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Antonio López de Santa Anna

Me llamo Antonio de Padua María Severino López de Santa Anna y Pérez de Lebrón pero
me conocen más como Santa Anna, nací un 21 de febrero de 1794 en la ciudad de México,
en la historia me conocen como el hombre que fue presidente once veces y me gustaba
que me dijeran “Su Alteza Serenísima” y también fui gobernador de Yucatán y de Veracruz
por un tiempo. A los 16 comencé en el Regimiento de Infantería de Veracruz pero mis
primeras experiencias militares se desarrollaron en la provincia de Nuevo Santander y en
Texas y después de que México ya fuera un país independiente, en 1827 se me dio una
gran oportunidad de ponerme del lado del gobierno y aunque mi hermano no logró nada
yo obtuve el gobierno de Veracruz. En 1828 se puso la convocatoria de las elecciones
donde ganó Gómez Pedraza pero yo me rebelé pues quería a Vicente Guerrero pues una
vez que él quedará yo tendría la oportunidad de acercarme más y así fue, fui nombrado
jefe del ejército nacional. En 1833 por fin logré ser presidente. En 1843 cuando E.U. quería
agregar Texas a su territorio yo me retiré un rato de eso para no sufrir descalificaciones de
la opinión pública y puse de pretexto la muerte de mi esposa, después de 40 días me volví
a casar y me gane un hermoso exilio a la Hanabana. En 1855 el plan de derrocar mi
hermoso gobierno y mandarme al exilio había funcionado, estuve vagando por Cuba,
Estados Unidos y hasta en Colombia, intente mover las masas a favor de una rebelión por
mucho tiempo pero nunca funciono. Fue hasta 1874 que regresé a México pero ya tenía
80 años, no veía bien. Morí el jueves 21 de junio de 1876 en mi casa. Como curiosidad, en
una batalla me hirieron una pierna y quede medio cojo. Cuando podía, asistía a las
Sombras Chinescas que bueno, eran proyecciones que se hacían con linternas sobre el
fondo de un telón de hechos destacados del momento como el grito de Dolores, a veces
salía de paseo en las noches a caballo por la Alameda, las personas con más bajos recursos
se iba a la Viga y comían dulces en la orilla del canal cenagoso con chalupas con flores.
Había de todo, peleas de gallos, corridas de Toros, tocadas de bandas de música de los
cuerpos militares, las ejecuciones públicas (esto no era muy placentero de ver) y por
último, las exhibiciones de animales adiestrados o de personas con defectos de
nacimientos, las personas los llamaban fenómenos.

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