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Geografias Indigenas Yonnathan Torres
Geografias Indigenas Yonnathan Torres
a la información es casi nula en estos espacios. Incluso, se podría hablar de culpables, quienes son
responsables de la mala aplicación y difusión de las políticas públicas nacionales, estatales y
municipales.” (Meléndez, 2016)
Demostrando la falta de conciencia y la negligencia estatal por fomentar la igualdad de derechos
humanos sin barreras de género.
Pero entonces, ¿Cómo se construye una geografía cultural atravesada por las dinámicas socio-
culturales, específicas de América Latina?
Se puede decir que un paso muy importante es la construcción de memoria colectiva, una memoria
cultural que se estudia y analiza a través de los ojos de aquellos individuos participes de su propia
construcción cultural, en donde el espacio y la territorialidad forman un papel fundamental para
entender el concepto de lugar, de identidad de lugar; la cual nos lleva a entender la dinámica
espacial del territorio.
Según el texto de Mavisoy, “No es lo mismo lugar y territorio, tampoco memoria e historia” (2018),
definiendo dos categorías, la primera es la categoría lugar-memoria, que representa lo íntimo(así
como para los Kamëntša ), lo personal de cada cultura (inscrita dentro de un territorio), y la
segunda, la categoría territorio-historia, en donde la concepción intima de lugar se pierde así como
la estrecha conexión con la naturaleza, pues explica que el capital se basa en un concepto de “la
tierra” carente de vida, donde el que habita en el territorio la concibe como sustento económico,
como un recurso material y propio del capitalismo, dejando al “territorio” como “una innovación
foránea, ajena, exterior, como un dispositivo político y cognitivo que promueve la confusión sobre
el espacio.”(2018)
Al entender esto, es necesario centrarse en la categoría que atraviesa la memoria espacial, dando a
entender que “El tejido de la memoria comprende las voces como estrategias de lucha política y
resistencia”, donde se busca aclamar respeto por el lugar íntimo de cada cultura. Lo que da paso a
entender según Milton Santos, que “también el reto es descolonizar la historia, romper con la
homogenización lineal, horizontal, vertical o la monocultura del tiempo lineal” (Santos, 2010: 23),
o en otros términos, descolonizar la historia para crear una nueva y mejor memoria colectiva.
De esta manera se pueden realizar estudios más apropiados como el de Meléndez, que hace énfasis
en desarrollar un buen estudio socio-cultural atravesado por las relaciones de genero,
específicamente con los casos Latinos, en donde afirma que “los estudios de mujeres indígenas
latinas no son los mismo que los estudios de las tribus africanas, o de las empleadas del hogar de
España, con las empleadas del hogar mexicanas eso sí, siguen siendo mujeres, pero la etnia y la
condición social no son las mismas.”
Para concluir, se debe entender que tanto las luchas del feminismo indígena, como el feminismo
campesino, nos buscan tomar el poder, sino que exigen un nuevo pacto nacional que reconozca el
carácter multiétnico y pluricultural de la sociedad; abriendo un espacio de reflexión con el fin de
replantear los objetivos verdaderos que la geografía humana debe buscar para replantear los
estudios territoriales, basándose en las experiencias diarias de cada individuo, el cual ayuda a
formar la memoria colectiva de una sociedad, de una cultura. ¿Qué tan occidentales estamos?, ¿Qué
tan colonizados estamos?, son preguntas que se deben formular para analizar más a fondo las
perspectivas que nos muestran los pueblos indígenas, y que como los Pehuenches, se deben dejar de
Universidad Nacional de Colombia
Yonnathan Camilo Torres Rincón
Facultad de Ciencias Humanas
Departamento de Geografía
Fecha: 09/06/2020
lado aquellas construcciones jerárquicas para construir una red social multicultural que enriquezca
el pensamiento y la memoria colectiva de un territorio.