(Rev. Esp. Anestesiol. Reanim.
2005; 52: 191-192) EDITORIAL
Drogas de diseño y anestesia
El abigarrado mundo de las drogas de abuso ha
experimentado importantes cambios en estos últimos
25 años. El consumo de heroína representó en la déca-
da de los 80 un problema sanitario y social de primer
orden, convirtiéndose en la primera causa de muerte
por sobredosis de droga, fenómeno que empezó a
declinar en la década de los 90, coincidiendo con el
afloramiento de consumidores de cocaína, éxtasis y
otras drogas de síntesis que, junto con el cannabis y el
alcohol, representan en estos primeros años del siglo
XXI la principal causa de urgencias por drogas de abu-
so. Aunque el alcohol etílico continúa siendo en Espa-
ña, y en muchos otros países de nuestro entorno cultu-
ral, la substancia de abuso más utilizada y la que
genera el mayor número de sobredosis agudas y de
enfermedades crónicas asociadas, y la cocaína es en
estos momentos la droga de abuso ilegal que está
generando el mayor número de consultas en los Servi-
cios de Urgencias, vamos a abordar en este editorial
únicamente las llamadas drogas de síntesis y los pro-
blemas que para el anestesiólogo puede representar un
paciente que consume este tipo de substancias.
Cuando en los años 60 se acuñó el término de drogas
de diseño o de síntesis, se hacía referencia a diversos
derivados anfetamínicos, el más popular de los cuales ha
sido la metileno-dioxi-metanfetamina (MDMA o "éxta-
sis"). Aunque la MDMA fue sintetizada por primera vez
a principios del siglo XX (1918) y ensayada como ano-
rexígeno y antidepresivo, nunca fue comercializada como
producto farmacéutico y permaneció en el olvido hasta
finales de los años 60, época en la que inicia su expan-
sión epidémica como substancia recreativa, que llegaría a
España unos 20 años más tarde, encontrándose su consu-
mo muy arraigado en nuestro medio en la actualidad. El
Plan Nacional sobre Drogas, en su último informe
(noviembre 2003) recoge que el 7,2% de los encuestados
entre 15 y 64 años reconocían haber tomado alguna vez
en su vida algún derivado anfetamínico1. En el Servicio
de Urgencias del Hospital Clínic, se han recogido en tres
años (2001-2003) 135 urgencias asociadas al consumo de
pastillas de éxtasis (MDMA) u otros derivados anfetamí-
nicos, con dos fallecimientos2. Estas substancias pueden
generar intoxicaciones asociadas a una gran descarga
simpático-mimética traducida en forma de agitación, con-
vulsiones, taquicardia, hipertensión arterial y arritmias
cardiacas, pero también reacciones adversas en forma de
golpe de calor, hepatitis fulminantes, secreción inadecua-
da de hormona antidiurética y edema cerebral, que pue-
den tener también una evolución mortal3.
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Más recientemente, en el año 2000, llegó a España
otra droga, que era una vieja conocida de los aneste-
siólogos, el gamma-hidroxibutirato (GHB o "éxtasis
líquido"). Esta substancia, sintetizada por Laborit en
1961 e introducida como anestésico, fue abandonada
en los años 70 por sus efectos secundarios, pero ello no
impidió su entrada en diversos círculos como el de los
culturistas, porque el GHB estimula la hormona del
crecimiento, o el de las fiestas lúdicas, por su carácter
euforizante. Pero el GHB es un potente y rápido depre-
sor del SNC, que puede dar lugar a un coma profundo4.
Actualmente, en los Servicios de Urgencias y áreas de
Reanimación, el consumo de GHB ha de formar parte
del diagnóstico diferencial del coma de origen desco-
nocido, sobre todo en gente joven y durante los fines de
semana. Esta substancia es también utilizada en nues-
tro medio para facilitar el robo y la violación5.
La tercera substancia a la que nos referiremos es la
ketamina, convertida también en un producto lúdico
ilegal, por sus propiedades disociativas y alucinóge-
nas. Utilizada en polvo por vía nasal o inyectada, pue-
de producir cuadros de intoxicación con alucinaciones
terroríficas o depresión del estado de conciencia, aun-
que el riesgo vital es bajo. La fenciclidina es un fár-
maco análogo, que está en fase de introducción en
España, con idéntica finalidad6.
Los poppers son otra forma de droga de abuso. Se
denominan así a diversos productos como el nitrito de
amilo, de butilo o de isobutilo, que se venden como
afrodisíacos y relajantes musculares, y que gozan de
gran predicamento entre varones homosexuales. La
sobredosis produce metahemoglobinemia e hipoten-
sión arterial7.
El metilfenidato, la efedrina, el dextrometorfano, la
metcatinona, la taurina y muchas otras substancias se
han introducido, o tratan de introducirse entre los jóve-
nes, disfrazadas siempre de substancias inocuas y
"ecológicas", como el éxtasis vegetal. Un dato parti-
cularmente preocupante es del policonsumo, lo que
multiplica el riesgo, abigarra las manifestaciones clíni-
cas y dificulta el manejo terapéutico.
La implicación del anestesiólogo en la atención a los
pacientes con adicción a estas sustancias es polifacética: la
reanimación de los intoxicados agudos, la atención a la
gestante drogodependiente, la realización de una anestesia
en un paciente consumidor crónico o agudo en cirugía pro-
gramada o urgente, la detoxificación a mórficos bajo anes-
tesia general y un largo etcétera. Ante esta realidad inelu-
dible, los profesionales de la anestesiología deben
Rev. Esp. Anestesiol. Reanim. Vol. 52, Núm. 4, 2005
adaptarse a este cambio social con una adecuada forma-
ción e información. La información pasa por un interroga-
torio detallado a los pacientes. Sin embargo, con frecuen-
cia se detecta una falta de comunicación entre el paciente
y el médico, debido a que éste sólo pregunta sobre el con-
sumo de drogas legales como el alcohol y el tabaco, y el
paciente no explica, espontáneamente, el consumo de
otras sustancias por miedo, entre otros, a los prejuicios del
médico. En muchos casos, ni siquiera el paciente sabe lo
que toma, ya que el producto está adulterado o sustituido.
En la actualidad existen muchas páginas web consultables
a través de Internet, que son de gran utilidad para informar
a los profesionales sobre las drogas recreativas que
consume la población, como http://www.clubdrugs.org/,
http://www.streetdrugs.org o http://www.drugabuse.com.
En el manejo anestésico de estos pacientes, es importante
recurrir al cribaje toxicológico en orina, para realizar un
correcto diagnóstico diferencial de las reacciones adversas
no explicables que puedan presentarse durante la anestesia.
Finalmente, el conocimiento de los mecanismos de acción
de estas sustancias es fundamental para el correcto trata-
miento pre, intra y postoperatorio de estos pacientes.
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BIBLIOGRAFÍA
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S. Nogué1 y C. Monsalve2
Área de Vigilancia Intensiva y Unidad de Toxicología Clínica.
1
2
Servicio de Anestesia. Hospital Clínic. Barcelona.
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