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Cómo Ser Un Yogi Las 24 Horas Del Día
Cómo Ser Un Yogi Las 24 Horas Del Día
Debemos imitar la gracia y divinidad del elefante que sabía que sólo
podía producirse daño en
la pelea. Debemos convertir la “no reacción” en el sutra, el
mantra para nuestras vidas.
Entonces, y sólo entonces, conoceremos la verdadera paz.
INTROSPECCIÓN:
De este modo, por la mañana empezamos con meditación. Todo
el día
practicamos la no reacción. ¿Y por la noche? Introspección. Al final del
día, un buen empresario
siempre comprueba su balance: ¿cuánto ha ganado, cuánto ha
gastado? Del mismo modo, un
buen profesor revisa la puntuación de los exámenes de sus
estudiantes: ¿cuántos aprobaron,
cuántos suspendieron?
Observando sus éxitos y fracasos, valoran como de bien lo están
haciendo. ¿Son los beneficios
del empresario mayores que sus pérdidas? ¿Están aprobando la
mayoría de los estudiantes del
profesor?
Del mismo modo, cada noche, debemos examinar el balance de
nuestro día: cuáles fueron
nuestros éxitos, cuáles nuestros fracasos. Y por todos los éxitos,
todos nuestros “puntos
positivos”, debemos darle el mérito a Dios. Ya que realmente no
hemos hecho nada excepto
dejarle trabajar a través de nosotros. Todo el mérito va a Él. Él
es el que nos salva, el que
mantiene nuestra dignidad y nuestro éxito.
¡Sólo imaginen que Dios hubiera puesto una pantalla de televisión
en nuestra frente y todo lo
que estuviéramos pensando fuera retransmitido para que todo el
mundo pudiera verlo! Todas
nuestras reacciones, todos nuestros sarcásticos comentarios
internos, todas nuestras opiniones,
todas nuestras debilidades... sólo imaginen. ¡Nunca tendríamos
éxito ni tendríamos muchos
amigos! ¿No es cierto?
Así que es por su gracia que el mundo no ve nuestros
pensamientos, sólo Él ve nuestros
pensamientos. Por eso, le damos gracias. Decimos, “Gracias
Dios por traer éxito a esta
empresa” o “Gracias Dios por permitirme ser un cambio hoy en
la vida de alguien” o
sencillamente, “Gracias Dios por todo lo que fue bien hoy”.
Nuestros fracasos, también debemos dárselos a Dios. Por
supuesto, el fallo es nuestro. Sin
embargo, Él es tan misericordioso y compasivo que insiste en
que se los cedamos también.
Debemos decir, “Dios, por favor, toma estos puntos negativos.
Sabes que soy débil, sabes que
no soy nada. Mira sólo por un día todos mis fracasos, todos mis
puntos negativos. No puedo
pasar ni un solo día acumulando tantos puntos negativos. Pero
aún así me amas. Aún así, me
proteges para que el mundo no vea todos mis puntos negativos.
Soy muy débil, pero tú me
proteges”. De esta manera, cada noche comprobamos nuestro
balance y rezamos a Dios para
que nos ayude a tener menos puntos negativos, a hacernos más
fuertes, a convertirnos en
mejores manos que realizan su trabajo, a darnos más fe y más
devoción.
Si practicamos estos tres puntos cada día, entonces nuestras
vidas se volverán hermosas. Del
mismo modo que la práctica diaria seria de un asana puede traer el
brillo de la salud a nuestro
cuerpo, la práctica diaria seria de meditación, de no reacción y de
introspección puede traer el
brillo de la paz, de la felicidad y de la divinidad a nuestras vidas.
Traducción hecha por : Janu Mahtani.