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El control político y el Estado constitucional

Walter Robles Rosales


Abogado
El control político es una institución que explica y comprueba la
democratización del poder, cuyas funciones están racionalmente distribuidas
en un Estado constitucional. Gracias al control político, vigilante, indagador y
fiscalizador, es posible limitar los excesos del Leviatán, el monstruo bíblico
cuyo supremo poder no admite competencia ni par.

Históricamente, los pueblos en su búsqueda de libertad han rechazado el


monopolio del poder absoluto, utilizando mecanismos de control a través de
sus instituciones. El enfrentamiento entre Monarquía y Parlamento, concluyen
en Inglaterra con el triunfo de Pitt (1784), más tarde, el pueblo insurgente en la
Revolución Francesa (1789) logra que se reconozca como fuente del poder
político, la voluntad general. Y que para preservar la libertad, el Estado debe
sostenerse sobre la división y separación de funciones. Desde entonces en un
Estado constitucional la conformación del poder es triangular: gobierno,
parlamento y pueblo. Y que en todo sistema político democrático, el control
político es mutuo.

De acuerdo con Loewenstein hay dos tipos de control: el horizontal y el


vertical. El primero comprende el control intraórgano, que se produce cuando
opera eficazmente dentro de la organización de un solo detentador del poder
que bien puede ser un órgano colegiado. Y el control interórgano, que
funciona entre diversos detentadores del poder que cooperan en la gestión
estatal. En éste último control, se dan dos casos: a) cuando los detentadores
del poder comparten constitucionalmente el ejercicio de la función,
controlándose mutuamente, ejemplo: la aprobación de un tratado suscrito por el
Ejecutivo, tiene validez cuando el Parlamento lo apruebe; y b) el detentador
individual de un poder está autorizado constitucionalmente para intervenir
discrecionalmente en la actividad del otro, ejemplo: el Presidente observa una
ley aprobada por el Parlamento, devolviéndola.

En un Estado constitucional, las relaciones de control básicamente son cuatro:


1° El control del Parlamento frente al Ejecutivo. 2° El control del Ejecutivo sobre
el Parlamento. 3° El control de los Tribunales frente al Ejecutivo y Parlamento.
4° El control del electorado frente a los detentadores del poder.

Pero, el procedimiento de control puede variar en modalidad, frecuencia e


intensidad. Se define de acuerdo con las formas de gobierno. En el Perú, de
gobierno semipresidencial, la división y separación de funciones es rígida, el
Ejecutivo está más arraigado a su historia y tradición. El Presidente que lo
dirige, es Jefe de Estado, Jefe de Gobierno y personifica a la Nación (Art.110°;
inc. 3 del Art. 118°), es Jefe Supremo de las FF.AA. y policiales (Art. 167°), y
no necesita del Parlamento para gobernar, incluso hasta puede disolverlo (Art.
134°); puede nombrar y remover a sus ministros, quienes al refrendar los
actos presidenciales, son responsables políticos, individual y solidariamente,
sin perjuicio de lo administrativa, civil y penal (Art. 128°).
Por otro lado, el control parlamentario se da en doble vía: el control
intraórgano que evalúa la calidad de los proyectos de ley y la conducta de sus
miembros; y el control interórganos que le permite evaluar los actos del
Ejecutivo como interpelar a los ministros, invitarlos y solicitarles información,
extender su voto de confianza o de censura, investigar cualquier asunto de
interés público, la investidura del Consejo de Ministros, la dación de cuenta y
el antejuicio político (Art. 96° y 97° de la Constitución y el literal b) del Art. 64°
del Reglamento del Congreso). Pero como bien dice el prof. Bernales
Ballesteros, el Parlamento, a pesar de haber enriquecido sus modalidades de
control, éste es atenuado, sirve para moderar las decisiones sectoriales del
Ejecutivo. El Parlamento sólo aplica sanciones políticas, y sus conclusiones y
recomendaciones no tienen carácter vinculante (Exp. 09-2001-HC/TC).

En suma, los representantes políticos deben ser conscientes que el poder es


eventual y limitativo. Sólo son mandatarios con atribuciones y conducta sujetas
al principio de legalidad, que obedecen y acatan los acuerdos del pueblo
mandante. Hay un control político que busca el equilibrio y balanceo de
poderes, y no permite un poder unilateral, omnímodo y omnipresente.
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Pág. web: www.constitucionalrobles.com

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