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INCISO D) 

HABILIDADES BÁSICAS DEL PENSAMIENTO


Pensar o desarrollar alguna actividad mental puede ser visto como un proceso, es
decir, como una serie de momentos, etapas y subetapas que tienen una secuencia y un
orden. Así, al pensar, realizamos aproximaciones cada vez más profundas hacia el objeto
de conocimiento. Podemos decir que conocemos algo solo por el hecho de recordar sus
características más evidentes; pero también cuando comprendemos las relaciones que se
establecen entre todos sus componentes y sus funciones. Por ello, podemos observar que
existen formas de pensar que nos llevan a penetrar más en el objeto de conocimiento y
que, por lo tanto, generan aprendizajes más duraderos, profundos y complejos (Cruz,
1999, como se citó en Campirán, Guevara, Sánchez, 2000).
Las Habilidades Básicas del Pensamiento HBP, son, como su nombre lo indica, la
base para el desarrollo de las demás que pertenecen a los niveles analítico y crítico y
creativo; por tanto debemos orientar su desarrollo en nuestros estudiantes de la forma
más completa e integrada, pues de ello dependerá el éxito en el desarrollo de las demás.
Esta situación es análoga a cualquier proceso de aprendizaje, donde cada estructura del
andamio cognitivo al respecto debe tener solidez para sostener el siguiente. De ahí que su
desarrollo se sugiera a partir de la utilidad social que tienen, para, de esta forma, darles
significado. Esto último, con un proceso de metacognición, donde los alumnos
identifiquen claramente lo que descubren y consiguen en cada proceso de aprendizaje,
con cada una de ellas y que les servirá en su vida cotidiana.

Como bien sabemos, los procesos de aprendizaje inician a partir de la percepción


de los estímulos recibidos en nuestro entorno, de tal forma la observación, al
desarrollarla en nuestros estudiantes, debe promoverse fomentando estrategias de
atención correctamente canalizadas en lo que se pretende perciban; a fin de que la
posterior comparación, relación clasificación y descripción consigan integrar un
aprendizaje significativo y útil. Así pues, es importante estimular todos sus sentidos, a
través de despertarles la curiosidad, tomando en cuenta sus experiencias previas, sus
intereses de acuerdo a su edad y las características contextuales.

Por su parte, la comparación, al ser una extensión de la observación, da


continuidad coherente al proceso de aprendizaje al identificar, en base al análisis de
características detectadas, diferencias y semejanzas (absolutas, relativas, intrínsecas,
funcionales o implícitas), entre dos o más objetos de observación, lo que da cuenta del
proceso cognitivo complejo que supone. Esta habilidad, detona otra, un poco más
compleja, de análisis y de abstracción que es la de establecer relaciones, es decir,
conexiones, nexos o vínculos entre características observadas referidas a una misma
variable en un contexto particular. Se trata de expresar similitudes, semejanzas y
diferencias. Por ejemplo, “El libro tiene un precio más alto que el cuaderno”. Pero
implica, previamente, observar y comparar; lo que sugiere un paso más en el
procesamiento de la información (De Sánchez, 1995).

Quedarse con esta habilidad, como fin del proceso cognitivo, supondría dejarlo
incompleto.
De ahí que la clasificación permite al estudiante, identificar personas, objetos,
eventos o situaciones que jamás se han visto, identificar o definir conceptos y plantear
hipótesis. El hecho de identificar características esenciales, establecer variables y en base a
esto, agrupar conjuntos de personas, objetos, eventos o situaciones en categorías y
establecer categorías conceptuales, denominaciones abstractas, constituye una operación de
pensamiento fundamental, amplía la posibilidad de autoaprendizaje, eleva el nivel de
abstracción del estudiante facilita la memorización y el aprendizaje significativo y
desarrolla otros procesos de más alto nivel cognoscitivo, como la clasificación jerárquica, la
evaluación, el análisis y la toma de decisiones (De Sánchez, 1995).

El trabajo con las cuatro habilidades anteriores de manera integrada y coherente,


dentro de un mismo proceso de aprendizaje, nos da como resultado la descripción, donde
con el mismo énfasis de análisis, de acuerdo a De Sánchez, (1995):
Se informa de manera clara, precisa y ordenada las características del objeto de la
observación y se da cuenta de lo que se observa, se compara, se conoce, se analiza.
Este ejercicio puede realizarse de forma oral o escrita, apoyándose de preguntas
guía y orientándose por el propósito de la descripción. Se sugiere realizarlo de
forma sistemática, a fin de lograr un resultado con orden e integración de los
resultados de los cuatro procesos realizados con la misma finalidad de aprendizaje.

Como podemos apreciar, los resultados del proceso de aprendizaje se verán


determinados en la medida en que consigamos integrar el desarrollo de las cinco
habilidades del pensamiento, implicando los procesos metacognitivos (al respecto se
sugiere el trabajo con la bitácora COL), respecto de cada uno y consecuentemente entre
ellos. Lo que garantiza un proceso de aprendizaje integral, cimentador y detonante de otros
procesos cognitivos y de habilidades de pensamiento. De igual forma, herramientas para
nuestros estudiantes en la resolución de problemas y en la toma de decisiones.
Referencias.

Campirán A., Guevara G., Sánchez L, (2000) Habilidades de pensamiento Crítico y


creativo. Antología 1 Lecturas del área básica general del Nuevo Modelo Educativo
de la Universidad Veracruzana, Colección Hiper-COL, Lomas del Estadio s/n
Xalapa Ezq., Ver.
De Sánchez, M. A. (1995), Desarrollo de Habilidades de Pensamiento; procesos básicos del
pensamiento, (p. 64). México: 2ª Ed. Trillas, ITESM.

SAÚL RAMÍREZ DÍAZ

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