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Universidad Técnica de Manabí

Facultad de Ciencias de la Salud


Escuela de Medicina
Tarea #2: Análisis y comprensión de material
bibliográfico y video
Integrantes:
Chiquito Alay Jocelyne Tatiana
García Moreira Joel Ariel
Loor Mendoza Jaime Josué
Parrales Cevallos Carlos Andrés
Naranjo Rivas Karla Pierina

Asignatura:
Bioética “B”

Docente:
Dra. María Sol Ordóñez Zambrano

Periodo académico:
Noviembre 2020 – Marzo 2021
Como alguna vez mencionó Platón “La mentira se considera justificable solo para fines
médicos y políticos”. Dicho razonamiento, evidentemente controvertido, representa un punto
de análisis de extrema relevancia en la bioética clínica pues implica en reiteradas ocasiones
colocar en tela de duda la correcta aplicación de los valores que nos definen como personas.
No obstante, es preciso entender las múltiples situaciones apremiantes por las que atraviesa
el médico, sobre todo lo relacionado a la resolución de conflictos.

En base a esto, en el presente trabajo se ha hecho énfasis en la importancia del manejo de


información en la relación médico-paciente a partir del estudio de artículos y de un caso
clínico, atendiendo a los principios que deben estar presentes en el diálogo bioético. Y es que
la verdad a menudo genera angustia en el paciente, quien en su subconsciente no desea recibir
malas noticias vinculadas a su salud. Pese a aquello, hay que destacar el protagonismo de la
verdad para darle mayor valor al principio de la autonomía y el consentimiento informado.
La verdad en resumidas cuentas es clave en el sostenimiento de las relaciones humanas.

Por otro lado, la mentira asimismo tiene sus consecuencias desfavorables en el ambiente
clínico. Sin embargo, en momentos excepcionales, cuando informar la honestidad choca con
la beneficencia del paciente, cuando la balanza se inclina a favor de la farsa, cuando quien
conoce la verdad estima que la misma no es correcto divulgarla y cuando la recepción de la
verdad no es compatible con la capacidad del individuo para asimilarla, en tal contexto, la
mentira es un bálsamo.
Preguntas-respuestas

¿Cómo actuó el médico residente? ¿Su conducta fue oportuna?

El médico residente al principio actuó de manera leal, ya que él


se basó en la relación médico paciente. Cuyo propósito de la
relación clínica es la salud primordial del paciente. Sin
embargo, se argumenta que el médico supremo no puede ser la
bondad moral humana o la felicidad, por lo que al final se pudo
evidenciar que el medico mintió, porque quería que la familia
del paciente mantuviera resiliencia a pesar de lo sucedido. El
comportamiento del residente fue equilibrado, atento y
humano, sin resultar demasiado familiar.

La relación médico-paciente juega un papel muy relevante en


la práctica médica, ya que es importante brindar una atención
médica de alta calidad en el diagnóstico y tratamiento de la
enfermedad. La relación entre el médico y su paciente es uno de
los fundamentos de la ética médica contemporánea.

¿Cómo actuó el familiar y el paciente?

El paciente que era empleado del hospital se mostró crítico en un inicio ante lo que le decía el
doctor de que el hospital lleva un control sanitario de sus empleados, luego de darle el
diagnostico el paciente habla con su familia sobre el tratamiento que va a tomar, la familia
lo incentiva a realizarse la cirugía, se pudo notar él no se sentía convencido de realizarse el
procedimiento, lo hace por la familia. Se observó la aplicación del principio de autonomía
donde al paciente se le dio a conocer los riesgos que significaba la cirugía.
El paciente en todo momento se preocupaba más por su familia y trataba de contentarlos en
todo, y en esta situación no fue la excepción donde no fue capaz de decir no se sentía seguro de
la cirugía, la familia también tuvo una actuación criticable ya que no consideraban la opinión
de su familiar y todos querían se realizara el procedimiento, esta actuación pasiva por parte
del paciente y el incentivo de los familiares sin tomar su opinión permitió no se aplicará al
100% su autonomía al sentirse forzado a siempre contentarlos. Luego del desenlace fatídico los
familiares se culpan unos a otros, sin embargo, Shaun recuerda algo dicho por el paciente y
miente, permitiéndole dando paz a la familia adolorida.

¿Cómo debió ser la comunicación de acuerdo a la teoría?

La comunicación que hubo entre el médico y el paciente siempre fue de información consentido,
el paciente siempre estuvo al tanto del diagnóstico, las opciones que podía elegir y las
consecuencias de cada una. El paciente tuvo la oportunidad de decidir, es decir, se aplicó uno
de los principios que es la autonomía, dicho principio significa que el paciente sabrá la verdad,
respetando sus criterios, juicios, determinaciones y decisiones. Pero al momento de la
complicación del post operatorio y el fallecimiento del mismo, el medico tuvo que decir como
lo comunicaría lo sucedido a los familiares.

Al momento de informar a los familiares lo que sucedió se sintieron desbastados y con


sentimientos de culpabilidad, el doctor a darse cuenta lo que se sucedía les comunico que el
paciente antes de la operación le dijo que él estaba de acuerdo a la operación y no deberían
culparse por lo sucedido. En lo sucedido podríamos decir que de alguna u otra forma aplico
el privilegio terapéutico, para no afectar la relación y salud mental de los familiares del
fallecido, tomando esa decisión basándose en lo que el paciente le confeso en la capilla.
Podemos finalizar que el doctor tuvo una buena comunicación con el paciente, aun teniendo
en cuenta que el doctor tiene autismo, durante el desarrollo del caso y lo aprendido de las
bibliografías se concluye que se aplicó la información consentida, principio de autonomía,
privilegio terapéutico y la confidencialidad al momento de no revelar lo que el paciente le
confeso que sentía respecto a la situación.
Resumen

La relación médico-paciente: hacia un reexamen conceptual

La naturaleza de la relación médico-paciente como piedra angular del cuidado requiere


consideraciones filosóficas, psicológicas y sociológicas. Se ha investigado conceptos
relacionados con estas tres visiones críticas consideradas especialmente importantes. Desde el
punto de vista filosófico, los tres conceptos de "las exigencias de la ética", "fenomenología ética
y" la filosofía de la relación "son de particular importancia. Desde un punto de vista
psicológico, los cinco conceptos de" patrones de conducta comunicativa "(incluyendo sumisión,
dominio, agresión y asertividad), "distancia psíquica", "cociente emocional", "conflicto entre
alivio del dolor y decir la verdad" y "lenguaje corporal" han recibido un énfasis específico.
Por último, desde la perspectiva sociológica, los tres Las nociones de "acción instrumental",
"acción comunicativa" y "llegar a un acuerdo a la luz de la acción comunicativa" son los
conceptos más significativos a reconsiderar en la relación médico-paciente. Sin embargo, cabe
agregar que, desde el punto de vista sociológico para este punto de vista, la relación médico-
paciente va más allá de una interacción de dos personas, ya que los principios morales de los
médicos y los pacientes dependen de la ética médica y del paciente, respectivamente. Las
relaciones de la relación médico-paciente ayudarán finalmente a establecer las diferentes
dimensiones de las interacciones médicas. Esto puede contribuir al desarrollo de principios y
bases multidisciplinarias para el establecimiento de códigos éticos prácticos y eventualmente
resultará en una relación médico-paciente más efectiva (Namazi et al., 2019).

Verdad y mentiras: divulgación y el poder del diagnóstico

El momento en el que se entrega un diagnóstico a un paciente, sobre todo cuando es grave, es


un momento social importante. No solo dicta la vía clínica, sino que también reescribe la
narrativa del paciente, cambia su identidad, predice resultados potenciales y pone en primer
plano la mortalidad. Puede proporcionar una sensación de alivio o de desesperación. Con el
tiempo, y en todas las culturas, se han utilizado muchos enfoques diferentes para paliar el
impacto potencial del enunciado diagnóstico en el paciente. Francia, por ejemplo, ofrece un
interesante estudio de caso. Hasta el cambio de siglo, los diagnósticos de cáncer a menudo se
ocultaban a los pacientes. Sin embargo, la legislación reciente ahora requiere la divulgación
completa del diagnóstico de acuerdo con los protocolos prescritos. Utilizando la metodología
de patrones sociales de Zerubavel y los métodos históricos transculturales, busco comprender
las creencias sobre el impacto potencial del momento del diagnóstico identificando
características comunes en contextos sociales culturales e históricos. Examino los escritos de
oncólogos franceses y médicos en campos relacionados, de la era anterior y posterior a la
legislación, quienes discuten si un diagnóstico de cáncer debe ser revelado al paciente y cómo.
Si bien el enfoque de la divulgación del diagnóstico ha cambiado significativamente, las
representaciones médicas del poder diagnóstico no lo han hecho. Los profesionales médicos
aún consideran que el enunciado de diagnóstico es un momento aterrador y que rompe la
vida (Jutel, 2019).

¿Deberían considerarse las no divulgaciones como moralmente equivalentes a las mentiras


dentro de la relación médico-paciente?

En la práctica moderna, los médicos que mienten abiertamente a sus pacientes a menudo son
condenados, pero aquellos que emplean engaños que no mienten tienden a ser juzgados de
manera menos crítica. Algunas áreas de no divulgación han sido cuestionadas recientemente:
no informar a los pacientes sobre las decisiones de reanimación; informar inadecuadamente
a los pacientes sobre los riesgos de procedimientos alternativos y retener información sobre
errores médicos. A pesar de esto, quedan muchas áreas de la práctica clínica en las que se
acepta la no divulgación de información, donde las mentiras sobre dicha información no lo
serían. Utilizando situaciones hipotéticas ilustrativas, todas basadas en la práctica clínica
común, exploramos hasta qué punto deberíamos considerar que otras prácticas engañosas en
medicina son moralmente equivalentes a la mentira. Sugerimos que no existe una diferencia
moral significativa entre mentirle a un paciente y retener intencionalmente información
relevante: las no divulgaciones podrían estar sujetas a la "Prueba de publicidad" de Bok para
evaluar la permisibilidad de la misma manera que las mentiras. La equivalencia moral de la
mentira y la no revelación relevante es particularmente convincente cuando las motivaciones
del agente y las consecuencias de las acciones (desde la perspectiva del paciente) son las
mismas. Concluimos que es arbitrario afirmar que hay algo intrínsecamente peor en mentirle
a un paciente para engañarlo que engañarlo intencionalmente utilizando otros métodos, como
el eufemismo o la no divulgación. Deberíamos cuestionar nuestra intuición de que las
prácticas engañosas de no mentir en la práctica clínica son más permisibles y, por tanto,
deberían someter las no divulgaciones al mismo escrutinio que nos permitimos las mentiras
(Cox & McC Fritz, 2018).
Conclusiones

En definitiva, de acuerdo a lo indicado en el caso clínico y a los artículos recopilados, la


relación médico-paciente se encuentra moldeada por ciertas pautas éticas que ayudan a
menguar los errores en la práctica médica. En ese sentido, la comunicación juega un papel
fundamental en los objetivos de la bioética clínica, lo cual se logra dilucidar en el caso
analizado, pues si no se efectúa adecuadamente, la información expresada puede provocar
más problemas que aciertos.

Es importante valorar cuándo la mentira es necesaria y cuándo no. En el caso clínico


estudiado la mentira de Shaun significó un alivio para su familia al saber que la decisión del
propio paciente fue la que impulsó la cirugía. Esto ejemplifica, que a veces no decir la verdad
es mejor que dar a conocer la cruda realidad.

En fin, el denominado privilegio terapéutico del que disponen los médicos para no divulgar
información que puede afectar el curso de la enfermedad es vital en la consideración del
profesional de la salud en circunstancias conflictivas, siempre y cuando la intención del médico
sea afín al principio de beneficencia, aunque ello implique prescindir de la autonomía y el
consentimiento informado del paciente.
Bibliografía

Cox, C. L., & McC Fritz, Z. B. (2018). Should non-disclosures be considered as morally
equivalent to lies within the doctor-patient relationship? Journal of Medical
Ethics, 42(10), 632–635. https://doi.org/10.1136/medethics-2015-103014

Jutel, A. (2019). Truth and lies: Disclosure and the power of diagnosis. Social
Science and Medicine, 165, 92–98.
https://doi.org/10.1016/j.socscimed.2016.07.037

Namazi, H., Aramesh, K., & Larijani, B. (2019). The doctor-patient relationship:
Toward a conceptual re-examination. Journal of Medical Ethics and History
of Medicine, 9, 1–6.

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