EL REINO POR VENIR La pregunta de Pedro da pie a una de las promesas más consoladoras
Marcos 10:17-31 que el Maestro ha dado a sus seguidores. Pero también hace una seria
Cuando cursé el último trimestre de mi carrera como Dibujante obtuve el
primer lugar de mi generación. La escuela había prometido exentar de
colegiatura a quién obtuviera ese lugar; pero para cuando llegaron mis
resultados yo ya había pagado la colegiatura, así que la escuela prometió
reembolsarme el dinero. Todavía lo sigo esperando. La escuela tomó la
opción de subsidiarme un curso de dibujo avanzado.
Todos tenemos en nuestra casa algún reconocimiento, alguna medalla,
un trofeo, o un premio que guardamos con mucho cariño. Pero
pongámonos de acuerdo, los premios están reservados para unos cuantos
en esta vida. La gran mayoría sólo tenemos noticias lejanas de un Oscar,
un Grammy, el Premio Nobel, o la Copa de Oro.
Jesús nos habla de un reino que está por venir y que se inaugurará con
premios para todos. “Y todo aquel que deje casas, o hermanos, o
hermanas, o padre, o madre, o mujer, o hijos, o campos por causa de mi
nombre, recibirá cien veces más y heredará la vida eterna.” Mt. 19: 29
1. ES UN REINO INMINENTE
La pregunta del joven rico, un funcionario de Israel, estaba relacionada
con el reino futuro. Quería saber cómo heredar la vida eterna que se
disfruta en el reino venidero. La inminencia de ese reino hace urgente la
necesidad de estar listos para él sin importar la edad, la posición social o
la religión. El texto dice que Jesús al verlo lo amó.
El funcionario reconoció su necesidad, se postró delante de aquel que
era la fuente bendita de la vida eterna, y reveló con honestidad su
confusión respecto al papel de los mandamientos. Jesús procede, con
amor, a darle un curso de acción para su salvación.
Jesús le revela la necesidad de tener fe en él como el Mesías para que
los frutos de esa fe le generen un tesoro en el cielo. Lo lamentable es que
su corazón estaba atrapado por el amor a las riquezas. Triste se alejó de
la única fuente de vida eterna que hay en el mundo.
La ocasión le brinda a Jesús la oportunidad para explicar que si un rico
quisiera encontrar un camino mediante sus propios recursos, sin venir a
Él, estará destinado al fracaso absoluto. Sólo Dios puede hacer posible lo
que para el hombre es imposible, y hasta indeseable.
2. ES UN REINO DE RECOMPENSAS
Aprovechando el tema, Pedro abre su corazón y hace la pregunta que
deja a todos intrigados: ¿Qué de nosotros, que lo hemos dejado todo y te
hemos seguido? La implicación era: ¿qué recibiremos en el cielo?
Los discípulos habían respondido al llamado que Jesús hizo al joven
rico, era obvia entonces la conclusión después del discurso de Jesús al
joven.
advertencia que Pedro debe tener en cuenta.
Jesucristo promete cuatro cosas:
1) Cuidado providencial constante y abundante durante la espera: Tendrán
casa, familia, campos, sustento, protectores, hijos, y será cien veces más.
2) Recompensas en el cielo. En mateo 19:28-29 Jesús se está refiriendo a
lo que los discípulos recibirán en la renovación de todas las cosas.
3) Un trono para reinar con Cristo. ¡Qué honor participar del reinado con
Cristo para secundar sus decretos y el ejercicio de su soberanía! Mt. 19:28
4) El regalo de la vida eterna. La vida eterna se refiere a la vida glorificada
y gozosa en comunión con el trino Dios en la eternidad.
3. ES UN REINO DE GRACIA
Esta es la advertencia que Cristo hace a Pedro al responder su
pregunta: “Pero muchos de los primeros serán últimos, y los últimos,
primeros.”
La pregunta de Pedro respecto a lo que recibirán los discípulos al dejar
todo y seguirlo, es legítima y puede ser plausible. O también puede venir
de un corazón convenenciero y mercantilista. Pedro ha tenido que
comparecer ante muchos tribunales y jamás ha recibido una sentencia
definitiva.
Jesús quiere que Pedro y cualquier otro cristiano se mantenga lejos del
espíritu mercantilista del joven rico, que abandonemos todo sistema de
méritos y desechemos todo motivo egoísta en nuestros sacrificios, por ello
hace esta solemne advertencia: los premios son otorgados por un Dios
soberano que distribuye su gracia de forma soberana, como él quiere, y no
como nosotros solemos imaginar. Él juzga de acuerdo al corazón y no de
acuerdo a las apariencias.
Personas que para nosotros deberían estar en primera fila estarán en la
última fila, o ni siquiera estarán en el reino de los cielos. Y muchos siervos
anónimos serán las estrellas más ovacionadas por el cielo.
A Chang Shen se le conocía, allá por las aldeas del continente Chino, como
Wu so pu wei te, que quiere decir “uno sin una partícula de bien en él”. Y es
que por ser un vicioso, mujeriego y ladrón, perdió a toda su familia. Cuando le
vino la ceguera, todos decían que fue el juicio de los dioses por sus maldades.
Con la esperanza de recuperar la visión viajó cientos de kilómetros hasta el
hospital de la misión. Allí recuperó la visión en parte, pero obtuvo la vista
espiritual completa: Conoció a Jesucristo como su Salvador y su vida dio un
giro de 180 grados. Quiso bautizarse, pero los misioneros le dijeron: Vé,
cuéntales a los tuyos lo que Jesús hizo por ti. Te visitaremos más adelante y si
todavía sigues a Jesús te bautizaremos. Cuando lo visitaron, cinco meses
después, había más de cuatrocientos nuevos creyentes que querían ser
bautizados.
Un día vino la persecución contra los cristianos de su aldea, Ch’oay
nagshan (1890), y Chang Shen fue tomado para ser ejecutado. El mártir se
arrodilló de espaldas a los dioses y cantó esta dulce canción: “Cristo me ama,
pues murió, y el cielo me abrió, Él mis culpas quitará y la entrada me dará.
Cristo me ama, es verdad, y me cuida en su bondad, cuando muera, bien lo
sé: Viviré allá con Él.” Tres días más tarde fue decapitado.

Pastor Moisés Brito 3 - nov - 2019