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Libro

obra impresa

Un libro (del latín liber, libri) es una obra


impresa, manuscrita o pintada en una
serie de hojas de papel, pergamino, vitela
u otro material, unidas por un lado (es
decir, encuadernadas) y protegidas con
tapas, también llamadas cubiertas. Un
libro puede tratar sobre cualquier tema.
Libros

Según la definición de la Unesco,[1] un


libro debe poseer veinticinco hojas mínimo
(49 páginas), pues de veinticuatro hojas o
menos sería un folleto; y de una hasta
cuatro páginas se consideran hojas
sueltas (en una o dos hojas).

También se llama «libro» a una obra de


gran extensión publicada en varias
unidades independientes, llamados tomos
o volúmenes. Otras veces se llama
también «libro» a cada una de las partes
de una obra, aunque físicamente se
publiquen todas en un mismo volumen
(ejemplo: Libros de la Biblia).

No obstante, esta definición no queda


circunscrita al mundo impreso o de los
soportes físicos, dada la aparición y auge
de los nuevos formatos documentales y
especialmente de la World Wide Web. El
libro digital o libro electrónico, conocido
como e-book, está viendo incrementado su
uso en el mundo del libro y en la práctica
profesional bibliotecaria y documental.
Además, el libro también puede
encontrarse en formato audio, en cuyo
caso se denomina audiolibro.

Historia

Libros antiguos en la biblioteca de Merton College


(Universidad de Oxford, Reino Unido)

Desde los orígenes, la humanidad ha


tenido que hacer frente a una cuestión
fundamental: la forma de preservar y
transmitir su cultura, es decir, sus
creencias y conocimientos, tanto en el
espacio como en el tiempo.

El planteamiento de esta cuestión supone:


por un lado, determinar la forma de
garantizar la integridad intelectual del
contenido de la obra y la conservación del
soporte en el que fue plasmada, y por otro,
encontrar el medio por el cual se
mantendrá inalterada la intención o
finalidad para la cual se concibió.

Los orígenes de la historia del libro se


remontan a las primeras manifestaciones
pictóricas de nuestros antepasados, la
pintura rupestre del hombre del paleolítico.
Con un simbolismo, posiblemente cargado
de significados mágicos, estas pinturas
muestran animales, cacerías y otras
escenas cotidianas del entorno natural del
hombre antiguo, que trataba de dominar
las fuerzas adversas de la naturaleza
capturando su esencia mediante su
representación. Son el más antiguo
precedente de los primeros documentos
impresos de que se tiene constancia.

Comunicación oral y formas


rudimentarias

Las señales gestuales fueron la primera


forma de expresar y transmitir mensajes.
La palabra hablada es la manera más
antigua de contar historias. Mediante
fórmulas de valor mnemotécnico[2] se
estructuraban narraciones, que pasaban
de generación en generación como valiosa
herencia cultural de los más diversos
grupos humanos. Dichas reglas
mnemotécnicas ayudaban tanto a la
memorización como a la difusión de los
relatos. Es el caso de los poemas
homéricos, que han merecido valiosos
estudios sobre el particular. Posiblemente,
gran parte de las tradiciones y leyendas
han tenido semejante inicio. Esta
transmisión oral tenía el inconveniente de
los «ruidos» que deformaban el mensaje.
La mayoría de las veces era el narrador
(rapsoda, aeda, juglar) quien en función de
sus intereses la deformaba de una u otra
forma.

La escritura …

Cuando los sistemas de escritura fueron


inventados en las antiguas civilizaciones,
el hombre utilizó diversos soportes de
escritura: tablillas de arcilla, ostracon,
placas de hueso o marfil, tablas de
madera, papiros, tablillas enceradas,
planchas de plomo, pieles curtidas, etc.
La escritura fue el resultado de un proceso
lento de evolución con diversos pasos:
imágenes que reproducían objetos
cotidianos (pictografía); representación
mediante símbolos (ideografía); y la
reproducción de sílabas y letras.

Los más antiguos vestigios de escritura se


encuentran, hacia finales del
IV milenio a. C., en el Antiguo Egipto, con
jeroglíficos, y la antigua Mesopotamia,
mediante signos cuneiformes (escritura
cuneiforme; utilizaban una varilla con
sección triangular, que al hendir en placas
de arcilla, dejaba una marca en forma de
cuña). La usaron los sumerios, acadios,
asirios, hititas, persas, babilonios, etc. La
escritura egipcia, que perduró más de tres
milenios, mediante jeroglíficos,
representaba ideas abstractas, objetos,
palabras, sílabas, letras y números.
Evolucionó en las escrituras hierática y
demótica. Otros pueblos, como los hititas
y los aztecas también tuvieron tipos
propios de escritura.

China …
Manuscrito chino en seda del siglo V

La escritura china más antigua que se


conoce son 50000 inscripciones sobre
conchas de tortuga que incorporan 4500
caracteres distintos, y data del 1400 a. C.
en el yacimiento de Xiaotun, en la
provincia de Henan. Pero los primeros
libros reconocibles de China corresponden
al siglo VI a. C., los jiance o jiandu, rollos
de finas tiras de bambú o madera
grabados con tinta indeleble y atados con
cordel. Estos textos servían
principalmente a causas institucionales,
era la obra de funcionarios civiles o
militares.[3]
Desde Confucio en adelante (551-
479 a. C.) los libros se convirtieron en
importantes instrumentos de aprendizaje,
se escribieron tratados de filosofía,
medicina, astronomía y cartografía.

En el período de los reinos combatientes


(475-221 a. C.) La seda se usó mucho
como soporte para escribir. La tela era
ligera, resistente al clima húmedo,
absorbía bien la tinta y proporcionaba al
texto un fondo blanco, sin embargo era
mucho más cara que el bambú, es por
esto que en ocasiones se hacía una copia
en bambú antes de grabarse en seda los
textos importantes.
La invención del papel según la tradición
china, se atribuye a un eunuco de la corte
imperial llamado Cai Lin en el 105 d. C.
Usando nuevos ingredientes (trapos
viejos, cáñamo, corteza de árbol y redes
de pescar) creó un método de fabricación
de papel muy similar al que se usa hoy en
día. Pero el papel tardó cientos de años en
reemplazar al bambú y la seda, fue hasta
finales del siglo II d. C. que la corte
imperial lo usó en cantidades importantes.
Esta innovación no se propagó fuera de
China hasta el 610 d. C. aproximadamente,
y alcanzó Europa a través de España hasta
el siglo XII.
A mediados del siglo VIII los chinos
inventaron la impresión xilográfica, o el
grabado en madera, y la necesidad de
reproducir un gran número de textos e
imágenes budistas, calendarios, manuales
de adivinación y diccionarios promovió
una rápida y temprana propagación de la
xilografía. El primer libro impreso chino
que se ha encontrado es el Sutra del
diamante del 868 d. C.

Los impresores chinos crearon los tipos


móviles hacia el siglo XI, el escritor chino
Ch'en Kua (1030-1095) narra la historia de
esta invención en su libro de cosas vistas
y oídas (Mengshi Pitan), según el escritor
el herrero JenTsung de la dinastía de los
Song del norte entre 1041-1049 logró
crear caracteres móviles, para esto utilizó
arcilla endurecida al fuego sobre la cual
había grabado unos caracteres móviles
que fijo sobre una plancha de hierro
impregnada de resina de pino, cera y
cenizas. También se le atribuye la creación
de una mesa giratoria para guardar los
caracteres, esta técnica se llamaba
tipografía tablearia. Hacia el 1300 Wang-
Tcheng, un técnico agrónomo, emplazó la
arcilla por madera de azufaifo, que era
mucho más dura. Pero este avance no
revolucionó la imprenta hasta el punto que
lo hizo Gutenberg en Europa 400 años
después. A diferencia de las lenguas
europeas, el chino escrito requiere miles
de caracteres únicos, lo que hace mucho
más eficaz los bloques de madera
individuales que los enormes conjuntos de
tipos reutilizables. En contraste con el
declive de las artes de los escribas en
occidente en los siglos que siguieron a la
creación de la imprenta de tipos móviles,
la caligrafía china conservó su prestigio,
era un arte. No obstante, a finales del siglo
XV, China había producido más libros que
el resto del mundo junto.

Los árabes aprendieron la técnica para


fabricar papel de sus contactos con China
en el siglo VIII, y este se introdujo en
Europa en el siglo XII a través de la España
musulmana.[3]

Corea …

La obra xilográfica más antigua


encontrada hasta nuestros días es el
Dharani Sutra de Corea, datado en el 751
a. C., aunque no se sabe quién fue el
inventor de la xilografía los chinos y
coreanos fueron los que impulsaron la
impresión xilográfica, principalmente para
editar textos religiosos. El budismo chino y
coreano fue el vehículo que trasmitió la
xilografía a Japón. Pero Corea realizó
muchos otros avances que revolucionaron
la manera de imprimir y en consecuencia
el libro.

Entre 1234 y 1239 los coreanos que se


habían refugiado en la isla de Gwanghwa,
debido a la invasión mongol, no disponían
de madera dura fue entonces que
imprimieron 28 ejemplares de los 50
volúmenes del Go geum sang jeong ye
mun con caracteres móviles metálicos. La
obra del año 1239 describe el método
utilizado y termina diciendo: impreso para
la eternidad con caracteres de nueva
fabricación. Más tarde el rey Taejong puso
en funcionamiento un taller que contribuía
a la difusión de la escritura y en 1403, el
tercer año de su reinado, se restableció la
fundición nacional, el Jujaso, donde se
fabricaban caracteres móviles de
imprenta, realizó la primera fundición de
tipos móviles en bronce. Cabe señalar que
la invención de la tipografía coreana es de
primordial importancia para la religión,
particularmente el budismo, el
confucionismo, y el taoísmo.[4]

Durante el reinado del tercer hijo de


Taejong, Sejong aumentó el número de
centros dedicados a la enseñanza. En la
capital existían cuatro escuelas, un
colegio para el pueblo y una escuela para
la familia real y sus parientes. El libro se
convirtió en la herramienta primordial de
los esfuerzos de alfabetización que,
incluso llegaron a las provincias y pueblos
lejanos. Los niños varones tenían que
seguir las clases que les inculcaban las
nociones básicas como la escritura y la
lectura.

Los caracteres fueron mejorando con el


tiempo, buscaban una forma más
cuadrada y más regular que los
precedentes, facilitando así la
composición. Durante la invasión
japonesa (1592-1598) un general japonés
llevó caracteres móviles y libros a Japón,
así Japón pudo desarrollar su imprenta, en
cambio, la imprenta coreana retrocedió a
partir de ese momento, se volvió a la
madera para la fabricación de tipos
móviles y cada la producción de libros
decayó.[5]

Sin duda alguna la dinastía Joseon fue el


gran periodo para los libros coreanos, se
sabe de 32 fundiciones de caracteres
móviles metálicos y más de 350 modelos
diferentes. A pesar de las dificultades
Corea supo desarrollar e incluso exportar
sus técnicas de imprenta. China no utilizó
caracteres móviles hasta finales del siglo
XV, en 1490, por su parte, Japón adoptó la
técnica tipográfica coreana a finales del
siglo XVI en 1592.

Egipto …

Papiro egipcio en hierático del 1600 a. C.

Egipto creó el papiro y lo exportó a todo el


mediterráneo, se usaba para plasmar
textos en Egipto, Grecia y Roma. La
fabricación del papiro era complicada y
dado que las láminas de papiro estaban
hechas de dos capas superpuestas, por
cada cara discurría una veta distinta, de
ahí que se denomine recto donde el grano
discurría de forma horizontal y verso en
donde el grano discurría en vertical, sin
embargo solo se escribía en la cara
interna que era la más lisa. Las láminas se
pegaban para hacer un rollo.

A partir del siglo I d. C. El pergamino


comenzó a competir con el papiro, se cree
que surgió en Pérgamo, en la actual
Turquía. El pergamino tenía la ventaja de
resistir condiciones de humedad, era más
duradero y podía doblarse sin romperse,
también podía rasparse para limpiarlo y
ser reutilizado.

Es muy poco lo que se conoce de las


bibliotecas egipcias, un pequeño
testimonio es el templo de Horus, donde
en uno de los muros están los títulos de
37 libros que eran parte de las
bibliotecas.[6]

Grecia …

La escritura alfabética hizo más accesible


la lectura y la escritura. El alfabeto griego
se desarrolló en el siglo VI y V a. C., era
puramente fonético a diferencia de los
ideogramas chinos, un erudito chino podía
dedicar toda su vida a dominar miles de
caracteres, en comparación, el alfabeto
griego podía aprenderse en unos días. El
uso de la escritura se incrementó en
Atenas hacia el siglo V a. C.[7]

En relación con el uso de la escritura y de


los libros, se conocían entre los griegos
los oficios siguientes:

Había escribientes, cuya profesión


consistía en copiar, a quienes llamaban
bibliographi
Otros que pintaban las letras, a los
cuales les daban el nombre de
kalligraphoi
Asimismo había bibliopolæ cuyo nombre
se daba a los libreros que vendían los
libros.

Estos entre los griegos no se vendían


encuadernados sino enrollados. En Atenas
los libreros tenían tiendas públicas y en
ellas se reunían ordinariamente los
literatos para leer los libros nuevos que se
escribían.[8]

Roma …

Entre los romanos se conocían las


siguientes profesiones relacionadas con
los libros:

los copistas de libros, llamados librarii


los encargados de venderlos o
bibliopolæ
unos esclavos instruidos en el arte de
encolarlos o pegarlos, conocidos con el
nombre de glutinatores.

En tiempo de la república las personas


acomodadas tenían en sus casas muchos
copistas o secretarios, la mayor parte
esclavos o libertos, para copiar los
manuscritos nuevos. Pero en tiempo de
Augusto los vendedores de libros,
bibliopolæ, se introdujeron en Roma y
comenzaron a verse tiendas de libros, que
solían estar cerca de la entrada de los
templos y de los edificios públicos, y en
particular en el foro romano. Los libreros
fijaban en sus puertas los títulos de las
obras que tenían en venta para que con un
golpe de vista pudiese cualquiera
enterarse de lo que había en ellas.[8]

En la Roma imperial los escritos podían


encontrarse en todas partes. La
administración cotidiana produjo un flujo
constante de documentos, la
alfabetización rudimentario era habitual,
incluso en las clases bajas, lo que provocó
que en el siglo I d. C. hubiera un
crecimiento del público lector, ya no se
escribía para un círculo de amigo íntimos,
sino para un público anónimo, pero la
clase alta siguió conservando la cultura
literaria oral tradicional.

En el siglo III d. C. empezó el declive del


imperio romano y las invasiones bárbaras
causaron una contracción de la cultura
escrita. Muchas instituciones escolásticas
cayeron, a excepción de las mantenidas
por la iglesia cristiana.

Durante los primeros siglos de la era


cristiana apareció el códice, una de las
más importantes y perdurables
revoluciones de la historia del libro. Era
más compacto y fácil de manejar que los
rollos, podía utilizarse ambas caras del
papel, lo que le permitía contener más
texto. Aunque el códice tenía claras
ventajas, el rollo siguió en uso durante
varios siglos. La monarquía inglesa
continuó usando rollos para registrar sus
leyes hasta la edad media.[9]

Con el advenimiento de la imprenta, se


inicia la época de expansión bibliográfica,
de la modernidad y del pensamiento
crítico, facilitado en la actualidad con el
acceso a la información en otro tipo de
fuentes, tales como periódicos, revistas,
Internet, etc. No obstante, el valor del libro
es perdurable a través del tiempo.

Edad Media …

Copista del siglo XV

Antes de la invención de la imprenta era


muy costosa la adquisición de una obra
importante y se vendía lo mismo que una
heredad o casa, por medio de escritura
pública y bajo condiciones particulares.
Los historiadores citan muchos ejemplos
de lo escasos que eran en la edad media
los libros y de lo caros que se vendían en
Europa. Saint-Loup, abad de Ferrleres,
envió dos de sus monjes a Italia el año
855, con el solo objeto de sacar una copia
del Tratado de la Oratoria de Cicerón y de
algunos otros libros latinos, de los cuales
no poseía sino algunos fragmentos. En el
siglo XII ejemplar de la Biblia y otro de las
cartas de San Jerónimo eran poseídos en
común por varios monasterios de España,
que se servían de ellos simultáneamente.
El abate Lebeuf menciona una colección
de homilías por las cuales se dieron en
Bretaña, en el siglo XI, 2000 carneros y
tres moyos de grano. La copia de los
manuscritos se hacia entonces con tanta
pausa y lentitud, que una copia de la Biblia
sacada en cinco meses se consideró
como un prodigio de velocidad. Habiendo
legado un particular en 1406 a una iglesia
de Parts, un breviario para el uso de sus
capellanes y para los sacerdotes pobres,
se resolvió a fin de conservar tan preciosa
alhaja y de cumplir al mismo tiempo los
deseos del testador, encerrarlo en una caja
de hierro. En el siglo XV todavía no se
prestaban los libros sino con muchas
garantías y seguridades.
Con el fin de que las obras se conservaran
y reprodujeran, se acostumbraba en
algunos monasterios a que cada novicio
copiara antes de profesar el libro que el
superior le señalaba a cuya costumbre
debemos muchos libros preciosos de la
antigüedad, que sin esta medida no
habrían llegado basta nosotros. Los
monasterios contribuyeron con este y
otros medios a la conservación de
muchos escritos y documentos preciosos
que se salvaron, en medio de la borrasca
universal de la Edad Media, en aquellos
monasterios donde se refugiaron y
encontraron acogida las ciencias y las
letras.[8]
El libro antiguo
El libro comprendido como
una unidad de hojas impresas
que se encuentran
encuadernadas en
determinado material que forman un
volumen ordenado, puede dividir su
producción en dos grandes períodos:
desde la invención de la imprenta de tipos
móviles hasta 1801, y el periodo de
producción industrializada.

Así libro antiguo es aquel que fue


producido en el período manual de la
imprenta, es decir que fue impreso con
tipos móviles metálicos, estos libros
fueron publicados desde la creación de la
imprenta en el siglo XV hasta el siglo XIX.

La aparición de la imprenta de tipos


móviles en 1444, revolucionó el proceso
de producción del libro, aunque algunos
procesos de la fabricación se mantuvieron
igual que en la época de los scriptoria, la
imprenta hizo relativamente más sencilla
la producción de libros.[10]

La coexistencia del desarrollo de la


imprenta con el comienzo del movimiento
humanista y la reforma luterana
impulsaron el crecimiento de la industria
del libro, puesto que vieron en él un medio
de difusión masivo. Pero también existían
otras circunstancias que ayudaron a la
propagación del libro impreso, el auge de
las universidades desarrolló un mercado
más amplio para los libros entre las élites
intelectuales laicas y religiosas. En medio
siglo, la segunda mitad del siglo XV, el
libro impreso se convirtió en un
importante negocio internacional, los
libreros e impresores fueron ante todo
empresarios. Pero el libro también debe su
expansión a la atención que algunos
monarcas y religiosos pusieron en la
imprenta, en 1468 el papa Paulo II ordenó
imprimir las epístolas de san Jerónimo,
por su parte el rey de Francia Carlos VII
mandó a Nicolás Jenson a Alemania para
aprender la técnica de impresión, con el
tiempo los más importantes soberanos en
Europa protegieron el desarrollo de la
imprenta.

La superioridad de la imprenta sobre la


xilografía fue incuestionable, la escritura
era regular, impresión a ambas caras,
rapidez de impresión y la posibilidad de
volver a utilizar los caracteres para
imprimir otros textos.[11]

Se puede establecer una cronología del


libro antiguo dividida en siglos, tomando
como base ciertas características
comunes en un siglo determinado:[10]

Incunables siglo XV
Renacentistas siglo XVI
Barroco siglo XVII
Neoclásico siglo XVIII
Ilustrado siglo XIX

El auge del libro …

La producción de libros en Europa crecía desde 500


hasta 1800 por el factor de más de 70 000.[12] El
evento clave era la invención de la imprenta por
Gutenberg en el siglo XV.

No es sino hasta mediados del siglo XVIII,


una vez que el libro ha superado las
dificultades tecnológicas que le impedían
convertirse en una mercancía, que este
inicia su rápido ascenso dentro del gusto
de las minorías ilustradas de la sociedad.

La invención de la imprenta y el desarrollo


del papel, así como la aparición de centros
de divulgación de las ideas, permitieron la
aparición del escritor profesional que
depende de editores y libreros
principalmente y ya no del subsidio
público o del mecenazgo de los nobles o
de los hombres acaudalados.

Además, surge una innovación comercial


que convierte al libro en una mercancía de
fácil acceso a los plebeyos y los pobres,
que consiste en las librerías ambulantes,
donde el librero cobra una cantidad
mensual para prestar libros, que al ser
devueltos le permiten al lector-usuario
recibir otro a cambio.

El mismo libro, se convierte en un avance


que da distinción a los lectores como
progresistas en un siglo en que el
progreso es una meta social ampliamente
deseada y a la que pueden acceder por
igual nobles y plebeyos, creando una
meritocracia de nuevo cuño.

A pesar de lo anterior, la minoría que


cultiva el gusto por el libro se encuentra
entre los nobles y las clases altas y
cultivadas de los plebeyos, pues solo
estos grupos sociales saben leer y escribir,
lo que representa el factor cultural
adicional para el inevitable auge del libro.

La censura de libros …

Otro importante factor que fomentó el


aprecio por los libros fue la Censura, que
si bien solía ejercerse también en periodos
anteriores a los siglos XVII y XVIII, es
precisamente en esta época cuando
adquiere mayor relevancia, puesto que los
libros se producen por millares,
multiplicando en esa proporción la
posibilidad de difundir ideas que el Estado
y la Iglesia no desean que se divulguen.

En 1757 se publicó en París un decreto


que condenaba a muerte a los editores,
impresores y a los autores de libros no
autorizados que se editarán, a pesar de
carecer de dicha autorización. La
draconiana medida fue complementada
con un decreto que prohibía a cualquiera
que no estuviera autorizado a publicar
libros de tema religioso. En 1774, otro
decreto obligaba a los editores a obtener
autorizaciones antes y después de
publicar cada libro y en 1787, se ordenó
vigilar incluso los lugares libres de
censura.

Estas medidas lo único que lograron fue


aumentar el precio de los libros y obligar a
los libreros ambulantes a no incluirlos en
su catálogo, con lo cual incrementaron el
negocio de los libros prohibidos, que de
esta manera tenían un mayor precio y
despertaban un mayor interés entre la
clase alta que podía pagar el sobrevalor,
con lo cual se fomentaron en el exterior,
en Londres, Ámsterdam, Ginebra y en toda
Alemania, las imprentas que publicaban
libros en francés. Así fueron editados
hasta la saciedad Voltaire, Rousseau,
Holbach, Morell y muchos más, cuyos
libros eran transportados en buques que
anclaban en El Havre, Boulogne y Burdeos,
desde donde los propios nobles los
transportaban en sus coches para
revenderlos en París.

En tanto la censura se volvió inefectiva e


incluso los censores utilizaron dicha
censura como medio para promover a
astutos escritores y editores. Así, por
ejemplo, cuando el todopoderoso ministro
Guillaume-Chrétien de Lamoignon de
Malesherbes revocó la autorización para
publicar L'Encyclopédie, fue él mismo
quien protegió a la obra cumbre de la
Ilustración para después distribuirla de
manera más libre, lo mismo hizo para
proteger Emile y La nouvelle Éloise.

Véase también: Censura

Confección de un libro
Normalmente, un libro es impreso en
grandes hojas de papel, donde se alojan 8
páginas a cada lado. Cada una de estas
grandes hojas es doblada hasta
convertirla en una signatura de 16
páginas. Las signaturas se ordenan y se
cosen por el lomo. Luego este lomo es
redondeado y se le pega una malla de tela
para asegurar las partes. Finalmente las
páginas son alisadas por tres lados con
una guillotina y el lomo pegado a una tapa
de cartón. Toda esta tarea se realiza en
serie, inclusive la encuadernación.

En el caso de que las hojas no sean


alisadas mediante un proceso de corte, se
habla de un libro intonso.

Las imprentas más modernas pueden


imprimir 16, 32 y hasta 64 páginas por
cara de grandes hojas, luego, como se
mencionara más arriba, se las corta y se
las dobla. Muchas veces el texto de la
obra no alcanza a cubrir las últimas
páginas, lo que provoca que algunos libros
tengan páginas vacías al final del mismo,
aunque muchas veces son cubiertas con
propaganda de la editorial sobre textos del
mismo autor o inclusive otros de su
plantilla.

Los importantes avances en desarrollo de


software y las tecnologías de impresión
digital han permitido la aplicación de la
producción bajo demanda (en inglés el
acrónimo P.O.D.) al mundo del libro. Esto
está permitiendo eliminar el concepto de
"Libro Agotado" al poder reimprimirse
títulos desde un solo ejemplar, y se está
fomentando la edición de libros en tiradas
muy cortas que antes no eran rentables
por los medios tradicionales.

Como aplicación más innovadora, las


librerías electrónicas más reconocidas
están además ofertando a todo el mundo
libros que no son fabricados hasta que
son vendidos. Esto es posible solo por
estar dados de alta en los sistemas de
producción de compañías internacionales
como Lightning Source, Publidisa,
Booksurge, Anthony Rowe, etc.
El libro electrónico

Ebook entre libros de papel

A finales de 1971 comenzó a desarrollarse


lo que hoy denominamos libro digital o
electrónico. Michael Hart fue el impulsor
del Proyecto Gutenberg, (que consistía en
la creación de una biblioteca digital
totalmente gratis), donde podíamos
encontrar obras de autores como
Shakespeare, Poe y Dante entre otros,
todas ellas obras de dominio público. En
1981 se produce un importante avance, ya
que sale a la venta el primer libro
electrónico: Random House's Electronic
Dictionary. Sin embargo, fue en marzo de
2001 cuando el libro digital (también
conocido como eBook) experimentó su
máxima expansión gracias al novelista
Stephen King, quien lanzó al mercado a
través de la red su novela Riding the Bullet.
La obra, en apenas 48 horas, vendió
400 000 copias, al precio de dos dólares y
medio la copia.[13] El mes siguiente
Vladímir Putin también sacó a través de
Internet sus memorias.
Desde este momento comenzaron a
aparecer varias editoriales electrónicas y
muchas tiendas virtuales empezaron a
incorporar libros electrónicos en sus
catálogos.

El libro como indicador de


celebridad
En el año 2000 se recogían los siguientes
datos: «Si la celebridad de un individuo
consiste en que se escriba un libro sobre
él, […] Jesucristo es aún el personaje que
goza de más fama en el mundo actual»,
dice el periódico británico The Guardian.
Una investigación que tomó como base
los libros de la Biblioteca del Congreso de
Estados Unidos, con sede en Washington,
D. C., reveló la existencia de 17 239 obras
acerca de Jesús, casi el doble que de
William Shakespeare, quien alcanza el
segundo lugar, con 9801. Vladimir Lenin
resulta el tercero, con 4492, seguido de
Abraham Lincoln, con 4378, y de Napoleón
I, con 4007. El séptimo puesto, con 3595,
lo ocupa María, la madre de Jesús, quien
es la única mujer entre los treinta
principales. La siguiente es Juana de Arco,
con 545. Encabeza la nómina de
compositores Richard Wagner, tras quien
vienen Mozart, Beethoven y Bach. Picasso
es el número uno de los pintores, seguido
de Leonardo da Vinci y Miguel Ángel. Da
Vinci, sin embargo, se lleva la palma en la
lista de científicos e inventores, superando
a Charles Darwin, Albert Einstein y Galileo
Galilei. «No figura ningún personaje vivo
en los treinta primeros lugares», agrega el
rotativo.[14]

Partes del libro

Detalles cubierta y páginas de un libro


Sobrecubierta: No todos los libros la
tienen, pero es relativamente frecuente.
Cubierta: se llama también "pasta" es
consistente. Constituye el aspecto
externo del libro y se extienden por la
cubierta, lomo y la contracubierta.
Lomo: es donde se imprimen los datos
de título, número o tomo de una
colección, el autor, logotipo de la
editorial, etc.
Guardas: hojas que unen las tapas con
el resto del libro.
Página de derechos de propiedad o de
créditos: Reverso de la portada. Es la
página de propiedad literaria o
copyright, editor, fechas de las ediciones
del libro, reimpresiones, depósito legal,
título en original si es una traducción,
créditos de diseño, etc.
Hojas de cortesía o de respeto: folios en
blanco que se colocan al principio y al
final del libro.
Anteportada o portadilla: va antes de la
portada y se pone el título.
Contraportada: Página par posterior a la
portadilla, generalmente blanca.
Portada: se indican los datos del libro.
Índice: es una lista ordenada que
muestra los capítulos, artículos
materias u otros elementos del libro,
etc.
Prefacio = Avant-propos
Preámbulo
Presentación
Cuerpo de la obra: conjunto de hojas
que constituyen el texto del libro.
Página: Cada una de las hojas con
anverso y reverso numerados.
Cita
Dedicatoria (Texto con el cual el autor
dedica la obra, se suele colocar en el
anverso de la hoja que sigue a la
portada. No confundir con dedicatoria
autógrafa del autor que es cuando el
autor, de su puño y letra, dedica la obra
a una persona concreta.)
Paratexto
Epígrafe
Prólogo o introducción: Es el texto
previo al cuerpo literario de la obra.
Capítulo
Bibliografía
Colofón
Epílogo
Biografía: En algunos libros se suele
agregar una página con la biografía del
autor o ilustrador de la obra.
Sobrecubierta

Cubierta del Libro de Mormón


Guarda

Dedicatoria de Quentin Crisp


Portada de un libro de Pío X

Índice de un libro sobre serpientes


australianas
Prefacio de un libro de 1564 de Giovan
Battista Bellaso

Cuerpo de una obra de leyes


Página de un libro antiguo

Epílogo de las Fábulas de Lafontaine


ilustrado por Benjamin Rabier
Lomos de varios libros apilados

Tipos de libros
De acuerdo con el contenido los libros se
pueden clasificar en:

Científicos Biografías
Literatura y Libro de texto
lingüísticos Libros de gran
De viaje formato (Coffee
Table Book) Recreativos
De referencia o Poéticos
consulta Juveniles
Monografías

En las bibliotecas se suele utilizar el


Sistema Dewey de clasificación por
materias.

Véase también
Autor Día Internacional
Biblia del Libro

Bibliodiversidad Historia del libro

Capital mundial Imprenta


del libro Internet
Lectura Anexo:Libros
Lectura rápida perdidos
recuperados
Tipografía

Referencias
1. Se entiende por libro una publicación
impresa no periódica que consta
como mínimo de 49 páginas, sin
contar las de cubierta, editada en el
país y puesta a disposición del público
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Byblos. París: H & D. ISBN 2 914 266 04
9.

Enlaces externos
Wikiquote alberga frases célebres de o
sobre Libro.
Wikcionario tiene definiciones y otra
información sobre libro.
Shot Informativo (Tec de Monterrey) El
futuro del libro
5 canciones inspiradas en libros. Por
Revista Diners
Guía de lectura de la Biblioteca del
Museo Etnológico de Navarra "Julio
Caro Baroja"

Datos: Q571 Multimedia: Books


Diccionario: libro
Citas célebres: Libro

Obtenido de
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Última edición hace 28 días por SeroBOT

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