ISSN 2344-9586

Escritos de filosofía. Segunda serie (enero-dic., 2017) Nº 5: 131-134 RESEÑAS

SOBRE ANTROPOLOGÍA FILOSÓFICA II.

VIDA HUMANA, PERSONA Y CULTURA DE
JAVIER SAN MARTÍN SALA
Noé Expósito Ropero1
Universidad Nacional de Educación a Distancia
nexposito@fsof.uned.es

Javier San Martín Sala, Antropología Filosófica

II. Vida humana, persona y cultura, Madrid,
UNED, 2015, 459 pp.
El profesor Javier San Martín, de so-
bra conocido en el ámbito filosófico na-
cional e internacional, ha dedicado su
trayectoria filosófica, principalmente, a
tres grandes líneas de investigación: la
fenomenología de Edmund Husserl, la
filosofía de José Ortega y Gasset y la an-
tropología filosófica. La obra que aquí re-
señamos, Antropología Filosófica II. Vida
humana, persona y cultura, viene a com-
pletar el primer volumen dedicado a la
misma materia, Antropología filosófica I.
De la antropología científica a la filosófica
Este trabajo está bajo una Licencia Creative Commons Atribución 4.0 Internacional
imparte estas materias. Es por ello por lo
que ambos volúmenes están estructura-
dos en “unidades didácticas” sistemáticas,
que en breve pasaremos a comentar de un
modo más detallado.
Sin embargo, hemos de señalar que,
a pesar de su afán pedagógico, ninguna
de estas obras puede ser presentada como
un manual al uso más. En este volumen,
Antropología Filosófica II. Vida humana,
persona y cultura, confluyen de una forma
original y profunda las tres líneas de inves-
tigación que han ocupado al profesor San
Martín, para desarrollar una antropología
filosófica genuinamente propia. El lector

(2013) 2. Ambos tomos están concebidos
como manuales para estudiantes tanto de
Filosofía como de Antropología, de modo
que estas publicaciones son el resultado de
varias décadas de experiencia docente en
la UNED, donde el profesor San Martín
que se acerca a esta obra advierte, ya desde
el Tema 1, titulado “La estructura de la vida
humana como objeto fundamental de la an-
tropología filosófica” (pp. 27-59), que San
Martín hace comparecer aquí a Husserl y
Ortega, tomándolos como hilo conductor

1. Beneficiario del Programa de Formación de Profesor Universitario (FPU) 2015-2018 del Ministerio de
Educación y Ciencia, adscrito al Departamento de Filosofía y Filosofía Moral y Política de la Universidad
Nacional de Educación a Distancia (UNED).
2. Me permito remitir al lector interesado a las respectivas reseñas que mis compañeras han realizado
de esta obra: Bak, A.: “San Martín, J.: Antropología filosófica I. De la antropología científica a la filo-
sófica, Madrid, UNED, 2013, 431 pp.”, en Daímon. Revista Internacional de Filosofía, nº 61, 2014, pp.
190-193 [disponible online: http://dx.doi.org/10.6018/daimon/185181]; y Rodríguez, S.: “San Martín, J.:
Antropología filosófica I. De la antropología científica a la filosófica, Madrid, UNED, 2013, 431 pp.”,
en Investigaciones Fenomenológicas, nº 11, 2015, pp. 363-367 [disponible online: http://www2.uned.es/
dpto_fim/InvFen/InvFen11/13_Rodriguez.html]

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para plantearnos, por ejemplo, la necesi-
dad metódica de una “Antropología desde
«dentro»”, –tal y como exigía Ortega en
su famoso texto Pidiendo un Goethe des-
de dentro (V, 120-142)–, para superar, así,
la clásica distinción entre una perspectiva
«emic» y «etic», asumida generalmente
por los antropólogos. Desde este plantea-
miento fenomenológico se aborda también
la importante problemática de “los dobles
humanos” donde, en diálogo crítico con
autores como Julián Marías, el profesor
San Martín nos ofrece su visión propia de
la cuestión (pp. 52-56). En los temas suce-
sivos va profundizando en las distintas “di-
mensiones de la vida humana”, abordando
en el Tema 2 las dimensiones del “cuerpo,
mundanidad y espacialidad” (pp. 59-90),
en diálogo con autores de la tradición fe-
nomenológica como Merleau-Ponty y su
aportación para una fenomenología “de la
carne”, o Heidegger y Husserl en relación
con “la mundanidad como Lebenswelt o
mundo de la vida”. Del mismo modo, se
abordan en el Tema 3 las categorías de la
“Temporalidad, lenguaje y yo” (pp. 91-
116), en diálogo crítico con autores como
Gilbert Ryle o George H. Mead, para fi-
nalizar, ya en el Tema 4, con las catego-
rías de “Socialidad e historicidad en el ser
humano” (pp. 117-144). Así completamos
la primera Unidad didáctica que, como po-
demos comprobar, se articula en torno a
problemáticas centrales de la antropología
filosófica, planteándonos –literalmente–
una serie de breves cuestionarios al final de
cada tema, para hacer reflexionar al lector
sobre los problemas abordados y facilitar
la labor pedagógica.
En la segunda Unidad didáctica, ti-
tulada “Cuerpo, alma, persona. Para una
filosofía de la mente y ontología del ser
humano” (pp. 145-294), se aborda, en el
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RESEÑAS
Tema V, la problemática de “El «alma» hu-
mana como psique: la estructura intencio-
nal” (pp. 153-182), tema fundamental para
toda la filosofía de la mente, puesto que en
torno a él gira “El problema tradicional del
«alma y el cuerpo»”, abordado en el Tema
VI (pp. 183-226), planteado a la luz de la
«diferencia fenomenológica» husserliana y
la distinción de Ortega entre “lo virtual” y
“lo real”. A partir de ellas nos expone San
Martín las diversas soluciones que se han
dado tradicionalmente a la relación entre
mente y cuerpo, mostrando las deficiencias
radicales tanto de los planteamientos mo-
nistas fisicalistas como del dualismo tradi-
cional, frente a los cuales “se puede hablar
de propiedades emergentes”, de modo que
–escribe San Martín– “lo mental sería una
propiedad superior del cerebro, o incluso
del organismo humano, que es imposible
de describir en predicados de sistemas o
subsistemas inferiores”, posiciones mante-
nidas por “los enactivistas, que son los que
en la actualidad están defendiendo estas te-
sis desde el campo de la fenomenología”
(pp. 221-222). Es importante señalar este
aspecto, pues sólo desde aquí se compren-
de en toda su profundidad la rotunda opo-
sición de la fenomenología a las posicio-
nes reduccionistas defendidas por algunos
representantes del modelo cibernético, o
la crítica a la confianza que algunos cien-
tíficos muestran, por ejemplo, en las pro-
mesas de la Inteligencia Artificial (IA).
Frente a estas comprensiones, no sólo ya
de lo psíquico, sino de la realidad huma-
na en su totalidad, se erige la fenomeno-
logía, de ahí que en el Tema VII, titulado
precisamente “Animales, máquinas y seres
humanos” (pp. 227-250), se esfuerce San
Martín en mostrarnos las limitaciones tan-
to de la “psicología cognitiva” como de los
“programas constructivistas”, puesto que,
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afirma San Martín, tales teorías desatien-
den, en el fondo, que la “mente humana,
la conciencia humana es mente humana
del cuerpo vivido de entrada, no tiene que
calcular nada porque por el cuerpo ya está
en la realidad, en las cosas mismas”, de
modo que, “dentro de ese marco, es decir,
estando ya en la realidad, puede establecer
cálculos de precisión, de desarrollo del co-
nocimiento, incluso corregir errores, pero
siempre sobre el fondo de realidad que an-
tecede a cualquier problema” (p.246). Para
mostrarnos la actualidad de estas posicio-
nes y el reto que éstas lanzan a la filosofía
en general, y a la antropología filosófica en
particular, San Martín nos ofrece un inte-
resantísimo “Apéndice” donde recoge un
“Manifiesto de once científicos expertos
en neurología” (pp. 283-291). Así, con esta
problemática de fondo, llegamos al último
Tema VIII de esta segunda Unidad didác-
tica, titulado “El ser humano como perso-
na: dignidad y el problema del mal” (pp.
251-283). En él se expone la visión que la
fenomenología articula del ser humano, ra-
dicalmente opuesta a las anteriores, pues-
to que ésta concibe al ser humano desde
su “carácter personal”, perspectiva que
permite hablar de “personalidad” (p. 260)
y “dignidad humana” (p. 261), así como
sacar a la luz los “diversos conceptos de
alienación” y las distintas “formas de la
cosificación” (pp. 276-280) que se dan en
las culturas actuales.
Al hilo de este ámbito de problemas
desembocamos en la tercera y última
Unidad didáctica, titulada “El ser humano
en la cultura. Introducción a una filosofía
de la cultura” (pp. 295-426), donde, tras
exponer el “Tema IX. Ciencia y filosofía
de la cultura”, planteado como introducto-
rio, pero en un interesante diálogo crítico
con autores como Tylor, Gustavo Bueno,
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RESEÑAS
Carlos París, o J. Morín, entre otros, y
abordar cuestiones tan actuales como “Los
límites de la noción biologicista de cultu-
ra” (pp. 313-316), nos expone San Martín
los que considera “Rasgos de la filosofía de
la cultura” de la mano de algunos impor-
tantes antropólogos como R. Linton, H.G.
Barnett, Edmund Leach o Clifford Geertz,
autores que San Martín considera, no ya
como antropólogos culturales, sino aden-
trados en “el terreno de una ontología de la
cultura” (p. 322). Así, con esta pregunta de
fondo, llegamos al Tema X, “Filosofía de
la cultura: ¿qué es la cultura? Para una fe-
nomenología de la cultura” (pp. 327-356),
donde San Martín, en una interesantísima
lectura de las Meditaciones del Quijote
de Ortega, nos expone una tesis central
para la filosofía de la cultura: “la cultura
como creación de sentido” (pp. 329-331),
entroncando así con el concepto de cultu-
ra de Husserl (p. 333), por un lado, y una
sugerente lectura de “Heidegger como fi-
lósofo de la cultura”, por otro. Especial
atención dedica San Martín a “la noción
heideggeriana de mundo como aportación
básica para una filosofía de la cultura” (pp.
336-337), concluyendo con la exposición
de algunos aspectos fundamentales de una
fenomenología de la cultura: en primer
lugar, la “descripción estática” (pp. 343-
346), en segundo lugar, el “análisis gené-
tico” (pp. 346-349), en tercer lugar, “la
racionalidad de la cultura” (pp. 349-352)
y, finalmente, “los elementos de la cultu-
ra”, entre los que habría que destacar los
“elementos étnicos” y los “elementos no
étnicos”, pues sólo así podemos explicar,
por ejemplo, el fenómeno de la “difusión”,
y mostrar que ésta “no es un aconteci-
miento ciego y mecánico” (pp. 352-353),
pues, concluye San Martín este Tema X,
“el mundo, tal como es, es resultado del
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sistema de preferencias dominantes en el
tiempo y épocas anteriores a la actualidad
presente” (p. 354). En el siguiente, Tema
XI, titulado “Los tipos de cultura”, expone
San Martín las diversas clasificaciones de
la cultura, distinguiendo entre la “cultura
técnica o instrumental”, la “cultura ideal”
y, finalmente, “la cultura práctica” (pp.
357-370). En el segundo apartado de este
Tema nos expone los distintos “escenarios
o espacios culturales”, según abordemos el
ámbito del “trabajo” (pp. 372-374), el de
“la familia y la política” (pp. 374-381), “la
muerte”, en relación con “el ser humano y
sus límites” (pp. 381-384) o, finalmente,
“el ser humano en relación con lo posible:
el juego” (pp. 384-387). En estrecha rela-
ción con estas nociones y, especialmente,
con la de “cultura práctica”, presenta San
Martín el último “Tema XII. Para una eva-
luación de la cultura: propuesta de un ideal
de cultura” (pp. 391-427), donde ofrece
una sugerente lectura de Husserl, mos-
trando el vínculo necesario entre “la vida
como tendencia” –noción fundacional de
la fenomenología– y “el carácter axiológi-
co de la cultura”. Desde esta axiología in-
herente a la propia cultura nos muestra San
Martín la necesidad del “comportamien-
to ético” como “condición de posibilidad
del ideal de cultura”, entroncando con una
problemática, por lo general, desatendi-
da en la Historia de la filosofía: las “pro-
fesiones” (pp. 404-406) y el papel que la
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RESEÑAS
propia filosofía –también el filósofo como
“profesión”– juega en la configuración de
este “ideal de cultura” (pp. 420-423). Por
último, concluye ya San Martín esta obra
exponiendo la problemática de “El ideal
de cultura en un mundo globalizado”, afir-
mando que, en última instancia, este “ideal
de cultura” es “solo pensable en la era de la
globalización, solo es compatible con una
organización mundial estatal, sometida,
por supuesto, a las condiciones normati-
vas del propio ideal de cultura, que, no lo
olvidemos, está regido por la idea de ser
humano auténtico” (p. 423). Así, tras este
amplio recorrido temático por las grandes
cuestiones de la Antropología Filosófica,
completamos la tríada que da título a esta
obra, quedando claramente explicado el
necesario recorrido de ida y vuelta que
toda antropología filosófica ha de asumir,
desde la Vida humana, que no puede ser
entendida sino como Persona –esta es la
perspectiva propia de la antropología filo-
sófica o fenomenológica trascendental que
plantea San Martín– hasta la Cultura, ám-
bito o “escenario” en el cual, efectivamen-
te, trabajamos, convivimos con los otros y
se nos da tanto lo posible como lo imposi-
ble, esto es, la Cultura como posibilidad
y límite de lo humano. De todo ello debe
hacerse cargo la Antropología Filosófica,
de ahí que San Martín asuma, con Ernst
Tugendhat, la importancia de esta discipli-
na como “filosofía primera”.