en la oración la garantía de que ahora nos preocupa se refiere al
tórica» o «de compromiso». Es pre- que esa praxis esté presidida por los hecho de que la contemplación está
cisamente este aspecto de la valores evangélicos. Su mismo esencialmente ligada al vigor de la
contemplación cristiana el que compromiso, a veces muy radical, fe y a la capacidad de esta fe de
debemos hoy recuperar en toda su los ha llevado eh muchos casos a bailar con una nueva luz la vida y la
plenitud, en beneficio de una reno- abordar su fe en un alto grado de historia. La contemplación es tener
vación de la espiritualidad que mística cristiana. (Es bien conocido una experiencia de Dios, real
reconcilie al «contemplativo» y al en este aspecto el caso de Néstor aunque oscura, en todas las dimen-
«político» en nuestro Continente. Paz, el guerrillero cristiano muerto siones de la vida humana. Es la
Ahora bien, lo interesante como hace cuatro años en las guerrillas de capacidad de encontrar a Cristo y la
hecho eclesial en este momento en - Bolivia). experiencia de haberlo encontrado
36
a través de una fe vigorosa y encai- el encuentro personal con el Señor. La contemplación así concebida
nada (1 Jn 1,1: «Lo que hemos visto Ambos encuentros son insepara- da un contenido sociopolí tico a la fe
y oído, lo que nuestras manos pal- bles. El primero subraya que el cris- y ella misma adquiere una dimen-
paron del Verbo de vida...»). El tes- tianismo es trascendente a sión histórico-social sin reducirse a
timonio de san Juan se da siempre cualquier realidad temporal; el ella. El Cristo encontrado y con-
en el contemplativo, en la experien- segundo, que es encarnado e inse- templado co la oración «se pro-
cia de su fe. parable del amor al hermano. El longa» en el encuentro con el
Este «encuentro experimental» primero recuerda el primer manda- hermano, y si somos capaces de
con Dios —que se nos revela en miento del amor a Dios sobre todas experimentar a Cristo en el servicio
Cristo— supone los dos encuentros las cosas, y el absoluto de la persona de los «pequeños» es porque ya lo
contemplativos que aporta el evan- de Jesús. El segundo recuerda el hemos encontrado en la oración
gelio. El primer encuentro es el de la mandamiento semejante al pri- contemplativa. La contemplación
persona misma de Jesús. El Nuevo mero, el amor al prójimo como a si no es sólo el descubrir la presencia
Testamento nos presenta este mismo y la presencia de Cristo en de Jesús en el hermano («a rní lo
mismo encuentro como la raíz de ese amor. El primer encuentro hacéis»), sino igualmente una lla-
toda conversión de la fe y de la vida deriva a la oración contemplativa y mada a la acción en su favor, al
contemplativa. La revelación de a las diversas formas de relacionar- compromiso liberador («lo que
Cristo a los hombres de su tiempo nos con Dios; el segundo, al com- hicisteis»). La contemplación de
(Zaqueo, la mujer samaritana, promiso temporal como experien- Cristo en el hermano sufriente y
Pedro, los discípulos de Emaüs, cia cristiana. El segundo encuentro oprimido es una llamada al com-
etc.) creó en éstos un encuentro y «encarna» el primero y da una promiso. Es el contenido histórico
una experiencia contemplativa. dimensión histórica al encuentro de la contemplación cristiana en la
Cada uno de ellos es tipo del cris- con Dios y a nuestra vida de Iglesia latinoamericana.
tiano, y ser cristiano y haber encon- oración. El encuentro-servicio con el
trado a Jesús es todo uno en el pobre, en los creyentes es contem-
Nuevo Testamento. El mismo plativo y hace de ellos «contempla-
encuentro contemplativo lo tuvie- tivos en la acción» en la mas pura
ron los apóstoles, ya maduro en la tradición cristiana. Esto no es una
experiencia de 1 .In 1,1. Aparece
Esta capacidad de vivir para
experiencia automática; se produce
como identificado con la vocación el hermano, sobre todo si se en la medida que en la conciencia
apostólica en la transfiguración (Mt descubre pobre y pequeño, es cristiana emerge el Cristo encon-
17,1ss). Este episodio responde al la fuente decisiva del trado en la oración, como telón de
descubrimiento de una dimensión compromiso temporal del fondo de la acción. «El Otro» expe-
nueva del cristianismo, dimensión cristiano y de la dimensión rimentado en la oración contempla-
contemplativa que va mas allá de la tiva se experimenta en el encuentro
acción. («Bueno es estarnos aquí... sociopolítica de su fe y de con «los otros».
Hagamos tres tiendas»...). El su caridad. Es la raíz de la Este encuentro de Cristo en los
encuentro con la persona de Jesús din:elisión pública y social de la otros tampoco se improvisa.
adquiere para los apóstoles un contemplación, hasta ahora Supone el haberlo contemplado en
valor en sí, privilegiado, que supera indebidamente "privatizada" la oración, y esta experiencia se
en ese momento la experiencia de la reactiva en el servicio a los demás,
acción. y malamente "mistificada".
adquiriendo así un contenido social
El mismo tipo de encuentro con- e histórico, purificando nuestra
templativo lo tuvo san Pablo (2 Cor orientación hacia los demás.
12ss; Flp 3,7ss, etc.) y está en la La entrega al hermano y a su libe-
experiencia de todos los santos. ración, por otra parte, en cuanto
El segundo encuentro es insepa- La experiencia de Jesús en el ser- experiencia contemplativa, implica
rable y complementario al encuen- vicio al hermano comunica a la con- una presencia «acompañante» e
tro de la persona de Cristo. Es la ciencia cristiana toda su dimensión intuitivamente iluminadora de ese
experiencia, contemplativa tam- social, sacándola de una conciencia mismo Cristo encontrado en la ora-
bién de la presencia de Cristo en el puramente individual y privatizada ción. Esta conciencia de Cristo es el
hermano, sobre todo en el «her- y de una contemplación de tenden- punto de unión entre la oración y el
mano pequeño». Está tipificado en cias « platónicas». Comunica al compromiso, e impide que este
la famosa perícopa de Mt 25,31: amor fraterno una dimensión social último se vacíe, abrazando a ambos
«Tuve hambre.., me diste de y colectiva, en la medida que los en una misma experiencia contem-
comer... Lo que hicisteis a uno de « pequeños» son, en América plativa. La mística cristiana es una
estos hermanos míos, los más Latina, no sólo personas individua- mística de compromiso.
pequeños, a mí lo habéis hecho». les, sino también grupos humanos,
Aquí el encuentro con el hermano subculturas marginadas, clases o DIMENSION MISTICA Y
sufriente y necesitado (el sectores sociales... Hay en ellos una DIMENSION POLITICA DE LA
« pequeño») y su consiguiente servi- CONTEMPLACION
presencia colectiva de Jesús, cuya
cio es una experiencia de Cristo; tan experiencia constituye un verda- Estas reflexiones nos llevan a la
contemplativa en ese sentido como dero acto contemplativo. necesidad de reformular, o de com-
- 37
pletar, la idea de contemplación, pobre y pequeño, es la fuente deci- desierto geográfico es símbolo de
manteniendo todos sus valores tra- siva del compromiso temporal del una actitud de despojo, de situarse
dicionales. Su gratuidad, sobre cristiano y de la dimensión sociopo- en la verdad y sin ilusiones delante
todo, y su trascendencia de un «uti- lítica de su fe y caridad. Es la raíz de de Dios, de pobreza radical que
litarismo» que la ponga al servicio la dimensión pública y social de la hace esperar todo el don de Cristo,
de tareas profanaso apostólicas. No contemplación hasta ahora indebi- de silencio para escuchar la palabra
se trata de poner la oración contem- damente «privatizada» y mala- del «Otro».
plativa al servicio de la liberación. mente «mistificada». Ahí y no en la El desierto es actitud de impoten-
Se trata de desentrañar todas sus dialéctica de la lucha de clases cia humana ante la salvación. Es
virtualidades, y en este caso, su encuentran los creyentes la fuerza disponerse, en la dolorosa experien-
dimensión de compromiso. de su militancia y de su quehacer cia de su limitación, a recibir esta
La esencia de la verdadera ora- liberador. salvación gratuitamente, en la con-
ción cristiana consistió siempre en Junto al tema de la purificación, vicción oscura de que Dios nos
«salir de sí para encontrar al Otro», de la cruz y de la muerte se sitúa el busca, y de que el cristianismo, más
a Dios. Al revés de una actitud que del «desierto», igualmente tradicio- que el amor del hombre a Dios, es el
podría aparecer como egoísmo o nal en la espiritualidad cristiana. amor de Jesús, que buscó primero
como evasión de realidades y de res- Aquí también debemos recuperar al hombre.
ponsabilidades, la verdadera ora- su doble dimensión, mística y polí- El «desierto» se ha formuldo en
ción es un acto supremo de tica. El desierto, en la tradición cris- una referencia casi exclusiva a la
abnegación y de olvido de sí, a fin tiana, es ante todo una actitud del vida mística y de oración. En la
de encontrar al Cristo y sus exigen- espíritu. Pero muchos de los gran- línea del «primer encuentro»* del
cias en los demás. En este sentido la des contemplativos, incluyendo a Nuevo Testamento a que nos referi-
oración está emparentada con los Jesús mismo (Mt 4,1), san Pablo mos anteriormente, que nos rela-
temas clásicos de la cruz y de la (Gál 1, 17), muchos profetas (por ciona contemplativamente con la
muerte. «Con Cristo fue crucifi- ejemplo, Ezequiel, Jeremías, Moi- persona de Jesús. Creemos que
cado algo de nosotros... Hemos sés y Elías, sobre los cuales volvere- para recuperar el auténtico con-
muerto con Cristo... para vivir para mos luego), los primeros monjes, cepto de la contemplación cris-
Dios» (Rom 6). Lo cual implica la muchas Ordenes contemplativas y tiana, en una forma significativa
crucifixión del egoísmo y la purifi- Charles de Foucauld moderna- para aquellos creyentes comprome-
cación del «yo» como condición de mente, acudieron al desierto geo- tidos en la acción liberadora, habría
la contemplación. Esta crucifixión, gráfico en muchos momentos de su que extender la experiencia del
del egoísmo en el olvido de sí, en vida para sentir esta actitud con la desierto también al «segundo
en esta dialéctica oración - compro- ayuda de un marco externo. El encuentro», al encuentro de Cristo
miso, se va a realizar tanto en la con el hermano, con el pequeño.
dimensión mística de la comunica- La actitud misma del desierto,
ción con Jesús en la noche luminosa
contemplativa, está unida a este
de la fe como en el sacrificio que compromiso. Si el desierto forje) a
supone el compromiso por la libe-
los grandes profetas, el actual pro-
ración de los demás. La «muerte»
fetismo cristiano en América
del místico y la «muerte» del mili-
La contemplación cristiana Latina necesita igualmente la acti-
tante son las dos dimensiones del
tud contemplativa del desierto. La
llamado a aceptar la cruz como auténtica, que pasa a través actitud de «salir de sí», de reencon-
condición del discípulo (Mt 16,24). del desierto, hace a los trarse con el Absoluto y con la reali-
La soledad, la aridez y la «noche contemplativos profetas, dad verdadera de las cosas, propia
oscura» que acompañan al ejercicio
héroes del compromiso, y a del «desierto», permite al cristiano
contemplativo como purificantes
los militantes, místicos. «salir del sistema», como sociedad
del egoísmo y como medio para
injusta y engañosa, para denun-
salir de sí y encontrar al «Otro» se El cristianismo realiza la ciarlo y hacerse libre frente a él. Si el
dan también en el compromiso del síntesis del político y del cristiano no se «retira al desierto»
cristiano, en el servicio del «otro». místico, del militante y del para salir interiormente del «sis-
En efecto, para descubrir al «otro»
como «otro» al cual yo debo entre-
contemplativo, superando la tema», no se hará libre y profeta
falsa antinomia entre el para liberar a los demás. Si no supo
garme, y no como prolongación de hacer silencio en sí mismo, para
mí mismo y de mis intereses, se "religioso-contemplativo" acallar las «palabras opresoras» y
necesita salir de sí, morir, crucificar y el militante- escuchar la palabra de «la verdad
el egoísmo a través de una «noche comprometido". que nos hace libres», no podrá
oscura» de contradicciones y de un
prolongado aprendizaje del amor transformar su medio profética o
fraterno. En la medida que nos políticamente. El desierto, como
experiencia «política», libera del
purificamos para Dios, nos purifi-
egoismo y del «sistema» y es fuente
camos para el hermano, y viceversa.
de libertad y de capacidad
Esta capacidad de vivir para el
liberadora.
hermano, sobre todo si se descubre
38
La contemplación cristiana nos. Juan el Bautista, el mayor de
auténtica, que pasa a través del los profetas, se presenta en esta
desierto, hace a los contemplativos línea (Mt 11,14), y Santiago, en su
profetas, héroes del compromiso, y epístola, lo p ropone como modelo
a los militantes, místicos. El cristia-
Los actuales testimonios de fe y oración, ya que era «un hom-
nismo realiza la síntesis del político cristianos de síntesis bre semejante a nosotros» (Sant
y del místico, del militante y del compromiso-contemplación 5,17). En Mt 17,1ss, su diálogo con
contemplativo, superando la falsa y la recuperación de su Jesús transfigurado, como ante-
antinomia entre el «religioso- riormente con Yaltvé en el rumor de
contenido auténtico están la brisa, ha quedado en la tradición
contemplativo» y el «militante -
comprometido». La contemplación
radicados en la mejor tradición cristiana corno el símbolo del pro-
auténtica, que a través del encuen- del cristianismo y de la Biblia. feta contemplativo.
tro con el «absoluto de Dios» con- Los profetas aparecen en esta En esta línea hay que situar tam-
duce al «absoluto del prójimo», es línea. Guías de un pueblo, bién la figura de Moisés. Ella es
el lugar de encuentro de esta sim- críticos de un sistema, típica del místico-político, que tuvo
biosis dificil, pero tan necesaria y altamente la experiencia de Dios en
anunciadores de un mensaje de el desierto y que, sin dejar de ser
creadora para los cristianos lati-
noamerticanos comprometidos en libertad, no a partir de una dirigido por esta experiencia, con-
la liberación de los pobres. política-de-poder, sino dujo a un pueblo hacia su
partiendo del pueblo y su liberación.
CONTEMPLACION Y PROFE- servicio y de la contemplación En esta empresa, la calidad con-
TISMO EN EL MENSAJE de la palabra de Dios que los templativa de Moisés lo llevó a
BIBLICO encontrarse con el absoluto del
impelía a actuar. «Otro» en la soledad de la zarza
Los actuales testimonios cristia- ardiendo, y con el absoluto de «los
nos de síntesis compromiso- otros», en los que su fe experimen-
contemplación y la recuperación de Transformado por este encuen- tada lo hacía descubrir un pueblo
su contenido auténtico están radi- tro con su Señor, Elías es capaz de habitado por Yahve, al que debía
cados en la mejor tradición del cris- enfrentarse a los potentados y opre- comunicar la libertad de los hijos de
tianismo y de la Biblia. Los profetas sores de entonces, embriagados por Dios. Esta calidad contemplativa
aparecen en esta linea. Guías de un las victorias militares y el esplendor permitió además a este místico el no
pueblo, crítico de un sistema, anun- material y sumegidos en un clima de «mitificar» a un pueblo que a
ciadores de un mensaje de libertad, orgullo y exaltación nacional (1 Re menudo se reveló mediocre y el
no a partir de una política-de - 16,23-34). En el templo de Baal, aceptar, por tanto, la soledad de su
poder, sino partiendo del pueblo y centenares de falsos profetas ‚man- conducción profética. «¿Por qué
su servicio y de la contemplación de tienen y propagan el culto a los ído- Yahvé nos lleva a esa tierra?.,. Nos
la palabra de Dios que los impelía a los... Elías acepta el compromiso sería mejor volver a Egipto... Elija-
actuar. Es la línea místico-política que Dios le ofrece de enfrentar ese mos un jefe y volvamos... ¿Por qué
del cristiano, partiendo del pueblo y sistema de poder y de liberar al pue- nos ha sacado de Egipto para traer-
de la palabra, y no del egoismo del blo de la opresión idolátrica. El nos a este lugar pésimo...?» (Nm 14
poder. La figura profética de Elías, enfrentamiento llega a su crisis y 20).
en especial, podría ser inspiradora- sobre el monte Carmelo (1 Fe En esta soledad profética se man-
para estos cristianos de hoy. A este I 8,25ss), donde Dios está junto a tiene Moisés, sin embargo, firme en
profeta lo presenta la Escritura Elías y con su intervención gratuita la esperanza, «como si viera al invi-
como abrasado por el celo de Dios, confunde a los adversarios. sible», pues a causa de su fe con tem-
(1 Re 19,10), y este celo, esta solici- Así, cada vez que se ponen en liti- plativa «juzgó la humillación de
tud, le fue revelada en el desierto, gio los derechos de Dios, Elías Cristo más preciosa que las rique-
adonde debió de huir (1 Re 17,2ss; vuelve a asumir su compromiso zas de Egipto» (Heb 11,26-27).
19,4-8). Del desierto lo conduce profético (2 Re 1). No sólo con res- Esta esperanza, tan propia del
Dios a la contemplación de su ros- pecto al culto a los ídolos y a cues- «profetismo político», lleva a Moi-
tro, de su manifestación, en el tiones religiosas, sino también con sés hasta el límite del sacrificio en su
mismo lugar donde Moisés vio al respecto a la justicia y a la suerte de .misión: al final, no entró él mismo
Señor «de espaldas» (1 Re 19,9-14). los débiles. Es el caso de su denun- en la tierra prometida a la que había
Esta manifestación no es espectacu- cia profética contra Acab, rey de conducido al pueblo. Sacrificó el
lar, sino que ocurre «en el rumor de Samaria, asesino y usurpador de los «poder» al «servicio liberador del
una brisa ligera» (19,12), como bienes del débil Nabot (1 Re 21). El pueblo», fiel a su misión. -
signo de la intimidad de Dios con rey terminó por arrepentirse y La teología latinoamericana de la
los contemplativos y profetas. convertirse. liberación ha recuperado el Exodo
Como Moisés, Elías se convierte, En el Nuevo Testamento nos es en su simbología política y ha visto
por su encuentro con Dios, en ofrecido el símbolo de Elías como en Moisés un auténtico político, un
fuente de justicia para su pueblo contemplativo y profeta compro- conductor de un pueblo hacia una
(19,15-18). metido como tal a todos los cristia- sociedad mejor.
39
Si el político cristiano ha de tener liberadoras más hondas y decisivas. tico a este anuncio profético, al
en América Latina una espirituali- En este sentido tiene consecuencias hacerlo incompatible con el sistema
dad adecuada a su misión y a sus sociales y políticas. Esta opción es social imperante y las actitudes
compromisos, tiene en Moisés el más carismática; por eso más paganas hacia las personas.
modelo inspirador. Como nadie en escasa.
su gestión política, este profeta (ye! La caridad comprometida nece- Al privilegiar a los pobres y
político cristiano en la hora actual sita esas dos expresiones, que no pequeños e identificarse especial-
del Continente debería ser un pro- hay que juzgar como necesaria- mente con ellos, Cristo llamó y
feta) mantuvo vivas las grandes sig- mente excluyentes, al igual que el movilizó a los pobres al Reino de
nificaticiones de su misión. Sabía amor humano se expresa en el Dios. Eso no es sólo un acto místico
que la liberación política deEgipto matrimonio y también en la moda- —«intuir» la presencia de Jesús en
se inscribía en un designio de Dios lidad más escasa y carismática del los desposeídos y el descubrimiento
mucho más amplio e integral, de celibato. Ambas formas de amar de su dignidad—, sino que lleva a
salvación escatológica de ese son densas, como las dos formas de un compromiso social y a conse-
mismo pueblo. Sabía que su gestión compromiso que hemos anotado; cuencias políticas, ya que esta
quedaría siempre incompleta, a son eficaces y legítimamente cristia- incorporación de los pobres al
veces frustrada, otras rechazada, nas. La segunda forma, más propia Reino de Dios pasa por la historia e
porque el liberador único y defini- del ministerio pastoral y de la jerar- implica una progresiva liberación
tivo del pueblo no era él, sino aquel quía —aunque no excluye absoluta- de los mismos pobres y pequeños de
cuyo reino no tendría fin. Así se sistemas sociales concretos.
mente otras formas de compromi- Jesús proclamó las Bienaventu-
entregó hasta el fin, porque la espe- so—, es la forma de militancia que
ranza qu. e lo animaba no venía de si ranzas. Es imposible anunciar y
el mismo Cristo y los Apóstoles vivir ese mensaje sin vivir de la espe-
mismo, sino que le era renovada adoptaron. Con las condiciones de
cada día en el encuentro con su ranza. Sin ser un contemplativo.
conciencia necesarias para la libera- Pero las mismas Bienaventuranzas
Señor. ción progresiva de todas las formas
Y ¿no es la esperanza la gran vir- son la «actitud ética» de los contem-
de opresión. plativos. Esta modalidad radical de
tud inspiradora del político? Al revelar la presencia de Dios en
Con una dimensión diferente, el vivir el evangelio es una profecía
cada ser humano, y con ello la dig- que cuestiona invariablemente los
mensaje que nos entrega el mesia- nidad y destino absoluto del hom-
nismo de Jesús es también profun- individuos y las sociedades.
bre, Cristo y los Apóstoles no sólo Así, el mensaje bíblico de Moisés
damente luminoso. En él la comunicaron su propia visión con-
contemplación revierte en un com- a Jesús nos entrega las dos caras del
templativa sobre el hombre, sino compromiso liberador de la fe. En
promiso no directamente temporal, que dieron un contenido sociopolí-
sino profético-pastoral con conse- Moisés toma la liberación un rostro
cuencias sociopolíticas. Más propio temporal y político,y es figura del
del ministerio de la evangelización sentido pleno de la liberación en
que de la acción temporal política. Cristo.
Es que el compromiso del con- En Jesús se instaura este sentido
templativo con los pobres y los pleno. La liberación toma un rostro
pequeños puede concretarse en dos escatológico y decisivo, salvando y
vertientes. La primera es la opción transformando desde adentro al
.directamente política. En ella el hombre y a la sociedad. Implica
cristiano canaliza su caridad —el transformaciones socio-políticas,
servicio al Cristo en el «otro»— a El mensaje bíblico de Moisés así como la liberación de Moisés
través de la mediación de proyec- implicaba la conversión del cora-
a Jesús nos entrega las dos zón y la vocación escatológica de
tos; necesita para ello participar en caras del compromiso liberado
el poder. Ello funda su opción par- Israel.
tidista, en la cual para él la caridad de la je. En Moisés torna la Tenemos ahí encarnadas la
encuentra su cauce liberador más liberación un rostro temporal dimensión místico-profética y la
eficaz. Aquí su compromiso con- y político, y el. figura del dimensión política de la fe y la con-
templativo se hace estrategia y polí- sentido pleno de la liberación templación. Cada cristiano las vive
tica partidista. hoy, en América Latina, en mayor o
en Cristo. menor grado, con matices diversos.
La segunda vertiente del compro-
miso por los «pequeños» es el de la Siempre complementariamente,
opción pastoral profética. En ella la según su función o vocación. Ahí se
caridad, fuente de la contempla- unen en una misma llamada con-
ción, se canaliza en el anuncio efi- templativa el «místico» y el «polí-
caz y operante del mensaje de tico», ya que la fuente de su visión
Cristo sobre la liberación de los cristiana es la misma: la expertien-
pobres y «pequeños». Este mensaje cia de Jesús encontrado en la ora-
se hace conciencia critica y es capaz ción y en los hermanos, sobre todo
de animar las transformaciones los «pequeños» (Mt 25,41).
40
zón a Dios para pedirle sus dones". la "ciudad secular" las "fiestas de
6.- APRENDER A Era la definición tradicional, que ya
santo Tomás había sintetizado (II-
locos", a los revolucionarios utópi-
cos los neornisticos con todas las
ORAR DESDE LOS II q. 83 a.1). más variadas gamas. Renace el
gusto por la experiencia espiritual y
POBRES 2) En la década de los sesenta se
religiosa, la mística oriental, los
produce una gran sacudida. La ora-
éxtasis y los "viajes" alucinantes, la
ción entra en crisis y es cuestionada
vuelta a la naturaleza y el ansia de
no sólo en torno a sus métodos y comunión ecológica. Dentro del
Víctor Codina acentos, sino sobre su mismo sen- cristianismo brotan los movimien-
tido. Los maestros de la sospecha tos de renovación carismática y los
—Marx, Freud, Nietzsche—, las
grupos de oración. Parece corno si
ciencias humanas y sociales y la
ante la crisis del progreso ilimitado
misma teología de la secularización
y el desencanto creciente ante la
La iniciación a la oración cris- —Bonhoeffer, Tillich y sus
imposibilidad de transformar las
tiana constituyó desde los comien- divulgadores—, obligan a purificar
estructuras no quedara otra alter-
zos de la Iglesia uno de los la plegaria de toda sombra de alie-
nativa que la huida a la experiencia
elementos integrantes de la inicia- nación. La oración no puede ser ni
religiosa en el seno de la intimidad
ción cristiana. Si Juan Bautista una ilusión ingenua e infantil, ni
cotidiana y el cálido replegamiento
había enseñado a orar a sus discípu- una excusa para la resignación
a la plegaria. Es obvio que también
los y Jesús a los suyos (Lc. 11,1-4), pasiva ante la miseria, ni un juego
este despertar religioso es ambiva-
es lógico que también la Iglesia psicológico proyectivo, ni una ape-
lente y que también necesita un dis-
naciente introdujese en su estruc- lación al Dios "tapa-agujeros". Se
cernimiento espiritual.
tura catecumenal la iniciación a la experimenta "el silencio de Dios" y
En esta encrucijada, ¿cómo ini-
oración, que se concretaba en la se vive en "la noche oscura" de la
ciar a la oración? ¿Podemos hacer
entrega del padrenuestro (traditio) secularidad. Nacen en este clima simplemente "tabula rasa" del
y en su explicación a los neófitos. formulaciones seculares de la ora- pasado? ¿Cómo unir la tradición
Junto a la iniciación doctrinal, ción (como "orar es comprome- con la apertura al futuro? Pero, ade-
moral y sacramental no podía faltar terse", "orar es abrirse al más, toda iniciación a la oración
una pedagogía de la plegaria, ver- hermano", "toda la vida es ora- presupone una cierta redefinición
dadera mistagogía al misterio de la ción", "orar es abrirse a la profun- de la misma oración y en función de
relación del bautizado con el Padre. didad del ser"...), con toda la ella se deberán articular los méto-
Esta iniciación a la plegaria, que riqueza y ambigüedad de las reac- dos, que nunca son nuestros.
la Iglesia ha ido realizando a través ciones unilaterales.
de los siglos de formas muy varia- 3) En los años setenta asistimos a I. "Suba hasta tí mi clamor"
das, constituye también hoy una un despertar religioso. Se descubre
tarea insustituible. No es éste el lo gratuito, lo festivo, resurge la
lugar de elaborar una historia de la El llanto del niño es su primera
dimensión ritual y simbólica de la señal de vida, y el último suspiro
oración cristiana y de sus formas de existencia humana, al "horno
pedagogía espiritual, pero sí pode- humano es la expresión de la
faber" sucede el "horno ludens", a
mos preguntarnos si hoy la Iglesia muerte. Toda la vida humana es un
es consciente de la necesidad de esta
función mistagógica y cómo la
realiza. Es lógico que en un
momento de crisis y de evolución
esta iniciación deba renovarse y
adaptarse. Es preciso, pues, reini-
ciar a la plegaria.
Si quisiéramos de forma esque- El clamor del pueblo de Yahvé es la expresión más común
mática periodizar la evolución
reciente de la praxis y teología de la y profunda de la oración de los israelitas. La oración
oración podríamos distinguir, por no es una simple reflexión sapiencial ni mucho menos un
lo menos en el Occidente noratlán- entusiasmo irracional, sino un clamor personal y colectivo,
tico, tres grandes etapas: angustioso y confiado, que sube al cielo y es escuchado
siempre por Yahvé. El clamor de los israelitas oprimidos
I) Los años cincuenta se caracte- en Egipto es el prototipo de la oración del
rizaron por cierta connaturalidad
con la oración, Esta no se cues- Antiguo Testamento.
tiona. Sus formas varían según
escuelas y tendencias,pero siempre
desde el presupuesto común de su
necesidad y su eficacia. La oración
se definía como "levantar el cora-
42
ansia insatisfecha de deseos y nece- 6.28; 9, 13...). Los profetas contra- con lágrimas pidiendo al Padre ser
sidades, un clamor elemental. El ponen el clamor del pueblo salvado de la muerte (Heb. 5,7; Mt.
niño no sólo llora porque tiene deYahvé, que salva y libera (Is. 53, 26, 36-46; Mc. 14, 32-42; Le. 22,
hambre, sino, sobre todo, porque 7; 19,20; Lam. 2, 18), al clamor diri- 40-46; Jn. 12, 27-30). Su plegaria
busca la presencia y cercanía gido a los ídolos, que no pueden culmina en el clamor de la cruz al
materna. El llanto simboliza la salvar (Is. 46, 7; 65, 14; Jr. 22, 20). sentirse abandonado por el Padre
impotencia y la necesidad vital del La injusticia clama al cielo (1s. 5,7), (Mt. 27, 46; Mc. 15, 34) y en el grito
hombre. Y cuando se pasa del grito como la sangre de Abel (Gn. 4, 10). final, oración confiada de toda su
a la palabra, el "vocativo", es la Evidentemente, el pueblo tam- vida en manos del Padre (Mt. 27,
expresión lingüística de la necesi- bién lanza gritos de júbilo ante el 50; Le. 23, 46; Mc. 15, 37).
dad y ayuda interhumana, es el caso Señor por su victoria y su brazo Esta es la óptica para compren-
fundamental, de la interpelación poderoso (así Ex. 15; Jue. 5; Sal. der la oración de la Iglesia primitiva
humana. El "vocativo" evidencia la 113-118), pero esta oración no es (así Hch. 4, 24-31; 7, 33-34.60) y la
mutua implicación de la existencia más que la acción de gracias a oración de todos los que son perse-
humana y simboliza tanto la con- Yahvé por haber escuchado el cla- guidos (Ap. 6, IG; 21, 4). También
tingencia como la solidaridad mor del pueblo afligido. para Pablo el cristiano y toda la
humanas. A veces el "vocativo" no También en los evangelios la ora- creación gime en dolores de parto
sólo es dual, sino colectivo; es todo ción es clamor, grito, gemido del esperando la liberación plena y
un pueblo el que clama (libertad, pueblo a Jesús de los enfermos (Mt. total de los hijos de Dios (Rom. 8,
justicia, pan...). Pero el hombre y 9, 27; 15,22-23; Mc. 9,23-24), de los 20-23). Pero este gemido es esperan-
los pueblos intuyen que su hori- discípulos amedrantados (Mt. zado, porque nace de hijos que cla-
zonte no queda limitado a la estre- 14,26), de Pedro que se hunde en el man ¡Abba! ¡Padre! (Rom. 8, 15;
chez del espacio y del tiempo
humano, y la historia de las religio-
nes nos atestigua que el hombre se
dirige a un Ser (Todopoderoso,
Alguien, Todo, Absoluto,Trascen-
dente...) en una actitud religiosa (de
adoración o de comunión), que
varía según las tradiciones cultura-
les o religiosas. Aquí el "vocativo" El clamor solidario no es superstición alienante, sino
llega a su máxima elevación y concienciación de que el reino de Dios está todavía lejos,
potencialidad simbólica. Estas bre- de que existe injusticia y pecado, de que hay que luchar
ves indicaciones pueden servirnos
de preámbulo para una redefinición
para que aparezcan signos de esperanza histórica tan
de la oración cristiana como el cla- sencillos por lo menos, como los que Isaías proclamaba:
mor del pueblo de Dios. "Edificarán casas y habitarán en ellas, plantarán viñas
El clamor del pueblo de Yahvé es y comerán Sil fruto. No edificarán para que otro habite, •
la expresión más común y profunda no plantarán para que otro coma".
de la oración de los israelitas. La
oración no es una simple reflexión
sapiencia l ni mucho menos un entu-
siasmo irracional, sino un clamor
personal y colectivo, angustioso y
confiado, que sube al cielo y es escu-
chado siempre por Yalivé. El cla- mar (Mt 14, 30). En algunas ocasio-
mor de los israelitas oprimidos en Gál. 4, 6) y brota del Espíritu, quien
nes es también grito de júbilo y con gemidos inenarrables viene en
Egipto es el prototipo de la oración exultación por la salvación que se
del Antiguo Testamento (Ex. 2, 23- nuestra ayuda e intercede por nos-
ha manifestado en Jesús (Lc. 1, otros (Rom. 8, 26-27; Gäl. 4, 6). La
24; 3,7.9; 8,8; 14,10; 22, 22.26; Nm.
42.46-55; 2, 13...) o por su triunfo oración cristiana posee una conti-
20, 16; Di.. 26, 7; Jos, 24,7). El cla-
mesiánico en la entrada en Jerusa- nua tensión escatológica hacia la
mor del pueblo oprimido conmueve lén (Mt. 21, 9.15; Mc. 11,9, Le. 19, Jerusalén celeste: "Ven, Señor,
a Yahvé a lo largo de toda la histo-
ria de Israel (Jue. 10, 12; 4,3; I Sm. 40; Jo. 12, 13). Jesús" (Ap. 21, 20).En los cielos
4,14; 9,16; 2 Re. 4, 1; 8,3.5; 6,26; 2 Más impresionante todavía es nuevos y en la tierra nueva no habrá
Cr. 13,14; Neh. 9,27; 5,1). Este cla- constatar el clamor del mismo Jesús llanto, ni muerte, ni quejido, pues
mor es el grito de los pobres y de los hacia su Padre: en algunos momen- Dios habitará definitivamente en
débiles, que en su aflicción piden tos es exultación jubilosa porque el medio de su pueblo (Is. 35,0; 65, 19;
justicia a Yahvé (Job. 19,7; 27,9; Padre ha revelado a los pequeños lo Ap. 21, 3-4). Pero mientras peregri-
34,28; 35, 9.12). Los salmos son el que había ocultado a los sabios y namos en la historia de esta vida, la
grito suplicante a Yahvé de todos prudentes de este mundo (Lc. 10, Iglesia continúa repitiendo: "Escu-
los abandonados y de corazón con- 21-22; Mt. 11, 25-27); pero al final cha, Señor, mi oración y suba hasta
trito (Sal. 88, 2; 77, 2; 34,18; 107, de su vida su oración es un clamor ti mi clamor". La misma oración
43
eucarística de acción de gracias es el
clamor de la Iglesia y una invoca-
ción al Espíritu para que trans-
forme los dones y la comunidad en
el cuerpo de Cristo, anticipando así
sacramentalmente la tierra nueva La primera escuela de oración la constituye el clamor sordo,
del reino, donde todo será transfi-
gurado definitivamente en Cristo. no sólo de los enfermos, sino de los millones de seres que
como grupo social sufren hambre, injusticia, opresión, sea
II. Clamor solidario y esperanzado cual sea su religión, credo, actitud espiritual: el clamor
La redefinición de la oración del Tercer Mundo, de los emigrantes y refugiados políticos,
como clamor permite reelaborar la de los injustamente encarcelados y de los torturados, de los
pedagogía de la plegaria. En primer hambrientos y esclavizados.
lugar, el clamor presupone una
toma de conciencia de la situación
personal o colectiva de nuestra
humanidad. El clamor no es ni
silencio, ni meditación, ni contem-
plación estética, ni falso entusiasmo injusticia y pecado, de que hay que chó la plegaria de Jesús, no liberán-
orgiástico, sino el símbolo existen- luchar para que aparezcan signos dole de la muerte, sino
cial de nuestra condición pobre y de esperanza histórica tan sencillos, resucitándole de entre los muertos,
pecadora. El clamor solidario por lo menos, como los que Isaías nos conducirá a la nueva tierra y a
implica la superación de todo inti- proclamaba: "Edificarán casas y los nuevos cielos, donde reine la jus-
mismo o exclusivismo individua- habitarán en ellas, plantarán viñas ticia y la libertad. Esto permite glo-
lista: nuestra oración se inscribe en y comerán su fruto. No edificarán riamos incluso en la tribulación,
el marco de toda la creación que para que otro habite, no plantarán porque Dios nos ha dado en el Espí-
desea ser liberada de toda esclavi- para que otro coma" (Is. 65, 21-22). ritu las arras de nuestra esperanza
tud. No basta orar al ritmo de nues- El clamor solidario presupone una (Rom. 5,3-11).
tra respiración personal, sino que e s. mirada evangélica a la historia, una Pero ¿cómo iniciar, concreta-
preciso que nuestra oración exprese auscultación de los signos de los mente, hacia este clamor solidario y
el ritmo de toda la humanidad que tiempos y un reconocer que, a tra- esperanzado?
suspira y gime de dolor. No basta vés del clamor de los pobres, es el
tomar conciencia dc nuestro mismo Espíritu quien clama. Orar III. Los pobres, escuela de oración
cuerpo, sino que es necesario sentir- es hacer nuestro el clamor del Espí-
nos un mismo cuerpo con toda la ritu que en la humanidad doliente y Una reiniciación a la oración exi-
humanidad. Esta solidaridad con el oprimida anhela la liberación. giría formación bíblica, reflexión
clamor de los demás, especialmente Pero el clamor humano no es ni teológica, iniciación litúrgica, pro-
de los más necesitados, corrige toda un grito estéril, ni un desahogo psi- fundización psicológica, capacidad
posible concepción mágica y alie- cosociológico, ni un gesto desespe- de contemplación estética, soledad
nante de la oración, ya que la rado o blasfemo. Es un clamor y silencio, métodos de concentra-
misma solidaridad supone un com- esperanzado, que se dirige al Padre ción, sintonia con el ritmo corporal
promiso liberador. Esto forma de Jesús y nuestro, basado en la fe y cósmico, utilización del sonido y
parte de la dinámica de toda ora- de que este Padre nos ama, desea de la imagen... y, sobre todo, el aco-
ción, cuyo primer fruto no consiste nuestro bien y se autodefine como patiamiento de un maestro espiri-
en hacer saber a Dios nuestras nece- el que escucha el clamor de los tual experimentado capaz de
sidades, sino en tomar nosotros pobres. Estamos en la dimensión introducir en la experiencia
conciencia de ellas. La eficacia de la más misteriosa y oscura de la plega- espiritual.
oración bíblica comienza al suscitar ria, allí donde la oración se vuelve Pero todo esto no puede ser
a Dios causas intramundanas de, silencio contemplativo, confianza nuclear en la praxis de la oración.
salvación. Dios escuchó el clamor filial, anticipación • del reino. En Sería un sarcasmo que la posibili-
de los israelitas haciendo que Moi- base a esta esperanza, la oración se dad de orar quedase reservada a
sés se sintiera solidario de sus her- transforma en acción de gracias y unas minorías selectas y cultivadas,
manos de raza y prefiere ser júbilo: "Proclama mi alma la gran- a las mismas minorías poderosas
maltratado con su pueblo a una deza del Señor" (Le. 1,46); "Padre, que todo lo consiguen a base de
evasión egoísta (Ex. 2,11-3,10; Heb. te doy gracias por haberme escu- dinero. La oración no puede consti-
11, 23-26). Y Dios escuchó el cla- chado" (in. I 1, 41). El clamor espe- tuir un producto exótico ni una téc-
mor de Jesús haciéndole causa de ranzado anhela la superación de nica sofisticada para élites, de la
salvación universal por su solidari- toda esclavitud, sabiendo al mismo que quedarían excluidos los pobres
dad con todos los hombres (Heb. 5, tiempo que esto desbordaba toda de la tierra, destinatarios privilegia-
7-9). El clamor solidario no es posibilidad humana y nos intro- dos del evangelio. Precisamente si
superstición alienante, sino con- duce en la tierra nueva de la la oración se define como clamor,
cienciación de que el reino de Dios escatología. Pero no por ello deja de habrá que aprender a orar en la
está todavía lejos, de que existe clamar confiando que el que escu- escuela de los que han experimen-
44
tado el dolor y el sufrimiento, y no heredero de los pobres de Yalivé y para todos cuantos viven ya hartos
de aquellos que ríen y están hartos y de los pobres de las bienaventuran- de todo y sólo desean que las cosas
que con su dinero han transfor- zas evangélicas, que ha mantenido, no cambien. El clatnor de los pobes
mado el "vocativo" de la indigencia muchas veces al margen de la orto- es un clamor hacia el reino, una
en un "imperativo" dominador. doxia oficial de la Iglesia, un pro- anticipación de la utopia del reino.
La primera escuela de oración la fundo sentido de piedad filial, de Sólo desde esta solidaridad com-
constituye el clamor sordo, no sólo infancia espiritual, de oración con- prometida con el clamor de los
de los enfermos, sino de los millo- fiada, de auténtica religiosidad pobres podrá la Iglesia aprender a
nes de seres que como grupo social popular: jóvenes cristianos nicara- orar de nuevo, sin riesgo de aliena-
sufren hambre, injusticia, opresión, güenses que sacrifican su vida por el ción ni de infantilismo. Los pobres
sea cual sea su religión, credo o acti- bien del pueblo, fieles africanos que de este mundo y los pobres de la
tud espiritual: el clamor del Tercer recorren a pie largas distancias para Iglesia constituyen hoy la escuela
Mundo, de los emigrantes y refugia- participar de la eucaristía, familias más auténtica y evangélica de ora-
dos políticos, de los injustamente obreras cristianas de los suburbios ción, la mediación histórica necesa-
encarcelados y de los torturados, de industriales, cristianos negros y ria para aprender a orar de nuevo,
los hambrientos y esclavizados. puertorriqueños de Nueva York, Al margen del clamor de los pobres,
Su clatnor es la prolongación en la campesinos creyentes, mujeres del toda oración, incluso la litúrgica de
historia del grito de Jesús crucifi- pueblo ruso que, como Matriona, la Iglesia, se convierte en una droga
cado, el cual se identifica misterio- rezan ante iconos ocultos y conser- peligrosa, porque el único Dios ver-
samente con todos los crucificados van la fe, movimientos cristianos dadero, el Padre de Nuestro Señor
de este mundo (Mt. 25). Este pueblo obreros que revisan su vida a la luz Jesucristo, es aquel que escucha el
sencillo y pobre ha mantenido, ade- del evangelio, sindicalistas polacos clamor de los pobres. Reiniciar a la
más, en medio de su larga historia católicos, mártires latinoamerica- oración es una tarea urgente, pero
de sufrimientos y de humillación, nos que como monseñor Romero hoy significa concretamente escu-
un profundo sentido de solidari- devuelven al cristianismo su credi- char la voz de los pobres, unirse a
dad, la conciencia de la dignidad bilidad, las más de 50.000 comuni- ella solidariamente y dejarse pene-
humana, la lucha por la justicia y la dades cristianas del Brasil... trar por el Espíritu de Jesús que
esperanza utópica de un mañana Estos pobres conservan, miste- clama a través de los pobres y gime
mejor, por el cual está dispuesto a riosamente, en medio de su dolor, la al Padre en busca de la liberación
morir, y muere, en bien de los esperanza de que sus deseos serán total del reino.
hermanos. escuchados, la convicción de un Ya está surgiendo un estilo nuevo
Entre el pueblo pobre y sencillo mañana mejor, un sentido de gra- de oración, diferente del
hay un resto que confia en Dios, tuidad y de fiesta, incomprensible tradicional:

"Vos sos el Dios de los pobres,


el Dios humano y sencillo,
el Dios que suda en la calle,
el Dios de rostro curtido,
por eso es que te hablo yo
así como habla mi pueblo,
porque sos el Dios obrero,
el Cristo trabajador"

(Misa campesina nicaragüense

45
7.- LA ORACION,
UNA EXIGENCIA
POLITICA
Frei Betto Al pueblo le gusta rezar y desconfía de los militantes
que no valoran la fe; porque el pueblo no busca a la Iglesia
primordialmente como núcleo de concientización y defensa
1. NUEVO MODELO
DE IGLESIA, NUEVA FORMA
de derechos,sino como espacio de lo divino; antes que
DE ORACION portadora de una esperanza de liberación política, es
para él sacramento de Dios.
Algunos agentes de pastoral, for-
mados en una espiritualidad que
exaltaba como virtud el alejamiento
de las realidades terrestres y de la
política, la ausencia de conflictos y
el miedo ante el cambio social o la ceiebracion, reducida a un discurso
lucha de los pobres por sus dere- II. LOS AGENTES DE
que oscurece la percepción intuitiva
chos, no saben cómo adecuar su PASTORAL, ANTE
del misterio. Si el agente de pastoral
actividad con el pueblo y su necesi- EL NUEVO MODELO
no sabe conciliar racionalidad polí-
dad de oración. El «mundo» era tica y espiritualidad, su discurso
todo lo que estaba más allá de los Oración y experiencia del Espíritu
puede convertir la celebración en
muros del monasterio y la perfec- espacio de proselitismo político; si
ción cristiana implicaba dejar el Ese proceso de «secularización»,
vive en el polo opuesto, separación
mundo, retraerse, aislarse, some- ha arrastrado cosas útiles e inútiles.
entre espiritualidad y política,
terse a ciegas a los superiores y a la En la estructura antigua, la vida de
corre el riesgo de convertir la cele-
ideología que a veces éstos presen- oración estaba muy ligada a espa-
bración en un rito mecánico de legi-
taban como prototipo de verdad cios de silencio, jardines, capillas timación de la dominación social,
católica. acogedoras, distribución comunita- reduciéndola a un mero esfuerzo
No puede negarse que en esa con- na.. La pérdida de esos espacios
individual sin resonancia social y
cepción hayan surgido figuras dejó a algunos agentes inseguros en
que no reactualiza la presencia viva
heróicas de la Iglesia y que hay que cuanto a la disciplina de la oración,
de Jesús aquí y ahora. Lo cual tam-
entender lo anterior en su contexto que les parecía más adecuada a un bién vale para la oración personal
propio. Pero al abrir el concilio universo religioso burgués, cuya cuando se la reduce a mera repeti-
Vaticano II las puertas y ventanas seguridad económica estaba ga r an- ción incesante de fórmulas sin la
de la Iglesia para que los nuevos tizada. Ahora que se ven obligados
hondura de la palabra a la que pre-
vientos de la historia limpiaran el a ganarse su propio sustento, no cede la silenciosa entrega en amor..
polvo —según la expresión del buen encuentran espacios ociosos para el
papa Juan— la nueva realidad espíritu, La oración empezó a verse
Práctica pastoral liberadora y vida
exige un nuevo modelo de Iglesia. reducida a una rápida lectura del
de oración
Se van simplificando poco a poco Evangelio, una liturgia comunita-
los viejos símbolos: el latín, el ria...; la oración se hacia más difícil
Hay, en cambio, agentes de pas-
hábito, el ayuno eucarístico, la con- a medida que surgían las exigencias
toral que logran superar el raciona-
fesión frecuente. Un nuevo modo de la pastoral popular. lismo y entrar en la oración a la
de entender la Iglesia se refleja en unión amorosa con el Padre. La
Las grandes distancias, la falta de
esos cambios. Y mientras unos dificultad existe para los que hacen
privacidad, la multitud de tareas
agentes de pastoral se aferran al cle- de su actividad pastoral una mera
relegan la oración a momentos
ricalismo, afirmado más como estrategia de organización, con-
raros y la convierten en reflexión,
poder que como servicio, otros se cientización y movilización popu-
proyectan hacia el mundo. El sin la profundidad teologal del diá-
logo con Dios. Son celebraciones en lar. Cuando la fe se queda relegada
brusco cambio de lugar social y de a la esfera privada y predomina el
las que abundan los elevados
referencias simbólicas provoca una trabajo pastoral y social sobre la
comentarios de racionalidad polí-
crisis de identidad en ellos: el aban- experiencia teologal, se la preten-
tica que, aunque encarnan el evan-
donar estructuras que les asegura- derá alimentar «políticamente» y se
gelio en la realidad, corren el riesgo
ban una religiosidad estable les deja considerará ya oración a una simple
de no abrir un espacio al Espíritu
indecisos ante la responsabilidad reunión de planificación, impor-
por su propia vida «secularizada». para que hable en el corazón con el
lenguaje del amor sin ideas ni figu- tante, sin duda, pero que no nutre la
ras. La racionalización de lo litúr- fe.
gico vuelve pesado el silencio en la No es fácil articular práctica pas-

47
sin duda, pero que, incluso científi-
camente, resulta insuficiente y no
sustituye ni dispensa de la espiritua-
lidad en cuanto al modo de vivir, en
la realidad, la experiencia del Dios
vivo.
La pastoral no puede limitarse a
ser una visión cristiana de la reali-
dad o un medio de articulación
Un militante cristiano formado en la creencia de que la política de los sectores de la Iglesia.
racionalidad pastoral es la única racionalidad política, Si no se parte de la pertenencia a la
sufrirá una profunda crisis cuando descubra mayor eficacia Iglesia, y por tanto a la pastoral,
en las mediaciones socioanaliticas existentes fuera de la como adhesión consciente a Jeru-
Iglesia; crisis mayor cuanto más profundamente se haya cristo y al proyecto del Padre, esa
visión no resistirá a las explicacio-
asumido "la más perfecta forma de caridad: la actividad nes elaboradas en un universo ateo.
política", como decía Paulo VI. Tenderá a identificarse Igualmente, excluir de la pastoral la
con la militancia exclusivamente política como alternativa articulación con lo popular, sindi-
y dejará la Iglesia para ingresar en el partido. cal o político, es encubrir su especi-
ficidad evangelizadora e impedir
que lo político-popular se descubra
como esfera que tiene su propio
peso y especificidad.

No a todo reduccionismo o inte-


grismo.
toral y vida de oración. No parece Así se comprende por qué la resis- Ante tales riesgos los agentes
que ésta haya encontrado su lugar tencia frente a lo social va acompa- deben preguntarse si están evangeli-
en el universo nuevo de los agentes ñada de un predominio de lo zando no en el sentido de convertir
de pastoral comprometidos con la litúrgico-devocional evasivo, que al pueblo hacia un futuro liberado,
liberación. Hay nuevas prácticas confirma el desorden establecido y sino explícitamente hacia Jesu-
pastorales catequéticas, comunita- es característico de movimientos cristo y su causa liberadora, a la que
rias, de inserción, pero la oración, burgueses cristianos. uno se adhiere desde la vida en el
la litúrgia, la vida de fe siguen Espíritu. La pastoral exige, sin
teniendo como referencia las prácti- Sin oración no hay pastoral compro- duda, una cierta racionalidad polí-
cas antiguas. La iglesia de los metida, y viceversa tica en la que se encarne una espe-
pobres tendrá que restaurar tam- ranza evangélica que al mismo
bién los elementos esenciales de la Al pueblo le gusta rezar y descon- tiempo permanece abierta a la tras-
vida cristiana y la identidad eclesial, fía de los agentes de pastoral que no cendencia; En una coyuntura con-
como son la liturgia y la experiencia valoran la fe; porque el pueblo no creta la fe y sus articulaciones
mística. Muchas comunidades busca a la Iglesia primordialmente pueden reflejar situaciones de clase
viven una dualidad entre innova- como núcleo de concientización y y opciones políticas. Pero no se
ción pastoral e identidad eclesial: defensa de derechos, sino como puede reducir la pastoral a la tarea
poco tiene que ver la liturgia con la espacio de lo divino; antes que por- política; ni considerar a la Iglesia
práctica liberadora de los partici- tadora de una esperanza de libera- una especie de suprapartido que
pantes; se mantiene inalterado el ción política es para él, sacramento exige a los demás una integridad y
rito tradicional sin adecuación a de Dios. Si el animador articula la coherencia que ella misma no tiene;
símbolos locales; y a veces la intro- visión del mundo con la comunión ni transformar, por ejemplo, la pas-
ducción de un discurso político pro- con Dios, ayudará a abrirse a las toral obrera en una acción sindical
voca entre los fieles la pregunta exigencias sociales o políticas del cristiana que organiza elecciones y
sobre la relación que hay entre el evangelio y a comprender la rela- programas; ni reducir la pastoral de
discurso (avanzado) y la liturgia ción entre conversión personal y la tierra a una mera articulación de
(tradicional). Entonces la impre- transformación de estructuras denuncias y conflictos rurales.
sión de que se aprovecha la liturgia injustas. Si se queda en mero fun- No se trata de dar marcha atrás
para hacer política refuerza las cionario religioso sin motivación frente al trabajo emprendido, sino
posiciones de los que se consideran. espiritual manifiesta y metido en las de evitar el peligro de una «cristian-
a sí mismos poseedores de la identi- actividades políticas de la pastoral, dad» al revés (de signo contrario).
dad eclesial y la ortodoxia litúrgica la comunidad se dividirá en dos: los El pueblo mismo es quien ha de
con las que se quiere mantener inal- que se alejan a otra parroquia o crear sus propios instrumentos de
terada la realidad. En éstos hay más secta en busca de lo divino, y los que lucha popular, sindical y política La
coherencia entre el ritualismo des- reducen su espiritualidad a una Pastoral es el espacio donde se
encarnado y el discurso alienado. «racionalidad pastoral», necesaria, «futre la fuerza para mantenerse en

48
la lucha, pero no implica de suyo un
proyecto sindical o político propio.
En situaciones como América
Latina es explicable que el único
espacio donde se puede concretar
políticamente la esperanza de libe-
ración sea la pastoral; pero no hay
que perder de vista el carácter subsi-
diario y provisorio de ese papel.
Es en la oración donde resuella la palabra de Dios y se acoge
su amor. Y cuanto más fecundada es la fe por el Espíritu,
III. CONOCIMIENTO tanto más libre es de ideologías. La relación favorables
EXPERIENCIAL DE DIOS
Y ANALISIS DE LA REALIDAD para la praxis teologal; entonces las actividades pastoral
y política se darán sin perder su referencia al Evangelio.
Equilibrio entre experiencia de fe y Todo ello exigirá un redescubrimiento de la oración,
acción transformadora asumiéndola dentro del ritmo de la vida
La actividad pastoral se sitúa en
el nivel del «sentido» y permite
entender la historia bajo la óptica
de las promesas del Reino. La acti-
vidad política se sitúa en el nivel del
proyecto concreto de organización
de la sociedad y de su orientación
ideológica. El discurso pastoral
acentúa la dimensión ética de la
liberación pero no dice ni el cómo ni de absoluto del ser humano. Es pro- es un refugio; y los primeros, mili-
el cuándo de la coyuntura; eso es pio de la pastoral articular en la tantes políticos cuya identidad cris-
propio de la política; la actividad vida de los cristianos la fe y las cues- tiana no se traduce en un anuncio
pastoral convoca a la fraternidad, tiones sociales, económicas, ideoló- explícito de la fe y el seguimiento
pero no organiza las acciones efica- gicas y políticas; para lo cual personal de Jesús.
ces contra las barreras que la impi- necesita el cristiano medios adecua- Dentro de la pastoral popular a
den (eso debe hacerlo la política); dos para comprender la realidad veces no se sabe hacer nada reli-
incentiva la unión del pueblo, pero (mediación socioanalítica) y para gioso fuera de una liturgia eventual;
no coordina los mecanismos que la transformarla (movimientos popu- lo «especificamente religioso» se
hacen efectiva (le toca a la política lares, sindicales) con medios que reduce entonces a una etiqueta
hacerlo). El hecho de que la pasto- encuentra fuera de la Iglesia. En («somos de tal agrupación») o a un
ral haga lo que es propio de la polí- cambio en un partido no encon- modo de vida («soy padre, soy reli-
tica se justifica en situaciones trará las condiciones de profundi- giosa») o a una vaga actitud ética
locales concretas y como último zación y explicitación de su («procuro hacer el bien»); y el peso
recurso para evitar la frustración de intimidad con Dios, así como no especifico fuerte recae en la racio-
las esperanzas del pueblo. Pero corresponde a la comunidad ecle- nalidad política. Sin embargo pro-
hacer de la excepción una regla pro- sial definir las tácticas y estrategias yecto político y propuesta
vocaría en el pueblo una confusión políticas; y sin embargo ambas evangélica no coinciden exacta-
entre el papel de la Iglesia y el del dimensiones son esenciales a la mente. Cuando se ignora esa dife-
Estado, entre pastoral y política, misma persona. rencia se entra por un camino
entre ideología y fe. A veces los peligroso, tanto para la política
agentes de pastoral corren el riesgo Peligros del desequilibrio como para la pastoral: la ideologi-
de dejarse llevar por un proyecto de Por haberse dado antes una for- zación de la fe cristiana, por la que
neocristiandad que quiere, sí, una mación «eclesial» (en la que se con- se la coloca al nivel de las demás
sociedad nueva, pero bajo la hege- traponía lo espiritual y lo político), ideologías, como mera explicación
monía del poder eclesial, que des- ahora se invierte el dualismo: hay del mundo, como base filosófico-
confia de toda política que no se quienes son casi exclusivamente ética de propuestas políticas, y se le
identifique con su propio discurso agentes políticos y relegan a la vida priva de su contenido: el conoci-
ético religioso. privada los elementos de animación miento experimental, íntimo y
El hecho de que la pastoral tenga de la fe; otros, en cambio, no saben amoroso de Dios que, en Jesu-
un radio de acción políticamente cómo introducir la racionalidad cristo, se revela como el Padre, y
limitado no significa que sea incom- política en un trabajo casi exclusi- que envía su Espíritu. Tanto la
pleta. Es políticamente insuficiente, vamente religioso, Estos forman visión conservadora de la cristian-
como la política es insuficiente, a militantes pastorales descompro- dad como el reduccionismo progre-
su vez, para responder a las ansias metidos, para los que lo espiritual sista ideologizan la fe. De ahí
49
brotan desviaciones como la reduc- raleza y carácter de la actividad pas- donando la nostalgia de los espa-
ción de la pastoral al movimiento toral: el testimonio profético de la cios largos y los tiempos
sindical, dificultades de trabajar presencia viva, amorosa y libera- prolongados. Sin embargo es nece-
con quien no tiene una «ideología dora de Dios, con quien se tiene una saria una disciplina mínima, para
pastoral » , el desconcierto frente a la relación personal nutrida y cele- encontrar tiempo cada día, como se
oración, etc. brada en la comunidad eclesial. encuentra para comer y para dor-
Un militante cristiano formado Esto se aprende vivencialmente en mir. Pero eso es justamente lo que la
en la creencia de que la racionalidad esa práctica que abre el corazón y Iglesia debe testimoniar: la posibili-
pastoral es la única racionalidad subvierte la vida: la oración. dad de acoger a Dios y su gratuidad
política, sufrirá una profunda crisis La pertenencia a la Iglesia no se dentro de la intimidad de la vida.
cuando descubra una mayor efica- justifica por razones políticas. La En principio la Iglesia no es polí-
cia en las mediaciones socioanalíti- razón primera es la adhesión a ticamente necesaria para la cons-
cas existentes fuera de la Iglesia; Jesús. La persona se siente impul- trucción de la sociedad futura
crisis mayor cuanto más profunda- sada por la gracia a seguir y anun- (aunque en circunstancias concre-
mente se haya asumido «la más per- ciar a Jesucristo. Dios irrumpe en la tas pueda serlo de hecho); permane-
fecta forma de caridad: la actividad vida humana y cada uno sabe cer en ella por cuestión de eficacia
política» como decía Paulo VI. cuándo suena la hora en la que des- política no tiene sentido. Pero una
Tenderá a identificarse con la mili- cubre la profunda verdad de que el Iglesia capaz de asumir su misión
tancia exclusivamente política Señor Jesús resucitó y vive entre profética a partir del anuncio del
como alternativa y dejará la Iglesia nosotros y nos revela con su Pala- Cristo crucificado, locura y escán-
para ingresar en el partido. En cam- bra la voluntad del Padre y su pro- dalo (1 Cor 1,23), es necesaria para
bio resistirán la crisis más fácil- yecto fundamental sobre la historia aquellos que buscan una comuni-
mente los agentes que tengan una humana. dad que sea espacio de dilatación y
posición de poder dentro de la insti- Es en la oración donde resuena la profundización de su fe. Esta debe
tución eclesial, porque su identifi- palabra de Dios y se acoge su amor. ser la motivación primera de sus
cación con una función dentro de Y cuanto más fecundada es la fe por miembros. En el futuro, cuando la
ella les da identidad y poder. el Espíritu, tanto más es libre de organización política permita al
ideologías. La relación interperso- pueblo tener sus espacios de con-
IV. ¿DONDE ESTA nal entre el hombre y Dios crea las cientización y movilización, la Igle-
LO POLITICO DE condiciones favorables para la pra- sia subsistirá como sal y fermento
LA ORACION? xis teologal; entonces las activida- en la medida en que sepa testimo-
des pastoral y política se darán sin niar, como Jesús, el amor como
La mayor dificultad de los agen- perder su referencia al Evangelio. compromiso desinteresado de ser-
tes de pastoral no reside en la falta Todo ello exigirá un redescubri- vicio liberador.
de instrumental socioanalítico, sino miento de la oración, asumiéndola
en la falta de claridad sobre la natu- dentro del ritmo de la vida, y aban-
Parte de esta necesidad sentida, palabra meramente académica,
8.- LA ORACION EN aquella parte que amenaza precisa- tanto más autosuficiente cuanto
LOS PROCESOS DE mente convertir la conciencia crí- más aislada de la vida con los
tica de una insatisfacción sana en pobres, y el riesgo de dejarse atemo-
LIBERACION angustia paralizante o en escepti- rizar por la presión sutil de quienes
cismo alimentador de mala con- miran y proclaman la paja en el ojo
Juan Hernández Pico
ciencia respecto de un proceso de ajeno, la teología de la liberación y
liberación real aunque siempre sobre todo aqu :nos cristianos, teó-
1. Compromiso con la liberación, imperfecto, proviene de la inflación logos o no, que a través de esta
teología de la liberación y espiritua- de dicha necesidad y urgencia a teología hemos intentado dar razón
lidad de la liberación. manos de una propaganda de nuestro compromiso en la espe-
En ambientes latinoamericanos manipuladora. ranza de un modo nuevo tendremos
que intentan dar razón de su espe- Efectivamente: en un contexto que revivir continuamente, con ale-
ranza mediante la teología de la cristiano, que juzga el árbol por sus gría también con temor y temblor,
liberación, es un tópico acentuar la frutos, nada desautoriza más que desde nuestro pecado y también
falta de una espiritualidad de la la sospecha de incoherencia präc- desde nuestra justicia, la vida de
liberación y su correspondiente donde brotó esa misma teología.
urgencia. Cuando una necesidad se Esa vida, esa espiritualidad,
hace sentir insistentemente, rara podrá así ser formulada y tal for-
vez deja de estar apuntando a una mulación ayudará a hacer más
realidad imprescindible y ausente. fuerte, por cuanto más conscien-
Si tanto sentimos en América Se intenta relegar al te,esa misma vida. Por ello, la bús-
Latina la necesidad de una espiri- olvido el hecho de que la queda de una espiritualidad de
tualidad de la liberación es porque teología de la liberación ha liberación es la búsqueda del tesoro
la vida en solidaridad con los lati- de fe en la liberación, de esperanza
noamericanos más pobres — nacido de una espiritualidad liberadora, y de amor, de obras de
que sea reivindicada la causa del de la liberación justicia liberadora que traducen ese
hombre— no abunda entre nos- amor hoy en América Latina;
otros, los que tenemos en los labios tesoro que está escondido en la vida
palabras frecuentes de liberación. y en la lucha de los explotados y
Y eso es precisamente y origina oprimidos de este continente.
riamente una espiritualidad de la tica con las formulaciones teóricas Ahora bien —y esto es crucial—
liberación; la vida de solidaridad "Una teología muy bella—se ha en última instancia, aun estando
cristiana con los que no están libe- dicho en esencia—, muy halaga- alertas frente a la dosis de mala fe y
rados, el vivir como propia la opre- dora para los oídos de los pobres, frente al trampear político enmas-
sión de las masas, el hacerse pero que viene de hombres desleales carados tras de algunas exigencias
oprimido y explotado con los opri- a la Iglesia, olvidadizos del espíritu, resonantes de espiritualidad, lo que
midos y explotados para,luchando despreciativos de la piedad del pue- de verdad está en juego para quie-
juntos, caminar juntos hacia la blo, etc." nes optan cristianamente por la
libertad y hacia la justicia que se da Desde una desorbitación de la liberación, es una credibilidad que
en el compartir. Si no hay vida de fe necesidad de una espiritualidad de no puede apoyarse más que en la
en la liberación que se traduzca en la liberación se pretende, entonces, santidad, en una nueva manera de
actos de liberación solidaria, ¿de hacer sospechosa toda la contribu- santidad —desde luego— pero al
qué clase de fe o de qué clase de ción positiva que a una vida de fin y al cabo santidad.
esperanza vamos a dar razón con compromiso con la liberación ha Los cristii.nos latinoamericanos
una teología de liberación? dado la teología de la liberación. Se comprometidos con los pobres en
Desde esta necesidad imperiosa- intenta, por lo tanto, relegar al procesos de liberación y que dan
mente sentida de una espiritualidad olvido el hecho de que la teología de razón de su compromiso mediante
de la liberación se está, por tanto, la liberación ha nacido de una espi- la teología de la liberación, no tie-
atestiguando el peligro de que la ritualidad de la liberación. Se nen que preocuparse fundamen-
teología de la liberación se desvele quiere olvidar que en América talmente de la opinión que de ellos
como pura teoría, como mera pala- Latina lo que originariamente ha pueda tener esta o aquella instancia
bra graficante en su aparente radi- acaecido es el impulso del Espíritu a jerárquica de la Iglesia; ésta será
calidad cristiana, como discurso dar la buena noticia a los pobres; una preocupación legítima y sana
ideológico, encubridor de intereses que en América Latina antes se ha cuando se sabe que no hay comuni-
distintos de los intereses de los acompañado a los pobres que se ha dad cristiana sin estructuras institu-
pobres de Dios y de los del Dios de teologizado sobre los pobres, y cionales de autoridad, y que
los pobres. antes se ha derramado la sangre por quienes están señalados con la
Por otro lado, al aceptar lo y con los pobres que se ha renovado autoridad son hermanos obligados
auténtico de la necesidad y urgencia la teología de la persecución y del a que su carisma de servicio dé fru-
de una espiritualidad de liberación, martirio. tos. Pero la preocupación funda-
no hay que caer en la ingenuidad. Entre el riesgo de convertirse en mental que compartirán con una
52
jerarquía verdaderamene cristiana mos. Construyendo esta doble leal- ción en retiro, lejos de las multitu-
será la preocupación tiente al Evan- tad, a la Palabra de Dios leída hoy des, era en Jesús una costumbre
gelio, frente a esa palabra de Dios, con discernimiento del Espíritu en (cfr. Lc. 5,16), si bien en Ios Evange-
espada de doble filo, que pone al nuestra historia, y a la causa de los lios también se muestra a Jesús
desnudo la autenticidad o la false- pobres corno signo de los tiempos orando en presencia de sus discípu-
dad de aquel que la anuncia desde la en el que privilegiadamente acon- los o ante multitudes.
acogida de cualquiera de los caris- tece entre nosotros la vida del Espí- Para una comprensión de Jesús
mas cristianos, A su vez, esta pala- ritu de Jesucristo, salimos al paso al dominada por siglos de exaltación
bra de Dios, para serlo de verdad, reto de santidad, que es el reto de de su divinidad y de penumbra para
tendrá que acreditarse como buena los cristianos de todas las épocas. su humanidad, la oración de Jesús,
noticia que llene de júbilo a los En este contexto hay que refle- sobre todo cuando su contenido
pobres. xionar sobre la oración en los pro- revela claramente tina petición y
A nosotros nos toca estar tensos cesos de liberación latinoamerica- una dependencia del Padre, podría
entre estos dos criterios. No es nada nos. La oración pertenece a las haber presentado un agudo pro-
fácil y sencillo. Demasiado sabe- exigencias encerradas en la voca- blema. Para nosotros que tal vez
mos que la palabea de Dios, siendo ción a la santidad de todo cristiano. estamos aprendiendo a tomar en
como es un absoluto, puede ser serio dentro de nuestra fe la verdad
manipulada, ideologizada, conver- de la humanidad total de Jesús de
tida en opio para el pueblo o en Nazareth, la oración de Jesús pre-
servilismo populista. Demasiado senta un reto. Se trata del reto de
sabemos también que el pueblo de considerar, en primer lugar nuestra
Se quiere olvidar que en lucha por la liberación y nuestra
los pobres, elegido por Dios como
signo absoluto y mediación insosla-
América Latina... antes se ha relación con los hombres en esa
yable —en su hermandad con derramado la sangre por y con lucha como una tarea y una rela-
Jesucristo— de la presencia divina los pobres que se ha renovado ción que no agotan las promesas de
entre nosotros, puede rebelarse la teología de la persecución Dios, lo que Dios nos tiertz, pre-
contra esa elección y puede preferir parado como consumación de
y del martirio. nuestra historia personal y colec-
—precisamente como consecuencia
de la interiorización de su opresión tiva. Y al mismo tiempo, en
centenaria— permanecer oprimido segundo lugar, la oración de Jesús
sin correr los riesgos del proceso de nos reta a ver nuestra misma lucha
liberación. Esto es lo que tendremos que de liberación y sus frutos de nueva
Para vivir esta tensión con la mostrar en el resto de este artículo, comunidad humana como don de
esperanza de ir superándola, nos descubriendo al menos inicialmente Dios.
anima la seguridad de que el Espí- cómo se configura esta exigencia 2.1. Llamar a Dios Padre: expe-
ritu del Padre y de Jesucristo se nos permanente de manera nueva en un riencia de liberación
ha dado irrevocablemente para proceso de liberación. Una de las falacias más corrientes
irnos guiando hacia toda aquella en nuestro compromiso concreto
verdad que, sembrada en la Palabra 2. La oración de Jesús el Liberador: con los procesos liberadores es la
perenne de Dios, da frutos en nues- Padre que venta tu reino. absolutización del texto de la Escri-
tra realidad histórica. Y nos anima tura tal vez más central, tanto para
también la fe en Jesucristo como si Ninguna santidad cristiana, por el compromiso liberador como
definitivo de todas las promesas de tanto tampoco la santidad de quie- para dar razón de este compromiso
Dios; promesas que, hechas origi- nes se comprometen desde la fe cris- en una teología de la liberación: se
nariamente y con gratuidad al pue- tiana en un proceso revolucionario trata del texto del juicio final en el
blo más pequeño en el concierto de de liberación, puede alcanzarse por capítulo 25 del Evangelio de Mateo.
las naciones de entonces —el un camino que se aparta del camino Si todo lo que hacemos a uno de los
pueblo israelita—, fueron ratifica- histórico de Jesús de Nazareth: "El hermanos más pequeños de Jesús,
das irrevocables y gratuitamente al que no está conmigo está contra mí sometidos a explotación y opresión,
pueblo de los débiles y de los pobres y el que no recoge conmigo despa- lo hacemos al mismo Jesús, es sen-
de cualquier época de la humani- rrama" (Mat. 12,30). Ahora bien, es cillo deducir la conclusión de que en
dad, como medición y garantía de un hecho innegable, por lo múlti- el hacer generoso y solidario res-
bendición para todos. A pesar, por plemente testimoniado en todas las pecto a nuestros hermanos, a nues-
lo tanto, de que continuamos capas de la tradición de los Evange- tros compañeros de causa, en el
viviendo en la precariedad, la incer- lios y en otros escritos del Nuevo hacer la causa de los pobres, cum-
tidumbre, el riesgo y la propia debi- Testamento, que . Jesús oró en su plimos con toda la exigencia de la fe
lidad, todo ésto lo superamos, vida en muchas y muy diversas cir- en Jesucristo.
anticipando la realidad que espera- cunstancias. En uno de estos múlti- Ahora bien, de Jesús de Naza-
mos, en la fe de que la palabra de ples pasajes incluso se afirma reth, resumiendo su vida, pudo
Dios y la causa de los pobres tien- explícitamente lo que se deduce decir la fe de las primeras comuni-
den a coincidir como proyecto de razonablemente de todos los dades cristianas que "pasó
liberación de la realidad que vivi- demás: que la oración, y una ora- haciendo el bien y curando a los •
53
oprimidos por el diablo" (Hechos adhesión, porque tenía una pro- era fe inconmovible que tenia en la
10,38). De Jesús de Nazareth ha funda experiencia, típica de su posibilidad de solidaridad humana
podido decir un testigo eximio de la carácter de profeta, de la volubili- a partir del amor que Dios es y que
fe cristiana en nuestro siglo, Die- dad humana: "No necesitaba infor- Dios no se reserva para sí única-
trich Bonnhóeffer, que fue "el hom- mes de nadie, él conocía al hombre mente. La experiencia de lo más
bre para los demás". Si alguien, por por dentro" (Jn. 2, 23-25). íntimo de su ser como hijo amado
lo tanto, podría haber agotado el Tal vez la expresión más clara del de un Dios a quien vivenciaba como
sentido de su vida en la relación absolutismo con que Jesús despoja abba, como padre absolutamente
generosa y solidaria con los demás al hombre de cualquier ilusión de cont iable, más allá de toda paterni-
hombres, en la hermandad con los bondad autónoma se encuentra en dad humana, era la fuente de toda
más pobres y oprimidos, con los la respuesta que da al joven rico. la alegría de Jesús que tantas veces
mal vistos y con los marginados por Este se había dirigido a Jesús lla- atestiguan los Evangelios, y que era
la sociedad de su tiempo, ese habría mándolo "Maestro bueno", y le al mismo tiempo la condición de
sido Jesús de Nazareth. contesta Jesús: "Por qué me llamas posibilidad para su genuina y ago-
En Jesús de Nazareth, sin a mí bueno? Nadie es bueno más biante tristeza cuando veía recha-
embargo, con igual fuerza que su que uno, Dios" (Mc. 10,18). Tan zada esa paternidad en el ataque a
vida para y con los demás, se perfila radical es esta respuesta que el la sAdaridaci humana entre
su vida para y con Dios. Jesús se Evangelio de Mateo modifica el hermanos.
retiraba a orar, a dialogar con el texto paralelo y más antiguo Lo que Jesús está así afirmando
Padre. A El, como ha señalado el de Marcos y Lucas, haciendo que el es que la vida humana, más allá de
estudio moderno de la Sagrada joven rico pregunte a Jesús simple- todos los escepticismos, los recha-
Escritura, lo llamaba Jesús con un mente: "Maestro, qué tengo que zos y las incredulidades, tiene dere-
apelativo único, desconocido en hacer de bueno para conseguir la cho a una esperanza inconmovible
toda la tradición religiosa de su vida eterna?", evitando así la res- de liberación, porque está cons-
pueblo como invocación a Dios: puesta de Jesús: "porqué me llamas truida sobre roca, es decir sobre un
Jesús se dirigía a Dios con el nom- a mi bueno?", y transformándola amor absoluto, personal, acogedor,
bre de abba, papá, usado por los menos escandalosamente en "por que llama a los hombres por su
niños y por los jóvenes de su qué tue preguntas a mí por lo nombre, salvándolos de aquel ano-
pueblo para mostrar toda su con- bueno?", (Mt. 19, 16-17). Jesús está nimato que permite pasar de largo y
fianza en sus padres. Es ésta la pala- afirmando que lo que hay de bon- aún aplastar a tantos hombres sin
bra del lenguaje de su tiempo que dad en los hombres, incluso en el rostro. Sobre este amor, absoluta-
Jesús escogió para mostrar a quie- hombre Jesús, viene de Dios. Ni mente fiel, experimentado en la ora-
nes le escuchaban algo de la reali- siquiera el amor con que normal- ción, Jesús afirma que se puede
dad más confortante y más mente trata un padre a sus hijos arrostrar el riesgo del amor
liberadora que experimentaba en lo engaña a Jesús sobre el corazón humano, de la lucha solidaria por la
profundo de su ser. Palabra total-
mente ausente del lenguaje de su
tiempo para dirigirse a Dios; pala-
bra de novedad absoluta para
expresar una experiencia inédita.
Con esta invocación que empleaba En Jesús de Nazareth con igual filerza que su vida para
en su diálogo con Dios, Jesús anun- y con los demás, se perfila su vida para y con Dios.
cia lo que los escritos del Nuevo
Testamento llegarán a explicitar
mucho más tarde: la experiencia
liberadora de que Dios es amor.
Jesús no fue ningún ingenuo
frente al corazón del hombre. No se humano: "Si ustedes, malos como justicia.
pueden encontrar en Jesús huellas son, —afirma Jesús dirigiéndose a Se trata de una experiencia de
de ninguna ideología sobre el hom- unos padres de familia— saben dar este amor del Padre, como inmen-
bre como bondadoso en su estado cosas buenas a sus niños, cuánto samente tierno, como el de alguien
primitivo, en sus raíces, algo así más su Padre del cielo se las dará a que siempre lo escucha (cfr. Juan
como el "salvaje bondadoso" (bon los que se las piden" (Mt. 7,11). 11,42), y al mismo tiempo se trata
sauvage) de tantos romanticismos Y sin embargo Jesús invita a los de la experiencia de un amor abso-
filosóficos. Frente al entusiasmo hombres a unos standars de lutamente generoso hasta lo inex-
que en las masas provocaban los heroísmo en la bondad y en la gene- plicable y misterioso, un amor que
enfrentamientos victoriosos de rosidad, ante los cuales cualquiera entrega al abandono a aquel que no
Jesús con la enfermedad y con la podría haberlo llamado iluso, a la puede dudar de ser amado; un amor
injusticia (los "demonios" opreso- manera del Gran Inquisidor de que entrega a la debilidad y a la
res), el Evangelio de Juan firma que Dostojewsky. La fuerza que impotencia al hijo querido para
Jesús no se dejaba impresionar impulsa a Jesús a presentar tales poner la máxima serial de amor a
fácilmente por rápidas muestras de exigencias de justicia y de bondad muchos más. Se trata del amor de
64
un padre que, siendo Dios e incon- toda acción revolucionaria libera- guan profusamente las cartas de
cebible como algo menos que sobe- dora, no se sostiene sin la experien- Pablo, se trata de una filiación
rano del mundo y de la historia, se cia alegre y dolorosa de un diálogo siempre animada a la libertad y la
ofrece y acepta la máxima debilidad explícito con el Padre de Jesucristo. responsabilidad del adulto, a seme-
y el sufrimiento mayor para jamás El anuncio jubiloso que la ora- janza del hermano mayor, Jesu-
violar la libertad de aceptación o de ción de Jesús al Padre canaliza es la cristo (cfr. p. ej. Ef. 4, 14-15; 1 Cor.
rechazo del hombre. verdad liberadora de que el Padre, y 14, 20).
A través, por tanto, del testimo- sólo El, garantiza la causa de la libe-
nio de su oración al Padre, a este ración humana. Ahora bien, eso es 2.2. La lucha por el Reino, don del
abba totalmente confiable, Jesús lo que nuestra oración, como polo Padre.
está desvelando la limitación de dialéctico de nuestra acción libera- por otro lado, la oración de
toda acción humana, incluso de dora, deberá también canalizar si es Jesús, además de presentársenos
aquella más coherente, pura y gene- que estamos convencidos de que como reto a no considerar agotado
rosa. Aquel, cuya vida se resume en "un discípulo no es más que su en la acción por la liberación y en
que pasó por este mundo haciendo maestro" (Mt. 10,24). Más allá de la las relaciones humanas de solidari-
el bien, aquel de quien la comuni- precariedad de toda acción humana dad nuestro ser y nuestro futuro
dad cristiana primitiva recordaba
que había dicho: "Hay más dicha
en dar que en recibir" (Hechos
4,15), no pudo vivir sin un contacto
continuo con su Padre Dios. Más El amor del que debe estar cargada toda acción
aún, no pudo realizar tal perfecta revolucionaria liberadora no se sostiene sin la experiencia
coincidencia entre su actividad
generosa y fraternal,prototipo de de un diálogo explícito con el Padre de Jesucristo.
acción hum * liberadora, y su ver-
dad más íntima como para poder
prescindir de un diálogo explícito
con su Padre, hecho de alabanza, por la liberación, Dios, nuestro cristianos, se nos ofrece también
acción de gracias, súplicas, gritos y Padre, nos invita a rejuvenecer y como reto a ver la profunda estruc-
lágrimas. fortalecer nuestra esperanza en el tura de don del Padre que penetra
La gran facilidad con que la contacto dialogal, oracional, con su nuestra lucha por la justicia en la
máxima generosidad solidaria de promesa que da sentido a nuestra acción liberadora.
los hombres, sobre todo de los revo- lucha y a la lucha de los pobres; y ya En una de las muchas ocasiones
lucionarios cristianos, se enorgu- en este contacto nos hace saborear en que Jesús oraba, aquella vez en
llece en fanatismo o se congela en en cada liberación parcial la pleni- la cercanía de sus discípulos, éstos
escepticismo, es un indicio que tud liberadora que sólo El es. le piden que les enseñe una oración
apunta hacia la humildad impli- Este suplemento de esperanza "como Juan les enseñó a sus discí-
cada en ese tocar fondo de vez en que no defrauda, indeducible de pulos" (Luc. 11,1). No se trata, por
cuando por la oración en el amor cada liberación parcial, que en sí lo tanto, en la respuesta de Jesús, de
misterioso pero infalible del Padre; misma es tan precaria por tan ame- una oración cualquiera ni se trata
humildad sin la cual el hombre cris- nazada y tan insatisfactoria, nos de enseñarles el método de hacer
tiano se deshumaniza. Y decimos viene asegurado, aún en medio de oración. Se trata más bien de la ora-
"cristiano" porque carecemos de lo que "gemimos en lo íntimo a la ción característica, típica y propia
experiencia suficiente para intuir espera de la plena condición de de la especial relación de aquel
los modos como se da (desde la hijos" (Rom. 8,23), por el Espíritu grupo de hombres con su maestro.
perspectiva de la fe en Jesucristo de Jesucristo, interior a nosotros Se trata de la oración que los va a
ciertamente no sin intervención del mismos y que, como a Jesús de definir como comunidad particular
Espíritu Santo, aunque no sea cons- Nazareth, "nos permite gritar: alrededor de Jesús, comparable en
cientemente reconocida) esta Abbal Padre!" (Rom. 8,15). tiempos de Jesús a, por ejemplo, el
humildad en revolucionarios gene- grupo religioso de los fariseos o la
Definitivamente, por lo tanto, en
rosos y coherentes en quienes no este desafio cristiano a la oración se comunidad 'de Qumrán.
tiene un lugar la oración cristiana Mas aún, las primitivas comuni-
nos hace patente la insuficiencia de
porque no se confiesan cristianos. toda acción y de toda relación dades cristianas, tanto las de
En conclusión, por tanto, lo que humana para la liberación, y se ambiente judeo-cristiano, ya acos-
en este punto hemos intentado decir pone a prueba una conciencia de tumbradas a una oración recta (Mt.
es que, para el compromiso con los filiación y no dé esclavitud. Se trata 6, 9-13), como las de clima pagano-
procesos de liberación, la oración de una filiación por añadidura cristiano, desviadas en sus rogati-
de Jesús supone una exigencia de jamás amenazada, como lo está la vas (Le. 1, l-4) entendieron el Padre
seguirle por ese camino, a pesar de filición humana, por la posesividad Nuestro como una catequesis intro-
la urgencia de la acción, porque en paterna que corre el riesgo de ductoria a la verdadera oración
la oración se da testimonio de que el empujar a un perenne infantilismo. propia de los seguidores de Jesús de
amor del que debe estar cargada Muy al contrario, como lo atesti- Nazareth, el Resucitado. Y el Padre
55
Nuestro fue, como lo demuestra nombre del rey que instaura un
además la "Enseñanza de los régimen nuevo y la eficacia del fun-
Apóstoles" (o Didaché), que se cionamiento de ese nuevo régimen.
remonta al siglo 1, la oración dis- No han cambiado tanto las expe-
tinta de la Iglesia, la que encerraba riencias humanas como para no
el prototipo de toda otra forma de tener en nuestra época puntos de
oración cristiana. Así pues, no se El Padre Nuestro nos apoyo que nos ayuden a compren-
puede ser cristiano y, para lo que presenta el desafio de der lo que aquí se quiere significar.
aquí nos concierne, no se puede considerar todo el fin En el estallido de esperanza que ha
asumir un compromiso cristiano en y los medios de nuestra supuesto la revolución nicara-
procesos liberadores sin estar pene- güense, por ejemplo, la evocación
trados de la actitud fundamental
preocupación y nuestra gloriosa del nombre de Sandino
que el Padre Nuestro transmite: lucha cristiana por la implica la confianza en que se ha
¿De qué actitud se trata? justicia como don del Padre. necno posible la construcción de
Dicho brevemente, el Padre una patria libre. Por otro lado la
Nuestro nos presenta el desafío de continua alusión de que esta revol.t-
considerar todo el fin y los medios ción es del pueblo implica la con-
de nuestra preocupación y de nues- fianza en que esa libertad va a ser
tra lucha cristiana por la justicia eficazmente patrimonio justo de
como don del Padre. Toda la impuestos por la secta farisaica; esa todo el pueblo, y especialmente de
estructura del Padre Nuestro es una misma fuerza lo lleva a los pobres, a aquellos de quienes nunca fue patri-
los enfermos, a los oprimidos, en monio, sino que siempre tuvieron
estructura de súplica. La experien-
una palabra a los marginados y mal por suerte el despojo. En eso se sin-
cia humana, sin embargo, ansiosa
habitualmente de dignidad, atesti- vistos de la sociedad judía de su tetiza la novedad revolucionaria del
gua que no se suplica como don. tiempo (cfr. Lc 4, 18-19). Para ellos régimen que irrumpe en Nicaragua.
como regalo, aquello que se puede es la alegría de la buena noticia del Ciertamente las dos primeras
conseguir por las propias fuerzas. Reino que se acerca y de la cual es peticiones del Padre Nuestro no se
Los "limosneros" son unos de los Jesús el pregonero. De ellos es sólo refieren a realizaciones parciales del
más claros síntomas de una situa- el Reino sino también /a paternidad Reino de Dios. Se refieren más bien
ción anómala en la condición de Dios. a la irrupción última (escatológica)
Este impulso irresistible, como el y definitiva de ese Reino como con-
humana. Esa otra experiencia
impülso de los profetas poseídos del sumación de la historia. La consu-
humana, complementaria a la ante-
Espíritu (cfr. Amós 3,8); este mación definitiva por Dios del
rior, en la cual vivenciamos el inter-
cambio de regalos como señal y impulso en cuya realización se esfuerzo humano por la justicia,
sacramento de amistad, no es obje- revela precisamente la paternidad siempre precario, es lo que Jesús
ción para lo que se ha expresado de Dios como insospechadamente invita a suplicar. Pero el rasgo más
anteriormente. La amistad con la distinta de la paternidad de Jahve característico de ese nuevo régimen
que Jesús de Nazareth superó res- respecto de Israel, provoca en Jesús consiste en la visualización de Dios
pecto de sí mismo el carácter de una explosión de alegría que se tra- como rey que dirime los pleitos
duce en una oración de bendición, • entre los diversos intereses huma-
siervo que podía penetrar la rela-
ción de sus discípulos con él (Ja 15, de reconocimiento gozoso de la nos no parcialmente sino tomando
14-15), nunca suprimió la relación bondad de Dios: "Yo te bendigo, postura en favor de los débiles y
Padre, Señor de cielo y tierra, por- pobres, tos explotados y los oprimi-
de filiación suya para con el Padre,
que si has ocultado estas cosas a los dos y haciendo suya la causa de
al que experimentó como "mayor
que él" (Ja. 14,28) filiación que, sabios y entendidos, se las has reve- ellos (cfr. Salmo 72; Isaías 9, 1-6 y
lado a la gente sencilla. Sí, Padre,
como hemos visto, queda como 11, 1-9, etyc.);
bendito seas por haberte parecido
prototipo y tarea histórica para los Dios mío, confía tu juicio ai rey, tu
hermanos de Jesús eso bien" (Mt. 11,21).
El núcleo del Padre Nuestro se justicia al hijo de reyes: para que-
El Padre Nuestro comienza con rija a tu pueblo con justicia, a tus
la invocación del Padre. Debajo de encuentra en las dos primeras peti-
ciones (la tercera: "hágase tu volun- humildes con rectitud...
la traducción griega del Evangelio ...que él defienda a los humildes
de Mateo se encuentra el original tad..." probablemente no pertenece
al texto original, aunque, como del plieblO, socorra los hijos del
arameo abba. En esta invocación se pobre y quebrante al explotador.
encuentra el primer don: Jesús con- veremos más adelante, sí corres-
cede a los discípulos el privilegio de ponde a una forma de oración ¿PERO, QUE CLASE DE
llamar a Dios abba como el mismo típica de Jesús). "Que se proclame ORACION ES ESA?
Jesús lo llama. Y se lo concede por- que el Padre es santo" y "que llegue
(de la que a usted no le conviene)
que la experiencia de Jesús, la su reinado" son dos formas equiva-
fuerza del Espíritu que lo mueve, lo lentes de suplicar la irrupción del
lleva a los "pequeños", a los senci- Reino de Dios, su manifestación Esta utopía de justicia, encarnada
llos, es decir a los ignorantes, incul- • inequívoca e inapelable. La imagen en la aspiración a un régimen futuro
tos religiosamente, cuya conducta que está detrás en tiempo de Jesús y nunca realizada, es la que Jesús
es el homenaje, la aclamación al invita a suplicar como don funda-
moral se aparta de los cánones
56
mental del Padre. Entre ella y la se puede celebrar dignamente, cris-
invocación de Dios como Padre hay tianamente, "la cena del Señor", la
absoluta coincidencia. Es precisa- Eucaristía, sin que en ella se viva el
mente porque Dios se ha revelado amor fraterno acreditado en un
como Padre en su amor preferencial compartir en igualdad (I Cor, 11,
por aquellos a quienes se les ha 17-22).
negado la fraternidad humana y su Así lo vio Rti filio Grande, el
correspondiente digrrfhd, por lo sacerdote mártir salvadoreño:
que Jesús invita a suplicar que se Tenemos que aprender a "Una mesa común con manteles
manifieste definitivamente el dialogar con Dios desde la largos para todos, como esta Euca-
reinado de ese Dios Padre (abba) experiencia de la ristía. Cada uno con su taburete y
que siendo futuro, tiene como signo injusticia humana. que para todos llegue la mesa, el
fundamental ahora la alegría que se mantel y el con qué" (Homilía de
anuncia a los pobres. Apopa, 13-2-77).
Este reino ha y une buscarlo (Mt. En la súplica por el perdón
6,33), debe ser el objetivo de la acti- apunta en el Padre Nuestro el punto
vidad humana. Toda la vida cris- de partida desde el que deben supli-
tiana es concebida múltiplemente car todo don del Padre los discípu-
en el Nuevo Testamento como un los de Jesús. Se trata de la
vicción de Jesús de que el Padre
trabajo, como una lucha (11 Tim. quiere que a partir del hombrc conciencia de pecado, de la convic-
3-7; 4,7-8; Ef. 6, 10-17). El servicio Jesús el don final del reino esté yo ción de que en nosotros mismos
del cristiano al Reino está conce- presente en los intentos de los hom- están las raices del rechazo de la
bido por Jesús como una opción bres en favor del Reino. En nuestro rebelión contra el don de Dios que
difícil entre el Dios que comparte quiere hacer de nuestro mundo un
fórmula actual del Padre Nuestro
generosamente y el ídolo que invita Reino de fraternidad y justicia. Ya
no se ve con evidencia ese sentido.
a sacrificarlo todo a la acumulación hemos visto que Jesús no se hacía
Pero con mucha probabilidad en
egoísta: "No pueden servir a Dios y ilusiones sobre el corazón humano.
boca de Jesús la oración que enseñó
al dinero" (Mt. 6,24). No hay posi- a sus discípulos no decía "nuestro Más aún su vida es un testimonio
ble actitud cristiana ante el Reino del acoso al que le sometieron las
pan de cada día dánoslo hoy", sino
que se centre en una espera pasiva', "nuestro pan del mañana dánoslo fuerzas del mal. Jesús sabe que la
como lo simboliza la parábola de lucha de sus discípulos por el Reino
hoy" (Mt. 6,1 1).
las cinco muchachas necias (Mt. 25, Directamente, según los mejores se va a dar en el contexto de la
1-13). Sin embargo, la actividad inclinación de sus corazones hacia
comentadores del Nuevo Testa-
cristiana hacia el Reino, la lucha el pecado. Poniendo la mirada en el
mento, Jesús no nos está enseñando
cristiana por la justicia es toda ella día del juicio, en el día en que brille
aquí a suplicar como don de Dios la
atracción gratuita del Padre hacia la justicia de su Padre, Jesús invita a
satisfacción de nuestras necesida-
Jesús (in. 6,44), y la entrega en el des mínimas en esta existencia his- suplicar que el perdón definitivo de
Reino es la participación en una tórica; más bien nos está invitando entonces se haga presente hoy den-
herencia (Gal. 5,21), con todo lo a pedir la abundancia del Reino, el tro de la ambigüedad de la lucha
que la imagen tiene de un bien tra- banquete fraternal en la casa defini- humana por la justicia. Y este don
bajado y producido por alguien dis- tiva del Padre. Pero ese pan de vida del perdón definitivo, significado
tinto del que recibe el beneficio de la en tanto encuentro acogedor y jubi-
definitivo, que sacia absolutamente
herencia. En definitiva, pues, el loso de Jesús con pecadores conver-
y no nos deja en la necesidad de
Reino hay que suplicarlo cristiana- tidos, se pide desde la perspectiva
buscarlo para el día siguiente, Jesús
mente porque es un don fuera del nos enseña a suplicarlo para hoy. Es de que el Reino y su justicia están
alcance del esfuerzo del hombre. actuantes ya en la prontitud para
decir, Jesús está orientándolo para
Pero a los hombres se les exige perdonar, que los discípulos de
pedir que en nuestra lucha por el
poner un signo cuyo contenido sea Jesús están dispuestos a ejercitar.
pan diario esté presente ya la reali-
anticipo real de ese Reino. Y "ese dad fundamental del Reino defini- De nuevo aquí recientes expe-
querer y ese actuar" humanos en la tivo: el compartir como hermanos, riencias de la revolución nicara-
búsqueda de la justicia del Reino, la única, manera que puede ir güense constituyen signos llenos de
son en sí mismos activados por logrando que en nuestra construc- esperanza, que indican la presencia
Dios, porque sobrepasan la buena de una huella del espíritu. Literal-
ción de historia vaya habiendo jus-
voluntad humana (cfr. Fil. 2,13). ticia y solidaridad. Precisamente mente, en discursos de líderes de
Esto nos enlaza con las súplicas de esta revolución, sobre todo en los
por eso la primera comunidad cris-
la segunda parte del Padre Nuestro. momentos en que se han liberado a
tiana entendió las comidas de amis-
prisioneros de guerra —más de dos
Así como el núcleo del Padre tad y de hermandad de Jesús con los centenares han salido ya de la
Nuestro está en la súplica porque el marginados de su tiempo como sig-
Reino llegue, así también su nove- cárcel— se han escuchado estas
nos en que se hacía presente la reali-
palabras: "La revolución no quiere
dad principal, que distingue a esta dad del banquete definitivo del
la muerte de los pecadores, la revo-
oración de cualquier oración judía Reino. Y más aún, precisamente
lución no quiere la destrucción de
anterior, está en que refleja la con- por eso es por lo que para Pablo no
57
los hombres; sólo queremos la más implacable. Que entonces no El reto de toda vida cristína, y
muerte y la destrucción del pecado" cedamos en la prueba, que ahora, por tanto también el reto de la vida
(Tomás Borge, Discurso del 13 de en nuestros compromisos liberado- comprometida en los procesos de
Agosto de 1979). Cuanto más nin- res no cedamos al acoso que por liberación latinoamericanos desde
gún cristiano, en lucha por la justi- todas partes cerca y amenaza todas la fe en jesucristo, es la santidad,
cia, podrá permitirse no suplicar al nuestras realizaciones parciales de decíamos al comienzo de ese artí-
Padre este don de luchar sin odio, liberción, es el último don que Jesús culo, y a las exigencias de esta santi-
de actuar generosamente en el con- nos enseña a pedir al Padre. No irá a dad pertenece la exigencia de la
flicto, corno signo de la generosidad la oración aquel que no experi- oración. Hemos tratado de ver esto
que el Padre está siempre dispuesto mente que su fundamental debili- en la parte central del artículo.
a ejercitar por nuestro pecado. Refi- dad en la lucha por la justicia Ahora bien, se trata de una nueva
riéndose a la expresión de un joven reclama convertirse todo él en un manera de santidad, y se trata tam-
nicaragüense me decía: "La revolu- clamor hacia el que se vuelva para bién de una nueva manera de ora-
ción no se ha hecho para tener auxiliarlo el Dios que escucha el ción. La tradición cristiana ha
como horizonte el matar a un Guar- clamor de su pueblo. (Cfr. Exodo reflexionado mucho sobre la expe-
dia". Pero este rechazo del espíritu 3,7). riencia de oración como clamor de
de venganza, dentro de un perdón Aunque es verdad, por lo tanto, y la pe rsona cristiana empeñada en
que no libera. Y este don hay que verdad muy fácil de ser olvidada recibir del padre el don de la salva-
suplicarlo en la oración cristiana. que la única forma que tenemos de ción. Y a lo largo de los siglos
La audacia del Padre Nuestro saber que somos de Dios o de saber ha dado testimonio del desierto por
consiste por lo tanto, en ponernos que hemos pasado de la muerte a la el que la persona debe marchar,
en los labios la súplica de que lo que vida, es practicar la justicia, amar a aceptando la purificación de su
va a ser el Reino definitivo del nuestros hermanos (Cfr. L Juan egoísmo hasta llegar a la tierra pro-
Padre esté ya actuante en nuestra 3,10-15), también es verdad que el metida de un contacto con Dios
historia de lucha y de precariedad amor sólo existe "no porque nos- sencillo, profundamente fortalece-
La última petición original de esta otros amemos a Dios sino porque dor y gozoso. San Juan de la Cruz,
oración confirma esa interpreta- El nos amó primero" (1 Juan 4,10). tal vez el más profundo de quienes
ción de toda la vida cristiana como El no tener en nosotros la fuente han explorado este itinerario, esta
un don que exige una actitud ora- radical desde donde nace la fuerza marcha de liberación personal,
cional: "no nos dejes ceder en la para los hechos de justicia con que habló de una de sus etapas, larga,
prueba". A pesar de que el reino se acredita nuestro compromiso prolongada, dolorosa, como de una
que se suplica en la primera parte liberador, y el que esos hechos y las noche oscura del alma.
del Padre Nuestro está ya presente relaciones de nueva comunidad La dimensión social de la salva-
en tantos signos a nticipatorios ,la humana que de ellos nacen sean ción, esa salvación en la historia,
realidad de la vida cristiana es un siempre parciales, precarios e insa- esa salvación de todo un pueblo,
estar acosado por los poderes que tisfactorios, es lo que nos hace especialmente del pueblo de los
luchan contra la justicia del reino. Y indispensable entrar en contacto pobres, cuyos intentos aproximati-
en la hora en que nuestra historia se con nuestro Padre y aceptar con vos y parciales son signos anticipa-
acerque a su consumación, en la sencillez que se exprese el clamor tivos del don gratuito definitivo del
hora en que más cerca esté la lle- por el don del Padre del que está reino, es también una marcha, la
gada definitiva, se hará más brutal y hecha nuestra condición humana y marcha de todo el pueblo hacia su
cristiana. liberación a través del desierto de la
Es obvio, por tanto, que la ora- injusticia estructural y establecida
ción cristiana no es ninguna evasión que nos rodea. Para este proceso de
de la acción. Es obvio que una ora- liberación, en que las personas
ción del cristiano que no conduzca mantienen su valor irrenunciable
a un compromiso liberador a la real precisamente a través de su entrega
solidaridad con los hermanos al compromiso solidario, no hay
Dios marcha con sus pobres explotados y oprimidos, es una ora- una tradición cristiana que les clari-
ción farisaica, hipócrita y anticris- fique su oración. De la Biblia para
en este continente, en el
tiana. Ciertamente, por lo tanto, acá no se ha creado mucho sobre lo
aliento de lucha que despierta que significa orar desde la "noche
"no basta con rezar". A nosotros,
en los pobres una y otra vez sin embargo, en este artículo, nos oscura" de la injusticia estructural.
a pesar de tanta opresión y toca recordar que "para conseguir Desde que en América Latina en
de tan crueles represiones. la paz" es también imprescindible los años 60 y tal vez ya durante la
tener la humildad de decir una y mil década anterior, comenzaron en
veces: "Padre, que venga tu Reino". ambientes cristianos y eclesiales las
experiencias de conversión a los
3. Conclusión. pobres, desde que a muchos cristia-
nos se les fueron abriendo los ojos
La oración desde la noche oscura nuevos para ver a Jesucristo entre
de la injusticia estructural. los explotados y oprimidos de este
58
continente, desde que los pobres nuestra oración cuando éramos No es esto masoquismo. No es
nos dieron la buena noticia, nos niños. Tenemos que aprender a dia- esto ignorar que en 1979 el pueblo
evangelizaron y nos lanzaron a logar con Dios desde la experiencia nicaragüense nos ha dado un anti-
compromisos de liberación, mayor de la injusticia humana, aguar- cipo de esperanza a todos los
ha sido la experiencia de la cautivi- dando sin que llegue nunca el Dios latinoamericanos como hace
dad que la experiencia de la libera- que considerábamos útil porque mucho tiempo no veían nuestros
ción y mayor ha sido el habíamos aprendido que preser- ojos en América Latina.
enfrentamiento con el odio desespe- vaba la suerte de los poderosos y de Dios marcha con sus pobres en
rado de hombres cegados por su los ricos: este continente, en el aliento de
poder y endurecidos por su capital lucha que despierta en los pobres
que la alegría de encontrar algún una y otra vez a pesar de tanta opre-
moderno Zaqueo. A la esperanza sión y de tan crueles represiones.
de los pobres, al despertar de su Por eso cantan los pobres: "Identi-
dignidad se le ha respondido con la ficate con nosotros, no con la clase
contrainsurgencia, con la disemi- opresora que oprime y devora a la
nación del terror, con el intento de comunidad, sino con el pueblo mío,
doblegar los cuerpos y los espíritus. Dios mío, sálvame, que me sediento de paz" (Misa Campesina
Se ha vivido, sí, la experiencia glo- llega el agua al cuello: Nicaragüense). Pero aún es mucho
riosa del martirio, la experiencia Me estoy hundiendo en un mayor la experiencia de opresión
que, sobriamente vista desde el que la experiencia de liberación.
pellejo de los mártires, es experie- cieno profundo y no puedo
Por eso, al modo de Jesús, en su
cia de aplastamiento, de acoso, de hacer pie... crisis suprema, es hoy también la
angustia y de asfixia, sin poder res- ...estoy agotado de gritar, hora de decir, "con oraciones y
pirar el aire anhelado de la justicia. tengo ronca la garganta; súplicas, a gritos y con lágrimas" a
"Cantar una canción del Señor se me nublan los ojos de quien nos puede salvar de la muerte
en esta tierra extraña de la opre- tanto aguardar a mi Dios. (Cfr. Hebreos 5,7): "Abba" Padre!
sión" de nuestros pueblos (Cfr. todo es posible para ti aparta de mí
Salmo 137,4) es el gran desafio. Más que los pelos de mi
éste trago, pero no se haga lo que yo
Algunos cantores de este pueblo, cabeza son los que me odian quiero sino lo que quieres tú" (Mc.
con un suplemento inmenso de sin razón, más duros que mis 14,36). Para Dios todo es posible,
esperanza, han respondido a este huesos los que me atacan pero Dios no es útil ni se adelanta a
desafio, como Carlos Mejía Godoy injustamente. (Sal. 69, 2-5). la voluntad de justicia que su Espí-
y Ernesto Cardenal, como Víctor ritu suscita como don mayor entre
Jara. Y en ellos se ha hecho carne los hombres.
mucha de la oración de nuestro Así pues, hay que orar en el com-
pueblo desde la opresión. promiso de liberación. De modos
Néstor Paz, revolucionario boli- nuevos. Desde la noche oscura de la
viano hoy ya martirizado, en su dia- injusticia, que además se agazapa
rio, ha orado y ha dialogado con su siempre en nuestro corazón. Y la
Dios, revelándonos la inmensa ter- tarea principal es que esa oración
nura con que desde su lucha por la Tenemos que aprender a despo- purifique nuestro egoísmo para que
justicia pudo dirigirse al Padre. jarnos del Dios omnipontente e se luche por la verdadera justicia, la
Pero en este itinerario espiritual impasible y aprender vitalmente que se siembra en amor radical y
de la fucha por la liberación en (algo nás dificil que decirlo con los por eso cosecha amor aún más radi-
América Latina, cuenta mucho el labios) que la omnipotencia de Dios cal. Para esto ciertamente no sabe-
perseverar en la oración, sin apenas pasa por la debilidad paciente de mos las palabras, "no sabemos a
balbucir más que gemidos y clamo- dejar a su Hijo abandonado y asesi- ciencia cierta lo que debemos decir,
res, mientras en esa lucha se va puri- nado en la tortura de la cruz a pero el Espíritu en persona inter-
ficando, en una singular "noche manos de los injustos. Tenemos que cede por nosotros con gemidos, sin
oscura", nuestra imagen de Dios. A aprender así, en una convulsión palabras, (Rom 8,26). Por eso, aun-
través de esa purificación, el fuego inmensa de nuestras más íntimas que nos acosan, no nos aplastan,
lento del aprendizaje de la solidari- inclinaciones, que a Dios lo revela cuando nuestro horizonte etn`desde
dad con los pobres en una sociedad en medio de la lucha por la justicia nuestro pecado y también desde
que nos enseñó a despreciarlos, más el amor de dar la vida por los nuestra justicia, la búsqueda
tenemos que aprender a despren- demás que el poder de imponer una humilde de la justicia del Reino.
dernos del Dios que respondía a determinada vida a los demás.

59
encontrar a Dios en todas las cosas. que todo lo que proviene de la
Este horizonte de búsqueda de "necesidad" puede resultar insano
9.-EN LA ACCION" una experiencia unificada, en la que (en nuestro caso, evangélicamente
VIAS DE ACCESO contemplación y acción no mar- recortado). Las décadas de los
chen cada una por su lado, vuelve a sesénta y los setenta están llenas de
A ESTA ser "original" hoy en amplios secto- este tipo de búsquedas, síntesis espi-
EXPERIENCIA. res de la Iglesia. Se detecta ya, desde rituales excesivamente precipita-
hace unos afios, un cierto cansancio das, cuya característica mas saliente
de polarizaciones infructuosas en es la polarización en tina dicotomía
las que no es posible reconocer al de doble signo, en la que lucha y
José A. Garcia todo Jesús y que no dan cuenta contemplación, oración y compro-
total del Espíritu como imagina- miso, no son realidades articuladas
ción suya en el mundo presente. en el único seguimiento de Jesús.
Una vez más, el indomesticable Se producen, así pues, dos nuevas
»El cristiano del futuro o será un Espíritu del Resucitado aletea sobre matrices espirituales que en sus
místico, es decir, una persona que ha nosotros indicándonos —con nos- extremos tienden a afirmar, o bien
'experimentado' algo, o no será cris- otros y contra nosotros— hacia una «praxis sin Espíritu», o bien un
tiano» K. Rahner. dónde tenemos que ir: "Id ense- «espíritu sin práctica». En el len-
guida a decir a sus discípulos que irá guaje de la segunda dominan las
Pertenezco a una tradición espiri-
tual —la de Ignacio de Loyola-
cuya aportación más original a la
espiritualidad de la Iglesia consiste
en la integración de esos dos polos, - La cuestión definitiva a la que toda escuela de
acción y contemplación, a la que espiritualidad cristiana debe dar una respuesta es la de
hace referencia la fórmula "con- la conciliación entre la presencia en el mundo y la
templativos en la acción". Como
señala Gustavo Gutiérrez, "la cues-
presencia ante Dios, sea cual fuere la formulación
tión definitiva a la que toda escuela que se le dé.
de espiritualidad debe dar una res-
puesta es la de la conciliación entre
la presencia en el mundo 'y la pre-
sencia ante Dios, sea cual fuere la
formulación que se le dé. ¿Cómo delante de vosotros" (Mt 28,7). referencias al Espíritu (sobre todo
superar esta dualidad y articular A alentar este movimiento car- en cuanto Espíritu del Padre, no
una presencia con otra?. De hecho, gado de esperanza quisieran contri- tanto del Hijo); a la gracia en
la espiritualidad ignaciana es uno buir humildemente estas páginas. cuanto autocornunicación de Dios
de los más notables y fecundos y sus dones a la persona individual
logros de esta síntesis". L Entre el deseo y la impotencia: un o al grupo comunitario, no tanto
tiempo de gracia. como «invocación de Dios en
Contrariamente a lo que suele
cuanto liberación integral del hom-
pensarse, la expresión no procede Malestar, deseo e impotencia son bre»; a la práctica fiel de expresio-
del propio Ignacio, sino de su secre- tres estados de ánimo que describen nes, tradicionales o nuevas, de la
tario Jerónimo Nadal, uno de los aproximadamente todo cambio vida cristiana, no tanto a la creativi-
hombres que mejor le conocieron. profundo de espiritualidad en el dad apostólica y a los intereses de
Sin embargo, traduce a la perfec- interior de la vida cristiana. Por Dios en el mundo. En el lenguaje de
ción, con la fuerza de una metáfora, estar sumidos en uno de esos cam- la primera, los términos tienden a
su modo de estar activamente en el bios, nos describen también — invertirse: una cierta búsqueda de
mundo y lo que sus seguidores según creo— a nosotros. Dios sin el Reino de Dios adquiere
hemos recibido como herencia en ella su correlato tendencial de
familiar. He aquí el texto clave de A. Malestar por la pérdida de una
pacífica posesión, la de la antigua búsqueda del Reino de Dios sin
Nadal:
espiritualidad, sobre la que, a partir Dios. No ciertamente sin una cre-
«El Padre Ignacio conoció, por de la década de los cincuenta, des- ciente sensación de malestar en
un gran privilegio, este modo de cargó todo un mundo de sospechas ambos casos.
orar en un grado eminente. A esto inmisericordes y cuya unidad per-
se añadía que, en todas las cosas, dida es imposible recuperar. Ahora B. Deseo de superar esta estéril
acciones y conversaciones, sentía y bien, el vacío produce inseguridad; dicotomía por antievangélica y,
contemplaba la presencia de Dios y la inseguridad produce miedo; y consiguientemente, infecunda. La
la atracción de las cosas espiritua- ambas cosas unidas desatan las pul- segunda mitad de los setenta señala
les: era contemplativo en la acción, siones de la necesidad en busca de los comienzos eclesiales de un
lo que él solía expresar ordinaria- una nueva matriz espiritual que res- amplio movimiento de integración
mente con estas palabras: hay que tablezca el equilibrio. Ya se sabe al que empujan no sólo la experien-
6
cia de la etapa anterior —hasta C. Impotencia, es decir, incerti- la capacidad contemplativa dei
cierto punto frustrante por alienar dumbre y dificultad para unificar la hombre, según la cual hombres y
o por carecer de peso específico, experiencia del Dios que nos cosas, antes de servir para algo, son
según los casos—, sino sobre todo encuentra en la oración y el que nos —son un don maravilloso a través
la conciencia, surgida al interior del sale al paso en la acción; para ser del cual Dios se transparenta
seguimiento de Jesús, de que la lla- contemplativos en la acción como como Dador de todo bien, de toda
mada nos ha sido dirigida en dos prolongación del hecho de haber perfección—. En un mundo así —
dimensiones inseparablemente sido contemplativos en la acción, y introyectado, por otra parte, en
relacionadas entre sí: "estar con él y viceversa. Tener las ideas claras al cada uno de nosotros— es lógico
ser enviados a echar demonios" respecto -ayuda, pero no soluciona que la actividad contemplativa
(Me 3,13-15), y de que la calidad el problema. Es posible que esta carezca de relevancia social y que su
cristiana de cada una de ellas se sola mención provoque una serie de
mide por los efectos que produce en sospechas como actividad exotérica
la otra. o evasionista; que resulte dificil no
Mi experiencia en este terreno sólo porque nosotros somos hom-
(que sin duda es limitada, pero no bres modernos, sino también por-
nula) me lleva a pensar que en el que no tiene el sufificente apoyo
momento actual es más intenso el comunitario o social. Y sin
deseo de recuperar la contempla- embargo, la evidencia histórica y el
ción (por parte de aquellos movi- examen personal nos llevan a cons-
mientos de Iglesia que, «urgidos tatar que la razón y la acción tam-
por el tiempo presente», la dejaron bién son sospechosas, no sólo
medio perdida en el camino) que el cuando sus productos son manifies-
de recuperar el compromiso en el tamente inhumanos, sino incluso
mundo (por parte de aquellos cuando son aparentemente buenos.
otros que olvidaron el aliento pro- En la renovación de la Iglesia, Para convencerse de lo primero
fético del Evangelio). En cualquier basta con echar un vistazo a nuestro
caso, falta lo que podríamos llamar lo primero que cambia es la mundo, del que tan orgullosos
un «diálogo de acento a acento» acción pastoral; después nos sentimos. De lo segundo ya nos
que ayudara a profundizar este pro- cambian las instituciones; lo avisó Pablo en su famoso himno a
ceso de integración, sustituido último que se consolida son los la caridad (1 Cor 13): lo que pro-
como parece estar por una especie porqués, la espiritualidad, viene de un corazón oscurecido,
de «indiferencia de banda a banda», si esto último no arraiga, aunque sea tan sublime como
cuando no de excomunión, de la dejarse quemar vivo o repartir
que no hay mucho bueno que lo otro solo no subsiste. todos los bienes, no sirve para nada.
esperar. Termina siendo malo.
No existen, pues, unos espacios Dentro de nosotros está, también
sagrados en los que habite Dios y se como dificultad, el mundo de nues-
haga posible el encuentro con El, tras imágenes de Dios, necesitadas
contradistintos de otros espacios de una continua evangelización que
des-habitados, donde el hombre las purifique de las proyeccciones
queda solo, a merced de su propia de nuestro interés o de nuestros
autonomía y de las leyes del mundo. complejos infantiles no superados;
Si de verdad creemos en Jesús, en nuestro ateísmo larvado, que no
todo él, y hacemos nuestra su termina de tomarse en serio la ine-
entrega al Reino de Dios, experi- fable y activa presencia de Dios en
mentaremos hasta qué punto es ver- sensación de impotencia, esta espe- nuestras vidas y (lo que es aún más
dad que también el mundo es lugar cie de división interior, nos acom- difícil) en los acontecimientos
de adoración, y la historia de los pañe siempre; y que lo único que se históricos.
hombres —especialmente en sus nos pida consista en • remover los Preparar el camino al deseo signi-
"reversos", donde aparece con mas impedimentos y preparar el camino fica buscar los medios para ser, de
virulencia el pecado que niega a al deseo. hecho, contemplativos en la acción.
Dios, destrozando a sus hijos— el Hay impedimentos que están No basta con tener Claras las ideas y
lugar de cita donde el Señor quiere fuera de nosotros, y otros que están mantener vivo el deseo. Como
ser privilegiadamente encontrado. dentro. dicen los psicólogos, "no hay deseo
Por lo mismo, se nos hará evidente Fuera de nosotros está lo que lla- sin estructurar el tiempo del deseo",
también que no existen dos expe- mamos «mundo moderno», que, en es decir, el deseo no llega nunca a
riencias de Dios (la que acontece en lo que tiene de más especificador, es hacerse realidad si no se entra en un
la contemplación y la que se da en la un mundo construido por la proceso de actos que vayan reali-
acción), sino una sola en dos tiem- «razón», el trabajo y la manipula- zándolo. Sabemos que, en cris-
pos que sólo para le hombre son ción de hombres y cosas. Actuar, tiano, las cosas no dependen tanto
distintos, no para Dios. incidir y transformar... han vaciado del esfuerzo del hombre por buscar
62
a Dios mediante determinados ejer- "Lo esencial es invisible a los En la «Contemplación para
cicios, cuanto de la acción del Espí- ojos. Sólo se ve bien con el cora- alcanzar amor" con que se cierra el
ritu en nosotros (Rom 8,26). Pero es zón" (A. de Saint . Exupéry). 1-le ahí libro de los Ejercicios Espirituales y
igualmente cierto que hay que "dis- la cuestión. Si con los sentidos no que constituye el último trampolín
ponerse a recibir" para que ello vamos más allá de los sentidos, nos para devolvernos al mundo en acti-
suceda. De esto hablaremos más quedaremos siempre enclaustrados tud permanente de «encontrar a
adelante. en aquella superficie en la que acon- Dios en todas las cosas», San Igna-
Quedémonos, por ahora, con tecimientos, personas y cosas apa- cio describe esta lectura sacramen-
esto: ser contemplativos en la recen como in-trascendentes, tal de «los bienes recibidos de
acción topa hoy con numerosas relaciones de causa a efecto, objetos creación, redención y dones parti-
resistencias culturales y dificultades de la razón discursiva e instrumen- culares» como el encuentro con
interiores, pero constituye una de tal del hombre, pero des-religados Dios «que da y se da», «que habita y
las mayores urgencias del Evange- de Aquel que los habita en calidad trabaja», «que desciende » , para
lio si queremos construir un mundo preguntarse a continuación «lo que
según Dios y no según los sueños de yo debo ofrecer y dar a su divina
nuestra siempre interesada Majestad »(EE.EE., 234-237). Todo
«razón». por eso es un tiempo de encuentro interpersonal —Dios no
gracia (2 Cor 6,2) para la vida cris- puede ser menos que persona—
tiana. Allí donde está la dificultad, sigue un proceso cuyos momentos
allí suena el requerimiento del constitutivos podrían describirse
Señor. Ser testigos de Jesús en un así: Lo primero que sucede es una
inundo secularizado, vivir articula- re-velación: Dios que en los aconte-
damente la fe con la promoción de cimientos y en las cosas me dice
la justicia que brota de ella, romper quién es y cómo quiere que éstos
generosamente con las connatura- sean. Sigue una especie de trasvase
les inercias apostólicas, mantener el Desde que Dios se hizo carne de Espíritu: la recepción agradecida
sentido especificador de nuestras de historia, la historia de del amor de Dios y de su propia
actividades —aún las de curio más mirada al mundo. Revelación de
toda carne maltratada Dios y comunicación de su Espíritu
secular— requiere, como ha seña- —empezando por la (le Jesús
lado el P. Arrupe, hombres y muje- provocan en nosotros una conver-
res cuya meta cristiana sea la de y siguiendo por la de todos sión: no vivir ya a impulsos de la
« encontrar a Dios en todas las cosas los crucificados del mundo— voluntad de Dios. Y una moviliza-
y a todas en él», según la ya clásica se ha convertido en lugar ción histórica de cara a la implanta-
expresión de San Ignacio. privilegiado y primero del ción del Reino de Dios. Revelación,
Quisiera terminar este apartado trasvase, conversión, moviliza-
encuentro con Dios. ción.., he ahí los momentos clave de
haciendo alusión a una interesante
observación de Segundo Galilea. toda experiencia contemplativa, ya
En la renovación de la Iglesia, lo sea que ésta tenga lugar co la ora-
primero que cambia es la acción ción o en la acción. El último de
pastoral; después cambian las insti- ellos verifica la verdad cristiana de
tuciones; lo último que se consolida los anteriores, pero, a su vez, recibe
son los porqués, la espiritualidad. de ellos su propio peso especifico.
Si esto último no arraiga, lo otro Ser contemplativo en la acción
solo no subsiste. La adecuación de es, pues, vivir en una escucha ado-
los elementos de esta secuencia es radora tal que, en el interior de esa
imprescindible si se desea evitar la acción, podamos plantear la pre-
esquizofrenia o el abandono. de Dador y de Promesa. Cuando, gunta "¿qué debo hacer'"?, y sos-
por el contrario, acontecimientos, pechar obedientemente la
2. ¿Qué sucede y cómo se produce la personas y cosas son contemplados respuesta.
contemplación en la acción? por "los ojos iluminados del cora- Sucede, sin embargo, que la con-
zón" (Ef 1,18), todo se convierte en templación en la acción presenta
El encuentro con Dios tiene siem- sacramento del encuentro con normalmente una dificultad aña-
pre una estructura sacramental. "A Dios. "Ojos sin corazón" es la dida. Por educación espiritual y por
Dios nadie lo ha visto", dice San metáfora del imperio cerrado de los la intensidad con que la secularidad
Juan; pero todo es, en potencia, sentidos. "Corazón iluminado" moderna ha descubierto la autono-
sacramento suyo, transparencia de es la de aquellos que, en lo visible, mía de todo el devenir humano, nos
su amor y de su voluntad salvadora. "sospechan" al Invisible y, por el resulta más fácil encontrar a Dios
El problema estriba, por tanto, en encuentro con él, se contituyen en en la oración, en la naturaleza, en el
nuestra capacidad o incapacidad testigos suyos y agentes de la espe- rostro de una persona o en nuestro
para hacer lecturas sacramentales ranza a la que todo ha sido llamado. propio corazón que en la acción.
de la realidad que barrenen la sim- Cauces de lo que han "visto y oído, Humana y eclesialmente, estamos
ple exterioridad de las cosas. contemplado y palpado" (1 Jn 1,3). más acostumbrados a interpretar
63
"vehículos" sacramentales "quie- miento donde el Reino de Dios y posibilidad de hacernos contempla-
tos", por así decirlo (pan y vino, Dios no son magnitudes contra- tivos en todo lo demás, seres y
agua y aceite, luz... y lo que con puestas, sino perfectamente unifi- acción.
ellos se significa), que a leer al Dios cadas; donde, al ser progresiva- No es un ejercicio fácil ese de
que se transparenta un los aconteci- mente captados por el talante con- «orarse a uno mismo ante Dios».
mientos históricos y en nuestra pro-
pia acción.
Y sin embargo, sabemos muy
bien que un dato diferenciador de la
contemplación cristiana de Dios es Si hubo un tiempo en que nos dio por pensar que "toda
la "encarnación", es decir, que se acción es ya oración", ello no fue más que un producto de
produzca en el corazón de toda
realidad, y principalmente allí
nuestra ingenuidad; porque es ahí justamente adonde
donde lo más querido de Dios y su queremos llegar, a que realmente lo sea.
voluntad salvadora queda cuestio-
nado. "Solo logra hallar a Dios en
todas las cosas, experimentar la
transparencia divina de las cosas,
quien encuentra a Dios en lo más templativos de Jesús, se nos irá La dificultad le viene de que la vida
espeso, lo más cerrado a lo divino, aclarando en qué consiste la con- moderna no provoca excesivo gozo
lo más tenebroso e inaccesible de templación cristiana de Dios, el de vivir y de que el creciente proceso
este mundo adonde El ha bajado: la "encontrar a Dios en todas las de interiorización psicológica nos
Cruz de Cristo" (K. Rahner). Desde cosas y a todas en él". Sólo desde devuelve imágenes muy deteriora-
que Dios se hizo carne de historia, ahí me atrevo a insinuar las siguien- das de nosotros mismos. ¿Quién
la historia de toda carne maltratada tes vías de acceso a esa experiencia, nos hará no ya orgullosos de nos-
—empezando por la de Jesús y en la esperanza de que algo de lo otros mismos —que no hay razón
siguiendo por la de todos los cruci- dicho anteriormente haya servido alguna para ello—, sino contempla-
ficados del mundo— se ha conver- ya para tomar conciencia de su difi- tivos de un Dios que nos ha dado la
tido en lugar privilegiado y primero cultad y para revisare! nivel de inte- vida y que, a través de ella, desea
del encuentro con Dios. gración de la misma. darse a sí mismo? La escucha de esa
Así pues, no sólo el "estar con palabra que somos lo hará, en cuya
Jesús" tiene una dimensión con- 3.1. Yo soy un don de Dios. Mi adorante contemplación no hace
templativa, sino que también la historia personal es la historia falta idealizar nuestra imagen real
tiene el envío, la misión de "echar de una .fidelidad. Todo es (Alguien la ama como es, hacién-
demonios". Hasta que esta misión gracia. dole así posible ser renovadamente
no se convierta en materia de con- otra), huir compulsivamente de
templación, es decir, hasta que no Hay que empezar por el princi- nuestra culpa o considerar la histo-
aprendamos a ver a Dios en ella, a pio. Y el principio, en psicología y ria como un proceso cerrado y sin
oír su voz y sentir internamente su en vida espiritual, es que todo remedio. Si Alguien me ama, me
pasión por aquellos a quienes tira- comienza en uno mismo, aunque puedo amar. Si Alguien me acoge
nizan los demonios de este mundo, provenga de fuera; que sin amarse a como soy, puedo cambiar. Si
no podremos estar seguros de si uno mismo, es imposible amar a los Alguien es misericordia para mí,
Dios es para nosotros una realidad otros; que el auto-desprecio lleva al puedo yo ser misericordia histórica
o una idea; de si, en lo concreto de aislamiento y engendra el odio para los demás.
nuestra vida, oramos, pensamos hacia los demás... Ahora bien, ¿qué Contemplada de este modo, no
decidimos y actuamos desde él o es lo que puede hacernos amables a sólo mi vida, sino también mi histo-
desde un consciente o camuflado nosotros mismos? ¿Nuestras obras? ria personal aparece como la histo-
ateísmo. El que se hace fuerte en sus obras ria de una fidelidad. Mirando hacia
está condenado a encontrarse con atrás en ella, puedo descubrir hasta
3. Contemplativos en la acción: Prin- su pecado y, por lo • tanto, con la qué punto ha estado habitada por
cipios operativos y vías de acceso. experiencia de autofrustración, Dios, sostenida por él, liberada de
como ya nos recordó San Pablo. hito en hito por su gracia. Orar el
En el fondo, lo que marca la dife- Más al fondo de nuestras obras — pasado, en cuanto es historia de
rencia radical entre la contempla- de las buenas y de las malas—, Dios en mí, es un ejercicio contem-
ción cristiana de Dios y cualquiera somos don de Dios, imagen suya, plativo importante, porque capa-
otra que no lo Sea, es el seguimiento hechura de sus manos, una palabra cita para vivir el presente y el futuro
de Jesús. En ello estamos, unas de amor emitida por Aquel a quie- en la misma clave.
veces trampeando y otras no... A nes Jesús definió como "Abba", Así es como, poco a poco, toda
ello nos seguimos apuntando... Padre. A este dato fontal, anterior a realidad se transfigura para hacerse
Quisiera afirmar, de entrada, que es nustra's obras. —"El nos amó sacramentalmente transparencia de
en la experiencia cada vez más pro- primero"— hemos de dirigir nues- Dios: todo es gracia. «Loado seas,
funda, integrada y fiel de ese segui- tra contemplación. De él dimana la mi Señor, por el hermano sol, la
64
hermana luna...; pero loado seas cándonos a la identificación con El acción" es el corre/ato exacto
también por la hermana enferme- en cuanto Dios que "derroca del de "contemplativos en la ora-
dad, la hermana muerte...» trono a los poderosos y enaltece a ción". Sin lo uno no se da lo
Cuando, en medio de nuestra vida, los humildes, llena de bienes a los otro.
brilla el sol por el día y la paz por la hambrientos y despide sin nada a
noche, allí está Dios como Señor de ricos" (Le 1,52-53); y nos convoca Para ser contemplativos en la
la danza que nos convoca a la ale- también a caminar a su ritmo, no acción hay que ser contemplativos
gría. Cuando falta la luz y nuestro yendo detrás de él o pretendiendo en la oración: eso es lo que quere-
pan son las lágrimas, allí está tam- ponernos delante. mos recalcar en este apartado, aun-
bién El, aunque sea en forma de Contemplar a Dios ahí, oírlo ahí, que también sea cierto lo contrario.
ausencia, provocando la entrega seguirlo ahí... La razón está en que el encuentro
confiada de nuestro futuro en sus Pero Dios está también como un con Dios en la acción no se impro-
manos. "sí" en nuestra situación actual, visa. Si hubo un titmpo en que nos
Que yo soy un don de Dios, que sacramentalmente expresado en los dio por pensar que «toda acción es
mi historia personal es la historia de anhelos de mayor justicia y mejor ya oración», ello no fue más que un
una fidelidad, que todo es gracia..., paz, de que la "vida" sea abundante producto de nuestra ingenuidad;
me parece una importante materia para todos —a comenzar por los porque es ahí justamente adonde
prima de contemplación, una pri- que menos vida tienen—, urgiendo queremos llegar, a que realmente lo
mera vía de acceso a la experiencia la necesidad de articular nuestro sea. No es bueno dar por alcanzado
de ser "contemplativos en la saber y nuestro esfuerzo, la entrega aquello que queremos conseguir.
acción", porque sin ella el mundo de nuestra vida, en la progresiva El solo compromiso no genera,
exterior se entenebrece y nos queda- realización histórica de este sueño pues, la contemplación de Dios y el
mos sin la vivencia personal de la fe de Dios. cumplimiento de su voluntad. Le
que os ayude a vivirlo desde Dios y Contemplar a Dios ahí, oírlo ahí, son necesarias dos funciones cuya
a empujarlo hacia su progresiva seguirlo ahí... realización le está encomendada a
fraternización. Es posible, como señalaba más la oración:
3.2. Dios ama y defiende la vida en arriba, que esta materia de contem- La de vaciarnos de nuestro orgu-
un mundo cuyo encerramiento
en el pecado produce mil for-
mas de muerte.

Este sería un segundo principio


operativo, una segunda vía de
acceso a la experiencia de "contem-
plativos en la acción". Sólo desprendiéndose de todo lo que uno es y tiene, recibirá
Porque el Dios anunciado por todo de Dios en la fe y podrá darse por entero a los
Jesucristo no existe sin el Reino de hermanos en el amor.
Dios; porque el Reino de Dios dice
una relación directa, aunque no sea
exclusiva, con los acontecimientos
históricos; porque la postura de
Dios en ellos es la de «defensor del
huerfano y de la viuda», por eso
emerge Dios hoy en nuestra historia plación —orar la historia de los llo, de nuestros ídolos interiores y
como quien ama y defiende la vida, hombres como historia de Dios— de nuestros prejuicios de grupo o de
en contraposición y discordia con se nos haga más opaca al encuentro clase, que en caso contrario proyec-
todos los ídolos de la muerte. con El que la anterior,. No cierta- taremos fatalmente en nuestra
Contemplar a Dios ahí, oírlo ahí mente porque su presencia sea acción: «La oración nos da a nos-
seguirlo menos densa,sino porque nuestros otros mismos nuestra propia
En nuestra situación actual se ojos están más o menos entrenados medida, destierra seguridades pura-
multiplican las formas de muerte o des-interesados para verla. Por mente humanas y dogmatismos
del hombre y de los pueblos: sobre- eso se hace más urgente convertirla polarizantes y nos prepara así, en
explotación económica del tercer en objeto de nuestra práctica con- humildad y sencillez, a que nos sea
mundo, guerras, torturas, paro, templativa. Porque una relación comunicada la revelación que que
droga, terrorismo, violencia.., ago- con Dios cuyo acceso no pase por la únicamente se hace a los pequeños
nía de toda esperanza. En cuanto contemplación de sus hijos y por la (Le 10,21)» (P. Arupe).
que todas estas muertes no son pro- implicación personal en la creación Y la de contemplar el mundo y su
ducto de la "necesidad", sino de justicia o de injusticia que les dan encomendada transformación con
consecuencia de la adoración de los vida o les mandan a la muerte, deja los ojos del Evangelio: «Vivir hoy,
ídolos de la riqueza, el poder o el de ser auténticamente cristiana. en todo momento y en toda misión,
fanatismo, Dios emerge en ellas el 'in actione contemplativus'
como radical contestación, convo- 3.3. "Comtemplativos en la supone un don y una pedagogía de
65
oración que nos capacite para una Porque su esencia no es la de inqui- la búsqueda del rostro interpelante
renovada lectura de la realidad (de rir escrupulosamente en mis faltas, de Dios en la complejidad de la
toda la realidad) desde el Evangelio sino la de preguntarme con gozo realidad humana y de nuestra
y para una constante confrontación cómo ha pasado Dios hoy por mi implicación en ella, se comprenderá
con el Evangelio» (ídem). vida y qué tipb de escucha y de perfectamente cómo el tema del
Cuando oramos, tenemos que respuesta le he ofrecido. «Pregun- «salir de sí» (de tantas resonancias
hacer más real nuestra oración: éste tarse periódicamente y hasta de bíblicas) es vía de acceso inexcusa-
sería el tercer principio operativo, modo sistemático, después de cada ble para esa experiencia. Hay que
la tercera via de acceso a la expe- jornada o al final de nuestras sesio- entender claramente que ese salir
riencia de "contemplativos en la nes y encuentros de trabajo, sobre del propio amor, querer e interés
acción". la obra que el Espíritu ha hecho en está remitido a la vida práctica, y
Con esa expresión ("más real") nosotros durante ese tiempo, sobre que es a la vez condición y efecto de
se quiere decir que a la oración hay lo que el Señor ha querido signifi- una vida de oración cristiana.
que llevar más vida, más realidad, camos, sobre lo que no hemos El sentido más profundo de la
más "cosa"; y esto tanto cuando obrado según el Espíritu, etc., nos
rezamos nuestro pasado como palabra «abnegación» vendría a
irá poco a poco educando a trascen- significar lo mismo. Más allá de
cuando oramos el futuro de nuestra der los aspectos puramente técnicos
actividad ante Dios. todas sus connotaciones ascéticas y
y seculares de nuestro trabajo y a voluntaristas, el objetivo cristiano
Con respecto a lo segundo, ten- desarrollar nuestra actividad con la
dríamos tal vez que intensificar de la abnegación (Lc 16,24) no está
especificidad que nos es propia en el «niéguese a sí mismo y tome su
nuestro empeño en llevar más a la como compañeros (y seguidores) de
oración aquello sobre lo que nos cruz», sino en el «sígame». Como
Jesús. ¿No es este el más profundo siempre sucede en la vida cristiana,
tenemos que decidir, hacerlo pasar sentido del examen de conciencia
más por Dios, y a nosotros mismos es la presencia de Alguien lo que
ignaciano?» (P. Arrupe). moviliza la respuesta del segui-
con ello. No se cuestiona por eso la
necesidad de los análisis y la auto- miento y los costos personales que
3.4. "Salir del propio amor, querer este seguimiento conlleva. «No
nomía de nuestra acción. Sucede e interés". La abnegación cris-
más bien que el Evangelio -"--fuerza seremos capaces de alcanzar esa
tiana, camino de búsqueda del actitud de discernimiento sin la
de Dios y pobreza de medios a un Otro distinto de mí.
mismo tiempo— nos remite a ellos. abnegación de nosotros mismos, la
Pero el proceso de discernimiento Lo mismo que sucede en el plano cual es fruto del gozo que procede
que lleva a buscar en todo la volun- físico sucede en el espiritual. Si no de la presencia del Reino (Mt
tad de Dios está hecho de momen- sales, no encuentras. El otro (ya se 13,44ss.) y de la progresiva identifi-
tos de oración en los que no sólo trate de una persona o se trate del cación con Cristo. Esta abnegación
tratamos de ponernos en sintonía Señor), tras cuya presencia anda- es la que exigen los Ejercicios: 'salir
con El, vaciándonos de nosotros mos y cuya voluntad queremos del propio amor, querer e interés'
mismos, sino también de presen- conocer, es alguien distinto de mí. (EE.EE ., 189). Sólo desprendién-
tarle el proceso de nuestra bús- Mientras en lo concreto de mi vida dose de todo lo que uno es y tiene,
queda y el resultado de nuestras ande girando en torno a mi mismo, recibirá todo de Dios en la fe y
decisiones, para poder sentir y al mundo de mis impulsos e intere- podrá darse por entero a los herma-
conocer internamente si El las con- ses no evangelizados, no existirá nos en el amor. Sin esto no pode-
firma. posibilidad de tal encuentro. El mos pretender ser internamente
l'or lo que respecta a lo primero otro no se me revela más que libres para servir, es verdad a Quien
(rezar nuestro pasado), ahí está la cuando yo me abro (salgo de mi) a nos llama» (Congr. General 33 de la
machacona insistencia de Ignacio su revelación. Compañía de Jesús, n. 70).
en el «examen de conciencia», tan Si se considera que «contemplati-
mal entendido frecuentemente. vos en la acción» hace referencia a

"Tu rostro buscaré, Señor: mirada que acoge, pasión


por los pobres, palabra que envía. Tu rostro buscaré,
Señor. "No me escondas tu rostro".

66
INDICE

1. JON SOBRINO, Espiritualidad de Jesús


y espiritualidad de la liberación 4
2. JON SOBRINO, La oración de Jesús y
del cristiano 10
3. JON SOBRINO, Espiritualidad y libera-
ción 18
4. LEONARDO BOFF, Contemplativos en
la liberación 29
5. SEGUNDO GALILEA, La liberación
como encuentro de la política y de la
contemplación 35
6. VICTOR CODINA, Aprender a orar
desde los pobres 42
7. FREI BETTO, La oración, una exigencia
política 47
8. JUAN HERNANDEZ PICO, La oración
en los procesos de liberación 52
9. JOSE ANTONIO GARCIA, Contem-
plativos en la acción. Vías de acceso a esta
experiencia 61

e
COLECCION
CUADERNOS
NOTICIAS
OBRERAS

Eifre NOTICIAS
•I

r•--4 ri
LUIS GONZAIEZ-CARVAJAL SANTARARRAIVA,

S DE NAZARET
Y LOS RICOS
E Sag TIEMPO
1,nr Igne,C,onnalr,71,

thre QUITT

Sann
NOTICIAS
•4

r
re-Y re 1 rÁ
MIAu Delell SALAMI;

Lor, ausTuerios LA CRISIS DE LA


Y 131 Luctie IZQUIERDA

etee. 104V AltN. 1 10 g o MS

También podría gustarte