Está en la página 1de 3

El Olvido que Seremos

El olvido que seremos es un libro de Héctor Abad Faciolince, un homenaje a la memoria y


a la vida de un padre ejemplar, en el cual el autor nos relata los recuerdos que tiene desde
su niñez, de su familia y expresa el gran amor que siente después de la muerte de su Padre
Héctor Abad Gómez , quien lucho incansablemente por la defensa de los derechos humanos
y buscar un cambio en la sociedad Colombiana, donde las ciudades y los campos se estaban
cubriendo con sangre por la violencia, el conflicto armado, delincuentes, terroristas,
mafiosos, narcotraficantes y el asesinato de líderes sociales, estudiantes, profesores,
opositores políticos y líderes comunitarios.
Héctor Abad Facioline hijo de Cecilia y Héctor, quien experimento el amor más puro y la
admiración hacia su padre.
Él amaba más a su papa, porque lo dejaba hacer todo lo que él quería y lo haga feliz, le
enseño modales, valores, a obedecer, respetar a todas las personas mujeres, niños y adultos
mayores, personas de otras culturas y religiones, le enseño a escribir y elogiaba sus logros.
El padre lo conocía muy bien que él sabía que su hijo entendía las cosas bien pero despacio,
que no se burlaría de él y de lo que hacía, tampoco lo obligaba a hacer algo porque sabía
que sería infeliz, su padre fue paciente, confiaba en él y en sus capacidades.
El mejor sistema educativo para su padre era la confianza en vez de miedo, un padre que no
sea déspota, sino tolerante, un padre o una madre que no haga sentir débiles a sus hijos,
sino fuertes, que todos los hijos son brillantes no tontos, cada hijo es diferente y cada uno
con capacidades diferentes que deben ser elogiadas y que la única receta para poder
soportar la dura que es la vida al cabo de los años, es haber recibido en la infancia mucho
amor de los padres y ayudarlos a ser felices.
Siempre expreso su afecto con un abrazo, un beso, frases cariñosas, los cuales eran mal
vistos por los demás ya que un saludo normal entre un padre y un hijo era distante y sin
afecto aparente.
En cambio su madre era todo lo contrario al padre, era más amorosa con sus cinco hijas
mujeres, poco le expreso cariño, le impuso el catolicismo, rezar rosarios, venerar a Dios
con terror y benévola razón, la creencia en el infierno y que si no actuaba bien, es decir si
pecaba iría para ese lugar.
La contradicción que se presentaba en las creencias de sus padres hicieron que el adoptara
su propia posición y creencia, al tener un padre agnóstico creyente en las enseñanzas
humanas de Jesús o como decía ateo de tierra y una madre mística que cultivaba su fe, el ir
a misa, pedirle a las almas por las cosas y las personas en la tierra y venerar a Dios con
terror y temor del castigo en su mal actuar.
Aunque su familia conformaba la iglesia Católica y familiares como tíos, primos eran
obispos, monseñores, arzobispos, en fin siempre estuvo rodeado de católicos, incluso
estuvo en un colegio religioso donde cada semana debían confesarse y si había cometido
pecado era reprimido y el sacerdote lo hacía sentir culpable y con la creencia de que
rezando tantos ave marías, el credo y rosarios, del cielo le concederían el perdón de sus
pecados y no debía seguirlos cometiendo.
Para la madre la educación de los curas era la mejor, el padre dejo que su hijo asista a estos
colegios religiosos y confesionales para que él hijo juzgara por su propio conocimiento y
razón todas esas creencias; cada vez que el hijo avanzaba en edad y en conocimientos él le
enseñaba nuevos libros, le presentaba otras ideas, teorías entre ellas la evolucionista,
filosofía como de Voltaire, Diderot, Nietzsche, Schopenhauer, Kant, Borges, Russell.
Creer o no creer no es solo una decisión racional, ya estaba en su hijo en creer o no con
razón y escuchando y viendo todo lo que vivía a diario.
La fe o la falta de fe no dependen de nuestra voluntad, ni de una misteriosa gracia recibida
de lo alto, sino de un aprendizaje.
Uno no es que nazca bueno o malo, sino que si alguien tolera y dirige nuestra innata
mezquindad, es posible conducirla por cauces que no sean dañinos.
Su padre decía “Si quieres que un hijo sea bueno, hazlo feliz y si quieres que sea mejor
hazlo más feliz”, los hacemos felices para que sean buenos y para que luego con su bondad
aumente su felicidad.
Los padres no pueden hacer completamente felices a sus hijos pero si los pueden hacer muy
infelices.
Héctor Abad Faciolince resolvió muchos dilemas morales con la ayuda de su padre y su
ejemplo.
La enseñanza que recibió por parte de su padre era tener conciencia social entender al país
donde se vive, pensar en los demás, el respeto por todos los seres, compadecerse por el
sufrimiento humano y darse cuenta de los males sociales y rebelándose contra estos.
Héctor Abad Gómez, Medico y profesor de la Universidad de Antioquia de donde salió
jubilado, el cual ejerció la medicina pero sin contacto directo con pacientes, gran parte de
su vida se dedicó a trabajar en barrios pobres de Medellín , realizo trabajo comunitario para
mejorar las condiciones de vida de las personas por que de esto dependía sus enfermedades,
la falta de agua limpia y alcantarillados provocaba las enfermedades como la Tifoidea y
hepatitis, incluso apoyo campañas de medidas higiénicas de la leche para que esta sea
pasteurizada antes de venderla por que contenía amebas, bacilos de TBC y materias fecales.
Fundo la escuela Nacional de Salud Pública, trabajo durante el gobierno de Lleras
Restrepo, repartió haciendas entre los campesinos sin tierra, ayudó a fundar el Instituto
Colombiano de Bienestar Familiar, abrió acueductos y alcantarillados y alcantarillados por
pueblos y veredas.
Era odiado por los políticos, críticos de la ciudad que lo tachaban de Marxista y un
peligroso izquierdista al que había que cortarle las alas para que no volara.
En la universidad también fue criticado y querían destruirlo, avergonzarlo por protestar por
la defensa de los derechos de los estudiantes, lo amenazaba con despedirlo.
Los curas lo odiaban, los presbíteros lo atacaban en diarios importantes como El
Colombiano y en el programa radial de la hora católica, diciendo que el medico comunista
estaba infectando la conciencia de las personas en los barrios populares de la ciudad.
Él decía que la curia es rica y gozaban de buena vida y son acomodados, que pocos son los
que practicaban los votos de castidad y pobreza, que incluso en la misma iglesia también
había guerra y se oponían al capitalismo y que para esta religión hablar de sexualidad era
mal visto.
Pero él pensaba que la sexualidad no es para escandalizarse y que los hijos necesitan saber
por sus padres las preguntas que estos se hagan y los padres deberían dar respuestas de
forma amorosa, clara y didáctica como vayan cambiando las generaciones.
Que un homosexual es mal visto y lo excluyen pero a ellos hay que aceptarlos como son
porque les gusta ser así y lo importante es que se sientan felices como son, porque lo peor
de la vida es ser lo que uno no es y eso es lo que hace infeliz a las personas.
Héctor Abad Gómez, fue asesinado por dos sicarios en Medellín el 25 de agosto de 1987,
tras amenazas por sus denuncias contra grupos paramilitares, quienes cometían crímenes
contra personas de la izquierda, él escribió, denuncio, explicó cómo y dónde se estaba
produciendo las masacres y exigía al estado para que actué por las muertes de líderes
sociales, estudiantiles, profesores que alzaban su voz en protestas.
Por los Antioqueños es llamado “el apóstol de los derechos humanos”.
Como sucedió con este personaje que causa admiración, en Colombia se realiza protestas
sociales saliendo a las calles a alzar la voz y exigir al gobierno que hay descontento sobre
cómo va el rumbo del país, a exigir y defender los derechos humanos, pero hechos graves
sacuden día a día el territorio.
Las victimas de asesinato en Colombia son los líderes sociales, líderes políticos comunales,
candidatos de diversos partidos políticos, defensores de los derechos humanos, campesinos,
ambientalistas, dirigentes sindicales, líderes indígenas, mujeres y LGTB, entre otros.
Porque buscaban mejorar las condiciones de vida de sus comunidades y cambiar la realidad
del país.

También podría gustarte