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Resumen
Vamos a analizar los conceptos de creencia y creación en distintos momentos de la his-
toria de la filosofía. Ofreceremos algunos comentarios y reflexiones sobre la cuestión,
así como diversas lecturas que estudian estos fenómenos como el reflejo de múltiples
facetas de nuestra subjetividad. Sin ánimo de ofrecer una investigación exhaustiva, es-
fuerzo que resultaría estéril por la magnitud de un proyecto como ese, consideraremos
estos sustantivos desde diversas interpretaciones, para después proponer una valoración
propia. Para ello realizaremos un breve repaso de cómo se ha entendido esta idea de
creencia en la tradición filosófica occidental y de qué manera se ha relacionado esta con
la idea de creación.
Palabras clave
Creencia, creación, fe, William James, Ortega y Gasset, Miguel de Unamuno.
Abstract
We will analyze the concepts of belief and creation at different times in the history of
philosophy. We will offer some comments and ideas on the issue, as well as several
readings of these phenomena such as the reflection of multiple facets of our subjectivi-
ty. Not intended to offer a thorough research, as it would be vain due to the magnitude
of such a project, we consider these nouns from different interpretations to propose an
own assessment afterwards. For that aim, we will shortly review how the idea of belief
in the Western philosophical tradition has been understood and how it has been related
to the idea of creation.
Keywords
Belief, creation, faith, William James, Ortega y Gasset, Miguel de Unamuno.
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1
CAMUS, Albert, Obras 1. Alianza Editorial, Madrid, 2013, p. 304.
2
ROBERTS, Edward A. y PASTOR, Bárbara, Diccionario etimológico indoeuropeo de la lengua espa-
ñola. Alianza editorial, Madrid, 2013, p. 82.
3
Ibid., p. 83.
4
Ver en: Diccionario ilustrado Latín. Larousse editorial, Barcelona, 2006, p. 599.
5
Ver en: Ibid., p. 599.
6
Ver en: Ibid., p. 599, 630.
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7
MOLINER, María, Diccionario de uso del español. Prólogo de Carme Riera, Gredos, Madrid, 2016, p.
719.
8
Ibid., p. 720.
9
Ibid., p. 720.
10
Ibid., p. 721.
11
Ibid., p. 721.
12
Ibid., p. 1161.
13
Ibid., p. 1161.
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La segunda acepción, el sentido fuerte de creencia, tiene que ver con la adhesión
del espíritu a una verdad o palabra revelada, habitualmente en un contexto religioso14.
Por citar un ejemplo: una creencia débil sería considerar que la variedad de fruta de
cierta región es la mejor en su categoría. Esta sería, según la definición de Russ, una
creencia débil, pues no presupone una apuesta vital contundente y su aceptación o re-
chazo no provoca cambios importantes en nuestra vida. Una creencia fuerte, en cambio,
sería aquella que alterase nuestra cosmovisión y encaje en el mundo. La creencia fuerte
más característica serían las religiones. Si alguien abraza la fe mazdeísta, es decir, cree
en ella, sus condiciones vitales se verán mucho más alteradas que si lo que cree es que
cierto tipo de fruta es de una calidad superior que el resto de variedades. Para Russ, la fe
es, por lo tanto, una asimilación voluntaria y personal a un conjunto de principios, o, lo
que es lo mismo, una creencia que no se puede demostrar. Apreciamos aquí cierto matiz
peyorativo, pues incide en que esta carece de fundamentos en los que basarse. Estas
alusiones despectivas identifican la fe como un asentimiento dogmático y acrítico. En el
caso de las religiones suelen estar motivados por la persuasión sentimental y el peso de
las tradiciones.
La interpretación de Ferrater Mora se encuentra próxima a la de Russ, pues ob-
serva también que creencia y fe se oponen al saber y tienden a reducir los juicios a refe-
rencias circulares sobre su propia naturaleza. La diferencia entre ambos términos radica-
ría en que la creencia se explica como un juicio carente de pruebas, mientras que la fe es
una absoluta fidelidad (recordemos la etimología), medida según sus propios paráme-
tros: “En la creencia se considera algo como verdadero o falso sin razones; […] En
cambio, la fe es propiamente una confianza que trasciende todo juicio de ser y que no se
opone, como la creencia, al saber, sino que se mueve en un plano distinto”15.
Encontramos una lectura de corte epistemológico en la Enciclopedia Oxford de
Filosofía de Ted Honderich. Aquí se incluyen los contenidos proposicionales en la
acepción dedicada a “creencia”: “Es un estado mental, de carácter representacional, que
toma como contenido una proposición (verdadera o falsa) e interviene, juntamente con
factores motivacionales, en la dirección y control del comportamiento voluntario”16.
14
Ver en: RUSS, Jaqueline, Léxico de filosofía. Los conceptos y los filósofos en sus citas. Akal, Madrid,
1999, p. 83.
15
FERRATER MORA, José, Diccionario de filosofía. Editorial Sudamericana, Buenos Aires, 1951, p.
332.
16
HONDERICH, Ted, Enciclopedia Oxford de Filosofía. Tecnos, Madrid 2001, p. 221.
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La apuesta de Pascal, desarrollada en sus Pensamientos, dice así: “–Examinemos pues este punto. Y
digamos: ‘Dios existe o no existe’; ¿pero de qué lado nos inclinaremos? La razón nada puede decidir. Hay
un caos infinito que nos separa. Se juega un juego al final de esa distancia infinita en el que saldrá cara o
cruz. […] Veamos; puesto que hay que escoger, consideramos qué es lo que os perjudica menos. Tenéis
dos cosas que perder: la verdad y el bien, y dos cosas que arriesgar: vuestra razón y vuestra voluntad,
vuestro conocimiento y vuestra felicidad; y vuestra naturaleza (tiene) dos cosas que evitar: el error y la
desgracia. Vuestra razón no resulta más perjudicada escogiendo uno o lo otro, ya que hay que escoger
ineludiblemente. He aquí un punto resuelto. Pero ¿y vuestra felicidad? Pesemos el pro y el contra de
apostar cruz a que Dios existe. Consideremos los dos casos: si ganáis, lo ganáis todo; y si perdéis no per-
déis nada. Apostad por lo tanto sin vacilar a que existe”. PASCAL, Blaise, Pensamientos, RBA, Barcelo-
na, 2014, pp. 149-150.
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CLIFFORD, James y WILLIAM, James, La voluntad de creer. Un debate sobre la ética de la creencia.
Tecnos, Madrid, 2003, p. 144.
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19
Ibid., p. 154.
20
Ibid., 152.
21
SARTRE, Jean Paul, “La mala fe”, en: El ser y la nada. Losada, Buenos Aires, 1983, p. 117.
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La idea fundamental que aporta sentido a este pasaje es: “Creer es saber que se
cree y saber que se cree es no creer ya”. Lo que Sartre propone es que la creencia es un
movimiento autorreflexivo del espíritu, en el que el sujeto creyente es consciente de su
estado, sin que esto suponga un motivo para rechazarlo. Es más, ser consciente de estar
en esa situación sirve para reforzar y reivindicar esas creencias propias. Sugiere también
que la creencia es un movimiento dialéctico que se niega a sí mismo, pues si, como se-
ñala Sartre, creer es no creer, el propio acto de asumirlo sería a la vez negarlo. Esta su-
puesta contradicción no debería hacer mella en la solidez con la que se mantienen las
creencias, ya que no son incompatibles con los elementos irracionales que sustentan
nuestro habitar en el mundo.
Encontramos un análisis actual de estas ideas en Creer que se cree, de Gianni
Vattimo, donde se ofrece un análisis muy sugerente sobre el fenómeno de la creencia en
las sociedades postseculares del mundo occidental. En cierto pasaje Vattimo describe
una conversación telefónica con un compañero académico, que le preguntó si todavía
creía a la manera usual que entendemos en el cristianismo. Tras una larga pausa, que él
mismo describe, leemos: “Respondí que creía creer”22. Parece como si Vattimo se resis-
tiese a caer en el abismo de la duda, pues si recordamos a Ortega resulta complicado
vivir si realizamos cambios en nuestras creencias23. Tan solo ponerlas en cuestión nos
provoca un enorme vértigo, pues acostumbrados a habitar en ellas nos resulta acongo-
jante el mero hecho de existir sin presuponerlas.
Centrémonos ahora en Miguel de Unamuno, tal vez el pensador español que más
atención ha prestado al fenómeno filosófico de la creencia. Son habituales en su prosa
los juegos de palabras, y en el caso de los conceptos de creencia y creación utiliza el
recurso de la paronomasia para establecer una vinculación fonética antes incluso que
semiótica entre estos términos. Pero esta semejanza no se limita solo a lo retórico. Para
Unamuno creer es crear: traer a la realidad algo que antes no existía, para de esta forma
recrearlo y hacerlo propio. Creer no es otra cosa que querer creer, esto es, afirmar el
valor primordial de la creencia por encima del conocimiento o la percepción. No consis-
te en una adhesión acrítica a unos principios o dogmas ideados por otros, sino de un
saber que conecta y estimula las creaciones humanas, y de esta manera crea realidades.
22
VATTIMO, Gianni, Creer que se cree. Paidós, Buenos Aires, 1996, p. 85.
23
Ortega propone: “Las creencias son los cimientos que portan y sustentan todo lo demás. Cuando hace-
mos y pensamos se mueve ya en el horizonte delimitado por el sistema de creencias”. ORTEGA Y GAS-
SET, José, Obras completas. Tomo V 1932/1940. Taurus, Madrid, 2006, p. 615.
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En el artículo “La fe” del año 1900 encontramos estas certeras palabras sobre qué es la
fe según Miguel de Unamuno:
P. —¿Qué cosa es fe?
R. —Creer lo que no vimos.
¿Creer lo que no vimos? ¡Creer lo que no vimos, no!, sino crear lo que no vemos. Crear
lo que no vemos, sí, crearlo, y vivirlo, y consumirlo, y volverlo a crear y consumirlo de
nuevo viviéndolo otra vez, para otra vez crearlo… y así; en incesante tormento vital24.
24
UNAMUNO, Miguel de, Obras completas VIII. Ensayos. Fundación José Antonio de Castro, Madrid,
2007, p. 335.
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Bibliografía
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