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INSTITUTO ACADÉMICO LA PORTADA

“Cultura, Tecnología, Sabiduría”

AREA: Religión DOCENTE: Brayan


Sarmiento Rojas

NOMBRE: GRADO SEMAN NOTA:


A7
Once

Qué voy a aprender Cómo voy a aprender Para qué voy a aprender
La importancia de fortalecer el Reflexionando acerca de la Para mejorar la convivencia en
valor de la obediencia. lectura sobre la obediencia familia y sociedad y siendo un
de Jesús y la reflexión que miembro activo de cambio que se
de ella se desprende necesita en la actualidad
Lectura y reflexión del
cuento

Competencia Derecho básico de aprendizaje


Bíblico cristológico No aplica
Epistemología Guía 14 del MEN: El conocimiento humano,
Convivencia y paz parte desde la psique.

Descripción de la actividad: leer la obediencia de Jesús y extraer los valores que nos transmite, con el
fin de llevarlo a la práctica en la vida personal y ser elemento de transformación social. También,
vislumbrar los elementos presentes en la parte filosófica y su análisis a través del cuento.

1. Explicación (Marco teórico):


LA EXPERIENCIA DE DIOS EN JESUCRISTO Y LA OBEDIENCIA A LA VOLUNTAD DEL
PADRE

 ‘Y aunque era Hijo, por lo que padeció, aprendió la obediencia’ (Hebreos 5: 8)
Cuando los niños crecen, necesitan aprender la obediencia. Cuando un niño no aprende a respetar a
sus padres y profesores, se vuelve rebelde y desagradable. ¿Pero, Jesús tuvo que aprender la
obediencia? De alguna manera esto es un pensamiento extraño. ¿No era siempre perfecto, incapaz
de hacer algo malo?
Sin embargo, el libro de Hebreos nos enseña que a pesar de que Él era un hijo, aprendió la
obediencia por lo que padeció. Jesús tuvo que aprender a decir sí a los planes de Dios con su vida.
Hay un pasaje en la Biblia donde vemos al Señor, luchando con el plan del Padre para él. Es el
momento justo antes de que ser detenido, cuando estaba completamente solo en el huerto de
Getsemaní. Jesús temía la ‘copa’ que tenía que beber. Él sabía que un sufrimiento terrible le estaba
esperando.
Jesús se arrodilló y ‘ofreció oraciones y súplicas con poderoso clamor y lágrimas al que podía salvarlo
de la muerte’ (Hebreos 5:7). No era sólo una oración, pero un grito apasionado a Dios por ayuda! Sin
embargo, incluso en este estado de angustia, Jesús añadió: ‘Sin embargo, no se haga mi voluntad,
sino la tuya’ (Lucas 22:42). Nuestro texto en Hebreos dice: ‘Jesús fue oído por causa de su temor
reverente’ (Hebreos 5: 7).
¿Esto significa que Jesús no tenía que beber la copa del sufrimiento? No – pero Dios envió un ángel
para darle la fuerza para soportar todo lo que vendría (Lucas 22:43). Es debido a la obediencia de
Jesús que ahora existe la salvación, alcanzable por cada uno que pone su confianza en Jesús!
Jesús era totalmente humano, al igual que nosotros. Tuvo que aprender la obediencia. Él oró a Dios
con pasión y con gran reverencia, al igual que se supone que debemos hacer. Así recibió la fuerza
para decir sí a los planes de Dios para su vida. Aprenda de Jesús, y aprenda a ser obediente a él!
Hay salvación eterna para ti.
Recuperado de https://www.palabrasbiblicas.net/jesus-aprendio-la-obediencia/

En este tema es importante observar dos puntos de vista:


● La obediencia nos ayuda a mantener relaciones amónicas con nuestros padres, docentes,
superiores, e incluso, con nuestros pares, ya que evita, de alguna manera, la generación de
conflictos. La obediencia, frente a las personas que nos quieren ayudar a formar, orientarnos,
guiarnos en la vida, nos ayuda a evitar sufrimientos, dificultades y problemas, nos permite
desarrollar nuestras potencialidades y causar nuestra conducta.
● La obediencia sin conciencia, es decir obedecer por costumbre, sin razonar frente a las
órdenes o indicaciones que se nos brindan, nos pueden hacer caer en actitudes y/o acciones
que van en contra de nuestra moral y nuestros principios.

Es claro que el ejemplo de Jesucristo es la obediencia total frente a la voluntad del Padre, pero
también es cierto, que hoy en día se usa mucho esta premisa para manipular la mente y el actuar de
las personas; es por esto, que es necesario comprender la obediencia como el cumplimiento de las
normas, leyes e indicaciones que se nos brindan, pero recalcando la importancia de la conciencia, la
reflexión y el consentimiento de lo que se está pidiendo que hagamos.

FILOSOFÍA DE LA PSICOLOGÍA
La filosofía de la psicología se puede caracterizar inicialmente como la reflexión sobre la psicología
en términos similares a los de otras áreas de especialización dentro de la filosofía de la ciencia—
como por ejemplo, la filosofía de la física, la filosofía de la biología o la filosofía de la economía. Sin
embargo, la filosofía de la psicología también abarca un gran ámbito de temas que se solapan con los
de otras disciplinas filosóficas que no derivan de otros cuerpos de conocimiento, y muy
especialmente, aquellos que conforman la filosofía de la mente, pero también la epistemología y la
filosofía de la acción. En un sentido amplio, la filosofía de la psicología incluye también pues los
desarrollos enmarcados dentro de estas disciplinas. En esta entrada, en cambio, tendremos en
consideración la filosofía de la psicología principalmente en tanto que aproximación de segundo
orden, esto es, como materia que se ocupa del estudio de los principios y métodos de la ciencia
psicológica.

Así entendida, la filosofía de la psicología es—junto con los desarrollos empíricamente informados del
resto de disciplinas filosóficas que se ocupan de lo mental—el pilar filosófico de la ciencia cognitiva,
es decir, el conjunto multidisciplinar que aglutina todo el conocimiento de que disponemos sobre la
naturaleza de la mente y que incluye—además de la filosofía y la propia psicología—la neurociencia,
la inteligencia artificial, la ciencia computacional, la lingüística y la biología. En tanto que reflexión
filosófica, la filosofía de la psicología atañe también al conjunto del conocimiento empírico sobre la
mente. Es así que las teorías y enfoques que surgen en el seno de la filosofía de la psicología son
típicamente aplicables al conjunto de disciplinas que configuran la ciencia cognitiva.

Para los efectos de esta breve entrada, es también conveniente precisar un poco más el sentido en
que consideramos la propia psicología. En general, la psicología es la ciencia empírica que se ocupa
de la mente y el comportamiento. La psicología como ciencia es una disciplina joven que surge con
las primeras prácticas de experimentación a finales del siglo XIX, y que estuvo además severamente
limitada en cuanto a su alcance durante varias décadas. Así pues, si bien las investigaciones
psicológicas se originan de la mano de la propia filosofía y ocupan un lugar primordial en la obra de
autores como Aristóteles, Descartes, Hume o Kant, no podemos hablar de filosofía de la psicología en
el sentido que nos ocupa aquí hasta bien entrado el siglo XX. Hay que tener también en cuenta que,
por otro lado, la psicología cubre un abanico muy amplio de especialidades que incluyen la
neurología, la psicología del desarrollo, la psicología clínica, la psicología evolutiva o la psicología
social por nombrar algunos ejemplos. Aunque típicamente consideramos la filosofía de la psicología
en tanto que estudio empírico de la cognición, el comportamiento y las estructuras y procesos
mentales, la reflexión filosófica sobre estas otras disciplinas más concretas también caen dentro del
ámbito de la filosofía de la psicología.

PSICOANALISIS

El psicoanálisis (del griego ψυχή [psykhé], «alma» o «mente», y ἀνάλυσις [análysis], «análisis», en el
sentido de examen o estudio) es una práctica terapéutica y técnica de investigación1 fundada por el
neurólogo austríaco Sigmund Freud alrededor de 1896. A partir del psicoanálisis se han desarrollado
posteriormente diversas escuelas de psicología profunda o de orientación dinámica y analítica.
Asimismo, la teoría ha influido sobre muchas otras escuelas psicológicas y de terapias no
necesariamente psicoanalíticas.

El psicoanálisis tiene como objetivo la investigación y el tratamiento de los problemas emocionales


desde el punto de vista de la infancia de la persona, la interpretación de los sueños, los actos fallidos
y la técnica de asociación libre, entre otras.
El interés de Freud recayó en el tratamiento de individuos que manifestaban un comportamiento
anormal extrayendo sus conclusiones de la observación clínica, técnica que reivindica frente a la de la
experimentación. Freud creía que poderosos impulsos biológicos, principalmente de naturaleza
sexual, influían en el comportamiento humano. Opinaba que estas tendencias eran inconscientes y
que creaban conflictos entre el individuo y las normas sociales.

CUENTO: EL ESPÍRITU EN LA BOTELLA


Hermanos Grimm
Érase una vez un pobre leñador que trabajaba desde la madrugada hasta bien entrada la noche.
Habiendo conseguido, al fin, reunir un poco de dinero, manifestó a su hijo:
- Tú eres mi hijo único; el dinero que he logrado ahorrar con mis sudores, voy a gastarlo en tu
instrucción. Aprende un oficio que sea útil y honrado, y podrás mantenerme cuando yo sea viejo y mis
miembros estén tan débiles que haya de quedarme en casa sentado.
Se fue el muchacho a la universidad y estudió con aplicación y diligencia durante un tiempo,
mereciendo los encomios de sus maestros.
Después de estudiar dos o tres cursos, se agotó el poco dinero recogido por el padre, y el mancebo
hubo de volver al pueblo.
- ¡Ay - díjole tristemente el viejo -, nada más puedo darte! Son tiempos muy duros, y apenas llego a
ganar lo bastante para el pan de cada día.
- Padre - respondió el muchacho -, no os inquietéis por esto. Cuando Dios lo ha dispuesto así, es que
será por mi bien. Ya me las arreglaré.
Como el padre se preparaba a marcharse al bosque para ganarse unas monedas con su oficio de
leñador, díjole su hijo:
- Dejadme ir con vos a ayudaros.
- No, hijo - respondióle el leñador -. Te resultaría muy penoso, ya que no estás acostumbrado a esta
clase de trabajo; no lo resistirías. Además, sólo tengo un hacha, y no hay dinero para comprar otra.
- Pedid una al vecino - dijo el mozo-. Os prestará su hacha hasta que yo haya ganado lo suficiente
para comprarme una.
Fue el hombre a pedir prestada el hacha a su vecino, y al despertar el día se dirigieron juntos al
bosque, donde el hijo se puso a ayudar a su padre, trabajando con todo ardor y alegría. A mediodía,
cuando el sol caía sobre sus cabezas, dijo el viejo:
- Ahora descansaremos y comeremos; luego reanudaremos el trabajo.
Cogiendo el muchacho su pan, dijo:
- Descansad vos, padre. Yo no estoy fatigado; voy a pasear un poco en busca de nidos.
- No seas tonto - exclamó el viejo -. Si te vas a correr por ahí, luego estarás rendido y no podrás ni
levantar el brazo; mejor es que te quedes conmigo.
Pero el hijo se metió en el bosque comiendo pan y mirando alegremente las ramas en busca de
nidos. Así, andando sin rumbo fijo, llegó al pie de un alto y corpulento roble, que parecía varias veces
centenario y cuyo tronco, apenas abrazarían cinco hombres con los brazos extendidos. Se detuvo y
pensó: "Muchos serán los pájaros que habrán hecho aquí su nido." De pronto parecióle oír una voz;
aguzando el oído, percibió unas palabras en tono apagado: "¡Déjame salir, déjame salir!." Miró en
torno suyo, pero no descubrió nada. La voz parecía salir del interior de la tierra. Gritó entonces:
- ¿Dónde estás?
Respondió la voz:
- ¡Estoy aquí, entre las raíces del roble! ¡Déjame salir, déjame salir!
El estudiante se puso a desbrozar el pie del árbol y ahondar en la tierra, entre las raíces, hasta que, al
fin, descubrió una botella de cristal metida en un pequeño hueco. Al levantarla y examinarla a la luz,
vio una forma, parecida a una rana, que saltaba en el interior del frasco. "¡Déjame salir, déjame salir!,"
volvió a oír, y el mozo, sin pensar nada malo, quitó el tapón de la botella.
Inmediatamente salió de ella un espíritu, que empezó a crecer, tan rápidamente, que a los pocos
instantes se había convertido en un tipo horrible, grande y corpulento como la mitad del roble.
- ¿Sabes - dijo el monstruo con voz espantosa - cuál será tu recompensa por haberme libertado?
- No - respondióle el muchacho, sin sentir miedo -. ¿Cómo voy a saberlo?
- ¡Pues te lo diré - gritó el espíritu -; en premio, voy a retorcerte el pescuezo!
- ¡Pudiste decírmelo antes - replicó el muchacho - y te habría dejado donde estabas! Por el momento,
deja mi cabeza en su sitio, pues hay que consultar a otras personas.
- ¡Otras personas, otras personas! Digan lo que quieran, recibirás el premio que te mereces. ¿Crees,
que me han tenido encerrado tanto tiempo en este frasco para hacerme un favor? No, fue para
castigo. Soy el poderoso Mercurio. A cualquiera que me ponga en libertad, tengo que romperle el
cuello.
- ¡Poco a poco! - replicó el estudiante -. No nos precipitemos. Antes he de saber si realmente eres tú
quien estaba aprisionado en la botella y si se trata, en realidad, de un auténtico espíritu. Si eres capaz
de volver a introducirte en ella, te creeré; y entonces podrás hacer conmigo lo que te venga en gana.
- Esto es facilísimo - respondió el espíritu, lleno de arrogancia; y, contrayéndose hasta quedar tan
pequeño y sutil como antes, se deslizó por el cuello de la botella y se metió dentro. Apenas se hubo
metido, el estudiante aplicó rápidamente el tapón y volvió a poner la botella en el lugar de donde la
sacara, entre las raíces del roble, dejando así burlado al espíritu.
Disponíase el mozo a volver junto a su padre, cuando el espíritu exclamó, con voz lastimera:
"¡Déjame salir, déjame salir!."
- ¡No - replicóle el muchacho -, no me cogerás por segunda vez! No vuelvo a soltar a quién quiso
quitarme la vida, ahora que lo tengo reducido a la impotencia.
- Si me dejas en libertad - exclamó el espíritu -, te daré riquezas bastantes para toda la vida.
- No. Me engañarías como antes.
- Estás jugándote tu felicidad - insistió el espíritu -. No te causaré ningún daño, sino que te
recompensaré con largueza.
Pensó el estudiante: "Voy a aventurarme; tal vez cumpla su palabra. De todos modos, no me
pescará." Quitó el tapón, salió el espíritu y, dilatándose como la vez primera, pronto
quedó transformado en un gigante.
- Ahora te daré la recompensa prometida - dijo, y, alargando al muchacho un trapito parecido a un
parche, prosiguió -. Frotando una herida con un extremo de este paño, quedará curada en el acto; y si
con el otro extremo frotas un objeto de hierro o acero, al momento se convertirá en plata.
- Antes he de probarlo - respondió el estudiante. Acercóse a un árbol y arrancó con su hacha un poco
de corteza; frotó luego el tronco con el extremo del parche, y en seguida se cubrió de corteza.
- Muy bien, no me has engañado - dijo al espíritu -, ahora podemos separarnos.
El espíritu le dio las gracias por haberlo libertado, y el estudiante se las dio, a su vez, por el regalo y
regresó junto a su padre.
- ¿Dónde estuviste? - preguntóle el viejo -. Por lo visto te has olvidado del trabajo. Siempre pensé que
no harías nada bueno.
- No os apuréis, padre. Recuperaré el tiempo perdido.
- ¡Ya lo veo! - refunfuñó el viejo -. No es ésa la manera de portarse.
- Fijaos, padre, cómo corto aquel árbol. Oíd cómo cruje. Frotó el hacha con su parche y pegó un
fuerte golpe; pero como el hierro se había transformado en plata, el filo se le torció -. Padre, ¡qué
hacha más mala me habéis dado! ¡Ved cómo se ha torcido!
Asustóse el viejo y exclamó:
- ¡Dios Santo, qué has hecho! Ahora habré de pagar el hacha y no tengo con qué. Éste es el beneficio
que he sacado de tu ayuda.
- No os apuréis - respondió el hijo -; yo pagaré la herramienta.
- ¡Mentecato! - exclamó el leñador -. ¿Con qué piensas pagarla? No tienes más que lo que yo te doy.
Tretas de estudiante no te faltan, pero del oficio de leñador no entiendes una palabra.
Al cabo de un rato dijo el estudiante:
- Padre, ya que no puedo seguir trabajando; mejor será que lo dejemos.
- ¡Cómo! - replicó el viejo -. Piensas que voy a estar mano sobre mano como tú? Márchate si quieres,
que yo tengo todavía que hacer.
- Padre, es la primera vez que he ido al bosque y no sé el camino. Veníos conmigo.
Al viejo se le aplacó el enojo y se dejó convencer al fin. Emprendieron, pues, el regreso, y durante el
camino dijo el anciano al muchacho:
- Ve a vender el hacha estropeada. Saca cuanto puedas por ella; el resto tendré que ganarlo yo para
pagar al vecino.
El mozo se fue con la herramienta a la ciudad, y, entrando en la tienda de un orfebre, se la ofreció en
venta. Examinóla el platero y, después de pesada, dijo:
- Vale cuatrocientos escudos; pero ahora no tengo tanto dinero aquí.
- Dadme lo que tengáis; el resto me lo pagaréis más adelante - propuso el muchacho.
Pagóle el orfebre trescientos escudos, y le quedó deudor de otros cien. El mozo regreso a su casa:
- Padre - dijo -, ya tengo dinero. Id a preguntar al vecino lo que le debéis por el hacha.
- No tengo que preguntárselo - respondió el leñador -. Vale un escudo y seis cuartos.
- Pues dadle tres escudos; es el doble y quedará contento. Mirad: me sobra dinero - y, entregando a
su padre cien escudos, le dijo -: Ya nada os faltará. Podéis vivir tranquilamente.
- ¡Dios mío! - exclamó el hombre -; ¿y cómo has adquirido toda esta riqueza?
Entonces le explicó el hijo lo que le había ocurrido y cómo, fiando en la suerte, había realizado
aquella rica adquisición. Con el resto del dinero se marchó a seguir sus estudios en la universidad; y
como, gracias a su parche, curaba todas las heridas, pronto convirtióse en el doctor más famoso del
mundo entero.
FIN del cuento

2. Actividades de aprendizaje:

A. Responde
● ¿Cómo debemos asumir la obediencia?
● ¿Cuáles son los peligros y las ventajas de la obediencia?
● ¿Qué relación tiene la psicología con el componente religioso?
● ¿Cuáles son elementos clave, en la psicología de los personajes del cuento?
● ¿Cuál es la función de las relaciones interpersonales en el cuento?
● ¿Cómo se podrían enumerar los factores que inciden en la psicología de los
personajes del cuento?

3. Evaluación:
Para la evaluación de la actividad se tendrán en cuenta los siguientes criterios:

● Desarrollo completo de todos los puntos


● Pulcritud en la entrega del trabajo (buena letra, coloreado, sin tachones, manchas o arrugas)
● Capacidad de analizar y reflexionar sobre el tema abordado, por medio de las lecturas bíblicas
y la elaboración del ensayo sobre el tema.
● Entrega puntual de la actividad.

4. Referencias:

https://www.palabrasbiblicas.net/jesus-aprendio-la-obediencia/
https://www.google.com/search?
q=quino+y+Dios&tbm=isch&ved=2ahUKEwi52cqbmp7qAhU9TDABHZbzBUAQ2-
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