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La cocina valenciana del Museo

Nacional de Artes Decorativas


Una relectura a través de la tecnología de Realidad Aumentada

Introducción
Presentación
Sofía Rodríguez Bernis

Im illa facilla faccum vullutem nim in ex elis nullum- Rate modion vel doloree tumsan essed dipsustrud
san volent ad magna feu feum iliquat, consequa- dolor aut dolore doloreros aliquis dolum dip exer
mcon ver ilis digna atet lutem eugue diat. adio consenit, conullu mmodolum il iriliquisi.

Sustrud delent la aliquis non ea facin ulla con eraes- Umsandre tie molobortie feuipis ercinibh endre tat
sisisl eum exer sum vel dui ent velestrud do odo- augiamet utpatet utpat, se commy numsand ionse-
luptatue magnisim dit iustie tat praesed ming erci nibh exer sequis deliqui eugait deliquisis dolor ini-
essecte min ut wismod dunt lamet, velisis aliquam bh eugiat non hent praessit ing ex esequismod ex
vulputatio eum nim etumsandre facipisim nullaortie et ipsusci ncipit utat ut et nonsed enim et laoreet,
volorem ipit velisl ing erit, venim dolortis el ecte fa- volummy nosto ercilit iriureet adigniametum accum-
cip et, quipisci er alis num atem volortie tem veros mo lorerat, venim am incipit utpat. Ut vel doluptat
amcore dolorting ero ex ea core commodo elenisit lum erostio nsequam adipis am, quis alit atin vullan
adiam, vero odio er aliquissi bla alit vel irit aut la exeratem dolorpero commy niation ulluptat ipit la
faciduis do od delesed te consequis et irit exer auta- feuguercip enim nos nibh ese minci blaoreet la con
tinim zzriurem verci er se magnibh eugue min eugiat vel dunt ex et accumsa ndrercilla facidunt amet aut
praestie magnim quis nostincidunt velit lor init do- luptat, consenis nosto consed tem zzrit aut ent vent
lortis ad dolorper am aut vullam, consequat. nim dolor sum acilla aciliquatum del in hendre

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La cocina valenciana del Museo
Nacional de Artes Decorativas
Una relectura a través de la tecnología de Realidad Aumentada
Equipo técnico del Museo Nacional de Artes Decorativas
Ana Cabrera Lafuente, Isabel M.ª Rodríguez Marco y Cristina Villar Fernández (coords.)
Catálogo de publicaciones del Ministerio: www.mecd.gob.es
Catálogo general de publicaciones oficiales: publicacionesoficiales.boe.es

Edición 2013

Coordinación de la edición: Equipo técnico del Museo Nacional de Artes Decorativas.


Ana Cabrera Lafuente, Isabel María Rodríguez Marco y Cristina Villar Fernández.
Diseño y maquetación: Lucía Aragón Seguí (Candil de Garabato S.L.).

Edita:
© SECRETARÍA GENERAL TÉCNICA
Subdirección General
de Documentación y Publicaciones
Con el apoyo del proyecto europeo de investigación ARtSENSE

Séptimo Programa Marco. Comisión Europea

© De los textos e imágenes: sus autores

NIPO: 030-13-282-8
ISBN: 978-84-8181-564-1
DOI: 10.4438/030-13-282-8

Índice



Introducción

Presentación. Sofía Rodríguez Bernis 5

Estudios históricos
Décors de cuisines à Valence au XVIIIème siècle replacés dans leur contexte européen.
Jack de Beurville 8

El fenómeno de las cocinas valencianas. Jaume Coll Conesa 13

La cocina de azulejos del Museo Nacional de Artes Decorativas. Manuel Alonso Santos 39

Arte y ceremonia del refresco. Carmen Abad Zardoya 60

La cocina y su conservación. Cristina Villar Fernández 89

Proyecto ARtSENSE

Adaptive Augmented Reality for Cultural Heritage: ARtSENSE Project.
Nenad Stojanovic and Ana Cabrera Lafuente 110

An Introduction to Augmented Reality and Cultural Heritage for Curators,


Art Historians and Museum Educators. Areti Damala 120

La creación de contenidos para NTICs. El caso de la cocina valenciana.


Isabel María Rodríguez Marco, Ana Cabrera Lafuente y Cristina Villar Fernández 136

Cómo aprender disfrutando de la Cocina Valenciana: un modelo de evaluación para


el diseño de dispositivos de Realidad Aumentada. Mikel Asensio, Yone Castro y Elena Asenjo;
Elena Pol, Juan Antonio Rodríguez y Paula Paredes; Ana Cabrera, Isabel Rodríguez y Cristina Villar 153

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Introducción
Presentación
Sofía Rodríguez Bernis. Museo Nacional de Artes Decorativas

La publicación que presentamos resume el trabajo reali- el 2010 para conocer nuestro interés en embarcarnos
zado por el Museo Nacional de Artes Decorativas dentro en un proyecto europeo sobre Realidad Aumentada. El
del proyecto europeo de investigación ARtSENSE. proyecto estaba buscando un socio con una rica y va-
riada colección con piezas tridimensionales, un perfil
Para el Museo esta experiencia está siendo de lo más que el MNAD cumple ampliamente.
enriquecedora al poder trabajar con personas de otros
museos y de universidades con una formación muy dis- Al Museo el proyecto le pareció interesante dado
tinta a la nuestra, como ingenieros informáticos o de nuestra escasa experiencia en el uso de las nuevas
acústica, o del mundo de los videojuegos, tal y como el tecnologías; suponía una gran oportunidad para po-
coordinador del proyecto Nenad Stojanovic y Ana Cabre- der empezar a trabajar con este tipo de recursos y,
ra, del MNAD, explican en su texto. más en el ámbito de un proyecto europeo, con una
adecuada financiación.
La oportunidad de participar en el proyecto vino de la
mano del profesor Luis Vergara de la Universidad Po- El proyecto comenzó en febrero de 2011 y el equipo
litécnica de Valencia, quien contactó con nosotros en del MNAD presentó lo que nos parecían las piezas

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más adecuadas para experimentar con el prototipo de películas, etc. Esta variedad de contenidos hacía
de gafas con Realidad Aumentada. La pieza final- necesario tener una jerarquización que fijara los
mente seleccionada fue una de nuestras piezas “es- contenidos mínimos que un visitante iba a escu-
trella”, la llamada cocina valenciana. char, entre otras muchas cosas, tal y como Isabel
Rodríguez, Ana Cabrera y Cristina Villar nos presen-
Esta pieza instalada en el Museo desde 1942, tal tan en su texto.
y como explican Manuel Alonso y Cristina Villar en
sus respectivos trabajos, no tenía una documentación Todos los contenidos fueron trabajados de una
amplia que pudiera servir para crear contenidos de manera teórica y, para conocer si realmente fun-
audio, video, imágenes, etc. con la calidad adecuada cionarían, el MNAD pidió la colaboración de Mikel
para este tipo de tecnología. Asensio, profesor de la Universidad Autónoma de
Madrid, para desarrollar un estudio de público so-
Por ello el MNAD, con la financiación del proyecto, bre la cocina, con la intención de descubrir qué es
organizó un seminario sobre la cocina valenciana lo que le interesaba más de ésta y por qué. Los
en octubre de 2011. Fruto de este seminario son los resultados del estudio de público llevado a cabo
trabajos de Jack de Beurville y Jaume Coll, que con- tras las actividades Vida cotidiana en el siglo XVIII:
textualizan este tipo de habitaciones y explican cómo la cocina valenciana del MNAD y En torno al choco-
se manufacturaron los azulejos. Además, Carmen late, cierran este volumen.
Abad Zardoya y M.ª Dolores Vila explican dos aspec-
tos esenciales de la cocina del MNAD: la comida y la Con ello, al MNAD le gustaría ofrecer al lector una
moda, que proporciona dos lecturas distintas de esta mirada poliédrica sobre una de las piezas más lla-
habitación. mativas del Museo, tanto por su tamaño como por su
contenido, esperando además que ayudemos a en-
Lo siguiente fue conocer y experimentar qué es la tender las posibilidades que las nuevas tecnologías
Realidad Aumentada, tal y como lo explica Areti ofrecen a los museos. El trabajo desarrollado en el
Damala en su texto. El equipo del MNAD tuvo la marco del proyecto nos ha permitido conocer otros
suerte de probar el primer prototipo en septiem- sistemas de trabajo, aparte de herramientas nuevas
bre de 2012 y participar en una jornada en la que para suministrar más y distintos contenidos a nuestro
los técnicos e ingenieros vieron cómo los técnicos visitante, que la cartela y el panel.
del Museo usábamos y veíamos este tipo de tec-
nología. La participación en el proyecto nos ha facilitado la
conexión con instituciones tecnológicas que de otra
El prototipo del proyecto necesita ser alimentado manera no habría sido posible, como el FZI o IOSB
con una serie de contenidos que pueden ser de alemanes o la Politécnica de Valencia, instituciones
audio, imagen, vídeo y, a su vez, pueden ser una centradas en el desarrollo de las nuevas tecnologías
locución, música, imagen fija o en 3D, fragmentos que, por su parte, han visto las posibilidades que los

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museos tienen como clientes finales de dicha tecno- Con todo, el MNAD agradece al coordinador del pro-
logía. La adaptación y el trabajo colaborativo de los yecto Nenad Stojanovic y a Luis Vergara de la Politéc-
técnicos de museos y de los ingenieros ha sido enri- nica de Valencia la oportunidad brindada, y también
quecedor por ambas partes y una de las apuestas de a todo el equipo del MNAD que ha hecho posible esta
este proyecto. publicación y la participación en el mismo.

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Estudios históricos
Décors de cuisines à Valence au XVIIIème
siècle replacés dans leur contexte européen
Jack de Beurville. Société des Amis du Musée national de céramique (Sèvres)

Le XVIIIème siècle s’est caractérisé par une explosion cuisines pour lesquelles un décor de carreaux
des arts décoratifs dans toute l’Europe. L’Espagne n’a spécialement prévu a été installé.
pas manqué de suivre ce mouvement. Et c’est ainsi
qu’à Valence l’art de la céramique architecturale Ce décor consiste à représenter sur les carreaux
a atteint à cette époque des sommets. Tous les recouvrant les murs des cuisines tout ce qui pouvait
bâtiments élevés dans la région, églises aussi bien se trouver dans une cuisine à cette époque. On y
que palais ou riches demeures nobles et bourgeoises voit ainsi un répertoire d’ustensiles de cuisine de
furent abondamment décorés de carreaux de faïence. toute sorte. Les murs sont recouverts également
comme d’échantillons de la nourriture consommée
Cependant, dans ce domaine, les céramistes de à l’époque, tant sucrée que salée. On y trouve enfin
Valence furent amenés à décorer des pièces où on ne toutes les personnes qui avaient à faire dans ces
les attendait pas, les cuisines. Il ne sera pas question cuisines.
ici de s’arrêter à des cuisines où la disposition des
objets utilitaires, comme les ustensiles en cuivre, En examinant avec plus d’attention ces décors
créait un effet décoratif. Il s’agit de montrer des que voit-on? Des ustensiles en cuivre comme des

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bassines, des pots, des chandeliers, des paniers, des que contrairement au reste de l’Europe, le chocolat a
bougies attachées par la mèche pour n’en citer que l’exclusivité. On ne trouve dans ces cuisines ni café,
quelques uns. ni thé, boissons si populaires au nord des Pyrénées.
Cette façon de déguster le chocolat nous est plus
Les objets en céramique abondent. Cependant la précisément connu par un panneau de carreaux
céramique utilisée dans ces cuisines était très simple du Musée de céramique de Barcelone appelé La
comme on peut s’y attendre. On trouve des jarres Xocolatada.
pour l’eau ou par exemple des pots destinés à
contenir du miel ou des fruits confits. Y est représenté en détail la préparation de cette
boisson. On nous y montre aussi bien les maîtres de
Par contre sur les plateaux de service sont disposées maisons et leurs invités que les domestiques occupés à
des tasses ou des gobelets (jícaras) décorés les servir. Ces collations où l’on dégustait du chocolat
beaucoup plus raffinés car ils étaient destinés était à l’époque une tradition depuis la table de Carlos
aux maîtres de maison. Il faut attirer l’attention III jusqu’au fond des couvents les plus austères.
tout particulièrement sur les mancerinas! Les
mancerinas sont des sous-tasses comportant en Au contraire du petit personnel de cuisine habillé
leur milieu une sorte de récipient qui y est attaché très simplement car son domaine est la cuisine dont
et dans lequel ces tasses s’encastrent pour ne il ne sort pas, les valets et les soubrettes sont très
pas tomber. Cette précaution n’est d’ailleurs pas élégamment vêtus à tel point que, parfois, on peine
toujours très efficace et n’évite pas les chutes à les distinguer des maîtres de maison.
comme le montrent certaines scènes.
Les cuisines abritent sur leurs murs une faune
Le petit personnel de cuisine s’affaire à la préparation abondante. Les chats y sont très souvent présents.
de grillades, de condiments et de sauces. Nombre On ne les montre pas rendant des services mais, au
de ces préparations comme l’aïoli sont toujours à contraire, commettant toute une série de sottises.
l’honneur de nos jours. On voit qu’ils étaient considérés comme de fieffés
voleurs. Rien d’étonnant à cela, car Buffon lui-même
La dégustation du chocolat tient ici une place de disait que “ce sont des voleurs déterminés “1; et le vol
tout premier plan. On ne doit pas oublier que c’est n’était que leur moindre défaut! Le chat au XVIIIème
l’Espagne qui a donné au monde le chocolat. Et nous siècle avait vraiment très mauvaise réputation.
voyons dans ces cuisines défiler des plateaux pleins Repus grâce à leurs larcins, ils permettent aux rats
de tasses de chocolat. Ce qui est à noter ici c’est de se promener en toute tranquillité.

1 Voir Buffon, 1749-1767, Tome VI, p. 3.

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Les chiens eux ne semblent pas plus utiles mais sont quotidien, le plus simple et sans recherche d’effet
plus discrets et se contentent des restes qui leur sont décoratif. La peinture fait aussi une place aux
donnés. Mais à côté de ces chiens vulgaires dont animaux; les chiens se retrouvent partout, de même
le domaine est la cuisine, se trouvent les chiens de que les chats dont l’occupation principale est de se
compagnie tout fiers d’accompagner la maîtresse de rendre insupportables. Est-il besoin de rappeler le
maison! Ces maîtresses de maison venues donner chat dressé sur ses pattes de La Raie de Chardin?
des ordres n’ont rien à envier aux élégantes des
salons de Paris ou de Madrid. Les imprimés sont à la Cependant, si l’intérêt pour les objets les plus simples
dernière mode, les dentelles presqu’en trompe l’œil rapproche ces cuisines des peintures européennes de
donnent une touche de couleur local. Leurs coiffures l’époque, elles s’en distinguent par l’utilisation de ces
rappellent celles des élégantes parisiennes. objets qui, ici recouvrent des surfaces importantes.

Ces décors ne sont pas seulement de ravissants Il est aussi intéressant de remarquer que la
ensembles qui nous présentent la vie dans une cuisine disposition de ces décors muraux sur plusieurs plans
de l’époque. Ils nous apportent de plus de nombreux donne l’impression au visiteur qu’il fait lui-même
renseignements sur les plans iconographique, social, partie de ce décor. Quels sont ces divers plans2:
économique. Ils sont aussi riches d’enseignement
dans les domaines de la mode comme des habitudes - Tout d’abord, le mur recouvert de carreaux blancs
de cette société provinciale. ordinaires.
- Puis les étagères avec leurs objets et les
Tout d’abord, sur le plan iconographique il faut ustensiles eux-mêmes fixés sur les murs ou
noter un accord complet entre les thèmes d’une le plateau supportant les gobelets remplis de
certaine peinture de l’époque et ce que montrent chocolat. Parfois un torchon accroché au mur.
nos céramistes de Valence. Inutile de rappeler que le - Les personnages serviteurs ou maîtres de maison
goût dans la deuxième partie du XVIIIème siècle pour se placent devant les deux premiers.
la simplicité a envahi tous les domaines, la mode, - Enfin, ce qui est le plus étonnant, le visiteur lui-
les styles de vie, les arts. C’est ainsi que les objets même qui ainsi fait partie du décor; il y a comme une
les plus simples sont devenus dans toute l’Europe interpénétration entre le visiteur et la céramique.
des thèmes de peinture. Des peintres comme Luis
Meléndez en Espagne, Roland de La Porte en France Sur le plan sociologique, ces ensembles nous
et bien sûr Chardin pour n’en citer que quelques apprennent beaucoup. Y apparaissent clairement
uns ont choisi comme sujet des objets en cuivre, de les prétentions de cette bourgeoisie de province.
la nourriture, représentés dans leur aspect le plus En effet, ces cuisines se trouvent pas dans

2 Voir Pérez Guillén, 2010.

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des palais royaux ou les maisons de la haute A quoi ou, mieux, à qui servaient ces cuisines? On
noblesse ou de riches financiers. Les cuisines sait que ces cuisines dans toute l’Europe n’étaient
conservées in situ se trouvent dans des maisons pas faites pour le plaisir des domestiques. Elles ne
d’une certaine importance certes mais simples. servaient pas non plus à la préparation de véritables
Elles appartiennent, le plus souvent à une bonne repas. Les archives ou les mémoires du temps nous
bourgeoisie de province qui prétend à une certaine rapportent que les maîtres de maison et leurs invités
égalité avec la noblesse. Elle montre grâce à ces venaient y prendre des collations et non leurs repas
décors qu’elle peut égaler ce qu’il y a de mieux principaux. Mais il semble qu’il n’existe aucune
dans les capitales européennes. représentation peinte de ces réunions.

Les domestiques ont été représentés avec un soin Or, un groupe de panneaux conservés au Museo
tout particulier. Sans s’attarder trop en détail sur Nacional de Cerámica y Artes Suntuarias “González
la façon dont ils sont habillés, on peut seulement Martí “ de Valence a le mérite de nous montrer ce à quoi
constater qu’ils sont aussi élégamment vêtus que servaient ces cuisines. L’un d’eux est tout spécialement
ceux de la cour de Carlos III du tableau du musée intéressant.
du Prado représentant Carlos III prenant son repas
devant sa cour, de Luis Paret y Alcázar3. La scène se passe dans une des cuisines décrites plus
haut, mêmes objets sur les murs, même nourritures,
Un autre détail important attire l’attention, la présence mêmes valets! Par contre au beau milieu de cette
de domestiques noirs. Ces domestiques noirs servaient cuisine assis autour de la table, les maîtres de maison
au XVIIIème siècle dans toutes les réunions élégantes; et leurs invités dont un ecclésiastique qui prend ses
en témoignent les tableaux représentant des déjeuners aises! On y assiste à l’une de ces collations pour
de chasse de De Troy ou des dégustations d’huitres de lesquelles étaient faites ces cuisines. Est ici représenté
Van Loo du musée de Chantilly et du musée du Louvre. en chaire et en os, pour ainsi dire, ce dont parlent
Ils sont aussi présents dans des scènes plus intimistes ailleurs les mémoires ou les documents d’archives.
de Longhi à Venise ou de Hogarth en Angleterre. Il est
certain qu’avoir des domestiques noirs était un signe Ce qui est étonnant c’est que ces décors sont
de qualité. uniques. On connaît certes ailleurs en Europe des
cuisines de la même époque décorées. Celle du
Tout cela montre un désir chez les propriétaires de pavillon d’Amalienburg dans le parc du château de
ces cuisines de vouloir se hausser dans l’échelle Nymphenburg près de Munich est la plus célèbre. Mais
sociale, un désir de reconnaissance, une affirmation ses somptueux panneaux de Delft n’ont rien à voir avec
de leur importance. les décors de cuisines qui font l’objet de cette étude.

3 Voir Pérez Guillén, Op. Cit.

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De même on garde le souvenir des extraordinaires et d’Herculanum et encore moins de temps qu’avaient
cuisines du château disparu du Raincy près de Paris été publiées entre autres dans les Antichita di Ercolano
dont les murs étaient garnis de plaques de faïence et en 1757 par Francesco Valda les fresques dégagées.
comportaient des consoles avec les bustes des plus Enfin, cette publication s’était faite sous le patronage de
grands chefs et des plus célèbres gourmets4. Mais là celui qui, en 1759 était devenu roi d’Espagne, Carlos III.
encore aucun rapport avec les décors de Valence.
Or ces fresques représentent exactement la même
Le Portugal au XVIIIème siècle a une grande tradition décoration que les cuisines valenciennes. Dans les
de décors muraux dans les églises et les palais. Mais deux cas, il s’agit de représentation murale. Dans
il s’agit là de décors somptueux qui rappellent en les deux cas on y voit des serviteurs portant de la
céramiques des tapisseries ou des tableaux. Pour nourriture, des objets et des aliments sur des étagères
splendides que soient ces décors, ils n’ont rien de en trompe l’œil, des fruits dans un récipient, des
commun avec les cuisines de Valence. Le seul exemple oiseaux morts suspendus par le bec. La ressemblance
de décor de cuisine que l’on rencontre au Portugal est va même jusqu’à la représentation dans les deux cas
celui consistant en quelques panneaux isolés du musée d’un groupe de personnages attablés. On peut même
de l’Azulejo à Lisbonne; mais là encore on ne connaît y remarquer des petites tables dont la fonction est la
ni on n’a trace d’aucune cuisine entièrement décorée. même et dont les formes se ressemblent étrangement.

Plus étonnant peut-être est le fait qu’aucune autre région Il semble difficile d’admettre qu’il s’agisse de simples
d’Espagne n’a produit rien de semblable5. Aucun des autres coïncidences. En effet, les correspondances sont très
centres céramiques n’a produit rien de pareil. Au cours de la nombreuses et celles montrées ici ne sont que des exemples.
longue histoire de la céramique espagnole, il y a toujours D’autre part, il faut aussi tenir compte du succès de cet art
eu une interpénétration entre les différentes régions. Ici, ces sorti de terre aux environs de Naples à cette époque qui a
décors sont comme cloisonnés dans la Région de Valence. profondément marqué d’autres secteurs du domaine de l’art.

Autre surprise: on ne connaît aucune source à ces décors. Il est donc souhaitable que cette piste soit explorée plus
Ils semblent sortir du néant. Or, ceci est impossible car avant. L’auteur serait heureux de recevoir toutes les
comme la nature, l’art a horreur du vide. C’est donc le suggestions sur ce sujet.
moment d’avancer une hypothèse. Ces décors de cuisine
datent des années 1760/1770. Or il n’y avait que peu de En conclusion, ces décors de cuisine apportent de nombreux
temps qu’avaient été découvertes les ruines de Pompéi renseignements dans les domaines les plus variés. De plus,

4 Cité par Marie-Laure Verroust, 1999.


5 Les décors de ces cuisines semblent tous sortir d’un même atelier celui de Alejandro Faure à Valence, voir Pérez Guillén, Op. Cit., p. 64.

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leur originalité et leur caractère unique intriguent. Quant aux - Madame Sofía Rodríguez Bernis, directeur
sources dont ils proviennent des recherches complémentaires du Museo Nacional de Artes Decorativas de Madrid
restent à faire et il reste un vaste champ à labourer!
Références bibliographiques:
Je tiens à remercier les personnes suivantes sans
l’aide desquelles cet article n’aurait pas vu le jour : Buffon, G.-L.L. (1749-1767): Histoire Naturelle, Paris.
- Madame Antonia Casanovas, conservatrice
du Museo de Cerámica de Barcelona Pérez Guillén, I.V. (2010): Azulejos de Benicarló.
- Madame Mari Paz Soler, conservatrice au La Casa de los Miquel y otras arquitecturas, Institut
Museo Nacional de Cerámica y Artes Suntuarias de Promoció Ceràmica, Diputació de Castelló,
“González Martí“ de Valence Castellón.
- Monsieur Espinosa, propriétaire de la Casa Miquel
- Monsieur Alejandro Maluquer, directeur de Verroust, M.-L. (1999): Cuisines et cuisiniers de
la fondation La Fontana l’antiquité à nos jours, La Martinière, Paris.

El fenómeno de las cocinas valencianas


Jaume Coll Conesa. Museo Nacional de Cerámica y Artes Suntuarias “González Martí”

Coincidiendo con el desarrollo de la corriente estética glo XVIII muestran todavía el aspecto y la suntosidad
rococó, la cocina valenciana de las residencias de la que llegó a tener este espacio recubriéndose en gran
nobleza y de la alta burguesía cambió radicalmen- parte de azulejo seriado valenciano, generalmente de
te en sus planteamientos formales como reflejo de temática vegetal, antes de sufrir la transformación ro-
los cambios que se produjeron simultáneamente en cocó, como vemos en la casa principal de la Possesió
la sociedad. El espacio vital de la cocina, concebido de Sarrià (Mallorca), evidencia de tradiciones forá-
como el centro de la vida del hogar en el que no sólo neas introducidas en los ambientes insulares de cierta
se preparaban y se consumían los alimentos sino que suntuosidad. El espacio físico de la cocina era amplio
era además el punto de reunión en tertulias y largas y complejo, como señala Inocencio V. Pérez Guillén
veladas, se recubría generalmente de azulejos por en su reciente estudio sobre la cocina del Palacio del
cuestiones meramente higiénicas aunque sin renun- Marqués de Benicarló. No ocupaba una sola sala sino
ciar a su ornato. Algunas cocinas de mediados del si- varias dependencias anexas, incluso no situadas en la

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Fig. 1. Panel de la esclava, con marco de rocalla. Fig. 2. Vista de la cocina de la casa Miquel en Benicarló.
Cocina de la marquesa de San Joaquín de Castellón.

misma planta, distribuyendo en varias habitaciones Fase 1. 1750-1770. Azulejos de gran formato.
distintos elementos como el pozo o cisterna, la alace- Se inicia la producción de piezas de palmo valencia-
na, las pilas, los fogones y el hogar -con sus bancos no, de figura completa, de gran calidad, en las que
para sentarse al calor del fuego- y el espacio de la es visible una sola figura o elemento por azulejo.
mesa, llamado recocina o precocina, donde según
este autor se comería sin formalismos. Es ahí donde la Fase 2. 1770-1780. Cocina de arrimadero
cocina valenciana, al servicio de nuevas prácticas so- cerámico. Un friso situado a media altura en la
ciales, alcanzará una especial distinción aplicando un parte baja del muro presenta no sólo figuras sino
modelo que lo recubrirá totalmente de azulejos al dar útiles y manjares de la cocina festiva o cotidiana.
paso, hacia 1770, a la cocina-arrimadero que presen- Las primeras cocinas, claramente rococó, se carac-
tará en su superficie escenas cotidianas, costumbris- terizan por presentar escenas envueltas en marcos
tas, y elementos típicos de ese ambiente, como útiles ornamentales de rocalla, como vemos en la cocina
culinarios, instrumentos de iluminación y calefacción de la marquesa de San Joaquín de Castellón (Fig.
habituales en ellos o alimentos. 1), o en la que M. González Martí instaló en la Ma-
sía del Carmen de Bétera. Más adelante aparece el
El revestimiento cerámico valenciano aplica- modelo neoclásico, con marcos florales o vegeta-
do a la cocina irá evolucionando a lo largo del les, ejemplo de lo cual son las cocinas del palacio
tiempo en cinco fases que poseen implicaciones Eixarcs (Valencia) o de la casa de los Miquel en
cronológicas, según ha expuesto en sus estudios Benicarló (Fig. 2), ésta procedente de la Fábrica
el profesor Inocencio V. Pérez Guillén (2000, Faure de la calle Mossèn Femades de Valencia (Pé-
2008, 2010): rez Guillén, 2010).

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estantes chapados y se recubre la totalidad del es-
pacio, adaptándose imágenes religiosas en paneles
cerámicos junto a los pozos, como la Virgen del Car-
men, o San Juan de la Cruz en el caso del palacio
Vallvert.

Fase 4. 1790-1815. Cocina de arrimadero par-


cial. Escenas limitadas aunque colocadas de forma
continua, como vemos en la cocina de la colección
Serra-Alzaga (Valencia) y en la de la casa de la
marquesa de Montortal (Carcaixent) (Fig. 4), clara
producción de los talleres de las Reales Fábricas de
Fig. 3. Escena del servicio del chocolate de la cocina de chapado com- Azulejos de Valencia.
pleto del MNAD. © MNAD, Ministerio de Educación, Cultura y Deporte.
Fase 5. Paneles adaptables (1789-1860). Pa-
Fase 3. 1780-1790. Cocina de chapado com- neles de tamaño limitado que forman cuadros en
pleto (Fig. 3). El revestimiento parietal con escenas, la cocina, en general escenas con sirvientes como
como en el caso anterior, ahora cubre la totalidad los instalados en la cocina del Museo Nacional de
del muro y presenta figuras casi de tamaño natural, Cerámica y Artes Suntuarias “González Martí” (Fig.
como en el caso de la cocina instalada en el Palacio 5), pero también religiosos, como en el titulado la
Vallvert o de la cocina de la Casa Dorda. Aparecen Apoteosis del Sacramento realizado para la coci-

Fig. 4. Escena del proveedor galante de la cocina de la casa de la marquesa de Montortal (Carcaixent).

15
Fig. 5. Escena de cocina del panel de D. José (MNCV CE1/00525).

na del Colegio del Corpus Christi con motivo de la Carcaixent (Guerola, 2002), permiten fechar la época
beatificación de san Juan de Ribera (1797) (Pérez de producción de estos modelos en el margen indi-
Guillén, 2008: 23) (Fig. 6). La diferencia con la fase cado. Muchos de ellos parecen haber sido fabricados
previa se debe a que se colocan aislados. Dentro de en las Reales Fábricas de azulejos de Valencia (Pérez
la producción del siglo XIX, cabe incluir en esta ti- Guillén, 2008: 39-41), y se sabe que también los fa-
pología paneles con escenas de comidas campestres bricaron González Valls (Ray, 2000), José Huerta en
como los del Museo Nacional de Cerámica, uno de Manises (Pérez Camps, 2002) y la fábrica Novella y
gran tamaño que se atribuye a Josep Sanchís (n.º Garcés de Onda (Estall, 2000).
inv. CE1/13875), otro con Merienda en la Albufera
del Musée national de céramique de Sévres, fechado Vista esa secuencia cronológica del desarrollo de la
hacia 1837, o la Recolección de la aceituna de la aplicación de azulejería valenciana en la cocina que
fábrica de José Monserrat (MNCV, CE1/10408). parte de elementos de pequeño formato, evolucio-
na hacia el recubrimiento parietal, primero parcial
Fase 6. 1790-1875. Azulejos con figura com- y luego completo llegando a recubrir por completo
pleta. Con ellos se recubre la parte media de los mu- todos los muros en su cénit, entre 1775 y 1789,
ros sobre los fogones o vasares, como en el ejemplo de continúa con una retracción hacia el panel parcial y
la cocina de la Casa del Obispo en Sierra Engarcerán
(Pérez Guillén, 2008). Ciertos azulejos satíricos que
representan al rey José Bonaparte (Pepe Botella),
otros que reproducen personajes populares de los
repertorios de grabados de tipos costumbristas de la
edición de Juan de la Cruz Cano y Olmedilla de 1777,
como el Vendeur d’eau d’Orge, incluso un azulejo con
rotulación urbana “Calle del Cereso Año 1804” toma-
do de la estampa Aldeana de las cercanías de Bilbao
(Pérez Guillén, 2008), así como azulejos sueltos con
motivos de cocina que se conservan en el conjunto de
Fig 6. Panel eucarístico del Seminario de Corpus Christi.

16
finalmente recupera, por economía, el pequeño azu- profesor I. V. Pérez Guillén la fábrica de Navarro de la
lejo de figura completa de fácil combinación, cabe calle Corona, y en especial la fábrica de Alejandro Fau-
distinguir una serie de tipologías de los productos re que posteriormente conformará las Reales Fábricas
que permite completar la visión de las producciones de Azulejos de Valencia de las calles de Las Barcas y
cerámicas específicas para ese ámbito: Ruzafa bajo la propiedad de Marcos Antonio Disdier.
En estas cocinas las imágenes se resuelven con una
Grupo A-1765. Comprendería los primeros azu- concepción especular, intentando simular escenas y
lejos de figura completa y decoración de gran elementos cotidianos propios del ámbito. Veamos al-
calidad, en el que se representa un sólo elemento gunos ejemplos:
por azulejo. Cabría buscar su inspiración en las pro-
ducciones de Delft usadas para recubrir los hogares • B1. Cocina del palacio Eixarcs (Valencia).
de chimenea, pero también en los azulejos catalanes Pérez Guillén (1994) realizó su estudio monográfico
de oficios, muy utilizados ya en el siglo XVII en el denominándola Cocina del proveedor de nieve, fe-
ornato de elementos singulares de la cocina, como chándola hacia 1775 y atribuyéndola inicialmente a
los vasares o las alacenas. la fábrica de Vicente Navarro de la calle de la Corona
de Valencia. Con posterioridad ha considerado que
Grupo B-1770-1780. Panel en friso a media al- debió realizarse en la fábrica Faure por similitudes
tura. Son los primeros paneles decorativos de cocina con la cocina de la casa de los Miquel de Benicarló.
con escenas específicas. En general parecen ser recu- Los temas se presentan en paneles enmarcados por
brimientos realizados por encargo para una ubicación rameados continuos cubiertos de frutos de todo tipo,
concreta a la que se adaptan de forma exacta. Ejem- desde limones, naranjas a higos o melones, que
plos de esta tipología son la cocina del palacio Eixarcs evidencian que fueron concebidos y diseñados para
de Valencia o la de la casa de los Miquel de Benicarló. este espacio concreto. Ocupan mayoritariamente la
La iconografía se toma de las Representaciones del parte superior de las bancadas, siendo frecuente que
Gusto, específicamente de las series de los cinco senti- las frutas, hortalizas o los útiles aparezcan represen-
dos, de la pintura flamenca de género del siglo XVII o tados como si se apoyaran en ellas. No es infrecuen-
del grabado napolitano realista de Luca Giordano o de te que algunos paneles simulen que muebles, como
las naturalezas muertas de Chardin, pero posee una consolas o lavamanos, se apoyen en el suelo real.
cierta relación con el bodegón español, en especial en Como características singulares de ese caso podemos
los útiles representados en la pintura de Meléndez. indicar que se ubica en el entresuelo del edificio,
Reproducen temas de la vida cotidiana partiendo de ocupa una superficie de 9,5 x 4,5 m., y que el cha-
temas tomados de estampas o diseñados por pintores pado alcanza una altura máxima de 1,98 m. en los
que se trasladan a estarcidos para poder ser repro- paneles mayores, mientras sobre las bancadas cubre
ducidos por los operarios de la fábrica. Parece que la 1,10 m. de altura y hasta 1,54 m. en el resto del
producción se ciñó a pocas fábricas de azulejos de la muro. Los paneles no parecen haber sido desplaza-
ciudad de Valencia, habiendo sido señaladas por el dos desde su primigenia colocación y conservan la

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posición de un pozo -hoy cegado-, una bancada y mente vestido a la moda Carlos III trae el hielo que
pilas de mármol rojo y la campana del hogar, recu- en el caluroso estío servirá para preparar los sorbetes
bierta de azulejos decorados con cintas neoclásicas. y helados de la pródiga mansión.
_Panel del lavamanos. Cubriendo un pilar
En su desarrollo decorativo presenta las siguientes junto a la entrada se representa un instrumento
escenas: higiénico esencial, el lavamanos, aquí resuelto
_Bancada con fuentes de frutas de otoño o con una fuente de Alcora decorada con cenefa
salmonetes, lechones o patos, una cazuela de Bérain, soportado por un trípode de madera bajo
arroz al horno sobre un hornillo, verduras dis- el depósito con grifo que surge de un mascarón.
persas, una cesta de mimbre con más verduras La otra cara presenta un tajón de madera serrada
o yerbas, como se llamaban entonces, huevos e al hilo que ha servido para cortar la cabeza de
ingredientes para el ajoaceite, un cántaro cubierto un cordero.
por una jarrita decorada para beber -en este caso _Cortejo de los dulces. Dispuesto a continuación,
restauración del taller de J. Gimeno, conservándose se inicia con una dama vestida a la moda Luis XIV
el original en el Museu de Ceràmica de Manises-, portadora de una bandeja de latón con dulces y
incluso una ventana en trampantojo por la que se seguida por un hombre vistosamente ataviado que
asoma una mujer que supuestamente va a tomar lleva la salvilla y jícaras alcoreñas de chocolate. Una
agua del pozo. Sobre el muro, colgados de escar- mesa presenta fuentes con otros dulces que retira
pias, se representan útiles como caracoleras, palma- otro sirviente mientras el más maduro porta el arna-
torias, braseros, heladeras, así como caza -tordos, dí, postre cubierto de frutas escarchadas y flores. El
bacalaos, liebres, gallinas, ocas, patos...-, todo si- panel termina con un trampantojo formado por una
mulando manjares de una opulenta mesa festiva. escoba apoyada que sombrea a los propios azulejos.
_Panel del perro ladrón. En el ingreso se encuentra _Moza limpiando pescado. En la última escena
una escena de altura natural en la que una consola de una sirviente joven limpia el pescado sobre una rús-
rocalla soporta platos con frutas, pasteles de carne y una tica mesa de madera. Un gato huye con uno de ellos
botella de vino, en la que un mastín negro simula hurtar en las fauces bajo dos ánades colgadas de clavos.
la carne siendo espantado por el cocinero que bande la _Panel del sorbete. Un mozo con indumentaria
maza del mortero. Algo más allá, un sirviente pulcra- impecable manipula las heladeras junto a un gran
mente ataviado lleva una fuente con un capón con frutas cántaro -quizás con leche- junto a un gran perro que
pasando ante un muro del que penden un cucharero, roe un hueso.
espumaderas, salvamanteles, aceiteras, mientras sobre
el banco vemos una lámpara de latón de cuatro brazos • B2. Cocina de la casa de los Miquel. Ha mere-
con pantalla. Perros y gatos por doquier atienden a la cido también una reciente monografía del profesor
caza de roedores o a las viandas expuestas. Pérez Guillén (2010) en la que destaca que una
_Panel del hielo. Al otro lado del ingreso presenta lectura iconográfica de la cocina diferenciaría dos
un pequeño panel en el que un sirviente elegante- zonas separadas por una diagonal trazada desde

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Las escenas representadas son las siguientes:
_El proveedor galante. Un personaje maduro
sostiene dos capazos frente a una sirvienta joven
que parece reprenderle. El hombre va tocado con
un sombrero de ala plana, viste camisa de cuello
redondo cerrado, chaleco verde, casaca y pantalones
hasta las rodillas de color azul y capa marrón, cal-
zas blancas y mocasín de hebilla. La sirvienta viste
una larga falda amarilla con una banda de encaje
blanco, gran delantal, manteleta y corpiño ceñido
con mangas abotonadas conocidas como “mangas
Amadís”. Recoge el pelo con un moño sujeto con
Fig. 7. Vista del panel del asado de los una cinta azul y lleva pendientes y collar de perlas, y
corderos de la Casa de los Miquel de Benicarló. porta una cadenita con cruz sobre el pecho. Del muro
el ángulo frontal izquierdo al dorsal derecho. En penden morcillas, salchichas y dos patos.
la primera parte se representa la cocina activa, _Degüello de los corderos, limpieza del pescado
con escenas como la llegada de provisiones, el y el gato ladrón. Se trata de una compleja escena en
degüello de los corderos, la limpieza del pescado, la que aparece un sirviente negro, una sirvienta blan-
el asado de lechales, la preparación del ajoaceite, diendo una escoba y otra cortando un cordero colgado
el perro y el gato disputándose las viandas, etc. de una alcayata. Un gato descansa en la traviesa de
La segunda parte se centraría en la representación una mesa de pino sobre la que vemos ajos, cebollas,
ostentosa del consumo, en general la presentación zanahorias y una bandeja de salmonetes, mientras otro
de sorbetes, chocolate y dulces (turrón, bizcochos huye con un pescado en sus fauces y el perro bebe la
o chocolate en barras o pastillas), aunque Pérez sangre del cordero. Sobre el muro penden dos liebres
Guillén llama la atención sobre la ausencia del y un cucharero. El sirviente viste con camisa engolada,
banquete que se conserva en algunos paneles del jubón, pantalón hasta la rodilla y mocasín, mientras las
Museo Nacional de Cerámica. Presenta once pane- sirvientas llevan las consabidas camisas con pañoleta,
les limitados por rameados que forman una espe- jubones, delantales y faldas largas, y se tocan con moño
cie de marco floral que sirve de nexo entre ellos y sujeto con rascamoños con cabeza de perla o redecilla.
de relleno en los espacios de enlace. Sin embargo, _Asado de los corderos (Fig. 7). La escena pre-
el suelo de las escenas simula una pradera verde y senta a dos sirvientes. Uno, en cuclillas tocado con
no se encuentra coordinado en sus esquinas, dan- un gorro blanco, vierte salsa con una cuchara de
do la sensación de que se han colocado de forma madera que toma de una cazuelita sobre un lechal
forzada. El friso se alza sobre un zócalo formado que se asa en un curioso asador movido con un me-
por tres azulejos de serie con dibujos de rameados canismo de relojería colgado del muro. El segundo,
y cintas. con peluca de bucle y lazo atrás, sostiene una fuente

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de cobre. Del muro penden un morcón, longanizas, llamado “punta de diamante” recubierto de frutas
un tajante, otro cordero y un paño. Un gato espera escarchadas y flores. Del muro penden dos capones
paciente el descuido para darse un festín. Ambos y un brasero y su badil, mientras en el suelo hay una
sirvientes visten camisa, casaca y pantalón hasta la olla y una heladera.
rodilla, con calzas y mocasines de hebilla. _Sirviente con un guiso de pichón. Un sirviente
_El ajoaceite. Un cocinero, tocado con el gorro impecablemente vestido a la moda Carlos III porta
blanco que veíamos en la cabeza del anterior, maja un plato con un pichón guisado con ajos, piñones y
el mortero vertiendo aceite con una aceitera usando guisantes. Del muro penden un morcón, un rallador
un tajón como mesa sobre el cual se han depositado y un tajante. En el suelo vemos un melón y cardos.
una col, ajos, un cuchillo y un plato con ajoaceite ya _Sirviente con sorbetes. Como en el caso anterior,
preparado. Sobre el muro se ve un bacalao seco y un un sirviente muy bien vestido en este caso incluso
salvamanteles de aro de latón. La indumentaria es con bordados y encajes en el chaleco, lleva una
semejante al caso del cocinero anterior, aquí con la salvilla de alto pie con helados y sorbetes. Penden
casaca en violeta de manganeso. del muro unas velas, una aceitera de hojalata y una
_Tajón con perro y gato. La escena muestra la ristra de ajos.
pelea entre un gato, situado sobre el tajón, y un pe- _Panel de los esclavos negros. Como sirvientes
rro, robando costillas y longanizas. Del muro penden habituales en el siglo XVIII, los esclavos negros apa-
una sartén, un tajante, una parrilla y dos candiles de recen representados en la azulejería de cocina. En
aceite de hojalata. ocasiones, su indumentaria los distingue del resto
_El servicio de chocolate. Dos sirvientes portan del servicio: llevan gorgueras, amplias mangas y
sendas bandejas, una con jícaras y otra con dulces. calzones cortados. En otros casos visten igual que el
Visten casaca larga, y tocan con peluca vuelta a la resto del servicio, como en los paneles de la marque-
moda Carlos III. Sobre el muro vemos una chocola- sa de San Joaquín (Castellón). Según Pérez Guillén,
tera, un capazo, unos ganchos con un jamón y un en la cocina de Benicarló aparecen como figuras de
costillar, dos liebres y un trapo, mientras en el suelo recibimiento, ofreciendo él vino, al tiempo que sos-
hay un plato con tenedor y restos de comida y un tiene una salvilla de pie alto con vasos, y ella una
cántaro, cuya boca se tapa con una jarrita decorada sorbetera de corcho. De las alcayatas del muro pen-
con un paisaje, junto a una escoba apoyada en la den una chocolatera, una abubilla, una espumadera
pared. y un jamón.
_Los postres y el servicio de fruta y dulces. La
escena representa una sirvienta tocada con redecilla Grupo C-1775-1785. Figura que cubre la tota-
y vestida a la usanza que retira un plato con me- lidad del muro.
locotones de una mesa cubierta con mantel. Sobre
ella hay un plato con uva, una botella de vino y un • C1. La cocina del Palacio Vallvert. Hacia 1918,
pomelo. A su lado un criado a la moda Carlos III D. Manuel Manglano y Palencia, barón de Vallvert,
porta una fuente con un enorme merengue de gloria adquiría un caserón en la calle del Mar contratan-

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do la renovación de la casa al arquitecto Francisco se perdieron antes de su instalación en el palacio de
Mora (Corbín, 1992). En ella instaló una típica coci- Vallvert.
na valenciana realizada en su mayoría con elemen- _Escena con tarro de almíbar y florero (15 x 4
tos originales pertenecientes a cocinas propias del azulejos). Panel completo, marcado en reverso “)(“
periodo rococó, fechable en este caso hacia 1785 en manganeso con número de posición, y que inclu-
según Pérez Guillén. La azulejería no respetó que ye también la cenefa de cintas y flores. La nume-
sepamos el orden original, y fue completada con ración de los azulejos corre en hileras horizontales,
elementos contemporáneos a su instalación. Presen- según el espectador, de derecha a izquierda y de
taba numerosas escenas y la totalidad de la azule- arriba a abajo.
jería fue robada en el verano del año 2005. Tras ser _Proveedor galante. Sirvienta gesticulando a un
recuperada, se solicitó informe al Museo Nacional de mancebo portador de capazo (16 x 8 azulejos). La
Cerámica para volver a restituirla, por lo que se pudo mujer viste camisa, jubón y falda azul. El mancebo
obtener valiosa información sobre su técnica de fa- se cubre con bicornio y viste jubón, bombachos, cal-
bricación, orden de los paneles evidenciados por las zas y capa oscuras portando un capazo con verdura
marcas originales de posición en los reversos y por en la mano izquierda. La marca de reverso es un
su ausencia en los azulejos realizados para cubrir las guión horizontal en la parte superior del azulejo a la
lagunas1. La cocina presentaba cuatro muros total- derecha y la numeración corre del 1 al 128. Ha per-
mente recubiertos de azulejos hasta una altura de dido 12 azulejos en la zona que ocuparía una ban-
22 azulejos (4,6 m. de altura). No interesa aquí el cada. Arriba presenta una ristra de guindillas y unos
estado en el que se conservaba antes de ser robada garfios que sostienen un costillar y un jamón. Pérez
tanto como la composición de las escenas originales Guillén identifica esta escena en la cocina de los Mi-
que comentaremos aquí. quel de Benicarló y comenta que el tema procede de
_Panel con San Juan de la Cruz, vestido con tú- un grabado del siglo XVIII que titula El proveedor
nica negra, capa blanca y sosteniendo un libro con galante (Pérez Guillén, 1992: 47). En nuestro caso
una azucena en la mano izquierda y un vaso de agua el estarcido está invertido y el dibujo de los persona-
en la derecha con una filacteria sobre la cabeza en la jes presenta variaciones.
que se lee Os gusti meditabitur Sapienciam, lo que _Escena con dama que da de beber a un niño
indica que su instalación se debía a la necesidad (Fig. 8). Destaca el tocado de la dama, con el ca-
de purificar las aguas por la existencia de un pozo. bello cubierto de ondulaciones y recogido atrás con
Marca dorsal “0” en manganeso, acompañada del redecilla. Viste de forma elegante, con pendientes de
número de posición que en origen llegaba a los 130 lámpara, dos collares con lágrima, camisa y jubón
azulejos de los cuales 38, que debían representar azul, con falda acampanada y un delantal. Sostie-
elementos secundarios como las cenefas de cierre, ne una salvilla con la mano derecha en la que hay

1 El estudio fue realizado por el que suscribe con la colaboración de María José Suárez, Nieves Vega y Luis Pérez Armiño.

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lado superior izquierdo y dirigido hacia el centro del
azulejo. El panel original formaba el marco de una
puerta y se componía de 46 azulejos numerados de
izquierda a derecha y por líneas horizontales de arri-
ba a abajo, habiéndose perdido 10 azulejos de las
dos primeras hileras superiores.
_Cordero abierto en canal. Presenta como marca
de panel un doble subrayado bajo el número que va
del 1 al 21, en 7 hileras de tres columnas ordenado
de izquierda a derecha y por las hileras de arriba a
abajo.
_Sirviente con horchatera. Tocado con barretina,
Fig. 8. Escena de dama dando de beber a un niño, de la cocina vestido con saragüells y calzando alpargatas, por-
Vallvert.
ta un cubo en su mano izquierda. Se reconoce por
un vaso. El niño viste jubón y pantalón tornasolado, su marca de una vírgula curva que cierra el ángulo
calzas blancas y escarpines marrones mientras bebe superior izquierdo del azulejo. La composición origi-
y sostiene un sombrero emplumado en la mano iz- nal presentaba un total de 76 piezas, de las que se
quierda. El panel original constaba de 15 x 7 azu- conservan 36 originales. El estarcido coincide con el
lejos, habiéndose perdido las dos primeras hileras y tema usado en la cocina de los Miquel o del marqués
otros sueltos. En origen era una composición rectan- de Benicarló.
gular vertical, esquema que se mantuvo en la insta- _Panel con cordero degollado con un perro
lación de la cocina, pero añadiéndose un panel con que bebe su sangre. A la derecha del panel an-
un perro, formado por 18 azulejos (9 x 2), además terior se instaló un panel vertical flanqueado por
de parte de una cenefa floral que en parte es origi- un rameado marcado por un trazo curvo “(“, a la
nal del mismo panel. La marca es una flecha que izquierda del número de posición que va del 1 al
desde el ángulo superior izquierdo apunta al centro, 34, en dos columnas y 17 hileras. La numeración
además de la rotulación de posición. Las piezas se empieza por la izquierda y de arriba a abajo. El
numeran de izquierda a derecha y de línea en línea. rameado superior presenta numeración duplicada
En la instalación de 1918 se añadieron además: en los azulejos 7 y 8.
_Escena con un cordero y un conejo degollados. _Cesto floral con pájaros. Se situaba en la par-
Ambas con flecha y otras indicaciones de posición, te alta sobre una puerta. La numeración indica que
ordenados de forma vertical, que se ubican sobre el eran dos paneles unidos, sólo reconocibles por los
brasero que forma parte de la escena original. números de posición de las piezas, ambos identifica-
_Estípite con ángel. Instalado en el dintel del bal- dos por un círculo situado en el lado superior izquier-
cón y una ventana del muro 2. La composición se do empezando en el más alto en el lado izquierdo y
reconoce por un trazo recto diagonal situado en el siguiendo en vertical, por columnas, y de izquierda

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a derecha. La numeración del segundo se inicia en cierra el ángulo superior izquierdo del azulejo. La
el n.º 27 y termina en el 78, ordenados de izquierda composición original presentaba 76 azulejos de los
a derecha, en hileras, con un total conservado de 4 que se conservan 36.
x 13 azulejos. _Panel con cacharros y tordos. Presenta un bra-
En la composición de un sirviente con bota de sero metálico y dos tordos colgados, cuya marca de
vino y roscas de pan se reconocieron tres com- instalación consiste en dos ángulos curvos en sendas
posiciones: esquinas del lado superior. La composición era de
_Zócalo con un gato. 5 azulejos sin numeración. 10 x 4 azulejos, conservándose 26.
_Sirviente. Tocado con redecilla viste camisa blan- _Dama y caballero con papagayos. La escena se
ca, chaleco y saragüells con alpargatas. Se compone compone a partir de cuatro fragmentos originales:
por 17 x 3 azulejos. Marca dorsal con dos trazos 1. La dama, tocada con un alto peinado a la
paralelos en el ángulo superior izquierdo. Original- turca, viste una capa de largas alas sobre fal-
mente el panel se componía de 144 azulejos, en da acampanada. Presenta marca de un cuarto
una composición de 36 x 4. Según esta lectura, la de círculo cruzado por un radio emergente en
habitación original debería tener 7 m. de altura, por el ángulo superior izquierdo, numerado del 7
lo que cabe pensar que incluso en origen se prepa- al 51 (15 x 3), ordenado de izquierda a de-
rara la escena con otra composición, alrededor de recha y de arriba a abajo. Remataba con una
un vano, por ejemplo, ya que así lo indica el que guirnalda de flores y cintas de la que quedan
la guirnalda de la jamba posea la numeración del tres azulejos en la parte alta del muro (nos. 4,
panel del sirviente. Así el original seguiría un orden 5 y 6). De ahí, deducimos que el panel origi-
horizontal y se partiría en dos conjuntos a cada lado nal se componía por 17 hileras y tres colum-
de las jambas. nas (51 azulejos), con unas dimensiones de
_Bombo de helado. Panel inserto de 6 x 2 azule- 3,57 m. x 0,66 m.
jos, con números originales del 89 al 102 y 5 piezas 2. A éste se le añadió por la derecha una
añadidas. escena con aves y cacharrería de cocina,
_Aguamanil. Se reconoce por la marca dorsal de compuesta por 221 azulejos (17 x 13) y la
una hoja lanceolada en el lado superior izquierdo. servidora de sorbetes, de la que se conser-
Se compone de 32 azulejos en dos columnas de 16 van casi diez columnas y 97 azulejos. Ésta,
azulejos, con 8 piezas añadidas. con tocado de redecilla, camisa y jubón de
_Portador de sorbete. Un sirviente vestido de for- escote en V, con falda acampanada, todo
ma elegante cubre su cabeza con una redecilla con en azul turquesa, sigue el mismo estarcido
lazo sobre la frente. Viste camisa engolada y jubón que la homónima de la cocina Dorda (Almu-
azul de solapas vueltas rojas, con pantalón borla- nia, 1929), de la que varía por detalles en
do hasta las rodillas, calzas blancas y mocasines las mangas y el peinado. Porta en la mano
de hebilla. Porta un bombo de sorbete al brazo. Se derecha una salvilla con helados y en la iz-
reconoce por marca dorsal de una vírgula curva que quierda una bandeja con turrones.

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3. Intercalado entre ambos se insertó el servi- posee marca de cruz, ordenada, con parte de una se-
dor de chocolate con la mancerina en la mano, cuencia de un panel de 17 hileras de azulejos y tres
parte de un panel de 22 azulejos de los que se columnas, que conserva los números 194 y 195 de
conservan 17. El personaje toca con redecilla la primera columnas, 210, 211 y 212 en la segunda
y lazo sobre la frente, viste camisa engolada y 228 y 229 en la tercera.
y porta un jubón y pantalón de color amarillo, _Sirvienta limpiando pescado. La escena, en-
con faja listada verde, calzas blancas y moca- marcada en cenefa de cintas, muestra a una sirvien-
sines de hebilla. Su marca dorsal es la nume- ta con una mano de mortero que intenta atizar a un
ración inscrita en un círculo. Dos azulejos que gato que le roba un pescado. Detrás de ella se ve un
sirven de enlace con la dama y presentan la tajón de madera con el cortante depositado sobre él,
parte baja de los papagayos, llevan el círculo y frente a ella se simula la bancada de la cocina con
sin numeración. Un tema relevante en rela- una fuente con salmonetes, una aceitera, un hornillo
ción con este panel es que no posee forma re- con una sartén al fuego, otro gato agazapado, un
gular, sino que se debió realizar para encajar almirez y una lámpara de latón con vela frente a
en el hueco en el que se inserta, aunque sin un cesto con fruta y cebollas, pepinos, coles y nabos
embargo parece obra original del siglo XVIII. desparramados. De la pared penden un almirez, una
4. Por encima de éstos se situó un panel con parrilla, una aceitera, un rallador, y un cucharero.
elementos de cocina y aves colgadas, que es Algunos elementos, como el gato, la aceitera y el
parte de una composición original de 49 azu- mortero, señalan el uso del mismo estarcido en la
lejos de los que se conservan 36. Las piezas cocina del barón de Llaurí documentada por Almunia
no llevan marca y van numeradas en vertical (1929). Por otra parte el soporte de las cucharas es
y el panel original estaba formado por 13 co- idéntico al de la cocina de Exarchs (Pérez Guillén,
lumnas y cuatro hileras. 1994). No presentan marca, pero si numeración que
_Escena sobre el vano de la puerta que presen- recorre el muro y deja el banco sin azulejos, lo que
ta útiles de cocina realizado con un montaje que indica que la escena estaba prevista para este tipo
utiliza restos de paneles marcados con una cruz y de montaje. La cenefa de cintas es original y se in-
numerados, colocados de forma efectista sin respetar tegra en el panel.
el orden original. En él vemos morcillas, un morcón,
gallinetas, tordos y bandeja, brasero, badiles, espu- El montaje poseía otros elementos menores de com-
madera, cazuela, jarro, capazo, linterna, enfriador, plemento:
palmatorias, cortantes, aros salvamanteles, etc. La _Ramo floral sujeto con cintas. Panel de aire
repetición de elementos explicita la reutilización de neoclásico que se utilizó para recubrir la campana
varios paneles. Se compone de 81 azulejos, de los de la chimenea con 37 azulejos. No poseen marca
cuales 51 son del siglo XVIII y el resto repuestos. de colocación.
_Panel de los pollos. Una pequeña escena de 12 _Panel con cacharros (3 x 8 azulejos). Suspendi-
azulejos, presenta dos pollos colgados. Su reverso dos de alcayatas en la parte superior del panel de

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San Juan de la Cruz vemos: jarra, chocolatera, es- sobre la panera. Al otro lado de la mesa la gobernan-
pumadera, bandeja, dos cazos, cazuela y cedazo de ta tiende el brazo derecho hacia él mientras sostiene
arroz. Marcados con “0” en manganeso. una escoba en la mano izquierda. El hombre viste
_Cenefa floral superior con cintas y un tallo de de torrentino, con casaca verde, camisa de cuello
trepadora con hojas, que es montaje moderno con alto, corbata, fajín rojo, manta morellana colgada
algunas piezas originales del siglo XVIII. del hombro y calza alpargatas de esparto con cintas
Finalmente de los paneles que presentó la cocina negras sobre calzas blancas. Porta el sombrero típico
Vallvert se han perdido: valenciano luciendo largas patillas y su indumenta-
_Escena con patos colgados del muro. ria es en todo similar a las representaciones corres-
_Perro y gato, que se enfrenta al ratón situado pondientes a tipismos de valencia de repertorios de
al otro lado de la puerta del muro. tacos xilográficos conservados en la Real Academia
de Bellas Artes de San Carlos. La dama viste con un
Grupo D-1785-1800. Paneles adaptables. largo vestido azul ceñido en el pecho con un volante
blanco en el vuelo de la falda, luciendo un amplio
D1- Reducción del panel a escena singular. escote rodeado por un pañuelo listado, a la moda
francesa. Se peina con tirabuzones y recoge el pelo
• D1.1. Cocina de la casa de Montortal (Carcai- en un moño formado por trenzas, luciendo pendien-
xent). Estudiada por Vicent Guerola i Blay (2002), es tes de aro. Los personajes se dibujan con una ex-
un claro ejemplo de la cocina valenciana neoclásica de traordinaria calidad pictórica, lo que ha permitido
estilo Carlos IV. Se caracteriza por presentar paneles atribuir el panel a la Real Fábrica de Azulejos de Va-
que se colocan a media altura del muro, de 7 azulejos lencia. Dos animales completan la escena, un perro
de altura (1,47 m). Paneles de este tipo se encuentran a la izquierda que llega con el sirviente, mientras un
en la cocina de la Casa Santonja (L’Olleria, Valencia), gato sestea displicente bajo la panera. De los muros
desmontada y hoy en la colección Pérez García de penden un cedazo de arroz de latón, una aceitera,
Cuenca. Aunque la cocina fue recolocada a principios una ristra de botifarrones, dos pomelos, un toallero
del siglo XIX respetando la ubicación y paneles de una con toalla blanca sobre una jofaina sostenida por un
antigua cocina, los temas, individualizados por mar- mueble de tres pies, un garfio con un costillar y una
cos añadidos o incorporados al dibujo, forman una ristra de blanquets, un morcón blanco y abajo, una
unidad ya que pueden relacionarse directamente con tetera y una calabaza. La escena presenta muchas
tradiciones previas. similitudes, en calidad de dibujo y en la representa-
_El proveedor galante y la gobernanta. Se trata ción de la gobernanta, con un panel del Museu de
de la mejor escena del conjunto (7 x 13 azulejos). Ceràmica de Barcelona y, de dibujo algo inferior, con
Incorpora marco superior e inferior formado por una otro de la colección Brugarolas de Barcelona (Guero-
cenefa de palmetas con ramitos con hojas, típica- la i Blay, 2002: 283).
mente neoclásicos. La escena representa la llegada _Dos sirvientas trabajando en la cocina (5 x 6
del sirviente con un capazo de verduras que deposita azulejos). En un dibujo neoclásico de cierta calidad

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vemos una sirvienta sentada en silla de enea mien- mangas que cubren el antebrazo y manteleta blanca
tras selecciona alubias. A su derecha, otra sirvienta dejando un escote amplio y redondo, muy influen-
de pie se encuentra delante del tajón de madera en ciada por la moda francesa. Del muro penden una
el que corta un costillar. La indumentaria de ambas parrilla, una sobrasada, una rejilla con tres huecos
es sencilla vistiendo camisa blanca con pañoleta redondos para calentar jícaras, ristra de botifarrones
cruzada sobre el pecho, delantal y larga falda, azul y una cinta. Sobre el suelo vemos una heladera, una
y verde respectivamente. Ambas recogen su pelo en tinaja y una cebolla.
moño. En las escarpias de la pared vemos una ristra _Naturaleza muerta con faisán, pato y conejo
de botifarrones, un jamón y un costillar. La escena (5 x 4 azulejos). La escena presenta las tres piezas
parece pertenecer a la producción del 1800 de las pendiendo de una cinta azul. Bajo ellas, un gato
Reales Fábricas. agazapado las observa. Por la perfección en el trazo
_Panel del fregadero (5 x 8 azulejos). Sobre él se y la delicada combinación cromática Guerola supone
representan útiles de cocina colgados de escarpias que es obra de Juan Bru Plancha, pintor de las Rea-
de cierto interés, como son, de izquierda a derecha: les Fábricas de Azulejos de Valencia.
jamón, puchero y manojo de laurel sobre un plato _Heladera y candelero de latón (4 x 3 azulejos).
de pescado, sigue una ristra de botifarrones, un sal- Ocupa parte del muro sur de la cocina destacando
vamanteles de esparto, un fuelle y un plato con una ambos elementos por la calidad pictórica.
jícara de chocolate volcada. Siguen dos perdices, _Panel de los dátiles (5 x 2 azulejos). Siendo
una chocolatera, un brasero y un badil, otro brase- extraña su representación, vemos varias ramas con
ro con redecilla perforada para mantener calientes dátiles junto a un candil metálico de aceite, una
unas jícaras con chocolate y bizcochos al calor de las “paella”, un brasero y dos cabezas de ajo.
brasas, una sartén, una parrilla y unas velas.
_Panel del hogar (3 x 12 azulejos). Por su temáti- • D1.2. Panel de D. José, 1789 (MNCV
ca estuvo evidentemente ubicado sobre una bancada CE1/00525). En el Museo Nacional de Cerámica se
en su colocación original. Presenta elementos colga- conserva una singular escena familiar interior comple-
dos de alcayatas como una paleta para cortar carne, tada por un texto que dice: “El que mire este Pais/ ad-
una escudilla, dos perdices, un tajante, salchichas, vierta prudente y Cuerdo/ que Dn. Joseph está leyen-
un badil, un cucharero, un bacalao, un salvaman- do/ su muger está Cosiendo/ Sebastián está mirando/
teles de aro, una rama con peras, otra con ciruelas Mariquita trabajando/ Eleuterio como niño/ a pelota
y otra con naranjas. A nivel del desaparecido banco, está Jugando/ y Anica con su estropajo/ los platos está
vemos unas berenjenas, unos nabos, mazorcas, col, fregando. Año 1789”. El panel mide 7 x 17 azulejos y
alcachofas, melones y cebollas. aparece enmarcado por tres de sus lados, lo que será
_Panel de la sirvienta con bandeja (5 x 4 azule- característico de algunos paneles de nuevo cuño. De
jos). La sirvienta centra la escena portando una ban- hecho la escena, con figuras casi de tamaño natural,
deja con un pollo asado. Presenta el pelo recogido en presenta en su extremo derecho al sirviente Sebastián
moño y viste larga falda con florecillas, camisa con con su escopeta tocado con bicornio y con el pelo re-

26
cogido por una redecilla, vestido con un jubón azul un brasero con su badil en forma de venera, tres man-
sobre camisa, pañuelo negro al cuello, capote, faja cerinas con cenefa neoclásica, otra jarra con paisaje,
listada, pantalón bombacho, calzas blancas y zapatos un fuelle y un cordero desollado. Abajo la esquina iz-
de hebilla. A su izquierda está la señora de la casa con quierda presenta un tarro de “Almívar” y en el lado
indumentaria neoclásica, con el pelo recogido en rede- opuesto vemos una olla con brasas.
cilla sujeta con un lazo sobre la frente, pendientes de
lágrima, collar de perlas, vistiendo jubón sobre camisa •D1.3. Panel eucarístico del Colegio del Corpus
blanca, delantal y falda tornasolada en azul y verde, Christi (10 x 15 azulejos). Año 1796. Sabemos que
en actitud de coser mientras sostiene el costurero sobre fue encargado para la cocina del Colegio-Seminario
su regazo con un gato sentado a sus pies. El centro con motivo de la beatificación del Patriarca Juan de
de la escena lo ocupa la mesa sobre la que hay un Ribera (Pérez Guillén, 1991a y b) y realizado en la
canastillo con telas e hilo, tijeras, recado de escribir, Real Fábrica de Azulejos de Marcos Antonio Disdier.
una lámpara de latón con reflectante y despabilador El panel presenta muy buen dibujo y calidad pictórica.
y el libro Meditaciones. Compuesto por F. Luis de Gra- Muestra un cuadro con su marco cuyo exterior se rodea
nada que lee don José sentado a su izquierda. Bajo la de pámpanos de uvas y hojas de parra, espigas, en
mesa, un loro se apoya en la chambrana y, frente a clara alusión eucarística, y cabezas de clavo de crisan-
ella, Anica lava, arrodillada, los platos en un lebrillo temo, doradas. Un capelo culmina la escena y bajo
verde típicamente valenciano vistiendo jubón, camisa, él una filacteria indica: Tibi post haec ili mi ultra quid
pañuelo en pico, delantal y larga falda. Don José, to- faciam, lema del Patriarca. Preside la escena un osten-
cado como su mujer y sentado en una silla de enea, sorio que inunda de rayos dorados la escena, en cuyo
viste camisa engolada bajo un chaleco verde y casaca centro se vislumbra el calvario simulando un cristal
de rosetas sobre tela listada. Lleva faja rayada y pan- tallado, rodeado de querubines sobre una cartela en
talón hasta la rodilla de la misma tela que la casaca, la que se lee “Alabado sea el Santisimo Sacramento
sobre calzas blancas y zapato de gran hebilla. Detrás del Altar”. A los lados sendos ángeles orantes sobre
de él está Eleuterio, con su pelota en la derecha, ves- henchidas nubes aparecen surmontados por otros pe-
tido igual que su padre aunque con casaca y pantalón queños querubines. En la parte inferior del panel se
azul y tocado con barretina. A su lado Mariquita, de lee “AÑO” “1796”. Este caso no es habitual y aunque
pie, presenta el pelo recogido con un moño de trenzas fuera concebido como panel de la cocina del Colegio
sujeto con dos rascamoños de cabezas turquesa. Lleva Seminario, es evidente que su ánimo es evocar el ali-
pendientes de lámpara, camisa y pañuelo con jubón mento espiritual más que los placeres mundanos de la
oscuro y falda hasta los tobillos de tela similar a la comida y su ostentación.
casaca de don José con franja de encaje, calzando es-
carpín negro. La escena se encierra en un marco que D2-1815-1830. Paneles de escena limitada.
simula madera tallada. Del muro penden, en el mis-
mo orden, una ristra de ajos, una jarra con un paisaje Como un paso más hacia las escenas restringidas en
azul, una espalmatoria, un jarro aguamanil metálico y dimensiones y narración, aparecen hacia 1815 los

27
Fig. 9. Panel de cocina con escena campestre (MNCV CE1/13875).

paneles de sirvientes que Pérez Guillén denomina grera y en el fondo se representa en una alacena un
de “escena limitada”. Un grupo notable de ellos se tonel que vierte vino en un lebrillo bajo un estante en
conserva en el Museo Nacional de Cerámica, algunos el que reposa otra vinagrera.
en la cocina. Son paneles de pequeño tamaño (5 x
4 azulejos) y en ellos vemos un personaje presidien- D3-1820-1850. Escenas monumentales.
do una escena anecdótica, como el sirviente portan-
do una cazuela de arroz del horno Camino del Hor- Las fábricas de Valencia de R. Sanchís, heredera de las
no (Pérez Guillén, 2001, 2006: 248), o el Mozo de Reales Fábricas de Azulejos de Valencia, y de J. Mon-
bodega (CE1/00819). En el primero, un sirviente de serrat, entre otras, fabricaron escenas costumbristas de
largas patillas con camisa blanca, chaleco y calzones cocina y cinegéticas entre 1830 y 1860. En ellas se re-
blancos, llamados saragüells, calzando alpargatas de producen generalmente comidas aunque, a diferencia
largas cintas, porta un tablero o post con las hogazas de las cocinas anteriores, en éstas siempre se trata de
de pan cubiertas con un lienzo (maseres), mientras escenas campestres en la Albufera o junto a ríos. Los
bajo el brazo lleva una cazuela de arroz al horno, que personajes siguen estereotipos de conducta y los mismos
solía también cocerse en el horno de pan. Al fondo se temas procedentes de estarcidos realizados a diferentes
representa una mesa que sostiene una heladera, una escalas se ven en diferentes paneles. La indumentaria
fuente con dos vasos, un cántaro en el suelo, mientras masculina se reduce a tocado de sombrero de copa, ca-
cuelgan del muro una ristra de morcillas y dos cazue- misa de cuello vuelto, corbata ancha, chalecos y casacas
las. El dibujo posee un paralelo exacto en el chapado cortas con pantalón largo. Las damas visten anchos ves-
de la cocina de la casa señorial de l’Olleria (Casa San- tidos ceñidos en cintura, con escotes de pico o palabra de
tonja, col. privada Pérez García de Cuenca), en este honor y anchas mangas por encima del codo.
caso perteneciente a un panel adaptable. En la segun-
da escena (CE1/00820), el mozo de largas patillas y Podemos traer a colación varios ejemplos:
tocado con barretina lleva la consabida camisa bajo
un chaleco y pantalones largos listados. En la mano • D3.1. Escena campestre. Panel del Museo Nacio-
derecha sostiene un vaso con vino y en la izquierda nal de Cerámica CE1/13875 (10 x 21 azulejos) (Fig.
una enorme botella. Sobre su cabeza pende una vina- 9). Presenta una escena compleja con varios grupos de

28
personajes que disfrutan de una jornada en el campo.
En el registro superior aparecen un pescador, un gru-
po numeroso alrededor de una paella y otro alejado
de músicos y danzantes. En primer plano es visible un
hombre con un asno cargado con un gallo, mantas, un
cántaro, palomos y un melón, portador de los enseres
para la jornada, que tiende un porrón a una dama que,
junto a otro varón y otra dama sentada, van a tender
un lenzuelo que se encuentra dentro de un cesto; un
poco más allá una dama conversa con un cazador, con
escopeta y dos perros, mientras dos hombres desuellan Fig. 11. Azulejo de figura completa con un salvamanteles
un conejo con el que un tercero, prendiendo el fuego, (MNCV CE1/10041).

preparará una paella. Hay coincidencia en la atribución


del panel, dado su paralelo con una escena campestre • D3.2. Recolección de las aceitunas (4 x 6 azule-
conservada en el Museo de Mallorca y firmada por José jos) (Fig. 10). El Museo Nacional de Cerámica conser-
Sanchís y Cambra (†1845) sabiendo que éste aban- va otro panel que representa un paisaje lacustre en el
donó las Reales Fábricas para trabajar en la fábrica de que destaca un olivo en primer plano junto al que se
Miguel Royo García en 1821(Pérez Guillén, 2006: 81). sienta un payés con su perro (CE1/10408). Detrás de
M.P. Soler cree que debe fecharse hacia la década de él dos hombres que visten chaqueta corta y pantalón
los años treinta. De hecho, existe otra Merienda en el largo, uno de ellos tocado con un sombrero, conversan
Saler conservada en el Musée de Sèvres, en este caso de con una mujer junto a un niño que presenta a sus pies
la Real Fábrica regentada entonces por Ramón Sanchís tres capazos con aceitunas. El fondo posee dos planos
Benedito, hijo de José, que debe fecharse hacia 1836 en perspectiva: en el primero se distingue una casa
(Pérez Guillén, 2008: 23). con torre y en el segundo un paisaje montuoso. M.
González Martí atribuía el panel a la fábrica de José
Monserrat.

Grupo E-1830-1900. Azulejos de figura com-


pleta (Fig. 11).

Los azulejos de figura completa se documentan a


mediados del siglo XVIII generalizándose en las
cocinas de menestrales o burgueses durante el si-
glo siguiente. En la escena de la cocina Reig de
Onteniente se reproduce un interior en un panel de
escena limitada que copia a su vez la colocación de
Fig. 10. Panel de la Recogida de la Aceituna (MNCV, CE1/10408).

29
Fig. 12. Friso de la cocina de la casa del obispo Beltrán. © Archivo I.P.C. Diputación de Castellón.

los azulejos de figura completa (Almunia, 1929). de los obradores de las Reales Fábricas de Azulejos
Sabemos que se fabricaron en las Reales Fábri- de Valencia y debe fecharse entre 1825-1830 por
cas de Azulejos de Valencia entre finales del siglo presentar representaciones de personajes como el
XVIII y la tercera década del siglo XIX, en la fábrica Petimetre, típico de la parisina moda Restauración
González Valls al menos entre 1840 y 1854, en la (1818-1829), por modelos tomados de un pliego
fábrica de Novella y Garcés de Onda desde 1854 y del “juego de redolins” editado en Valencia por
en la fábrica Huerta de Manises en las últimas dé- Ildefonso Mompié en 1819-1821, y por seguir
cadas del siglo XIX. La producción no termina ahí algunos modelos numismáticos del momento. En
ya que en el siglo siguiente siguen fabricándose este caso, la cocina se ubicaba en la planta baja,
elementos de este tipo, algunos firmados por au- colindante con un patio y otra cocina sin decora-
tores como Teófilo García de la Rosa. Sus temas de ción. Los azulejos se concentraban en tres muros:
inspiración son las series de estampas Las Aucas, el mayor, con un ventanuco que comunicaba con
Los Gritos del Mercado, Trajes de España e incluso la entrada, el situado frente a éste rodeando unas
xilografías de literatura de cordel o de juegos de repisas de obra, y el del fondo de acceso a la se-
Redolín. Los azulejos de estas series son numerosí- gunda cocina. En esta cocina los azulejos cubren el
simos y se encuentran muy extendidos, existiendo muro desde una cierta altura hasta el techo, de-
sin embargo pocos casos documentados como la jando descubierto un zócalo de 1,2 m. aproxima-
cocina de la Casa Beltrán y la cocina de la casa damente. Ello sugiere que debió haber bancadas
Huerta de Manises: o mobiliario por debajo de esta franja decorada.
Son azulejos de figura completa, policromos, muy
E1. Cocina de la casa Beltrán (Fig. 12). Hasta la heterogéneos en su temática, en los que primó el
fecha ha merecido varios estudios habiendo sido criterio de la variedad en su selección. Pérez Gui-
incluso considerada producto de la Real Fábrica llén distingue tres paneles:
de Alcora. La reciente monografía de Pérez Guillén _Co-A. Lado mayor (6 x 20 azulejos). En las hileras
(2008: 30-42), considera que el conjunto procede inferiores predominan los temas zoológicos, en la ter-

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Fig. 13. Azulejos de González Valls conservados en el Museo Victoria & Albert. Londres. La producción es de 1851, cuando González Valls
concurrió a la Great Exhibition de Londres. Foto: Soler Ferrer, M.P. y Pérez Camps, J.: Historia de la cerámica valenciana, t. IV, ed. Vicent García,
Valencia, 1992, p. 96.

cera fila los alimentos y en la cuarta los utensilios de E2. Cocina de la casa de los Huerta (Fig. 13). Pro-
cocina. Las filas superiores presentan predominio de cede de una casa de Manises situada en la antigua ca-
frutales (5.ª) y carnes y embutidos (6.ª), pero en todas lle Buenavista n.º 17 (hoy Rafael Valls David) que se
las filas se interpolan azulejos con otras temáticas y en reformó en 1883 por María Huerta Mora y Lucio Ga-
su extremo derecho predominan las figuras humanas. llego Mora, cuya completa azulejería fue recuperada
_Co-B. Ángulo de acceso al comedor (6 x 13 azu- hace unos años por el Museu de Ceràmica de Manises
lejos y fila de 1/2 azulejos). Absoluto predominio (Pérez Camps, 2002). La casa presentaba numerosos
de personajes tomados de los repertorios de Cano y paneles que permiten conocer la decoración cerámica
Olmedilla, alternando los sexos aunque no buscando de una típica casa de Manises perteneciente a una
emparejamientos. Así son reconocibles tipos populares familia de fabricantes locales. La cocina presentaba
como Roncalés, Roncalesa, Huertana de Murcia, Mur- uno de los últimos conjuntos fechados de azulejos de
ciano, Maragata, Maragato, Abate, Manteísta, Ciego, figura completa documentados aún in situ, aunque
Aguador, Valenciano, mitológicos Sátiro músico, Sáti- recolocados en los años treinta. De hecho, la cocina
ro sentado, o simbólicos como la Aritmética. estaba completamente recubierta de azulejos blancos
_Co-C. Pared de las repisas (7 x 13 azulejos). Ex- excepto una cenefa de remate decorada con un mode-
cluye por completo las figuras humanas y las zoo- lo ecléctico que mostraba una flor en reserva, mientras
morfas, predominando los utensilios de cocina y el zócalo presentaba una cinta similar sobre otra hilera
algunos frutos. de azulejos jaspeados en azul y blanco. Sólo una de

31
Fig. 14. Azulejos de la casa de los Huerta de Manises. © Museu de Ceràmica de Manises.

las paredes presentaba el conjunto de 54 azulejos con o bizcochos que permiten un completo estudio etno-
representaciones de frutas, verduras, pescados, embu- gráfico. La cerámica en particular muestra las series
tidos, carnes, y útiles como botellas de vino, trébedes, y tipologías vigentes en cada momento por lo que
cucharas, platos, palmatoria, sartén, chocolatera, etc. constituye un importante documento de datación.
con la marca “HUERTA” de relieve en su reverso, per- En cuanto a las escenas más típicas de esos ámbitos
teneciente a Ramón Huerta Sanchís, padre de la pro- encontramos:
pietaria de la casa. Los motivos presentan elementos _El proveedor galante, en la que el sirviente
perfectamente continuadores de los azulejos descritos porta el capazo, en algunos casos con símbolos
anteriormente de la cocina de la casa Beltrán, cuya fálicos como las anguilas serpenteantes o insi-
fabricación sabemos que se inició en Manises por la nuatorios como la actitud de restregar el capazo
compra de un horno por el fabricante valenciano Ra- contra el vientre de la sirvienta, y de ahí su repri-
fael González Valls, el cual participó con una muestra menda. Se encuentra ya en cocinas de marco de
de ellos de su fábrica de la calle de Cuarte de Valencia rocalla, como en la cocina de la Masía del Carmen
en la Great Exhibition de Londres de 1851 (Fig. 14), de Bétera (antigua propiedad de M. González Mar-
conservándose en la actualidad en el Victoria & Albert tí) (Pérez Guillén, 2010: 69), en dos cocinas en
Museum (Ray, 2000). colecciones privadas, en Llaurí, Benicarló, Vallvert
y Montortal de Carcaixent y en la cocina Reig de
Temas recurrentes en la azulejería Onteniente. Señala Pérez Guillén que el tema po-
de cocina valenciana see precedentes en la pintura flamenca, como en
el cuadro de Willem van Mieris El proveedor, o en
Además de las numerosas representaciones de ca- cartones goyescos como La dama y el embozado
charrería y utillería de todo tipo que se representará (Pérez Guillén, 2010: 70).
tanto en los paneles como en los azulejos de figura _La sirvienta y el gato ladrón. Aparece en las
completa, se observa una gran riqueza gastronómica cocinas de Benicarló, Vallvert, Eixarcs, del Barón de
en la variedad de carnes, pescados, verduras, postres Llaurí, cocina del Museo Nacional de Artes Decora-

32
tivas y cocina Dorda (col. Folch). La inspiración cena de familia (panel de D. José) o el Banquete
parece proceder del grabado napolitano de Giuseppe (MNCV, CE1/00512), que no siendo frecuentes
Reco o Luca Giordano (Pérez Guillén, 2010: 74). se conservan entre los fondos el Museo Nacional
_Caza colgando. Visible en las cocinas Vallvert, Co- de Cerámica y Artes Suntuarias “González Martí”.
cina del Museo Nacional de Artes Decorativas, Dor- Como rareza, cabe comentar que la cocina Dorda
da, Benicarló, Eixarcs o Montortal, parece originarse poseía una escena cinegética de la caza del ciervo
en el grabado napolitano aunque se encuentra en (Almunia, 1929).
algún cartón de Goya para tapiz como en Naturaleza
muerta con puñal y caza (c. 1764) (Pérez Guillén, Aspectos técnicos
2010: 75). Un caso excepcional es el del panel con
un pato, liebre y faisán de Montortal, atribuíble a La azulejería de cocina surge en momentos de re-
la mano del magnífico pintor de las Reales Fábricas cuperación económica y de introducción de nuevas
Joan Bru y Plancha. modas y usos sociales en la segunda mitad del si-
_Sangrado de los corderos. Visible en las cocinas glo XVIII. Los primeros ejemplos presentan motivos
del Museo Nacional de Artes Decorativas, Benicarló rococó, pero pronto se generalizarán los modelos
y Vallvert. estéticos neoclásicos con claras representaciones de
_Servicio de chocolate. Suele presentar a los sir- la moda de la época de Carlos III, posteriormente
vientes portando bandejas de jícaras y dulces. Se de Carlos IV y luego Imperio. La técnica sufrirá una
encuentra en la cocina del Museo Nacional de Artes evolución paralela variando aspectos en el formato,
Decorativas, Benicarló, Ochando de Requena y en en la paleta cromática, lo que equivale a decir en la
paneles sueltos del Museo Nacional de Cerámica. En formulación de pigmentos, y finalmente en las téc-
algunos casos son las sirvientas, como en la cocina nicas de conformación, pasando del molde de caja
Dorda o Eixarcs. a la conformación por vía semi-húmeda con prensa
_Panel de los esclavos negros. Visible en cocinas de husillo, típica de las fábricas tardías de Novella y
como la de Museo Nacional de Artes Decorativas, Garcés y de Huerta.
Benicarló, en la cocina de la marquesa de San Joa-
quín y en la cocina de la colección Folch. El proceso de fabricación general pasaba por la
conformación de la loseta en una caja o molde de
Otras escenas no son de uso general pero permi- madera, llamado en Valencia graella. El azulejo de-
ten dotar de cierta especificidad a algunas de las bía poseer una cierta carga de aplásticos (desengra-
cocinas conocidas, como el Proveedor de nieve o santes), aunque no muy gruesos, para poseer buena
la Fabricación de Helados en el caso de la cocina resistencia mecánica, y es posible que se añadiera
Eixarcs, el Asado de los Corderos en la cocina de chamota -restos de ladrillos machacados-. Luego se
Benicarló, y aún temas acuáticos como corales y procedía al secado que en ocasiones ha dejado mar-
peces en la colección Folch, las Mujeres trabajando cas en relieve de esteras o veteado de madera en el
en la cocina en Montortal de Carcaixent o la Es- reverso. Tras ello se procedía a una primera cocción

33
del bizcocho a una temperatura de 950 a 1.000 ºC. son fundamentales para realizar atribuciones de taller
Posteriormente se procedía al baño del pigmento de y poseen un claro valor cronológico. Las marcas dor-
esmalte disuelto en un baño acuoso llamado talbina sales, en concreto, permiten ordenar correctamente los
en Manises en el siglo XIX, el cual solía contener paneles según fueron concebidos en origen, ofrecen
aglutinantes orgánicos como almidones o cola para datos sobre la coherencia de los conjuntos que encon-
permitir su decoración sin degradarse. El esmalte tramos yuxtapuestos, pueden ser útiles para identificar
contenía como elementos básicos óxido de estaño procedencia y autoría y permiten reconocer las piezas
(5%), óxido de plomo (galena y alcohol de alfarero) extemporáneas de un conjunto. La decoración a pincel
(30%), arena o cuarzo limpio (30%), sal marina o de los anversos se realizaba con pigmentos preparados
de cocina y sosa, todo lo cual se cocía previamente para obtener los colores finales. En general, el blanco
para formar una calcina. El vidrio resultante se molía era el esmalte de estaño comentado, mientras la com-
y se emulsionaba en agua para su aplicación. posición básica de los colores se puede conseguir con
las siguientes combinaciones:
La decoración exigía la preparación previa de un mo- (1) Blanco: óxido de estaño (5%), óxido de
delo coloreado tomado de estampas o trazado por plomo (galena y alcohol de alfarero) (30%),
un pintor en el taller. Para trasladarlo al azulejo se arena o cuarzo limpio (30%), sal marina o de
realizaba un estarcido, consistente en una plantilla cocina y sosa
de papel encerado que se perforaba siguiendo el con- (2) Amarillo: 91% (1) + 9% amarillo de
torno del dibujo. Esta plantilla se colocaba sobre la Nápoles (antimonio)
superficie del esmalte y pasando sobre él un trapo o (3) Verde puro: 91% (1) + 9% “batidura
algodón con carbón los puntos quedaban señalados de cobre”
sobre la superficie a pintar. Si el dibujo ocupaba varios (4) Verde pistache: 94% (1) + 4% (3) +
azulejos había que proceder previamente al marcado 2% (2)
dorsal. Se escogían los azulejos que iban a formar la (5) Violeta: 96% (1) + 4% peróxido de
composición, se marcaban con óxido de manganeso manganeso
siglas que identificaban el panel concreto (un círculo, (6) Azul marino: 95% (1) + 5% óxido de
un cuarto de círculo en una esquina o en dos, una cobalto claro
flecha, dos rayas paralelas, etc.) y se añadía luego un (7) Rojo: óxido de hierro
número de posición para preservar la orientación del (8) Marrón: (1+2+7) + cromato férrico
conjunto. Ésta no seguía siempre el mismo orden y Cr203
podía correr de arriba a abajo en hileras, o de derecha (9) Naranja: SiO2PbO + K2O + 4% Sb2O3
a izquierda o viceversa en filas horizontales, pero era + 3% Fe2O3
de suma importancia para entender luego la lógica Son conocidas numerosas fórmulas cerámicas de los
compositiva. Por ello, la comparación de las marcas siglos XVIII y XIX, algunas publicadas por el conde
dorsales y de motivos, la caligrafía particular de la de Casal (Escrivá de Romaní, 1919) referidas a la
rotulación y los detalles de calidad pictórica y técnica cerámica de Alcora, otras proceden de un manual

34
de cerámica de M. Piñón (1880), otras del tratado sobre un zócalo corrido de azulejo seriado, mientras
de A. Brogniart (1867), del ingeriero R. Valls David en Eixarcs hay paneles que nacen del suelo, otros de
(1894), del técnico F. Quer (1932) y otros inéditos altura intermedia sin zócalo y finalmente un tercer
de los que hemos sintetizado la información pre- grupo que se concibió para ubicarse sobre las banca-
cedente que debe tomarse como aproximativa. De das. El caso de la cocina Vallvert ilustra claramente,
hecho sólo la arqueometría permite conocer exacta- aunque aquí se trate de un montaje aprovechando
mente la composición de los vidriados y pigmentos paneles de varias cocinas, que existió un modelo
y ello puede ser usado para reconocimiento de pro- de chapado completo, por lo menos fechable hacia
ducciones o expertización, aunque existe escasa in- 1785, que cubría el muro completo.
formación sobre estas producciones con la excepción
de los estudios de Lucas et al. (2008). Siguiendo En algunos casos las escenas de cocina llevan filacte-
con el procedimiento de fabricación, una vez seca la rias explicativas como en la “cocina de la filacteria ca-
decoración se colocaban en el horno para su cocción ligráfica” (colección de Valencia) (Pérez Guillén, 2010:
a unos 900 ºC. Las evidencias de los hornos de coc- 69-99), y en otros paneles con versos o textos con el
ción de azulejos, de los que se han excavado restos mismo sentido como el de don José del Museo Nacional
del taller de Vicente Navarro en la calle Corona de de Cerámica. Ciertas semejanzas de dibujo y acabado
Valencia y de la Real Fábrica de Alejandro Faure en entre ellos, así como la coincidencia en la presencia del
la calle Mossen Femades, indican que los azulejos texto, sugerirían que se trata de las obras finales del esti-
se apoyaban de lado para cocer la pieza en vertical, lo de Carlos III fechables en la 8.ª década del siglo XVIII.
evitando así que la fusión de los esmaltes pegara los Por otra parte, el texto explícito -aquí una oración- está
azulejos y el calor los bandeara. presente también en el panel eucarístico del Seminario
del Corpus Christi de 1796. Todas esas obras sugieren
Conclusiones su producción en la fábrica de la calle Mossen Femades,
que desde 1778 será propiedad de Marcos Antonio Dis-
La cocina de arrimadero cerámico nace con ejempla- dier y Real Fábrica desde 1795.
res rococó, con marcos de rocalla, pero hacia 1775
incorpora claramente elementos neoclásicos, como Los paneles de cocina adaptables permiten una
rameados con cintas y personajes con indumentaria mayor libertad de ubicación, al tiempo que su-
Carlos III. Sus paneles de azulejos se montaban a ponen un menor precio, frente a las cocinas de
partir de composiciones perfectamente sigladas y or- arrimadero cerámico o de chapado completo o a
ganizadas que cubrían el muro hasta una altura de las escenas singulares, sin duda de encargo. Los
1,80 a 2 m. Presentan un enmarcado decorativo de paneles de escena limitada son escenas adocena-
rameados que sirve de enlace y unifica la composi- das, de dimensiones pequeñas, en especial en el
ción general, como vemos en la cocina Eixarcs o en caso de los paneles de sirvientes que pueden fe-
Benicarló. Sin embargo hay diferencias en la apli- charse entre la segunda y tercera década del siglo
cación, ya que los paneles de Benicarló se colocan XIX que se ubicaban en la cocina seguramente

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rodeadas de azulejos de serie. Sin embargo, den- Niños de San Vicente que aún conserva numero-
tro del grupo existen paneles independientes que sos ejemplares.
incorporan su propio marco y que fueron concebi-
dos para espacios concretos, como la escena eu- Las marcas dorsales han podido ser observadas con
carística del Seminario del Corpus Christi, y otras detalle en el caso de la cocina Vallvert, aunque per-
de carácter decorativo y profano, en general con tenezca a una cocina instalada en el siglo XX. Ello ha
escenas costumbristas. En este caso estos produc- permitido saber que todas las escenas van sigladas
tos, que podemos fechar entre 1830 y 1860, se con marca identificadora de panel y de posición y re-
adaptaban a la capacidad económica del cliente, conocer paneles de hasta 2 m. de altura y de longitud
ya que era posible adquirir escenas de pequeñas variable, que corresponderían a cocinas de arrimade-
dimensiones como el panel de la recogida de la ro, y los que debieron pertenecer a cocinas de chapado
aceituna, o grandes zócalos, de dos metros de completo de hasta 3,6 m. de altura, como demuestra
altura y hasta cuatro de longitud como la escena el panel de la dama que da de beber a un niño.
campestre del Museo Nacional de Cerámica. Es-
tas producciones coinciden con un cierto interés En cuanto a las atribuciones de autoría, han podido
en la utilización de la azulejería como elemento identificarse contratos de compra a la fábrica de Ale-
decorativo de interior con temas mitológicos o jandro Faure de la calle Mossen Femades en el caso de
históricos en diversas partes de la casa, como el la cocina de Benicarló (1776), atribuirse a la Real Fá-
recibidor, el comedor o el dormitorio, además de brica de Azulejos de Valencia las cocinas con cartelas
esas escenas de cocina. Este hecho se demues- o filacterias epigráficas, como el panel de don José de
tra por casos documentados como la Casa de los 1789 o el panel eucarístico del Seminario de Corpus
Huerta de Manises, en la que llegaron a colocar- Christi de 1796, o algunas escenas de la cocina de
se copias cerámicas de cuadros históricos (Pérez la casa Montortal de Carcaixent, incluso atribuyendo
Camps, 2002), o en la Casa de la Pradera de el panel del faisán, el pato y la liebre al pintor Joan
Castellón (1924), mucho más tardía y allí deco- Bru y Plancha. Para el siglo XIX, también parece clara
rada con cuadros cerámicos de la fábrica Porcar la atribución del panel de la Merienda Campestre del
pintados por José Soriano (Coll Conesa, 2009: Museo Nacional de Cerámica a la Real Fábrica de Ra-
261). Ello hace pensar que la pintura cerámica món Sanchís, o a su padre Josep Sanchís de la fábrica
de temática histórica, como los paneles La Entre- Royo, mientras la escena de la recogida de la aceituna
ga de las Llaves de la ciudad de Valencia (1837) pertenece a la fábrica de José Monserrat. Hemos cons-
(Pérez Guillén, 2000; 2008: 5), debió tener esta tatado además que los azulejos de figura completa se
finalidad decorativa. De forma paralela a estas fabricaron en las Reales Fábricas, en la fábrica de Ra-
series se fabricaron los azulejos de figura comple- fael González Valls de Muro de la Corona, en la fábrica
ta para cocina de amplia clientela, tanto privada de Novella y Garcés de Onda y en la fábrica Huerta
como para cocinas de instituciones religiosas o de de Manises, al menos hasta la década de los años
carácter social, como el Colegio Imperial de los ochenta del siglo XIX.

36
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38
La cocina de azulejos del Museo Nacional de Artes Decorativas1
Manuel Alonso Santos. Investigador

A finales del siglo XVI existía en Valencia una estable servados3, la cocina del Museo Nacional de Artes De-
producción de azulejos de tipo renacentista pintados corativas (MNAD) se encuadraría dentro de las cocinas
sobre esmalte blanco. Esta tradición debió contribuir de chapado completo y figuras de tamaño casi natural
al despegue comercial de un buen número de “fábri- que se desarrollaron hacia 1780 – 1790. Su decora-
cas” a partir del segundo cuarto del siglo XVIII que ción forma un conjunto homogéneo, pero cada uno de
hicieron de la industria azulejera valenciana una ac- sus cuatro muros está tratado de manera individuali-
tividad económica de primer orden2. De sus hornos zada: las paredes 1 y 4 (Fig. 1 y 2) contienen escenas
salió una ingente cantidad de azulejos decorados con desarrollo narrativo dispuestas a la altura de los
con un variado repertorio decorativo acorde con la ojos del espectador, y sobre ellas se dispone otra fran-
estética rococó y neoclásica de la época, y que fue- ja más amplia con numerosos objetos y alimentos. La
ron utilizados para cubrir todo tipo de obra interior pared 2 (Fig. 3) está reservada para la representación
y exterior: zócalos, solerías, contrahuellas de esca- de la preparación y el almacenaje de alimentos en dos
leras, entrevigados, balcones, paneles decorativos, zonas diferenciadas, una con un fogón y otra con unos
via crucis callejeros, señalización urbana, etc. Quizá vasares o repisas de obra. Finalmente, en la pared 3
la producción más destacada y particular fueron los (Fig. 4) sobre el pozo se representa una imagen de
paramentos y paneles decorados con escenas y ob- la Virgen del Carmen con el Niño repartiendo esca-
jetos de cocina a modo de sugerentes trampantojos. pularios de la orden carmelita a las almas salidas del
Purgatorio4; y a un lado de la estantería de madera
El inicio de esta producción se sitúa hacia 1770, y empotrada vemos un gato que ha hurtado un pescado
atendiendo a la clasificación de los ejemplares con- de un lebrillo y otro que trata de lamer la sangre de un

1 N.º inv. CE05135.


2 Un buen resumen de la historia cerámica valenciana en Coll Conesa, J., 2009.
3 Para más información sobre la clasificación, producción y las cocinas de azulejos conservadas, véase el texto de Jaume Coll Conesa en la
presente publicación.
4 En este tipo de paramentos de azulejos no es extraño que aparezcan imágenes religiosas que no guardan relación con el repertorio “costumbris-
ta” del conjunto, y que responderían a una función protectora sobre las aguas del pozo o sencillamente a una devoción personal de los dueños
de las casas. Otro ejemplo de estos motivos es la imagen de San Juan de la Cruz que incluía la cocina que el barón de Vallvert mandó instalar
en el palacio valenciano que compró en 1918.

39
Fig. 1. MNAD, cocina de azulejos, pared 1. © MNAD, Ministerio de Educación, Cultura y Deporte.

Fig. 2. MNAD, cocina de azulejos, pared 4. © MNAD, Ministerio de Educación, Cultura y Deporte.

40
Fig. 3. MNAD, cocina de azulejos, pared 2. © MNAD, Ministerio de Educación, Cultura y Deporte.

Fig. 4. MNAD, cocina de azulejos, pared 3. © MNAD, Ministerio de Educación, Cultura y Deporte.

41
cordero recién sacrificado. Encuadrando los vanos de (un fuelle, una chocolatera y un anafre o anafe7
la cocina se disponen unos historiados motivos orna- con una sartén en la que se están friendo unos
mentales formados por flores, frutas, pájaros y tritones pescados), así como los pertrechos que debían
sobre unas volutas que se rematan formando rocallas, permanecer a la mano del cocinero: cazos, sar-
cordones o incluso dos sirenas con alas. “Enmarca” tenes, cucharas, cucharones, morteros, aceiteras,
todo el conjunto, junto al techo y el suelo de los cuatro vinagreras, una parrilla, una tabla para cortar, etc.
muros, una cinta entrelazada con tallos ondulados de Por el resto de la cocina se distribuyen también
los que nacen hojas, flores y diversos frutos5. otros enseres del ajuar doméstico como por ejem-
plo calderos, peroles, braseros, badilas, trébedes,
A pesar del esquematismo en la pincelada, la mayo- tenazas, anafres, cuchillos, almireces, candeleros,
ría de los objetos y alimentos representados mues- palmatorias, etc.
tran una gran variedad y naturalismo: colgados de
clavos y ganchos pintados, sin distribución aparente Los azulejos entre los vasares de obra están decorados
pero bien ordenados e individualizados, aparecen con unos capiteles corintios unidos por guirnaldas de
por toda la cocina aves (gallos, pavos, patos, per- flores8 simulando soportar las repisas, que quedan
dices, codornices y becadas), mamíferos (conejos y “vacías” para poder disponer objetos reales en ellas.
corderos), pescados (unos en lebrillos para ser lim- En la estantería superior aparecen representados sobre
piados y otros colgados para ser cocinados o para una idea de suelo algunas piezas que servían para
conservar -Fig. 5-), verduras, frutas y hortalizas de contener alimentos o bebidas: un enfriador de corcho,
todo tipo, y también alimentos elaborados o en con- un cesto con brevas, una caracolera o una anguilera de
serva como bacalaos en salazón y embutidos (jamo- cerámica cubierta con una bandeja de loza blanca que
nes, morcones, salchichones y butifarras). soporta unas empanadas o artaletes9 , y unas orzas y
compoteras tapadas con lienzos y en los que figura la
Estos víveres se alternan con todo tipo de utensi- inscripción sobre su contenido: “Açeytunas sevillanas”,
lios usados en una cocina: en la zona del fogón se “Almibar” y “Confitura de Binigani[m]”.
concentran los objetos relacionados con el fuego,
ya sea para la iluminación6 (velas, velón, despa- El almíbar o sirope, por su sencillez, es uno de los postres y
biladeras y candiles de garabato) o para cocinar edulcorantes más antiguos, además de una forma de con-

5 Azulejos de serie con cintas semejantes aunque no idénticas se recogen en Pérez Guillén, 1996, nos. 600 y 793.
6 La primera labor de un sirviente por la mañana y la última de la noche era encender y apagar el fuego y las luces.
7 Anafe: “Especie de hornilla portátil de hierro, barro, o piedra blanda, que según su materia tiene diferentes figuras”. (Diccionario Autoridades,
1770. Todos los diccionarios de la Real Academia Española se pueden consultar en su página web a través de la aplicación “Nuevo Tesoro
Lexicográfico de la Lengua Española”, NTLLE).
8 Azulejos con motivos semejantes en Pérez Guillén, 1996, nos. 770 y 771.
9 “Empanadilla o pastelillo que se cuece sobre un papel, compuesto de carne picada, regularmente de ave, o ternera, con dulce, y a veces con
manjar blanco. Es voz tomada del Francés Tartellete, que significa lo mismo” (Diccionario Autoridades, 1726, NTLLE).

42
tes) de frutas y hortalizas como calabaza, ciruela, melón,
melocotón o de la parte blanca de la sandía, que debían
haber sido sumergidos durante la noche anterior en agua
con cal para mejorar su textura.

Este nivel de detalle en la representación de los


objetos convierte a estos azulejos de cocina en una
interesante fuente para el historiador, casi como
una “fotografía idealizada” de los usos y costum-
bres alimenticios de la época (al menos de las clases
acomodadas). Gracias a ellos podemos observar que
la distribución y equipamiento de la cocina de una
Fig. 5. MNAD, cocina de azulejos, pared 1 (detalle): pescados unidos casa principal no sufrió muchas variaciones en si-
por el ojo y manojo de velas. © MNAD, Ministerio de Educación, glos, puesto que son similares a las que aparecen
Cultura y Deporte.
en pinturas, grabados y dibujos de España, Francia
servación de frutas y dulces que debía elaborarse en todos u Holanda desde el siglo XVII hasta el XIX11. Tam-
los hogares de manera regular. Se trata de una disolución bién nos ayudan a conocer la finalidad de ciertos
sobresaturada de agua y azúcar que se cuece hasta que objetos que han desaparecido o han cambiado de
comienza a espesar; su consistencia depende de la canti- uso, como por ejemplo las salvillas con pie, que se
dad de azúcar y del tiempo de cocción, siendo la base de empleaban para presentar objetos en la mesa, no
mermeladas y confituras como el arrop, un dulce típico del como fruteros (Fig. 6), o las bandejas, sobre las que
levante español10. El Arrop i tallaetes o taulletas (arrope se servían “cosas menudas y sueltas como dulces
y rodajitas) se conocía en el siglo XVIII como confitura de secos, bizcochos, pañuelos, guantes y otras especies
Benigánim, por la fama que gozaba la que se elaboraba de no mucho peso y volumen”12.
en esta localidad del Valle de la Albaida, y consistía en un
sirope muy oscuro hecho a partir del mosto concentrado de En cuanto a las escenas con figuras humanas, a di-
una uva muy dulce al que se le añadía cal para neutralizar ferencia de otros ejemplares conservados, los perso-
la acidez; tras la cocción, se le incorporaban trozos (tallae- najes de la cocina del MNAD no están representados

10 En zonas limítrofes a la Comunidad Valenciana como Cuenca, Albacete o Murcia se conoce como arrope, y en Aragón se denomina
mostillo.
11 Esta distribución en las cocinas se han mantenido en muchas zonas rurales de España hasta bien entrado el siglo XX, época de la que provie-
nen muchos de los objetos conservados en museos españoles de temática antropológica similares a los representados en estos azulejos y que se
pueden consultar fácilmente a través de la Red Digital de Colecciones de Museos de España.
12 Diccionario Autoridades, 1726 (NTLLE).

43
sobre ninguna idea de suelo o fondo ondulado, sino
que se disponen directamente sobre la cinta decora-
tiva de la parte inferior del chapado y simplemente
proyectan una pequeña sombra para lograr la ilusión
de espacio. Se puede considerar que la imagen que
decora la pared 1 es la principal de la cocina, tanto
por su tamaño como porque sería la primera que
veía el visitante que accediera por la puerta exterior
de la cocina (actual ventana); pero también porque
en ella se ve a una dama con su perrillo faldero13
supervisando el refresco que van a servir tres criados
debidamente vestidos de librea, y que han prepara-
do las dos cocineras junto al fogón, todos ellos ves-
tidos a la moda de la época14. Cierra la composición
a la derecha de la señora una esclava negra con una
escoba en la mano, quizá como imagen de prestigio
social y económico.
Fig. 6. MNAD, cocina de azulejos, pared 1 (detalle); y salvilla de
Por refresco se conocía al “alimento moderado, ó plata, Toledo, 1688 (n.º inv. CE19282). © MNAD, Ministerio de
reparo que se toma para fortalecerse y continuar Educación, Cultura y Deporte.
en el trabajo, ó fatiga”, pero también al “agasajo incluir bailes y juegos16. Aunque se podía convertir
de bebidas, dulces y chocolate, que se da en las en una cena con varios platos, lo habitual es que
visitas, y otras concurrencias”, siendo el agasajo el se tratara de una merienda compuesta por bebidas
“refresco que se sirve por la tarde”15. Se realizaba de todo tipo y numerosos dulces y postres, desta-
con cualquier motivo (bodas, bautizos, comunio- cando entre ellos el chocolate, “alimento favorito
nes, nacimientos, etc.), o sin una razón aparen- de los españoles dos veces al día y que se tiene por
te, pues era un momento de sociabilización y de tan benéfico o al menos por tan inocuo que no se
diversión que además de comida y bebida podía les niega ni siquiera a los moribundos”17.

13 Es habitual en pinturas e imágenes del siglo XVIII que los perros aparezcan representados ya como mascotas, a diferencia por ejemplo de las
imágenes de gatos, que debían ser multitud en las cocinas, y que siempre aparecían cometiendo alguna diablura, como puede verse en estos
azulejos o en las pinturas de Giacomo y Mariano Nani (Sánchez López, 2008).
14 La indumentaria que aparece representada en la cocina valenciana ha sido analizada por M.ª Dolores Vila Tejedor en esta misma publicación.
15 Diccionario Autoridades, 1726, y Diccionario Usual, 1780 (NTLLE).
16 Para más información en torno al refresco, véase el texto de Carmen Abad Zardoya en esta misma publicación.
17 Barón de Bourgoing, en Mavor, 1813, p. 291.

44
Algunos de ellos aparecen representados entre las del mercado con dos capazos (Fig. 7) repletos de
viandas que van a servir los personajes de la cocina productos de la huerta y la Albufera valenciana (an-
del MNAD: a la derecha, una cocinera tiende a uno guilas, alcachofas, cebolletas, limones, etc.), y es
de lo sirvientes una bandeja con jícaras de chocolate recibido (y reprendido) por una figura femenina con
sobre mancerinas; a sus pies se puede ver una hor- vestimenta más cuidada que las cocineras y criadas,
chatera de corcho con su cucharón; el primer cama- y de un tamaño ligeramente mayor21, que ejercería
rero lleva una salvilla de plata con vasos de cristal las funciones de mayordomo de la casa o al menos
que contienen sorbetes o espumas de sabores; y el en la cocina22. La escena se completa con otra sir-
del medio carga con una bandeja con unos bollos o vienta que parece volverse alarmada por la regañina
panecillos redondos (eran muy comunes los bollets mientras manipula una enfriadera.
de boniato), unos dulces alargados que pueden ser
turrón o cualquier tipo de bizcocho o barquillo para El colorido y el estilo de la decoración de la cocina
mojar18, y unas tortas o cocas que, por su aspec- del MNAD se puede relacionar con los de la casa
to agrietado y terroso, pueden recordar a las tortas señorial del marqués de Benicarló, Joaquim Miquel,
de anís de la comarca del Vinalopó conocidas como comprada en 1776 a la fábrica de Alejandro Fauré
Perusas de Pinoso, por ser éste el pueblo donde se de la calle Mossen Fremades de Valencia23, y algu-
crearon en el siglo XVIII. nos de los motivos se repiten en las dos, como por
ejemplo la espetera con cucharas, las chocolateras
La escena del último paramento (pared 4) aparen- o los capazos. Sin embargo esto no es definitivo
temente se desarrolla como anécdota al margen del para establecer como procedencia de ambas obras
servicio de refresco, y también aparece de alguna el mismo taller, porque en casi todos los ejemplos
manera en otras cocinas de la misma época19: un conservados de chapados de azulejos encontramos
personaje masculino, el “mandadero”20, regresa correspondencias de este tipo, lo que ha llevado a

18 Aunque el popular fartó tierno y esponjoso y con azúcar glaseado que se sirve con la horchata parece que fue creado hacia los
años sesenta del siglo XX por la horchatería Polo de Alboraya (Valencia), en pinturas de Juan Van der Hamen (Subastas Durán,
septiembre 2009, lote 71), Juan Bautista Romero (Sánchez López, 2008), o de pintores del círculo de Tomás Hiepes (Subastas
Alcalá, febrero 2010) aparecen representados algunos dulces con forma semejante.
19 Escenas similares aunque con figuras distintas pueden verse también en la cocina del palacio Vallvert (Vizcaíno Martí, 1999, p. 247) y en
la del marqués de Benicarló, la cual Pérez Guillén identificó con un grabado del siglo XVIII titulado El proveedor galante (Pérez Guillén, 1992,
p. 47).
20 “La persona que sirve a alguna comunidad, ó particular para hacer mandados” (Diccionario Usual, 1803, NTLLE).
21 Estas diferencias en las alturas de los personajes probablemente respondieran a unos códigos visuales y estéticos, fácilmente identi-
ficables por el espectador de la época, que hablaban de la diferencia no sólo entre clases sino también entre oficios.
22 Mayordomo: “El xefe principal de alguna casa ilustre, á quien están sujetos y subordinados los demás criados, y á cuyo cargo está el gobierno
económico de ella” (Diccionario Usual, 1791, NTLLE).
23 Pérez Guillén, 2010.

45
indumentaria variando sólo el color, el peinado, la
pose, etc.

Procedencia e instalación de la cocina en el MNAD

El 14 de junio de 1941 se dio entrada en el Museo


Nacional de Artes Decorativas a una carta fechada en
Madrid el día 6 del mismo mes24 en la que doña Ber-
nardina Mansó Llances manifestaba que en su casa de
“la calle Mar n.º 18, bajo” de Valencia, era “propie-
taria de la ornamentación cerámica de una cocina po-
pular antigua que consta de alrrededor [sic] de 1.600
azulejos”. Estimaba que “su valor artístico es grande”
y la ofrecía en venta al Estado español por la cantidad
de 25.000 pesetas25, ya que “sería de gran interés
para montar la [sic] completa en el Museo Nacional
de Arte Decorativa”. Por desgracia no hace ningún co-
mentario sobre cómo había llegado esta cocina y el
edifico que la contenía a su propiedad, ni tampoco las
razones que la llevaban a desprenderse de ella.

Fig. 7. MNAD, cocina de azulejos, pared 4: detalle de los dos capa- Hasta el momento nada se sabe del aspecto ni la es-
zos que porta el “mandadero”. © MNAD, Ministerio de Educación, tructura del edificio, pero es fácil suponer que debía
Cultura y Deporte. tratarse de una casa señorial, ya que en el siglo XVIII
pensar que quizá las fábricas de azulejos de Valen- varias familias de la nobleza valenciana habían cons-
cia compusieran sus obras a partir de dibujos para truido sus palacetes el carrer de la Mar: por ejemplo,
estarcidos similares. Lo mismo ocurre en las figuras en el n.º 31 se encuentra el antiguo palacio de los
humanas, que presentan semejantes proporciones, Vareliola (s. XVII), en el n.º 49, el citado palacio que
el mismo rostro e incluso las mismas prendas de el barón de Vallvert adquirió en 1918, y en el solar

24 Los documentos relativos a la adquisición de la cocina consultados para esta publicación se conservan en el archivo del MNAD, caja 131,
documento 11.
25 Alrededor de 22.000 euros actuales (cálculo realizado según los datos publicados por el Instituto Nacional de Estadística y en las
fórmulas desarrolladas en El poder adquisitivo de la peseta durante el siglo XX, en http://www.aldeadelpinar.com/costumbres/mone-
das/adquipeseta.html [16 de octubre de 2012]).

46
Fig. 8. Tomás Vicente Tosca, Valentia edetanorum, vulgo del Cid, 1703 (detalle): destacadas en diferentes colores la calle del Mar y la manzana
correspondiente al actual n.º 18. Advertir que dicho plano está representado con orientación Sur – Norte. Biblioteca Digital de la Real Academia
de la Historia.

contiguo se halla la casa natal de San Vicente Ferrer. del convento de dicho nombre) y prácticamente en-
En el plano de Valencia realizado por el padre To- frente del conjunto de San Juan del Hospital (Fig. 9).
más Vicente Tosca en 170426, la calle prácticamente En la actualidad nada queda de los edificios antiguos,
coincide con el trazado actual: cruzaba lo que fue la y su lugar lo ocupa un edificio de viviendas construido
judería de Valencia desde la plaza de santa Catali- en 1980.
na (actual de la Reina) hasta la de santo Domingo y
la puerta del Mar (hoy parque de la Glorieta), donde Tras la recepción de la oferta de venta de la cocina, la
comenzaba el camino hacia el puerto y los poblados directora del Museo, doña Pilar Fernández Vega, reali-
marítimos atravesando el puente del Mar sobre el río zó un informe en el que, después de hacer una sucinta
Turia. El n.º 18 donde se encontraba la cocina del aproximación a las cocinas de azulejos de la región
MNAD corresponde con una manzana de edificios jun- valenciana y una breve descripción del ejemplar de
to al convento de agustinos de San Cristóbal (Fig. 8). doña Bernardina Mansó (que por la indumentaria de
En el Plano Geométrico de Francisco Ferrer y Guillem las figuras fechó en la segunda mitad del siglo XVIII),
(1828-1831), el aspecto de la vía es similar, y dicha recomendó a la “Superioridad” su adquisición por “la
parcela aparece con el número 79 dentro del cuartel rareza cada vez mayor de ejemplares completos de
del Mar, delimitada por las calles del Ave María, la del esta clase”, indicando que la cocina “llenaría toda una
Gallo y la del torno de San Cristóbal (que la separaba habitación especialmente construida” en el Museo. El

26 Para esta consulta he utilizado el ejemplar editado por Benito Monfort en 1769 que se conserva en la Real Academia de la Historia, sec.
Cartografía y Artes Gráficas, n.º RAH20101000388, accesible a través de la Biblioteca Digital del Real Academia de la Historia.

47
Con fecha del 8 de julio de 1941 el Museo remitió al
Ministerio de Educación Nacional la solicitud de doña
Bernardina Mansó27. El 29 del mismo mes la Sección
10 de la Dirección General de Bellas Artes (Fomento
de las Bellas Artes) solicitó al Museo el envío de las fo-
tografías de la cocina remitidas por la propietaria para
“completar el expediente de adquisición”, cosa que se
hizo el 14 de agosto, junto con una copia de la certi-
Fig. 9. Francisco Ferrer y Guillem, Plano Geométrico de Valencia, ficación del acuerdo que sobre la compra había alcan-
1828-1831 (detalle): la parcela 79 sería el n.º 18 actual, la 80 el zado el Patronato en sesión del 28 de junio. Con esta
desaparecido monasterio de san Cristóbal y la 95 el conjunto de San documentación emitió la orden de adquisición el 20
Juan del Hospital.
de agosto de 1941, que fue firmada dos días después
informe de la directora del Museo está fechado el 18 por el Director General, don Juan Contreras López de
de julio de 1941, lo que debe tratarse de una errata, Ayala, marqués de Lozoya. Finalmente, tras la confor-
ya que al final del documento se hace constar que el midad de la Sección de Contabilidad (firma del 26 de
Patronato del Museo lo aprobó e hizo suyo en sesión agosto) y del Delegado del Interventor General de la
celebrada el 28 de junio, y así lo rubricó su secretario Administración (27 de agosto), el Ministro de Educa-
D. José Ferrandis el 3 de julio. ción Nacional suscribió la orden el 11 de septiembre.
Los azulejos fueron depositados en el Museo de Artes
De este informe y del resto del expediente de adqui- Decorativas el 11 de diciembre de 1941, informando
sición se desprende que nadie del Museo ni de la ese mismo día por escrito a doña Bernardina Mansó
Dirección General de Bellas Artes (perteneciente en- de que se habían enviado los certificados al Ministerio
tonces al Ministerio de Educación Nacional y a quien para que se libraran de la Delegación de Hacienda de
iba dirigida la oferta) se trasladó a Valencia para va- Valencia las 25.000 pesetas a su nombre, cosa que se
lorar la obra, comprobar su estado de conservación o produjo el 19 del mismo mes.
realizar el desmontaje y traslado a Madrid; además,
el pago de las 25.000 pesetas se condicionó a la en- Se desconoce la fecha exacta de la instalación de la
trega de los azulejos y cuando el Museo comprobara cocina en las salas del MNAD: tras la Guerra Civil se
que no habían sido “deteriorados al arrancarse de habían sucedido continuas obras para adecuación y
los muros en que [se] hallaban colocados”, lo cuál arreglo de desperfectos, con los correspondientes cierres
debería ser certificado por la dirección del Museo. temporales de sus salas, hasta que precisamente en el

27 La solicitud se envió con otras presentadas por Francisco Morales de Acevedo y Apolinar Sánchez Villalba, probablemente también referidas a
adquisiciones de piezas: el primero era un conocido bibliófilo, y Sánchez Villalba era un importante anticuario madrileño que vendió obras para
el propio MNAD, el Museo del Prado o el Museo Arqueológico Nacional.

48
mismo año de 1941 el Estado decidió adquirir el edi- contaba el museo en aquellas fechas32: en la plan-
ficio del Museo en propiedad28. Puede sorprender que ta baja del Museo se exponían obras de cerámica,
en este contexto de inmediata posguerra se realizara vidrio, cueros y escultura; en el piso principal se
un desembolso de este tipo29, pero esta decisión se recreaban habitaciones completas de un solo esti-
entiende rápidamente si se tiene en cuenta que el régi- lo; y la segunda planta se destinaba a las manifes-
men franquista, una vez alcanzada la victoria, no sólo taciones artísticas más populares. El edificio aún
pretendía la reconstrucción física y económica del país mantenía la estructura básica del palacete erigido
sino que casi al mismo nivel ansiaba la recuperación de por la duquesa de Santoña en los años ochenta del
la identidad nacional; y en esa labor debían intervenir siglo XIX, compuesto por un patio perimetral con
de manera sustancial las instituciones culturales para la dos salidas directas a la calle para el paso de ca-
“evocación del pasado imperial y colonial y la reivindi- rruajes que rodeaba un cuerpo central formado por
cación de las artes nacionales como portadoras de los tres pisos y sótano; aneja a la medianera izquierda
valores primigenios e identitarios”30. En este sentido, se alzaba una nave destinada en origen a cuadras,
el MNAD dejó de ser un Museo de Artes Industriales cocheras e invernadero en el piso superior, todo
destinado principalmente a la formación de trabaja- integrado ya como salas del Museo33. Sobre el úl-
dores y la educación de la sociedad en general, para timo piso se erigía un ático con una amplia terraza
convertirse en un espacio dedicado a la decoración y que daba hacia la fachada principal, y que debió
la exaltación de los ambientes domésticos y los valores de haber sido construido en 1925 como taller de
familiares propios de la perfecta ama de casa que pro- carpintería de la Escuela de Magisterio que se ubi-
mocionaba la Sección Femenina, una mujer laboriosa, có en el palacio entre 1909 y 193134.
pero a la vez culta y con buen gusto31.
Esta reapertura no debió de durar mucho puesto que
Ese mismo año se anunció la reapertura de su ex- en 1942 el arquitecto Luis Moya Blanco proyectó la
posición permanente en los tres pisos con los que gran ampliación del Museo que lo mantuvo cerra-

28 El MNAD se fundó el 31 de diciembre de 1912 y tuvo su primera sede en seis salas alquiladas de “los cuartos segundo derecha e izquierda”
de la calle Sacramento n.º 5 de Madrid (Villalba y Cabrera, 2006, p. 119). En 1933 se aprobó su mudanza a su actual sede en el n.º 12 de la
calle Montalbán también en régimen de alquiler, iniciándose en 1934 el traslado de sus fondos.
29 No fue el único caso, ya que por ejemplo también en 1941 se creó el Museo de América de Madrid, encargándose la construcción de su actual
sede ende la Ciudad Universitaria a los arquitectos Luis Feduchi y Luis Moya Blanco (quienes desarrollaron un proyecto de tipo historicista).
30 Sáez, 2009, p. 43.
31 Tras el alejamiento de Luis Pérez Bueno durante la Guerra, el museo pasó a ser dirigido por José Ferrandis y su mujer Pilar Fernández Vega, vinculados
a la Falange, la Sección Femenina y el nuevo régimen (Sáez, 2009, p. 43).
32 “Ha abierto sus puertas el Museo Nacional de Artes Decorativas” en Revista Nacional de Educación, 1941, n. 2, pp. 87 90. “El Museo
Nacional de Artes Decorativas” en Revista Nacional de Educación, 1941, n.º 2, pp. 87-90.
33 González, 1995, p. 9.
34 Ib., p. 12.

49
do durante toda la década y que le acercaría a su entrada principal de la cocina. Para la adquisición
aspecto actual. Según los planos de la obra35, se e instalación de esta obra parece que únicamente
levantaron la tercera y cuarta planta de la exposi- se siguieron los criterios anteriormente comentados
ción permanente36 y un piso superior de terraza (hoy de reivindicación de la identidad nacional y de las
parcialmente cerrado para albergar el laboratorio fo- manifestaciones propias del Arte español que rigie-
tográfico, el de restauración y un gran almacén), se ron las políticas culturales de los primeros gobiernos
reformó el sótano para instalar el servicio de cale- franquistas, puesto que estas nuevas salas ya se ha-
facción y algunos almacenes de piezas, se añadieron bían destinado a la recreación de la vida señorial
los pisos superiores del edificio de oficias para depó- – burguesa del XIX como parte del recorrido crono-
sito de la biblioteca, administración y vivienda del lógico que tradicionalmente ha tenido la exposición
conserje (posteriormente para la directora), en el ala permanente del MNAD38. De hecho, su instalación
derecha del patio se construyó un nuevo pabellón creó algunas “particularidades” en la estructura ho-
con escalera y ascensor totalmente integrado con el mogénea y casi simétrica de estas plantas del mu-
resto del Museo, y exteriormente se dotó de unidad seo (lo que sin duda ha condicionado durante todos
a todas estas incorporaciones reformando la fachada estos años su recorrido expositivo), como son por
del Museo. Las obras de albañilería finalizaron en ejemplo el estrecho pasillo de acceso, la pequeña
1945, pero continuaron las de adecuación de salas sala anterior a la cocina, que siempre parece tener
y vitrinas para la exposición de obras hasta su rein- un carácter de provisionalidad, o el espacio en forma
auguración en 195037. de ele oculto tras los muros de la cocina al que se
accede por la sala anterior y que ha sido utilizado
Aparentemente y aunque los azulejos de la cocina ya como almacén de piezas (Fig. 10).
se encontraban en el Museo, en los planos originales
de estas obras no se contemplaba su instalación, ya Las primeras imágenes de la cocina ya instalada en el
que finalmente se ubicó dentro de una sala en el Museo corresponden a dos fotografías para un repor-
cuarto piso a la que hubo que añadir tres tabiques, taje de moda realizado en el Museo en 1952 por el
elevar la altura del techo (hasta unas dimensiones estudio Fotocolor Lara de Madrid (Fig. 11), y en ellas
de 4,19 m. de altura, 5,12 m. de longitud, y 4,76 ya presenta el mismo aspecto que en la actualidad,
m. de anchura), y abrir un gran vano en el muro que salvo las piezas de bulto colocadas sobre la campana,
da al patio interior del edificio para reconstruir la el fogón y los vasares para ambientar la sala. De los

35 Archivo General de la Administración, sig. 5522. Se conserva una copia en microfilm de estos planos en el Archivo del MNAD.
36 La denominación de las plantas del Museo en 1941 era distinta a la actual: la primera se conocía como “principal”, la segunda era
la primera, y así sucesivamente.
37 González Alcalde, 1995, pp. 29-30.
38 En el archivo fotográfico del Museo se conservan sin fechar fotografías de alguna de estas nuevas instalaciones que debieron de realizarse
en esa década de 1950.

50
que faltaban o estaban deterioradas (por ejemplo
sobre la Virgen del Carmen)40. Esto hace un total
de 1.382 azulejos antiguos, cantidad ligeramente
inferior a la que estimaba su propietaria en la oferta
de venta (“alrededor de 1.600”); de ellos, 1.285
son ejemplares cuadrados de 21 x 21 cm, la medida
más habitual en las fábricas valencianas en el último
cuarto del siglo XVIII, y 68 las piezas rectangulares
de cenefa (13,5 x 6 cm.) colocadas sobre el canto de
los vasares41. En los frentes del fogón se disponen
Fig. 10. Luis Moya Blanco, plano de la cuarta planta del MNAD, 1943. tres paneles de ocho azulejos cuadrados de 21 cm. y
© AGA. Ministerio de Educación, Cultura y Deporte. En color rojo la otros cinco parcialmente repintados entre los cajones
sala que se construyó para instalar la cocina; en morado el espacio entre
tabiques, hoy almacén; en negro los vanos que se cegaron; y en azul
ceniceros; todos ellos, aun siendo obras también del
el nuevo acceso desde la sala anterior y el gran ventanal de la cocina. siglo XVIII, se colocaron en alguna reforma posterior.
Según algún fragmento de azulejo de esta cocina
mismos años debe de ser también una fotografía de conservado en los almacenes del MNAD42, para la
las paredes 1 y 2 conservada en los fondos del Museo fabricación y posterior colocación de estos conjuntos
(MNAD, n.º inv. FD10759 -Fig. 12-), y que posterior- se utilizó el habitual sistema de marcas pintadas en
mente se utilizaría para ilustrar los folletos del Museo negro en el reverso de los azulejos43 consistente en
publicados en 1972 y 198039. un símbolo (un círculo, un trazo curvo en un ángu-
lo, etc.) que indicaba el panel al que pertenecía el
La cocina del MNAD está compuesta por 1.412 azu- azulejo, y un número ordinal relativo a su ubicación
lejos, de los cuales 130 corresponden a ejemplares dentro del mismo. En este sentido no había un cri-
modernos reintegrados durante su montaje en el terio preestablecido, y según el panel los azulejos
Museo para cubrir superficies que no eran visibles en podían numerarse por filas, columnas, de arriba a
la cocina de doña Bernardina y para sustituir piezas abajo, de izquierda a derecha, etc.

39 Biblioteca MNAD, signatura MNAD 59 y MNAD 60 respectivamente.


40 4 hiladas de 11 azulejos cada una bajo los vasares, 5 azulejos sobre el pozo, 47 bajo la estantería de madera, 8 en un fragmento de guirnalda
sobre la imagen de la Virgen del Carmen, y 26 en la repisa del fogón.
41 Azulejos de serie similares se reutilizaron en la cenefa del zócalo de la sacristía de la iglesia de San Salvador de Requena (Pérez Guillén,
I. V., 1996, t. II, n.º. 545, pp. 188-189 y 226).
42 Nos. inv. CE13331/1-3.
43 Semejantes marcas dorsales se pueden ver por ejemplo en el panel del Museo Nacional de Cerámica y Artes Suntuarias “González Martí“
de Valencia titulado El servicio de turrones y chocolate, n.º inv. CE1/00804 (VV.AA., 2006, n.º 36, pp. 224-225, y Red Digital de Coleccio-
nes de Museos de España [23 de octubre de 2012]).

51
Fig. 11. Foto para reportaje de moda. Fotocolor Lara, Madrid, 1952 (MNAD, n.º inv. FD10806). © MNAD, Ministerio de Educación, Cultura y Deporte.

Fig. 12. MNAD, cocina de azulejos, década 1950 (MNAD, n.º inv. FD10759). © MNAD, Ministerio de Educación, Cultura y Deporte.

52
Un conjunto como esta cocina, con un repertorio na- lateral con un edificio estaba en el centro, entre am-
rrativo y unos motivos estilística y compositivamente bas puertas, y el que tiene un personaje oriental que
tan homogéneos, debió de encargarse para un espacio parece beber de una bota se encontraba en el ángulo
determinado con unas medidas concretas. Además, la derecho junto al pozo.
ausencia de interrupciones en las hiladas de los ángu- _En ese mismo muro, el hueco que ahora ocupa la
los y en la cinta decorativa que recorre toda la estancia estantería de madera era una ventana45.
en la parte superior e inferior, difícilmente se habría _El gran ventanal de la sala actual, por su tamaño
respetado si se hubiese cambiado de ubicación. Todo y por estar enfrente de la escena principal, debía de
ello permite suponer que esta cocina se conservó en ser la puerta de entrada a la cocina desde el exterior,
su lugar de origen desde su realización en el último probablemente desde un patio interior. La otra puerta
cuarto del siglo XVIII (h. 1780) hasta su venta en comunicaría con el resto de la casa.
1941. Por esta razón es interesante el análisis de las _El pozo estaba tapado con una puerta de madera
fotografías de la cocina que envió doña Bernardina con bisagras de hierro, y sobre él se ve una polea
Mansó junto con su oferta de venta44 (Fig. 13-17). En sujetada por un brazo de hierro incrustado en la pa-
ellas se puede apreciar la semejanza en la disposición red (en la actualidad aún se pueden apreciar sobre
de los muros y de los vasares, el techo encalado con la imagen de la Virgen del Carmen varios huecos en
vigas de madera y la ubicación del fogón bajo una el paramento de azulejos donde estuvo encastrada
amplia campana; pero también se ven importantes esta polea).
diferencias: _El llagado entre azulejos era más ancho e inte-
rrumpía el dibujo de los motivos decorativos, por lo
_El fogón contaba con dos hogares redondos en lugar que se pueden apreciar repintes para sustituir estas
de tres cuadrados, y formaba parte de una encimera faltas en los bordes de prácticamente todos los azu-
que recorría todo el muro bajo los vasares (pared 2) y lejos.
que se continuaba en la pared derecha (pared 3) con _El suelo era también de sencillas losetas de barro
el pozo y un fregadero. rojizo pero intercalado con olambrillas blancas y deco-
_El frontal bajo el fogón se componía de dos sen- radas de manera aleatoria.
cillas puertas de madera sin decoración separadas por
los mismos paneles de azulejos que ahora componen Aunque parece aceptado por los especialistas que
el fogón pero colocados de manera distinta: el panel estas cocinas de azulejos no se usaban para coci-

44 Las fotografías originales forman parte del expediente de adquisición que se conserva en el Archivo General de la Administración: AGA, 25,
19468.
45 En el exterior del muro aún se conserva la estructura de esta ventana, correspondiente al proyecto de ampliación del Museo de Luis Moya
Blanco. Desconocemos la razón por la que se cegó con la estantería, cuando sí existía en la cocina original.

53
Fig. 13 y 14. Cocina de azulejos del MNAD en su ubicación original (1941), paredes 1 y 2. © AGA. Ministerio de Educación, Cultura y Deporte.

Fig. 15 y 16. Cocina de azulejos del MNAD en su ubicación original (1941), paredes 2 y 3. © AGA. Ministerio de Educación, Cultura y Deporte.

54
pal, terminaban en sendos grifos sobre el fogón y
el fregadero respectivamente (el pozo estaría ya en
desuso). En lo que se refiere al fogón, aunque a lo
largo del siglo XVII se habían desarrollado sistemas
que facilitaban la realización del trabajo de manera
erguida47, el que tenía esta cocina en 1941 era una
modificación posterior, ya que interrumpía los mo-
tivos del ángulo y estaba forrado con azulejos de la
misma época pero con un repertorio decorativo de
“chinería” dentro de rocallas que no guarda relación
con el resto. También era un añadido la campana
que había sobre él, ya que según se aprecia en las
citadas fotografías y en la reconstrucción actual en el
MNAD, claramente trunca la decoración en las pare-
des 1 y 2 (Fig.18). El fregadero bajo la ventana fue
una incorporación posterior48, así como la encimera
Fig. 17. Cocina de azulejos del MNAD en su ubicación original corrida, que es un invento contemporáneo49.
(1941), pared 4. © AGA. Ministerio de Educación, Cultura y Deporte.

nar46, de estas fotografías también se puede deducir El espacio que quedaba oculto por estas estructuras y
que la del MNAD se puso en uso en algún momento, que en la instalación de la cocina en el MNAD fue cu-
ya que contaba tanto con suministro eléctrico (se bierto por unas hiladas de azulejos repintados, quizá
ven varios cables colgando del techo y una bombilla estuvo cubierto por un friso decorativo con azulejos de
dentro de la campana), como de abastecimiento de serie de manera similar a la composición de la cocina
agua a través de unos tubos que, desde el ángulo del marqués de Benicarló, quedando los objetos repre-
sobre la puerta pequeña y el dintel de la princi- sentados sobre una idea de suelo de perfil ondulado,

46 Esto se deduce por el buen estado de conservación que en general presentan todas ellas, pero también porque en las casas principales no
solía haber una única cocina: por ejemplo, en una entreplanta debajo de la cocina de azulejos del marqués de Benicarló existe otra cocina
más pequeña en la que sí se cocinaba.
47 Abad Zardoya, 2010, p. 97. Ejemplos de fogones de obra pueden verse en grabados y pinturas del siglo XVIII y XIX, como por ejemplo el
cartón para un tapiz del palacio de El Pardo pintado por Francisco Bayeu titulado La cocina (h. 1780, Museo de Bellas Artes de Asturias, depósito
de la colección Pérez Simón), o en un grabado de interior de cocina de château de la Biblioteca Nacional de París (Corbin, Guerrand y Perrot,
1992, p.38).
48 Aunque no es el caso de ésta, en el siglo XVIII las cocinas ya podían estar equipadas con un depósito y/o un pilón de obra que llevara las
aguas hasta el albañal por medio de unas conducciones cerámicas llamadas “arcabuces de fregadera” (Abad Zardoya, op. cit., p. 99).
49 De hecho la voz “encimera” no aparece en el DRAE hasta la 21ª versión de 2001 (NTLLE).

55
nero de Felipe III, Francisco Martínez Montiño (Ma-
drid, 1611), uno de los más importantes y que seguía
vigente en el siglo XVIII tras numerosas reediciones50,
las cocinas estaban equipadas con mesas, tableros y
tajos de distintos tamaños colocados contra las pare-
des o en el centro de la estancia, permitiendo desen-
voltura en los cocineros y versatilidad en el trabajo51, y
sólo hace referencia a “una tabla, que estará colgada
de unos clavos de palo torneados (...), para cedacillos
y estameñas”52. En la zona del fogón quizá existiese
algún tipo de fuente de calor con una salida de hu-
mos, ya fuesen de carácter decorativo o funcionales,
puesto que el interior de la campana no está cubierto
Fig. 18. MNAD, cocina de azulejos, paredes 1 y 2: interior de la campana y en su totalidad (como si fuese a quedar oculto al visi-
detalles del arranque. © MNAD, Ministerio de Educación, Cultura y Deporte.
tante), y en las zonas visibles aparecen representados
un recurso muy utilizado en los repertorios decorativos utensilios relacionados con el fuego: anafres, parrillas,
de las fábricas de azulejos valencianas. No obstante, sartenes, candiles, lámparas, despabiladeras, etc.
no habría que descartar la posibilidad de que exis-
tiese algún tipo de poyo o repisa bajo los alimentos Usos de las cocinas de azulejos:
y objetos pintados que sirviera de “soporte” directo “otra” teoría sobre sus repertorios decorativos
para alguno de ellos, como por ejemplo el lebrillo con
pescados junto a la puerta principal (el tajo también Las modificaciones en el aspecto original de la coci-
es un repinte posterior). Si ese fuera el caso, la pre- na del MNAD detalladas anteriormente, poco o nada
sencia de este tipo de estructuras podría ahondar en afectan al valor artístico del conjunto ni a su estudio
que efectivamente estas cocinas no se usaban para el como parte de la producción de las fábricas de azu-
servicio diario de una casa, ya que a diferencia de la lejos de Valencia a finales del siglo XVIII, pero en
costumbre actual, las repisas sólo se utilizarían para cambio puede que sin pretenderlo nos hayan privado
colocar el ajuar de cocina (a modo de vasares), nunca de valiosos datos relativos al uso y función de este
para preparar alimentos. Según el recetario del coci- tipo de estancias. De la ubicación dentro de las casas

50 Se trata de una fuente muy usada y recurrente porque además de las recetas de los “banquetes” y cómo se han de servir, incluye un capítulo inicial en
el que trata de la organización de la cocina (Martínez Montiño, 1763, fols. 1-11).
51 No obstante, el cortado de la carne debía realizarse siempre sobre el mismo tajo, y el amasado de la harina en una única mesa (Martínez
Montiño, op. cit., fols. 3-4).
52 Ib., fol. 2.

56
señoriales apenas se puede extraer información que sas manifestaciones artísticas de la época, como por
aporte algo a este respecto, puesto que los ejempla- ejemplo los 45 bodegones que Luis Meléndez (1716
res de los que conocemos su situación original no - 1780) realizó para el Gabinete de Historia Natural
parecen seguir norma alguna: la cocina del MNAD del príncipe de Asturias, futuro Carlos IV, o los tapi-
se encontraba en la planta baja de la casa, tal como ces de la Real Fábrica que decoraban los Reales Sitios
lo describió doña Bernardina en su oferta de venta, confeccionados a partir de los cartones compuestos por
la del palacio de Benicarló está en la primera planta Goya y sus contemporáneos sobre temas que podía-
y se accede por la galería del zaguán, y la de Eixarcs mos calificar de manera simplista como “populares”.
se ubica en el entresuelo del edificio53. Incluso alguna de estas obras puede representar esta
afición de la nobleza: en La gallina ciega (1787), una
Si no se usaban para cocinar, al menos en el caso de la dama y un caballero vestidos a la francesa juegan al
cocina del MNAD, es probable que fuese una estancia de “cucharón” con otros personajes con atuendo popular,
recepción en la que se realizaban “refrescos” y “agasa- y en El cacharrero (1779), vemos a dos caballeros y
jos” con un grupo de invitados más bien reducido. Por una dama acercándose al puesto de un vendedor que
tanto, si era una sala de carácter público o semipúblico les ofrece todo tipo de cacharros de metal, muebles,
en las que los señores de la casa buscaban la belleza espejos, armas, trajes usados, etc.55
y la ostentación ante sus invitados, puede llamar la
atención del visitante contemporáneo que contaran con El ejemplo más evocador de esta práctica, y que qui-
el equipamiento propio de una cocina de verdad y que zá puede relacionarse lejanamente con las cocinas
estuviesen decoradas tanto con objetos ordinarios en de azulejos en cuanto a su uso y finalidad, sea “El
trampantojo como con escenas que ahora calificaríamos Capricho” de la Alameda de Osuna de Madrid y las
de “costumbristas”. construcciones que se distribuían por su jardín, que
además de servir para reuniones y actos sociales,
Una posible explicación54 quizá tenga que ver con el convertían el paraje en un espacio para el diverti-
gusto que parecía sentir la nobleza española del siglo mento y la sorpresa. Además de las estructuras ha-
XVIII por la recreación de los ambientes, las costum- bituales de una villa suburbana neoclásica (el Labe-
bres y hasta los oficios de las clases populares. Esta rinto, el Templo de Baco, el Casino de baile, etc.),
moda o pasatiempo ha quedado plasmada en diver- contaba con otras más “utilitarias” pero que en

53 Pérez Guillén, 1994, p. 13.


54 Una última hipótesis relaciona el repertorio de estos paramentos de azulejos con los frescos de Pompeya y Herculano publicados en 1757 por
Francesco Valda en su Antichita di Ercolano. Para más información sobre las cocinas de azulejos y sus posibles influencias, véase el texto de Jack
de Beurville de esta publicación.
55 La gallina ciega (Museo del Prado, n.º inv. P00804) y El cacharrero (Museo del Prado, n.º inv. P00779) en Goya en el Prado. Catálogo on-line
de la colección de Goya en el Museo del Prado.

57
realidad carecían de un uso productivo, como fueron baja en la que se pretendía recrear una cocina popu-
el Abejero, que llegó a tener hasta ochenta colme- lar a través de pinturas murales que simulaban falsas
nas protegidas con cristales para ver a los insectos grietas, ventanas inexistentes, objetos fingidos, e in-
en plena labor, el Hymbernáculo y conservatorio de cluso con mobiliario y maniquíes que representaban a
frutas o la Vaquería56. la vieja sentada a la rueca, un labrador y un niño 59.

Esta “teatralidad” llegó a su máxima expresión con las Por descontado que estas prácticas carecían de cual-
arquitecturas efímeras diseñadas por el pintor y esce- quier tipo de trasfondo social ni de ruptura del espacio
nógrafo milanés Ángel María Tadey en 1794 57, como entre clases, sino que más bien eran un elemento lú-
por ejemplo la Casa Rústica, el perdido Fortín que se dico, “exótico”, o incluso filosófico o científico, como si
encontraba junto al estanque (con cañones y todo), o los señores quisieran de alguna manera extraña docu-
la Ermita, aún existente y en la que según figuraba mentar las costumbres de sus súbditos. En cualquier
en la lápida al pie del edificio, pudieron habitar al caso, como dijo el profesor Pérez Guillén a propósito
menos dos ermitaños, fray Arsenio (1795-1802) y del repertorio decorativo de las cocinas valencianas
fray Eusebio (1802-1816). Incluso existe referencias, de azulejos, “son una muestra de la opulencia y el
probablemente legendarias, de que la Duquesa no hedonismo rococó de una sociedad que aprovechaba
sólo pagaba al ermitaño para que rezara sino también cualquier ocasión para la exhibición de su riqueza y
para dejarse crecer el pelo y las uñas, y guiar a la bienestar a finales del reinado de Carlos III” 60.
gente que se perdía por la finca, con el consiguiente
sobresalto 58. No obstante, es posible que nunca exis- BIBLIOGRAFÍA:
tiera ningún ermitaño y que todo, hasta la tumba y las
leyendas, formaran parte de la farsa del jardín y que Abad, C. (2010): “Herramientas curiosas para cosas
simplemente se tratara de los dos maniquíes que sí se particulares y extraordinarias: Tecnología, espacios y
sabe que hubo en el interior de la ermita. Quizá el arti- utillaje en la cocina histórica española” en La cocina
ficio en el que más se refleja esa práctica de la nobleza en su tinta, Biblioteca Nacional, Madrid, pp. 85-
de “jugar al pueblo” (y por extensión, con las cocinas 117.
de azulejos) fue la Casa de la Vieja, una construcción
fingidamente humilde en cuyo interior contaba con un Añón, C. y Luengo, M. (2003): El Capricho de la Alame-
“gabinete rico” decorado al estilo pompeyano en el da de Osuna. Ayuntamiento de Madrid, Área de Medio
piso superior, y un “cuarto de la vieja” en la planta Ambiente, Madrid.

56 Navascués Palacio,1975, p. 18.


57 Ib., pp. 15-16.
58 http://el-capricho.blogspot.com.es/2011_12_01_archive.html [24 de octubre de 2012]
59 Añón Feliú, 2001, p. 97.
60 Pérez Guillén, 2006, pp. 224-225.

58
Añón, C. (2001): “‘El Capricho’ de la Alameda de in 1492, to the Travels of Lord Valentia, vol. 25,
Osuna” en Parques y jardines de Madrid, vol. 6, Neely & Jones, Sherwood.
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Arte y ceremonia del refresco


Carmen Abad Zardoya. Universidad de Zaragoza

En los paneles de azulejos de las cocinas valencianas tuye una acertada síntesis visual de este formato de
–particularmente en las llamadas “cocinas rococó”- condumio1. Sin duda, los visitantes de estas cocinas
se representan de forma reiterada objetos y gestos rococó reconocían a simple vista una escena que no
que evocan prácticas alimenticias integradas en el era sino la réplica de una actividad social que, muy
refresco o agasajo. De hecho, la secuencia de sir- posiblemente, se desarrollaba en estas peculiares
vientes con bandejas y recipientes variados –motivo dependencias, lejanamente emparentadas con las
que se repite en varias de estas azulejerías- consti- “lecherías” de algunos palacios europeos.

1 Dicha secuencia comporta siempre la presencia de helados o espumas en vasos sobre una salva, un azafate rectangular con dulces secos y otro
con jícaras sobre mancerinas. Una de las jícaras cae y derrama el chocolate.

60
El refresco o agasajo es un formato de convite incluido Carnestolendas, día del santo local o del santo patrón
desde hace tiempo en las actividades mundanas que de la casa). Estos dos ritmos, articulados a partir de
tenían lugar en el espacio doméstico. Desde la media festividades e hitos biográficos, se superponían a otro,
tarde y hasta la noche bien entrada tenían lugar las de tiempos más cortos, determinado por las rutinas de
reuniones y las visitas en las que se obsequiaba a los visita que debían observarse para establecer y reforzar la
invitados con una comida a base de dulces que tenía su posición de una familia en sociedad. En todos los casos
clímax en la degustación del chocolate. En el Setecien- el esquema básico de refresco se mostró lo suficiente-
tos, las formas de sociabilidad se fueron diversificando y, mente flexible como para adaptarse a las exigencias
por ende, el léxico referido a estas prácticas mundanas impuestas por la ocasión.
se enriqueció de forma notable. Con la llegada de ter-
tulias y academias, España se incorporaba a una cultu- En los refrescos más sencillos, de ambiente familiar
ra de la conversación nacida en los salones parisinos, (una simple visita de cortesía, por ejemplo) se servía
modelo de referencia para los círculos de nueva moda conjuntamente a todos los invitados. En cambio, en los
y cuya adaptación al solar hispano imponía un replan- que exigían un mayor grado de formalidad se servía en
teamiento de las relaciones entre hombres y mujeres. El primer lugar a las damas y después a los caballeros,
refresco, que pasó a confirmarse –una vez más- como respetando a su vez un cierto orden jerárquico dentro
componente imprescindible de cualquier reunión, de- de cada grupo. La deferencia hacia las señoras queda
mostró en la práctica una versatilidad extraordinaria. Se reflejada en el relato de algunos refrescos a los que asis-
adaptaba tanto a la visita restringida como a la fiesta tieron el barón de Maldá y el viajero Joseph Townsend,
multitudinaria, modalidad que Rafael d’Amat i Cortada, y tiene su imagen más elocuente en una pequeña esce-
quinto barón de Maldà, gustaba de llamar visitón en sus na del célebre panel barcelonés La Xocolatada (1710),
célebres diarios2. donde un grupo de damas es servido, rodilla en tierra,
en un alarde de galantería. En una fuente muy distinta,
Podría decirse, sin temor a exagerar, que en el siglo XVIII el recetario titulado Arte de repostería, se daban las ins-
se multiplicaron las oportunidades para disfrutar de un trucciones pertinentes para montar adecuadamente las
refresco. Había refrescos en los momentos cruciales de la mesas del refresco guarnecidas de manteles, bandejas
vida familiar como bodas, bautizos, duelos, la toma de y ramilletes, remarcando visualmente la diferenciación
posesión de un cargo o el ingreso en una institución re- por género, edad y posición social: Un refresco general
ligiosa. Y también era la fórmula habitual para celebrar se previene con quatro aparadores con la gente corres-
las fechas señaladas del calendario litúrgico (Corpus, pondiente, más o menos, según la función. Uno que es

2 Los diarios íntimos, conocidos como Calaix de Sastre, fueron redactados entre 1769 y 1812. Diversos historiadores –y muy especialmente Pérez
Samper– han procedido al vaciado de noticias relativas a refrescos, banquetes y acontecimientos festivos. El volumen de información obtenida
ha inspirado notables trabajos, desde artículos científicos a libros de divulgación. Véanse, como ejemplos representativos de ambos géneros
editoriales: Pérez Samper, 2001, pp. 11-55 y Doménech, 2004.

61
principal para Señoras, otro para Señores, y otros dos de la época nos hablan de bailes, juegos y corrillos de
para la demás familia y concurso3. conversación, así como de invitados que preferían re-
tirarse a una sala distinta donde se ofrecía un servicio
En una fiesta multitudinaria, un visitón o una boda de complementario de café y licores. A pesar de esta varie-
postín, podía darse la circunstancia de que unos anfitrio- dad de opciones no faltaban quienes se las ingeniaban
nes especialmente generosos quisieran obsequiar a un para colarse subrepticiamente en rincones cercanos a las
colectivo tan nutrido como heterogéneo en su condición zonas de servicio, buscando tranquilidad o un lugar don-
social. En el pasado –y en esto el siglo XVIII no supone de comer algunas viandas sustraídas a la cocina5.
una excepción- la mesa siempre fue un espacio jerárqui-
co, de manera que debía respetarse un orden de prela- Los juegos
ción en el servicio, cuando no ir más allá estableciendo
una distancia física entre los diferentes grupos de invita- En el siglo XVIII, a imitación de Francia, se instituye-
dos. Después de servir a señoras y señores, podía llegar ron las tertulias y su variante erudita, las academias.
el turno de agasajar a los músicos contratados para la Los salones a la francesa tuvieron su remedo en las
velada (no era extraña en la época una retribución mixta piezas de estrado, sede habitual de estas reuniones,
de sus servicios, a base de dinero y regalos como el cho- si bien en verano no se despreciaban los jardines,
colate) y quizá también el momento de recompensar a donde los asistentes charlaban a la sombra de glo-
sirvientes, jornaleros o aldeanos. En estos casos se servía rietas y pérgolas, o se reunían al abrigo de los cena-
simultáneamente un refresco complementario a los invi- dores, cuya réplica a pequeña escala se colocaba –a
tados de menor calidad, pues a juzgar por un testimonio modo de adorno- en la mesa donde se exhibían los
del mencionado barón de Maldà, no era imposible que dulces. La todavía llamada pieza de estrado había
la plebe expresara su júbilo de una forma grosera, un dejado de ser para entonces un reducto femenino de
lamentable espectáculo que convenía ocultar a la vista la casa de acceso restringido para los hombres, tal y
de los señores4. como lo había sido en el Seiscientos. No obstante, en
este espacio mixto de relación el peso de las viejas
En tertulias, en días de visita plena o en celebraciones costumbres se hacía sentir en el envaramiento inicial
festivas el refresco era una actividad crucial de la reunión de hombres y mujeres, una torpe rigidez a la hora de
pero no la única posibilidad de entretenimiento que se relacionarse que se esfumaba por arte de magia en
ponía a disposición de los convidados. Las descripciones cuanto daba comienzo el servicio de chocolate, como

3 De la Mata, 1787, p. 187.


4 Un refresco ”doble” ofrecido por el barón en Casa Cortada el 29 de Enero de 1799. El principal reservado a familia e invitados importantes. El
secundario en las dependencias bajas o dels estudis (D’Amat i Cortada, p. 155).
5 En altres aposentos, retirat, se donava cafè, llet i vins de les botellas. I qui volia sopar s’amagava per allí dins, que ningú lo vegés, baixant-se’n
el menjador contiguo a la cuina, com ho fiu jo amb los amigos (del) doctor Bartolet (D’Amat i Cortada, p. 149).

62
recuerda la tantas veces citada anécdota del barón que, por otra parte, no parecían estar especialmente
de Bourgoing: dotadas las españolas, a juicio de agudos observadores
como el barón de Bourgoing. Dio en el clavo el viajero
“Los refrescos, inventados por el lujo y la golosina, ilustrado al señalar como posible causa de ello el peso
no contribuyen más que las tertulias a multiplicar las de la tradición de los estrados. Las damas estaban en-
relaciones entre los sexos... a medida que llegan los corsetadas por la educación secular en un trato social
invitados, los hombres se separan de las mujeres. de reglas bien definidas, que convertía a las mujeres
Estas van a sentarse a una habitación... todas juntas en ídolos y a los caballeros en adoradores, actores en
hasta que todo el mundo se ha reunido. Los hombres un escenario donde la organización del espacio y los
esperan de pie sin acercárseles. La dueña de la casa muebles de asiento recordaban clara y meridianamen-
les espera en un salón que, según las costumbres an- te los papeles a desempeñar por unas y otros. Con el
tiguas, recibía el nombre de estrado y sobre el cual tiempo tarimas, balaustradas y cojines desaparecieron
suele colgarse una imagen de la Virgen... La aparición y los canapés o sofás llegaron para colocar a todos a la
del refresco relaja los rostros y los corazones, la con- misma altura. En los nuevos ámbitos, que del estrado
versación se anima y los dos sexos se aproximan”6. solo conservaban el nombre, las mujeres podían com-
portarse con mayor libertad, pero para ello habían de
Mucho se ha insistido en el cariz intelectual de tertu- prescindir de una educación sentimental que si bien las
lias y salones pero, así en Francia como en España, el había constreñido durante largo tiempo, también les
componente lúdico de estas reuniones no era menos había procurado la reconfortante sensación de tener en
importante que la educación del espíritu, asunto que todo momento el control de la situación. Es lógico que
hace algunos años tratara a fondo Antoine Lilti, quien en un panorama todavía inexplorado, entre silencios y
contribuyó a desmontar una imagen idealizada del sa- fórmulas de compromiso, los dulces y bebidas fueran
lón parisino que en buena medida es un mito decimo- recibidos como maná en el desierto. Pero si, como ob-
nónico7. Por su parte, el caso español presentaba sus servó Bourgoing, el agasajo relajaba las tensiones no
propias peculiaridades. Exceptuando los ejemplos bien menos podían contribuir a ello actividades con reglas
conocidos de academias aristocráticas encabezadas perfectamente preestablecidas, como los juegos, que
por auténticas salonnières hispánicas, a este lado de volvían a asignar con precisión los roles a interpretar.
los Pirineos abundan más las noticias sobre reuniones
que, aun apodándose tertulias, solo daban una relati- En jardines o interiores amplios, los jóvenes podían
va trascendencia a la conversación, actividad para la entretenerse con la gallina ciega o una variante de

6 Jean François de Bourgoing, en García Mercadal, 1999, p. 501.


7 Lilti, 2005, p. 234.
8 Pérez Samper, 2001, pp. 15-16.

63
la misma conocida como la rueda8. Algunas de las que el antiguo juego llamado basseto, muy popu-
distracciones de moda facilitaban el coqueteo en lar en Venecia tiempo atrás y que, al igual que otro
una sociedad que preferiría sustituir los dramas cal- juego de contrapartida anteriormente practicado en
deronianos de celos por el chichisbeo o cortejo. Es España, la carteta, también terminó siendo prohibi-
el caso de los despropósitos y de la sortija, juegos do en nuestro país, el primero en 1575 el segundo
a base de preguntas, respuestas, prendas o señas, en 172012. En las casas acomodadas se jugaba con
que tenían en el equívoco y el doble sentido los naipes finos, y en los locales públicos se utilizaban
principales elementos de diversión. Otros juegos de naipes que los comerciantes vendían como comunes
prendas exigían destreza e incluso ciertas dotes para o bastos. No era necesario poner el dinero de las
la comedia, como el juego curioso de la música ins- apuestas sobre la mesa, pues se podía recurrir a los
trumental, recogido por Pablo Minguet en un tratado tantos, cuentas o piedrecillas de colores a las que se
de juegos de manos, espectáculos que gozaban de asignaba un valor previamente establecido y que,
gran estimación -como las exhibiciones de física ex- al término de la sesión, se cambiaban en moneda
perimental- en las academias domésticas9. Sin em- corriente. Los tantos se guardaban en los cajonci-
bargo, lo que triunfaba en cualquier ambiente eran tos de las mesas de juego o bien en unos estuches
los juegos de naipes, especialmente las partidas al confeccionados al caso, consignados en la documen-
whist10, al mediator, al tresillo o al quince. tación notarial como cajas de tantos. La frecuencia
de las apuestas en el medio doméstico ha quedado
No era inusual apostar dinero en el desarrollo de es- corroborada por diversas fuentes, desde los diarios
tas reuniones11. En lo que respecta a las cartas, los de Maldá, donde un quejoso Rafael prohibía estas
juegos de contrapartida podían constituir un autén- prácticas en su casa13, hasta piezas teatrales como
tico peligro para el bolsillo. Algunos debieron de ser La señorita malcriada de Iriarte, donde el pícaro -un
bastante populares, pues en el Diccionario de Autori- falso marqués- embaucaba a su pretendida y al ato-
dades se llegó a incluir la voz baceta, que se presen- londrado padre de aquella, que no escarmentados
taba en la primera edición como un entretenimiento por haber sido desplumados al tresillo, sacaban los
introducido recientemente desde Francia. A pesar de tantos para seguir perdiendo al quince en el jardín
lo dicho en el Diccionario, la baceta no era otra cosa de su villa campestre14.

9 Minguet, 1778, pp. 148-150.


10 Joseph Townsend menciona como habituales las partidas de whist en la tertulia madrileña de la duquesa de Berwick y en la valenciana del
duque de Crillón (Townsend, 1988, pp. 209 y 404).
11 De hecho, y ganándose alguna que otra crítica, el barón de Maldá optó por prohibir el juego con dinero en su casa, con vistas a evitar pro-
blemas (D’Amat i Cortada, vol. IV, p. 55).
12 Fontbona, 2008, pp. 59-60.
13 D’Amat i Cortada, vol. IV, p. 155.
14 De Iriarte, 1986, pp. 420, 485, y 487, donde se mencionan los tantos.

64
En las veladas vespertinas también se puso de fuentes iconográficas un tanto contradictorias, la
moda el tric-trac, es decir, la variante francesa cuestión queda todavía lejos de resolver.
del chaquete que sería “redescubierta” en Espa-
ña por las gentes de moda. A decir verdad solo El refresco con baile o los Saraos
cambiaba la denominación, pues el juego en sí o
una modalidad similar ya eran conocidos antes por Cuando la reunión o fiesta concluía con un baile,
los españoles con otros nombres por entonces an- recibía el nombre de sarao. Los músicos interpreta-
ticuados, como tablas reales o passo de Roma15. ban las melodías de los bailes en boga, tanto los
En tertulias con ciertas pretensiones, las “tertulias elegantes minués y alemandas como las novedosas
con visos de Academia”, como las calificaban las contradanzas, convertidas en una ocasión excelente
plumas más afiladas del momento, se podía jugar para el lucimiento de la inevitable fauna de modis-
al ajedrez e incluso a los trucos o al billar. Si no co- tas de la época, las madamas y sus petimetres. Los
nocemos con seguridad cuáles eran las diferencias fandangos y seguidillas, aunque apreciados, queda-
entre el tric-trac y otras modalidades nacionales ban más bien para la escena teatral o el cuadro de
del chaquete, algo similar sucede con el juego de majos. Pablo Minguet publicó un tratadito práctico
los trucos y el billar. Si se dan por ciertas algunas de contradanzas ilustrado con láminas17 pero sería
observaciones de Esteban de Terreros –autor del Juan Antonio de Zamácola, alias Don Preciso, quien
primer diccionario español que introdujo la voz recopilara en Elementos de la ciencia contradanzaria
billar- tanto el juego en sí como el mueble eran los pasajes más memorables de estas exhibiciones
diferentes en cada caso, ya sea por cuestiones for- mundanas, escenas bulliciosas que otros pareceres
males (las dimensiones de la mesa y la presencia o más conservadores no dudaron en calificar de carre-
ausencia de troneras) ya por la percepción que los ras de parejas, al contemplar las idas y venidas al
españoles tenían de uno y otro entretenimiento. En trote de los esforzados danzarines18.
su diccionario Terreros dio a entender que el trucco
(importado desde Italia en el siglo XVI) se asu- Como sucedía en ciertos juegos, algunas figuras
mía por entonces como algo español mientras que, de baile favorecían el intercambio de confiden-
por el contrario, el billar se consideraba un juego cias, caso de la contradanza del caracol, donde la
practicado solo por extranjeros16. A falta de restos madamita y su currutaco se enlazaban y desenre-
materiales y con la simple concurrencia de algunas daban en una interminable secuencia de giros y

15 Abad Zardoya, 2009, pp. 63-74, esp. pp.67 y 68.


16 Ibidem.
17 Minguet e Yrol, 1758.
18 “Al compás de unos violines y un oboe se armó un baile que se hundía la casa, mayormente con las contradanzas, que decía don Jacinto
que era más correr parejas que bailar. El ni su compañero no entendían de bailes a la francesa pero estuvieron muy divertidos viendo como se
reventaron aquellos hombres y señoras…” (Muñoz, 1739, p. 151).

65
paseos19. Otras modalidades como la contradanza Intrusos en el refresco.
del molinillo propiciaban el contacto estrecho en- La cena y el ramillete valenciano
tre los cuerpos. Los bailarines formaban un círculo
moviéndose a la carrera, giraban y giraban hasta En las grandes ocasiones el refresco no podía faltar
que, una vez concluida la rueda, volvían todos a pero rara vez era sustituido por una cena. Si acaso, en
su posición inicial con el consecuente mareo de las ciertas ocasiones podía celebrarse alguna merienda, o
damas, es de suponer que agravado por los corsés. una merienda-cena, como la que el barón de Maldá
En esta tesitura, un caballero podía ofrecer a la tomó en casa Vega a taula parada para celebrar, junto
indefensa dama su pecho, solo para que se serene, a un pequeño grupo de amigos, las Carnestolendas de
proximidad que, con algo de suerte y encanto, po- 178922. Fuera de estas ocasiones puntuales, la cena
día dar pie a mayores confianzas20. solía considerarse un acto privado antes que una activi-
dad social23. No obstante, en ciertos círculos de la élite
Incluso el embajador británico sir Benjamin Keen ilustrada terminaron organizándose cenas a modo de
llegó a comentar en su correspondencia algunos de- banquete o bien incluyendo en sus reuniones la posi-
talles sobre el éxito de estos bailes a la moda en los bilidad de disfrutar de una cena ligera complementaria
festejos de sociedad. En la corte de Fernando VI y al refresco. En cualquier caso, ambas prácticas se veían
Bárbara de Braganza, Keen describió el regocijo con más bien como una moda importada y restringida a de-
que se entregaba el todo Madrid a una danza fran- terminados ambientes.
cesa llamada Tracassière, donde la dama planta a
su pareja y adelanta las manos para dar una vuelta La introducción de cenas en tertulias de cierta prestan-
o dos con los espectadores...21. Sin duda, estas dosis cia se desarrollaba en diversas formas. Podía ofrecerse
de “promiscuidad controlada” suponían un cambio como un complemento más de la soirée, una opción
sustancial con respecto a la gravedad solemne de los que aprovechaba solo quien quería, tal y como se venía
antiguos bailes palaciegos. haciendo en los salones parisinos. Pero la cena también

19 “Tomando la madamita con su mano izquierda la derecha del currutaco, dará una vuelta redonda hacia dentro, sin soltarse; se dan las manos
y quedan ambos enlazados. En esta disposición se dan el paseo... vuelven a sus puestos y al concluir se desenlazan en los mismos términos”
(Zamácola, 1796, p. 62).
20 “Y si ocurriese que a la madamita se le fuese la cabeza con las vueltas... la tendrá el caballero recostada a su pecho para que se serene”
(Idem, p. 68).
21 Keene a Castres, 17 de febrero de 1749, en Lodge, 1933, p. 95.
22 En l’entrada de nit, convidats tots nosaltres a berenar en celebració de Carnestoles. Se serví en taula parada, ben iluminada, adornada de un
petit ramillete al mig, ab garrafes de cristall de vins i altres d’aigua, ab moltes viandes de capons rostits, anyell, empanada de colomins, tortrades
de llet, cremes, ous filats ab talls de poncem... ab dos fromatges gelats... un de llet i altre de taronjada. Un berenar i, juntament, sopar; recreatiu
tot alló a la vista, i més al gust (D’Amat i Cortada, vol. IV, p. 22).
23 En esta dirección apuntan diversas fuentes, desde los comentarios del barón de Bourgoing respecto a las costumbres de los españoles hasta
las rutinas extraídas de los diarios del barón de Maldà.

66
podía convertirse en una manera íntima de concluir la el mérito de presentar, entre diez posibles formatos de
reunión o en un gesto de deferencia con el que distinguir banquete, un menú y montaje de mesa guarnecida de
a un pequeño grupo de invitados. El británico Joseph repostería y cocina para Cena. Con ello su autor, que en
Townsend reflejó en sus crónicas de viaje todas estas po- el prólogo se había declarado discípulo de los mejores
sibilidades24. Por su testimonio sabemos que en la casa maestros que ha habido, así franceses como italianos,
de la Duquesa de Vauguion se reunía un buen número introducía un guiño cosmopolita entre la fórmula tradi-
de franceses para jugar a las cartas, al tric-trac o al aje- cional del banquete español, habitualmente identificado
drez y allí una cena daba fin a la reunión. Del ambiente con el agasajo a base de dulces. La cena para ochenta
galo de la duquesa salonnière pasaba Townsend a una cubiertos del Arte de Repostería se componía de varios
tertulia decididamente lúdica y meridional, la del Conde pastelones con relleno salado, fiambres, preparaciones
del Carpio, donde todos, a excepción de un italiano, eran de olla y una pequeña variedad de guisados. Sucedían
españoles, y la diversión habitual un juego de cartas. al primer servicio los pescados en varias preparaciones y,
Bien por consolar a los perdedores, bien por la necesidad como era habitual en estos casos, se seguía con los asa-
de limar desavenencias alimentadas por las apuestas, la dos de carne. Jaleas, pastelillos, gazpachos, ensaladas,
velada consagrada casi íntegramente al juego se cerra- masas crocantes y fritos cerraban los platos de cocina y
ba de manera informal y relajada con una cena ligera. dejaban paso a los dulces. El servicio de postres consta-
La variante más refinada se ofrecía hacia las once de la ba de frutas heladas, bizcochos, compotas, espumas de
noche en casa de la duquesa de Berwick, como broche leche y barquillos26.
final de una tarde dedicada a piezas de piano, partidas
de whist y clases de dibujo que el embajador prusiano Tanto el menú que se acaba de resumir como el que
solía impartir a la anfitriona. En su descripción del todo se sirvió en la cena de Casa Vega siguen un principio
Madrid Townsend concluía afirmando que la mayoría básico, la presencia inexcusable de ciertas preparacio-
de las familias, en especial las más importantes, habían nes, concretamente pasteles (entonces cualquier obra de
terminado por aceptar este modelo de tertulia o reunión masa con relleno bien salado, bien dulce) y aves asadas.
vespertina25. Ambos motivos aparecen recreados en un panel de azu-
lejos del Museo Nacional de Cerámica y Artes Suntuarias
Para quienes se incorporasen a la nueva moda de las “González Martí” de Valencia, donde se ve a un peque-
cenas la literatura culinaria española del Setecientos ño grupo de comensales sentados en torno a una mesa
ya tenía reservada una atractiva sugerencia. Como no redonda. Los invitados están asistidos por dos criados:
podría ser de otro modo, al recetario impreso más im- a la derecha el omnipresente sirviente negro que porta
portante del siglo, el Arte de Repostería, correspondería una botella y, en el lado opuesto, un paje que presenta a

24 Townsend, 1988, pp. 209-210.


25 Ibidem.
26 De la Mata, 1787, pp. 194-195.

67
los invitados una fuente con una gran pirámide blanca, matizado de meladas que habían preparado las domini-
de la cual sobresalen lo que parecen ser peras u otras cas de Santa Catalina de Siena y que había sido llevado
frutas con pedúnculo. Este último detalle se repite en hasta el convento masculino donde se ofrecía el almuer-
otras composiciones valencianas, solo o acompañando zo27. El postre llamado ramo o ramillete se presentó en
a fuentes de frutas frescas. La disposición piramidal de primer lugar al obispo: iba sobre un plato grande, su fi-
dulces o frutas y la construcción de pirámides con placas gura era piramidal, lo blanco que se descubría era espu-
de grillaje blanco o caramelizado eran recursos típicos ma, su alma biscochos de Terhuel, y meladas su matiz.
en la decoración de las mesas. El propio Juan de la Mata El prelado hizo los honores comenzando a trocearlo para
recomendaba en varios de sus modelos el uso de este que se distribuyeran las raciones en platillos. Se sirvió
tipo de presentaciones en la confección de ramilletes de a continuación a los otros convidados que compartían
adorno. traviesa en la primera mesa del refectorio. Agasajados
los principales, se pasó a los ancianos para, finalmente,
Se ha intentado emparentar el enigmático motivo de las repartir los restos entre los estudiantes.
azulejerías con postres tradicionales levantinos conser-
vados todavía en la actualidad, del mismo modo que Este postre solo se hacía en ocasiones especiales y se
los pasteles o empanadas de algunos paneles se vienen presentaba únicamente al convidado principal. Según el
interpretando como trasuntos del arnadí valenciano. Sin locuaz Güell, “terminar una comida con un ramo o rami-
embargo, las posibles correspondencias con el recetario llete servido de tal guisa era estilo introducido en Valencia
regional son en este caso un tanto forzadas. En con- en esta Centuria, aprehendido del comercio con las Na-
trapartida contamos con una fuente excepcional tanto ziones, como tambien nuevas disposiciones de convites.
por inesperada como por detallada, ya que contiene Solía aparecer en mesas esplendidas, no en todas, sino
la denominación, la composición del plato e incluso las quando ay personage de graduacion excedente; y avien-
peculiaridades de su servicio. Muy rara vez se dispone de do en N.o Refitorio una persona, como el S.r Obispo, con-
tanta información. vidada, quiso el P. Prior cumplir con la politica, de regalar
á su Ill.ma con el antedicho ramo, ô ramillete”28.
Un fraile dominico, Tomás Güell, nos da todas las claves
al describir los pormenores de una visita del obispo de Conviene precisar que lo que el cronista llama ramo o
Albarracín al convento de predicadores de Valencia en ramillete es algo bien distinto de lo que se entendía por
noviembre de 1733. Estando allí se sirvió en la mesa tales términos en la época. Según el Diccionario de Au-
primera del refectorio, al término de la comida, un ramo toridades, el ramillete no era sino un adorno de mesa, y

27 Los convidados a la primera mesa del refectorio fueron:“El Ill.mo Obispo de Albarrazin, el Sr Vic.o Gen.al de este Arçobispado, el R. P. Prior,
los tres en traviessa, y dos Capellanes del S.r Obispo al lado drecho de la traviessa, ultimamente servidos” (Biblioteca Histórica de la Universitat
de València, E-Vu, ms 34. Agradezco el conocimiento de esta fuente al musicólogo Andrea Bombi).
28 Idem. Transcripción de Andrea Bombi.

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Juan de la Mata utiliza esta voz con idéntico significado del lugar donde se celebrase el evento (casa, palacio,
cuando, en varios pasajes del Arte de Repostería, da monasterio, convento) de ciertas circunstancias específi-
instrucciones para ejecutar diferentes modelos. Los ra- cas (duelo, convalecencia post parto) y, como no podría
milletes podían ser piezas compuestas en muy diversos ser de otro modo en la España Católica, de los tiempos
materiales, desde porcelana o espejos hasta pastas de litúrgicos. En el último caso, y aunque para entonces la
dulcería, pudiendo haber piezas parcial o íntegramen- literatura religiosa había desestimado la prohibición del
te comestibles, aunque no tuvieran otro destino que consumo de chocolate en periodo de ayuno, las buenas
el estrictamente ornamental. En cambio, lo que en la costumbres exigían la lista de dulces servidos junto al
Valencia de Güell se llama ramo hace referencia a un cacao manifestara una cierta voluntad de contención.
plato pensado para consumir al término de una comida Una solución recurrente consistía en eliminar del progra-
o en un refresco. La “espuma” de la descripción podría ma los postres a base de huevo (natillas, yemas, etc.) y
equivaler a la espuma de leche de Juan de la Mata, una en el caso de dulces de masa, prescindir del huevo en su
emulsión obtenida a partir de una pequeña cantidad de composición o bien optar por aquellos que no lo tenían
leche donde previamente se había infusionado canela, en su receta original. Quedaban eximidos de observar
agua olorosa –de azahar posiblemente- y azúcar, a la estas restricciones niños, ancianos, embarazadas o todo
que se añadía en frío una buena cantidad de nata. La aquel que pudiese alegar un motivo de dispensa29.
mezcla se montaba batiendo enérgicamente. Una vez
constituida la estructura básica de bizcochos que se recu- Pero cualesquiera que fueran las circunstancias o la natura-
briría con la “espuma” se decoraba con piezas de fruta leza del refresco siempre había una serie de componentes
confitada, de forma que, al concluir el montaje, resulta- imprescindibles que, agrupados por bloques, configuraban
ba un postre idéntico al representado en los paneles de la dramaturgia del convite. Un agasajo bien planificado
las cocinas valencianas. se construía, necesariamente, a partir de sensaciones con-
trastadas en boca, alternando en el menú dulces fríos y
De cómo servir un refresco calientes y combinando diferentes texturas, líquidas, un-
en el orden y la forma adecuados tuosas, secas o quebradizas. La lista de bebidas y dulces
fríos se podía ampliar o reducir a voluntad, reservando un
Naturalmente la cantidad y variedad de golosinas ser- momento a mitad del convite para disolver los bolados en
vidas en un refresco dependía de muy diversos factores: un vaso de agua, un pequeño ritual que funcionaba como
del motivo de la celebración, de si tenía carácter ordinario pausa dramática y preludio al chocolate caliente. Los dul-
(visita, tertulia) o extraordinario (visitones, saraos y cele- ces secos se servían en dos tandas, la primera para mojar
braciones de otras ceremonias o del calendario festivo), en aguas compuestas o sorbetes y la segunda arropando

29 Servint-se la col.lacio d’aigua fresca ab sucres esponjats, xocolate ab vàries pastes, estes per qins e quines no dejunaven, no tenint l’edat
ancara, per estar alguna prenyada, i també llicència del metge per no dejunar. Peroper quins e quines dejunaven, a mes de torrades, se serví
coca o tortell sens ou (D’Amat i Cortada, vol. VI., p.199).

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al chocolate. En este esquema básico se podían interca- Por su parte, el capítulo II del Ceremonial de estrados
lar toda clase de confituras y preparaciones de cucharilla, y crítica de visitas, “donde se trata de todo lo que
como, por ejemplo, dulces de consistencia cremosa a base hay que hacer cuando hay boda” complementa la
de leche o de huevos. información del repostero dando cuenta de la coreo-
grafía de los pajes a lo largo del servicio, un ballet
Dos son las fuentes principales para establecer el modelo que coincide en buena medida con la descripción de
ideal de un refresco de postín. Las escuetas pero preci- un refresco nupcial al que asistió el barón de Maldá
sas recomendaciones de Juan de la Mata, dirigidas a en 180032. La comparación entre fuentes tan diver-
profesionales en su recetario impreso, y las más prolijas sas demuestra que no había grandes diferencias en-
y pintorescas instrucciones del Ceremonial de estrados y tre los modelos propuestos y la práctica real. Así, en
Crítica de Visitas, obrita jocoseria publicada en Madrid en ambos casos, el cortejo de pajes –bien trajeados y
1789 que, dirigiéndose a las damas como potenciales con pelucas empolvadas, como aparecen en nuestra
organizadoras de estos eventos en el espacio doméstico, cocina y en otras azulejerías valencianas- hacía su
recogía en verso el protocolo a seguir en los refrescos entrada en la sala por parejas dispuestas en fila.
servidos con ocasión de boda, duelo y visita de parida30. En el Ceremonial se especifican sus movimientos y
A pesar del tono humorístico declarado en su portada, cometidos: la procesión recorría la dependencia has-
el Ceremonial resiste más que airosamente la compa- ta llegar a su centro, donde las parejas se disolvían
ración con otras fuentes de la época que se refieren a para distribuirse los comensales de uno y otro lado
refrescos efectivamente celebrados en una fecha y lugar de la sala. Los dos primeros pajes repartían los pla-
concretos, como las numerosas anécdotas recogidas en tos, los segundos ofrecían bizcochos y dulces secos
los diarios del Barón de Maldá o en las anotaciones de presentados sobre azafates de charol (bandejas rec-
Güell, Townsend y Jovellanos. tangulares lacadas) y los terceros servían las bebidas
y helados, siempre en vasos dispuestos sobre salvas
En el Arte de Repostería se establece un orden de presen- (soportes circulares sobre pie central elevado). Cum-
tación que coincide en lo esencial con el relato versificado plida su tarea, los pajes volvían a formar la fila de
pero, como corresponde a una obra dirigida a un lector parejas en su posición de partida, y solo la volvían
profesional, sus instrucciones prestan especial atención a a romper para ofrecer una nueva ronda de dulces,
asuntos de intendencia y presentación, como los cubiertos recorriendo todo el espacio de la sala. De manera
que acompañan a cada servicio (las cucharillas principal- análoga, en el banquete descrito por Rafael d’Amat
mente) o la composición de los ramilletes o adornos que i Cortada los dos pajes que abrían la comitiva de
se habían de colocar en las mesas de apoyo31. criados portaban el mejor ajuar de la casa, algunas

30 Anónimo, 1789.
31 De la Mata, 1787, p. 188.
32 D’Amat i Cortada,vol. V, pp. 18-19.

70
piezas de la vajilla de plata. Los que seguían, en cionando a los invitados algunos dulcecitos que guar-
número de treinta, transportaban las bebidas en las dar, que los asistentes podían llevarse envueltos en
preceptivas salvas, o bien los bizcochos y melindros pañuelos o en cucuruchos de papel facilitados por los
para mojar en aquellas sobre los correspondientes anfitriones. Esta costumbre, como hemos sabido por
azafates33. los comentarios del barón de Bourgoing, no dejaba
de extrañar a los extranjeros35. Despedidos los convi-
Tras esta primera tanda del servicio y una vez confir- dados, los que habían intervenido con su esfuerzo en
mado que los invitados no deseaban repetir, se retira- el buen funcionamiento de la fiesta también podían
ba la vajilla usada, y se ofrecía una nueva tanda de esperar una recompensa a su buen hacer.
dulces. La segunda entrada de pajes seguía el mismo
orden y recorrido que la anterior. Una vez que los in- LA SIMETRÍA DEL REFRESCO PASO A PASO
vitados habían bebido agua enfriada con nieve (sola
o bien endulzada con los bolaos disueltos a golpe de Primera tanda de dulces:
cucharilla) llegaba el momento que todos esperaban, huevos, confituras, bebidas y helados
el servicio stricto sensu del chocolate, acompañado
una vez más de dulces secos para mojar que ofrecían Al comienzo de la primera entrada, según las ins-
otros pajes. Una secuencia prácticamente idéntica a trucciones de Juan de la Mata para un refresco ge-
la extraída del Ceremonial se desarrolló en el refresco neral, se servirían las bebidas y bizcochos largos
descrito por el barón en sus diarios34. para mojar en ellas, seguidos de los dulces secos,
confituras y huevos para concluir con espumas y
Apurado el chocolate, se ofrecía de nuevo agua del toda clase de helados. Semejante variedad bien
tiempo en vasos primorosos, que eran servidos sobre merece una explicación detallada.
salvas y que tomaban quienes querían aclararse el
paladar saturado de sabores dulces. En los versos del _a. Bebidas y pastas para mojar
poema anónimo se describe el colofón perfecto de un Los criados debían distribuir entre los invitados platillos
refresco de estas características. La generosidad de la y cucharillas, de forma que pudiesen tomar las copas
casa anfitriona había de quedar bien patente, propor- y dulces servidos a continuación. La lista de bebidas

33 Lo refresc se començà a servir a les senyores a nou hores tocades, passant tota la lletania, digam curs de criats, ab los dos de avant ab lo Server
de plata y estovalles al coll…quals obrien lo curs del profús agasajo, seguint als dos corifeus los demes criats, fins a uns trenta, ab sotacopes
ab tassès de vàrios sorbets de llet, toronja, avellana e més de les begudes líquides…Seguien altres ab azafates de bescuits d’ou i melindros per
sucar…sucant-los ab los sorbetes i los liquids. Los primers, ab culleretes… (Vid. nota 31).
34 Tanta càfila de criats serví primer lo beure a les senyores, ab totes estes golosines en azafates; servint-lesdespu’es les xicres de xocolate en
marcelines sobre les bandejas de xarol, caminant los criats com si fossen geperuts, i mes sent llargues les bandejas, i ben ocupades de bollos,
rosques, ensaimades i demés golosines... (D’Amat i Cortada,vol. V, pp. 18-19).
35 Barón de Bourgoing, en García Mercadal, 1999, vol. V, p. 501.

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enfriadas con nieve en garrapiñeras era extensísima36. en leche u horchata, donde se sometían a una nue-
Gustaban, por refrescantes, los sabores ácidos, represen- va cocción. Esta especie de “manjar blanco líquido”
tados por el agua de agraz, las aguas con bergamota y se sustituiría en recetarios manuscritos para obrado-
sobre todo la limonada o agua de limón, que aparece res de confitería por una receta algo más económica
en casi todos los recetarios de la época. En el Arte de Re- en términos de dinero y de tiempo, que se espesaba
postería se recoge un truco de confitero sumamente útil con yemas crudas batidas con azúcar. Por su parte, la
para prepararla cuando no se disponía de fruta fresca o bebida llamada Aurora era una especie de horchata
bien cuando se estaba de camino. Consistía en disolver condimentada con canela y unos toques de cítrico. En
en agua un azúcar aromatizado con corteza de limón o realidad, ambas bebidas podían confeccionarse a par-
cidra, que se conservaba bien, se transportaba fácilmen- tir de horchata. En la época la horchata se hacía más
te y permitía preparar la bebida en muy poco tiempo. o menos como hoy pero los ingredientes eran mucho
Estas pastas para hacer bebidas se obtenían frotando más variados: la había de chufas (la que entendemos
terrones en la corteza exterior de la fruta, sin rozar la como horchata valenciana) y aún era más popular la
parte blanca de la misma con el fin de evitar regustos de almendras (receta emparentada sino idéntica a
amargos, y tenían otros usos suplementarios, pues po- otras que, tanto en recetarios conventuales como de
dían servir como edulcorante aromático para el café, o obrador, se llamaban también almendrada o leche de
como potenciador del sabor en limonadas y naranjadas almendras). Incluso existía una curiosa receta capu-
elaboradas con el jugo recién exprimido37. Había ade- china –transcrita por fray Sever d’Olot– para hacer
más otras bebidas refrescantes de mayor complejidad, una horchata de semillas con las pepitas de la calaba-
que recibían el nombre genérico de aguas compuestas za llamada larga o de verano38.
y que el barón de Maldá prefería llamar “aguas sucias”
(aigües brutes). Entre los brebajes alcohólicos sobrevivía el veterano hi-
pocrás, arropado por destilados más jóvenes como las
Entre las que gozaban de mayor estimación se cuen- mistelas y, sobre todo, los rosolís. De reminiscencias
tan la Bebida Imperial y la Aurora. Tanto una como italianas, entre las variantes de rosolí triunfaba el rosolí
otra contaban con una versión rica –probablemente de Turín, aromatizado con canela, nuez de especia y cla-
la original- a la que se añadían variantes más sen- villo, que ya había hecho furor en París con las mismas
cillas y económicas. Así, la Bebida Imperial de Juan denominación y fórmula39. Rafael d’Amat i Cortada des-
de la Mata incluía en su composición pechugas de cribe en repetidas ocasiones el gusto de los invitados por
polla blanqueadas, trituradas, tamizadas y desleídas sucar en las bebidas frías bizcochos o melindros. Juan

36 Sobre los usos, aspecto y funcionamiento de garrapiñeras véase Abad Zardoya, 2010, pp. 85-117, esp. 116-117.
37 De la Mata,1787, pp. 154-155.
38 Fray Sever de Olot , 1982, pp. 72 y 74.
39 Abad Zardoya, 2011, pp. 25-48, referidas a las bebidas pp. 39-42.

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de la Mata se refiere con igual insistencia a los bizcochos modificar su textura. Las diferentes recetas conservadas
largos para mojar en la bebida, bizcochos que, como de este dulce difieren en el método de espesar o ligar el
en ciertos bodegones, aparecen sumergidos en copas de arrope, y en algunas, como en el mostillo aragonés, se
fino cristal. utiliza con tal fin un poco de harina.

_b. Dulces variados: confituras, derivados de la Entre los lácteos que se podían servir en los refrescos
leche y dulces a base de huevos caben destacar quaxadas, natillas y cremas, presen-
En el amplísimo capítulo de confituras se incluían hor- tadas en orzas de China (por soperas de porcelana).
talizas, frutas y flores confitadas en almíbar y posterior- A veces se servían vasos de leche fría pero se reco-
mente escurridas en bergeras, toda clase de jaleas, mer- mendaba no hacerlo en tiempo de estío. Los postres
meladas y dulces frutales de consistencia más compacta a base de huevos también se consideraban apropia-
como el codoñate (carne de membrillo, que en otros dos para el refresco, especialmente los huevos que-
recetarios recibe el nombre de mermelada). mados, los dobles y los huevos moles, consignados
en numerosos recetarios de época41. En el caso de
En la azulejería del Museo Nacional de Artes Decorativas estos últimos, Juan de la Mata recomendaba servir-
hay además una referencia expresa a una tal confitura los en cajitas de madera cuando se trataba de un
de Biniganí, denominación escrita en los paños que cu- refresco y en platos de China (fuentes de porcelana)
bren la boca de dos orzas representadas sobre el vasar o de plata cuando se servían como postre en comi-
superior de la cocina. La Confitura de Binigani, conocida das o cenas42.
y alabada como especialidad local incluso en el siglo
XIX40, no es otra cosa que la Confitura de Beniganim, _c. Espumas y helados
un dulce tradicional del valle valenciano de la Albaida, Cualquier refresco con pretensiones debía incluir una
también conocido como arrop i tallaetes. La base de cierta cantidad y variedad de dulces helados. Se ser-
este dulce es una reducción de mosto de uva o arrope vían tanto en festines estivales como en los refrescos
al que, durante el proceso de decocción, se incorpora celebrados en riguroso invierno, tanta era la estima-
un poco de cal para neutralizar la acidez. Más tarde se ción que se tenía por estos dulces. Prueba de ello es
añaden trozos (tallaetes) de distintas frutas u hortalizas, el refresco que las madres del convento valenciano de
como calabaza, melocotón, ciruela o la parte blanca de Santa Catalina de Siena ofrecieron en 1733 al obispo
la corteza de la sandía, que permanecen sumergidos de Albarracín, en visita pastoral a Valencia por cuenta
la noche anterior en una solución de cal en agua para del arzobispo Larreátegui. En pleno mes de noviembre

40 Madoz, 1846, tomo IV, p. 217.


41 Hay muchos más: en Juan de la Mata también de faltriquera, a la portuguesa, (los hilados), en pan, a la italiana y helados. En los montajes
finales solo constan los citados en texto principal.
42 De la Mata, 1787, p. 118.

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se sirvieron dos especies de garrapiña y agua de nieve do, por extensión, a cualquier preparación prensada
muy fría con bolados, mientras un coro de religiosas en molde que adquiría una forma semejante y que
entonaba villancicos a lo divino43. Los helados se pre- solía colocarse entre obleas45.
paraban en las garrapiñeras, los mismos objetos que
se utilizaban para enfriar las aguas compuestas, cuya Además de sorbetes, quesos helados y garrapiñas
forma y composición conocemos gracias a la descrip- hay que añadir a este capítulo las espumas. Al-
ción que Juan de la Mata hizo de aquellas44. En la gunas fueron recopiladas por Juan de la Mata y
época se distinguían dos tipos de helado, sorbetes y pueden hallarse también en recetarios manuscri-
garrapiñas, que según la interpretación tradicional se tos para obrador de confitería. Dicho de un modo
diferenciaban únicamente por su textura, ya que los simple, son emulsiones refrigeradas que podría-
primeros estaban más licuados y los segundos más mos interpretar como antepasados remotos de las
trabados. Sin embargo, aunque no es una regla in- mousses de la Nouvelle Cuisine o de los aires de
discutible, en general los sorbetes partían de una la Cocina Tecnoemocional. La espuma de chocolate
base magra (jugo o zumo de frutas) mientras que las es un chocolate a la taza aromatizado con canela
garrapiñas solían tener base grasa (una crema con y una rajita de de limón verde, que después se
huevos o lácteos). Una vez fuera de la garrapiñera se tamiza, se deja enfriar y se aumenta con agua de
escudillaban en vasos o cubiletes y se sacaban a la nieve batiéndolo vivamente para introducir aire en
sala dispuestos sobre salvas, momento inmortalizado la mezcla46. En el caso de la espuma de leche,
en muchas de las cocinas valencianas. Otras veces los las recetas describen una emulsión más o menos
helados se vertían en moldes en forma de cilindro bajo estable obtenida solo por métodos mecánicos, y
que se volvían a refrigerar en nieve con sal, de modo probablemente sea la misma preparación que re-
que una vez solidificado en bloque y desmoldado, el vestía el ramo valenciano que se explicaba en un
helado tomaba una forma parecida a la de un queso. apartado anterior47. Otra posibilidad sugerida en
De ahí que sean frecuentes las menciones a quesos el Arte de Repostería consistía en helar esta espu-
de naranja, de limón.... En realidad, en el lenguaje ma en unos vasitos con tapa denominados pozillos
técnico de los confiteros se denominaba queso a los que se enfriaban en nieve, obteniendo con ello la
helados así confeccionados, más tarde desmoldados y preparación conocida como leche helada, seme-
servidos en porciones al corte. Sin salir del léxico pro- jante a nuestra leche merengada. Este método
fesional, con el tiempo este término se acabó aplican- podía aplicarse de igual modo a purés o jugos de

43 Biblioteca Histórica de la Universitat de València. E-Vu, ms. 34, p. 115.


44 De la Mata, 1787, pp. 145-146. Vid. nota 35.
45 Abad Zardoya, 2011, pp. 38 y 48.
46 De la Mata, 1787, p. 158.
47 Idem, 139-140.

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frutas con almíbar que, presentados en cubiletes, El clímax de la ceremonia.
recibían el nombre de frutas heladas. La xícara de chocolate

Entreacto. Agua con bolaos A las ciudades españolas llegaban periódicamente


como preludio al servicio de chocolate grandes cantidades de cacao de Caracas, Guayaquil,
Magdalena, y en menor medida del Cacao de Islas, más
En los refrescos modestos el azúcar rosado disuelto en barato pero mucho menos valorado, tanto en España
agua muy fría venía a sustituir a las más elaboradas como en la vecina Francia48. A la diferente procedencia
aguas compuestas o a los dulces enfriados con nieve. Mas correspondía también una gradación de calidad, que
en los refrescos plenos este paso marcaba la transición tenía su reflejo en los precios. El mejor y más caro era
entre el primer servicio de dulces y el servicio de chocolate el cacao venezolano, cuya demanda pudo satisfacerse
stricto sensu. Lo que, desde el siglo XVII se venía llaman- regularmente gracias a la Compañía Guipuzcoana de
do azúcar rosado, presentado en porciones individuales Caracas49. El chocolate para hacer -mezclado ya con
tomó los apelativos populares de esponjado o bolado. algo de azúcar y aromas- se comercializaba en diver-
Esta mezcla solidificada de azúcar y huevo aromatizada sos formatos. Por ejemplo, en una especie de pequeñas
con un toque de limón es el antecedente de los célebres bolas aplastadas que recibían las denominaciones de
azucarillos. Había dos modalidades de bolado, el blanco castañas o pastillas, similares a las oscuras medallas
y el tostado. En el Ceremonial de Estrados se recomen- que pintó Luis Mélendez en torno a una chocolatera con
daba hacer uso preferente del segundo en los refrescos su molinillo. Otras presentaciones a la venta eran los
servidos con ocasión de visitas de duelo. Los bolados se ladrillos (pasta prensada en moldes de madera u ho-
disolvían en el vaso de agua fresca con ayuda de cucha- jalata) y los rollos, semejantes a los que aparecen en
rillas. Habitualmente se compraban en los obradores el panel catalán La Xocolatada, junto a los anafres u
de confitería ya que en las casas no siempre se podían hornillos portátiles donde se estaba cocinando el choco-
hacer, por falta de pericia o de medios. Su elaboración late. En lo que respecta a su composición, básicamente
requería un conocimiento especializado de los puntos del se distinguía entre dos variedades de semipreparados:
azúcar -determinados por la temperatura de cocción- y el chocolate de vainilla (de precio superior) y el común,
por otro lado, era indispensable disponer de peroles de que solo contenía cacao, azúcar y quizá algo de canela.
confitería, recipientes de arambre (cobre) con una forma Más elementales todavía eran los panes que llegaban
determinada que, a diferencia de la ollería de cocina, no de las colonias insulares francesas (de los que dio no-
debían estar estañados al interior ya que la temperatura ticia Antonio Lavedán), pues contenían únicamente
alcanzada por el azúcar podía fundir el baño de estaño. pasta de cacao prensada, por lo que la elaboración en

48 El cacao de las islas francesas llegaba en forma de panes de chocolate puro sin ningún otro aditivo, motivo por el cual había que desmenu-
zarlas y entonces aderezarlas con “canela, azúcar y flor de naranja, hecho todo polvo” (Lavedán, 1796, pp. 212 y 219).
49 Townsend, 1988, p. 295.

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casa requería moler el azúcar y los condimentos y mez- mitirse tomar chocolate no supiera prepararlo: no
clarlos ya en la chocolatera de cobre. Las recetas para hay parte ni casa en España, ni aun en la del mas
hacer el chocolate a la taza –tanto en casa como en rustico aldeano, que no se sepa, se dice en el Arte
establecimientos públicos- iban desde la fórmula más de Repostería. Afortunadamente, para compensar
elemental hasta la más especiada. A menudo se suele las carencias de los recetarios contamos con varias
resaltar como curiosidad que los tratados de confitería alternativas entre las que destacan las monografías
modernos –a excepción del de Juan de la Mata- pasan escritas por médicos o clérigos y las anotaciones de
por alto la receta del chocolate a la taza. Este mutismo algunos viajeros de paso por España.
se ha interpretado como una solución adoptada por los
confiteros para evitar posibles pleitos de competencias La mayor cantidad de referencias a la forma de hacer el
con el gremio de chocolateros. En cambio, no es un buen chocolate se encuentra en la literatura médica, donde hay
argumento por varias razones. En primer lugar porque además toda una tradición de “chocolates funcionales”
la mayoría de los recetarios de confitería de la época destinados a paliar ciertas dolencias o a mejorar el estado
son repertorios manuscritos para uso privativo del obra- general de salud. Para empezar, se distingue claramente
dor correspondiente (de hecho, el Arte de Repostería es entre la confección de semipreparados por parte de los cho-
una excepción). En segundo lugar, porque una cosa es colateros (lo que incluye el tostado en paila, la criba y la
procesar el cacao para elaborar los semipreparados –y molienda a brazo sobre la piedra, donde se mezcla con el
efectivamente estas instrucciones sí que las evitan los azúcar y las especias pertinentes)50 y el modo de elaborar
confiteros- y otra bien distinta es servir chocolate listo el chocolate a la taza. El médico Antonio Lavedán, que di-
para tomar, actividad en la que participaban, además ferenciaba con nitidez ambas fases, es quien detalló paso a
de los obradores, otros establecimientos como los cafés. paso, en 1796, los dos procedimientos básicos para hacer
En base a esto no habría problema alguno para que el chocolate en casa, uno con los ingredientes mezclados
los recetarios de confitería pudieran incluir recetas de en frío y otro, probablemente de mejores resultados, con el
chocolate caliente o de postres derivados de aquel, algo agua hirviendo y el chocolate reducido a polvo:
que, por cierto, sí tiene su reflejo en los repertorios tanto
manuscritos como impresos. “Primero se hacen pedacitos las pastillas o rollos de
chocolate, se echan en la chocolatera con agua fría y
En cualquier caso, la escueta referencia al chocolate no caliente, y puesta a un fuego lento se va batiendo
de Juan de la Mata y, por extensión, el silencio de bien con el molinillo hasta que esté bien desleído. Ja-
los demás recetarios, se excusan en un argumento más se debe hacer el chocolate a un grado grande de
de sentido común, el hecho de que, para entonces, calor...porque se coagula y la parte aceytosa o mante-
no había en la península nadie que pudiendo per- cosa se separa quando hierve...

50 Lavedán, 1796, pp. 215 a 218.

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Otros acostumbran hacer como polvo las pastillas de lugar el uso de colorante –nuez de bija o achiote- y
chocolate y lo echan en la chocolatera quando el agua en tercer lugar la utilización de la harina de maíz como
esta hirviendo lo deslien batiendolo bien con el molini- espesante. El acento exótico y un tanto snob lo ponía en
llo e inmediatamente lo echan en las xicaras (por cada este caso el ámbar gris (secreción biliar del cachalote)
onza de pasta, tres de agua)”51. sustancia muy apreciada en el pasado como condimento
culinario por su complejidad de aromas, y que hoy se
Fuera cual fuese la receta seguida, todos los chocolates usa exclusivamente en la industria del perfume.
españoles eran siempre espesos -se tomaban, que no
se bebían- y la pasta de cacao se desleía en agua, ya Ante semejante abanico de posibilidades cabe pregun-
que solo tardíamente se introdujo la leche, por influencia tarse qué tipo de chocolate era el preferido de los es-
francesa. A partir de ahí, las combinaciones se hacían a pañoles. En la época, y aún en el cambio de siglo, se
la medida del gusto y del bolsillo. Para confirmar los dos alababan los chocolates espesos pero con su dedo de
extremos del recetario del chocolate en España –tanto espuma, como rezan unas coplas populares impresas en
las fórmulas barrocas como las elementales- contamos Murcia en 1801:
con el testimonio del más metódico de nuestros visitan-
tes extranjeros, el británico Joseph Townsend: “Médicos y cirujanos/Hasta la gente de pluma/Toman el
chocolatito/Espesito y con espuma/ Tirulin, tirulin tirule-
“Se mezclan seis libras de cacao con tres o tres y ro/ Esto se lleva la fama/ Chocolate con espuma/ Es lo
media de azúcar, siete frutos de vainilla, libra y me- que quieren las damas”53.
dia de maíz, media de canela, seis clavos, un drac-
ma de pimienta de Guinea, un poco de nuez de bija Es de suponer que la codiciada “espumilla” -la mis-
para dar color y otro tanto de almizcle o ámbar gris ma que nos gusta encontrar en la superficie de un
para mejorar el aroma. En otros casos se simplifica café exprés- se conseguía mucho más fácilmente
todo mezclando cacao y azúcar”52. con la segunda de las recetas aportadas por Lave-
dán quien, por cierto, declara sus preferencias por
En la receta más compleja hay trazas lejanas de la este método.
tradición de los chocolates precolombinos, que habían
tenido su continuación en las fórmulas consignadas por Como el chocolate, el café gozaba de buen crédito en
el médico Antonio Colmenero de Ledesma en el siglo la sociedad de la segunda mitad de siglo y sin embar-
anterior. Prueba de ello son, en primer lugar la presen- go antes se consideró como una bebida de sobremesa
cia del picante –no ya chile sino pimienta-, en segundo que como componente del refresco. De hecho, tardó

51 Idem, pp. 219 a 221.


52 Townsend, 1988, p. 295
53 Anónimo, 1801.

77
en integrarse en la sucesión de dulces y brebajes que En cuanto a los bizcochos, la nómina de las variantes
se encadenaban en el refresco tradicional, donde no conocida en la época es extensísima. En el Dicciona-
terminaba de acomodarse. Prueba de ello es el pasa- rio de Castellano con las voces de las ciencias y artes
je de los diarios del barón de Maldà donde describía (1786-87), Esteban de Terreros y Pando citaba has-
el servicio de café ofrecido en un refresco. En aquella ta veintidós clases distintas, veintiuna de las cuales
ocasión las tazas del estimulante se sirvieron en una fueron recogidas entre las veintisiete recetas de biz-
dependencia próxima pero distinta del salón donde cocho que contenía el Arte de Repostería de Juan de
tenía lugar el ceremonial del agasajo54. Junto al café La Mata. La excepción, por cierto, merece una entrada
se ofrecían vinos y bebidas espirituosas, avanzando de independiente en el diccionario firmado por el erudito
esta manera las costumbres de mesa que se extende- jesuita. Se trata del pan de Norimberga, del que no
rían a lo largo de toda Europa en el siglo XIX. No sería hay noticias en recetarios ni en relaciones de refrescos.
descabellado imaginar que estas dependencias fueran Por su definición, donde se describe como un tipo de
especialmente frecuentadas por los caballeros, antici- bizcocho que se hace con especias extranjeras y que se
pando con ello los rituales y pautas de consumo pos- usa en el chocolate, el vino y el ponche, sabemos que
teriormente observados en el fumoir decimonónico. no sería otra cosa que pan de Nuremberg, es decir,
pan de especias. En cuanto al resto, los tipos de biz-
Segunda entrada de dulces secos y colofón cocho que más se repiten en diarios, cartas y crónicas
son los saboyanos (también en el Arte de Repostería)
Tanto el Ceremonial de estrados como distintos pasa- y, en el ámbito catalán, los bescuits d’ou.
jes del Calaix de Sastre describen la segunda entrada
de dulces como un surtido de roscas, bollos, bizcochos Otros dulces secos que podían integrarse indistintamen-
y tostadas con los que se podía practicar la sana cos- te en la primera o la segunda entrada son las pastas
tumbre de mojar en la jícara de chocolate. Quizá por la ligeras y moldeadas en forma de fina lámina, bien ex-
saturación de azúcar que se puede adivinar a esas al- tendida, o bien enrollada sobre sí misma. En Castilla,
turas del refresco, no es de extrañar la preferencia por y en particular en Madrid, se denominan barquillos y
las más neutrales tostadas, rebanadas de pan que se suplicaciones mientras que en el área de la Antigua Co-
colocaban sobre los rescoldos del hogar en una suerte rona de Aragón, y desde la época medieval, existía la
de parrillas giratorias o bien pinchadas en un largo tradición de las neulas o nieblas, como dulces festivos.
tenedor. En los refrescos modestos o en los celebrados Las posibles adiciones a esta lista incluyen mazapanes,
en tiempo de ayuno religioso las tostadas constituían pastas secas, melindros –en sus dos variantes, como
una solución socorrida para sustituir o acompañar a la pastas horneadas o frutas de sartén- y, por supuesto, las
obra de masa confeccionada sin huevos55. preparaciones propias de las dulcerías locales, esto es,

54 D’Amat i Cortada, vol. IV, p. 149: En altres aposentos, retirat, se donava cafè, llet i vins de les botellas.
55 Idem,Vol. VI, p. 199.

78
ensaimadas, cocas y otras variantes particulares de la abría la propia alcoba o dormitorio. No eran bienvenidos
extensa familia de las tortas. en estas ocasiones los caballeros, porque junto a pari-
das, huelen mal los hombres. Como complemento a lo
Al concluir la segunda tanda de dulces se ofrecía a los dicho en el Ceremonial, Jacobo Cornejo nos habla en su
invitados la posibilidad de refrescarse el paladar con un Laberinto de casados de los gastos que la familia debía
nuevo vaso de agua clara, frío o del tiempo según los afrontar en estos días en concepto de bizcochos y agua
gustos. Con ello se daba por concluido el refresco pero, de escorzonera, una decocción de la hierba homónima
para dejar un buen recuerdo, los asistentes podían lle- por la que se obtenía un brebaje oscuro y dulzón que
varse consigo las golosinas sobrantes o quizá también siguió haciéndose en el Aragón rural hasta bien entrado
un repertorio de pequeños confites, como grágeas, el siglo XX. Concluida la cuarentena, la feliz madre po-
maná, balas, pastillas de boca y alfeñiques. día organizar visita plena, convocada esta vez mediante
billetes escritos. Para celebrar el nacimiento o el bautizo
Refrescos para una ocasión especial. se podía entonces, y solo entonces, preparar un sarao
El protocolo en las visitas de parida y en las de duelo con músicos e incluso con fuegos artificiales en el jardín.

El refresco pleno que acabamos de describir paso por En el Capítulo IV del Ceremonial de estrados se recogen
paso era la modalidad más rica u ostentosa, la que se las instrucciones sobre lo que se debe hacer en el duelo
servía con ocasión de una boda o un acontecimiento ver- por el marido u otros miembros de la familia, otro tipo
daderamente especial. Pero había otras circunstancias de visitas a las que tampoco debían asistir ni las niñas
con una etiqueta específica, una serie de pautas pre- ni las señoritas jóvenes. En estos casos correspondía a la
establecidas que también afectaban a la composición amiga de cariño de la doliente o a una de sus parien-
y desarrollo del agasajo que se debía ofrecer a los visi- tes cercanas la tarea de comprar lo necesario para el
tantes. Ambas están contempladas en el Ceremonial de agasajo. Una u otra enviarían a la desconsolada dama
estrados y crítica de visitas. Se trata de la visita de parida una sola arroba de chocolate y media de bolados, sien-
y de la visita de duelo. do más apropiados en tales circunstancias los tostados.
Al recado se añadiría nieve y cascajo en abundancia,
Para organizar la visita de parida, descrita en el Capítulo para asegurar la presencia de las bebidas frías. Y de esto
III, la parturienta comenzaba enviando recado oral – a constaba el refresco que, de ordinario, debía dar la do-
través de sus sirvientas- de que estaba dispuesta a reci- liente mientras durase el duelo o novenario.
bir. No acudían a esta reunión ni señoritas ni niñas, solo
mujeres mayores de edad, que no debían llevar consigo Un motivo para la controversia, el agua
ni flores ni perfumes fuertes. Pasaban a la alcoba y en- ¿antes, durante o después del chocolate?
tregaban a la anfitriona, todavía en el lecho, regalos o
pequeños dijes para el niño. Podían acompañarla por un Como se puede concluir de lo dicho hasta ahora, había
breve lapso de tiempo, pero el agasajo se realizaba en cierta homogeneidad de costumbres –lo que no es poco
otra sala, probablemente el espacio de recibo al que se decir en este país- en lo que toca al protocolo a seguir

79
en un refresco. No obstante, si hay algo que daba pie Ahora bien, en el caso de Cortijo Herraiz, la cues-
a diferencias de opinión es la delicada relación entre el tión del agua y el chocolate se convirtió en la ex-
agua y el chocolate: ¿en qué orden habían de tomarse? cusa propicia para escenificar las diferencias entre
La praxis era variada y el problema no parecía causar dos corrientes de la medicina enfrentadas en el siglo
conflictos de etiqueta. En 1729 el médico Cortijo Herraiz ilustrado: por un lado la tradición galénica (repre-
escribió en su Examen sobre el uso del chocolate en las sentada por los seguidores de Galeno y Peripato)57,
enfermedades: y por el otro, una medicina moderna y científica
(representada por los hipocráticos o escépticos) que
“Unos beben agua antes de él, otros después y otros an- era la opción del autor. Sobre el orden de la toma,
tes, en medio de tomarlo y también después. Estas mo- los hipocráticos parecían renunciar a la norma fija,
dales a vezes las forja la aprehensión de cada uno; otras haciendo gala de un relativismo diametralmente
las fabrica el gusto, y siendo assí, sobre él no se disputa. opuesto a la rigidez de las fórmulas galénicas, ba-
Otras es por dictamen de los médicos y en esto hay tanta sadas en la utilización de sustancias de naturalezas
variedad de dictámenes como de individuos...”56. opuestas en combinaciones que restituían el equi-
librio de humores en el enfermo. Alineado con los
Efectivamente, había todo un abanico de opciones, modernos y, de paso, haciendo burla de sus con-
según las preferencias o los hábitos de cada uno. De trincantes afirmaba Cortijo que no se puede asignar
manera que, aunque en un refresco bien servido debiera regla general sobre el alimento, y por eso dixo un
ofrecerse agua tanto antes como después del chocola- discreto que las reglas generales se parecían mucho
te, cada quien era libre de tomarla cuando quisiera. a las mugeres, que las mas de las vezes engañan58.
Sin embargo, y ya fuera del ámbito del refresco, -pues
el asunto también concernía a desayunos y colaciones Con todo, nuestro clérigo y médico –tan hipocrático
entre comidas-, la respuesta a la cuestión de combinar como misógino- se esforzó por dar algunas vagas
agua y chocolate pasaba a ser competencia de la ciencia directrices, tales como la advertencia hecha a los fle-
médica, ya que un proceder inadecuado podría causar máticos de que se abstuvieran de tomar agua antes
nefastas consecuencias, que se manifestaban de forma del chocolate, y el consejo a la contra dirigido a los
inmediata y notoria. El propio Carlos III lo tenía compro- coléricos, que debían hacerlo antes aunque, como
bado y, a pesar de que solía tomar un vaso de agua tras licencia excepcional, se les permitiera un mínimo
apurar una o dos jícaras de chocolate en el desayuno, sorbo a su término. De la lectura de este curioso
prescindía del líquido elemento los días en que, a conti- opúsculo no se sacaba en claro sino una verdad pal-
nuación, debía salir de palacio. maria que su autor rescataba de entre las palabras

56 Cortijo Herraiz, 1729.


57 Textualmente: “padres confesores sectarios del Peripato” (Idem).
58 Idem, p. 103.

80
de Manuel Niño, otro médico español de tiempos gar, mantener o mandar arreglar las piezas decorativas
pasados, quien, al ser interrogado sobre si el cho- para la guarnición de mesas, incluyendo los fantásticos
colate era –en términos absolutos- bueno o malo, surtouts que se pusieron de moda en el reinado de Car-
resolvió la duda con una sentencia de indiscutible los IV. Para llevar a buen término esta labor de mante-
pragmatismo: No hay cosa mejor si es bueno, ni nimiento era preceptivo el recuento, al término de cada
cosa peor si es malo. festejo, de las piezas de decoración, vajilla, cubertería
y cristalería, para consignar las pérdidas, deterioros o
La dimensión estética del refresco. roturas y así garantizar su reposición. Estas operaciones
Montaje de mesas y ramilletes se sucedían en un ciclo sin fin, ya que el jefe de ramillete
no solo se ocupaba de los refrescos para la familia real
Las mesas dispuestas para un refresco importante eran sino que también solicitaban sus servicios los cortesanos
espacios de exposición en los que golosinas, vajilla, y que daban refrescos particulares en nombre del rey. Por
adornos debían expresar la riqueza de la casa así como excusa valían tanto el bautizo de un hijo como el ingreso
la generosidad y el buen gusto de los anfitriones. Dice en el convento de una antigua camarista de la reina.
Juan de la Mata que debían ir provistas de manteles y Huelga decir que, en estos casos, los interesados carga-
bandejas donde se colocarán los ramilletes, guarnecidos ban los gastos a la corona. Tan lejos debieron llegar los
antes de todo género de dulces, estatuas y figuras de abusos que, en 1793, Carlos IV decidió acabar con el
azúcar y caramelo. El maestro repostero dedicó la última dispendio estableciendo una dotación fija para todos los
parte de su libro al diseño de diez modelos distintos de solicitantes, quienes a partir de entonces, debían orga-
mesas montadas para un número variable de comensa- nizar el festejo por su cuenta y, por supuesto, sin contar
les, que iba desde diez a cien. Para organizar un buen con la asistencia del Oficio de Ramillete59.
banquete había que empezar por seducir la vista. Tan-
to más importante era este principio en el reino de las En la documentación de Palacio se puede obtener una
apariencias, es decir, en la Corte. En la España de los copiosa información sobre los adornos de piedras, por-
Borbones, entre los múltiples oficios de la Casa Real celana o metales que se disponían sobre las mesas pero
correspondía al Jefe de Ramillete la responsabilidad de no así sobre los elementos efímeros y comestibles del
organizar los refrescos, ocupándose no solo del menú montaje de ramilletes. Para completar esta laguna con-
sino también, y muy especialmente, de la composición tamos de nuevo con el último apéndice del Arte de Re-
de los adornos. De la Contaduría de Palacio se deduce postería, donde Juan de la Mata reflexiona largamente
que entre sus tareas habituales figuraban las de encar- sobre los posibles modos de decorar las mesas. A lo

59 “Para bautizos en nombre de S.M”, en Aranjuez, a 28 de mayo de 1793: “habiendo dado cuenta el rey de esta representación, ha resuelto
SM que para los gastos de refrescos de bautismos que se hacen en Madrid, se consideren únicamente cien doblones, y que estos se entreguen a
los mismos interesados para que cuiden por sí de tales refrescos”, en A.G.P., Carlos IV, Casa, Leg. 14, Grefier n.º 57 f. 150.

81
largo de todo el tratado son numerosas las referencias fue un reto para los confiteros. Había recetas para simular
a ramilletes montados a base de vidrios cortados que, o huevos y elaborar falsas aceitunas, trampantojos culina-
se ponían sobre la mesa componiendo jardines o se pe- rios que sobrevivieron en algunos recetarios españoles del
gaban a otras piezas con cola blanca de pescado, para siglo XIX. Con la manteca de vacas o mantequilla también
formar arquitecturas o ideas. se confeccionaban figuras moldeadas, con forma de gra-
nada, de alcachofa o de escudo de armas61. Para adornar
El ramillete como fórmula de adorno se basaba en la cualquier ramillete Juan de la Mata recomendaba, como
mezcla de objetos decorativos -bibelots, arquitecturas en la solución más moderna, la obra de muselina, una suer-
miniatura, molduras o espejos- y de obras de confiteros, te de pastillaje de azúcar blanco o coloreado elaborado a
lo que incluía figuras de pan o de manteca de vacas, partir de azúcar y una base de goma adragante diluida en
placas de grillaje ensambladas formando pirámides o agua. Antes de que la mezcla se secara se formaban con
composiciones geométricas, así como figuras de azúcar ella diversas curiosidades, como las consabidas pirámides
o caramelo. Todo esto era comestible pero su condición y figuras. Una vez concluido el montaje debían secarse a
no comportaba necesariamente su consumo. temperatura ambiente, pues si se pretendía acelerar el
proceso en estufa (un armario caliente con interior de ho-
Las figuras de azúcar se hacían con ayuda de moldes me- jalata utilizado para secar confituras) se podía causar más
tálicos en figura de hombres y animales. Una vez limpios perjuicio que beneficio62.
y secos se untaba el interior de los moldes de plomo u
hojalata con aceite de almendras dulces. A continuación El ramillete armado con tan diversos materiales se ter-
se vertía en ellos el azúcar coloreado y aromatizado al minaba con otros añadidos una vez colocado sobre la
gusto, bien a punto de pluma o de caramelo, según fue- mesa: papeles de colores recortados, flores artificiales y
se el efecto deseado. Algunas piezas montadas se hacían figuritas de azúcar que tomaban su posición en las ar-
uniendo entre sí elementos moldeados por separado me- quitecturas, simulando transitar los cenadores, jardines
diante unas gotas de azúcar al mismo punto al que habían y andadores en miniatura. También podían recrearse
sido trabajadas las partes. Las piezas pequeñas se hacían árboles frutales de cuyas ramas se colgaban, a última
macizas mientras que las grandes se dejaban huecas, mo- hora, las frutas heladas. Según el propio Juan de la
viendo el molde rápidamente y en todas las direcciones Mata, las decoraciones más elaboradas pretendían su-
-con las manos protegidas por paños- tras verter la mí- gerir una historia, idea o programa simbólico. Concluida
nima cantidad de azúcar a pluma o caramelo necesaria la escenografía, sobre los blancos manteles de labor
para cubrir toda su superficie interior60. En la época de alemanisca se disponían las fuentes o bandejas guar-
los platos de engaño, el gusto por el equívoco también necidas de servilletas donde se distribuían todo género

60 De la Mata, 1787, pp. 136-137.


61 Idem, p. 142.
62 Idem, pp. 133-134 y 188-189.

82
de dulces. Orzas de China con su cobertera –soperas o no, las figuritas de pan o caramelo iban a poblar estos
terrinas– se colocaban a intervalos regulares, con sus edificios fingidos al igual que los cortesanos represen-
cucharones para servir las cremas o natillas. Las servi- tados en el panel. Siguiendo una lógica similar, anfi-
lletas también podían doblarse componiendo figuras, a triones, domésticos e invitados se representaban en las
la española, la francesa e italiana o rizarse de varios azulejerías de las cocinas rococó valencianas afanados
modos, siguiendo el arte de la divina piegattura, una en el servicio del agasajo, en unas dependencias de la
asombrosa técnica que ya había alcanzado su máxima casa que probablemente nacieron vinculadas a este
perfección el siglo anterior, en la obra de M. Giegher. tipo de prácticas mundanas. El refresco era un espec-
táculo para todos los sentidos, una función en la que
Si comparamos el panel de azulejos del Museo de ce- los actores podían convertirse a su vez en los especta-
rámica de Barcelona y las láminas finales del Arte de dores de su propia obra, pues los ramilletes montados
Repostería, nos llama poderosamente la atención el sobre las mesas y las escenas representadas en las
parecido entre las arquitecturas pintadas de La Xoco- paredes se construían como imágenes especulares de
latada y los dibujos de lo que Juan de la Mata llama la agitación que acompañaba los preparativos de la
cenadores y andadores en sus mesas. En último térmi- fiesta y de los placeres que seguían a continuación.

SELECCIÓN DE TEXTOS

_RAMILLETE SEGÚN con cola blanca de pescado.. Hecha ya la archîtectu-


EL DICCIONARIO DE AUTORIDADES ra material, se guarnecerá por las orillas con papel
“se llama metaphoricamente una especie de piña cortado de varios colores, flores artificiales ó natura-
artificial de dulces, u de varias frutas, que sirven en les, figuras d bazucar o caramelo, correspondientes
las mesas y los agasajos”. á alguna Historia ó idèa á que se haga el Ramillete:
y últimamente se vestirá de todo gènero de dulces”
_REGLA GENERAL PARA
ARMAR CUALQUIER RAMILLETE _EL RAMO O RAMILLETE
(De la Mata, 1786, p. 88) VALENCIANO SEGÚN TOMÁS GÜELL
“Para esto se mandarán cortar vidrios de todas (Biblioteca Histórica de la Universitat de València, E-Vu,
suertes, cortados en forma de eses, vandas, flores ms 34, pp. 110-111)
de lis, ramitos, medias lunas, hojas de parra e&c “Llámase ramo, ô ramillete el plato ultimo, que
con los que se armará la archîtectura de los dibujos presentan al principal Convidado...; el plato era
subsecuentes, á idea de cada uno, ú otros sobre el grande; su figura era piramidal, lo blanco que se
dundamento de platos de China o espejos de cristal, descubria, era espuma, su alma biscochos de Ter-
y columnas de diferentes tamaños, sobre los quales huel ‹sic›, y melad Llámase ramo, ô ramillete el
se va formando la idea o archîtectura, pegandolos plato ultimo, que presentan al principal Convida-

83
do, y lé presentaron solo al S.r obispo; el plato era guapo, ayguas, xocolata, tot plegat, y no prengué,
grande; su figura era piramidal, lo blanco que se crech, res; se’l ne tornaren y seguidament entraren
descubria, era espuma, su alma biscochos de Ter- una récula de sotacopas, ab tassas de ayguas de tota
huel ‹sic›, y meladas su matiz; era de buen gusto, manera, iguals sefatas de malindros, de bascuyts de
y primor (lé hizieron nuestra Monjas de S.ta Cata- ou y después moltas mes de confituras y xocolata,
lina) como tal lé apreció el S.r Obispo; pues reci- que anà toto splèndit, que no deixà de fer armonia
biendolé en sus manos, lé miró por una y otra par- a la festa. Lo mateix tingueren las senyoras dalt a
te, antes de empezar á deshazerle: Tomó primero las tribunas, y éran més de 40, y lo saló estava tot
el S.r Obispo, los segundos los dos colaterales, lo ple, y només que gent de forma. Acabat lo refresch,
ter‹ce›ros los demas de la traviesa, despues lé pas- continuà la música...”
saron por las dos mesas de los ansianos, y acaba-
ron con el residuo en la mesa del M.o de Estudian- _MODO DE LOS VALENCIANOS
tes; Lé llevavan los q.e servian á los convidados; y PARA HACER LOS CONFITADOS
para tomar un bocado, davan juntamente platillos El Libro que trata de la Facultad y Oficio de Zuquere-
limpios, y pequeños. Sacar á la mesa dicho plato, ro para el uso de Francisco Molíns y Burguera es un
es estilo introducido en Valencia en este Centuria, recetario manuscrito de obrador fechado en una lo-
aprehendido del comercio con las Naziones, como calidad turolense en 1841, pero que no es sino una
tambien nuevas disposiciones de convites; Suelen copia de manuscritos precedentes, del siglo XVIII, sin
practicar dicho estilo en las mesas esplendidas, no autoría declarada (capítulo 3 de la segunda parte
en todas, sino quando ay personage de graduacion del manuscrito, p. 224 de la edición facsímil, 2011):
excedente; y aviendo en N.o Refitorio una persona, “...los dulces y frutas se ponen a confitar y después
como el S.r Obispo, convidada, quiso el P. Prior que les han dado unos quatro paisones en los pero-
cumplir con la politica, de regalar á su Ill.ma con les ponen las frutas en los cocios, calientan el azucar
el antedicho ramo, ô ramillete.” y cuelan por un cedazo al otro cocio y luego, quando
hayan de dar otro paison, sacan la mitad del jaraba
_LA PRESENTACIÓN DE UN RAMILLETE a un panel, por debajo de el lo cuelan y lo ponen a
EN UN REFRESCO SERVIDO EN 1731 calentar, y entretanto, escurriendo la otra mitad, y
EN UNA SESIÓN DE LA ACADEMIA así la fruta está casi siempre con el azucar.”
LITERARIA DE BARCELONA SEGÚN
EL CANÓNIGO JOSEP DE BASTERO _LA FAMOSA CONFITURA DE BENIGANIM
(Biblioteca del Seminario Diocesano de Gerona, (Madoz, 1846, tomo IV, p. 217)
ms. 140, pliego 16. La carta completa fue publica- “...La confitura llamada arrope de Beniganim, que
da por Albert Rossich en 1995). El refresco se sirve consiste en cocer con mosto trozos de calabaza y de
en el salón en un intermedio de la velada musical: sandía, limones, naranjas y otras frutas, de lo cual
“Y después se féu un poch de alto, y entrà lo refresch resulta una especie de dulce y almíbar tan esquisito
a S. Ex.ª, que era un ramallet de confitura molt que, conservado en unas cantarillas de forma oblon-

84
ga, se esporta para Jativa, Albayda, Alcoy, Alicante, _UN REFRESCO
Valencia y otros puntos, con grande estimacion...”. PARA BODA O FIESTA.
COMIENZA EL SERVICIO
_UN REFRESCO SERVIDO AL OBISPO (Ceremonial de estrados
DE ALBARRACÍN EN EL CONVENTO y Crítica de Visitas, 1789)
DE DOMINICAS VALENCIANAS “Saldrán de dos en dos pajes golosos
(Biblioteca Histórica de la Universitat de València, Se supone que con polvos muy airosos
E-Vu, ms 34, Pp. 110-111) Que aquí del peluquín son los desvelos,
“...as religiosas del convento de Sta. Catalina de Sena Etiqueta esencial, que tiene pelos.
se portaron como muy señoras, y en obsequio del señor Los platos han de traer los dos primeros,
obispo juntaron su capilla de música y cantaron algunos Los segundos los bizcochos, los terceros
villancicos (a lo divino, como se supone). El refresco fue las salvas han de traer con las bebidas,
copioso y abundante y de los más ostentosos, según la y procuren que vengan repartidas;
moda del tiempo: dos especies de garrapiña, tres o qua- en llegando al centro del estrado
tro especie de biscochos, chocolate rico, agua de nieve echará cada fila por su lado
muy fría con bolados, y dos fuentes de dulces secos de repartiendo, más que se impida
todas las especies de hierva y fruta que pudieron en- los platos, los bizcochos y bebida
contrarse; solo de verle en las fuentes dava gusto, por el y en acabando, saliendo por los lados,
orden y forma con que le havían dispuesto para minis- en una fila quedarán formados,
trarle a los convidados. Todos quedaron contentos y bien y quando vean que alguna ya ha acabado
regalados, y el señor obispo contentíssimo, pues todo correrán otra vez todo el estrado;
cedía en su obsequio”. por si gustan tomar otra bebida;
y nunca den lugar a que se pida”
_INSTRUCCIONES GENERALES
PARA SERVIR UN REFRESCO _SEGUNDA TANDA DE DULCES
(De la Mata, 1787, p. 188) Y CLÍMAX DE LA CEREMONIA
“Ya todo prevenido, se servirá lo primero las bebidas “y recogidos los platos y los vasos,
con vizcochos en cubiertos, armados, según se gusta- salirse deben por los mismos pasos
re, y sus cucharitas en cubiertos; a esto siguen los ra- Deben hacer después segunda entrada,
milletes con pan en cubiertos y todo género de dulces La misma orden que antes sea guardada
y huevos y sus cucuruchos de papel: después siguen Trayendo dulces, y demás que hubiere,
las espumas heladas y frutas, también con sus cu- Agua y papel si menester fuere.
biertos de cucharitas: luego el chocolate caliente; sus El chocolate vendrá inmediatamente,
cubiertos de vizcochos de Saboya, Tortas y Vizcochos Y bandejas dispuestas ricamente,
en rosca, bollos y pan tostado: luego se finaliza con el De bizcochos, de roscas regaladas,
agua clara”. De bollitos tiernecitos y de tostadas.”

85
_ACTO FINAL. Abajo, sin hacer prevención para el intento,
DESPEDIDA Y CIERRE Porque ha de ser en amistad el cuento:
“Agua del tiempo en vasos primorosos Luego mesas de juego sacarán
Procurando que sean muy hermoso Y si de esto no gustan, baylarán,
Pues las señoras en esto tienen gusto Y si esto tampoco les agrada,
Y el que lo hagan así parece justo Murmurarán, y si esto les enfada,
Y las xícaras todas recogidas, Se quejará cada una de su casa,
Las señoras quedan ya servidas, Contando a la letra lo que pasa”.
Y vosotros sabéis, y sin trabajo, el modo de servir el agasajo
Mas que, en sumo cansados, _AGASAJO DURANTE EL DUELO O NOVENARIO
Sudando a borbotones, fatigados “El refresco a servir es particular:
Habéis quedado, ya lo veo Antes has de saber, dama, que usaban,
Quitaros el cansancio, yo deseo, Que a la doliente algunas regalaban,
Mas ya mi musa a la criada encarga, Como era la amiga de confianza,
Que os procure aliviar de esta carga, La parienta, mas no es ya de la usanza;
Dandoos a todos bien de refrescar La amiga de cariño ahora envía,
Y algunos dulcecitos que guardar”. El refresco algún día,
Y tambien la pariente,
_AGASAJO EN VISITA DE PARIDA Lo que se envía es esto, tened cuenta;
“Las visitas en viéndola en la alcoba De chocolate va sola una arroba,
Pasarán a la sala, sin más troba, Sin que esto por nada haya troba:
Que el estrado y cumplido, que propala Media va a mi ver de esponjado,
Mi consejo es, que sea en otra sala. El que advierto, que ha de ser tostado;
Los hombres con política cumplida, Nieve y cascajo en abundancia envía,
Deben hacer entrada por salida, Aunque el refresco sea para un día.
Que aunque con parto logran los renombres, De esto pues se compone solamente
Junto a paridas huelen mal los hombres.”. El refresco, que ha de ir a la doliente
Y el que debe dar ella de ordinario,
_AGASAJO EN VISITA PLENA Mientras dure el duelo o novenario”.
Y FIESTA DESPUÉS DE LA CUARENTENA
“El refresco será lo regular, _LA CASA REAL RECORTA
Que en estos días señalados suelen dar, LOS GASTOS DEL OFICIO
Y aqueste concluido, DE RAMILLETE Y REPOSTERIA
Tengan el bayle, pues, ya prevenido [...] DE ESTADOS EN CONCEPTO DE “BAUTIZOS
En cuanto al agasajo EN NOMBRE DE S. M. CARLOS IV”
No hay que decir que es de escalera (AGP, Reinados, Carlos IV, Casa, Leg. 14)

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“Para bautizos en nombre de S.M” en Aranjuez, a Este es el tipo de refrescos que ofrecen los grandes
28 de mayo de 1793 señores en el día de su boda. Así lo hizo el her-
Habiendo dado cuenta el rey de esta representación, mano del Conde de Floridablanca cuando yo me
ha resuelto SM que para los gastos de refrescos de encontraba en Madrid. Pero como no tuve el honor
bautismos que se hacen en Madrid, se consideren úni- de estar presente en aquel acontecimiento, me sa-
camente cien doblones, y que estos se entreguen a los tisfizo mucho asistir a éste”
mismos interesados para que cuiden por sí de tales
refrescos” BIBLIOGRAFÍA:

_EL DUQUE DE CRILLÓN DA UN REFRESCO EN Abad Zardoya, C. (2009): “Objetos de representa-


VALENCIA EL DÍA DE SAN ANTONIO DE PADUA ción en la vivienda aragonesa del XVIII” en El culto
COMO COLOFÓN DE UNA FIESTA CON JUEGOS DE al objeto: de la vida cotidiana a la colección, Asocia-
CINTAS CELEBRADA POR LA REAL MAESTRANZA ció per a l’estudi del moble, Barcelona.
EN HONOR DEL INFANTE DON ANTONIO, GRAN
MAESTRE DE LA ORDEN — (2010): “Herramientas curiosas para cosas
(Townsend, 1988, p. 406) particulares y extraordinarias. Tecnología, espacios
“La concurrencia la formaban 600 personas pertene- y utillaje en la cocina histórica española” en VV.AA.,
cientes a las clases más altas de Valencia. Los hom- La cocina en su tinta, Biblioteca Nacional, Madrid,
bres estaban reunidos en una sala, y las mujeres en pp. 85-117.
otra, sentadas ordenadamente como tulipanes en un
jardín. Como tuve el honor de acompañar al Capitán — (2011): “El libro de zuquerero para uso de
General, pude compartir su privilegio de hacer una vi- Francisco Molíns y Burguera, un valioso documen-
sita a las damas. Fue un espectáculo muy agradable. to para la historia de los oficios de confitería y ce-
Todas se habían puesto en traje de gala, en muchos rería” en VV.AA. Libro que trata de la facultad y
casos muy elegante, y aparecían espléndidamente oficio de zuquerero, resolís, helados y otras cosas,
adornadas con perlas, oro y gemas muy costosas. Al Instituto Cultural del Bajo Aragón, Teruel, pp. 25-
cabo de un tiempo llegaron los criados. Al principio 48.
lo hicieron con helados de varias clases; después con
pasteles y chocolate; y por último con agua fría. An- Anónimo (1789): Ceremonial de estrados y Crítica
tes de servir a los caballeros, atendieron a las damas. de Visitas. Obra útil, curiosa y divertida en que con
Aunque la reunión comenzó por la tarde, ya era más estilo jocoserio se describe como deben hacerse las
de medianoche cuando se acabó de tomar los refres- visitas de bienvenida; de boda; de parida; de duelo;
cos. A continuación se retiraron los criados y llegó una diarias y otras cosas que atañen y tocan al propio
banda de música, vocal e instrumental, que interpretó asunto, y deben saberse y observarse por las damas
una breve ópera escrita para la ocasión y titulada La que no quieren pasar por poco cultas, Antonio Espi-
Paz entre Marte y Cupido. nosa, Madrid.

87
Anónimo (1801): Coplas nuevas para que sepan el Fray Sever de Olot (1982): Libro del Arte de coci-
modo que se toma el chocolate, Murcia. nar (Primera edición de un manuscrito gerundense
de 1787), Ediciones de la Biblioteca del Palacio de
Cortijo Herraiz, T. (1729): Discurso apologético, mé- Perelada, Barcelona.
dico, astronómico: pruebas de la real influencia de
los cuerpos celestes en estos sublunares y la necesi- García Mercadal, J. (1999): Viajes de Extranjeros por
dad de la observancia de sus aspectos para el más España y Portugal. Desde los tiempos más remotos
recto uso de la medición: con examen sobre el uso hasta los comienzos del siglo XX, 6 vols., Junta de
del chocolate en las enfermedades, Eugenio García Castilla y León, Valladolid.
de Honorato y San Miguel.
Lavedán, A. (1796): Tratado de los Usos, Abusos,
D’Amat i Cortada, R., barón de Maldà: Calaix de Sastre. Propiedades y Virtudes del Tabaco, Café, Té y Choco-
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De Iriarte, T. (1986): La señorita malcriada, Casta-
lia, Madrid. Lilti, A. (2005): Le monde des salons. Sociabilité et
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se contiene todo género de hacer dulces secos y en Lodge, R. sir (ed.) (1933): The Private Correspon-
líquido, Vizcochos, Turrones, Natas, Bebidas heladas dence of Sir Benjamin Keene, Cambridge University
de todos los géneros, Rosolis, Mistelas, etc, Imprenta Press, Cambridge.
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De Zamácola, J.A. (1796): Elementos de la ciencia co-histórico de España y de sus posesiones de Ultra-
contradanzaria para que los currutacos, pirradas mar, t. IV, Est. Literario-Tipográfico de P. Madoz y L.
y madamitas de nuevo cuño puedan aprender por Sagasti, Madrid.
principios a bailar las contradanzas por sí solos o con
sillas de su casa, Imprenta de Fermín de Villalpando, Minguet, P. (1758): Arte de Danzar a la Francesa:
Madrid. adornado con quarenta y tantas láminas que ense-
ñan el modo de hacer los passos de las Danzas de
Doménech, J.de D. (2004): Chocolate todos los días. Corte, Madrid.
A la mesa con el barón de Maldà. Un estilo de vida
del siglo XVIII, RBA, Barcelona. — (1778): Atractiva diversión fundada en lícitos
juegos de manos: contiene noventa y tantas ha-
Fontbona, M. (2008): Historia del juego en España. bilidades curiosas, sesenta y tantas de naipes y
De la Hispania romana a nuestros días, Flor del Vien- otros diferentes juegos, Imprenta de Blas Román,
to Ediciones, Barcelona. Madrid.

88
Muñoz, A. (1739): Aventuras en verso y prosa del fés de Barcelona” en Cuadernos de Historia Moderna,
insigne poeta y su discreto compañero, Josef García 26, pp. 11-55.
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Townsend, J. (1988): Viaje por España en la
Pérez Samper, M.A. (2001): “Espacios y prácticas de época de Carlos III (1786-1787), Turner, Ma-
sociabilidad en el siglo XVIII: tertulias, refrescos y ca- drid.

La cocina y su conservación
Cristina Villar Fernández. Museo Nacional de Artes Decorativas

El seminario de especialistas realizado en torno a seo, interesante no sólo por su propio valor ar-
la Cocina Valenciana que se conserva en el MNAD tístico sino también como documento gráfico pri-
ha puesto de manifiesto que la pieza supone un mario del que obtener información sobre un tipo
hito importantísimo en las colecciones del mu- de recepción concreta como fue el “agasajo”, así

89
como sobre la indumentaria de la época, la ali- venta en 1941 (Figs. 1-7)2. Gracias a la calidad de
mentación, etc1. estas imágenes podemos conocer o intuir el estado
de conservación de la cocina todavía en el emplaza-
Estudiar esta cocina desde el punto de vista de la con- miento de la calle del Mar de Valencia3 y comprobar
servación permite no sólo entender su estado físico en que, aún a principios de los años cuarenta del siglo
la actualidad y cuáles son los factores sobre los que XX, la pieza como conjunto se mantenía en acep-
actuar para asegurar su permanencia en el futuro, sino tables condiciones de conservación y que estaba en
también observar las huellas que el paso del tiempo uso, probablemente diario.
ha dejado en el conjunto, lo que puede aportarnos da-
tos interesantes sobre la historia de la obra. Igualmente interesante es constatar cuál es el
estado de la cocina actualmente, después de
El número de cocinas de este tipo realizadas no debió haber sido desmontada y remontada en el mu-
ser muy amplio, entre otras cosas porque correspon- seo en un momento tan difícil como fueron los
den a un período muy corto de tiempo y a una zona años inmediatamente posteriores al fin de la
muy concreta. La pervivencia de ésta y de las que aún Guerra Civil4. Como veremos más adelante la
se pueden ver en la zona levantina supone un hecho documentación sobre ese proceso es muy esca-
sumamente relevante que evidencia que, desde un sa, pero quizá sirva esta reflexión de pequeño
principio, se tuvo conciencia del valor de estas pie- homenaje a todas las personas que participaron
zas, incluso en momentos donde el gusto y las modas en esta gran instalación, pareja en el tiempo a
podían llevar a menospreciar tales ejemplares. Es otras también muy importantes dentro del mis-
posible, también, que el hecho de que se tratara de mo museo como son las techumbres de madera.
bienes inmuebles fácilmente asociables a otro tipo de Estos montajes se hicieron, a buen seguro, sin
actividades más cotidianas sirvieran, paradójicamen- demasiados medios y sin unos criterios técni-
te, para su mantenimiento. cos aún muy depurados, pero las dificultades
se vieron compensadas con interés y una gran
Afortunadamente se conservan las fotografías que la intuición, significando un gran paso por la con-
propietaria envió al museo para ofrecer la cocina en servación de este patrimonio.

1 Para más información ver los textos en esta publicación de Jack de Beurville, Jaume Coll Conesa, Manuel Alonso Santos, Mª Dolores Vila Tejero
y Carmen Abad Zardoya.
2 Para mayor comodidad en la explicación se han numerado los paneles en el sentido de las agujas del reloj, comenzando por el considerado
principal, aquel en el que se representa el “agasajo”: Panel 1 (Fig. 1 y 2); el que conserva los fogones: Panel 2 (Fig. 2 y 3); el decorado con la
Virgen del Carmen sobre el pozo: Panel 3 (Fig. 4 y 5); y el que representa una escena doméstica con el ama de llaves y el “mandadero”: Panel
4 (Fig. 6 y 7).
3 El archivo del museo conserva el expediente de compra de la cocina, aunque bastante incompleto, con signatura MNAD caja 131.
4 Las imágenes generales de cada uno de los paneles en la actualidad se pueden ver en el texto de Manuel Alonso Santos de esta misma
publicación.

90
Fig. 1. Panel 1 o principal, en este panel se representa el “agasajo”. Fig. 2. Paneles 1 y 2.
© AGA. Ministerio de Educación, Cultura y Deporte. © AGA. Ministerio de Educación, Cultura y Deporte.

Fig. 3. Remate superior de la entrada principal del panel 3.


91
© AGA. Ministerio de Educación, Cultura y Deporte.
Fig. 4. Panel 2 o de los fogones. Fig. 5. Panel 3, decorado con la imagen de la Virgen del Carmen
© AGA. Ministerio de Educación, Cultura y Deporte. sobre el pozo. © AGA. Ministerio de Educación, Cultura y Deporte.

Fig. 6. Remate superior de la entrada del panel 4. Fig. 7. Panel 4, decorado con una escena narrativa
© AGA. Ministerio de Educación, Cultura y Deporte. 92 entre el ama de llaves y el mandadero.
© AGA. Ministerio de Educación, Cultura y Deporte.
ESTADO DE CONSERVACIÓN DE LA COCINA Según la descripción que de la cocina hace su pro-
ANTES DE LA COMPRA pietaria al ofrecerla en venta, sabemos que la cocina
estaba a nivel de calle, aunque no se puede deter-
Las fotos conservadas en el expediente de adqui- minar qué lugar ocuparía esta habitación dentro de
sición, tal y como se ha comentado anteriormente, la casa o si existían más paramentos además del co-
permiten en cierta medida conocer el estado de con- rrespondiente a la ventana que dieran directamente
servación de la cocina aún en su emplazamiento de a la calle.
la Calle del Mar de Valencia.
Conocer la situación exacta de esta cocina dentro de
El análisis tanto de estas imágenes como de la la vivienda y, muy especialmente, a qué se dedica-
propia obra en la actualidad, nos lleva a pensar en ban las salas contiguas, resultaría importante des-
una vista rápida que la cocina estaba montada en de el punto de vista histórico pues podría ayudar
su lugar original puesto que, si dejamos al lado las a entender con mayor exactitud cuál era su uso en
intervenciones lógicas para su adecuación al paso de origen.
los tiempos, como son la inclusión del agua corriente
y de la luz eléctrica, las alteraciones perceptibles son En cuanto a la distribución dentro de la habitación
pocas y de no gran importancia. La cocina presenta- destacaría una entrada principal en el extremo dere-
ba y presenta, además, una grandísima coherencia cho del panel del pozo. Esta entrada es la parte peor
compositiva y una buena resolución de los puntos documentada puesto que no aparece en las fotogra-
más conflictivos para el diseño que serían los vanos fías del conjunto, pero su existencia parece clara por
y las esquinas. la decoración vegetal existente a modo de dintel de
la que sí se envía una foto de detalle (Fig. 5) y,
Un estudio más pormenorizado de tales imágenes, fundamentalmente, porque sólo desde ese punto se
sin embargo, nos lleva a observar detalles que ha- puede observar a la perfección el panel principal,
rían pensar que estos paramentos, especialmente el en el que la señora de la casa parece estar prepa-
decorado con la imagen de la Virgen del Carmen rada para recibir a los invitados que, precisamente,
que es el que más alteraciones presenta, fueron des- irían entrando por allí (Fig. 1 y 2). Actualmente esta
montados en algún momento previo al año 1941, entrada principal no es practicable puesto que se co-
al menos de forma parcial, bien por un cambio de rresponde con un balcón.
ubicación o, más probablemente, para una remo-
delación o arreglo del propio lienzo cerámico o del En ese mismo panel existía una ventana que actual-
muro sobre el que se asentaba5. mente está cegada y funciona como una hornacina,

5 El azulejo, como parte inherente de la arquitectura, comparte los problemas que presenta la propia estructura muraria (Coll, Sanz y Rallo
(coord.), 2001, p.20).

93
sin que conozcamos el motivo de este cambio de acción antrópica, alteraciones por patologías húme-
funcionalidad. das y alteraciones por movimientos estructurales6.
Hay que subrayar que la mayor parte de los procesos
Existiría una segunda puerta más fácilmente percep- de degradación no son el resultado de una única
tible en las imágenes de la propietaria, que supo- causa sino la conjunción de varias7.
nemos daría paso al interior de la vivienda. En el
MNAD este es el acceso a la sala, por lo que el panel El agente que en esta pieza parece haber tenido ma-
principal sólo se observa una vez que el visitante yor incidencia, según lo observado en las imágenes
está dentro. de 1941, es la acción antrópica. Ciertos problemas,
no obstante, pudieron ser el resultado de la acción
Es fácil pensar que los materiales cerámicos vidriados de cualquiera de los otros dos agentes o, como re-
son altamente resistentes en comparación con otros ma- cientemente se ha dicho, de la conjunción de varios
teriales utilizados como soportes artísticos, especialmen- de ellos.
te si éstos son orgánicos. La experiencia demuestra que,
por ejemplo, situaciones cotidianas difícilmente contro- Las intervenciones más llamativas, en primer lugar,
lables como son las oscilaciones termohigrométricas o la son los agujeros realizados para encastrar dos grifos,
iluminación natural pueden afectar seriamente a mate- con sus consiguientes canalizaciones externas ancla-
riales como la madera, el marfil, etc., pero no resultan das aparentemente entre las uniones de los azule-
tan preocupantes para los azulejos. Sin embargo, exis- jos8. Estas dos tuberías discurren desde lo alto de los
ten otra serie de factores o causas de alteración, a veces dos accesos: la que entraba desde la calle llegaba
de muy difícil diagnóstico y peor tratamiento, capaces de al fregadero, mientras que la que entraba desde la
provocar alteraciones tan profundas como para llegar a puerta interior lo haría hasta la zona de los fogones.
destruir por completo la obra.
También se puede observar sobre los azulejos de-
Los agentes de deterioro a controlar en obras como corados con la imagen de la Virgen del Carmen, el
esta cocina pueden clasificarse de muchísimas for- anclaje de un soporte metálico para suspender una
mas en función de si son agentes externos o internos, polea que permitiera sacar agua del pozo. En el mo-
si son procesos medioambientales o antrópicos, etc. mento de la venta, este elemento parecía no estar ya
Para este conjunto en concreto resulta muy práctico en uso pues faltaba la cuerda y estaba tapado con
considerar las siguientes categorías: alteraciones por una cobertura de madera.

6 Coll, Sanz y Rallo (coord.), op.cit., pp.20-23.


7 Carrascosa y Lastras, 2006, p.35.
8 Actualmente no se observa ningún orificio o marca en los azulejos que pudiera responder a algún elemento de sujeción no visible en las
fotografías.

94
Fig. 8. Marca horizontal del azulejo Fig. 9. Detalle de azulejos sobre la encimera de los fogones.
original, provocada por la tapa del pozo. Se aprecian alteraciones de la superficie vítrea en forma de picado.
© MNAD. Ministerio de Educación, Cultura y Deporte. © MNAD. Ministerio de Educación, Cultura y Deporte.

Es bastante probable que el pozo apareciera en la cocina imagen de este paramento enviada en 1941 se pueden
desde el primer momento, no sólo por la utilidad del ele- observar restos de hollín en toda la estructura de la chi-
mento en sí mismo, sino porque la imagen de la Virgen menea y las zonas de unión de ésta a los azulejos.
parece estar relacionada directamente con la bendición
del agua que de allí se extrajese. En cualquier caso la La revisión en la actualidad de la superficie vidriada
cobertura de madera parece no ser demasiado antigua de los azulejos de esa zona, además, da un tipo de
o, al menos, en las imágenes (Fig. 8) se observa cómo alteración a modo de picado oscurecido sólo visible en
tapa parte de los azulejos originales a esa altura9. ese punto posiblemente provocado por altas tempera-
turas (Fig. 9). Estas dos circunstancias parecen confir-
Se observa también otro sistema de polea del que se mar que efectivamente, al menos en el momento de
desconoce la función y los puntos exactos de anclaje, la compra, la cocina se utilizaba como tal.
aunque parece que irían sujetos directamente al techo.
Las dimensiones de este elemento, en ambos ca-
Otro elemento sumamente llamativo y sobre el que sos10, parecen desproporcionadas frente a la necesi-
los expertos tienen bastantes dudas es la chimenea. dad real de una zona de tiro en el momento de reali-
zación de la obra si, como parece, esta habitación en
Parece evidente que si la cocina estaba en uso necesita- origen no era realmente el lugar donde se cocinaba,
ría una salida de humos para la zona del fuego. En la o al menos no el único ni el principal. Para corro-

9 Hoy en día se puede apreciar aún una marca en esa zona (Fig. 8)
10 La existente en el MNAD reproduce exactamente, tanto en medidas como en perfil, la que se observa en las fotografías de la oferta.

95
Fig.10. Detalle de los azulejos del interior de la chimenea. © MNAD. Ministerio de Educación, Cultura y Deporte.

borar esta teoría tendríamos el hecho de que este especialmente, porque muchos de los elementos
volumen corta alguno de los elementos decorativos representados en esa zona están relacionados di-
de la zona: a la izquierda una de las cucharas de rectamente con el fuego.
un espetero y a la derecha uno de los capiteles que
sujetan las repisas, así como las guirnaldas decora- Otro elemento controvertido es la encimera que re-
tivas de este mismo piso y del superior11. Además se corre en su tercio inferior los paneles de la chimenea
quedan demasiados elementos fuera de la vista del y del pozo.
conjunto (Fig. 10).
Esta encimera puede considerarse sin temor o un aña-
Sí que parece probable, no obstante, que en ori- dido o un elemento retocado, tal y como nos incli-
gen existiera ya una chimenea aunque no con estas namos a pensar con la chimenea. El diseño original,
dimensiones sino menores, puesto que los azulejos entonces, se habría ido remodelando para adaptarlo
dentro de la campana no continúan hasta el techo de nuevo a unas necesidades diferentes a las del mo-
como sucede en el resto de paramentos12 y, muy mento de ejecución.

11 Estos elementos cortados aparecen ilustrados en el texto de Manuel Alonso Santos de esta misma publicación.
12 Aunque este hecho no puede corroborarse en las fotografías. Ahora mismo es así pero pudo deberse a un mal desmontaje o simplemente a
una decisión de obviar esos azulejos.

96
Fig. 11. Detalle de elemento cortado
en el paramento de azulejos por la inclusión de la encimera.
© MNAD. Ministerio de Educación, Cultura y Deporte.
horizontal que hiciera las veces de soporte de las
imágenes fingidas de la decoración de los azule-
jos, sólo así se entendería desde dónde salta el
gato que acaba de cazar la cocinera o dónde se
apoyan el velón, el anafre, la chocolatera u otros
dos gatos que están a punto de dar buena cuenta
de algunos alimentos.

La altura de este elemento, por otro lado, sería infe-


rior en origen a lo que se veía en las imágenes de la
propietaria y lo que se ve en la actualidad, tal y como
demuestra el detalle de una fruta a los pies del gato
que queda inexplicablemente cortada (Fig. 11).

En cuanto a la encimera existente bajo el panel de


la Virgen del Carmen resulta, sin duda, de más difícil
interpretación. En este punto vemos cómo se embu-
En el paño de la chimenea a principios de los años tía el pozo, al lado se colocaba un fregadero y a con-
cuarenta la superficie horizontal de esta encimera tinuación otro fragmento con la superficie horizontal
combinaba dos fuegos con una cubrición a base en madera; el frente se cubría con azulejos blancos
de azulejos distintos a los del resto de paramen- modernos y puertas también de madera.
tos y posiblemente muy posteriores a los mismos.
Respecto al frente se alternaban tres paneles de Es bastante probable, como decíamos, que el pozo
azulejos de clara raigambre dieciochesca, aunque fuera original, especialmente si pensamos que era
un tanto distintos en su concepción al resto de la una habitación a pie de calle. El resto de la superfi-
cocina, con otros azulejos lisos completamente di- cie horizontal, sin embargo, creemos que se trata de
ferentes a ambos. También aparecían dos puertas un elemento añadido en función de las necesidades
de madera. cotidianas de este espacio.

El uso de encimeras corridas en el período de rea- A nuestro juicio, sin embargo, la alteración más grave
lización de la cocina parece no muy extendido y, en el conjunto de la cocina y especialmente en este
en el caso de existir, parece que se utilizarían más último panel, independientemente de la adaptación
como expositor que como superficie real de traba- a hábitos de vida más modernos que seguramente
jo. Nuestra idea, no obstante, al igual que sucedía habrían condicionado muchas de las actuaciones co-
con la chimenea, es que en esta pared existió des- mentadas hasta el momento, era (y es) la pérdida
de el origen algún tipo de elemento de desarrollo de un gran número de azulejos originales.

97
Fig. 12. Detalle de elementos originales mal montados
en el emplazamiento de la Calle del Mar de Valencia. Fig. 13. Azulejos originales mal colocados.
© AGA. Ministerio de Educación, Cultura y Deporte. © AGA. Ministerio de Educación, Cultura y Deporte.

La mayor parte de las “lagunas” aparecen en las 1. Azulejos descolocados por error en el montaje,
imágenes repuestas con otros azulejos, algunos pa- como ejemplo más llamativo de esta circunstancia
recidos13 y otros claramente diferentes y fechables encontraríamos los azulejos que forman la cenefa en
a finales del siglo XIX como muy temprano; otros la esquina superior (Fig. 12).
huecos, sin embargo, permanecían vacíos.
También parecen responder a esta circunstancia los
Estas pérdidas se podrían haber debido a causas azulejos inferiores que se asientan sobre el último
muy diferentes que no podemos averiguar: movi- tercio de encimera en ese mismo panel y que no
mientos en el muro al que no acompañaran estos continúan el motivo superior: un lebrillo con peces
elementos cerámicos, alteraciones en el mortero que (Fig. 13).
imposibilitarían su función estructural (decohesión,
disgregación,etc.), o alteraciones profundas en los 2. Elementos descolocados por pérdidas o de-
propios azulejos. La pérdida más importante, por formaciones en pisos inferiores. En ocasiones se
ejemplo, está en la parte alta del muro que da direc- pueden producir deformaciones en los paramentos
tamente a la calle por lo que quizá podría haberse cerámicos porque acompañan en sus movimientos
sufrido una gotera o filtración. al muro sobre el que se asientan.

Pero lo más llamativo es que aparecen azulejos ori- En el caso del paño del pozo estas deformaciones y
ginales claramente descolocados que podemos divi- “elementos que no casan”, sin embargo, se deben
dir en dos grupos: clarísimamente a pérdidas en las zonas inferiores

13 Se conservan tres de estos azulejos con n.º Inventario CE13331/1, CE13332/2 y CE13333/3. Estas piezas se fecharían aproximadamente en
la misma época de realización de la cocina, pero estarían ajenas a la misma. Los otros azulejos estarían realizados probablemente ya de manera
industrial y no parece que hubieran llegado al museo.
Del siglo XVIII serían también los dos listeles o pseudolisteles que aparecen sobre el fregadero.

98
Fig. 15. Detalle de la sirena en la actualidad
Fig.14. Detalle de la deformación de elementos por un mal montaje. con la reposición de los fragmentos perdidos.
© AGA. Ministerio de Educación, Cultura y Deporte. © MNAD. Ministerio de Educación, Cultura y Deporte.

que no se intentan compensar o disimular (Fig.


14).

Parece que todo el problema surge a partir de la


figura de la sirena que remata lateralmente el hueco
de la ventana a la que, le faltan varios fragmentos
tanto en la cabeza como en la cola. Estas pérdidas
volumétricas son mucho más evidentes si observa-
mos el montaje actual donde estas lagunas han sido
repuestas (Fig. 15).

Existe alguna otra deformación en el panel del ama


de llaves y del mandadero. Aquí volvemos a ver azu-
lejos recortados (aunque no tanto como en el panel
anteriormente citado), que van condicionando del
mismo modo el dibujo del resto de elementos conti-
guos (Fig. 16).

Resulta sumamente extraño que una cocina reali-


zada con tal riqueza técnica y decorativa pueda
presentar errores en el montaje de este tipo, lo que
nos lleva a pensar que, como se había anticipado, al
menos estos dos paramentos pudieron ser desmon-
tados y vueltos a montar en algún momento anterior

99
Fig. 16. Detalle de deformación en el panel 3.
© AGA. Ministerio de Educación, Cultura y Deporte.

a 1941, de una manera bastante burda a tenor de amplia de azulejos de la que no tenemos ningún
lo observado en la imagen. dato.

En el momento en el que se tomaron las imágenes También resultan singulares los descantillados en los
que envía Dña. Bernardina Mansó, por otro lado, no bordes, o pérdida de decoración vítrea en los mismos.
parecen existir alteraciones relacionadas con hume- Este tipo de daño suele producirse por presiones entre
dades. Quizá hubo problemas de este tipo en las zo- azulejos contiguos en los que no existe junta de dilata-
nas de pérdidas, como sosteníamos anteriormente, ción y que acompañan al muro en sus movimientos14,
pero es sólo una de las causas posibles. pero también pueden producirse por una extracción
poco cuidadosa15 como quizás podría ser el caso.
Existiría la duda, no obstante, de qué pudo pasar
en la zona baja de los paramentos correspon- Esta alteración es perfectamente visible en las imáge-
dientes a los paneles de la chimenea y del pozo, nes conservadas porque el mortero utilizado en el lla-
especialmente en este último si, como creemos, gueado, que parece recién renovado, cubre las zonas
este elemento en origen no había tenido tanto de los bordes sin vidriar, dejando patentes todas estas
desarrollo, por lo que faltaría una franja bastante lagunas. Es muy probable que la aplicación de este

14 Ferrer, 2007, p. 51.


15 Carrascosa y Lastras, op.cit., p. 35, p. 38 y 45.

100
Fig. 17. Detalle descantillados en bordes, Fig 18. Detalle de la zona
cubiertos con el mismo mortero usado en las juntas. del pozo con azulejos fuertemente fracturados.
© AGA. Ministerio de Educación, Cultura y Deporte. © AGA. Ministerio de Educación, Cultura y Deporte.

material se hiciera con llana cubriendo toda la super- En primer lugar podrían mencionarse las grietas y
ficie y luego retirando torpemente los restos, porque fracturas visibles en muchos de ellos. No se trata de
aparecen rellenas de mortero todas y cada una de las una circunstancia que podamos considerar gene-
burbujas que los azulejos presentaban en superficie. ralizada aunque sí podemos apreciar alguna zona
Actualmente no quedan restos de este mortero por lo con mayor número de grietas, como por ejemplo el
que es de suponer que se hiciese a base de yeso o borde superior del pozo. Las grietas de este tipo sue-
cal fácilmente eliminable a posteriori en una limpieza len responder o a movimientos del muro, a golpes
acuosa (Fig.17). (especialmente si la pieza no está perfectamente ad-
herida al muro), o a levantamientos realizados sin
Respecto al llagueado cabe decir, además, que apa- mucha destreza (Fig. 18).
rece en blanco tal y como venía siendo habitual en
este tipo de paneles cerámicos16. En el siguiente Cabe señalar, por último alguna mancha puntual o
capítulo veremos que al remontarse el conjunto en la presencia de algún clavo entre azulejos.
el MNAD se decidió entonar estas zonas de unión si
coincidían con algún elemento figurado, reconstru- MONTAJE EN EL MUSEO NACIONAL
yendo incluso el dibujo si hacía falta. DE ARTES DECORATIVAS

Independientemente de todas estas alteraciones Tal y como sabemos no se ha encontrado documen-


que podríamos denominar “de conjunto” cabría tación que aporte datos sobre el desmontaje de la
hablar de alteraciones más concretas que afectan pieza en la Calle del Mar: tiempo invertido, proce-
a los azulejos de una forma más individualizada. dimiento, sistema de embalaje o de transporte. Es

16 Pueden verse imágenes de paneles muy similares en los artículos de Jaume Coll y Manuel Alonso Santos en esta misma publicación.

101
de suponer que se llevó a cabo con personal a cargo por varios factores: la ventana y las dos entradas
de la vendedora, sin que aparezcan evidencias de comentadas, la altura de la sala en la que se insta-
que hubiera habido algún tipo de asesoramiento o lara18, puesto que se trata de una medida bastante
colaboración de técnicos ni del Museo ni de la Di- elevada, y la adecuación al discurso cronológico que
rección General de Bellas Artes. Sí queda claro en el articulaba la exposición permanente del museo.
expediente, nos obstante, que el pago dependería de
cómo llegaran los azulejos a Madrid. La posibilidad de contar con una ventana y dos
entradas, una de ellas con acceso directo desde la
El montaje ya en el museo está igualmente lleno de calle, sólo se podía conseguir en la planta baja lo
incógnitas. Se sabe que los azulejos llegaron el 11 cual, de haberse contemplado, habría condicionado
de diciembre de 1941 pero el momento de recoloca- mucho el discurso, por lo que se renunció a la que
ción estaría por concretar entre 1942, año en el que había sido entrada principal transformándola en un
el museo se cierra para acometer una de las amplia- balcón.
ciones más importantes que ha sufrido el edificio17 y
1950, cuando éste se reabre. Para conseguir la altura necesaria, nuevamente tu-
vieron que pensar en la planta baja o en la primera
En este período se amplía el palacete fundamen- actuales, puesto que a partir de ahí la altura es menor
talmente en vertical, añadiendo dos pisos, más un a la necesaria. La planta cuarta, donde finalmente se
nivel de terraza que también estaría en uso para situó, sí permitía sin embargo el desarrollo vertical,
tareas internas de la institución. elevando el forjado a ese punto, y se acercaba más a
la zona de exposición del siglo XVIII que se encontraba
Es llamativo que, a pesar de conservarse muchos pla- (y aún se encuentra) en la planta tercera.
nos de esta intervención, en ninguno aparece reflejada
la cocina, por lo que es muy probable que se decidiera Esta elección obligó a romper la simetría que se había
instalar en un momento muy avanzado del proyecto. proyectado en las salas, creando una zona en ele oculta,
hoy utilizada precisamente como almacén de azulejería,
Parece claro que el montaje se hizo intentando res- y un pasillo demasiado estrecho de acceso a la misma19.
petar al máximo la disposición que este conjunto
de azulejos había tenido en la Calle del Mar, por Supuso, además, un cambio profundo en la fachada
lo que la elección del espacio estaría condicionada interior del edificio, puesto que hubo que cegar dos

17 Esta ampliación se lleva a cabo bajo la dirección del arquitecto D. Luis Moya. Véase en esta misma publicación el texto de Manuel Alonso.
18 La altura en el montaje del MNAD es superior a la existente en la calle del Mar en aproximadamente 20 cms., quedando sin cubrir de azulejos
una franja más amplia entre los paramentos cerámicos y el techo de bovedillas.
19 Ver plano de la sala en texto de Manuel Alonso Santos de esta misma publicación.

102
Fig. 19. Detalle fachada exterior de la sala de la cocina
© MNAD. Ministerio de Educación, Cultura y Deporte.
También es interesante mencionar un pequeño cam-
bio, aparte de la inutilización de la entrada principal,
que es la eliminación de dos pequeñas columnas de
azulejos visibles en la Calle del Mar en los extremos
del Panel de la Virgen. Suponemos que estas fran-
jas verticales servían en este emplazamiento para
resolver un pequeño descuadre en la planta de la
habitación que en el MNAD fue ya corregida, so-
brando estos azulejos que, sin serlo, actúan a modo
de listeles22.

Una vez elegido y preparado el espacio, veremos


de los vanos proyectados (parece que con el mismo cómo fue el montaje del conjunto cerámico propia-
ladrillo) y abrir otros dos nuevos de menores dimen- mente dicho, observando algunos cambios notables
siones: uno para la propia sala reproduciendo la respecto a la disposición que éste tenía cuando aún
ventana20 y otro para la contigua21, pues de no ser estaba en Valencia.
así este último espacio se habría quedado sin ilumi-
nación natural. También se tuvieron que cambiar las En el capítulo anterior ya se mencionó que la chi-
dimensiones de la ventana que había en esa sala a menea que vemos hoy en día en la sala reproduce
media altura, según sucede en el resto de la planta, fielmente las medidas y el perfil de la que existía en
por las de una abertura de balcón que llegara hasta el emplazamiento valenciano.
el suelo (Fig. 19).
No ocurre lo mismo con la encimera. En el paño de
Es curioso observar que en ese intento de reprodu- la chimenea la superficie corrida se redujo a poco
cir fielmente la planta original se construyó en la menos de la mitad, dejando una especie de banco
esquina formada por los paneles 1 y 2 una falsa forrado en el frontal y en el lateral con los azulejos
mocheta que en origen se correspondería realmen- pre-existente23. La base horizontal se presenta cu-
te con un pilar. bierta con azulejos blancos modernos (tal y como

20 Este vano, sin embargo, no se utilizó como entrada de luz sino que se convirtió en una hornacina forrada de madera a modo de alacena.
21 Actual sala 4.3.
22 En los fondos del museo se han conservado varios azulejos que parecen responder a esta ubicación: N.º Inventario CE13332 y CE13333, aun-
que en este caso la perspectiva de las fotografías de la Calle del Mar no permiten asegurar al cien por cien que sean exactamente de este punto.
23 Ya se comentó en el anterior capítulo que estos azulejos son dieciochescos pero parecen un tanto distintos al resto de la cocina por lo que no
debieron pertenecer realmente al conjunto.

103
Fig. 20: Detalle juntas ennegrecidas por acumulación de suciedad
ambiental. © MNAD. Ministerio de Educación, Cultura y Deporte.
recordaban al resto de objetos representados en el con-
junto.

La técnica pictórica utilizada fue probablemente óleo24


y se realizó con un sentido claramente mimético, aun-
que una observación no demasiado detenida ni profe-
sional evidencia fácilmente esta recreación.

En el paño de la Virgen sucede algo parecido, siendo


aún mayor la superficie eliminada ya que aquí sólo se
mantuvo el pozo. Este elemento, no obstante, aparece
reinventado al haberse construido con un perfil curvo
completamente diferente a lo que había. La superficie
de azulejos a “recrear” por tanto, fue aún más extensa.

No sabemos mucho de cómo fue ya en el MNAD el sis-


tema de anclaje. Un pequeño incidente en 2005, en
el que se desprendió un azulejo de la hilera inferior del
panel 4, permitió ver un muro enlucido que, a tenor
del espesor del muro, está realizado probablemente
con rasillones de la época. La unión de los azulejos al
lo hacía ya entonces) y se reproducen tres fuegos en muro, según lo observado en este mismo momento y
lugar de dos. las técnicas más comunes en el período de ejecución,
debió ser a base de mortero de cal o yeso sin cargar25.
La zona rectangular que quedaba ahora sin cubrir en el
tercio inferior se disimuló con azulejos blancos industria- Hoy en día las piezas cerámicas parecen bien asenta-
les sobre los que se dibujaron, sin demasiado acierto, das al muro sin movimientos evidentes, ni riesgo de
ni técnico ni compositivo, una serie de elementos que caídas26. A partir del tanteo de un gran número de

24 Se trata de la técnica pictórica más común en aquellos años, pues los acrílicos aunque ya se conocían no se extendieron hasta la siguiente
década.
25 Se conservan en el MNAD otros paneles de azulejos montados posiblemente a partir de la década a de los años 60 en los que se utilizaron
colas polivinílicas cargadas con serrín. A simple vista no parece que este sistema se haya utilizado para la cocina en ningún punto. Tampoco,
afortunadamente, hay evidencias del uso de cemento, material fuertemente nocivo para estos materiales por su aporte de sales.
26 Al observar con luz rasante los distintos paños que componen la cocina no se aprecian pandeos ni abombamientos. Sí son visibles, sin em-
bargo, ciertas deformaciones en los azulejos que responden a distintas circunstancias en el proceso de ejecución.

104
Fig. 21. Detalle uniones reintegradas con color, actualmente virado cromáticamente. © MNAD. Ministerio de Educación, Cultura y Deporte.

azulejos sí parece que, en algunos casos, habría sido En el capítulo anterior comentábamos que los azu-
conveniente repartir el mortero por todo el reverso con lejos presentaban muchísimos desportillones o pér-
mayor homogeneidad. didas de vidriado en los bordes, que habían sido cu-
biertos con mortero blanco, pues bien aquí también
Las juntas entre azulejos se rellenaron igualmen- se cubrieron con el material utilizado para las juntas.
te con mortero, aunque no sabemos si del mis-
mo tipo exactamente. A día de hoy este material El hecho más llamativo es que todas estas uniones y
se ha desprendido o se ha agrietado en algunas pérdidas de vidriado se colorearan para intentar dar
juntas provocando una alteración fundamental- continuidad al diseño, algo totalmente diferente a la
mente estética. tradición y que, en conjunto, significa una superficie
de reintegración tonal bastante grande. Estas rein-
Muchas de estas juntas aparecen pintadas, como tegraciones, realizadas posiblemente también con
veremos inmediatamente, pero también las hay sin óleo, aparecen en general fuertemente oscurecidas
pintura (aquellas que no coinciden con elementos y viradas cromáticamente (Fig. 21).
figurados normalmente), en este caso el mortero
aparece ennegrecido por acumulación de suciedad Los azulejos que faltaban cuando la pieza estaba
ambiental. aún montada en Valencia o que habían sido repues-

105
Fig. 23. Detalle de la cocina del museo con numerosas
Fig. 22. Detalle de azulejo sin colocar en su posición original. fracturas, presente ya en el montaje original.
© MNAD. Ministerio de Educación, Cultura y Deporte. © MNAD. Ministerio de Educación, Cultura y Deporte.

tos por elementos ajenos, aunque fueran de la épo- no parecen estar ahí en las fotos de la Calle del
ca, se reintegraron en el MNAD por azulejos blancos Mar (Fig. 22).
industriales sobre los que se pintó o reinterpretó el
dibujo faltante con la técnica comentada. Cuando se examinan los paramentos de azulejos en
la sala se ven muchos azulejos fragmentados, lo cual
Sólo aparece sin reponer, curiosamente, el hueco en llevaría a pensar fundamentalmente en accidentes
el que se habría encastrado el anclaje para la polea durante el proceso de desmontaje. Sin embargo, al
del pozo, sin saber a ciencia cierta si quizá se intentó comparar las imágenes antiguas con las actuales
colocar un elemento similar. comprobamos gratamente que prácticamente todas
estas alteraciones existían ya en el momento de la
También hay un azulejo sobre la hornacina que no se compra (Fig. 23).
reintegró con material cerámico sino que aparece en
yeso o escayola27. La observación detenida en este momento permite ve-
rificar, igualmente, que los azulejos conservados no ha-
El montaje de los paneles se realizó con gran meti- brían sufrido problemas por presencia de sales solubles
culosidad intentando solucionar las deformaciones o insolubles, ni por biodeterioro, etc., y que presentan
ya conocidas, y reubicar correctamente los azulejos una perfecta cohesión interna sin levantamientos entre
mal colocados. Inexplicablemente, no obstante, en capas, ni desgastes o abrasiones superficiales.
el paño del ama de llaves y el mandadero apa-
recen dos azulejos con pequeños motivos que no Sí se reconocen, sin embargo, algunos fallos provocados
podemos reubicar en otro lugar del conjunto y que en el momento de ejecución que no podían apreciarse

27 Es posible que este azulejo se cayera ya después del montaje en el MNAD puesto que en las imágenes antiguas parece tratarse de un elemento
original.

106
Fig. 24. Detalle alteración durante proceso de ejecución. Fig. 25. Detalle alteración durante proceso de ejecución.
© MNAD. Ministerio de Educación, Cultura y Deporte. © MNAD. Ministerio de Educación, Cultura y Deporte.

en las fotografías antiguas: depósitos o aplicación irre- reintegración cromática del llagueado y de los descantillados.
gular del esmalte28 (Fig. 24) y arrugas en el vidriado o Poder acometer una restauración que mejorara estos
esmalte como consecuencia de la presencia de grasa, dos aspectos, así como cambiar la luz actual a base
o de suciedad, o por un secado muy rápido de la capa de una bombilla incandescente, y la recuperación
superficial (Fig. 25). como ventana de la alacena, darían un aire nuevo a
este conjunto.
En cuanto a los tratamientos realizados hasta la fecha no
existe documentación de que se hayan hecho interven- Mientras llega el momento de intervención de la
ciones de restauración importantes en la cocina desde pieza, las tareas del departamento de conservación
su montaje actual, más allá de las labores cotidianas de pasan por evitar las causas que podrían actuar en
limpieza en suelos y repisas, así como alguna puntual contra de la perdurabilidad de esta cocina.
de paramentos realizada con agua + alcohol 1:1 y, la
consolidación al muro del azulejo desprendido en 2005. En este sentido, desde hace varios años, se está moni-
torizando la sala donde se encuentra la cocina, compi-
El estado de conservación de la cocina en la actualidad, a lando unos valores bastante extremos tanto en tempe-
modo de resumen, se podría considerar bueno a nivel es- ratura como en humedad, al no contar el edificio con
tructural y de soporte, pero bastante regular en el aspecto un sistema de climatización (Figs. 26 y 27).
superficial o estético, con numerosas manchas no demasiado
llamativas por sí mismas pero que desvirtúan la visión en Afortunadamente, tal y como se comentó ante-
conjunto, como también lo hacen los colores utilizados en la riormente, estos materiales cerámicos no son tan

28 Ferrer, op.cit. p.53

107
Figura 26: Estadísticas anuales de la temperatura en la sala de la cocina.

Figura 27: Estadísticas anuales de la humedad


relativa en la sala de la cocina.

susceptibles de sufrir alteraciones a consecuencia de La principal tarea sobre la hay que incidir, por tanto,
unos cambios bruscos en estos valores como lo son es la gestión eficaz de los riesgos que conllevan las
las piezas con soporte orgánico. actividades promovidas por una política de comuni-
cación y difusión cada vez más prolija, junto con las
Seguramente el mayor riesgo de conservación de llevadas a cabo para el propio desarrollo del proyec-
la pieza en el futuro, por tanto, vuelva a estar re- to ARtSENSE, permitiendo un compromiso real entre
lacionado con la acción del hombre, especialmente la accesibilidad del público y la conservación de una
en momentos de aglomeración de público donde de las piezas más visitadas, alabadas y representa-
se pudieran provocar roces, golpes, etc. tivas del Museo.

108
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conservación y restauración. Universidad de Sevilla,
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109
Proyecto ARtSENSE
Adaptive Augmented Reality for Cultural Heritage: ARtSENSE Project
Nenad Stojanovic and Ana Cabrera. Forschungszentrum Informatik.
Universität Karlsruhe (FZI) and Museo Nacional de Artes Decorativas

1. Introduction architecture or assisted training have lately started


to make their appearance in the museum setting1.
Museums and other Cultural Heritage Institutions
(CH) usually provide on-site information and The ARtSENSE project (www.artsense.eu) however
interpretation material to their visitors in two proposes a different approach to AR applications for
ways: text (through text-panels and labels) or CH expanding the existing strong correlation of AR
audio guides. With the rapid expansion of new with uniquely visual augmentations and adaptations
technologies museums start to explore the potential of the content. ARtSENSE proposes a visitor-tailored
of ICT-enabled multimedia interpretation media. adaptation of the multimedia interpretation
Augmented Reality applications, traditionally used material provided by combining not just one but
mainly for applications in industry, maintenance, three types of sensors: visual sensors, audio sensors

1 For the AR definition and its use in CH see the paper by Dr. Damala in this publication.

110
and psychophysiological sensors. The goal is to push our understanding of the potential of the
monitor and estimate the interest and engagement A2R approach all by encouraging the collaboration
of the visitor and adapt the content provided by the among CH professionals and provide a more
guide accordingly. In order to reach this objective, extensive coverage of the potential of AR and the
both the visitor and the museum environment A2R approach as an interpretation medium for the
have to be monitored taking under consideration museum visit and ppotentially other related formal
different parameters (visitor’s bio-signals, acoustic and informal learning environments.
environment, visitor’s gaze and gesture). By
combining inputs from the three types of sensors, The main objective of the project is to improve the
the multimedia AR guide adapts the content to the experience of the visitors’ by adapting the contents
visitor’s engagement state. Therefore, the ARtSENSE of an AR digital guide depending of their level of
system does not only “augment” the museum visit interest (A2R). Therefore, one of the greatest goals
only with visual and audio content. It takes under and challenges in the project is to determine the
consideration different parameters and inputs to level of interest when visitor is contemplating an
adapt the content accordingly and to augment the artwork or museum artefact. To reach this goal, a
museum visit in a highly personalized way. system model has been proposed, where different
inputs to the visitor and different outputs from the
ARtSENSE is a three-year research project grouping visitor exist within the same framework and are
ten partners coming from six European countries, taken under consideration for the adaptation of the
which can further be divided in five technology Adapted AR visit.
research partners2 (Complex Event Processing, AR
visualization, Cognitive Psychology and Physiological As it is shown in Fig. 1, when the visitor is
Computing, Acoustics, Interpretative use of ICT contemplating an artwork, the stimulus acts as
technologies in Cultural Heritage), two industrial an input to the visitor. Additional inputs that can
partners3 and three museum partners. The choice influence the level of interest of the visitor are:
of inviting and including not just one but three the environment, e.g, sounds that can disturb the
CH partners was motivated by the hypothesis that visitor, and multimedia content the digital guide (or
the deployment of an adaptive AR guide in three augmented reality AR) the system is providing, e.g.
complementary types of museums could further images, videos, animations, text, 3D visualisations.

2 FZI. Forschungszentrum Informatik an der Universitaet Karlsruhe (http://www.fzi.de); Fraunhofer-Gesellschaft zur Foerderung der Angewandten
Forschung E.V. (http://www.fraunhofer.de/); Liverpool John Moore University (http://www.ljmu.ac.uk/); Universidad Politécnica de Valencia
(http://www.upv.es/) and Conservatoire national des arts et métiers (http://cedric.cnam.fr/).
3 Corvinno Technologia Transzfer Kozpont Nonprofit. Kozhasznu Kft (http://www.corvinno.hu/) and Cim Grupa Doo (http://www.cimgrupa.eu/cim/).
4 The Musée des arts et métiers (Paris, France: http://www.arts-et-metiers.net/); the Foundation of Art Creative and Tecnhology (Liverpool, UK:
http://www.fact.co.uk/) and the Museo Nacional de Artes Decorativas (Madrid, Spain: http://mnartesdecorativas.mcu.es/).

111
Fig. 1. Overview of the scenario

The latter are provided through the AR see through the psychological state of the visitor and determine
glasses (eyeglasses capable of projecting information the level of interest with regards to what the visitor
in the visitor’s field of view, as a virtual overlay) is looking at, or listening to but also in order to
and acoustic recordings (audio commentaries and determine when a visitor is disengaged.
sound effects) through headphones. Therefore,
the artwork, the environment and the AR content A great novelty of the project is the feedback loop
delivered to the visitor are all considered as input between the detected psychological state of the
parameters for the visitor. Additionally, the system visitor and the provision of content via AR (Fig. 1).
monitors several outputs of the visitor in order to This biocybernetic loop will allow the adaptation of
determine the psychological state and more precisely information provided by the system as AR content,
the surrounding acoustic environment (sounds and leading to the new concept of A2R. For example, if the
noise that can disturb), the gaze (where the visitor visitor is interested on the artwork he is looking at,
is looking at and how much time), and finally the more information and more details will be provided
biosignals or physiological responses of the visitor by the AR system. On the other hand, if the visitor
(heart rate, breath rate, skin conductance level). The seems to be lacking interest, other artworks will be
result of these modules will be combined to obtain suggested and/or different content will be provided

112
Fig. 2. OODA cycle
taking also under consideration the logs, visiting
history, types of content and media that stimulated
the visitor’s engagement and interest.

2. Our approach - A2R


We define A2R as the process of adapting the Augmented
Reality to the current context and personal characteristics
of a user of an AR system. In order to enable an
adaptive experience for museum visitors, our approach
is constructed around a four-phase OODA cycle (Observe,
Orient, Decide, Act5) as shown on Fig. 2. In the Observe
phase, our approach is concerned with the measurement
of covert cues that may indicate the level of interest of
visitors. In order to evaluate how a visitor perceives
an artwork, different sensors have been considered.
The monitoring of visual behavior allows the system
to identify the focus of attention, i.e. which artifact or state, the provision of the augmented content from
aspect of the artifact is the visitor contemplating. The a repository of available content is made. The
acoustic module provides important information about presentation of selected content via the AR device
environmental influences on patterns of visual attention (e.g. visual, audio) is subsequently executed during
or psychophysiology. Finally, a video-based hand gesture the final Act phase. More in particular, following the
recognition provides an additional input modality for Observe, Orient and Decide phase, the Act phase
explicit interaction with the system (e.g. for selecting will consult the repository as well as the Metadata
certain visual items, navigating through menus). model to provide to the visitors a selection of
recommendations, based also on the monitoring of
All data streams are collected and analyzed in real- the interest that already provided content has so far
time in order to yield a dynamic representation of generated. Note that though at the beginning of each
the user attention state (Orient phase). In the Decide tour, the content to be delivered will accommodate
phase, covert physiological cues are used to measure different visitor profiles (e.g. novice, expert, child,
the level of interest or engagement with the artwork adult etc), during the visit due the OODA cycle will
or with the augmentations presented via the AR provide recommendations specially tailored to the
device. Based on the interpretation of this complex manifested interest of each individual visitor, based

5 Damala, et. al., 2013a, p. 750, note 6.

113
on the annotation of both the museum artifact/scene identified as the “workers” and the first important
as well as to the type and content of the digital group of end users who would actively participate
content delivered in the glasses. in the design phase of the adaptive AR museum
experience. In order to incorporate all of their
The proposed approach has been realized through: know-how in the system requirements analysis as
•Understanding precisely the user’s perception of well as the design phase and the designation of
an artwork, including her/his real-time reactions the interactive features of the A2R museum guide,
on the details of the artwork (WHY). we opted for an all-inclusive, interdisciplinary and
•Discovering the situations during which (WHEN) the UC-informed approach. Ethnographic fieldwork as
user’s real-world experiences can be augmented by applied both in interaction design7, museum and
WHAT virtual object in order to support the (personal) visitor studies8 and the intersection of these two both
understanding/interpretation of an artwork. domains9 also nurtured the data gathering prior to
•Continually adapting augmented reality according the system requirements analysis.
to the user’s real-time needs and preferences,
proactively and in the right form (HOW). The main issue that had to be tackled down during
the first design iteration was how CH professionals
3. Use case (participatory) design process perceive the potential of AR for CH, what is the added
In the design and conception of interactive systems, value of both AR and A2R, and in which way the
researchers and practitioners have been arguing that in adaptive character of this alternative interpretation
order to arrive to the design of hybrid experiences that take medium can be fully exploited within the context of
place neither in the software professionals space nor in a CH visit.
the “workers” space but in an in-between region, defined
as a third space, Participatory Design (PD) methods, Once the selection of the first artefacts occurred10,
techniques and practices may be of great assistance, a demanding exercise asked from the museum
provoking evolving combinations of attributes of each one professionals to create pairs with collocated technical
of the bordering spaces, where the assumptions of both partners so as to work on some first visit scenarios
categories of stakeholders are open to questions6. for the A2R museum visit. Thus, the MNAD worked
with the acoustic processing team, the FACT with
With this philosophy and for the first design iteration the physiological computing team and the MAM
of the ARtSENSE project the CH professionals were with the Museums and ICT technologies research

6 Muller, 2009.
7 Crabtree, 1998.
8 Palmer, 2001.
9 Wakkary, 2007.
10 MNAD artework selected was the Valencian kitchen, meanwhile the MAM chose the Lavosier Laboratory and FACT its Signature pillar.

114
team. The hypothesis was that the scenarios would 4. Contextualisation of the pieces: the majority of
present common features but also features that museum artefacts are exhibited out of their initial
would be worked in more depth due to the specialty context. Imagine for example a ceramic vase, discovered
of each collaborating research partner (acoustics, together with other artefacts, during an excavation. AR
physiological computing, ICT and the museum can assist in reconstructing, on site, the original context.
visiting experience). In the next section we present
the architecture that fulfils requirements for A2R, 5. Glass showcases impose a certain barrier between the
gathered in the presented design process. museum visitor and exhibited museum objects. A 3D view
of these objects can be possible through the use of AR.
4. MNAD motivation for AR:
The main motivations and needs gathered for the 6. The comparison of a museum artefact with an object
MNAD by the museum CH professionals were specific belonging to another museum or collection is something
to the museum and its collections. However, as already very common in art education. The use of an AR system
pointed out the needs identified can be generalized to could help visualize these twin pieces, often enough called
other history of art, archeology and history museums. In “parallels”, among art historians even if –as is very
addition, many of these motivations proved to be valid often the case- they are not collocated. This is something
for the MAM and FACT use cases. More in particular: that also holds true for other types of museums such as
archaeology, ethnology, natural history museums as well
1. An AR approach gives the possibility to contemplate as historical museums and parks. Further on, some first,
and observe museum artifacts for multiple points of important motivations were also identified as to the A2R
view, something that due to space-constraints is not approach. More specifically:
always possible on site.
7. The adapted content, suited not just to predefined
2. Due to conservation reasons, many artworks are visitors’ profiles but based on a continuous monitoring
exhibited in low light, preventing thus the visitor from of the reaction of a visitor towards the exhibition and the
having the possibility to view in an acceptable way all content delivered through the A2R guide can make the
depicted details. In this case, the augmentations can visit more exciting and rewarding thus promoting intrinsic
assist the visitor in better observing difficult to observe and self-motivated learning. For example, if excitement
otherwise details. is detected, more information is provided about a specific
detail. If boredom or fatigue is detected, the system can
3. The MNAD possesses a collection rich in furniture. Artefacts propose a change in the content, based on the logging
of this kind have often hidden or closed compartments of the narrative that has so far been provided and the
that can not be manipulated by the public. An AR system reactions of the visitor to the already delivered content.
could assist the visitors in virtually manipulating these
compartments, all bytriggering curiosity and enhancing 8. Through the use of the eye-tracking (visual sensing),
interactivity both with the artefact and the system. the system does not only recognize predefined patterns

115
Fig 3. System Architecture and collaborative design process

but also monitors the gaze tracking of the visitor. This 5. The system architecture
provides a tremendous tool that allows the museum In terms of technical architecture, the main technological
professionals to know which are the artifact details a challenge is to develop an adaptive AR system that
visitor is interested in, especially when combined with will be able to adapt the AR content to the current
the use of physiological sensors. behaviour/preferences of a visitor, in order to provide a
highly personalized, AR-enhanced, museum visit. The
9. The monitoring of the interest and engagement adaptation process as introduced by the A2R approach
of the visitors, allows to follow the changes is a challenging one since it includes decisions about
of attitude or feelings of the museum visitors when to adapt the content, the kind of AR content
during a museum visit, so as to better know how to provide (what) and the ways of presenting the
to organize an exhibition or the interpretation content on the AR display. Note that the challenge lies
material (traditional or multimedia) that is being in the complexity of the mentioned decisions since:
delivered. a) these decisions are very interdependent (e.g. the
“how” is influenced by the “when” and “what”)
10. Through the same mechanism, the system has also and b) the way these decisions are to be taken by
the potential of providing important information about the system are the responsibility of different types
each exhibit’s attractive power. of project stakeholders (AR professionals, museum

116
professionals, psychologists) that need to collaborate, display the selected content, based on the visitor context
communicate and share the same vocabulary, making (cf. HOW in the Fig. 3, the responsible stakeholders
thus necessary an all-inclusive and highly collaborative are the AR experts who should define the best possible
design process. The system, which has been developed format of presenting/adapting the audio, video, text
to realize the approach described in this paper, content to be delivered). This information is provided to
consists of several components that are efficiently the visitor, equipped with the optical see-through glasses
combined in order to enable real-time adaptation of and an audio headset as visual and audio AR content.
the information provided to a museum visitor based on A Metadata annotation tool is used for supporting the
the visitor’s current interest. Fig. 3 illustrates the basic process of creating AR metadata required for the A2R
ARtSENSE architecture and the responsibilities for each approach. All components communicate through an
of the decisions related to the adaptation process. Event Bus by publishing and/or subscribing to events.
In the following subsection we introduce the hardware
On the top of the schema are the sensors including including sensors and AR glasses that are used in this
the visual sensors (integrated in the AR glasses), the approach.
acoustic sensors and the biosensors. Sensor adapters
connect to the sensor hardware, collect the sensor data Sensors
and translate it into meaningful sensor events to be
processed by the Interpretation module that is in fact a Visual sensors and AR glasses: To visualize the
CEP (Complex Event Processing) engine. The CEP detects provided AR content special eyeglasses are used
the situations of interests based on predefined patterns in our approach. The glasses have a novel optical
and real-time sensor data (i.e. a specific combination see-through display which is capable of projecting
of the audio, visual and biosensing data). The detection information in the visitor’s field of view, as a virtual
(or lack) of interest will trigger the adaptation process overlay. Additionally the glasses have the ability to
(cf. WHEN in the Fig. 3, the responsible stakeholders track the eye movements. This gaze information
are the project team psychologists who should define the can be used to index the direction of interest for
patterns of behavior that indicate a change in visitor’s the visitor. To be able to calculate the visitors gaze
level of interest), based on the patterns that detect that on an actual watched exhibit, an additional scene
the visitor has expressed an interest (low or high) in the camera is used which is attached to the eyeglasses.
presented part of the artwork. The Recommendation The scene camera can track objects in the field of
module consults the Metadata repository in order to view of the visitor and gives the possibility to assign
select the best possible AR content to be used for the the gaze point of the visitor on the real exhibit.
adaptation (cf. WHAT in the Fig. 3, the responsible
project stakeholders are the museum professionals who Acoustic sensors: Background noises can be common
know which content should be adapted in the case of in the museum environment: people talking, mobiles
change in the visitor’s interest while looking in a work of ringing, crowd, school groups etc. These sounds can
art). Finally, the Executor decides what is the best way to affect and disturb the visitor. Therefore, to determine

117
the interest level of the user to the artwork, it effect on our measures we need to track the user’s
is important to know what is happening in his movements in order to learn the influence on
acoustic proximity. To do so, the acoustic events and measuring a visitor’s interest.
background noise are captured in real-time using a set
of omni-directional electret condenser microphones 6. Conclusions
and a multichannel audio data acquisition unit worn ARtSENSE is a project where CH Cultural Heritage
by the visitor. The digitalized signals are transferred and research institutions have joined efforts to
in real time to the processing unit, which is in charge concretize a revolutionary, emerging technology. This
of applying the signal algorithms. These algorithms novel technology adapts the contents that museum
are divided in three stages. The first one consists of visitors receive according to their psychological state.
detecting the presence of any possible acoustic event To estimate this state, the user is monitored by
that has occurred over the noise level. When a sound means his psychophysiology, acoustic environment
source is detected, the second stage is responsible and gaze patterns. The system will suggest to the
of extracting more information about the event visitor additional contents or action based on his
and determining the level of disturbance. Finally, psychological state and it will give a personalized
the third stage determines if the visitor has turned visit to the museums or CH institutions. The ARtSENSE
towards the acoustic event or not. The result of the device represents a breakthrough in the application
acoustic processing chain is packed as acoustic event. of new technologies to CH institutions and creates
new communication channels between museum
Biosensors: The bio signals are used to help to visitors and artworks.
determine the change in the interest of the visitor.
The purpose of the biosensors is to provide a REFERENCES:
covert and quantitative model of the psychological
state of the visitor, which is dynamic and may be Asensio, M. et al. (2012a): “La “ante-cocina”
represented in near-real time. Our deployment valenciana del Museo Nacional de Artes Decorativas:
focuses on using the following psychophysiological una evaluación frontal para el desarrollo de
measures: (a) heartbeat activity, (b) skin contenidos de un dispositivo de realidad aumentada
conductance and (c) brainwave activity. A big dentro del proyecto europeo ArtSense” in Asensio,
challenge is that physiological signals can be et al., (eds.): Gestión de Audiencias. SIAM. Series
influenced by a variety of affective and cognitive Iberoamericanas de Museología, vol. 3, pp. 203-
processes as well as physical activity (among other 222.
things). While we are interested in detecting the
former, physical activity is a major concern in Asensio, M. et al. (2012b): “Evaluación frontal de
ambulatory psychophysiological evaluation as the los públicos para el desarrollo de contenidos de
user’s posture and level of locomotion will induce realidad aumentada dentro del proyecto europeo
a physiological change. In order to remove this de ARtSENSE” in Empoderar al Visitante. Proceso,

118
progreso, protesta (Actas del 34º Simposio Anual del Media and Humanities. ISMAR-AMH (Atlanta, 5-8
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An Introduction to Augmented Reality and Cultural


Heritage for Curators, Art Historians and Museum Educators
Areti Damala. The Mobiquitous Lab. University of Strathclyde. Glasgow 1

1. Introduction interpretation medium for Cultural Heritage (CH)


institutions has only very recently started to get
The ambition of this contribution is to provide an introduced as an alternative interpretation medium
introduction to AR (Augmented Reality) and Cultural in museums and galleries. Here are some of the
Heritage and offer a cognitive walkthrough for museum questions that I will try to cover in this article:
professionals, art historians, curators, museum How can we define Augmented Reality both as
educators and students in Cultural Heritage and Digital a technology and a medium for creating digital
Cultural Heritage studies. It might also serve as an interpretative applications for the CH domain?
introduction for technologists and engineers seeking Which are the related challenges and advantages
to understand the ways through which AR has been for CH institutions and their visitors? And which
used and tends to be used within Cultural Heritage should be the next steps in order to enable AR
contexts, smart cities, archaeological and historical and other digital technologies to reach their full
sites, museums and galleries. potential?

Though –historically speaking- the beginnings of Prior to providing a definition of Augmented Reality
AR can be traced back to the 1960’s, AR as a new as an emerging technology, we first need to visit and

1 During the project, Areti Damala was part of the staff of the Conservatoire national des arts et métiers. CEDRIC

120
examine the notion and concept of “augmentation”. messages to the museum visitors and implicate the
My professional experience has taught me that the latter cognitively but also emotionally and affectively.
term “AR” still sounds at times strange or alienating As put in a nutshell by a great teacher and scholar
within the context of art, culture, museums and in museum education and visitor studies: “museum
Cultural Heritage institutions. Once one tries however pedagogy is structured firstly through the narratives
to find analogies within existing practices in museum constructed by museums displays and secondly
and art exhibitions it becomes obvious that if the term through the methods used to communicate these
AR is the signifier, then the signified is neither strange narratives” (Hooper-Greenhill, 2000, p. 3). Digital
nor new when it comes to art and museum exhibition technologies in this sense, including AR, are “layering
contexts; this is because, by definition, all museum multisensory elements within the (visitor) experience,
professionals are experts in “augmenting” artworks thereby enriching the quality of the physical context”
and artifacts. (Falk & Dierking, 2008) serving as an additional
interpretation medium that sheds light on the “what”,
Traditionally, museum objects lie at the heart of a “when”, “why”, “how” and “by whom” of every
museum exhibition and often enough constitute the single object that is present in a museum exhibition
most important vehicle for passing on always intended or collection.
messages. Museum objects and artifacts have many
stories to narrate and their careful selection by museum Within this context, Augmented Reality displays and
curators targets to exhibit the most unique, “expressive” interactive applications can provide an additional digital
and rich -in terms of contextual narratives- objects. “augmentation” tool and interpretation medium for
However, museum objects are also mute. This is exactly museum education, entertainment and learning as well
the reason for which museums choose to “augment” as for communication and collaboration both among
the hidden narratives behind exposed museum remote and collocated museum visitors. Furthermore,
objects using a wide range of interpretative media: AR applications today gave the potential to serve as a
from the more traditional text labels, guided tours, springboard for the expansion of the museum outside its
creative workshops, and audio or multimedia tours, walls and into the city.
to more high-tech interactive installations, web-sites,
museum and visitor-generated content disseminated In order to better understand the advantages but also the
through the use of social media, museums today challenges that AR presents for CH, Section 2 focuses on a
tend to become even more open and imaginative as comprehensive, step by step introduction to AR technology
to the ever evolving potential of all traditional and basics adapted for museum and CH professionals. Section
ICT enhanced interpretation tools and strategies. 3, presents a classification of AR applications for museums
With one common, underlying goal: “Augment” the and CH institutions based on the the criterion of AR
narratives museum objects can reveal, restitute part visualization and interaction displays. Section 4 introduces
of the historical, social, economical and artistic context the ARtSENSE project while section 5 presents conclusions,
they initially made part of, communicate strong current challenges and directions for future work.

121
2. Defining Augmented Reality extreme of the Reality - Virtuality continuum” (Milgram
An excellent way to grasp the essence of the term AR et al., 1994).
is by visiting the “Reality - Virtuality Continuum” (Fig.
1), presented in 1994, by Paul Milgram et al. (Milgram The above definition is an important one, since often
et al., 1994). The continuum was introduced as part of enough the terms Mixed Reality, Augmented Reality
an effort for classifying Augmented Reality displays, but or Hybrid Reality, even within CH contexts, are used
also with the goal to promote the understanding of the interchangeably, though referring to the same notion
interrelations between virtual, mixed and Augmented and idea. However and if we want to be both precise and
Reality environments (Fig. 1). concise as to what constitutes and AR application, three
additional requirements must be met in AR applications
(Azuma, 1997). AR applications have to:
- Combine the real and the virtual
- Be interactive in real time
- Be registered in 3D
The first requirement is the fundamental description of AR:
AR applications always combine the real with the virtual.
Fig.1. Milgram’s et al. Mixed Reality Continuum The second requirement complements the definition of
(Milgram et al., 1994)
Azuma from the definition of Milgram as it specifies that
According to the Reality-Virtuality continuum, Mixed the application has to be interactive in real time; this
Reality (MR) environments are characterized by the additional element excludes off-line applications, like
combination of the real with the virtual. So, if the real for example the use of 3D effects in cinematographic
world that surrounds us occupies the left of the continuum productions, from the family of AR applications. Finally,
and Virtual Reality (VR) environments, in which a the third requirement means that in order to successfully
user is totally immersed in a computer-generated, 3D combine in a life-like representation the real with the
environment, occupies the right of the continuum, then virtual in real time, an accurate knowledge of the position
AR can be defined as the overlaying of virtual, computer of the scene and the camera that captures the scene is
generated elements on the real environment with which indispensable. That means that we need to know from
a user, in our case the museum visitor, can interact. In this which position and angle a visitor is viewing the real scene
way, a concrete link is created between the real and the so as to correctly register the augmentations to the physical
virtual with the physical being augmented, enriched and environment or object to be augmented as seen and
supplemented by one or more digital layers, seamlessly observed by the visitor. The augmentation thus is not static
interwoven with the physical environment (Damala, but gets updated every time the viewing angle and position
2009). It is therefore pertinent to define Mixed Reality of the visitor changes. This is a very important feature for
(MR) environments as environments in which “real the acceptance of Augmented Reality applications because
world and virtual world objects are presented together as in contrast with VR applications for CH, where a visitor
within a single display, that is, anywhere between the is totally immersed in a virtual environment, the human

122
Fig. 2. A pipeline for the creation of AR applications,
Fine Arts Museum of Rennes, France (Damala, 2009)

vision system can difficultly tolerate even small registration the complete chain that needs to be followed in order
errors present in AR systems (Azuma, 1993). to arrive to an augmented museum scene. The example
is taken from one of the first mobile AR prototypes ever
From the definitions of Milgram (Milgram et al., 1994) conceived for CH contexts, developed for the Musée des
and Azuma (Azuma, 1993) one can induce some of the Beaux Arts de Rennes, France in 2007 (Damala et al.,
principal components of AR systems. Wearable or portable 2008; Damala, 2009).
input (camera) and interaction devices to interact with
the augmented world are needed, displays in order to 3. Augmented Reality applications
incorporate the virtual data in the physical world or object, for Cultural Heritage: An Overview
data storage and access and of course a computational One of the most important issues in direct relation with
platform for the coordination of the full chain, including the the level and the intensity of the immersion of a museum
tracking and the 3D registration of the real scene. visitor to an AR application is the type of display used for
merging the real with the virtual. Using this criterion, we
Another notion that is useful to visit here is the can distinguish 5 major categories of AR applications for
notion of “tracking”. In order to register to the real Cultural Heritage contexts.
surrounding environment as viewed by the visitor the
“augmentations” correctly, a tracking mechanism is A. Wearable AR systems and displays
needed. This mechanism can usually be decomposed B. Fixed Position Indoor or Outdoor AR installations
in two consecutive steps: Image processing so as to C. Mixed Reality and AR installations
extract some information about the scene viewed and D. AR as a replacement/substitute of real objects
pose estimation. Vision based tracking is the mechanism E1. Mobile Augmented Reality museum applications
through which this can be achieved, either using a E2. Mobile Augmented Reality and New Media Art
marker based approach or by using the natural image
features. More recently, QR codes have also started to 3A. Wearable AR systems and displays
be also (but not exclusively) used for the 3D registration Historically, the first AR applications made use of heavy,
of Augmented Reality scenes. Figure 2 provides as with wearable, head-mounted displays. This is the case of the

123
Fig.3. The Archeoguide project, non-augmented and augmented view of the Hera temple in Olympia
(illustrations extracted from Vlahakis, Ioannidis et al., 2002)

of ancient Greek monuments at the time of their splendor


as we can see in Fig. 3.

The European LIFEPLUS project (2002-2005), can be


considered to be the successor of the ARCHEOGUIDE
project. The main difference between the two projects
was that instead of mainly focusing on ancient
buildings and architecture, LIFEPLUS also “populated”
with virtual humans the archaeological site of Pompeii
so as to assist visitors in visualizing aspects of the
Roman’s everyday life (Fig. 4). As in ARCHEOGUIDE,
Fig. 4: Virtual humans acting in Pompeii archeological site, LIFEPLUS project
the captured video of the real archeological site
(images source: Miralab-Geneva University and Papagiannis et al., 2002) serves as a canvas onto which people, animals and
plants of the roman era co-exist and interact with
European ARCHEOGUIDE project, launched in 2000, each other. The equipment is basically the same as in
which qualifies as the first AR application within an ARCHEOGUIDE: the visitors are equipped with mobile
outdoor, CH environment. ARCHEOGUIDE was designed computing equipment carried on a backpack and
and implemented for the archeological site of Olympia, wear a see-through Head-Mounted-Display (HMD)
in Greece, the site in which the Olympic Games took and headphones. A tracking system determines their
place in Ancient Greece. The main goal of the project was location within the site and audiovisual information is
to the archeological site visitors in understanding how a presented to the visitors superimposed on their current
ruined archeological site would have once looked like. view of the site. In order to render the visualizations
The visitor thus, equipped with a back-pack and a head- more realistic, extensive work was undertaken for the
mounted display could visualize a virtual reconstruction rendering and simulation of the 3D humans (Fig. 4).

124
Fig. 5. The four exhibits used in connect project (Anastopoulou and Sotiriou, 2005)

Another interesting European project belonging in target group of this intervention were children between
the same category is the EU Ecsite-Connect project. 11-13 years old that would explore this way the
The project used AR technologies in order to assist relations between pressure, volume and temperature.
schoolchildren better comprehend several physical Finally the 4th exhibit, the Biotube, came from the
phenomena, planning for activities that would occur Xperiment Huset, Växjö, Sweden and aimed to teach
both in the formal classroom learning environment and students several aspects of photosynthesis (Fig.5a). The
in the informal museum learning environment. The elements appearing on the display the students wore
experiments took place in four countries and involved were manipulated with a wireless mouse (Anastopoulou
the study of interactive exhibits. The first exhibit, Why do & Sotiriou, 2005).
planes fly, came from the Explore-At-Bristol space, in the
UK (Fig. 5c). It aimed to demonstrate the forces acting on As we can see in Fig. 5, the main disadvantage of
airplane wings and was designed for children between these early projects was principally the heavy and bulky
10-16 years old. The 2nd exhibit was the Airtrack, equipment that the visitors needed to wear. The advances
coming from the Museum of Science and Technology of in the field of AR are making available lightweight and
the University of Athens. The exhibit demonstrated some immersive AR displays that have more chances of being
laws of motion, particularly principles relative with the more widely accepted both by the museum visitors as well
phenomenon of friction and was destined to children as by CH institutions. In terms of research challenges and
aged 15-16 years. Its title was What stops things from as in contrast with other types of mobile AR applications
moving? (Fig. 5b). The 3rd exhibit was named What one of the main issues that will have to be addressed
keeps a balloon moving up and down? and was hosted is the issue of interaction with the augmented museum
in the Heureka centre, Vantaa, Finland (Fig. 5d). The environment once the interaction surface disappears.

125
Fig. 6 a, b and c: A. The virtual showcase (Bimber, Encarnacao et al., 2003), B. Ename 974 project
(Owen et al., 2005) and C. y-dreams AR outdoor kiosk (http://www.ydreams.com)

3B. Fixed Position Indoor or Outdoor AR installations visualize on the display of the kiosk the monument
Another distinct type of AR applications for Cultural with augmentations that give a picture of how the
Heritage is this of Fixed Position indoor or outdoor monument would have once been like (Fig.6c).
AR installations. As is the case with the wearable
AR systems examined above, fixed AR applications In an indoor environment, Bimber et al. presented
can also provide extremely meaningful insights the Virtual Showcase, an AR fixed display, conceived
when installed in archaeological or historical parks to allow tracked museum visitors to view stereoscopic
or museums. Fixed AR applications have been tested images of augmented exhibits (Bimber, Encarnacao
at the Ename centre in Belgium (Owen et al., 2005). et al., 2003). The initial scenario was inspired
The system superimposes onto the real scene 3D by paleontology and aimed to show visitors the
reconstructions of the monument as it once was, and steps undertaken by paleontologists to reconstruct
displays the result on a visualization device (Fig.6b). with muscles, soft tissues and bones the skull of a
The same principle is applied in a commercialized dinosaur (Fig. 6a).
system installed in historical and archaeological
sites in Portugal, Brazil, and China (Thomasson, However, regarding the museum environment, the
2006). The term employed for this product is disadvantage of this approach is that it is quite
“Virtual Sightseeing” but in essence the approach invasive in character. In addition, as is also the case
is clearly based on Augmented Reality both in terms with multimedia kiosks installed in museums, this
of metaphor and technology. A booth is placed at a solution demands from the visitors to move from
certain distance from an archeological monument. the original museum display to the multimedia
The user is able to rotate the booth around its installation in order to consult the provided
position like he would do with a telescope and interpretation material.

126
Fig. 7: VITA system: Real view of the excavated site and its MR lab reconstruction (Benko et al., 2004)

3C. Mixed and AR installations also with archeology students who reported that the
This category is examined separately from the previous system helped them to visualize the archeological site
category “Fixed Position AR applications” on purpose, and to easily locate the distribution of the excavated
as it includes systems that: a. borrow both from AR objects in the excavation area (Fig. 7).
and MR applications, b. are multimodal, c. combine
the synchronous use of more than one displays or A similar experience, but this time using only a table
interaction devices. VITA (Visual Interaction Tool for surface and a normal brush as interaction tool, was
Archaeology) is a mixed reality system for the offline created for the Seattle Art Museum as part of the
visualization of an archeological dig (Benko et al., Sichuan China artifact exhibit in collaboration with
2004). The data gathered for the project came from the HITLab in Washington. More than 25 000 visitors
the archeological excavations of Stanford University in participated in this experience (http://www.hitl.
Monte Polizzo in Sicily, using various documentation washington.edu/research/sichuan/).
methods such as 3D laser scanning, video sequences,
panoramic images and high resolution images of 3D. AR as a replacement/substitute of real objects
artifacts discovered during the excavation. The goal This category of AR applications do not supplement
was to collect diverse material for an accurate off-line or augment a physically existing cultural object but
and off-site visualization of the architectural remains, are rather used as a substitute or replacement for real
the digs (and pits), and the objects found as well as objects, often enough because the real object is not
their exact location. For the visualization the system possible to be used or augmented. This kind of solutions
used a tracked, head-worn, see through display and can be usually more low cost and present the advantage
for the interaction with the virtual objects the users that the object to be augmented stays intact.
could use either tracked gloves or a special table
surface on which their gestures could be detected. The An example of the second case is provided by the ARCO
system was then tested not only with archeologists but project (White et al., 2003). Among the goals of the

127
Fig. 8. AR applications used as substitutes of real objects.
Illustrations extracted from (Woods et al., 2004; Liu et al., 2007)

project was the creation of a system that would allow 8b. This group of scientists has also experimented with
museum curators to create exhibitions of objects that are several prototypes of AR books. These can be read as
not displayed in the museum exhibition but stored in a any other normal book, but the use of a similar AR
storage room. This is a realistic case study as the large visor allows virtual characters to jump out of the book
majority of museums around the world cannot afford to and act the story. Another group of researchers also
have on public display all of the objects they possess. experimented with the use of AR for teaching sciences,
This kind of system could allow remote students or but this time in a more formal class environment
researchers to examine 3D replicas of an object without (Fig.8c). The obvious advantage with this kind of
having to be displaced, or school children to have the approach in teaching is that students can progress
impression that they hold and manipulate valuable and advancing at their own pace.
usually very fragile ancient objects. This way, museums
could be assisted in the valorization of all the richness of 3E1. Mobile Augmented Reality museum applications
their collections. In 2009, the proliferation and spread in the use of
smartphones as well as the availability of progressively
Five other innovative applications developed for easier to use authoring tools, like Layar and Junaio, gave
exhibitions and science centers are presented by a tremendous rise in the creation of a new generation
Woods et al. (Woods et al. 2004; Liu et al. 2007). of AR-enabled mobile multimedia museum guides
The SOLAR system, created for the TeManawa science available not only on museum owned mobile devices
center in New Zealand, invites the visitor to try to place but also on the visitors’ own devices.
all planets around the sun in their correct location.
When this is done the planets begin to orbit around The combination of AR features in mobile multimedia
the sun (Fig. 8a-8b). What is very interesting in this museum guides though, has also to be examined
example is that the images used for the final rendering under an additional prism: the prism of the much
of the planets are based on accurate satellite imagery, earlier introduction of digital audio guides as an
allowing visitors to compare the surface of each planet. interpretation medium in the museum setting: from
The visitors can play two by two holding a visor that 1994 onwards the transition from analogue to digital
allows them to see the planets, as shown in Figure audio guides dramatically changed the scenery in

128
Fig. 9. Mobile museum apps (from left to right): A. MyMuseum Application, Louvre (Paris, France); B. Musée du Quai Branly (Paris, France);
C. Yours, Vincent, Van Gogh Museum (Amsterdam, Netherlands); D. Mercedes Museum (Stuttgart, Germany).
(Illustrations extracted from Woods et al., 2004; Liu et al., 2007)

museum education and interpretation as visitors now Given these advances it was only a matter of time
could roam in the content in a non-linear and certainly before AR gets introduced as an orientation, navigation
not predefined way. The new storage capabilities of and interaction design metaphor in mobile multimedia
mobile devices also allowed the creation of thematic guidance systems within the Cultural Heritage domain.
tours and content in different languages. In 1994 Under this scope, mobile AR serves as a tool and a
however, another major breakthrough occurred: metaphor allowing the museum visitors to “scan” the
the Minneapolis Institute of Art released the first environment and locate places, spaces, objects, artifacts
“multimedia” tour using not a digital audio device that are “augmented” with different types of media. A
but an Apple Newton PDA. Until 2005, Nancy Proctor good example is provided by the Phillyhistory.org project,
had listed 101 mobile multimedia museum guides overlaying historic photographs on the current urban
projects (Proctor, 2005). The first candidate platforms landscape of Philadelphia, the ARtours project of the
were PDAs, UMPCs, Tablet PCs as well as standard Stedelijk museum in Amsterdam, the Street Museum
cell phones while the main promise was providing the application of the Museum of London (Fig.10, left) that
visitor not only audio sequences with commentaries overlays views and events that occurred in the past onto
about the viewed artefacts but also rich multimedia today views of London and the Warhol application that
content (animations, video, images, 3D animations). allows to see overlays in the cities where Andy Warhol lived
Fig. 9 features examples of recent mobile multimedia and created artworks. In Spain, the Fundació Joan Miró
tours coming from the MyMuseum app, of the Louvre, proposes a mobile application, with AR functions, allowing
the Musée du Quai Branly free mobile application, visitors and tourists to explore Miro’s Barcelona and works
the mobile application “Yours, Vincent”, released on (Villazán, 2013), (Fig. 10, right).
the occasion of the exhibition The Letters at the Van
Gogh Museum in Amsterdam and finally from the 3E2. Mobile Augmented Reality and New Media Art
mobile application of the Mercedes Benz museum in These last two examples provide also tangible evidence
Stuttgart. that AR has a tremendous potential towards assisting

129
Fig. 10. To the left, The “Street Museum” application of the Museum of London. To the right, snapshot of the Fundació Joan Miró mobile application.

museums, art and Cultural Heritage institutions to artworks were displayed alongside the exposed, physical
further expand beyond the museums’ and galleries artworks exposed in the galleries’ spaces, without the
walls and into the city (McKinley & Damala, 2013). museum being aware of this intervention. When the
And this perspective seems to be challenging and MOMA staff found out, rather than suppressing the
inspiring not only for curators, art theorists and museum news, they decided to disseminate the event using the
professionals around the globe but also for New Media power of social networks, creating thus a great, though
Art and artists (Clay & Rut, 2013); who may now unforeseen event inside the museum’s walls pretty much
narrate us their “tales” of cities, landscapes and urban as a world premiere: an “uninvited” exhibition and an
spaces, both indoor and outdoor, using AR as a creative art “invasion”.
medium, to augment (or sometimes even diminish) our
perception of the real surrounding environment all by 4. The ARtSENSE Project: Adaptive Augmented
revealing to their public interweaved artistic, political, Reality (A²R)
social or philosophical visions. This turnover in terms of
both artistic and curatorial practices was massively and The light-weight mobile applications presented in
publicly observed on October 9th, with the “uninvited” Section 3 contributed to the familiarisation of a large
AR exhibition “We AR in MoMA” that took place at the public with AR in urban spaces as well as in CH contexts.
Museum of Modern Art in New York (Fig. 11). Virtual However coming up both with lightweight, easy to

130
Fig. 11. The “We AR in MoMA” AR exhibition at the Museum of Modern Art,
New York, USA, October 9th 2010 (Sander Veenhof and Mark
Skwarek invitation to the “We AR in MoMA” exhibition, http://www.sndrv.nl/moma/)
in Paris, France, decided to augment the laboratory of
the chemist Antoine-Laurent de Lavoisier (Fig. 12A),
(Damala et al., 2013); the Foundation for Art and
Creative Technology decided to augment the FACT
building, starting with the VIP signature pillar, an
architectural element within the building featuring the
signatures of VIP guest artists that have visited FACT
and provide information on them and on important
events that took place in FACT (Fig. 12B). FACT also
initiated a collaboration (McKinley & Damala, 2013)
use but also immersive AR displays remains a great with the international artists’ collective Manifest.AR
challenge. Time will tell, but it seems that the release (http://manifestarblog.wordpress.com/) a pioneering
of products like Google or Vuzix glasses might also soon Augmented Reality international artists collective.
affect the scenery in the conception and production of
museum AR tours, provided that these displays will get However, apart from introducing AR glasses for museum
to become both affordable and robust for use by public visiting, ARtSENSE also introduced the notion and
institutions on an everyday basis. concept of Adaptive Augmented Reality (A²R). The
ambition of the project was not only to augment the
The ARtSENSE project (2011-2013) targeted the visual and audio perception of an artwork but also
creation of an Augmented Reality guide for three capture and analyze the affective and physiological
Cultural Heritage institutions in Europe: The Museo reactions of museum visitors towards an artwork and
Nacional de Artes Decorativas in Madrid, Spain the augmented materials provided by an AR museum
(http://mnartesdecorativas.mcu.es/), the Musée guide or system, through the use of visual, acoustic and
des arts et métiers, in Paris, France (http://www. physiological wearable sensors (Damala et al., 2013).
arts-et-metiers.net/) and the Foundation for Art and For example, rather than just using visual sensors (in this
Creative Technology, in Liverpool, UK (http://www. case a camera) for tracking, ARtSENSE introduced also
fact.co.uk/). After a series of co-design workshops the use of eye-tracking that would record and analyze the
and activities (Damala & Stojanovic, 2012), both gaze of the visitor on a work of art. A visualization of what
with museum professionals as well as with museum this feature may provide in terms of data visualisation
visitors (MNAD studies article in this volume), all data can be seen in Fig. 12C. In this example and as
three institutions came up with specific artefacts and reported by Hammer et al. (Hammer et al., 2013),
artworks to be augmented. The Museo Nacional de 7381 raw visitors’ gaze samples who tested the system
Artes Decorativas decided to augment the 18th century in the Museo’s Nacional Valencian ante-kitchen are
Valencian ante-kitchen, one of the most emblematic represented as violet spheres. The red spheres on the
works to be presented in the museum (to which this contrary represent 489 fixations, providing valuable
volume is dedicated); the Musée des arts et métiers, data to museum curators and professionals about the

131
Fig. 12. A. Gesture interaction tests at the Musée des arts et métiers (Paris, France); B. Eye-tracking, biosensing and audio content validation at the Foundation
for Art and Creative Technology (Liverpool, UK); C. Visualisation of raw gaze samples and fixations at the Valencian ante-kitchen, Museo Nacional de Artes Decorati-
vas (Madrid, Spain) (Hammer et al., 2013); D. Gesture interaction mock-up, Museo Nacional de Artes Decorativas, (Madrid, Spain) (Damala et al., 2013).

details and elements that most attract the visitors in this experience. The visitor was interacting with the system
case study. Acoustic sensors together with a sophisticated with gesture interaction (Fig. 12D) as the AR glasses
audio annotation tool provided another essential could also detect and recognize gestures as a mean of
feature, recording all noise and audio sources near and interaction with the AR scene and the content provided.
around the visitor and the exposed object and providing Within this context and apart the co-design sessions
valuable information on acoustic events that might occur that occurred in all three museum premises, some first
and disturb the attention of the visitor during the guided tests in order to validate the audio contents but also to
tour. Another important feature regarding acoustics was capture and test the acoustic sensors, the physiological
the possibility to proceed to 3D audio spatialisation; sensors and all visual sensors occurred with 36 visitors
with the system knowing the exact position of the in all three participating museums (Fig. 12 A-C). The
visitor, the figures of the Valencian ante-kitchen could contribution of Dr. Nenad Stojanovic and Ana Cabrera in
come to life and address themselves to the visitors to this volume provides an additional insight and approach
attract his attention. In addition, the audio annotation to the architecture and function of the ARtSENSE system.
tool allowed for a rich indexing and annotation of all
audio and multimedia sequences diffused. The greatest 5. Conclusions and directions for future work
challenge though was the introduction of biological There are bright new challenges and opportunities arising
sensors, targeting to capture physiological reactions, from the use and application of Digital Technologies in
detect different levels of attention and propose to the Cultural Heritage contexts; and this of course includes
visitor content according to each single personal visiting AR applications for Cultural Heritage, that was the

132
main theme covered by this contribution. It would be REFERENCES:
disorientating however not to mention some current
challenges; with the most important one being that, as is Anastopoulou, S. & Sotiriou, S. (eds.) (2005): Connect:
the case with other digital, interactive media for Cultural Designing the Classroom of Tomorrow by using
Heritage contexts, more studies and research is needed Advanced Technnologies to connect formal and informal
as to the added value of these approaches, particularly learningenvironments. Implementation Guide, Athens,
concerning their cognitive and affective impact on the Epinoia S.A.
museum visiting experience, and if possible, through
comparison assessing with other forms of museum Azuma, R. (1997): “A Survey of Augmented Reality” in
education and communication media. As Falk and Presence: Teleoperators and Virtual Environments, n.º 6,
Dierking (Falk & Dierking, 2008) stress out, it is only pp. 355-385.
through this path that we can both “optimize the power
of digital media and substantiate their value”. Benko, H., Ishak, E. & Feiner, S. (2004):
“Collaborative Mixed Reality Visualization of an
Within this framework, ARtSENSE made a Archaeological Excavation” in Proceedings of the
positive new step forward by substantiating and Third IEEE and ACM International Symposium on
conducting research in order to demystify the Mixed and Augmented Reality (ISMAR’04), pp.
complex connections among cognition, emotion 132-140.
and learning within Cultural Heritage contexts by
introducing the concept of Adaptive Augmented Bimber, O., Encarnacao, M. & Schmalstieg, D.
Reality (A²R) all by using the best of both worlds: (2003): “The Virtual Showcase as a new Platform for
humanities and beyond the state of the art devices Augmented Reality Digital Storytelling” in Deisinger,
and technologies. J. & Kunz, A. (eds.) Eurographics Workshop on Virtual
Environments IPT/EGVE’03, 9 pp. (http://citeseerx.ist.
An important part of the extensive and multidisciplinary psu.edu/viewdoc/download;jsessionid=63EA7BAC4
work undertaken for the case study of the Museo Nacional F0A55A6E234843541394FEA?doi=10.1.1.86.42
de Artes Decorativas, is presented in this volume 1. 28&rep=rep1&type=pdf).

1 Acknowledgements:
1. My thanks go to all ARtSENSE consortium members for their full-hearted commitment throughout the full duration of the ARtSENSE
project. Particular thanks both for this initiative and the invitation to contribute to the volume through this study, to the Museo Nacional de
Artes Decorativas staff, in Madrid, Spain and the Spanish Ministry of Education, Culture and Sports.
2. Part of this research was funded by the Seventh Framework Programme of the European Commission FP7 – ICT Call 6 – Project Reference
270318.
3. Special thanks to Ana Cabrera, for setting up and providing a list with useful bibliography in Spanish on Augmented Reality, museums
and Cultural Heritage.

133
Boyer, D. & Marcus, J. (2011): “Implementing Digital interactive Media in Entertainment and Arts, DIMEA
Mobile Augmented Reality Applications for Cultural ‘0. Perth, ACM.
Institutions” in Museums and the Web 2011 (http://
www.museumsandtheweb.com/mw2011/papers/ Mckinley, R. & Damala, A. (2013): “ARtSENSE and
implementing_mobile_augmented_reality_applicat). Manifest.AR: Revisiting Museums in the Public Realm
through Emerging Art Practices” in Museums and the Web
Damala, A. et al. (2008): “Bridging the Gap between 2013 (http://mw2013.museumsandtheweb.com/paper/
the Digital and the Physical: Design and Evaluation of artsense-and-manifest-ar-revisiting-museums-in-the-
a Mobile Augmented Reality Guide for the Museum public-realm-through-emerging-art-practices/).
Visit” in Tsekeridou, S., Cheok, A.D., Giannakis, K. &
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in the Digital Era, vol. 2(1), pp. 117-141. Fellner, D. y Spencer, S. (eds.) VAST 2005, The 6th
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Heritage Professionals’ Motivations and Needs” in ISMAR Portalés, C., Lerma, J. L., & Pérez, C. (2009):
2012 (International Symposium on Mixed and Augmented “Photogrammetry and Augmented Reality for Cultural
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(2002): “ARCHEOGUIDE: Challenges and solutions interactive techniques in Australasia and South East
of a personalized augmented reality guide for Asia, ACM Press.

135
La creación de contenidos para NTICs.
El caso de la cocina valenciana
Isabel María Rodríguez Marco, Ana Cabrera Lafuente y Cristina Villar Fernández.
Museo Nacional de Artes Decorativas

Con este texto, el equipo del Museo Nacional de Artes contenidos, sino que también hemos participado en
Decorativas que ha trabajado en el proyecto de investi- la fase de conceptualización del prototipo de realidad
gación ARtSENSE se propone explicar cuáles han sido los aumentada. Para ello hemos tenido que hacer una re-
retos a los que se ha enfrentado a la hora de elaborar los flexión como institución de lo que somos y de cuáles son
contenidos necesarios para poner en marcha una herra- nuestros objetivos comunicativos. Nos hemos visto obli-
mienta de Realidad Aumentada 1. gados a mirar de un modo distinto al que estamos acos-
tumbrados, poniéndonos en la piel de los visitantes e
Introducción intentando reconstruir los posibles escenarios en los que
la realidad aumentada podría utilizarse. Para el Museo
Desde el inicio del proyecto ARtSENSE en febrero de Nacional de Artes Decorativas esta era la primera vez
20112, el Museo Nacional de Artes Decorativas ha par- que nos enfrentábamos a una tecnología de este tipo3,
ticipado, como usuario final, junto con el Musée des arts lo que ha supuesto tener que aprender muy rápido y,
et métiers de París (http://www.arts-et-metiers.net/) y probablemente, cometer muchos errores, que espera-
el FACT de Liverpool (http://www.fact.co.uk/). Los usua- mos nos ayuden a acometer otros proyectos en el futuro.
rios finales hemos tenido un papel singular: somos las
instituciones en las que se ha evaluado el prototipo que Normalmente, al hablar de creación de contenidos,
se está elaborando, pero además, hemos participado nuestro trabajo consiste en la redacción de textos ex-
desde el principio en el diagnóstico del estado de la plicativos de áreas expositivas y textos específicos sobre
cuestión y en el planteamiento de los casos de estudio piezas, lo que se conoce como paneles de sala y cartelas.
y escenarios para la experimentación (Cabrera et al., A esto habría que sumar otras acciones didácticas que
2012, Damala et al., 2013). Nuestro papel, así como el requieren también de un trabajo de búsqueda, selección
de los otros dos museos mencionados, ha sido bastante y elaboración de información sobre las colecciones del
importante, puesto que no “sólo” hemos suministrado Museo, como son las visitas guiadas, talleres o materia-

1 A lo largo de todo el artículo se reproducen documentos de trabajo del proyecto redactados en inglés que no se han traducido, con intención de
mostrar las dificultades encontradas a la hora de traducir determinados conceptos.
2 Véase la presentación del proyecto de Nenad Stojanovic y Ana Cabrera.
3 Véase el artículo de Areti Damala.

136
les divulgativos como folletos o dossieres. Habitualmen- de la señalización, se ha abordado en fases sucesivas
te, es el técnico que mejor conoce el tema quien redacta la remodelación de soportes y contenidos de la expo-
esta información, aunque a veces contamos también con sición permanente. Por otro lado, se ha hecho un gran
la colaboración de otros especialistas. Antes de poder esfuerzo en actualizar el modo de acercar a los visitantes
poner a disposición de los visitantes esta información, los temas tratados en las exposiciones temporales. Para
debe pasar por las manos de otro técnico del museo, cada caso, se han formado equipos de trabajo en los que
normalmente del departamento de Difusión, con el fin han participado varios técnicos del Museo, pero que en
de resumirla y hacerla más atractiva y comprensible. Al algún caso también han incluido profesionales externos.
realizar este trabajo se han de seleccionar aquellos datos Cuando así ha sido posible, se han realizado estudios de
que resultan más significativos sobre una pieza o que, público con la intención de redactar textos apropiados,
en nuestra opinión, pueden ser más interesantes para en cuanto a contenido, forma y extensión6.
los visitantes. En este punto es obligado hacer referencia
a la importancia que tiene el conocimiento del públi- En el Museo no hemos tenido la oportunidad de realizar
co del Museo y la realización de evaluaciones previas ni siquiera una audioguía (por no hablar de otras herra-
y formativas de los contenidos que se le ofrecen. Si los mientas como las PDA), por lo que no hemos pasado por
técnicos tuvieran la posibilidad de realizar estudios de esa experiencia previa que, probablemente, nos habría
público previos a la preparación definitiva de los conte- sido muy útil en el proyecto que nos ocupa. No podemos
nidos, lograríamos tener una información a disposición afrontar del mismo modo la redacción de un texto para
de los visitantes mejor adaptada a sus intereses y nece- una sala de una exposición o para un catálogo que la
sidades4. elaboración del guión de un audiovisual (VV.AA. 1997,
pp. 105-107). Puntualmente hemos trabajado en pro-
El Museo Nacional de Artes Decorativas ha abordado en ductos de este tipo, pero se ha realizado de manera casi
los últimos años un trabajo de mejora de la comuni- intuitiva puesto que nos ha faltado el apoyo de profesio-
cación con sus públicos (nos encontramos en el Museo nales especializados durante todo el proceso.
con visitantes con características muy diversas, lo que
se va conociendo progresivamente mejor gracias a los En el caso específico del proyecto ARtSENSE, he-
estudios de público realizados5). Aparte de la renovación mos tenido la suerte de trabajar con especialistas

4 Véase el texto de Mikel Asensio et al. en esta publicación.


5 Hasta el momento se han realizado dos estudios de perfil del público del Museo: el primero, realizado por Ángela García Blanco, Eloísa Pérez
Santos y Maria de la O Andonegui, en 1999 (http://www.mcu.es/museos/docs/MC/Laboratorio/Visitantes_museos_1999.pdf) y el segundo, por
el Laboratorio Permanente de Público de Museos en el 2008 (pueden consultarse los resultados en la publicación del Ministerio de Cultura Cono-
ciendo a nuestros visitantes. Estudio de público en museos del Ministerio de Cultura (http://www.calameo.com/read/0000753353221f4d698e2).
6 Véase la metodología de trabajo de la exposición temporal Fascinados por Oriente, expuesta en el Seminario Compartiendo un modelo
de organización de exposiciones: Fascinados por Oriente, celebrado en el Museo Nacional de Artes Decorativas en 2010 (véase la sección
de Noticias de Estrado. Boletín del Museo Nacional de Artes Decorativas, octubre 2010-diciembre 2011: https://www.youtube.com/user/
MNADMadrid

137
de varias disciplinas. El CÉDRIC (Centre d’étude et sino que se ha tenido que forjar un sistema común
de recherche en informatique et communications/ compatible con los requisitos del programa de inte-
Conservatoire national des arts et métiers) ha coor- racción con el visitante (Damala et al. 2013b).
dinado sesiones de diseño participativo en las que
los museos han consensuado con el equipo de in- El equipo del Museo que trabaja en el proyecto tiene
genieros qué pieza del museo debía formar parte de un perfil variado y complementario: la coordinado-
los experimentos, qué tipo de contenidos podían ser ra, jefe del departamento de Documentación, aparte
más apropiados y qué estructura debían tener, entre de conocer bien las colecciones del MNAD, es espe-
otros aspectos fundamentales de la investigación, cialista en tejidos; participan, además, la jefe del
como es la definición del tipo de público al que nos departamento de Conservación y Restauración y una
vamos a dirigir. El CÉDRIC también se ha encargado conservadora habituada a la redacción de textos de
de establecer un sistema de creación de contenidos carácter divulgativo, dada su experiencia previa a
para este prototipo. No era posible que cada museo cargo del departamento de Difusión y Comunicación
utilizara una estructura particular de los contenidos, del MNAD. Por otro lado, el Museo ha contado con la

Fig. 1. Presentación del MNAD para el equipo de ARtSENSE


de una de las piezas del museo (escritorio n.º inventario CE26531).

138
colaboración de la Universidad Autónoma de Madrid lugar, permanecerá expuesta en el museo por mucho
para la realización de la evaluación de los conteni- tiempo, dado que no resulta conveniente su desinsta-
dos que el Museo está suministrando al proyecto. lación desde el punto de vista de su conservación. Por
otro lado, siendo un conjunto de azulejos de cerámica
Al iniciarse el proyecto ARtSENSE, lo primero que tuvimos vidriada, no tendríamos problemas con la exposición
que hacer fue seleccionar un conjunto de piezas idóneas a la luz de la sala durante las pruebas con el proto-
para el uso de la realidad aumentada. Se eligieron: una tipo ni tendríamos que establecer especiales medidas
pieza de diseño con clara influencia oriental, un escrito- de seguridad. Todos estos aspectos no son baladíes,
rio con un programa iconográfico complejo (Fig. 1) y la puesto que la utilización del prototipo en otras salas
llamada “cocina valenciana”, una sala completamente con piezas expuestas sin vitrina podía resultar muy
cubierta de azulejos, del último cuarto del siglo XVIII. problemática, ya que está compuesto por distintos
En esta elección pensábamos en las posibilidades que componentes (gafas, auriculares, cinturón, mochila)
podría ofrecer la realidad aumentada para una mejor conectados mediante cables.
contextualización de las piezas. Nos parecía muy intere-
sante poder recrear el aspecto original de las obras, que Junto con esas razones de tipo práctico, nos decidimos
muchas veces llegan hasta nuestros días muy alteradas. por la cocina por su riqueza iconográfica, dándonos la
Pero también podríamos mostrar el proceso de construc- posibilidad de abordar temas muy variados y que se
ción o detalles difíciles de apreciar o invisibles para el pueden adaptar a distintos tipos de público, ya que uno
visitante (Cabrera et al. 2012). de los atractivos del proyecto ARtSENSE es la capacidad
de adaptación de los contenidos al interés del visitan-
La selección de la pieza con la que iríamos a traba- te en cada momento (Damala et al. 2012). Esta sala
jar en el proyecto fue el fruto de varias sesiones de funciona como una plataforma de contenidos sobre la
trabajo de los miembros del consorcio (Damala et al. vida cotidiana de finales del XVIII: nos encontramos con
2012, 2013a). Teníamos muchos puntos positivos personajes que por su indumentaria y acciones pertene-
que inclinaron la balanza hacia la cocina. En primer cen a diversas clases sociales, objetos de lo más variado

Fig. 2. Piezas de la colección del MNAD: jícara (CE09641),


mancerina (CE05395) y salvilla (CE11094).
139
relacionados con la cocina y la mesa, alimentos frescos temente, esta información no podía servirnos, dado que
y preparados, animales vivos y muertos, etc. Se trata Domus, en principio, no está concebido para servir como
de una habitación completa, que facilita las posibili- plataforma de difusión, aunque algunos de los campos
dades de recreación tridimensional, como por ejemplo, de la ficha tengan visibilidad en el catálogo web del
mostrar una figura de la cocina despegarse del muro y museo7 (Fig. 4). Existía por tanto una diferencia muy
tomar vida gracias a la Realidad Aumentada. A través importante en lo que entendíamos unos u otros por con-
del prototipo de ARtSENSE, teníamos la oportunidad de tenidos cuando estamos pensando en una herramienta
interrelacionar visualmente objetos y personajes repre- destinada al público que visita un museo.
sentados en la cocina y/o presentes en la colección del
museo (Fig. 2), utilizar imágenes 3D, suministrar diver- Nuestra primera tarea fue, por tanto, explicar la
sas narraciones y diálogos que nos permitieran explicar necesidad que existía de concebir nuevos conteni-
la funcionalidad de los objetos representados, cómo se dos que se adaptaran al contexto de la visita con
vestía en aquella época, cómo eran las relaciones socia- el prototipo de ARtSENSE. Asimismo, los museos
les, qué se comía y cómo se elaboraba, etc. que participamos en el consorcio llamamos la
atención sobre la necesidad de definir un público
Cuando el consorcio celebró su primera reunión de tra- sobre el que trabajar y que de alguna manera fue-
bajo, los ingenieros informáticos tenían la idea de que ra comparable con el público habitual de nuestros
el prototipo podría suministrar los contenidos al visitante museos. Se hizo evidente que las tres instituciones
desde nuestra base de datos (Domus) (Fig. 3). Eviden- que participábamos éramos muy diferentes, tanto
por el perfil de visitante, como por el tipo de colec-
Fig. 3. Ficha de fondos museográficos de Domus (Sistema Integrado de ciones, edificio e instalaciones, lo que se ha con-
Documentación y Gestión Museográfica).
vertido en un valor añadido del proyecto (Damala
et al. 2012).

En el proyecto se planteó que el tipo de visitantes


al que nos dirigiríamos sería público adulto. En un
principio, dejábamos fuera a menores de edad y
a ancianos, ya que el prototipo con el que traba-
jaríamos estaría compuesto de varios dispositivos
de cierto peso y volumen que dificultaría la visita
a ese tipo de visitantes. Pero, aparte de la edad,
no fijamos más características, por lo que a la hora
de preparar los contenidos teníamos que pensar

7 El catálogo del museo (http://martesdecorativas) está integrado en el catálogo de colecciones de los museos de España, CER.es, que a su vez
participa en Europeana, el portal digital de las colecciones de los archivos, bibliotecas y museos europeos.

140
Fig. 4. Catálogo web del Museo

en que nos debíamos adaptar a diversos perfiles: El seminario sobre la cocina valenciana
público con distintos niveles de formación, mayor o
menor conocimiento de historia del arte y distinta Recopilamos la información que existía en el Museo so-
actitud frente a un dispositivo de realidad aumen- bre la cocina9 y nos fuimos dando cuenta de que era
tada. Los museos que participamos en el proyecto necesario contar con especialistas sobre este tipo de
estábamos interesados en probar el prototipo con creaciones, ya que la bibliografía al respecto es escasa
visitantes jóvenes y adolescentes, pero el hecho y está muy dispersa. De ahí que se organizara un semi-
de que la experimentación se debiera hacer con nario en el museo, celebrado el 3 de octubre de 2011,
mayores de edad, por razones deontológicas, nos con la presencia de Jack de Beurville (Vicepresidente de
lo ha impedido8. Además, teníamos que tener en la Asociación de Amigos del Musée national de la céra-
cuenta que los visitantes con los que íbamos a rea- mique de Sèvres), Carmen Abad Zardoya (Universidad
lizar la evaluación del prototipo no debían haber de Zaragoza), Jaume Coll (Director del Museo Nacional
visto ya las piezas seleccionadas. de Cerámica de Valencia) y Manuel Alonso Santos (in-

8 De todas formas, el proyecto ARtSENSE tiene como objetivo lograr que el prototipo se adapte a las necesidades de cualquier tipo de visitante,
incluyendo niños.
9 En 1998 Isabel Ramos Gutiérrez redactó un texto sobre la cocina valenciana del museo con motivo de la actividad divulgativa “La pieza del
mes” (diciembre de 1998). Este texto puede consultarse en la biblioteca del museo.

141
Fig. 5. Seminario sobre la cocina valenciana del MNAD.

vestigador independiente), siendo esta publicación fruto nos referimos. En su exposición realizó un repaso
del mismo. por la evolución de la decoración de las cocinas en
Valencia en los siglos XVIII y XIX, por la técnica de
El programa incluyó distintos puntos de vista. Jack de Beu- fabricación de los azulejos y señaló las principales
rville realizó un panorama de las cocinas de este tipo que fábricas.
se conservan en el área valenciana y subrayó su excep-
cionalidad. Entre 1760/65 y 1830, aproximadamente, Carmen Abad Zardoya habló del refresco o agasa-
se produce un fenómeno particular, y es que en casonas jo que se ofrecía con motivo de celebraciones de
o palacetes de familias burguesas se decoran las cocinas todo tipo en las casas del siglo XVIII, en el que se
con azulejos pintados que recubren los muros de arriba servían tanto alimentos dulces como salados y con
abajo con representaciones de damas, sirvientes y esclavos una ordenación estricta del servicio, los tiempos y
negros en escenas en las que se sirven dulces y chocolate. los espacios donde se desarrolla en función del gé-
Funcionarían como símbolo de riqueza de sus propietarios, nero y de la jerarquía de los invitados. En su expo-
que buscaban un reconocimiento social. Jack de Beurville sición hizo mención especial de cómo se preparaba
se refirió a las pinturas murales de las villas romanas como y cómo se servía el chocolate. En la cocina que
un posible antecedente de estas decoraciones. conserva el museo se ven representados muchos
de los alimentos de los que disfrutaban los invi-
Jaume Coll dejó claro que estas cocinas eran un tados en estos espléndidos agasajos que podemos
lugar de representación social en la época a la que reconstruir gracias al apoyo de numerosas fuentes

142
Fig. 6. Degustación del arrope de Beniganim durante el seminario.
las claves que nos permitan entender mejor el conjunto
y poder encontrar vías de comunicación con el público
acerca del mismo. La principal conclusión a la que se lle-
gó fue que la entrada actual a la cocina no coincide con
la que tendría en origen, que estaría donde actualmente
hay una ventana que da a un patio interior del museo.
Lo que se vería al entrar sería el panel que se ha elegido
para el proyecto, allí donde se representa a la dueña
de la casa. A su vez, la entrada que se usa ahora sería
una puerta de comunicación para los servidores más que
para los dueños y sus invitados.

Como resultado de este seminario, el Museo cuenta


con un material muy amplio y rico sobre distintos
aspectos de la cocina, que en adelante denominare-
mos antecocina, pues así se concluyó en el semina-
rio, que este espacio en realidad no era una cocina
como tal, sino una sala diferenciada de aquella, en
la que se terminaban de preparar los platos y que
a veces servía como espacio para finalizar las re-
recogidas por la autora. Los asistentes al semina- uniones con los amigos o familiares más íntimos.
rio tuvimos la suerte, además, de poder degustar A partir de toda esa información, en el Museo nos
el arrope de Beniganim, preparado por la autora vimos obligados a seleccionar aquellos aspectos que
siguiendo las recetas de la época. nos parecían más relevantes o más apropiados para
tratar con el dispositivo de Realidad Aumentada del
Por último, Manuel Alonso realizó un recorrido por proyecto.
los alimentos, utensilios y personajes representados
en la cocina del museo. Además, señaló las diferen- La creación de contenidos para el proyecto ARtSENSE
cias que se han podido observar entre el montaje de
los azulejos en el museo y su disposición original en Los contenidos que el Museo ha ido redactando a
el edificio de donde proceden. lo largo del desarrollo del proyecto sobre la ante-
cocina valenciana han sido de características muy
Una vez finalizadas las ponencias, el seminario continuó variadas y han respondido a las necesidades que
por la tarde con una sesión a puerta cerrada en la cocina nos planteaba el equipo de ingenieros. Lo primero
del museo, con un debate entre los técnicos del museo que hicimos fue una tabla con los distintos tipos de
y los especialistas convocados, con el objetivo de hallar contenidos que podíamos ofrecer al visitante sobre

143
Fig. 7. Puntos de interés del panel de la antecocina valenciana del Museo (documento de trabajo del proyecto)

nuestra pieza: imágenes, vídeos, explicaciones, cer recorridos, se decidió agrupar los contenidos en torno
narraciones, música, sonidos, teatralizaciones, a tres conceptos:
etc. De esta manera, se les hizo ver que no sólo - Escena: la totalidad de la pieza o espacio selec-
podíamos suministrar textos o imágenes fijas, los cionado por el museo para servir de espacio de ex-
soportes comunicativos con los que habitualmente perimentación (el panel principal de la antecocina
trabajamos. valenciana).
- Sub-escena: parte de la pieza que tiene un conte-
Por otro lado, los miembros del consorcio debíamos fijar nido per se (una zona de la pared).
un vocabulario común, para lo cual el documento ela- - Punto de interés: parte física de la sub-
borado por la Dra. Damala (CÉDRIC) nos ha servido de escena de la que podemos dar contenido (la
guía10. Dada la complejidad de las piezas seleccionadas criada con la bandeja de jícaras de chocolate,
por los museos participantes y la posibilidad de estable- por ejemplo).

10 Defining and Refining the Notion of “Content”, CNAM-A, octubre 2011 (documento de trabajo del Work Package 1 del Proyecto ARtSENSE).

144
Fig. 8 a y b. Diagramas de flujos de los contenidos sobre la antecocina valenciana.(Documento de trabajo del equipo del MNAD, para el proyecto, en inglés)

145
Fig.8 c. Diagrama de flujos de los contenidos sobre la antecocina valenciana. (Documento de trabajo del equipo del MNAD, para el proyecto, en inglés)

Con esta organización in mente comenzamos a trabajar su nivel de interés (contenido narrativo, histórico o
en la antecocina, tras decidir que no se experimentaría contextual).
con toda la antecocina sino con la pared principal, y se
definieron las distintas sub-escenas. Para organizar la información que estábamos ge-
nerando, se crearon por un lado unidades de con-
Para cada una de ellas se estableció una relación de tenido, es decir, contenido digital (audio, vídeo,
contenidos y unos diagramas de flujos (flowcharts) imagen) que puede ser servido al visitante a través
que podían darse entre los mismos. Se definieron del prototipo y, por otro, bloques de contenidos,
tres tipos de contenidos: histórico, contextual y grupo de unidades de contenido relacionadas con
narrativo, que se suministrarían en función de los el mismo punto de interés.
intereses del visitante. Los diagramas de flujos se
desarrollaron teniendo siempre presente que todos Además, se crearon unas fichas con los posibles tipos de
los visitantes accederían a un contenido mínimo: la metadatos o contenidos.
explicación de lo que era esta habitación y dónde
estaba. A partir de esta introducción obligatoria el Todo este material, junto con el suministrado por los
visitante, según dónde mirara, recibiría más con- otros dos museos, ha servido para la elaboración de una
tenidos, e incluso, de distinto tipo dependiendo de herramienta de “anotación” de las piezas, llamada Me-

146
Fig. 9. Relación de temas que se desarrollarían cuando el visitante mostrara interés por determinadas palabras clave.

Annotated word Keywords

Spanish history, Bourbon dinasty, change of taste,


18th century
leisure

Tile kitchen Spain, pottery, palaces

Valencia city, Spain, port, Mediterranean Sea

pottery, Islam tradition, kitchen, fabrication techni-


Tiles
ques

society and culture, social stratification,


Aristocrat household
lady, servants
Fresh food diet, Mediterranean food, recipes

Holy Virgin of Carmen religion, sailors

drink, discover of America, arrival of new materials


Chocolate
and food, fashion

Evening chocolate meeting, fashion, women

Lady women status, social stratification

African servant colonies, social stratification and differences

silk, mantilla, high headdress, fan, jewellery (ea-


18th century fashion
rrings, necklace) French influences

Pet animal, fashion, Lady, leisure

object, servant, tableware, table protocol,


Tray
fabrication techniques
object, tableware, table protocol,
Dishes
fabrication techniques
Wig fashion, headdress, French influences

Ice sorbet food, starter, dessert

Cakes food, dessert, tea or chocolate cakes


object, tableware, table protocol,
Footed dish
fabrication techniques
Tableware objects table protocol, fabrication techniques

147
Fig. 10. Información sobre la antecocina con palabras clave sobre las que ésta se desarrollaría.

Extra Audio information: also metadata

Extra visual and text information (photos of pieces similar to the ones dipicted
at the kitchen)

The visitor goes up to the fourth floor and, while he is breathing after this
climbing he will see the device that woud be in a portable station at the the first
room of the floor. He will read some instructions and see an indication that will
point to the kitchen.
He would probably look around the kitchen and will have a general view. We
expect that he would need some information. So, he will follow the instructions
of using the device. He will hear a voice that will explain him briefly what is
what he is looking at.

(Kitchen general description)

This is a late 18th century tiled kitchen from a palace in Valencia (a city and
port of the Mediterranean sea in Spain).

Would you like to know more about this kitchen?


Yes/no

The kitchen is built with more than 1600 tiles, made in pottery and decorated
with painted scenes of the everyday life of an aristocratic household.

This kind of kitchen is typical from Valencia city (Google maps) and most of
them are nowadays disappeared.

The kitchen is depicting different scenes of daily life in an important household.

You can see the servant back from the market with fresh food as eels,
artichokes etc. (foto)

Also you have the well under the protection of the Holy Virgin of Carmen, the
Virgin of the sailors (foto) . This is very common because is also a protection
against the fevers as cholera.

The principal scene describes the preparations for an evening tea or party (but
with chocolate, not tea) that the Lady of the house will serve to her friends in
this kitchen. This room is a special kitchen because it is used as a social place
for female parties.

About our scene you can see the Lady of the house looking at you, and
supervising the preparations of the evening chocolate.

The visitor would see in the “screen” this questions:


Would you like to know more about….

148
Fig. 11. Esquema de metadatos.

149
tadata Annotation Tool, que permite que, en función del sus ojos se dirigían fundamentalmente a los alimen-
interés del visitante y de su interacción con la realidad tos y objetos de cocina. Al escuchar el audio, dado
aumentada, éste acceda a unos contenidos concretos que en este se describían con detalle los personajes
(Damala et al. 2013b). que aparecen representados, los visitantes centra-
ban su atención en estos últimos. En consecuencia,
En junio de 2012 se realizó la primera evaluación procuramos que los textos que realizáramos hicieran
del prototipo, exactamente del seguimiento ocular alusión clara a aquellos elementos que queríamos
(eye-tracking) y del programa de suministro de los resaltar de la pieza.
contenidos de audio (Audio Annotation Tool). Para
ello, preparamos una explicación breve de la an- Aparte del trabajo con los miembros del consorcio,
tecocina. En total, el conjunto de pistas de audio para elaborar los contenidos hemos contado con los
tenía una duración de algo menos de seis minutos. resultados de las evaluaciones realizadas por el equi-
El hecho de que se fuera a probar el seguimiento po de la Universidad Autónoma de Madrid, que nos
ocular nos obligó, de alguna manera, a pensar en han proporcionado datos muy interesantes acerca de
la cocina como una superficie decorada por la que cómo interpreta el público lo que ve en la cocina y
iba a transitar la mirada del visitante, en vez de cómo los contenidos que el Museo ha preparado no
introducirnos de lleno en la vida de los personajes siempre coinciden con lo que les gustaría a los visi-
que allí aparecen o en la escena que está descri- tantes que se les contara acerca de esta pieza. Una de
biéndose en el panel seleccionado. La información las conclusiones a las que hemos llegado tras las eva-
tendría que referirse en todo momento a puntos de luaciones realizadas es que además de una narración
interés perfectamente delimitados, de manera que con contenidos sobre el contexto histórico, artístico o
el dispositivo pudiera suministrar adecuadamente social, tenemos que elaborar una serie de contenidos
los contenidos, en función del lugar al que estuvie- en donde los efectos de audio (desde música a un bre-
ra mirando el visitante. Este texto sobre la cocina ve diálogo entre las figuras) y la imagen ayuden a
se concibió como introducción necesaria para que que lo contado (o la información) sea más accesible
el visitante pudiera después seleccionar después y envolvente.
otros contenidos en función de su curiosidad e in-
tereses. Conclusiones

Durante este primera evaluación del prototipo de En España, hasta el momento, la Realidad Aumen-
ARtSENSE (Hammer et al. 2013), pudimos compro- tada se ha utilizado en contextos arqueológicos o
bar hacia qué puntos fijaban la atención los visitan- tecnológicos, pero no en un museo como el MNAD,
tes cuando no tenían ningún tipo de explicación y por lo que para nosotros ha sido un reto importante
cómo cambiaba esta atención al escuchar la expli- trabajar en este proyecto, puesto que no contábamos
cación de la pieza mediante auriculares. En primer con referencias o ejemplos que pudieran servirnos de
lugar, cuando se les dejaba que miraran libremente, ejemplo.

150
La antecocina valenciana ha sido para el consorcio tipo de contenidos el que más atraería a nuestro
un caso de estudio que ha permitido poder aplicar público.
con mayor facilidad determinados elementos del
prototipo, como el seguimiento ocular o la detec- BIBLIOGRAFÍA
ción de la posición del visitante en relación con
la pieza, debido a la bidimensionalidad del panel Alonso, M. (2011): Vida cotidiana en el siglo XVIII:
seleccionado. Sin embargo, la elección de un único la cocina valenciana del MNAD (Pieza del Mes de
panel no resulta fácil de explicar a los visitantes, que noviembre y diciembre de 2011), Museo Nacional
contemplan ese panel principal en relación con el de Artes Decorativas/Ministerio de Cultura, Madrid.
resto de paredes de la sala. La elección de una parte Versión en inglés en pdf (http://www.ARtSENSE.
de un conjunto debe estudiarse con detenimiento, eu/wp-content/uploads/data/tilekitchen_english.
puesto que desde el punto de vista comunicativo re- pdf)
sulta problemático. También lo es el hecho de haber
elegido precisamente una pieza tan rica puesto que Asensio, M. y Pol, E. (2005): “Evaluación de exposicio-
los focos y niveles de interés son tan numerosos que nes” en Santacana, J. y Serrat, N. (coords.), Museogra-
resulta necesario establecer una jerarquía clara, lo fía didáctica, Ariel, Barcelona, pp. 527-632.
cual no siempre es fácil.
Asensio, M. y Asenjo, E. (eds.) (2011): Lazos de luz
Constituye una modificación esencial del modo azul. Museos y Tecnologías 1, 2 y 3.0, Editorial UOC,
de enfrentarnos a la creación de contenidos el Barcelona.
hecho de que estamos trabajando con una tec-
nología que permite utilizar varios tipos de pla- Asensio, M. et al. (2012a): “La “re-cocina” va-
taformas (multimedia, audio, efectos de audio lenciana del Museo Nacional de Artes Decorati-
e imágenes) a la vez y que van a ser servidos vas: una evaluación frontal para el desarrollo de
simultáneamente a la contemplación de la pieza contenidos de un dispositivo de realidad aumen-
por parte del visitante. tada dentro del proyecto europeo ARtSENSE” en
Asensio, M. et al. (eds.): Gestión de Audiencias.
Tras toda esta experiencia, hemos comprobado SIAM. Series Iberoamericanas de Museología, 3
que antes de poder trabajar con un dispositivo (3), Universidad Autónoma de Madrid, Madrid,
tecnológico es necesario haber realizado todo un pp. 203-222.
estudio previo de visitantes, contando de antema-
no con una información sobre lo que puede comu- Asensio, M. et al. (2012b): “Evaluación frontal de
nicarse mejor a través de un dispositivo concreto los públicos para el desarrollo de contenidos de
como es el de ARtSENSE. La Realidad Aumentada realidad aumentada dentro del proyecto europeo
puede ayudarnos a comunicar aquellas historias de ARtSENSE” en Empowering the Visitor: Process,
que contienen los objetos y es precisamente este Progress, Protest/Responsabiliser le visiteur: proces-

151
sus, progrès, contestation/Empoderar al Visitante. Damala, A. et al., (2013b): “Exploring the Affective
Proceso, progreso, protesta (Actas del 34º Simpo- Museum Visiting Experience: Adaptive Augmented
sio Anual del ICOFOM. Comité Internacional para la Reality (A2R) and Cultural Heritage” en Internatio-
museología del ICOM. Túnez. 1-3 noviembre 2012), nal Journal of Heritage in the Digital Era, 1 (2), pp.
pp. 47-62. 118-140.

Cabrera, A. et al. (2012): “El Proyecto de Investiga- Hammer, J.H., Maurus, M. y Beyerer, J. (2013):
ción Europeo ARtSENSE sobre el uso de la realidad “ Real Time 3D Gaze Analysis in Mobile Appli-
aumentada en educación patrimonial: evaluación de cations” en Proceedings of Eye Tracking, South
contenidos de la “(re)cocina” valenciana del Museo Africa, Cape Town, 29-31 (August 2013), pp.
Nacional de Artes Decorativas, en Fontal, O., Balles- 75-78.
teros, P. y Domingo, M. (eds.): Primer Congreso Inter-
nacional de Educación Patrimonial. Mirando a Europa: Villar, C. et al. (2012): “Realidad Aumentada apli-
estado de la cuestión y perspectivas de futuro, Instituto cada al patrimonio museístico: el proyecto europeo
de Patrimonio Cultural Español/Ministerio de Cultura, ARtSENSE” en Asensio, M. et al., (eds.): Gestión de
Madrid, pp. 281-291. Audiencias. SIAM. Series Iberoamericanas de Mu-
seología, 3 (3), Universidad Autónoma de Madrid,
Damala, A. y Stojanovic, N. (2012): “Tailoring the Madrid, pp. 191-200.
Adaptive Augmented Reality (A2R) Museum Visit:
Identifying Cultural Heritage Professionals, Motiva- VV.AA. (1997): Patrimoine et multimédia. Le
tions and Needs” en 2012 IEEE International Sym- rôle du conservateur, La Documentation Françai-
posium on Mixed and Augmented Reality- Arts, Media se, París (actas del coloquio celebrado en el Bi-
and Humanities. ISMAR-AMH (Atlanta, 5-8 de no- blioteca Nacional de Francia. 23-25 de octubre
viembre de 2012), pp. 71-80. de 1996).

Damala, A. et al. (2013a): “Adaptive Augmented Re- Xu, Y. et al. (2012): “An Approach for using Complex
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Ioannides, M. et al. (eds.), Progress in Cultural Heritage Cultural Heritage Domain” en Proceedings of the 6th
Preservation (actas del congreso EuroMed 2012, Le- ACM International Conference on Distributed Event-
mesos, Chipre, 29 octubre-3 de noviembre de 2012), Based System (DEBS ’12, Berlín, 16-20 de julio de
LNCS 7616, pp. 746–755. 2012), pp. 139-148.

152
Cómo aprender disfrutando de la Cocina Valenciana:
un modelo de evaluación para el diseño
de dispositivos de Realidad Aumentada
Mikel Asensio, Yone Castro y Elena Asenjo. Universidad Autónoma de Madrid
Elena Pol, Juan Antonio Rodríguez y Paula Paredes. Interpretart
Ana Cabrera, Isabel Rodríguez y Cristina Villar. Museo Nacional de Artes Decorativas

1-. El diseño de mediadores comunicativos próximo sexenio de la Unión Europea, la exten-


sión del disfrute del Patrimonio a públicos cada
El patrimonio precisa de una labor eficaz de me- vez más diversos que involucran al conjunto de
diación (Davallon y Flon, 2013) que garantice la ciudadanía es un parámetro de calidad de las
la conexión entre contenidos disciplinares alta- sociedades democráticas (Programa Horizonte
mente complejos y sus públicos, tanto en museos 2014-2020 de la Unión Europea).
pequeños (Klinger y Graft, 2012), como en mu-
seos grandes o redes de museos (Aidelman et al., El primer problema es que tan solo un porcentaje
2013). Los espacios modernos de presentación mínimo de los asistentes a museos o yacimientos
del patrimonio están dirigidos a capas cada vez son especialistas en los contenidos artísticos o
más amplias de ciudadanos. El objetivo ideal, científicos que se presentan. En las evaluaciones
socialmente reconocido, es que el patrimonio realizadas, el porcentaje de participantes con cono-
se presente para todos los públicos. Se pretende cimientos suficientes del mensaje expositivo suele
que todo tipo de personas se deleiten, disfruten, ser menor de un 1 % en los museos o yacimientos
comprendan y aprendan contenidos relacionados importantes (en los museos pequeños aumenta,
con la cultura material e intangible seleccionada pero es raro que pase de un 3%, y si pasa es aún
en dichos espacios, con el fin último explícito de más preocupante, porque suele querer decir que se
que contribuya a su valoración y conservación. El trata de museos frecuentados solo por unos pocos
mecanismo básico implícito es que cuanto más especialistas). Incluso si incluimos a los públicos
se conoce más se valora y cuanto más se valora iniciados y no solamente a los que por formación
más se integra en los mecanismos identitarios y o profesión estén ligados a dichos contenidos, el
en la memoria, por lo que se supone que aumen- porcentaje sigue siendo muy pequeño (por debajo
ta el compromiso con su custodia (Weil, 1990; siempre del 5 %. Esto quiere decir que el grado de
Asensio y Pol, 2013). En la declaración para el pericia (‘expertise’) de la inmensa mayoría de los

153
Fig. 1. Del Modelo Clásico al Modelo
Renovado de la mediación del Patrimonio.
asistentes a una demostración patrimonial es muy
bajo y que deben ser considerados como novatos
genéricos en dichos contenidos, a pesar de que su
nivel de formación en otras disciplinas sea alto.

La literatua de expertos-novatos y la literatura de


“estudios de visitantes” (visitor studies) son coinci-
dentes al insistir en la necesidad de una mediación
comunicativa eficaz entre el conocimiento experto
de las disciplinas de referencia y los conocimientos
previos del espectador o visitante (Fig.1). En este
caso, el concepto de ‘mediación’ coincide con el con-
cepto de ‘transposición didáctica’ proveniente del
ámbito educativo y que ha sido fundamental para jado de los museos tradicionales (Anderson, 2004;
entender las adecuaciones que debemos realizar en- MacDonald, 2006).
tre el conocimiento experto (el de las disciplinas) y
el conocimiento de las personas de diferente nivel 2-. Los dispositivos de Realidad Aumentada
instruccional en los distintos niveles educativos. La
inexistencia de esta mediación explicaría gran parte El Museo Nacional de Artes Decorativas (MNAD) es
de los problemas de comprensión y aprendizaje que miembro del proyecto europeo ARtSENSE, Augmented
se presentan en la mayoría de los espacios de pre- Reality Supported adaptative and personalized Expe-
sentación del patrimonio. rience in a museum based on processing real-time
Sensor Events (Experiencia adaptativa y personalizada
La propia presentación del patrimonio es en sí misma de Realidad Aumentada dentro de un museo, basada
una mediación. Cuando se toma la decisión de pre- en el procesamiento de eventos sensoriales en tiempo
sentar el patrimonio in situ o en un museo, o cuando real)1. Se trata de un proyecto del Séptimo Programa
se eligen determinadas adecuaciones arquitectóni- Marco de la Comisión Europea, en el que participan
cas o se escoge una u otra tipología de museografía, tres museos y seis instituciones europeas de investi-
supone ya una toma de decisiones en el proceso de gación2. La Universidad Autónoma de Madrid ha fun-
mediación. Además, la presentación del patrimonio cionado como asesora del MNAD en dicho proyecto.
se enmarca en un conjunto de decisiones políticas y Su objetivo principal es la construcción de un dispo-
sociales que dirigen la intención de dicha mediación, sitivo de realidad aumentada basado en un prototipo
en un nuevo concepto de museo, cada vez más ale- de gafas que combine tres tipos de sensores: visuales

1 Proyecto 270318 del programa Digital Libraries and Digital Preservation (2011).
2 Ver el capítulo de N. Stojanovic y A. Cabrera en este mismo libro.

154
(seguimiento ocular), sonoros (efectos de audio) y bio- que permite implementar en tiempo real imágenes de
fisiológicos (mediante bio-sensores). video y audio, que la persona percibe integradas en su
campo natural de visión y audición5.
El MNAD es un museo nacional, de enorme tradición
(Villalba y Cabrera, 2006), sujeto a las ventajas y ser- La diferencia entre un dispositivo de realidad aumentada
vidumbres habituales de este tipo de museos (Knell et (Augmented Reality, a parir de ahora AR) y uno de reali-
al., 2011). El MNAD dispone de una larga colección dad virtual (Virtual Reality, a partir de ahora VR) es la in-
que permite desarrollar una exposición permanente y tegración de los estímulos reales presentes en el escenario,
un amplio conjunto de exposiciones temporales (ver la (Economou y Pujol, 2007). La AR parte precisamente de
programación en la página web del museo3. esta integración entre realidad material y apoyo interpre-
tativo (Fundación Telefónica, 2011). La AR resulta espe-
El proyecto persigue la creación del prototipo de un cialmente interesante para los espacios de presentación
dispositivo de realidad aumentada (en forma de unas de patrimonio (Fig. 2). Entre sus ventajas podemos citar,
gafas), que permita al visitante de un museo recibir in- primero, su carácter de conexión entre la cultura material
formación complementaria sobre el mensaje expositivo y apoyos comunicativos no presentes en el escenario, lo
ya presente en la exposición. Cada uno de los tres mu- que amplía exponencialmente las posibilidades de media-
seos socios del proyecto seleccionó un espacio expositivo,
piezas o conjuntos de piezas, para aplicar el dispositivo Fig. 2. Ventajas y desventajas de la AR en la presentación del patrimonio.
de realidad aumentada.

En el caso del MNAD se eligió la ante-cocina valenciana,


como pieza de conjunto emblemática del museo, que
dispone de un espacio propio, singular y diferenciado,
con un mensaje expositivo coherente, y, en principio,
atractivo para los visitantes4.

La ante-cocina valenciana cumple con las condiciones


de un ‘escenario’ para el desarrollo de contenidos que
puedan implementarse en el prototipo de realidad au-
mentada. A priori, un dispositivo de gafas de realidad
aumentada (‘AR device’) es un mediador tecnológico

3 Ver la programación en la página web del museo (mnartesdecorativas.mcu.es)


4 Una visita virtual a la ante-cocina valenciana puede verse en http://mnartesdecorativas.mcu.es/VisitaVirtual/cocina.html
5 Ver en este mismo libro el capítulo de Rodríguez, Villar y Cabrera.

155
ción. Segundo, la AR tiene un intrusismo mínimo en el analógico clásico), y una dudosa sostenibilidad, debido a
escenario patrimonial, lo que permite que el patrimonio la caducidad propia de la tecnología.
quede libre de mediadores comunicativos, con lo que se
evita uno de los problemas clásicos de la inclusión de estos Existen unas diferencias muy notables en la consideración
elementos en las exposiciones de patrimonio, que consistía de la evaluación en distintas áreas tecnológicas. Por ejem-
en la pérdida de deleite estético e interpretativo a partir plo, en aeronáutica o en la industria del automóvil existe
exclusivamente de la cultura material. Tercero, la AR per- una larguísima y profunda cultura de la evaluación en el
mite la incorporación de un amplio conjunto de formatos proceso de planificación y diseño de los dispositivos (Nor-
de mediación, incluyendo por supuesto todos los formatos man, 2010; 2013). La evaluación no se da en la misma
tradicionales (texto, audio, imágenes, video). Cuarto, la AR medida en dispositivos informáticos o de telefonía móvil,
precisa de una adecuación museográfica mínima (control y es muy escasa en dispositivos de realidad virtual o de
de la iluminación, del sonido, y de la disposición de la realidad aumentada (Carreras, 2009). Los dispositivos di-
colección y las unidades expositivas), lo cual compensa sus gitales de aprendizaje (ubiquitous learning devices) suelen
gastos de inversión. Y en quinto lugar, la AR comparte con evaluarse de manera muy superficial y con un enfoque
la VR un alto grado de atractividad “natural”, demostrado meramente economicista basado en el producto.
en numerosas evaluaciones de dispositivos tecnológicos
(Asensio y Asenjo, 2011). Según Kim y Baek (2007) la evaluación de dispositivos
tecnológicos (en el contexto de ubiquitous learning) debería
En el extremo opuesto, la AR presenta un conjunto de des- girar en torno a tres supuestos previos: 1) incluir un conjun-
ventajas o problemas asociados. El primero es su carácter to amplio de diferentes actores (stakeholders) interesados
experimental, aún muy poco desarrollado, lo que le con- en el uso y gestión del dispositivo (que en el contexto del
ferirá aún por bastante tiempo un estilo muy tentativo. El museo estaría formado por un abanico amplio de usuarios:
segundo problema es la complejidad de su diseño ya que visitantes, conservadores, expertos en los contenidos, guías
la propia amplitud de posibles formatos hace más com- o monitores, educadores, maestros, gestores, diseñadores,
plicada la selección de contenidos, tanto desde el punto ingenieros, etc.) (Johnson et al., 2009); 2) prestar atención
de vista semántico (coordinar diferentes mensajes en dife- tanto al proceso (planificación e implementación), como a
rentes formatos), sintáctico (coordinar su secuenciación) y los productos y sus resultados; y 3) diversificar las técnicas y
pragmático (controlar su usabilidad). El tercero es que el los métodos de evaluación (cuantitativos y cualitativos).
conjunto de efectos facilitadores y dificultadores propios del
formato (affordances) resultan aún prácticamente desco- La mayor parte de las evaluaciones de dispositivos móviles
nocidos (en este caso todavía más, ya que la AR se coloca de aprendizaje suelen limitarse a un control de calidad y
en un plano de meta-formato porque sensu stricto es un un seguimiento (monitoring) de las características técnicas
sistema de formatos). Finalmente, en cuarto lugar, la AR del dispositivo. El problema de estos controles es que no
presenta el inconveniente habitual de los recursos tecno- son evaluaciones propiamente dichas porque suelen co-
lógicos: una considerable inversión inicial (por lo general meter al menos una de estas limitaciones: suelen realizar-
sustancialmente más alta que un recurso museográfico se por expertos, generalmente ligados al propio desarrollo

156
del prototipo; no suelen incluir estudios de usabilidad por to del museo como escenario activo (McRainey y Ruyssik,
usuarios finales aleatorizados y diversificados; suelen se- 2010; Nettles y Balter, 2011; Marcus, Stoddard y Wood-
guir un protocolo estándar que habitualmente repasa las ward, 2012). En segundo, lugar los estudios recientes
características técnicas del dispositivo. sobre el aprendizaje que utiliza las nuevas tecnologías
como formato básico de mediación, el llamado e-lear-
La investigación de la realidad aumentada se inscribe en ning (Horton, 2012), y más concretamente los estudios
la imparable incorporación de la tecnología al mundo de mobile learning (Sharples et al. 2007., Ibáñez et al.,
de los museos y el patrimonio (Forte, 2010; Katz et al., 2012; Tallon, 2012) y ubiquitous learning (Cope y Kaln-
2011; Beale, 2011). La incorporación de la tecnología tzis, 2009; Liu y Hwang, 2010; Hwang y Tsai, 2011). En
al ámbito de la interpretación o mediación del patrimo- nuestro entorno, varias tesis recientes han revisado estos
nio precisa de un modelo de transmisión de conocimien- ámbitos, por ejemplo Vicent (2013) o Manzini (2013).
to. Es decir, nosotros tenemos que presuponer qué tipo
de procesos pondrá en marcha una persona para proce- En muchas definiciones el centro de atención es la tec-
sar la información presentada en el dispositivo, cómo el nología, sin embargo, lo interesante es superar esta
sujeto percibe, procesa y reelabora la información. Por visión tecnológica y centrarse en las experiencias com-
tanto, precisamos de un modelo de las competencias y plejas teniendo en cuenta lo que supone el concepto
habilidades, de los sesgos y restricciones, y de los deseos de ubicuidad, y es precisamente caer en la cuenta de
y preferencias de las personas, teniendo en cuenta que que se puede generar aprendizaje en cualquier lugar,
no todas ellas son iguales, ni tienen el mismo nivel de en cualquier momento y facilitando que el aprendizaje
conocimientos, competencia, experiencia y tendencias sea posible en cualquier contexto social sin necesidad
emocionales (Packers, 2008). de ajuste a programas o espacios concretos y en base a
los intereses y necesidades de los usuarios, que se con-
En general, el marco que utiliza la mediación o interpre- vierten en agentes activos de su propio conocimiento en
tación del patrimonio suele ser un modelo muy intuitivo constante evolución (Proctor, 2011; Filippini y Bowen,
de una manera muy clásica de procesar información que 2008). Kukulska-Hulme et al. (2009) recientemente
podríamos identificar con las teorías más tradicionales incluyen los museos y contextos de aprendizaje informal
de la memoria y el aprendizaje humanos. Sin embargo, como espacio en el que desarrollar programas de este
nuestros planteamientos sobre cómo procesamos la infor- tipo de aprendizaje, por lo que poco a poco este tipo de
mación, cómo comprendemos y cómo aprendemos, han espacios se están convirtiendo en contextos habituales
cambiado mucho en los últimos años. Dos son los marcos de aplicación, evaluación y desarrollo de los ejes del
teóricos más directamente relacionados con este tema. aprendizaje contextualizado y aprendizaje motivado en
De una parte, los modernos estudios sobre la enseñanza museos y patrimonio (tanto en contextos más formales
y el aprendizaje de las didácticas específicas, en nuestro Lave, 1991; Gardner, 1992; Schauble y Glaser, 1996;
caso más directamente de la enseñanza de la historia Rogoff, 2012; como en contextos más informales: Scre-
(Carretero, Asensio y Rodríguez, 2012) y la educación ven, 1974; Heimling y Falk, 2009; Falk y Dierking,
patrimonial (Estepa, 2013), especialmente en el contex- 2013).

157
Además, el avance de la tecnología virtual y aumenta- son capaces de mejorar y maximizar la experiencia de
da nos permite expandir el uso de herramientas de alta aprendizaje, y aprovecha de manera óptima la experi-
innovación a los campos de aprendizaje y educación, mentación con las construcciones geométricas mejorando
una vía más de explotación de la versatilidad y atractivo las capacidades espaciales. Mediante este tipo de proyec-
de la tecnología en la creación de entornos inmersivos tos se intenta expandir el uso de los sistemas de AR en la
de aprendizaje. Azuma et al. (2001) definían la rea- enseñanza y su integración en los contextos de aprendi-
lidad aumentada como un “suplemento” añadido al zaje formal. Algunos proyectos llevan una dirección más
mundo real generado de manera virtual a través de una centrada en contextos informales de aprendizaje como el
computadora. Los objetos que aparecen, coexisten en el programa ARCO (Augmented Representation of Cultural
mismo espacio que los objetos del mundo real, y por lo Objects) que tiene como objetivo desarrollar la tecnología
tanto en tiempo real y de forma interactiva solapando AR para fomentar la creación y la digitalización virtual
características del mundo real y el virtual. En un conti- de objetos culturales con el fin de trascender el contexto
nuo entre el mundo real y el mundo virtual, la realidad de exposición, tanto fuera del museo mediante el acceso
aumentada estaría un paso por detrás de la virtualidad a las piezas a través de diversos canales comunicativos
aumentada y el entorno virtual. Kaufmann (2004) nos que permiten la virtualidad, como dentro del museo
aporta la visión de que la AR es posiblemente utilizada “mejorando” y aumentando la realidad presente. Una
para proporcionar a los usuarios móviles la posibilidad descripción más detallada y una evaluación preliminar
de moverse libremente con la visión necesaria. Y es que del proyecto pueden verse en Sylaiou et al., (2009) y
no existe una tecnología capaz de solventar todos los estudios de mejora de las posibilidades de la AR en la
problemas, sino que como dice el propio Kaufmann, es presentación de guías interactivas en T. Miyashita et al.
de suma importancia que las necesidades del usuario se (2008). Algunos autores hablan de RAM como “Visores
ajusten a las necesidades de mediación con el cataliza- de Realidad Aumentada para Museos” (Gutiérrez et al.,
dor tecnológico en sus diversas formas. 2011) por lo que podemos tomar conciencia de la acogi-
da de este tipo de dispositivos en los museos. Un proyecto
Existen numerosos programas que procuran la expansión significativo fue desarrollado por el Human Interface Te-
de la AR en entornos educativos, como por ejemplo el chnology Laboratory con el Magic Book (Billinghurst et
desarrollo de una herramienta de aprendizaje colabora- al., 2001) o los proyectos desarrollados por Virtualware
tivo basado en AR y diseñado específicamente para la dentro del programa Eskola 2.0 diseñado para la imple-
enseñanza de las matemáticas y geometría denominado mentación de la tecnología AR en la enseñanza de las
Construct3D, que se basa en el sistema móvil de cola- ciencias o la aplicación del Real Jardín Botánico, La Cueva
boración AR Studierstube (ver http://www.icg.tugraz. del Tiempo (en Atapuerca, dentro del proyecto V-Must, de
at/project/studierstube). Autores relacionados con este la Red de Excelencia de la UE) y más proyectos que pue-
proyecto, cuyas publicaciones están accesibles en el link den verse en http://virtualwaregroup.com/c/proyectos/.
que está indicado, como por ejemplo, Part et al., (2012); Además, en http://augmentedreality.org/ pueden verse
Tatzgern et al., (2013) reportan que el desarrollo de los también algunos de los eventos y proyectos relacionados
sistemas de AR implementados en proyectos educativos con la AR más actuales.

158
Algunos estudios como el de Wojciechowski et al. tizar el empleo de sistemas interactivos que tienen en
(2004) comienzan a expandir el uso de la tecnología cuenta al usuario desde el primer momento, en relación
AR en museos para construir y administrar los museos al contexto de uso de la tecnología.
virtuales y presentar exposiciones que utilizan la AR en
su discurso museístico. Uno de los filones principales de La usabilidad experta no debería ser el pilar central del
aplicación de AR en museos es la construcción de mode- diseño de dispositivos, sino el propio usuario final de
los 3D de objetos y piezas, así como la creación de mu- la tecnología. Desde los últimos años, algunos estudios
seos y exposiciones virtuales. Estudios recientes apoyan como los citados de Hix et al., (1999) y Gabbard et al.,
la idea de que la AR permite a los visitantes del museo (1997) suponen un salto en el enfoque tecnocéntrico del
interactuar con el contenido expositivo de manera más diseño de dispositivos para diseñar experiencias comple-
intuitiva y facilitando la creación de contextos más atrac- tas que faciliten al usuario el diálogo con la interfaz
tivos de aprendizaje. Como afirman Wojciechowski et al. digital creando entornos digitales adaptados al propio
(2004): “el sistema debe ofrecer a los visitantes del usuario, como Garrett (2002), Abras et al. (2004), los
museo una interfaz hombre-máquina intuitivo basado trabajos fundamentales de Norman y Draper (1986),
en metáforas conocidas. Los usuarios deberían ser capa- y el propio Norman, (1986; 2004). Para Abras et al.
ces de interactuar con contenidos digitales fácilmente y, (2004) el diseño centrado en el usuario es un término
naturalmente, como pueden interactuar con los objetos amplio para describir y recoger todos aquellos procesos
en el mundo real”. de diseño en los que los usuarios finales se incluyen de
alguna manera, por lo que están implicados en estos
En relación a lo anterior, nos parece importante remar- diseños desde el comienzo. Algunos autores como Gra-
car que nuestra investigación sigue el enfoque del diseño nollers y Lorés (2004) aplican nuevos conceptos para
centrado en el usuario, en nuestro caso en el visitante, medir la usabilidad de los sistemas interactivos a través
Van Velsen et al., 2011). Para una visión general de del concepto de Esfuerzo de Usabilidad, que se refiere a
este enfoque de ergonomía cognitiva pueden verse los un método que valora la usabilidad teniendo en cuenta
libros de Donald Norman (1988; 1990; 1999; 2007; tanto el diseño centrado en el usuario como el esfuer-
2013). Hix et al., (1999) nos hablan del gran potencial zo del equipo de desarrollo durante la implementación
visual de la percepción realista en el tipo de aplicaciones del sistema. Una revisión interesante en relación a la
tecnológicas que venimos comentando. El diseño cen- importancia del diseño de los diferentes displays es la
trado en el usuario es aplicado por estos autores en tres propuesta por Austin (2009). En suma, podemos en-
tipos de evaluación de la usabilidad: la evaluación heu- tender el diseño centrado en el usuario y su relevancia
rística del experto, la evaluación formativa y la evalua- atendiendo a su característica esencial, que asume que
ción sumativa. Gabbard et al. (1997) explican en uno el proceso de desarrollo y diseño de los dispositivos tec-
de sus artículos que la evaluación centrada en el usuario nológicos, en sus diversas formas, ha de estar guiado
supone un proceso empírico de evaluación que se centra por las necesidades, objetivos, conocimientos y carac-
en el usuario durante todo el desarrollo de creación de terísticas del usuario, involucrándolo desde el primer
programas y sistemas tecnológicos con el fin de garan- momento y durante todo el desarrollo de los diversos

159
proyectos, con el fin último de mejorar la herramientas aspectos relacionados con la ergonomía (Lillo, 2000)
tecnológicas tanto como la experiencia que producen. y el uso que hacen del diseño expositivo los visitantes
(Asensio y Pol, 2005), pero sin olvidar el resto de los
La mayor parte de las evaluaciones que se han llevado a aspectos recogidos en la evaluación frontal. La tercera
cabo en museos sobre temas de interactividad en las nuevas fase, denominada evaluación sumativa (summative
tecnologías se han centrado en la utilización de WEBs (Voor- evaluation), es una de las fases más importantes, ya
veld et al., 2011; Coursaris y Sung, 2012; Fang, 2012; Sun que nos permite medir cómo está funcionando el pro-
y Hsu, 2012). Incluso una parte de nuestros propios trabajos grama en términos de uso, impacto y comportamiento
han versado sobre estos temas (Ibáñez et al., 2012). La con- de los visitantes en la exposición real, preservando una
clusión fundamental es que la mayor parte de estas webs elevada validez ecológica. De este modo, aparte de
utilizan aún mecanismos muy simples de información y muy poder evaluar los mismos parámetros que en las fases
pocas estrategias 2 y 3.0 (Asensio y Asenjo, 2011). anteriores (fase frontal y formativa), podemos obtener
datos importantes sobre qué es lo que funciona mejor
3-. Metodología de la investigación y peor de una exposición, y cómo puede arreglarse y
mejorarse. Algunos autores han propuesto una fase
3.1- Diseño de la investigación / Diseño de Evaluación complementaria, la evaluación remedial (remedial
evaluation), centrada en aspectos correctivos.
El esquema de evaluación seguiría las tres fases prin-
cipales de evaluación que son habituales para cual- Las fases de evaluación van parejas a las de construc-
quier exposición o parte de la misma (entendiendo ción del dispositivo tecnológico (Fig. 3), de modo que el
que un dispositivo tecnológico es un recurso más de la prototipo debe estar construido al final de la fase previa,
exposición), siguiendo el marco clásico propuesto en acompañando la evaluación formativa a su construcción,
los estudios de evaluación de exposiciones (Screven, al final de la cual estará terminado el dispositivo para
1990; 1993; 1986; 1996; Bitgood, 2011; Asensio su implementación generalizada y/o comercialización,
y Pol, 2001, 2005). La primera fase es la evalua- momento en el que se podrá realizar una evaluación
ción previa o frontal (front-end evaluation), donde se sumativa de las experiencias concretas de aplicación.
evalúan aspectos relacionados con los conocimientos
previos, ideas, expectativas y motivaciones del visitan- Las tres fases de la evaluación afectan a tres focos
te y del museo (Dierking y Pollock, 1998), prestando principales de contenidos (Fig. 4). El primero es la
especial atención a las concepciones erróneas con las selección de los contenidos patrimoniales que com-
que habrá que trabajar desde el primer momento para pondrán el mensaje expositivo. El segundo es el pro-
conseguir un mensaje expositivo legible y un cambio pio dispositivo digital, sus características y funcio-
conceptual significativo. La segunda fase, denomina- namiento. El tercero es el conocimiento del usuario,
da evaluación formativa (formative evaluation), se lle- entendido de manera amplia tanto intelectual como
va a cabo mientras se diseña y desarrolla la exposición emocional. Los tres focos son relativamente inde-
(Borun y Korn, 1999), poniendo especial interés en pendientes, aunque deben ir coordinados.

160
Fig. 3. Esquema de las fases y los principales focos de evaluación. Fig. 4. Diagrama completo de todas las fases de la evaluación.

Contenidos
Prototipo del Conocimientos
y Mensaje
Dispositivo de los Usuarios
Patrimonial

Evaluación previa SELECCIÓN DIMENSIONES CONOCIMIENTOS

Evaluación
DISCIMINACIÓN USABILIDAD NARRATIVAS
Formativa

Evaluación
PUESTA EN VALOR EFICIENCIA MENSAJES
Sumativa

Tradicionalmente, suele distinguirse entre dos nes psicológicas ecológicamente válidas deberían
métodos generales de investigación, la metodo- cumplir con tres condiciones: a) deben mantener
logía cuantitativa y la metodología cualitativa la integridad de las situaciones de la vida real que
(Flick, 2007b; Angrosino, 2012), que nos lleva quieren investigar, b) deben ser fieles a los contex-
a la elección de determinadas técnicas que a su tos culturales y sociales más amplios de los cuales
vez nos permite determinados tipos de análisis con provienen los sujetos, c) deben mantener una cierta
distintos tratamientos. Hoy en día nadie niega la consistencia entre la deficinión de la situación hecha
necesidad de que se compaginen y complementen por los participantes y definiciones conceptuales im-
metodologías cualitativas y cuantitativas, especial- plícitas y explícitas de los investigadores (Cole, Hole
mente cuando los problemas son suficientemente y McDermont, 2002). La llamada ‘validez ecológi-
complejos, lo cual ocurre siempre en el diseño de ca’ se refiere al modo de diseñar la investigación,
dispositivos tecnológicos en el ámbito de la pre- de seleccionar a los participantes, a las situaciones
sentación del patrimonio. donde se recogen los resultados, y también al modo
en que estos se analizan. La investigación no puede
Sin embargo, muy a menudo la falsa dicotomía realizarse solamente con situaciones y contextos ale-
entre los cualitativo y lo cuantitativo esconde y jados de la realidad en que se dan estas actividades
confunde una diferenciación entre el enfoque ex- (González Labra, 2012). Por su parte, el enfoque
perimental (tradicionalmente más cuantitativo) y experimental, basado en una concepción episte-
el enfoque ecológico (tradicionalmente también mológica neopositivista, defiende el análisis como
con un énfasis mucho mayor en lo cualitativo). herramienta heurística fundamental, lo que valida
situaciones de laboratorio, descontextualizadas de
El concepto de validez ecológica tiene una gran la vida cotidiana, que no tienen en cuenta los con-
tradición en investigación (Lewin, 1935), pero fue textos sociales y culturales en las que se producen,
Bronferbrenner (1979) quien lo puso en el primer y los participantes suelen ser ciegos o al menos no
plano de la investigación contemporánea en cien- tiene por qué existir una sintonía entre la conside-
cias humanas y sociales. Para él las investigacio- ración de los usuarios y de los planificadores de la

161
Fig. 5. Cuadro resumen de la planificación de las tareas de evaluación en el MNAD.

Temas principales de Participantes


Evaluación Frontal Tipo de técnica Fases de la Tarea Método
evaluación Target Audience

TAREA 1: Cualitativa Experiencia en el Ambos: Intereses, motivacio- Guías voluntarios del


Conocimiento Poten- museo no estructu- - Observación nes, conocimientos museo
cial Previo Evaluación pragmáti- rada. - Entrevista semi- previos, teorías alter-
(PPKT-1) ca (en contexto real) (sólo pos-test) estructurada nativas, capacidades Profesores
de aprendizaje
TAREA 2: Cualitativa Pre-Test Ambos: Intereses, motivacio- Escolares (primero de
Conocimiento Visita Guiada - Observación nes, conocimientos bachillerato).
Potencial Evaluación pragmáti- Post-Test - Entrevista semi- previos, teorías alter-
inducido ca (en contexto real) estructurada nativas, capacidades Visitantes reales.
(IPKT-2) de aprendizaje
*Usando SIPP

TAREA 3: Cualitativa Pre-Test Ambos: Intereses, motivacio- Perfiles diversificados


Conocimiento Exposición - Observación. nes, conocimientos
Potencial Evaluación pragmáti- contextualizada - Entrevista semi- previos, teorías alter-
Sugerido ca (en contexto real) Post-Test estructurada nativas, capacidades
(SPKT-3) de aprendizaje
*Usando SIPP

evaluación (Silverman, 2010). Todo ello deriva del esta fase y para este foco se desarrollaron tres tareas
convencimiento sobre la conveniencia de realizar de evaluación: la TAREA 1: sobre Conocimiento Po-
investigaciones que sean ecológicamente válidas, o tencial Previo (PPKT-1, en sus siglas en inglés); la TA-
que al menos compaginen métodos experimentales REA 2: Conocimiento Potencial Inducido (IPKT-2); y la
y métodos ecológicos. En nuestra opinión, la inves- TAREA 3: Conocimiento Potencial Sugerido (SPKT-3).
tigación de realidades complejas debe desarrollar Las características de las tres tareas se describen en el
una sensibilidad metodológica que incluya trabajos cuadro que aparece en el cuadro de la Fig. 5.
de campo (casi antropológicos), estudios cuasi-
experimentales que simulan actividades en situa- Muestra: En la Fig. 6 se describe la muestra o los partici-
ciones más controladas, y estudios experimentales, pantes en la evaluación. La selección de los participantes
que descomponen analíticamente dimensiones de la fue en su mayoría aleatoria, el MNAD hizo un llama-
actividad para ser estudiados en situaciones estan- miento general y la mayoría de los asistentes fueron de
darizadas y muy controladas. primera visita. Se tomaron muestras representativas de
los universos correspondientes, excepto en el caso de los
Una vez visto el diseño general, en este capítulo nos guías del museo, que se trabajó con toda la población.
vamos a centrar en la evaluación del conocimiento del La Evaluación Frontal se desarrolló durante el 2º semes-
usuario y en la primera fase, la evaluación frontal. En tre del 2011 y el 1º semestre de 2012.

162
Fig. 6. Cuadro resumen de la planificación de las tareas de evaluación en el MNAD.

Tarea N Tipo de Muestra


63 Guías voluntarios del museo
PPKT-1 Jóvenes titulados en Magisterio y estudiantes de postgrado.
80 Jóvenes y Estudiantes de Bachillerato.
IPKT-2
Visitantes reales del MNAD
SPKT-3 142 Visitantes reales del MNAD
285 Muestra total.

Material: La secuencia de las tres tareas responde a tres ni- ra. La evaluación se complementó con observación no
veles sucesivos de profundidad en el uso del conocimiento estructurada del desarrollo de la tarea. Este cuestionario
potencial por parte de los usuarios: Conocimientos Previos cumple las funciones de una entrevista semi-estructura-
(activados por las personas de manera espontánea); Cono- da con preguntas abiertas y semi-abiertas sobre mate-
cimientos Inducidos (activados por las personas a partir de rial gráfico de la ante-cocina.
una cierta estimulación indirecta); y Conocimientos Sugeri-
dos (activados a partir de sugerencias explícitas y directas). La TAREA 2: Conocimiento Potencial Inducido (IPKT-2).
IPKT-2 con respecto a PPKT-1 supone una nueva situa-
La TAREA 1: sobre Conocimiento Potencial Previo (PPKT- ción cuasi-experimental de pre-test / post-test, en la que
1). Al principio de la evaluación se diseñó esta tarea los grupos recibían en medio una visita guiada a cargo
correspondiente a una experiencia en el museo no es- de un especialista dentro del programa de “La Pieza del
tructurada. Se compone de un post-test con el que se Mes”, desarrollada entre noviembre y diciembre de 2011
miden los intereses y las motivaciones de los visitantes, por Manuel Alonso Santos. Además, esta tarea supone
los conocimientos previos y las teorías alternativas (que un cambio metodológico con respecto a PPKT-1, pues se
provienen del bagaje previo de los participantes), así utilizó el Sistema de Participación de Públicos como me-
como la capacidad de aprendizaje. Esta técnica es prin- todología de evaluación, que comentaremos brevemente
cipalmente cualitativa y se desarrolla en el contexto real en líneas posteriores (Flick, 2007ª). En IPKT2 se incluyen
de la ante-cocina con el fin de recoger la mayor cantidad
posible de datos. Se llevó a cabo con una muestra de 63
personas compuesta por guías voluntarios del museo y
profesores. Éstos no recibieron ningún tipo de charla ni
visita guiada sobre la ante-cocina. Mediante un cues-
tionario abierto se preguntó sobre los personajes que
aparecen representados, los objetos que les parecen más
extraños, sus dudas acerca de los diferentes elementos
representados, las interpretaciones que hacen sobre las
representaciones que les sugieren las imágenes, etcéte-
Fig.7. Foto de la tarea 1: Conocimiento Potencial Previo (PPKT-1)

163
Fig.8. Foto de la tarea 2: Conocimiento Potencial Inducido (IPKT-2)
diferentes semillas de cacao tostado y sin tostar, de polvo de
chocolate, etc.) y a través de la relación de la ante-cocina
con la cultura material contextualizando la actividad con di-
ferentes piezas de las que disponía el museo, como jícaras
y mancerinas; también se contó con un metate y algunas
imágenes en las que se trabajaba la relación de la cocina
con otras piezas del museo. En la evaluación se incluyeron
varias preguntas acerca de la ante-cocina que han sido parte
de la tarea de IPKT-2, como por ejemplo, cuál de estos per-
sonajes ha llamado más su atención, en qué año se sitúa
más de treinta preguntas de diversa temática, como por aproximadamente la ante-cocina en una línea temporal.
ejemplo el contexto cultural de la ante-cocina, cuestiones Se elaboraron preguntas sobre todo encaminadas a medir
sobre la situación temporal de la ante-cocina o sobre los los intereses previos y las motivaciones de los visitantes. Las
objetos y personajes. Lo que se evalúa principalmente son preguntas sobre conocimientos, posteriores a la visita, se
los intereses y las motivaciones de los visitantes, sus co- elaboraron con la pretensión de evaluar si los visitantes eran
nocimientos previos (en el pre-test) y la existencia o no capaces de contextualizar los diferentes tipos de chocolates
de teorías alternativas, y la capacidad de aprendizaje de en la época de la ante-cocina; se evaluaron conocimientos
los visitantes (en el post-test). La muestra que realizó la sobre la temporalidad de la ante-cocina, y se evaluó a su
tarea fue de 80 participantes, compuesta por escolares de vez la atención de los visitantes durante la explicación de los
primero de bachillerato y visitantes reales. guías. La evaluación se llevó a cabo a través de una mis-
ma tarea fraccionada por la cata de chocolates. La muestra
La TAREA 3: Conocimiento Potencial Sugerido (SPKT-3). que realizó la tarea se compone de 142 participantes, com-
SPKT-3 con respecto a PPKT-1 e IPKT-2 introduce la no- puesta por visitantes reales. Todos ellos acudieron a visitar la
vedad de la experiencia única del chocolate. En esta tarea Fig.9. Foto de la tarea 3: Conocimiento Potencial Sugerido (SPKT-3)
los diferentes grupos recibieron una visita guiada a la ante-
cocina que trataba sobre aspectos del contexto general de la
ante-cocina y aspectos más concretos como la indumentaria
de finales del XVIII, la alimentación y los pozos de nieve,
la importancia del chocolate y otras cocinas valencianas
similares. Del chocolate se trató su proceso de elaboración,
curiosidades y modos de tomarlo contextualizándolo con las
sociedades valencianas de la época a través de la música (se
tocó la zanfona), de la indumentaria (se trabajó con vestidos
de hombre y mujer realizados sobre patrones de época, que
los visitantes podían tocar e incluso probarse), del tacto y el
olfato (pues se permitió a los visitantes experimentar y tocar

164
ante-cocina Valenciana en la actividad del MNAD “En torno través de gráficos, lo que es muy útil a la hora de trabajar las
al Chocolate”, que se llevó a cabo en el museo durante los concepciones erróneas con los participantes e insistir en ellas.
meses de febrero y marzo de 2012. Además, el sistema SIPP es más rápido, y permite recoger
muchos más datos en tiempo reducido que, por ejemplo,
Para la recogida de datos se utilizó el SIPP (Sistema de Parti- un cuestionario de lápiz y papel. En esta investigación uti-
cipación de Públicos) (Asensio et al., 2011), una herramien- lizamos el sistema SIPP tanto en IPKT2 como SPKT3 como
ta compuesta por un hardware conectado al ordenador, que herramienta de evaluación. En el caso de SPKT3 el diseño
dispone de un receptor de señal que se conecta vía USB y re- fue un poco especial, ya que se preparó y pensó la tarea para
cibe las señales de los mandos, con los que los participantes que la evaluación fuera de carácter participativo y quedara
contestan a una serie de ítems propuestos, que pueden ver inserta en la propia dinámica de la actividad en medio de
en la pantalla de televisión conectada al ordenador. Existen una cata de chocolate.
varios tipos de sistemas, con mandos diferentes y más o me-
nos preparados para resolver determinadas situaciones pero, 3.2-. Algunos resultados de las tres tareas de la Eva-
por lo general, todos ellos son factibles hablando en términos luación Previa
de accesibilidad y usabilidad. Su dinámica es similar a la de
los programas televisivos en los que los participantes pueden 3.2.1- Distribución de la Saliencia y la Atractivi-
votar con sus mandos algún aspecto del desarrollo del pro- dad diferida de los elementos de la ante-cocina,
grama. Su uso es sencillo como cualquier mando a distancia. el Efecto Mosaico (fig.10):
Este hecho permite que sea una herramienta de fácil uso y
cómoda, que además almacena los datos en ficheros digita- El objetivo de este capítulo no es exponer los resultados
les, lo que facilita mucho el análisis de los datos al no tener obtenidos sino ilustrar los tipos de datos que se recogen
que transcribirlos (eliminamos así muchos errores humanos en una evaluación de este tipo. Vamos a agrupar una
de codificación) y permite ver los resultados en tiempo real a serie de resultados en torno a cuatro tópicos globales:
Fig. 10. Distribución de las respuestas en un ítem de IPKT2 (pre-test) que refleja el Efecto Mosaico

165
Fig. 11 a. Distribución de las respuestas en la primera y segunda tareas de evaluación en el ítem para evaluar saliencia de los personajes.

Fig. 11 b. Distribución de las respuestas entre el pre-test y el pos-test en IPKT2 en el ítem para evaluar saliencia de los personajes.

Efecto Mosaico, Mejora del Impacto, Mejora del Apren- En IPKT2, entre el pre y el post se da un cambio ob-
dizaje y Potencialidad Narrativa. servable en la preferencia de los personajes que puede
verse en las distribuciones de las respuestas.
Los datos se distribuyen de forma heterogénea cuando
preguntamos a los visitantes por qué les había llamado 3.2.2- Distribución de las respuestas entre el
más la atención en el pre-test de IPKT2. pre-test y el post-test en IPKT2 en el ítem para
evaluar saliencia de los personajes
Estas gráficas (Fig. 11) reflejan la diferencia de las distri-
buciones en relación a las respuestas de los usuarios cuan- El cambio de elección de los personajes es marginalmente
do se les pregunta qué personaje les ha llamado más la significativo con un nivel crítico de .053. En el pre el per-
atención en PPKT1 e IPKT2. sonaje más elegido por los participantes en un 26% es el

166
Fig.12. Distribución de las respuestas en la tercera y segunda tareas de evaluación en el ítem para evaluar saliencia de los personajes.

mandadero y en el post, el ama de llaves en un 23,7%, pero la ante-cocina iban a ser muy diferentes en cuanto a la
los porcentajes de elección entre los personajes no varían de propiedad de “saliencia” para los públicos. Es decir, que
manera significativa. En esta tarea, la Señora fue elegida de todos los personajes, se pensaba que unos iban a lla-
con un porcentaje válido de 15.3% en el pre, y de 10.3 en mar la atención sustancialmente más que otros, debido
el post que es un porcentaje que refleja la saliencia de este a que disciplinarmente, iconográfica e iconológicamen-
personaje muy por debajo de las expectativas de los expertos. te, los personajes tienen muy diferente importancia y por
En estas dos preguntas puede observarse en las distribucio- tanto para un experto los personajes son muy diferentes.
nes un Efecto Mosaico, que apareció igualmente de manera De esta forma, por una extraña transferencia no explica-
generalizada en toda la primera tarea (PPKT-1) (Fig. 12). da, se presupone que para el espectador ocurrirá igual y
presentará un potencial diferencial para cada personaje.
Entre las tareas realizadas después de la actividad (post-test) Sin embargo, no es así, para los públicos generales y
en las condiciones de IPKT2 y SPKT3, obtenemos distribu- no expertos, los personajes tienen en su mayoría una
ciones parecidas en las respuestas. Como puede observarse saliencia similar porque en cada uno rastrean aspectos
en las gráficas, el personaje del Ama de llaves en ambas diferentes; incluso otros motivos que no son personajes,
condiciones tiene el mayor porcentaje de elección. En la tarea como animales o plantas o incluso decoraciones, son
SPKT3 el Mandadero, la Esclava y la Señora de la casa (en altamente atractivos para muchas personas, sin que po-
orden decreciente, y con un porcentaje de elección inferior damos presuponer, como hacían los conservadores del
al 20%) son los personajes después del Ama de llaves con museo, que ciertos personajes priman sobre el resto de
mayor frecuencia de elección. En el caso de IPKT2, lo son la motivos del panel de la ante-cocina.
Esclava (aproximadamente el 25% de elecciones) y casi en
la misma proporción el Mandadero y la Señora de la casa. Los expertos son capaces de hilar los personajes,
animales, plantas, alimentos y decoraciones inter-
Lo importante del Efecto Mosaico es que la expectativa pretando todo en una narración común; se apoyan
de los expertos era que los personajes que se recogen en en la iconografía y en la cultura material, lo que les

167
Fig 13. Impacto, SPKT3 Mejora el Impacto.
3.2.3 - Impacto, SPKT3. Mejora del impacto:

Comparamos las variables de impacto en cada una


de las tres tareas, entre los pre-test y los post-test
de las tareas que tenían ese diseño, y en la variable
de impacto entre las tareas experimentales IPKT2 y
SPKT3, bajo la hipótesis de que al introducir una
tarea dinámica en la ante-cocina, mejoraría el im-
pacto en el público visitante (Fig. 13). Para ello, se
llevó a cabo una prueba no paramétrica para com-
parar variables ordinales y se agruparon las mues-
tras independientes en grupo 1 en IPKT2 y grupo
Media Desv. típ.
2 en el caso de SPKT3. El estadístico de contraste
ImpactoIPKT2post 4,71 1,651
U de Mann Whitney tiene asociado un nivel crítico
ImpactoSPKT3 5,39 1,181
p=.005<α, con un nivel de confianza del 95%.
En la siguiente tabla vemos el porcentaje de acier-
permite valorar de manera muy diferencial la esce- tos en las preguntas de reconocimiento del período
na y dotarla de significados parciales relacionados, temporal relacionado con la pieza del chocolate que
de modo que los personajes son los estructuradores estaban probando (en SPKT3) y el reconocimiento
de la escena y por tanto mucho más salientes, con del período general de la cocina en SPKT3 e IPKT2:
diferencias a su vez muy marcadas entre ellos en
base a la explicación de la acción histórica. Esta ne- Porcentaje de Aciertos
gociación entre los significados que se cruzan sobre Reconocimiento Período1 79
el conjunto de piezas queda muy lejos de los espec- Reconocimiento Período2 50
tadores no expertos. Todo se les escapa. No hay in- Reconocimiento Período3 60,6
terpretación de la escena, no hay asociaciones entre
Ubicación Tempor.-cocina 45 SPKT3
los objetos, no hay iconografía, y cuando hay inter-
30,2 IPKT2-Pretest
pretaciones pueden llevar a errores en base a teorías
61,3 IPKT2-Posttest
alternativas o concepciones erróneas. El resultado es
que para los espectadores naïfs los estímulos de la
ante-cocina funcionan de manera aislada y superfi- El reconocimiento mejora, atendiendo al porcentaje de
cial, generando esta sensación que metafóricamente aciertos, entre las tareas contextualizadas y las tareas
hemos llamado Efecto Mosaico, porque hasta que no generalizadas o descriptivas (IPKT2 Post-Test). La ubi-
tienes una parte sustancial de la imagen global es cación temporal de la ante-cocina a priori mejora en
muy difícil adivinarla y dotar de significación a cada la tarea contextualizada narrativa (SPKT3) frente a la
tesela aislada. descriptiva (IPKT2-Pre-test).

168
3.2.4- Mejora del Aprendizaje, La media en el pre-test fue de .47 (desviación tí-
un ejemplo con cronología: pica de .5); la media en el post-test fue de .62
(desviación típica de .48). Llevando a cabo un
Para evaluar este ítem se recodificaron los datos en las análisis Binomial e introduciendo como valor de
tareas, de manera que se tomaban como 0 los fallos y prueba la proporción de aciertos en el pre-test, se
como 1 los aciertos (Fig. 14). produce un aumento estadísticamente significativo
de aciertos entre el pre y el post en IPKT2 basado
en la aproximación Z con p=.002.

En el caso de SPKT3:
En todos los casos este ítem resultó de dificultad me-
dia con varianza aceptable. Como entre el pre y el post
de IPKT2 se llevaron a cabo pruebas Binomiales para
comparar las proporciones en las pruebas, e igual-
Fig. 14. Mejora del Aprendizaje, un ejemplo con cronología.
mente en IPKT2-post-test y SPKT3, y todas ellas son
estadísticamente significativas con p<.05, por lo que
Cronología (Pre)
la mejora en el aprendizaje aumenta, y de manera
Porcentaje Porcentaje significativa, a medida que se van introduciendo ta-
Frecuencia Porcentaje
válido acumulado
reas y actividades.
0 53,1 53,1 53,1
Válidos 1 46,9 46,9 100,0 3.2.5 - Potencialidad narrativa
Total 100,0 100,0
La distribución de los porcentajes de elección (Fig. 15)
Cronología (Post)
sigue un patrón similar en las dos tareas y las eleccio-
Porcentaje Porcentaje
Porcentaje
válido acumulado nes de los visitantes se centran en torno al personaje del
Ama de llaves (2), el Mandadero (3), la Esclava (4) y la
37,8 37,8 37,8
Señora de la casa (5).
Válidos 62,2 62,2 100,0
100,0 100,0 3.2.6 - Impacto
Cronología SPKT3
Los resultados en relación al impacto que produce la
Porcentaje Porcentaje
Porcentaje pieza se muestran en las siguiente tablas (Fig.16):
válido acumulado
28,9 28,9 28,9 Se produce un aumento en la media de Impac-
to entre la tarea IPKT2 e SPKT3 (estadísticamente
Válidos 71,1 71,1 100,0
significativo con p<.05 con la prueba U de Mann-
100,0 100,0 Whitney).

169
Fig. 15. Potencialidad narrativa y resultados SPKT3 y IPKT2. Fig. 16. Impacto y estadísticas SPKT3.

Resultados en SPKT3 Resultados en IPKT2-post: Estadísticos Impacto SPKT3


Porcentaje válido Porcentaje válido Porcentaje válido
Válidos 0 2,7 Válidos 0 2,7 Válidos Media 5,39
1 1,8 1 2,7 Mediana 6,00
2 36,4 2 30,7 Desv. típ. 1,181
3 19,1 3 14,7 Estadísticos
4 13,6 4 22,7 Impacto PPKT2
5 9,1 5 13,3 Media 4,71
6 3,6 6 8,0 Mediana 5,00
7 2,7 7 1,3 Desv. típ. 1,651
8 1,8 8 1,3
9 9,1 9 2,7

3.3- Discusión de los resultados den dificultar la adquisición de nuevos conocimientos


por incapacidad de relación, dificultades en el proceso
En primer término, lo que la evaluación pone de ma- de andamiaje conceptual o provocar el anclaje de nue-
nifiesto es que los visitantes del MNAD, como ocurre en vos conceptos en base a teorías erróneas y alternativas.
otros museos, manipulan una serie de contenidos de Si de por sí el público en general es poco capaz de elabo-
bajo nivel, como datos muy descriptivos y poco expli- rar un conocimiento en base a elementos de alto nivel,
cativos, tales como fechas concretas o determinada in- cuando se les proporciona información también de bajo
formación sobre las colecciones del museo, que resultan nivel y de naturaleza no explicativa, podemos ver cómo
ineficientes a la hora de interpretar explicativamente la su capacidad constructiva e interpretativa llega incluso
lectura de la cultura material del museo, o incluso pue- a empeorar. Por ejemplo, los visitantes demostraron en

170
las tareas donde analizamos información de naturaleza el dispositivo, eran que la evaluación se desarrollara sobre
más cualitativa, que eran más capaces de desarrollar acciones reales y formara parte de ellas exigiendo una vali-
teorías y de focalizar su interés que en las tareas más ce- dez ecológica óptima. La evaluación resultó una evaluación
rradas y cuantitativas, donde el visitante no tiene claves global, de modo que por una parte funcionó como una
para elaborar la información e interpretar el mensaje. No evaluación externa con un objetivo fundamentalmente de
obstante las claves que venían manejando los visitantes, control, pero por otro lado fue en sí misma una actividad
incluso en esas tareas, seguía siendo de bajo nivel. Por de evaluación participativa que consiguió con éxito formar
ello pensamos que el problema es de una envergadura parte de la propia actividad y dinamizó óptimamente el pro-
suficiente como para que todo el diseño de evaluación grama público para el museo. Además, estuvimos centra-
cobre importancia. Por su parte, cuando se incluyen las dos en la detección de expectativas y conocimientos previos,
informaciones en un discurso narrativo, la ejecución y observamos la interacción entre los conocimientos previos y
las preferencias mejoran, lo mismo que mejoran sustan- el mensaje experto del mensaje expositivo, observamos de
cialmente una serie de aspectos de contextualización de qué manera se organiza la información y qué tipo de infor-
las informaciones, que provocan una mejor comprensión mación se estaba tratando, evaluamos la adquisición de co-
del discurso expositivo (Roberts, 1997; Tsybulskaya & nocimientos y la detección de errores previos y resistentes al
Camhi, 2009). cambio y problemas relacionados con el reconocimiento de
la cultura material, además de abordar los temas habituales
Hemos podido comprobar cuáles son los aspectos con de impacto y perfiles.
mayor saliencia para el visitante del museo en la ante-
cocina valenciana, qué es lo que interesa, qué es lo que Como sabemos, las evaluaciones componentes de un
quieren conocer, lo que ya conocen y lo que no. Además, diseño experimental no tienen por qué ser en sí mis-
pudimos destapar las concepciones erróneas que juga- mas una investigación; sin embargo, en nuestro caso el
ban un papel importante a la hora de descifrar la cultura propio diseño experimental de las evaluaciones nos ha
material de la ante-cocina y que estaban influyendo en permitido llevar de manera solapada una investigación
la base de la adquisición de conocimientos nuevos. De en sí misma que se justifica a través de dos argumentos
igual manera los datos nos permitieron en gran medi- principales: por un lado, la estrategia de evaluación me-
da descifrar cómo se estaba produciendo la interacción diante el uso del SIPP, que es una forma novedosa y ori-
entre los conocimientos previos del visitante y la cultura ginal de evaluar en contextos de presentación del patri-
material de la ante-cocina en el proceso de aprendizaje, monio. Por otro lado, la manera en la que se han tenido
y cómo influían las expectativas previas y los intereses en cuenta en el diseño los conocimientos previos de los
en esa interacción. Por eso la evaluación en este caso participantes, resultantes de las evaluaciones y la forma
se vuelve un proceso necesario siempre que se quiera en la que han sido tratados y utilizados. Las tareas que
orientar el discurso del museo hacia el visitante. hemos llevado a cabo en el museo son originales, ya
que están pensadas para promover una dinámica (que
Nuestros objetivos con estas tareas, aparte de elaborar un no sería posible mediante el uso de una herramienta de
paquete informativo adaptado al usuario que iría inserto en evaluación diferente al SIPP) en el que la propia evalua-

171
ción quede inserta en la actividad y promueva a la vez la un discurso diferente del discurso experto. En relación a
motivación de los visitantes por participar. De modo que lo anterior, hemos encontrado dos efectos muy impor-
hemos usado una estrategia insólita en el planteamien- tantes: por un lado, vemos que se produce en este caso
to de la actividad y en la forma de evaluarla de manera un Efecto Mosaico que marca la diferencia entre el pen-
dinámica y participativa. samiento experto (que en el inicio marcaba lo que disci-
plinarmente se consideró de mayor relevancia) y el pen-
En relación a los valores perdidos nos encontramos entonces samiento del visitante. Es decir, que hemos comprobado
con dos cuestiones principales: por un lado, acudieron mu- una mayor distribución de la atractividad y saliencia de
chas más personas a la actividad SPKT3 (tarea pensada para los elementos de la ante-cocina, que difiere de manera
llevar a cabo una evaluación participativa) que a la IPKT2 llamativa de los que predijeron los expertos del museo.
(también se usa el SIPP, pero no se trabaja tan intensamente A la gente en general le llaman la atención muchas co-
la evaluación participativa), y por otro lado, puesto que no sas, que no supone una directividad tan inflexible como
hubo tareas de difusión diferentes por parte del museo entre la que se planteó en un primer momento. El visitante
las diferentes actividades, acudieron muchos más participan- maneja otro tipo de criterios discriminantes que los que
tes voluntarios a realizar la tarea. Por ello pensamos que la tiene el experto. Por otro lado, precisamente a falta de
tercera tarea ha funcionado muy bien, y la propia evaluación esa saliencia ajustada a lo que se consideró por los ex-
ha motivado a los participantes a involucrarse en la misma y pertos como normal, todos los estímulos son capaces de
a acudir al museo voluntariamente. generar interés dependiendo de cómo se organicen y se
haga referencia a ellos, por lo que la capacidad atractiva
Además, y de manera adyacente a lo anterior, hemos de la ante-cocina valenciana sería exportable a muchos
podido ver mediante la observación del tipo de público niveles y dirigida a muchos tipos de perfiles diferentes.
que acudía al museo en el transcurso de las actividades, En cuanto a contenidos, la evaluación demuestra que la
cómo el perfil del visitante iba migrando poco a poco potencialidad es muy diversa.
con la introducción de las diferentes actividades en la
dinámica normal del museo, y sobre todo de la actividad En la tercera tarea se expusieron alguno de los elemen-
en torno al chocolate (SPKT3). Dicho en otros términos, tos de la colección del museo que tenían relación con la
se confirma que si se diseñan actividades alternativas, se ante-cocina dentro de la misma, y mediante el apoyo de
puede ampliar el espectro habitual del museo a nuevos material gráfico se ayudaba a los visitantes a conectar por
públicos potenciales. ejemplo, el nuevo conocimiento acerca de la ante-cocina
A través de los datos se verificó que a los visitantes no les con la importancia del chocolate en la época, en relación
llama la atención las mismas cosas, ni les gustaron los a lo que los visitantes sabían del chocolate y la cultura
mismos elementos que fueron previstos por los expertos. material de la ante-cocina. Según los datos, esto parece
De esta forma caímos en la cuenta nuevamente de lo funcionar tanto a la hora de suscitar interés en el visitante
importante que son las expectativas previas y los cono- como a la hora de mejorar su calidad de aprendizaje. Por
cimientos de partida del visitante, ya que toda la lectura poner un ejemplo, podemos ver esto en el hecho de que,
de la cultura material se ensambla en ellos construyendo en general, los resultados de la tarea tres mejoran con

172
respecto a los de la tarea dos y los ítems sobre elemen- tual. En SPKT3 los resultados desvelan que una mejor
tos concretos de la cultura material eran más fáciles de contextualización es capaz de optimizar el aprendizaje
reconocer para los visitantes en SPKT3. Según los datos, y el visitante valora la experiencia como más positiva.
los visitantes del MNAD están manejando un tipo de co- Con la introducción de la evaluación implicativa hemos
nocimiento muy descriptivo sobre la cocina (igual que en podido comprobar cómo a través del diseño de tareas
el discurso de la segunda tarea). Cuando les preguntamos orientadas a una mayor participación de los visitantes
por las historias que podían contarse de la ante-cocina, podemos conseguir una mayor implicación y una diná-
qué tipos de recetas se podían cocinar, qué actividad ex- mica de evaluación muy diferentes de las que se han
traordinaria podía llevarse a cabo en la ante-cocina, et- venido haciendo hasta ahora (Chittenden et al., 2004;
cétera, aludían a aspectos muy descriptivos relacionados Merchán, 2011). En general, es muy importante que el
con aspectos técnicos y funcionales de la cocina, y aspectos diseño del dispositivo se ajuste lo más posible al visitan-
concretos del contexto sociocultural y de la cultura material te, para llegar a producir un efecto positivo y una mejor
pero a un nivel muy superficial. Se manejan por lo tanto adaptación del usuario al contexto y consiguiendo, en la
conocimientos a nivel muy superficial y no hay sujetos que medida de lo posible, salvar los obstáculos que supone
inventen historias más de carácter narrativo o explicativo, y la brecha tecnológica.
se disponen en general de bajas expectativas a la hora de
activar conocimientos previos sobre la ante-cocina. De ahí Como procedimiento, la evaluación ha demostrado que
la importancia de explotar la potencialidad narrativa de la la estrategia planteada en relación al sistema SIPP ha
ante-cocina para generar discursos más atractivos para el sido apropiada y necesaria en muchos aspectos. Me-
visitante (en detrimento de la potencialidad explicativa y diante este sistema se han podido detectar bien los
mucho más de la potencialidad descriptiva)6. problemas asociados al cambio conceptual, al aprendi-
zaje de los visitantes, a la interpretación del discurso del
Asimismo, se produjo una mejora del impacto general museo, las expectativas e intereses de los visitantes, etc.
del museo a medida que se fueron introduciendo las di- El SIPP como sistema y como herramienta, ha funciona-
ferentes actividades. Podemos decir entonces que la ac- do a la altura de nuestras expectativas y ha tenido una
tividad del chocolate ha sido un elemento positivo para buena acogida tanto por parte del personal del museo
la dinámica general del museo, ya que ha mejorado como por parte de los visitantes. El SIPP ha demostrado
significativamente el impacto, el perfil del museo se está ser una herramienta que facilita en gran medida el tra-
modificando positivamente y el número de visitantes al bajo de evaluación, convirtiéndolo en una actividad más
museo aumentó considerablemente. dinámica, rápida, y factible a la hora de insertarla en el
propio desarrollo de la actividad, que además consigue
Con la experiencia tradicional en el museo los visitantes motivar a los participantes por lo que su implicación es
aprenden poco, pues se produce poco cambio concep- mayor, y su satisfacción aumenta considerablemente.

6 Para una reflexión básica sobre los textos en patrimonio ver Screven 1992.

173
3.4-. Conclusiones generales de la evaluación público y lo que es igualmente importante, atraer a
nuevos visitantes con distintos perfiles. La evalua-
Pensamos que el diseño de los dispositivos y herra- ción que estamos desarrollando en el museo tiene
mientas que se han utilizado han funcionado como se su esencia en el estudio del usuario potencial de las
esperaba en tanto en cuanto hemos podido recoger da- gafas de AR, a través del público actual y en el con-
tos interesantes tanto a nivel cualitativo como a nivel texto real de presentación y uso del dispositivo, para
cuantitativo. El SIPP demostró ser igual de eficaz para anticiparnos a sus expectativas y emociones, tenien-
recoger datos de impacto, de perfil y para recoger datos do en cuenta sus conocimientos previos y sus intere-
sobre experiencias previas del visitante, conocimientos ses, haciendo uso de la evaluación sumativa, para el
previos, cambio conceptual y cómo se produce el apren- desarrollo de una experiencia realmente significativa
dizaje, así como datos sobre teorías alternativas en la para el visitante. En otras experiencias de evaluación
ante-cocina. La validez ecológica de la evaluación y de estamos utilizando otro tipo de tecnologías como,
la investigación se ha conseguido preservar llevando a por ejemplo, los cuestionarios on line (Davies y Ja-
cabo todas las actividades en el contexto real de la ante- mes, 2010). Si queremos preparar un material que
cocina y con visitantes reales. Los datos que obtuvimos funcione y que ayude al visitante a construir su pro-
son aún más interesantes si tenemos en cuenta que nos pio conocimiento mediante andamiaje, no podemos
informan de cosas que están pasando de forma dinámi- hacerlo de otra forma que atendiendo a la base de
ca y sobre el transcurso de las actividades normales del su conocimiento, y de sus intereses, para producir un
museo. Sobre todo en SPKT3 donde la propia evaluación efecto de aprendizaje guiado evitando los discursos
funcionó como elemento dinamizador y sirvió para opti- descriptivos y apostando por los discursos narrativos
mizar el programa público del museo. (Witcomb, 2012), con un complemento parcial en
discursos explicativos, que digan algo interesante
La introducción de nuevas herramientas tecnológicas para el visitante y que tengan un carácter que sirva
en el MNAD puede ser una oportunidad para ayudar para conectar lo que ya se sabe, y lo que se desearía
a mejorar la interpretación del mensaje expositivo, aprender con el nuevo conocimiento que se puede
ampliar la información disponible sobre las coleccio- construir a partir del discurso museológico y la cultu-
nes y ponerla a disposición del visitante de una forma ra material de la ante-cocina.
más accesible y atractiva. Asimismo, la reducción de
la pasividad del visitante y la puesta en marcha de 4-. Una nueva propuesta:
actividades y herramientas que permitan al público la evaluación “implicativa”
un mejor manejo y gestión de la información, puede
otorgar al visitante un papel más activo en su propio El diseño de estas tareas nos ha permitido abrir nuestras
aprendizaje y probablemente una mayor satisfac- puertas a un campo que está por explorar, el de la evalua-
ción posterior (Tallon y Walker, 2008; Santacana y ción participativa o “implicativa”, que vendría a mejorar
Martín, 2010). Con la implementación de las nue- un ámbito como el de la evaluación que no ha sufrido
vas tecnologías en el museo, se pretende fidelizar al cambios sustanciales a nivel de fundamentación teórica,

174
en los últimos cuarenta años, desde los trabajos de Scriven la evaluación tradicional no ha conseguido resolver un
(1967), en evaluación en general, y Screeven (1976), en problema fundamental, a saber, qué ocurre cuando lo
evaluación en museos y exposiciones en particular. De he- que se pretende evaluar es algo que la persona evalua-
cho, si se coge cualquiera de los libros de evaluación de da no conoce. ¿Cómo puede opinar una persona de qué
exposiciones, se comprueba que manejan los mismos su- mejoras introduciría en una acción si nunca ha vivido,
puestos fundamentales; desde la revisión de dos profesio- pensado o siquiera imaginado una experiencia similar?
nales de reconocido prestigio en el campo como Shettell y ¿Cómo puede valorar realmente una persona una ex-
Bitgood (1994) y Doering (Doering y Pekarik, 1996), pa- periencia museal (en términos de innovación) si toda
sando por el texto siempre citado de Borun y Korn (1999) su vida ha asistido a museos tradicionales? ¿Con qué
o Diamond (2010), a alguno de las revisiones recientes compara una persona su experiencia cuando carece de
más respetadas como la de Daignault (2011). referentes en ese ámbito?. En suma, ¿cómo evaluar la
innovación que aún no se ha producido? ¿cómo saber si
El primer problema fundamental de la evaluación tradi- merece la pena ir en una dirección que aún no hemos
cional hace referencia al método, y su carencia fundamen- empezado a recorrer? La evaluación tradicional no tiene
tal ha sido la de la falta de validez ecológica. Ya hemos respuestas a estas preguntas.
adelantado en el punto de diseño de este trabajo una
crítica radical desde este enfoque a la evaluación clásica, En nuestra opinión, precisamos de un nuevo enfoque
que nosotros asumimos; y expusimos las tres condiciones evaluativo que asuma una combinación compleja de
básicas que la evaluación ecológica debe cumplir para que métodos (experimental / ecológico), fases (previa /
los resultados sean creíbles en términos de contexto signifi- formativa / sumativa) y niveles de evaluación (el más
cativo para los participantes. Recuérdese que en ese punto básico que se corresponde con la evaluación clásica o
ya se adelantó que el método de evaluación ecológica no tradicional / y el enfoque implicativo que es más profun-
sustituye al método de la evaluación experimental o cuasi- do). A continuación proponemos una figura que recoge
experimental, sino que la complementa en situaciones de este modelo.
significatividad contextual, frente a las situaciones típica-
mente de descomposición analítica (‘de laboratorio’) del La novedad más importante de este modelo es la eva-
enfoque experimental más clásico. luación implicativa (Fig. 17), que se definiría como un
nivel de más profundidad en el análisis de los conte-
El segundo problema de la evaluación tradicional es, nidos de evaluación, que se basa necesariamente en
si cabe, aún más complejo porque hace referencia a una implicación mayor en las propuestas de acciones,
su propio planteamiento como dispositivo de control. proponiendo nuevos contenidos que conformen una
Hasta ahora la evaluación se ha ocupado fundamen- alternativa a los contenidos actuales, todo ello en un
talmente de la metodología, y sin duda en estos años contexto significativo para los participantes (Heath y
se han conseguido diseños, métodos, técnicas y análisis Lehn, 2010). La evaluación implicativa se propone en
mucho más eficientes. Por supuesto no se trata en nin- el marco de una acción, evento o programa público o
gún momento de renunciar al rigor metodológico. Pero educativo, que suponga la incorporación de un conjunto

175
nuevo de contenidos, tratados en el marco de una acti- ción implicativa (Fig. 18) serían las siguientes: informa-
vidad determinada y por tanto con una estructura y con ción, en la medida que una de sus funciones básicas es
un ritmo sintáctico propios, de modo que el participante la de aportar nuevos contenidos; participación, ya que
lo interpreta como una actividad igualmente relaciona- se basa en que los visitantes participen de manera ac-
da con la exposición, con el museo o con el patrimonio, tiva en la actividad que maneja los nuevos contenidos;
del mismo tipo que la oferta de la visita base actual del comunicación, se primaría que los participantes interac-
museo que se ha marcado como objetivo de la evalua- túen entre ellos y con otros participantes no presentes, a
ción. La evaluación implicativa recoge una opción nueva través de distintos formatos incluyendo los tecnológicos;
de contenidos que no trata de ser la única, sino aquella toma de conciencia, la explicitación de nuevos conteni-
que en ese momento reúne los requisitos para conver- dos facilitará su incorporación consciente a la discusión
tirse en alternativa o en expansión de los contenidos de patrimonial; colaboración, una parte importante de las
la visita base actual. La evaluación implicativa supone acciones de participación son naturalmente colaborati-
una innovación controlada e inmediatamente evalua- vas ya que se dan en grupo con unas finalidades comu-
da y lógicamente se debería realizar en varias fases de nes; compromiso, el conocimiento genera dependencia
evaluación. La evaluación implicativa provoca una diná- afectiva que facilita la motivación intrínseca y la impli-
mica de acciones con consecuencias de cambios para la cación emocional.
propia dinámica del museo. La evaluación implicativa
sigue la tradición de origen estadounidense en la que La evaluación implicativa se concibe como un gene-
los estudios de público y la evaluación de exposiciones rador de programas públicos y educativos que desa-
se engloban dentro de las acciones del departamento de rrollan acciones que sirven de base para realizar acti-
educación (Korenic, 1996). vidades de evaluación encubierta. Supone la creación
Las dimensiones que definen la naturaleza de la evalua- de un escenario significativo, con productos comuni-

Fig. 17. Modelo evaluación. Fig. 18. Dimensiones de la evaluación implicativa.

176
cables, sobre los que negociar nuevos significados y zas del MNAD como jícaras, mancerinas, tazas, pla-
co-crear nuevos mensajes patrimoniales, general- tillos y chocolateras. Se proponía utilizar la imagen
mente mediante historias con un fuerte componente de una de las criadas que está sirviendo chocolate y
narrativo. Tecnologías como la de los clikers, por su a la que se le está cayendo una jícara al suelo, como
propio formato, favorecen una parte importante de punto de partida para lanzar la actividad y evaluar
estas dimensiones. otros contenidos y otros aspectos de la ante-cocina.
Además se utilizaban un conjunto de reproducciones
En el caso del MNAD, la evaluación implicativa su- de indumentaria y de instrumentos musicales para
puso la puesta en marcha de dos programas públi- contextualizar el discurso sobre el chocolate desde el
cos y educativos: un programa público, con formato siglo XV-XVI, coincidiendo con las primeras fórmu-
de taller, dirigido a familias y visitante en general; y las nativas y de las primeras mixturas culturales de
un programa público, en formato de mochilas, tam- ida y vuelta, fundamentalmente en los monasterios;
bién para familias o grupos pequeños de visitantes posteriormente se ilustraba el chocolate en el siglo
en general, pero con la posibilidad de extenderlo a XVIII; para pasar al chocolate con leche del siglo XIX;
grupos educativos pequeños. y a las nuevas creaciones del siglo XXI. A los partici-
pantes se les daba una cajita con probaturas de cho-
La actividad ‘En torno al chocolate’ (Fig.19) se desa- colate de estos cuatro periodos históricos que debían
rrolló los sábados por la mañana, publicitada por las catar de manera ciega y posteriormente opinar sobre
vías habituales del museo. Se realizaron seis sesio- su satisfacción y sus características. La actividad fue
nes a aforo completo. Se presentaba una actividad conducida por Elena Pol y se desarrollaba con la
sobre la historia del chocolate, utilizando la propia ayuda de clikers que pautaban la puesta en común
iconografía de la ante-cocina, apoyada en otras pie- y la evaluación de los contenidos.

Fig. 19. Experiencia ‘En torno al Chocolate’ La actividad gustó mucho y provocó mucha partici-
pación sostenida en todas las sesiones y entre todos
los grupos de edad, de los más pequeños a los más
mayores. Un dato cualitativo relevante es que los
vigilantes de sala del MNAD, tras ver la actividad
para los visitantes, pidieron que se les hicieran dos
sesiones a ellos mismos como parte de su programa
de formación.

El programa público de mochilas sigue el plantea-


miento habitual de este tipo de programas (Pol,
2012), tan habitual en algunos museos estadou-
nidenses, como inhabitual en nuestro entorno cer-

177
Fig. 20 Familias trabajando con las mochilas en la cocina valenciana.

cano. El programa ha supuesto la creación de tres Referencias bibliográficas:


mochilas (Fig. 20), dos de ellas están ya a dispo-
sición de los visitantes en el MNAD. Las mochilas Abras, C., Maloney-Krichmar, D. y Preece, J.
consisten en un conjunto de materiales que pautan (2004): “User-Centered Design” en Bain-
y dinamizan la visita, incorporando contenidos so- bridge, W., Encyclopedia of Human-Compu-
portados por acciones y actividades, que relacio- ter Interaction , Thousand Oaks: Sage Publi-
nan a través del material de las mochilas, distintas cations.
piezas presentes en los recorridos en el museo.
Se realizaron tres mochilas, una sobre los aspec- Aidelman, J., Gottesdiener, H. y Le Marec, J.
tos constructivos de la ante-cocina, otra sobre sus (2013): “Visiter les Musées: expérience, ap-
aspectos históricos e iconográficos; y una tercera propiation, partcipation” en Gottesdiener, H. y
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Finalmente, los dos aspectos más novedosos de
esta evaluación, por un lado la tecnología de los Alphen, F. y Asensio, M. (2012) : “The Complex Cons-
clikers, y, por el otro lado, el planteamiento de truction of Identity, Representations and the Future of
un nivel más profundo de evaluación implicati- the History Education” en M. Carretero, M. Asensio y
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