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Introduccion A La Etica Profesional Del Abogado Jose Campillo Sainz PDF
Introduccion A La Etica Profesional Del Abogado Jose Campillo Sainz PDF
INTRODUCCIÓN
A LA
ÉTICA PROFESIONAL
DEL
‘ ABOGADO
Octava edición
Mi? w }
W653
EDITORIAL PORRUA
AV. REPÚBLICA ARGENTINA 15
MÉXICO, 2009
Sr. Dr. Máximo Carvajal Contreras,
Director de la Facultad de Derecho,
Distinguidos Maestros,
Señoras y Señores.
El licenciado en Derecho se
do de relaciones y
mueve en un mun'
significaciones morales. Habi‘
tualmente todo asunto en que
una determinación moral. interviene, imPIÍCZl
Trata con la
cia, la ambición, las prepoten-
paSÍOHCS, 108
debilidades de la naturaleza instintos y las
humana. Por eso se
dico que bajo el puente (lc. nuestra profesión pa-
san todas las mlscrias del mundo.
11
3) * QSQSQS
ÉTICA Y MORAL
La ética es un a ClCnCla
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15
LA PERSONA HUMANA
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Supremo. El hombro d; Y laMax
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creamón; dar al mundo
un rostro human reali‘
Todoozombre
esencia de hombre.
z.ar su prOpÏa. Sólo “
mISIÓn que cumplir, no es una pa-
tfïne. Jean Paul Sartre
51°" 1111101” como decía
distin-
gm; dc todos los dcmás seres del universo. En
‘
su
libertad residc su responsabilidad y de ella
emana
también su dignidad. Es entidad
insustituible y
amnituyL', por CSO, un fin cn sí mismo. Es una
empresa intransfcriblc que a él sólo toca
realizar
y sin que nadie pueda sustituirlo en esta
íntima
tarea.
21
,.
reglas 'moïales que
La ética y las derivan de
la conciencia
moral prevalemente en cada ¿M
Y lugar, inspiran Xpermear} Pd? d orden jurídico
mnguna dxsc1p11na.en nuestra ma‘
positivo. No hay
lleve 1mplícito el re‘
taria que de algún mod? no
conocimiento de un conjunto de normas morales_
En el fondo, el Derecho es, Co.mo decía Del Vw
Chio, “un mínimo ético”, el indlspensable para una
convivencia justa y ordenada entre los hombres.
ÉTICA PROFESIONAL
‘
Las fuentes formales se encuentran en los Có-
digos de Ética de los Colegios de profesionistas, en
11.808 y costumbres, en documentos de
algunos par-
tlcu-lares eminentes que ejercen la profesión, como
23
juramento de Hipócrates o con LOS
ocurre con cl Abogado de Couture y, en el
Mandamientos del formular, cqmo lo
contrae al
compromiso que sc cuando I'CClbÍmOs
juramento
hacemos nosotros, un ejercer nuestra pro_
acredita para
el título que nos
fesíón.
25
LA VOCACIÓN DEL JURISTA
Si quisiéramos definir
las
abogado, quizás características del
estaríamos
del hombre perfecto; describiendo el perfil
probo, prudente,
humano, veraz, firme, con sentido
dinámico, tenaz,
capacidad de raciocinio culto, con
lógico,
teresado, idealista, persuasivo, desin-
diligente, ordenado,
sentido de su dignidad y
su decoro. lleno del
28
Estas características, sin embargo, no son i
todas las fomlas del ejercicio de
les Para la plïuf:
sión. El abogado p.r<.)p.1amente
dicho, la vive como
una lucha, come 11t1g10,. como la defensa del inte.
rés de otro,
Juez la v1ve, en cambio,
como reso-
lución imparcml, tranquila y ecuánime, como ejer-
cicio de la sabiduría y 1a prudencia, con toda la
dignidad que su función le confiere. A los jueces,
Cicerón los llamaba, “la ley hablada”. Aristóteles,
la «ley animada” y Calamandrei decía que “el
juez ¿ra el derecho hecho hombre”.
RESPONSABILIDAD Y DIGNIDAD
DEL ABOGADO
Para
asumir plenamente la responsabilidad de su
profesión, el abogado debe estar claramente cons-
ciente de la dignidad de la función que realiza y
responsabilidades que ella implica. En 1a
de las
plática sobre La Dignidad del Abogado que sus.
tenté en esta Facultad, decía yo que, sin duda, por
culpa de algunos de nuestro propio gremio, el vul-
go frecuentemente nos ha hecho objeto de sátiras
y burlas.
32/
miento y realización del hombre en toda su pleni-
tud e integridad.
“512d se
begin“ al que está en'carflinado el desenvudv
eluehaeer del ¡1:
y“ ’ la libertad dc sx mlsmo y la hbertad
de quien
¡»tcïLaCOmicnda su defensa. Ningún
lc abOgado sin li-
tad podrá demandar, querellarse y
oponerse o
b‘í‘f'rcnmrsc a la arbitrariedad o al abuso del
poder.
Or la libertad como por la honra se puede y se
debe aventura la vida”, decía Cervantes. Los hom-
bres son libres cuande }as .1€.Y€S SOï} Justas Y ‘31 de'
,cho se realiza. La ll'ljllSÍlCla es Slempre una for-
m. de servidumbre y fuente de violencia. Libertad
mi!
Sticia son términos indisolublemente enlazados.
¿Lindo el abogado defiende la justicia, está de-
fendiendo tamblén la hbertad.
otro nombre de
Por eso, la justicia es también el
definirse como 1a justicia en
la Pal, que puede
seguridad, libertad y pal,
Orden. Justicia, orden,
interdependientes e íntimamen-
son P1168, términos conjuntamentfi
darse
te entrelazados, que deben
33
para lograr Su fín ánimo, que es el de
pleno desenvolvnmcnto y perfeCCíón
dgeïmür
0 Ei
34
LA JUSTICIA Y EL DERECHO
Y
yo me pregunto ¿qué es lo suyo? ¿es sola-
rnente la contraprestación debida para guardar
Igualdad en los cambios o la propiedad legítima-
35
Ñ
36d
Por eso, si cxamínamos la evolución del dere-
cho, nos encontramos con la abolición de la escla-
vitud; con la igualdad dc derechos a la mujer; con
la extensión del sufragio; con la condenación, cada
vez más generalizada, de la discriminación por mo.
tivos raciales o religiosos ; con la creación de los dc-
rechos sociales; con la proclamación del derecho
al trabajo, a la salud y a la Vivienda.
Couture dice que en el derecho hay
otros valo.
res involucrados; .pero el qne lo define
esencial-
mente es 12? Just1c1a. La Justlcia nos manda
Igualesy de tratar
igual a los manera
proporcionalmente
desigual a los demguales; pero esta norma
general
Va llenándose de contenido y ensanchando su signi-
.ficación por la historia y los afanes de los
hombres.
El derecho no es un fin en sí mismo, es un medio
de realizar la justicia y otros valores que también
afectan a la vida de la colectividad. Por eso, los
tribunales en que se aplica no reciben en su jerar-
quía máxima el nombre de tribunales de derecho,
sino, como en nuestro país, se titulan Suprema Cor-
te de Justicia.
37
ramos a la realización dc una “SúCia
perfeaa’ dice
Miguel Villoro. En los hombres hay una {aerugi-
nente hambre y sed y de justicxa; CS e a. ‘
gado, por sus conocimientos y su vocacion, en qmen
recae de manera especial la responsabihdad de Pm‘
curar que el derecho avance hacia formas cada VCZ
más elevadas de justicia. Por eso, el abogado nO
sólo es el hombre de la tradición, que recoge en
instituciones y leyes la experiencia de 105 que 1°
han precedido, sino que es y debe ser, también; fac‘
tor de cambio. A él corresponde recoger las situa-
ciones cambiantes; estar atento a las nuevas nece-
sidades; a las nuevas convicciones; a los nuevos da-
tos morales y sociales que se despiertan en la con-
ciencia colectiva y a las aspiraciones de los hom-
bres, para convertirlas en normas jurídicas. Sólo
cuando el cambio se institucionaliza a través del
derecho, tiene efectividad y permanencia.
Se ha dicho
con frecuencia que el Derecho persi-
gue también el blen común. Permitaseme, por tan-
to, hacer una
breve reflexión a este respecto. El
bien común será, el que es común a todos los miem-
bros del grupo social y que aunque no se identifica
con el bien particular de cada uno de ellos, si coin-
cide, en último extremo, con los intereses concretos
de quienes forman parte de la colectividad en lo
que ellos tienen de común con el resto de sus seme-
jantes.
39
V
l zar son
. Los fines que el D erecho
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indiscutiblemente parte del blCfl
Común para todos el imperio dc la Jusnclí’x: d
la h na, '
seguridad, del orden, de la paZ Y de
Y a estos valores podemos añadir los que Se refle'
con”
ren a la sobrevivencia misma del grupo Y a las
diciones materiales propicias para elevar la
con-
dición del hombre y para que éste pueda alcanzar
su desarrollo físico y espiritual en términos com-
patibles con su dignidad.
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‘51“u
CONCIENCIA MURAL DEL
LA Juusn.
41
todas las cuestiones que la rea-
damos respuesta a
plantear. Quienes hemos.V1v1do o
lidad nos va a experlflïfïntado
hemos
viviremos nuestra profesión,
o habremos de experimentar, igual como litigantes
angustia de tener que dCCldÍl‘
que como jueces, la
dónde están la justicia y la mo-
en el caso concreto
examinar si hay alguna rcgla
ral. Tendremos que
elegir; ten-
aplicable y, si son varias, cuál debemos
circunstancias
dremos que estudiar la realidad y las
conciencia,
del caso y, finalmente, será en nuestra
cn un diálogo muchas veces dramático con noso-
tros mismos, donde el abogado deb-e encontrar la
solución.
43
\
46
del Código de Ética dc la Barra Mexicana
lo 4Q
abogado abstenerse dc causar perjuicios
ordena al
injustificados “aunque sea con pretexto de escru-
pulosa
observancia 'dc reglas legales”.
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Pl“ “BIDAD
50N
La prevaricación, que es uno de ¡OS más
delitos en que se puede incurrir dentro dd ÏaVÉS
cio profesional es, sin duda, una falta de progfácr
tan grave que, en las Partidas, según nos
infomíd
Brice, se dice que el abogado que incurra en esa
falta “debe morir como alevoso” y “de sus
biene:
resarcir a quien cause el daño”.
nos
¡echo Sc
emplear nuestros Cmmimimtoé
debíamos 81m) al
las causas Í‘lstas. La tarea predabogado
¡del‘
servido dc
SCÏVÏdOÏ dC la justicia, Se
inicia
como hacé: {:1th
seleccionar los asuntos dc que va a se‘trazrgo,
sc decía que “non
al
S.lctc Partldzïts
En las aja-o
sablendas en nmgún pleito que Sea mi .
ntlI'OSO
rá a
entienda que no podrá haber bona
falso o de que se
cima”.
dignidad."
sus
convicciones políticas, mmm“
contravengan a
o religiosas o afecten su
ï
LEALTAD
57
EXPEDITA LA ADMINISTRACION
¿GER
H‘ DE 1L'STICIA
abogado. Por-eso
derecho es el instrumento del
El conocerlo; a mante-
obligado a estudiado y
continuamente de los cambios y mo-
está
nerse al tanto
dificaciones de ias leyes; de la
jurisprudencia y de
avances dela doctrina. Moralmente el abogado
los
está obligado a no aceptar
aquellos asuntos para
competencia. El
cuyo debido manejo no tenga
‘
65
/
SECRETO PROFESIONAL
1/
69 ¡y ü);
Í’f
ABOGADO DEBE TENER UN PROFUNDO
EL SENTIDO HUMANO
71
AUTORIDADES Y COLEGAS
TB ¿To CON
73
CON CLUSIÓN
75
\
tener confianza en la fuerza imú
Hay que
causa-1mm: POr Cl sólo hecho de su
que tiene una
cultivar y enceiraifn lo más pro-
justa. Hay que
fundo de nuestra
alrna, la COHVICCIOII de que Guam
recta y .la razón nos asiste, si
do nuestra causa es \
capamdad y nuestro esfuer_
ponemos toda nuestra
difícflmente habra alguna fuer‘
zo en defenderla,
pueda arrebatamos
za, por poderosa que sea, que
el triunfo. Si todos los abogados llegamos a hacer-
nos partícipes de esta convicción, habremos puesto
los cimientos más sólidos para la realización de los
altos fines que el Derecho persigue y para una rec-
ta e inmaculada administración de justicia en que
no tendrán cabida ni el abogado corruptor ni el
magistrado indigno.
pueden ser
más elevados porque, finalmente, lu-
fhamos por el hoïnbre,
por preservar su dignidad
y as¿gurar la reallzamón de los valores que le son
inherentes, El hombre es, en último extremo, el fin
del Derecho.
77
K/ ¡NDICE
Pág.
PROFESIONAL . . . . 7
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profesro ¡1,11
c . _ . . . . . . . . . . .
27
Ética
vocación del Jurista . . . . . . . . . . . .
la abogado. , 31
Responsabilidad y dignidad del
. . .
derecho 35
La justicia y el
. . . . . . . . . . . .
39
El bien común . . . . . . . . . . . . . . .
La conciencia
moral del jurista . . . . . . . . . 41
Los principios
generales de la ética profesional . . 43
justicia a través del derecho 45
El abogado servidor de la
Probidad. . . . . . . . . . . . . . . . . . 49
No emplear nuestros
conocimientos sino al servicio
de las causas justas . . . . . . . . . . . . . 51
Lealtad . . . . . . . . . . . . . . . . . . 53
Desinterés . . . . . . . . . . . . . . . . . 55
La veracidad . . . . . . . . . . . . . . . . 57
Diligencia y tenacidad . . . . . . . . . . . . 65
Secreto profesional . . . . . . . . . . . . . 67
Conclusión . . . . . . . . . . . . . . . . . 75
l
79