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Facultad de Humanidades.

Seminario XI.
Prof. Nicolás Clerbout.

Reseñ a bibliográ fica.


Denisse Espinoza Orellana.

En los textos escogidos para la realización de esta reseña bibliográfica podemos ver argumentos
a favor del pluralismo lógico y otros en contra. En el momento que se desarrollan múltiples
lógicas que escapan del modelo clásico, surge el problema del pluralismo lógico, es decir, surge
la siguiente interrogante: ¿es posible que exista más de una lógica correcta? Y para responder a
ella tenemos varias posturas, una de ellas es la posición monista, que nos señala que no es
posible, que hay solo una lógica correcta, y las otras son meros instrumentos útiles. Y por otro
lado está la posición pluralista, la cual afirma que hay más de una lógica correcta.

Según Tajer (2012) hay algunos tipos de pluralismos que han presentado ciertas fallas o son de
corto alcance, como el pluralismo de demarcación, el pluralismo de contextos y el pluralismo
carnapiano.

El pluralismo de demarcación intenta compatibilizar las lógicas que difieren en el rango de


expresiones u objetos considerados lógicos. Acepta simultáneamente la lógica de segundo
orden y la de primer orden. En este caso el pluralismo diría que ambas lógicas son correctas,
aun cuando difieren en su criterio de demarcación de las expresiones lógicas.

El pluralismo de contextos supone que hay lógicas adecuadas para cada contexto, por lo tanto
distintas lógicas pueden ser correctas si se relativizan. Esto es un poco problemático porque
cada lógica aspira a tener un alcance universal, lo cual no se compatibiliza con una
relativización. La intención de la lógica radica en aplicarse a todos los casos posibles y no solo
a algunos dominios.

El pluralismo carnapiano nos dice, en palabras de Carnap que “En lógica, no hay morales. Cada
uno es libre de construir su propia lógica”. Según este argumento, si cada uno puede inventar
una lógica, no sería posible establecer criterios para determinar cuál sistema formal constituyen
lógicas y cuáles no.

“La postura desarrollada por Beall y Restall es el intento más profundo y significativo
por dar una concepción pluralista de la lógica. Según estos autores existe un principio
preteórico o vago de consecuencia lógica, que es el siguiente: (V) Una conclusión A se
sigue del conjunto de premisas Z si y solo si en todo caso x en que cada oración de Z
sea verdadera, A también es verdadera” (Tajer 2012: p.33)

Es importante señalar que Beall y Restall son pluralista respecto a la noción de consecuencia
lógica. En la cita expuesta se puede apreciar como ese principio caracteriza lo que se conoce
por consecuencia lógica. Nos indica Griffiths (2012) que la primera afirmación del pluralismo
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de Beall y Restall es la Tesis Generaliza de Tarski que señala lo siguiente: “Un argumento es
válido si y solo si, en cada caso en que las premisas son verdaderas, también lo es la
conclusión.”

Diego Tajer (2012) defiende el pluralismo de Beall y Restall ya que considera que es la versión
más interesante respecto a otras que han surgido. Esto principalmente porque considera que
provee una base mínima para la noción de consecuencia lógica (que se basa en la preservación
de la verdad) y porque otorga significados mínimos para los distintos conectivos, lo que
finalmente fundamenta la familiaridad entre distintas lógicas. En definitiva este autor sostiene
que es la mejor versión frente al pluralismo lógico.

Esta argumentación se contrapone notablemente con la de Vásquez (2015) quien nos señala que
el pluralismo de Beall y Restall no es la mejor opción que se puede sostener. Pues el principio
(V) no da una caracterización completa del concepto de consecuencia lógica pues se necesita
una precisa y sistemática explicación de qué argumentos son válidos.

Sabemos que Beall y Restall afirman que hay tres lógicas correctas dentro del rango que ellos
postulan: la intuicionista, relevante y la clásica. Tal como afirma Tajer (2012) estas lógicas
tienen méritos que las otras no, la relevante por ejemplo caracteriza la consecuencia lógica
teniendo en cuenta la relevancia entre premisas y conclusión y la clásica jamás pasará de
verdades a falsedades. Estas deben cumplir tres requisitos: formalidad, normatividad y
necesidad. Tajer recalca que el uso de conectivos que asigna Beall y Restall permite que no
sean relativistas en torno a la noción de verdad. A diferencia de lo que plantea Vasquéz (2015)
quien dice que los significados que los distintos sistemas lógicos atribuyen a éstos, no
coinciden. Ni siquiera los tres sistemas que Beall y Restall priorizan para su pluralismo
coinciden respecto del significado de los conectivos. Esto porque el intuicionista no entiende la
negación del mismo modo que el clásico y el relevante otorga al condicional un significado
distinto al del condicional material de la lógica clásica.

Vasquez sostiene que el principio (V) y las condiciones para considerar a una lógica correcta,
son infieles con las motivaciones filosóficas de otros sistemas, y dejan fuera sistemas lógicos
que sería importante considerar dados los distintos fenómenos que se generan alrededor de
nociones tales como la de validez o la verdad. Basa esta crítica en que Beall y Restall muestran
cierta preferencia hacia la lógica clásica, la cual se basa en la adopción del criterio de
preservación de verdad y la relativización de la semántica a la de situaciones completas y
consistentes. Esto les permite considerar a los sistemas intuicionista y relevante como
extensiones del sistema clásico generados a partir de ciertas restricciones en la semántica.

Griffiths (2013) nos señala algo similar a Vásquez, pues menciona que al transitar de una lógica
a otra los significados cambian por lo tantos son significaciones ilegitimas. Este autor señala
que Beall y Restall no distinguen su pluralismo del Carnapiano pues no proporcionan cláusulas
semánticas adecuadas para las constantes lógicas.
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Otra crítica que realiza Griffiths al pluralismo de Besll y Restall tiene que ver con lo que estos
autores plantean como requisitos y que defiende también Tajer (2012), respecto a la noción de
necesidad:

“Beall and Restall write that one of the oldest features determining properly logical
consequence is its necessity. The truth of the premises of a valid argument neces- sitates
the truth of the conclusion of that argument.' (2006: 14). In the so-called tradition,
however, there are many prominent philosophers who deny that logical consequence is a
modal relation.” (Griffiths 2012:p.5)

Para este autor poner la necesidad sobre el núcleo establecido de la consecuencia, es decir su
definición, es ignorar una línea prominente de tradición que aún en estos días permanece
vigente. Respecto a la normatividad plantea que tampoco sirve para determinar el núcleo
establecido de consecuencia lógica.

“So Beall and Restall believe that necessity, formality and normativity are settled features that
there are many other features often taken as characteristic of consequence which would not
leave room for pluralism.” (Griffiths 2012: p.10)

En definitiva este autor critica el pluralismo de Beall y Restall porque se basa en un concepto
de consecuencia lógica que solamente tiene un núcleo establecido de normatividad, necesidad y
formalidad, considera que esto es engañoso pues hay otras características que ellos no
mencionan que son incompatibles con el pluralismo.

Este breve recorrido por las diferentes argumentaciones de estos autores nos lleva a concluir
que la discusión por el pluralismo lógico y en particular por el de Beall y Restall está lejos de
estar acabada, que constantemente se van presentando puntos a favor y/o en contra de esta
postura, lo que conlleva a enriquecer la discusión acerca de si hay o no una sola lógica correcta.
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Bibliografía.

Vásquez, O. (2015). Los alcances del pluralismo lógico. Revista Filosofía UIS, 14(2), 69-81.

Griffiths, O. (2013). Problems for logical pluralism. History and Philosophy of Logic, 34(2), 170-182.

Tajer, D. (2012). Una defensa sistemática del pluralismo lógico.

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