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  ¿QUÉ ES LA TEORÍA DEL CRECIMIENTO ECONÓMICO?

El análisis del crecimiento económico ha desempeñado un papel


cada vez más importante en la economía durante los últimas  tres
décadas. Por una parte, la conciencia de los problemas de los países en
desarrollo y la incapacidad de los mecanismos convencionales para
resolverlos, condujeron al desarrollo de una parte de la economía, teórica
y descriptiva, que se dedicara a este tema en forma exclusiva. Por otra
parte, el cambio de enfoque en el problema del desempleo persistente en
economías capitalistas industriales avanzadas hacia los problemas del
pleno empleo, por supuesto llevaron a la pregunta acerca de qué
determina la tasa a la cual crece una economía a través del tiempo.
Algunos economistas consideran la tasa de crecimiento de la fuerza de
trabajo, la proporción del ingreso nacional que se ahorra y se invierte y la
tasa de mejoras tecnológicas (incluyendo incrementos en la captación de
la fuerza de trabajo y en la eficiencia administrativa) como los
determinantes principales de la tasa de crecimiento de la economía. Las
teorías económicas del crecimiento son bastante abstractas y
formalísticas, y se ha dedicado mayor atención a las propiedades lógicas
y matemáticas de los distintos modelos de crecimiento que a su
relevancia empírica, la cual es bastante baja.

La preocupación cotidiana acerca del crecimiento económico se debe a


la idea de que a mayor tasa de crecimiento de una economía, mayor
será, permaneciendo otras cosas igual, el incremento en el bienestar[1].

Después de este breve preámbulo, cabe presentar qué constituye en sí


la teoría del crecimiento.

La teoría del crecimiento es la parte de la economía que analiza los


determinantes del ritmo en que crece la economía a través del tiempo.
Por lo tanto, en una definición generalizada, crecimiento de la economía
significa el aumento de sus principales agregados económicos.
 

Otro punto importante en el estudio del crecimiento económico ha sido la


concepción de aspectos o características que lo integran. Así, las teorías
del crecimiento económico se encuentran clasificadas en (Jones, 1998):

a)           Teorías Magnas del Crecimiento Económico. Se constituyen como


aquéllas que captan la esencia de los procesos de crecimiento de
todas las sociedades a través de la historia; sus principales teóricos
son Smith, Ricardo, Malthus, Mill y Marx.

b)           Teorías del Desarrollo Económico. Aquéllas que pretenden


aplicarse a problemas específicos de los países que se encuentran
en desarrollo.

c)            Teorías Modernas del Crecimiento Económico. Son las teorías


desarrolladas en épocas relativamente recientes; tienen que ver no
sólo con el tiempo, sino con un determinado estilo y método de
análisis.

Como ha podido observarse, esta clasificación se encuentra en función


de la evolución de la concepción de crecimiento económico; así, se
evidenció el papel de las teorías de desarrollo económico y las teorías de
crecimiento económico[2].

Retomando el análisis del crecimiento económico, se tiene que desde los


años cincuenta y sesenta –inmerso entonces en las teorías modernas del
crecimiento económico- los estudios empíricos y teóricos neoclásicos
muestran la importancia del progreso tecnológico como una fuente
esencial del crecimiento económico (Guzmán Chávez, 2000: 37). En esta
vertiente, se encuentran los modelos considerados como exógenos; pero
también existen nuevos modelos de crecimiento económico inscritos en
el análisis de las fuentes endógenas y factores asociados a ellas. Más
que nada esta división de las teorías de crecimiento económico, es por la
visión que se tiene del progreso tecnológico –y de otras variables-,
exógena y endógena.

A manera de resumen se presenta el Cuadro 1, que muestra las fuentes


del crecimiento y sus características. Enseguida nos concentramos en 
exponer las principales características de ambas visiones, así como los
argumentos de sus máximos exponentes. 

Cuadro 1. Teorías del crecimiento

     

Teorías del crecimiento Fuentes del crecimiento Rasgos característicos

 
A. Smith (1776) División del trabajo Crecimiento ilimitado
D. Ricardo (1817) Reinversión productiva del Crecimiento limitado debido a
excedente los rendimientos decrecientes
de la tierra
R. Malthus (1799) Reinversión productiva del Crecimiento limitado debido a
excedente la ley de la población

 
K. Marx (1867) Acumulación del capital Crecimiento limitado en el
mundo de la producción
capitalista, debido a la baja
tendencial de la tasa de la
ganancia 
J. A. Schumpeter (1911, 1939) Racimos de innovaciones Inestabilidad del crecimiento,
teoría explicativa del ciclo largo
tipo Kondratiev
Modelo post-keynesiano  La tasa de crecimiento es Inestabilidad del crecimiento
R. Harrod (1939), E. Domar función de la relación entre la
(1946) tasa de ahorro y la tasa de
inversión
Modelo neo-clásico Crecimiento demográfico y Carácter transitorio del
progreso tecnológico exógeno crecimiento en ausencia del
R. Solow (1956) progreso técnico  
Modelos del Club de Roma Recursos naturales Crecimiento finito a causa de la
explosión demográfica, de la
Meadows (1972) contaminación y el consumo
energético
Teoría de la regulación Articulación entre régimen de Diversidad en el tiempo y en el
productividad y régimen de espacio, y los tipos de
demanda crecimiento
M. Aglietta (1976)
R. Boyer (1986)
Teorías del crecimiento Capital físico, tecnología, Carácter endógeno del
endógeno capital humano, capital crecimiento, rehabilitación del 
público, intermediarios Estado, consideración de la 
P. Romer (1986), R. Barro financieros Historia
(1990), R. Lucas (1988), J.
Greenwood y B. Janovic (1990)
Modelo de los Forma de organización Explicación de las
distritos Industriales industrial y territorial desigualdades regionales del
crecimiento
G. Becattini (1991)

FUENTE: La documentation Française, Problèmes économiques, números 2.510-2,511, 5-12


marzo, 1997.

III.                LAS VISIONES EXÓGENA Y ENDÓGENA DEL CRECIMIENTO


ECONÓMICO

El estudio de las teorías modernas de crecimiento económico ha


tenido dos vertientes, tomando en consideración el periodo de estudio.
De esta manera, se ha observado que el periodo 1936-1970 es marcado
por una visión exógena del crecimiento, mientras que el periodo
comprendido desde 1985 a la fecha  se caracteriza por una  visión
endógena[3] del crecimiento económico (Destinobles, 2000).

Así, en los siguientes apartados se presentan algunos aspectos


relevantes de la orientación neoclásica y la postura de la nueva
economía acerca del crecimiento económico de largo plazo, a fin de
observar sus exponentes principales, sus fuentes y diferencias entre
ambas teorías.

III.1     Crecimiento Exógeno.

 
Desde una perspectiva keynesiana, Harrod (1939) y Domar (1947)
enfatizan la importancia de la inversión en el crecimiento económico.

Harrod (1939) planteó por lo menos tres conjuntos de cuestiones al


analizar la problemática de la economía del crecimiento: 1) la posibilidad
de un crecimiento sostenido en un modelo con una razón capital-
producto fija, C, y una razón ahorro-producción fija, s; 2) trata de mostrar
la irregularidad de una ruta de crecimiento sostenido; y 3) la inclusión de
la mano de obra como uno de los requerimientos integrales de la
producción, y no solamente el capital (Sen, 1979: 9 y 13).

El modelo de Harrod-Domar tiende a poner en evidencia la inestabilidad


del crecimiento: Harrod indica que no existe ningún mecanismo seguro
para evitar que una economía consiga igualar las tasas natural y
garantizada, al ser esta última básicamente inestable. Por su parte,
Domar señala que el problema radica en la existencia de una inversión
con un nivel bajo para las necesidades de la economía.

A pesar de considerarse de manera generalizada como un solo modelo


al modelo de Harrod y Domar[4], pueden distinguirse ciertas diferencias
entre ambos modelos (Galindo, 1994: 25-26):

1)           En el modelo de Harrod s sería la propensión media a ahorrar, en


cambio en el modelo de Domar se considera como propensión
marginal a ahorrar;

2)           Las condiciones de equilibrio son distintas en cada modelo.


Mientras que para Harrod el equilibrio corresponde a una tasa de

crecimiento igual a  , en cambio para Domar dicho equilibrio se


alcanza cuando la tasa de crecimiento de la inversión fuese s.
Entonces, en principio cuando se cumpla que   , ambas
expresiones serían iguales;

3)           En lo que corresponde a la fuerza de trabajo, Harrod señala que


para que exista pleno empleo se tiene que cumplir que la tasa
garantizada sea igual a la natural contemplando la evolución de la
fuerza de trabajo, mientras que en Domar, su condición de equilibrio
implica ya la existencia de pleno empleo, pero sin considerar cómo
evoluciona el número de trabajadores;

4)           En el modelo de Domar no se determina de forma implícita la


función de inversión, dándose unas condiciones de consistencia. En
cambio, en Harrod si se obtiene una verdadera función de inversión
a través de la teoría del acelerador en su forma más simple;

5)           Con respecto al periodo a largo plazo, Harrod y Domar plantean dos


dificultades distintas a las que se tienen que enfrentar las
economías. Para Harrod, va a ser la escasez de la mano de obra
que puede perjudicar el crecimiento. Para Domar, es la escasez de
inversión la que puede llegar a ser perjudicial;

6)           Para Harrod el paro es una de las situaciones habituales y el


objetivo básico a eliminar, para Domar va a ser la capacidad
productiva no utilizada de forma eficaz la que perjudica la evolución
del país.

Las características mencionadas permiten considerar a ambos modelos


de forma diferente. Lo importante aquí es resaltar que con el modelo de
Harrod –de visión keynesiana- se inicia el interés por la teoría del
crecimiento; se dieron papeles específicos a la acumulación de capital,
expansión de fuerza de trabajo y progreso técnico. Por lo tanto, podemos
decir que el modelo de Harrod-Domar abre nuevos caminos para el
estudio de la moderna teoría del crecimiento.

Posteriormente, la discusión acerca de las fuentes del crecimiento fue


retomada por los neoclásicos, siendo su máximo exponente Robert M.
Solow, quien en su modelo de 1956,  A Contribution to the Theory of
Economic Growth, desarrolla la hipótesis sobre la intensificación del
capital y su probable contribución a la productividad laboral, al eventual
proceso de inversión y al crecimiento.

Asimismo, en su modelo, Solow (1956) señala que los rendimientos


decrecientes del capital imponen un límite a la acumulación y al mismo
crecimiento económico. Por lo tanto, sólo el progreso técnico puede
contrarrestar la tendencia decreciente del capital y propiciar que se
mantenga su crecimiento. El equilibrio en este modelo se establece
cuando la tasa de crecimiento del ingreso por habitante es igual a la tasa
de progreso técnico, la cual depende de la evolución de la tecnología y
por tanto se fija fuera del modelo[5].

En otras palabras, el crecimiento supone un desarrollo del capital


mediante la inversión y un aumento de la población, aún cuando es
considerado como limitado por un ritmo de crecimiento natural
considerado como dato exógeno. En el modelo de Solow se integra el
progreso tecnológico, A, para mejorar la productividad de los factores.
Tal progreso técnico no es explicado por el análisis económico, es decir,
es exógeno (Destinobles, 2000). Como el propio Solow (1956) señala,
parte del modelo de Harrod-Domar:

“La mayor parte de este ensayo se ocupa de un modelo de crecimiento a


largo plazo que acepta todos los supuestos de Harrod-Domar, excepto el
de las proporciones fijas. Supongo, por el contrario, que el bien
compuesto se produce por la mano de obra y el capital bajo las
condiciones neoclásicas comunes. La adaptación del sistema a una tasa
de incremento de la fuerza de trabajo dada desde afuera se elabora con
cierto detalle, para ver si aparece la inestabilidad de Harrod. Las
reacciones de los precios, los salarios y el interés desempeñan un papel
importante en este proceso neoclásico de ajuste” (Solow, 1956: 152)

Las principales ecuaciones e hipótesis del modelo de Solow (1956) se


presentan como sigue:

1.            La economía produce un solo tipo de bien, representando la


producción como Y. La función de producción se integra por dos
factores, capital y trabajo:

Con la función de producción Cobb-Douglas, se considera que     es


igual a algún número entre 0 y 1.

2.            El ahorro, S, se comporta de forma proporcional a la renta


(producción):

3.            El stock de capital, K, no se deprecia y la inversión neta, I, es la


tasa de crecimiento de dicho stock de capital:

 
4.            En equilibrio, la inversión tiene que ser igual al ahorro:

5.            La fuerza de trabajo crece a un nivel proporcional constante y


exógeno, n:

Con todos estos supuestos, y haciendo la formalización matemática


correspondiente se llega a la ecuación fundamental del equilibrio
neoclásico:

Esta expresión indica que la tasa de variación correspondiente a la


relación que existe entre el capital y el trabajo, k, se determina a través
de la diferencia entre el ahorro por trabajador y el ahorro necesario para
mantener dicha relación constante, cuando crece la fuerza de trabajo
(Galindo, 1994: 34).

Considerando el estado estacionario, con la condición de  , se tiene


entonces que la producción por trabajador está determinada como:

 
 

Lo anterior nos indica que los países que tienen altas tasas de
ahorro/inversión tienden a ser más ricos, permaneciendo todo lo demás
igual; por el contrario, los países con altas tasas de crecimiento de la
población, tenderán a ser más pobres. Sin embargo, de acuerdo con este
modelo sencillo de Solow, no hay crecimiento per cápita: la producción
por trabajador es constante en el estado estacionario.

Posteriormente, Solow realizó, en 1957, un estudio empírico sobre el


cambio técnico y la función de producción en la economía
estadounidense. En dicho modelo identifica el residuo o productividad
total de los factores como aquella parte del crecimiento que no es
explicada por el crecimiento de los factores de la producción, sino por el
progreso técnico[6]. Es decir, se trata de un modelo con tecnología.

De tal manera que, para generar crecimiento sostenido en la producción


per cápita, se introdujo el progreso tecnológico al modelo. Añadiendo la
variable de tecnología, A, tenemos la nueva función de producción[7]:

El progreso tecnológico se da cuando A aumenta en el transcurso del


tiempo. Dado que este progreso tecnológico es exógeno –supuesto
importante del modelo de Solow-, y que crece a una tasa constante, el
crecimiento de la tecnología (g) se determina de la siguiente forma:

 
 

Para concluir esta parte, y conocer a qué tasa deberá crecer la


economía, se tiene que:

donde gy  es la tasa de crecimiento de la producción por trabajador y gk,


la tasa de crecimiento del capital por trabajador, las cuales crecen a la
tasa de cambio tecnológico exógeno, g. Esta situación se conoce como
ruta de crecimiento equilibrada.

Por lo tanto, el modelo con tecnología, expresa que es el progreso


tecnológico la fuente del crecimiento per cápita sostenido.

Si se mantiene constante el incremento demográfico, el progreso


tecnológico es la única fuente de crecimiento económico. Esto debido a
que, por un lado, deriva en el aumento de la productividad (tasa de
crecimiento de la eficiencia técnica) y, por otro, los mayores rendimientos
del capital estimulan el flujo de producción (Guzmán Chávez, 2000).

III.2     Crecimiento Endógeno

Los nuevos modelos de crecimiento económico desarrollados


desde finales de los 80 se encuentran inmersos en el análisis de las
fuentes endógenas y los factores asociados a dichas fuentes.

Antes de exponer los conceptos fundamentales que plantean las nuevas


teorías del crecimiento, habrá de comprenderse la noción “endógeno”.
 

De acuerdo con el diccionario Merriam Webster’s Collegiate Dictionary,


endógeno significa lo que es ocasionado por factores que se hallan
dentro del organismo o sistema.

Luego entonces, es el análisis de las fuentes endógenas lo que marca la


diferencia del enfoque teórico del crecimiento endógeno. Esta nueva
forma de concebir el crecimiento económico tiene su base en los
progresos registrados en las teorías de la economía industrial y del
comercio internacional.

En esta nueva concepción del crecimiento económico, el elemento clave


es la endogeneización del progreso tecnológico. Le reconocen un doble
carácter al progreso tecnológico: 1) la acumulación del capital físico, y 2)
la acumulación del capital humano. El cambio tecnológico se expresa en
las invenciones que se adicionan al conjunto de nuevos equipos y
maquinaria, aunque también se manifiesta en los efectos del aprendizaje
derivados de las innovaciones, los cuales se suman a la experiencia y
conocimientos previos. También posibilita variar las condiciones de vida
de la población (alimentos, salud, educación, etc.), lo que impulsa la
inversión (la demanda) y favorece la acumulación de capital físico; por
tanto, los nuevos conocimientos adquiridos en el proceso de
trasformación se incorporan a los ya existentes, contribuyendo de esta
manera a la acumulación del capital humano (Ibid: 40).

Por lo tanto, la característica fundamental de esta aportación es la de no


considerar al progreso técnico como un factor que está exógenamente
determinado (Galindo, 1994: 104).

Por otra parte, cabe señalar  tres aspectos considerados en los modelos
de crecimiento endógeno:

 
a)           Tipo de competencia en que se basa el crecimiento. Este aspecto
tiene que ver con la presencia de rendimientos crecientes, los cuales
son posibles en un tipo de competencia imperfecta. Es decir, los
rendimientos crecientes se vinculan a la competencia por medio de
dos mecanismos: el primero, consiste en que solo en un nivel de
agregación macroeconómico operan los rendimientos de escala
crecientes, en virtud de las externalidades tecnológicas
(acumulación de conocimientos); y, el segundo, en la diferenciación
de productos, que conduce a rendimientos crecientes.

b)           La noción de crecimiento. En los modelos de crecimiento endógeno


el rendimiento del capital en la producción del capital se mantiene
constante, como base del crecimiento autosostenido. Si el stock de
capital aumenta, la productividad marginal no se anula sino que se
mantiene fija. Ello debido a que existen factores que endogenizan el
crecimiento de la productividad, generando externalidades o
rendimiento crecientes en la acumulación; de esta manera, la
acumulación de los factores contribuyen al crecimiento económico.

c)            Las fuentes de crecimiento. Las nuevas teorías de crecimiento


reconocen variables que evitan anular la productividad marginal del
factor acumulable indispensable para la producción. Por lo tanto,
tales variables y sus externalidades constituirán una fuente de
crecimiento endógeno (Ibid: 40-42).

El análisis de este último aspecto del crecimiento económico es de vital


importancia, considerando que es en esta fuente donde radica la
distinción entre el estudio del crecimiento endógeno. Por lo tanto, a
continuación se presentan las fuentes endógenas del crecimiento:

1.            La inversión en capital físico y la acumulación de


conocimientos.
 

Esta primera fuente endógena de crecimiento tiene su base en el


modelo fundador de Romer (1986). En su modelo, Romer (1986) plantea
un modelo de crecimiento basado en las externalidades positivas,
derivadas de la acumulación del conocimiento, A, un factor de capital y
de la inversión de capital físico, K. Asimismo, el crecimiento económico
es fruto del incremento del stock de capital y, por tanto, de la intensidad
del capital, con una población constante, ello tiene que ver con la
existencia de rendimientos constantes o crecientes a escala. La
productividad marginal del capital no decrece con la acumulación, de ahí
el reconocimiento de esta fuente endógena.

Por su parte, el conocimiento es producido en las empresas a partir del


aprendizaje y de la Investigación y Desarrollo y éste tiende a ser del
dominio público. La base inicial de los conocimientos se encuentra en la
maquinaria y el equipo, es decir, en capital. En el proceso de producción
los trabajadores aprenden y se apropian de los conocimientos, sin
embargo, también generan nuevas ideas que contribuyen a mejorar el
uso de los insumos (capital y trabajo) y, por tanto, de la tecnología (Ibid:
43).

2.            Investigación y Desarrollo

Básicamente se puede decir que la fuente endógena Investigación y


Desarrollo, expresado en la innovación tecnológica, se encuentra en los
trabajos de Romer (1989) y de Aghion y Howitt (1990).

Romer (1989) endogeniza el progreso tecnológico como consecuencia


de considerar que los investigadores buscan plantear nuevas ideas
(constante innovación) y sacar provecho de las mismas (ideas
novedosas).

 
Al respecto, Romer señala que “... el cambio tecnológico –un
mejoramiento de las instrucciones para la combinación de las materias
primas- se encuentra en la base del crecimiento económico... El cambio
tecnológico aporta el incentivo necesario para la acumulación continua
del capital, y la acumulación del capital y el cambio tecnológico en su
conjunto son responsables en gran parte del incremento del producto por
hora trabajada” (Romer, 1989: 1). De esta manera, si se quiere modelar
el progreso tecnológico en forma endógena se tiene que abandonar el
mundo perfectamente competitivo y óptimo de Pareto (que constituye la
base de la teoría neoclásica) y propiciar la competencia imperfecta, ya
que una empresa en competencia perfecta no invertirá en investigación
(su costo medio de producir tecnología siempre sería mayor que el costo
marginal).

Asimismo, Romer (1989) destaca la importancia del capital humano


destinado al proceso de investigación y desarrollo; de igual manera, en
su modelo se parte de tres premisas fundamentales, a saber: a) el
cambio tecnológico está en la base del crecimiento económico; b) el
cambio tecnológico responde a las acciones de individuos motivados por
los incentivos del mercado; y c) las instrucciones (conocimientos) para
trabajar con materias primas tienen sus especificidades (Romer, 1990:
71).

Por su parte, Aghion y Howitt (1990) reconocen la importancia del


incremento de la calidad de los insumos, en una perspectiva
schumpeteriana[8] de la destrucción masiva.

“La producción de la economía depende de la cantidad del


insumo intermedio y de su calidad. Los sucesivos grupos de
bienes intermedios dan lugar a mejorías en la calidad, los
cuales hacen obsoletos a los precedentes. Esta mejoría en la
calidad, también produce crecimiento económico. Esto es
resultado de las actividades de investigación de las firmas que
generan continuas innovaciones de producto. La incertidumbre
de la investigación implica que el crecimiento sea estocástico”
(P. Aghion y P. Howitt, 1990: 79).
 

En resumen, Aghion y Howitt (1990) señalan que la actividad innovadora


deriva básicamente de dos actividades: a) de la investigación y desarrollo
y b) del aprendizaje en la práctica (learning by doing).

3.            Capital Humano

Robert E. Lucas (1988) define el capital humano individual como el


nivel de capacitación (calificación) general. Una ampliación a esta
definición es la que señalan D. Guellec y P. Ralle (1995): el capital
humano define el stock de conocimientos valorizables económicamente e
incorporados en los individuos. No es solamente el nivel de calificación
sino también (en especial, en el caso de los países en vías de desarrollo)
el estado de salud, la nutrición y la higiene.

Para Lucas (1988), las fuentes de acumulación del capital humano son
dos:

1)           la educación, la que se adquiere en la escuela a través de la


educación formal; y

2)           el aprendizaje en la práctica (learning by doing), por medio del cual


se incorporan nuevos conocimientos (conocimientos técnicos).

A diferencia del capital tecnológico, donde el rendimiento de la


acumulación es desde el principio público, el rendimiento del capital
humano es privado (Guzmán Chávez, 2000: 49).

 
En el modelo de Lucas (1988) se manifiesta que el capital humano
acumulado en el tiempo impacta la productividad actual o en periodos
futuros; también se señala que un nivel bajo de capital humano y capital
físico puede mantener a un país rezagado económicamente, es decir:

“Dada la tecnología     , donde el bien uno es


el bien de alta tecnología, los países acumulan capacidades
tecnológicas, haciendo aquello que ya están listos para
hacer, intensificando sus ventajas comparativas iniciales”
(Lucas, 1988: 33).

Otro enfoque en relación con el capital humano como fuente de


crecimiento es el expuesto por R. Nelson y E. Phelps (1966), para
quienes la educación es la que permite aumentar la capacidad individual,
para innovar (crear actividades, productos y tecnologías nuevos) y para
adaptar las nuevas tecnologías, con las cuales se acelera la difusión
tecnológica a través de la economía.

Para Nelson y Phelps (1966) el nivel educativo tiene un papel


fundamental, y en consecuencia el nivel del capital humano en el
crecimiento. Por lo tanto, el nivel de escolaridad de la población y, en
específico, el número de investigadores, son factores importantes para el
crecimiento de un país[9].

Algunos estudios empíricos –como los de Barro y X. Sala-i-Martin, (1994)


y J. Benhabib y M. M. Spiegel (1994)- han encontrado una correlación
significativa entre el nivel de educación secundaria y superior y la tasa de
crecimiento de productividad.

De acuerdo con este enfoque, tanto la mejoría del nivel educativo como
el aprendizaje de las nuevas tecnologías desarrolladas en otros países,
constituyen elementos cruciales para la convergencia.
 

4.            Capital Público de Infraestructura

En su modelo de 1990, Barro revelaba que la red de comunicaciones o


de telecomunicaciones, servicios de información, carreteras, puentes,
etc., favorece el crecimiento de la productividad total de los factores del
conjunto de las empresas. Es decir, la inversión en capital público juega
un papel importante para el crecimiento.

5.            Comercio Internacional

Considerando una economía abierta, los modelos de crecimiento


endógeno reconocen que no solo existen intercambios de bienes, sino
también intercambios de flujos de conocimientos tecnológicos, patentes,
habilidades laborales, los cuales pueden contribuir al crecimiento.
También la difusión (spillover) de tecnologías y de conocimientos entre
los países engendra externalidades positivas que favorecen el
crecimiento económico de los países (Guzmán Chávez, 2000).

Uno de los modelos que discuten los efectos de la política proteccionista


o de libre cambio en el plano del comercio internacional es el de
Grossman y Helpman (1990)[10].

Según Grossman y Helpman (1990), el comercio internacional permite el


acceso a nuevos cambios técnicos; la competencia internacional alienta
u obliga a los empresarios a acceder a nuevas ideas y técnicas,
elevándose de esta manera la inversión en Investigación y Desarrollo,
factor importante para el crecimiento económico; asimismo, el comercio
internacional permite ampliar el tamaño del mercado para las empresas
exportadoras.

En International Trade with Endogenous Technological Change, Romer y


Rivera-Bátiz, tratan de explicar por qué las restricciones al comercio
tienen efectos positivos y negativos sobre el crecimiento económico, es
decir, por qué en ciertas ocasiones las restricciones propician crecimiento
y en otras ocasiones lo retardan. Para ello, en su modelo plantean dos
tipos de restricciones: 1) las restricciones sobre bienes comerciados en
un mercado perfectamente diferente, y 2) la protección selectiva de
bienes de conocimiento-intensivo con derechos de propiedad intelectual
en un mundo imperfecto. Asimismo, señalan tres efectos que inciden
sobre el crecimiento económico, a saber: 1) efecto de integración, 2)
efecto de redundancia, y 3) efecto de localización; los dos primeros dan
como resultado un crecimiento lento, en tanto que el tercero puede
propiciar tanto un crecimiento rápido como un crecimiento retardado,
dependiendo de sus características. En este modelo, se hace uso de la
existencia de “... dos sectores fundamentales: un sector de investigación
y desarrollo que produce las ideas que hacen posible el crecimiento
continuado, y un sector manufacturero, que hace uso de esas ideas y
produce capital físico y bienes de consumo. El producto de cada uno de
los sectores puede ser descrito en términos de una ecuación en forma
reducida que depende de insumos básicos tales como capital físico,
capital humano y trabajo utilizado en el sector” (Romer y Rivera-Bátiz,
1991: 1).

Por otra parte, Romain Wacziarg desarrolló una nueva medida de política
de apertura comercial basado en el componente político de acciones
comerciales; los resultados que obtuvo sugieren un impacto positivo de
apertura sobre el crecimiento económico, con la acumulación acelerada
de capital físico contabilizando para más de la mitad del efecto total; la
transmisión tecnológica mejorada y el incremento en la política
macroeconómica cuentan para efectos más pequeños (Wacziarg, 2001:
393).

 
Al respecto, entonces, señalamos que el análisis de que los países
deben adoptar reformas orientadas hacia el mercado y la liberación de su
sector externo, se ha revitalizado por el surgimiento de una nueva
generación de modelos de crecimiento basados en los papeles de las
economías de escala, la acumulación de capital humano y el progreso
tecnológico endógeno, que han incorporado nuevos elementos al análisis
del modo en que el comercio exterior y otras políticas nacionales afectan
el crecimiento económico en el largo plazo.

IV.               ¿HACIA DÓNDE VA EL ESTUDIO DEL CRECIMIENTO ECONÓMICO?

Muchos han sido los intelectuales que han propuesto una gran
variedad de explicaciones acerca de qué es lo que determina el
crecimiento económico –algunos otros factores, a parte de los ya
mencionados, resultan ser culturales, geográficos, institucionales, de
recursos naturales, etc. El debate sobre cuáles son las fuentes del
crecimiento económico está lejos de terminar. Los economistas no tienen
todas las respuestas a la compleja pregunta de qué es lo que determina
el crecimiento económico, sin embargo, han hecho muchos progresos en
la identificación de determinados factores básicos.

El crecimiento a largo plazo quizá no sea endógeno en cuanto a que se


puede manipular con facilidad a capricho de quienes hacen las políticas.
Sin embargo, esto no quiere decir que los modelos de crecimiento
exógeno como el modelo de Solow tengan la última palabra. Más bien se
entiende al crecimiento económico como el resultado endógeno de una
economía en la que las personas en busca de ganancias, a quienes se
les permite obtener rentas sobre los frutos de sus trabajo, buscan ideas
más nuevas y mejores. Es evidente que, en este sentido, el proceso del
crecimiento es endógeno (Jones, 2000: 158).

Aún así, cuando lo que se ha vislumbrado es la nueva economía del


crecimiento, y que han dado pauta a la introducción de variables
cualitativas que explican el crecimiento a largo plazo, se puede decir que
existen limitantes en sus explicaciones.

Una de las críticas a estos modelos es la ausencia de análisis del papel


que juegan las instituciones[11] en dicho crecimiento. Por ejemplo,
Abramovitz (1952) reconocía el desafío que significaba comprender el
papel de las empresas y los factores culturales e institucionales que
sirven de soporte, como factores asociados a las fuentes de crecimiento
(Guzmán Chávez, 2000). De esta manera, la presencia de instituciones
ineficientes puede ser un obstáculo al crecimiento y desempeños
económicos de los países, pese a que existan esfuerzos sustantivos para
incrementar el capital humano y el capital social, entre otros.

A fin de comprender mayormente cuáles pueden ser las fuentes del


crecimiento, se presentan las siguientes reflexiones (Sala-I-Martin, 2000:
9):

i.                    No existe un simple determinante del crecimiento

ii.                  El nivel inicial de ingresos es la variable más importante y


robusta

iii.                El tamaño del gobierno no parece importar demasiado. Lo que


interesa es la “calidad del gobierno”. Los gobiernos que
producen hiperinflación, distorsiones cambiarias, déficit externo,
burocracias ineficientes, y otros problemas, son gobiernos
dañinos para la economía

iv.                 La relación entre la mayoría de las medidas de capital humano


y crecimiento es débil. Sin embargo, algunas medidas de salud
(como la esperanza de vida, por ejemplo) se correlacionan en
forma robusta con el crecimiento
 

v.                   Las instituciones (como mercado libre, derecho de propiedad y


estado de derecho) son importantes en el crecimiento

vi.                 Las economías más abiertas tienden a crecer más rápido.

Por lo tanto, ante la falta de consenso entre las diferentes escuelas de


crecimiento económico acerca de qué es lo que determina el crecimiento
en las economías, queda mucho qué hacer.

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