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SULPICIA

Leonor Silvestri
Este fanzine contiene el artículo Sulpicia publicado en el Para saber sobre Leonor Silvestri y sus talleres:
blog Todo nuevo bajo el sol. Socialización de la cultura an-
tigua: la columna de Leonor Silvestri para la Infancia del http://leomiau76.blogspot.com/
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sulpicia.html
Para mis versos escritos tan temprano
Que ni sabía yo que era poeta
Brotados como gotas de la fuente
Como chispas de cohetes

Como pequeños diablos irrumpiendo


En el templo, donde rige el sueño y el incienso;
Para mis versos sobre la juventud y la muerte
Para mis no leído versos,

Dispersos, llenos de polvo, en librerías


Donde nadie los compra, ni los compraba…
Para mis versos, como para noble vinos,-
Su turno llegará.

Mariana Tsvietátieva

I
Si yo dijera que el papel de la mujer en la literatura antigua es
casi inexistente todo el mundo, o casi, estaría de acuerdo. Esto
ocurre debido a la confusión entre cantidad conservada y cali-
dad. De las mujeres, sólo Safo ha logrado incorporarse al canon
de la literatura grecolatina y eso si aceptamos como críticos dar
por finiquitada la cuestión de la sexualidad de su Yo poético
que nos serviría para pensar el autobiografismo en la antigüe-
dad (y no sólo como testimonio rudimentario de si había o no
mujeres homosexuales en la Hélade). Todavía recuerdo como se
me dijo que Safo no era de ninguna manera gay porque tenía
hijos y marido, después de habérseme insistido machacona-
mente en la profesión de mercenario de Arquíloco tal cual es-
taba atestiguado por sus poemas; o sea: ¿un poema puede ser
leído en clave biográfico-confesional y otro no? Parece que eso
depende de qué diga el poema. La afirmación “no hay mujeres
que escriban en la antigüedad” es sólo cierta a medias. ¿Acaso
no existen fragmentos de poetas griegas (Nossis, Corina, Any-
te, Praxilla, Telessila[2]) que no son generalmente estudiadas
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por escasas cuando se elaboran teorías, se otorgan becas y se [45] El subrayado es nuestro.
aprueban proyectos que tienen como objeto de estudio a pro- [46] Todas las referencias fueron consultadas con Short & Lew-
fusamente fragmentados autores varones? Sin embargo, mien- is, A Latin Dictionary, Oxford, 1996.
tras Safo exista tenemos que sostener la posibilidad de que las [47] Green, E., “Elegiac woman. Fantasy, Materia and Male de-
mujeres sí escribieron en la antigüedad. Cómo, cuánto y en sire in Propertius 1.3 and 1.11”, AJPph 116, 1995, p.303.
qué medida, esa es otra cuestión. Pero si vamos a desestimar a [48] Keith, A., 1997, p. 296.
las mujeres escritoras de la antigüedad por pocas entonces no [49]Green,E., 1995, p.304.
deberíamos estudiar a Alfonsina Storni o Nora Lange[3]. [50] Green, E., 1995, p. 307.
Esta situación no es privativa de los estudios del mundo greco- [51] Molina Petit, C., 1994, p.263.
latino, sino también de la literatura contemporánea y moderna. [52] Cantarella, E., Pasado Próximo. Mujeres romanas de Táci-
Simplemente compárese en cantidad cuantos autores se es- ta a Sulpicia, Cátedra, Madrid, 1997, p. 184.
tudian en la carrera de Letras de la UBA con la cantidad de au- [53] “¡Qué narre mis goces quien no haya tenido los propios!
toras y la diferencia salta a la vista. Una respuesta casi inme- Hubiera yo querido no enviar nada en unos escritos sellados,
diata sería que se estudian menos mujeres porque son menos, para que nadie me los lea antes que aquel que es mío, pero me
lo cual es, otra vez, inexacto, puesto que las mujeres no somos alegra haber cometido esa falta.”
una minoría, sino una mayoría que no está en condiciones de [54] Silvestri, L., “Los amores felices no tienen historia. Recuer-
igualdad contra una minoría (varón, blanco, burgués) que se do, Olvido, Identidad en Catulo 8 y 76”, Actas del XVII Simposio
encarga de administrar los bienes simbólicos y materiales de Nacional de Estudios Clásicos, Bahía Blanca, 2003.
todos. La otra respuesta tiene que ver con la calidad literaria [55] Maxwell, M., “H. F.: Pound’s Sulpicia”, Arion, Vol 10, N° 2,
de las mujeres: se piensa usualmente que las escritoras no son 2002, pp 15-48.
tan buenas autoras como sus pares varones. Y es en esa in- [56] Waltz, P., Anthologie Grecque, Tome II, Livre V, Les Belles
stancia donde se logra legitimizar la inferiorización de la mujer Lettres, 1990.
en la literatura y no mediante en el exhaustivo análisis consen- [57] “Nada es más dulce que el deseo, ninguna felicidad ocurre
suado de su producción. A través del borramiento de su lugar después del amor, escupo de mi boca incluso la miel.”
dentro de la cultura letrada se logra afirmar lo que no es nunca [58] Mallol, Anahí, 2004, p contratapa.
una verdad sin más. Otra vez, no hay mujeres en la literatura
porque son peores escritoras que los varones. Suena a una afir-
mación que se auto-realiza, que se auto-cumple. No estudio a
las mujeres escritoras porque no las hay, no las hay porque no
son buenas o no podían escribir, entonces no las estudio. No
hay mujeres en la literatura antigua porque se les resta poder a
su literatura, como estoy segura ocurre en el caso de Sulpicia,
la única mujer conservada que escribió en Roma, porque se la
vuelve invisible como productora de cultura letrada. Es fácil
ver como Sulpicia desaparece de los programas de latín de la
universidad, es también fácil ver como ni siquiera se la llega a
nombrar así más no sea como contra ejemplo. Los intereses de
la literatura clásica en la Argentina están cada vez más aleja-
dos de la investigación que tenga por objeto la escritura de las
mujeres que no es lo mismo que el discurso masculino acerca
2 19
[36] “Convocada por mis poemas, Citerea, lo trajo y lo dejó den- de la mujer, como lo evidencia la clara conciencia de esos libros
tro mi falda.” Las citas en latín de Sulpicia son de Tibullli alio- que en nuestro país suponen presentar un interés por el mun-
rumque carminum libri tres, Percival, John, Oxford, 1959. do de las mujeres[4]. La mujer o las mujeres se constituyen
[37]“¡Qué narre mis goces quien no haya tenido los propios!” como dominio aparte, separado de los estudios sobre los otros
[38] “Y llegó con tal fuerza que me da más vergüenza haberlo grupos sociales. Como dice Gillian Clark “¿se puede hoy escrib-
ocultado que haberlo mostrado” ir la historia de la Antigüedad haciendo abstracción de la “histo-
[39] “Se dirá de mí que digna estuve con un hombre digno.” ria de las mujeres?”[5]. ¿Pero que significa hacer historia sobre
[40]“Una Venus furtiva es agradable al varón y también a la mujer, la abstracción de los temas, los métodos y las problemáticas
pero el varón lo disimula mal, y ella lo desea más a escondidas.” que la “historia de las mujeres” ha suscitado? Puesto que la es-
[41] Molina Petit, C., Dialéctica feminista de la Ilustración, Anthro- critura es un oficio de varón desde su género morfológico
pos, Madrid, 1994, p.115.
entonces no hace falta estudiar la escritura de mujeres porque
[42] mi amada crea de mi talento.
[43] “Ofrécete como fértil material para mis poemas: surgirán versos no escribían literatura. Esta tendencia implica volver invisibles
dignos de quien los causa. Tiene su nombre Io que se horrorizó de las formas públicas de escritura que las mujeres han ejercido
sus cuernos por la poesía, y aquella a la que el adultero engañó como durante mucho tiempo y siguen ejerciendo. De hecho, en esos
ave fluvial, y la que sobre el mar montando un toro en apariencia se pocos acontecimientos editoriales donde se estudia el discurso
agarró a los cuernos retorcidos con su mano virginal, se nos catará a femenino en la literatura grecolatina no hay una sola ponencia
nosotros también por todo el orbe y siempre mi nombre estará unido que se dedique a la única mujer conservada que escribió lit-
al tuyo.” eratura en Roma. Se habla del discurso de Cintia, el discurso
[44] Ovide, Les Métamorphoses, Texte établi et traduit par G. Lafaye, de las mujeres, el discurso femenino en… etc. En cambio, los
Paris, Les Belles Lettres, 1994 (Tomo I), 1995 (Tomo II), 1991 (Tomo estudiosos de la literatura griega suelen presentar abundante
III).
interés al menos por Safo. Más aun, parece que las mujeres
[45] El subrayado es nuestro.
[46] Todas las referencias fueron consultadas con Short & Lewis, A modernas argentinas suelen no poder parir solas este tipo de
Latin Dictionary, Oxford, 1996. libros puesto que se invita a participar a un selecto grupo de
[47] Green, E., “Elegiac woman. Fantasy, Materia and Male desire in varones, catedráticos sin duda alguna de primer nivel, quienes
Propertius 1.3 and 1.11”, AJPph 116, 1995, p.303. garantizan que el libro no sea “feminista” (palabra que bien
[48] Keith, A., 1997, p. 296. hacen en no mencionar, porque interesarse por las diferencias
[49]Green,E., 1995, p.304. genéricas no implica de modo alguno querer cambiar la su-
[50] Green, E., 1995, p. 307. jeción de la que las mujeres son víctima o ni siquiera no estar
[51] Molina Petit, C., 1994, p.263.pos, Madrid, 1994, p.115. de acuerdo con ella) y que su nivel sea realmente bueno, para
[42] mi amada crea de mi talento. que nadie diga que es un aquelarre en vez de una obra crítica.
[43] “Ofrécete como fértil material para mis poemas: surgirán Por otra parte, no se dedica una sola comunicación a los otros
versos dignos de quien los causa. Tiene su nombre Io que se géneros femeninos, a saber la representación del lesbianismo
horrorizó de sus cuernos por la poesía, y aquella a la que el en la antigüedad, como si eso no fuera parte de lo que se dice
adultero engañó como ave fluvial, y la que sobre el mar montan- acerca de las mujeres.
do un toro en apariencia se agarró a los cuernos retorcidos con Este tipo de velos, mejor dicho de operaciones de tendido de
su mano virginal, se nos catará a nosotros también por todo el velos, son los que impiden ver si realmente tal funcionamiento
orbe y siempre mi nombre estará unido al tuyo.” operaba en su momento histórico, suponiendo al menos que
[44] Ovide, Les Métamorphoses, Texte établi et traduit par G. Sulpicia era miembro de una “sociedad” de escritores, a saber,
Lafaye, Paris, Les Belles Lettres, 1994 (Tomo I), 1995 (Tomo II), El Círculo de Mesala. Las preguntas que inmediatamente aflo-
1991 (Tomo III). ran en mi mente y que los estudiosos del período (de Tibulo,
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de Ovidio, etc.) no me saben responder con el rigor que sí me [20] Keith, A., 1997, p: 295.
pueden responder otros interrogantes intertextuales, es ¿has- [21] Halett, J. “The role of women in roman elegy: counter-cul-
ta qué punto Sulpicia era considerada una “mascota” por sus tural feminism”, Peradotto, John & Sullivan, J. P. (eds), 1984,
pares varones, no era considerada para nada, era una rara p:241.
avis, o se la tenía en cuenta en la trama de los textos de los [22] Veyne, P., Roman Erotic Elegy, Love, poetry and the West,
otros poetas? Retomaré esta cuestión más adelante porque de- The University of Chicago Press, Chicago.
pende de estas respuestas poder empezar a considerar si can- [23] Veyne, Paul, p. 172
tidad de textos hasta ahora sin autor no habrán sido escritos [24] Lejeune, P., Le Pacte autobiographique, Seuil, 1975.
por mujeres. [25] Keith, A., 1997.
La primera parte de este trabajo será asentar nuestras bases [26] Davis, C., 1973, p. 32.
ese “borramiento” del
teóricas para afirmar como [27] Davis, C., 1973, p.34.
[28] Mallol, A., El poema y su doble, Simurg, Buenos Aires,
papel de la mujer dentro de la cultura 2004.
letrada grecolatina por parte de los es- [29] Roessel, D., “The significance of the name Cerinthus in the
tudios modernos es una construcción y no una poems of Sulpicia”, TAPA 120, 1990, p. 243.
situación resultado de una verdad fáctica que se entiende como [30] Roessel, D., 1990, p.245.
que las mujeres no escribían literatura o, si lo hacían, no vale [31] Semónides, On Women, Females of the species, Lloyds
la pena estudiarlas dentro del marco de la crítica literaria por Duckworth Jones, H., London, 1975: “A la décima mujer, Zeus
la calidad de su material y entonces quedan como documento la creó a partir de una abeja. Quien la consiga será feliz. Pues
(en el mejor de los casos) para otras disciplinas. La segunda sólo a ella la murmuración no se le acerca y gracias a ella flo-
parte tendrá que ver con dar a conocer a Sulpicia como poeta rece y crece la vida. Ella amante va envejeciendo junto a su
del s I a C, miembro de un grupo de poetas con los que dialoga- esposo amante, tras concebir una familia bella y de buen nom-
ba intertextualmente y esto a partir del estudio formal de su bre. No sólo se distingue entre todas las mujeres sino también
breve pero denso corpus de poemas conservados al día de hoy. nosotros la rodeamos cual gracia divina. Tampoco le agrada
Sulpicia no será ni vista en esta comunicación en los términos estar sentada entre las otras mujeres donde cuentan histo-
que plantea Alison Keith[6], como “evidencia” para abrir una rias amorosas. Zeus como don obsequia a los varones mujeres
instancia alternativa acerca de la sexualidad en Roma, sino en tales, las mejores y las más discretas”. Todas las traducciones
su dimensión estilística. de este trabajo son mías.
No obstante vale la pena aclarar que hablar la experiencia de [32] Roessel, D., 1990, p. 245-6.
la literatura de mujer en la antigüedad grecolatina significa un [33] “Que la cera derretida sobre lisas tablitas tiente el vado,
acto de propia afirmación y empoderamiento (empowerment) que la cera sea la primera cómplice de tus propósitos, que lleve
que implica hacerlo desde la variedad lingüística en que la au- tus dulces palabras y aquellas que imiten a los que están en-
tora, o sea yo, hablo, pienso, siento y sufro: el español del Río amorados, y sea quien fueres, agrega no pocas súplicas”. Las
de la Plata, bajo el sociolecto, el idiolecto y el cronolecto que me citas de Amores y Ars Amatoria fueron tomadas de P. Ovidi
caracterizan como la mujer que nací y he llegado a ser. Este Nasonis, Amores, Medicamina Faciei Femineae, Ars Amatoria,
estilo de escritura, que bien puede molestar a más de un o una Remedia Amoris, Kennedy, E. J., Oxford, 1995.
purista, es el mismo que autoras tales como Irgaray, Kristevas [34]“Le confíe a estas mi amor, estoy loco, y les he dado suaves
o Cixous en el francés, el feminismo de la igualdad, la difer- palabras para que le entreguen a mi dueña.”
encia, lesbiano, negro o chicano en Estados Unidos, de claro [35]“¿Por qué confié tan rápidamente a unas apresuradas tab-
corte intimista, utilizan en sus comunicaciones académicas y lillas las palabras que debí ocultar?”
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[3]Recientemente, en el Congreso de la Federación Internacio- y de divulgación, sin diferenciación taxativa.
nal de Estudios Clásicos (FIEC) llevado acabo en Ouro Preto ,
Brasil, un prestigioso catedrático argentino dictó una maravil-
losa conferencia de 30 minutos sobre las influencias de la liter- ________
atura grecolatina en la literatura contemporánea argentina (es-
pecialmente producción poética y traducción) sin mencionar ni Para nosotras la tierra prometida no reside en la universalidad
una sola vez el nombre de una sola mujer (poeta o traductora). serena e indiferenciada de los textos,
[4] El discurso femenino en la literatura grecolatina, eds. Ca- sino en el tumultuoso e intrigante desierto de la diferencia mis-
ballero, E.; Huber, E.; Rabaza, B., Homosapiens, Rosario, 2002, ma.
p. 7: “…como dice Lía Galán … “Hablar de discurso femenino
en la antigüedad…significa normalmente referirse al discurso Elaine Showalter
masculino acerca de la mujer, sea como forma discurso va tem-
atizada sea con recurrencia a la tercera persona…””
[5]Historia de las Mujeres, Duby, G. & Perrot, M., Taurus, Ma-
drid, 2000, p. 564.
[6] Keith, A., “Tandem venit amor: a Roman woman speaks of II
Love”, Roman Sexualities, Hallet & Skinner, Princeton Univer-
sity Press, New Jersey, 1997.
[7] Chartier, R., El mundo como representación, Gedisa, Barce- Podemos comenzar por hacer notar cómo los valores imper-
lona, 2002, p.51. antes de nuestra sociedad (androcéntrica) se reproducen al in-
[8] Bourdieu, P., La dominación masculina, Anagrama, Barce- terior de la práctica literaria y de su estudio, y se reproduce
lona, 1999, p.8. así la segregación de la que, estoy segura, son víctimas esas
[9] Bourdieu, P., 1999, p. 12. mujeres que coordinan los grupos de investigación y las cáte-
[10]Otramente: lectura y escritura feministas, Fe, M. (coordina- dras de latín y griego mediante el establecimiento de una jer-
dora), Fondo de Cultura Económica, México,1999, p. 117. arquía donde se llega a realizar estudios de género y publicar
[11] Duby & Perrot, 2000, p. 555. libros bajo ese tema sin ni siquiera mencionar que al menos
[12] Duby & Perrot, 2000, p. 556. hubo una mujer que escribió literatura en Roma a la par de
[13]Duby & Perrot, 2000,p. 559. los varones, o sin siquiera demostrar lo contrario, como si no
[14] Gold, B., “But Ariadna was never there in the first place: fuera necesario, naturalizando la construcción de ese “no hace
Finding the Female in roman poetry”, Feminist theory and the falta”. Partimos todos de la base de que puesto que Sulpicia es
classics, Sorkin Rabinowitz, N. and Richlin, A. (eds). NY, Rout- mujer, y que como sólo hay un breve corpus entonces es lógi-
ledge, Great Britain, 1993, p. 75. camente más pobre. Se la pesa no se la sopesa. Con Sulpicia
[15]Hallett, J., “Feminist Theory, Historical Periods”. Sorkin no hemos llegado ni donde se ha llegado con otros escritores: a
Rabinowitz, N.and Richlin. A. (eds). 1993: p.51. fundamentar su “inferioridad”, en la cual de más está decir yo
[16] Luck, G, The Latin Love Elegy, London, 1959, p.95. no creo, filológicamente hablando.
[17] Davies, C., “Poetry in the ‘Circle’ of Messalla”, Greece Entonces, nuestro primer presupuesto fuerte es que hay que
&Rome, Oxford, 1973, Vol XX, p. 25,31. considerar “… la operación de construcción de sentido efectuada
[18] Davies, 1973, p. 32. en la lectura (o la escucha) como un proceso históricamente de-
[19] Davies, 1973, p. 34. terminado cuyos modos y modelos varían según el tiempo, los lu-
[20] Keith, A., 1997, p: 295. gares y las comunidades”[7]; lo cual justifica que al estudiar los
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los poemas de Sulpicia no se puede aislar su análisis de la Women in Classical Antiquity. Shocke Books.New York. 1975.
cultura de la que forman parte los modelos críticos que se es- Semónides, On Women, Females of the species, Lloyds Duck-
tán utilizando para enfrentarse a su corpus puesto que la con- worth Jones, H., London, 1975:
strucción de significado ocurre, como creemos, en la instancia Short & Lewis, A Latin Dictionary, Oxford, 1996.
de la recepción; pero no sólo a nivel interpretativo individual Sorkin Rabinowitz, Nancy and Richlin, Amy, Feminist theory
sin duda productor de significado, sino al nivel de la(s) teoría(s) and the classics, (eds). NY, Routledge, 1993, p. 75.
que construyen de antemano incluso esa recepción interpre- Percival John, Tibullli aliorumque carminum libri tres, Ox-
tativa. Lo que estoy queriendo decir es que la aceptación o no ford, 1959.
de los poemas de esta autora o de las cuestiones que giran en Veyne, Paul, Roman Erotic Elegy, Love, poetry and the West,
torno de ella más tienen que ver con el marco teórico previo que The University of Chicago Press, Chicago.
luego se utilice para enfocarla, lo cual permite ver, o no, de- Waltz, Pierre, Anthologie Grecque, Tome II, Livre V, Les Belles
terminados aspectos; marco teórico que en muchos casos sólo Lettres, 1990.
funciona como una falsa conciencia automática. Por otra parte,
si queremos acercarnos a la escritura de la mujer en la antigüe- Artículos
dad debemos recordar antes que todo y principalmente, como
nos dice Bourdieu, que lo “… que en lo que la historia aparece Davies,Ceri, “Poetry in the ‘Circle’ of Messalla”, Greece
como eterno sólo es el producto de un trabajo de eternización &Rome, Oxford, Vol XX, 1973.
que incumbe a las instituciones (interconectadas)…”[8]. Esto nos Green, Ellen, “Elegiac woman. Fantasy , Materia and Male
permite dudar si habrá sido tal cual como nos quieren hacer desire in Propertius 1.3 and 1.11”, AJPph,1995.
creer aquello de que no hubo mujeres escritoras en la antigüe- Maxwell, Mary, “H. F.: Pound’s Sulpicia”, Arion, Vol 10, N°
dad. Quizás sea ahora que no hay escritoras de la antigüedad, 2, 2002.
pero si las hubo. ¿Cuánto tendrá que ver la construcción pos- Roessel, David, “The significance of the name Cerinthus in
terior de ocultamiento de estas mujeres escritoras que aun no the poems of Sulpicia”, TAPA 120, 1990.
ha terminado, y del cual tenemos que estar al sobre aviso? Con Silvestri, Leonor, “Los amores felices no tienen historia. Re-
esto no quiero decir que había tantas mujeres escritoras como cuerdo, Olvido, Identidad en Catulo 8 y 76”, Actas del XVII Sim-
varones, ni que las niñas griegas y romanas recibían la mis- posio Nacional de Estudios Clásicos, Bahía Blanca, 2003;
ma educación literaria que sus pares varones, tan sólo estoy Silvestri, Leonor , “Yo es otra: una única mujer escribe en
simplemente conjeturando que quizás no estemos dispuestos a Roma”, en Música Rara, Octubre , 2004, Buenos Aires.
barajar la variable de que las mujeres en la antigüedad sí escri-
bieron literatura como escritoras. La violencia simbólica que Notas
sufren las mujeres escritoras de la antigüedad (y no sólo
ellas) es mucho más efectiva que otro tipo de violencias
[1] Una versión preliminar de este articulo fue publicado en
porque es “…violencia amortiguada, insensible, e invisible para
Cuadernos del Sur, publicación de la Universidad del Sur, en
sus propias víctimas, que se ejerce esencialmente a través de
Bahía Blanca, en 2006. Mi agradecimiento al editor Emilio
los caminos puramente simbólicos de la comunicación y del con-
Zaina, quien me encargara este trabajo, y decidiera publicarlo
ocimiento, más exactamente, del desconocimiento...”[9]. Como
a pesar de las críticas negativas del referato español que crítico
dijimos antes, incluso las víctimas de tal violencia simbólica,
la posición feminista de este paper.
en este caso las mujeres modernas, muchas veces se convier-
[2] A Book of Women Poets from Antiquity to Now, Barnstone,
ten en vehículo y medio activo de la misma violencia para con
A. & Barnstone, W. (eds), Shocken Books, New York, 1980.
otras mujeres vivas y muertas. Por eso no creo que sólo las
6 15
mujeres puedan teorizar su opresión puesto que si esas
mujeres no tienen conciencia de género difícilmente exper-
imenten la opresión aunque la estén viviendo. Las mujeres
se quedan afuera de la historia y su literatura fuera del análisis
no siempre a causa de las conspiraciones “malignas” de los
varones sino porque a muchas mujeres les gusta pensarse en
términos centrados en el varón y su literatura y siguen pensan-
do, aunque no lo digan porque les dé vergüenza, que la ciencia
es más importante que las disciplinas humanísticas (y por eso
está perfecto que en un país pobre como el nuestro cualquier
Bibliografía
cosa que maneje casuística y estadística reciba más subsid-
ios que el arte y la literatura), que los varones son más aptos
Barnstone, Aliki & Barnstone, (eds), Willis A Book of Women
para estudiar ciencias que las mujeres que se deben conformar
Poets from Antiquity to Now, Shocken Books, New York, 1980.
con las disciplinas humanísticas (junto con los varones homo-
Bourdieu, Pierre, La dominación masculina, Anagrama, Bar-
sexuales y/o “débiles”), y que la literatura fundamental de to-
celona,1999.
dos los tiempos es un asunto de varones. Por eso, a diferencia
Cantarella, Eva, Pasado Próximo. Mujeres romanas de Tácita
de Patrocinio Scheweickart que nos dice que “La mujer misma
a Sulpicia, Cátedra, Madrid, 1997
debe hacerse cargo del estudio de la mujer”[10], yo soy más
Catelli Nora, El espacio autobiográfico, Editorial Lume, Bar-
pesimista y me pregunto para qué cuando algunas de nosotras
celona,1986.
no han llegado, ni nunca lo harán, a la conciencia de género.
Chartier, Roger, El mundo como representación, Gedisa,
Pauline Pantel nos cuenta que Marilyn Skinner cuestiona “…
Barcelona, 2002.
en un tono no exento de provocación, si las feministas deben
Duby, Georges & Perrot (eds.) Michelle, Historia de las Mu-
perder tiempo en estudiar la represtación androcéntrica de las
jeres, Taurus, Madrid, 2000.
mujeres como Otras, representación forjada exclusivamente por
Fe, Marina, (coordinadora), Otramente: lectura y escritura
los varones”[11]. La idea entonces es no sólo insertar a Sulpi-
feminista, Fondo de Cultura Económica, México,1999.
cia, que aquí vale como muestra de estudios sobre la mujer y
Hallet &Skinner, Roman Sexualities, Princeton University
su escritura en la antigüedad grecolatina, en la globalidad de
Press, New Jersey, 1997.
la historia sino también crear un aparato teórico que dé cuenta
Lejeune, Philippe, Le Pacte autobiographique, Seuil, 1975.
de su historia literaria y de sus relaciones sociales. No es evi-
Luck, G, The Latin Love Elegy, London, 1959.
dente para todos qué quiere decir “sociales” cuando hablamos
Mallol, Anahí, El poema y su doble, Simurg, Buenos Aires,
de relaciones sociales de sexo, o sea que la dominación de las
2004.
mujeres es una expresión, entre otras, de la desigualdad de las
Molina Petit, Cristina, Dialéctica feminista de la Ilustración,
relaciones sociales y que se puede comprender, estudiar y de-
Anthropos, Madrid, 1994.
terminar sus mecanismos, para combatirlos en última instan-
Ovide, Les Métamorphoses, Texte établi et traduit par G. La-
cia puesto que no son ni universales, ni naturales, ni eternos.
faye, Paris, Les Belles Lettres, 1994 (Tomo I), 1995 (Tomo II),
En nuestro país, dentro de los estudios clásicos, el término
1991 (Tomo III).
gender (género) suele sólo utilizarse para designar el simple
P. Ovidi Nasonis, Amores, Medicamina Faciei Femineae, Ars
hecho de que hay varones y mujeres, como división sexuada,
Amatoria, Remedia Amoris, Kennedy, E. J., Oxford, 1995.
descriptiva y neutra mientras que para Joan Scott, el uso del
Pomeroy, Sarah B, Goddesses, Whores, Wives and Slaves.
término gender sirve para negar el determinismo biológico im-
14 7
dentro de la cual debe ser leída y que ilumina su poética. No es
esta la actitud de un amateur genial, sino la de una poeta que
sabía muy bien cual quería que fuera su lugar en la literatu-
ra, quieran los estudiosos incorporarla o no. ¿Pero qué es más
importante en un texto: lo que ese texto dice a primera vista, o
se puedo decir en él, de él, por él? Los poemas de Sulpicia son
textos que permiten hablarlo, que nos demuestran que el pacto
autobiográfico que logra la poeta con su público sólo puede ser
el resultado de un entramado de efectos retóricos artificiales y
construidos que dé cuenta una vez más de que el referente de
la literatura es la literatura misma dentro una red textual que
los críticos le han negado, y le niegan. Su confianza en publicar
su “amor” (sus poemas), hacerlos públicos, exponerlos a todos
tiene que ver con su confianza en sí misma como poeta que
muchas mujeres como especialistas en literatura grecolatina
todavía no lograron tener y por eso deben estudiar escritores
varones que las legitimen filológicamente. No es ese nuestro
caso, no es cierto, Sulpicia?

implícito en el uso de sexo y diferencia sexual [12]. El cambio


de categoría de sexo a género permite explorar el condi- _____________________________________________________________
cionamiento socio-histórico, cultural, literario y las repre-
sentaciones de los seres humanos de manera más signifi-
cativa.
Son muchas las estudiosas (Cullham, Wagner, Lissarrague,
etc) que instan a rever el modelo de público/varón vs. priva-
do/mujer, repensando cuál sería la percepción de las mujeres
de esos dos espacios, poniendo a prueba el modelo vigente de
oposición entre un espacio doméstico/femenino y un espacio
público/masculino. Josine Blok muestra cómo la manera en
la que concebimos el lugar de la mujer antigua deriva de la
distinción moderna entre lo público y lo privado[13]. Hablar en
términos de género es comprender que hay construcción apun-
talada en el falso determinismo biológico sobre la diferencia
dicotómica de los sexos que contagia todas las otras esferas de
la vida de los sujetos, implicándolas. Por tanto, la crítica liter-
aria feminista debería desarrollarse hacia la creación de nuevos
modelos teóricos que estudiaran la experiencia de la mujer des-
de el análisis de los sujetos lingüísticos y el problema del len-
8 13
del amor, madre del fundador mitológico de Roma, no es ociosa guaje para ver como las mujeres ganan control sobre el len-
si pensamos en otra poeta antigua, Nossis[55], que vivió al final guaje masculino más que analizar la experiencia masculina
del siglo IV y comienzos del III; y compuso poesías líricas y ep- para tratar de entender la presentación de las mujeres en sus
igramas que ella misma compiló para su publicación tal como textos[14]. Asimismo, deberíamos aceptar, al analizar las car-
se nos dice en la Antología Griega[56]. Nossis dice: àAdion ou) reras literarias de las escritoras, que existen factores históri-
de\n eÃrwtoj: aÁ d’ oÃlbia, deu/tera pa/nta/e)sti¿n: a)po\ cos y políticos que imponen cierta construcción literaria de los
sto/matoj d’ eÃptusa kaiì to\ me/li[57] . La poeta griega hace cánones [15] literarios y de pensamiento. Reclamar, recordar
mención a la dulzura de la miel, más amarga que el deseo y por y dar voz a nuestras predecesoras cuya experiencia literaria
eso la escupe. Si damos todo esto por cierto el lugar del poema ha sido suprimida, olvidada, distorsionada o desaparecida no
13 se torna plurisignificante, y puede jugar apo koinou entre el es una cuestión menor, especialmente para países como los
final y el principio: Venus la premia después de haber cantado nuestros, con miles y miles de voces ausentes, desde pueblos
el amor (conjetura de la supuesta posición final del poema 13), originarios hasta generaciones enteras de luchadores.
o Venus la premia con la capacidad de escribir sobre el amor
cosa que ella hace a partir de ese poema (posición actual del _______
poema13)
It would be worth ten years of a man’s life to translate Catul-
_______ lus, or Ovid, or perhaps Sulpicia

Ezra Pound
…el movimiento hipnótico de la Bic sobre mi libreta bloquea el
recuerdo de su olor.

Copi III
El llamado Ciclo de Sulpicia ha llegado hasta nuestros días en el
VI corpus de poemas del poeta elegíaco Tibulo, más exactamente
forma parte del libro III de este poeta, y consta de un grupo
de poemas (13 al 18) a modo de epístolas literarias breves o
Nuevamente Mallol es la que pregunta “¿Quién vive en la escrit- epistulae amatoriae. Estos poemas se encuentran colocados en
ura, qué alienta en un poema, anterior a cualquier poética y más una “gran bolsa de gatos” llamado Corpus Tibullianum, donde
allá de ella? Cada poema tiene su doble, previo a su creación y también se encuentran otros 4 poemas (8-12), cuya autora/
posterior a su lectura… Cada poema habla de sí mismo y de otra autor no conocemos, y que la tienen a Sulpicia como tema y
cosa al mismo tiempo….[58]” Cerinthus, la sustancia del panal, personaje principal. Luck[16] cita la opinión de Lachmann de
el símbolo de la sociedad perfecta y de la mujer perfecta, es aquí que el Corpus Tibullianum fue publicado a partir de los “archi-
la significación literaria de la mujer que escribe teniendo vos” de Mesala como una especie de memorias, “the bad and
como medium a un varón y escribe para varones y mujeres the mediocre together with the good”. Ceri Davies se refiere a
acerca del amor. Ligada a una tradición poética vasta que no este tercer libro como el de “minor littérateurs” que escribieron
le es ajena, Sulpicia hace funcionar a su “muñeco”/ poema/ “unambitious poems”[17].
partenaire como el fractal que activa la galería de espejos Sulpicia ha sido perfectamente identificada como la hija de Ser-
12 9
vio Sulpicio Rufo y de Valeria, hermana de Mesala Corvino. en los fragmentos que trabajamos de Sulpicia. Al ser la “cera”
Huérfana de padre, su tío, Mesala, fue su tutor, lo que apar- el sirviente de su práctica literaria, su medio, su tema y su
entemente le permitió estar en el epicentro de la creación lit- amado, Sulpicia ejercita un control inusitado sobre su arte
eraria de su momento sumado a una posición privilegiada en poética, impensable para una docta puella elegíaca que debe
cuanto a su libertad y la holgura de su condición económica. ser tema sujeto a la escritura del varón. La elección del nom-
Sulpicia pierde en general las características propias del género bre de su partenaire poético no puede sino responder a fines
literario al que pertenece porque suele ser sacada de su grupo estilísticos que incluso nos permite pensar desde el punto de
literario puesto que es considerada, el mejor de los casos, una vista exegético la cuestión del orden de la circulación de los
autora “menor”. Davies[18], a pesar de que afirma que los po- poemas de Sulpicia que nos llega hasta nuestros días. Según
emas más interesantes del Corpus Tibullianum para iluminar Cantarella, el orden originario de las poesías se determinaría
las relaciones dentro del grupo son los de Sulpicia, los define partiendo de una fase inicial en la cual el amor de Sulpicia era
como de un nivel “unambitious” (“sin ambición), “uninhibited” desconocido para todos, para pasar después por un período en
(desinhibidos), con un tratamiento no académico, “light poet- el que ella se interesaba en ocultarlo, y llegar finalmente a la
ry” (poesía ligera) , de una importancia “so personal” (tan per- fase conclusiva de la declaración pública, ostentosa y provo-
sonal) que no se pude suponer que intenten nada más que cadora, de sus sentimientos y de su relación[52] como vemos
escribir poesía como un pasatiempo y como “ephemeral dilet- en el poema 13.5-ss: mea Gaudia narret,/dicetur si quis non
tantism[19]” (efímero diletantismo). ¿Por qué la poesía de esta habuisse sua./ non ego signatis quicquam mandare tabellis,/
nena (“girl”, tal cual la llama Davies), puede ser calificada de me legat ut nemo quam ante, velim,/sed pecasse iuuat[53]. Si
esta manera es una cuestión que el crítico no menciona? El seguimos a Cantarella entonces el primer poema del ciclo es
discurso de Sulpicia ha sido raramente mencionado en los de- en realidad el último. Ahora bien, si aceptamos que uno de los
bates sobre la ideología agustal de la sexualidad quizás porque temas fundacionales de la poesía amatoria es la imposibilidad
la perspectiva acerca de las mujeres es frecuentemente consid- de hablar del amor y de las dificultades de concretar el en-
erada bajo la historia de las ideologías de los varones[20]. Sin cuentro amoroso porque el único amor posible en términos de
embargo, debemos aceptar que los poemas de Sulpicia son, nos material poético es el amor imposible[54] entonces abonamos
guste o no, lo único que nos queda escrito por una poeta acerca la hipótesis que sostiene que la poesía introductoria del ciclo
de la sexualidad y el amor en la antigua Roma. Hallet afirma, de Sulpicia debería estar en realidad en último lugar: luego de
basándose en el estudio de las inscripciones en las tumbas que Sulpicia logre su amor, se acaba el tema de su poesía. No
latinas, que “Women were not as a rule admired for their indi- obstante, si, como suponemos, la elección del nombre “Cerin-
vidual qualities, much less permitted to function autonomously thus” funciona como metáfora de la escritura y asimismo la
or esteemed for so doing[21]”. Sin embargo, creo poder afirmar palabra “cura”, que aparece en los poemas 16, 17 y 18, se rel-
que aun hoy desafiar las expectativas de la que, en última aciona con la “cera”, la preocupación de Sulpicia no es sólo su
instancia, es todavía una sociedad desigual e hipócrita amor por el varón, como tontamente gusta la crítica referirse
sigue sin ser apreciado y de allí que no se estimule el estudio a sus poema, sino también por sus poemas, su arte. Venus y
y re-descubrimiento de esta poeta. Amor son los encargados de entregarle no sólo la pasión de
Por otra parte, Sulpicia presenta otra característica interesante Cerinto sino también la capacidad de escribir acerca de él, de
que ha hecho y sigue haciendo confundir las bases teóricas darle la cera, las tabellae que coloca en su regazo para escribir
para el análisis de su obra, a saber: la aparición de su firma, acerca del amor (13, 4: attulit in nostrum deposuitque sinum),
“Sulpicia”, de su momento autobiográfico, y la de su amado, donde sinum equivale al regazo donde se apoya la tablilla para
“Cerinthus”, al estilo de los elegíacos. ¿Pero se puede consider- escribir. Venus y no la musa es la encargada de juzgar la labor
ar la poesía de Sulpicia como autobiográfica? Además su falta de Sulpicia como poeta del amor; está mención a la diosa del
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cribe de cuyo deseo es el espejo. El proceso de especularización de afectación, la sencillez de su estilo y el carácter arcaizante
equivale a la agentividad del la mirada que ve sólo el reflejo de su lenguaje han hecho que se compare este reducido, pero
del propio deseo del observador que funciona como guardián exquisito corpus, casi desconocido por el público general, con
de la criatura de pasión y emoción descontrolada, peligrosa estilo del gran maestro y antecesor de los elegíacos, Catulo,
fuente potencial de desorden que encarna la mujer. La mujer comparación que le juega en contra para discernir está cuestión
en el texto es una proyección de la fantasía y el deseo, reflejo autobiográfica entre Sulpicia autora y Sulpicia Yo poético.
de los estereotipos masculinos acerca de la mujer a quien le
niega autonomía. El deseo tiene que ver con que la mujer ______
permanece como fantasía; ella es el terreno de una proye-
cción estática de la satisfacción de sus propios deseos tanto
sexuales como artísticos tal cual la estatua de Pigmalión. La Tout ceci doit être considérê comme dit pour un personnage de
mujer queda atrapada en una estructura simbólica de orden, roman.
tejida alrededor de las fantasías masculinas de control sobre
la autonomía y el ejercicio de su sexualidad [50]. Como mujer Roland Barthes
escritora Sulpicia no reproduce al interior de su literatu-
ra está relación como sujeto de su escritura, lo que hace
que los críticos reproduzcan al interior de su práctica teórica
el modelo de control elegíaco, sin duda diferente al épico, pero IV
control al fin. Cuando una mujer escribe o habla lo hace en
una lengua que no le pertenece, como una lengua extrajera,
con la cual puede sentirse incómoda y con la cual tiene que Paul Veyne[22] es el encargado de recordarnos que aquellas
resolver un conflicto. En cambio, Sulpicia se relaciona con su ponencias que tratan los poemas de Sulpicia como “evidencia”
objeto poético de otro modo. Al colapsar a través del nombre para volver a pensar la sexualidad femenina en Roma se olvidan
Cerinthus el motivo de las tablitas como objeto de deseo, y me- del presupuesto básico del Yo poético a saber, que siendo la lit-
diante la asociación de su amor con las tablitas identifica a su eratura una institución, el que habla dentro de tal institución
amado con el mensaje que está en la tablita y escribe sobre su lo hace no tanto para contarnos acerca de su vida sino para
amado de manera anfibológica. Sin embargo, la referencia a convertirla en un poema[23] puesto que el sujeto que escribe
un varón es necesaria porque, para que la mujer hable poéti- no es el Ego empírico. Sulpicia autora tiene clara percepción de
camente de su oficio de escritora, “…necesita, en primer lugar, su labor poética como lo demostraremos principalmente medi-
la coartada, la justificación permanente de que habla desde una ante el análisis del nombre “Cerinthus”, elección estética de un
referencia al varón…[51]”. Más aun, de acuerdo a su género, partenaire poético que da una instrucción de uso para anclar al
Sulpicia debería asumir el supuesto rol “dominante pero pa- lector activo en una interpretación. Sulpicia pone delante de
sivo”, entendiendo la dominación en los términos que lo hacen nuestros ojos el espectáculo de verdad de una manera tan
los elegíacos, tal como lo vemos en Ovidio y su invitación a la magistral que aun hoy es tomado por verdadero y no por
eternidad de la poesía que estoy segura todas quieren. Sin em- verosímil, del mismo modo que Catulo y su Lesbia. Puesto que
bargo, su posición como poeta y no como musa le permite usar entendemos la literatura no como un sistema de comunicación
los temas, el vocabulario y las situaciones de sus contrapartes sino un instrumento de acción, este “pacto autobiográfico”[24]
masculinas pero manifestando ambigüedad en su situación de sirve para sentar las bases de una poética. Sin embargo, esta
escritura y la de Cerinthus como objeto de esa escritura. Más confusión entre firma de sesgo elegíaco y confesión es la que
aun la idea del servitium amoris es algo que no se comprueba ha hecho afirmar a muchos que esos poemas no eran de una
mujer. que dice que el amante es necesario para la satisfacción
Ahora bien, las tesis que afirman que Sulpicia fue sexual y también poética, el amante es el puntapié inicial
una autora latina que pertenecía al mismo gru- de la poesía amorosa, el tema y la excusa de su poesía. Como
po literario que Tibulo, llegan a decir que Tibulo nos dice Propercio en la poesía programática de su segundo li-
ve el potencial literario de la historia de Sulpicia bro (II, 1.4): ingenium nobis ipsa puella facit[42]. Por su parte,
(ya ni siquiera el potencial literario de los tex- Ovidio le pide a su amada que se ofrezca a sus versos para que
tos de Sulpicia) y los “re-escribe”, como quien le surjan versos dignos de quien los inspira (un tópico de la falsa
saca una idea buena a una alumna tonta que no humildad, es decir versos dignos de quien los escribe puesto
la sabe utilizar. Nadie piensa ¿Y si fue al revés? que él te ha elegido como inspiración): Amores I, 3, 19-ss: te
¿Si Sulpicia tomó el potencial de la historia que mihi materiem felicem in carmina praebe:/ prouenient causa
cuentan los poemas de III, 13-18 y los re-escribió carmina digna sua./ carmine nomen habent exterrita corni-
en III, 8-12? ¿O si ella escribió los poemas 8-12 y bus Io/ et quam fluminea lusit adulter aue/ quaeque super
después de los 13-18? Estas cuestiones no están pontum simulato uecta iuuenco/uirginea tenuit cornua uara
dirimidas ni a favor ni en contra porque nadie, manu/ nos quoque per totum pariter cantabimur orbem/iunc-
hasta donde yo sé (y si alguien sabe de un tesis taque semper erunt nomina nostra tuis[43]. Notables ejemplos
sesuda sobre este tema no tiene más que contac- está dando Ovidio para ser contados en un poema (ya veo a
tarme, muero por leerla) se ha atrevido a hacerse las mujeres agolpándose para convertirse en su musa): todas
esta pregunta, cuando en general son los poetas violaciones de Júpiter (Io, Europa, Leda) en sus Metamorfos-
jóvenes los que toman a los maduros y no al revés, is[44] que conllevan algún tipo de animalización. Io y Europa,
cuando Sulpicia muestra claros indicios de estar primera y última como marcos, aparecen en la metamorfosis
tomando a otras poetas griegas (Nossis, por ejem- número I donde queda claro que las violaciones son parte con-
plo, como analizaremos más adelante) o a Virgilio stitutiva de la génesis de la raza; y Leda que queda en el medio
según lo cree Alison Keith[25] y a los elegíacos? forma parte del dibujo del tejido de Aracne en la batalla que
¿Por qué no suponer que Sulpicia re-escribe a perderá (aunque gane en cuanto a su arte) en el libro VI. Más
Tibulo? Por supuesto, yo no estoy filológicamente aun, algunos términos que está utilizando acarrean claramente
capacitada para ni siquiera conjeturar posibili- la concepción de mujer sujeta: por ejemplo: te mihi materiem
dad tal, pero esta opción, creo, no ha sido ni con- felicem in carmina praebe[45], donde “felix” hace referencia a
siderada por quienes sí lo están. Ocurre que esos la naturaleza en tanto fertilidad, que da frutos, “materiem” en
poemas que la tienen a Sulpicia como protago- tanto reificación y el verbo “praebe” tiene la idea de entrega con
nista pero no fueron escritos por ella, la crítica clara alusión sexual, reforzada en las muchachas violadas de
especializada tampoco se los adjudica a Tibulo, los ejemplos que brinda[46]. El género elegíaco según los poet-
entonces ¿de quién son? Prefieren suponer que as varones inscribe el deseo masculino y refleja la conciencia
son de un poeta que no conocemos, y siempre es literaria del poeta[47]. Según Keith “…the genre (elegy) is most-
“un”. Como dice Davies, los poemas de Sulpicia ly exclusively concerned with the male poet-lover’s rejection of
son el punto de partida para que “an unknown the standard careers available to wellborn men at Rome in favor
author (clearly familiar with the affaire of Messal- of life given to pursuits of poetry and love[48]”. La mujer como
la’s households…arranged the treatment of this materia narrativa queda reificada en un objeto pictórico
theme[26]”, “Auctor de Sulpicia” cuyos poemas que surge de las fantasías eróticas del amante y sirve de
considera más “polished[27]” (pulidos). La falta vehículo para la fama[49] del varón. El rol de la mujer como
de re-ordenación de los textos de Sulpicia (que amante queda subordinado a materia narrativa del que es-
pudor, se ve transladado de la esfera del disimulo a la aper- a simple vista han sido transmitidos de manera
tura. El cuerpo desnudo se convierte en la metáfora del verso incorrecta, puesto que la historia comienza por el
revelado. A diferencia de los varones, ella debe hacer pública final), sumado a la falta de ediciones eruditas in-
su “deshonra” como mujer para ganar en otro plano que re-in- dependientes de Tibulo, habla del estado actual
staura los términos en que debe ser entendida esa falta social, de sumisión del texto de la escritora.
que no es tal en el plano literario: 13, 10: cum digno digna fe-
rar[39]. En este último verso del primer poema de la serie veri- _______
ficamos la audacia no sólo por la publicación de la historia sino
por que aparece el adjetivo nominativo “digna” (la mujer) junto Je est un autre.
al ablativo “digno” (el varón) al mismo nivel. Sulpicia confronta
la tradición del ocultamiento de la pasión por parte de la mujer Rimabud.
tal cual aparece en Ovidio: Ars Amatoriae I, 275-76: utque viro
furtiva Venus, sic grata puellae/ uir male dissimulat, tectius
illa cupit[40]. Aunque actuando dentro del discurso masculino,
la escritura de las mujeres trabaja para desconstruirlo, para V
escribir lo que no se puede escribir. Según Cristina Molina Pe-
tit “La adscripción de la mujer a la esfera privada significa en
primer lugar…una delimitación de su actuación expresada en Sin embargo, el interés por Sulpicia a solas es
prohibiciones de trascender la esfera pública, prohibiciones que, tan reciente que es difícil sacarla del puro dato
si bien no están marcadas por tabúes como en las culturas prim- biográfico. Sus textos son es generalmente trat-
itivas, siguen siendo prohibiciones, porque las actividades de la ados en términos antropológicos y rara vez es-
esfera pública o son claramente inaccesibles para la mujer …o tilísticos. Ahora bien, sin negar los análisis de
marcan a la que se atreva a entrar en ella con un estigma de Sulpicia como evidencia, ¿cuándo llegará para
no femineidad, fracaso del proyecto de mujer atrayendo sobre los poemas de Sulpicia la hora de ser trabajados
desde lo literario? Más aún, fuera de la cuestión
revierte la
ella el descrédito o la desgracia.[41]” Sulpicia de la sexualidad de las mujeres en Roma, alred-
adscripción de la mujer a la esfera de lo edor de ella podrían tratarse una serie de inter-
privado al contar una historia para otros, una historia para rogantes a saber: qué relación podía tener una
ser contada. Ella se expresa desde dentro de la puerta y arroja autora antigua con su público, cómo produciría,
su mensaje hacia fuera. Lo que ella permite al decir que otros cómo se relacionaría con la cultura popular sien-
hablen de su historia no es sólo hacerla pública junto con su do ella de la clase alta, y cómo establecería la jer-
literatura y escribir para otros, sino también democratizar el arquía de géneros literarios entre otros muchos
momento creador de la lectura homologando la figura del temas posibles
lector con la del escritor. Si bien es cierto que la escritu- Anahí Mallol[28] afirma que hay poéticas que
ra femenina viene del cuerpo, nuestra diferenciación sexual es pueden ser pensadas a partir de una imagen que
también nuestra fuente, la práctica literaria de mujeres debe las sintetiza sin simplificarlas, una imagen que
buscarse en el cuerpo de la escritura y no en la escritura del da cuenta de su densidad efectiva (formal, per-
cuerpo, movimiento de metaforización del cuerpo humano y los ceptiva, afectiva, conceptual), una imagen equiv-
textos literarios que vemos en esta autora. El sexo y la poesía alente a un poema. Esta es la función que sosten-
están entrelazados porque la elegía contiene un juego oculto go para la aparición del nombre “Cerinthus” en
el corpus de Sulpicia cuya relación etimológica con las abejas, triunfar en la escritura erótica mediante la creación y la disem-
la miel y la cera debe haber tenido una obvia atracción para inación de las palabras. Cerinthus será el medium que tiene
una poeta del período agustal. Seguimos en nuestro análisis Sulpicia para lograr su fama poética y une un programa poéti-
a David Roessel quien hace notar que está elección no puede co al estilo de Catulo que rinda tributo mediante el nombre de
ser ni casual ni verdadera, sino simbólicamente determinada su musa inspiradora, a la tradición y al talento individual[32]
por sus implicancias estéticas al estilo de los nombres por mo- y a la circulación de esos poemas. La cera es además, según
tivos literarios y programáticos como Lesbia, Delia, Cynthia o Ovidio, la cómplice de los propósitos de aquel que quiere con-
Corina[29]. El nombre del “puer” elegíaco de Sulpicia funciona quistar y triunfar en la militia amoris (Ars Amatoriae I 437-440:
como evocación, invocación y conjuro de las cosas reconcilia- cera uadum temptet rasis infusa tabellis,/ cera tuae primum
das y de las hostiles, los temas y las operaciones sobre los que conscia mentis eat/ blanditia ferat illa tuas imitataque aman-
va a concretarse esta escritura, todos elementos conflictivos tum/verba, nec exiguas, quisqui es, adde preces[33]). Estas
en la constitución de la identidad de una escritora en Roma, últimas palabras (imitataque amantum verba, “palabras que
como fuerza disruptiva del status quo y de la vida pública imiten las de los enamorados”) es la clave básica del autobi-
preestablecida no tanto por ser mujer que escribe sino por ografismo de Sulpicia: poemas no verdaderos sino verídicos.
cómo escribe y concibe la literatura una mujer. Por otra parte, la comunicación en tablillas es una convención
Cerinthus, nombre mencionado en los poemas 14 y17, evoca literaria. Ovidio se queja de que ha confiado su amor a unas
el motivo de la miel de abejas dentro de una larga tradición tablillas (Amores I, 12, 20-ss: his ego commisi nostros insa-
poética. Las abejas proveen un vínculo natural entre la miel y nus amores/ molliaque ad dominam verba ferenda dedi?[34])
la cera o entre la tradición Griega y la tradición poética a la cual o por ejemplo la Byblis ovidiana reniega de la capacidad de las
Sulpicia quiere adscribirse por carácter negativo. Las abejas y tablillas para captar el amor de su hermano (Met. IX, 585-ss:
la miel son asociadas con las canciones homéricas y una boca quid, quae celanda fuerunt/tam cito commisi properatis verba
llena de miel era el complemento de la performance oral[30]. tabellis?[35]). En cambio, Sulpicia no sólo confía en el poder
Sin embargo, en Semónides y su catálogo de las mujeres, rel- de sus palabras, puesto que Venus la ha premiado (13, 3-4:
acionado con Hesíodo, el último arquetipo femenino es el de exoratameis illum Cytherea Camenis/attulit in nostrum depo-
la mujer como abeja, mujer del ámbito privado, del oikos y del suitque sinum[36]) sino que además quiere hacer pública su
endon, única mujer a la cual el poeta griego le reconoce alguna historia (13, 5-6: … mea Gandia narret,/dicetur si quis non
virtud (Frg: 7.83-ss: th\n d’ e)k meli¿sshj: th/n tij eu)tuxeiÍ habuisse sua[37]). Lo que Sulpicia pierde es su pudor para ga-
labw¯n:/kei¿nhi ga\r oiãhi mw½moj ou) prosiza/nei,/qa/llei nar su fama, lo que gana con la “pérdida” de la confidenciali-
d’ u(p’ au)th=j ka)pae/cetai bi¿oj,/fi¿lh de\ su\n fil4e/o4nti dad de sus tablillas es fama literaria (13, 1-2: …qualem texisse
ghra/skei po/sei/tekou=sa kalo\n kw©noma/kluton ge/noj./ pudori/ quam nudasse alicui sit mihi fama magis[38]). La po-
ka)ripreph\j me\n e)n gunaiciì gi¿netai/ pa/shisi, qei¿h d’ a) eta enfatiza la distancia de las normas de propiedad para su
mfide/dromen xa/rij./ou)d’ e)n gunaiciìn hÀdetai kaqhme/nh/ género de acuerdo con el protocolo sexual romano mediante la
oÀkou le/gousin a)frodisi¿ouj lo/gouj./toi¿aj gunaiÍkaj a)ndra/ sexualización del proceso de composición
sin xari¿zetai/ Zeu\j ta\j a)ri¿staj kaiì polufradesta/taj)[31],
una mujer opuesta a lo que Sulpicia representa poéticamente.
poética en el uso de verbos del campo semántica del tapar y
el destapar (texisse, nudasse), en el imaginario de la recepción
La cera es también muy importante para los poetas romanos
pélvica (attulit in nostrum deposuitque sinum), la declaración
puesto que las tabletas que se escribían estaban cubiertas con
del mal comportamiento para describir su escritura y su con-
ella y la palabra “cera” funciona como metonimia de las “tabel-
ducta física (vv 9-10: sed peccasse iuuat, ultus componere fa-
lae” que Sulpicia menciona para referirse a sus escritos (13, 7:
mae,/ taedet…). El término “texisse”, compañero frecuente del
“signatis …tabellis”. La cera es el sirviente del poeta que quiere

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