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Anticlinal

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Anticlinal
Un anticlinal es un pliegue de la corteza terrestre que presenta los estratos más
antiguos en su núcleo.12 Se forman por los efectos tectónicos de la dinámica
terrestre.

Se denomina «antiforma» o «pliegue antiforme» al pliegue convexo (forma de ∩ o ∧);


normalmente se usa en lugar del término anticlinal cuando no se sabe el orden
cronológico de la sucesión sedimentaria. Asimismo, se denomina «falso anticlinal» o
«sinclinal antiforme» cuando un sinclinal (pliegue con los estratos más recientes
en el núcleo) ha sido invertido por la tectónica, mostrando entonces la concavidad
hacia arriba (antiforma).12

Anticlinorio.
Se denomina «anticlinorio» a la estructura antiformal regional compuesta por una
sucesión de anticlinales y sinclinales más pequeños.2

Índice
1 Etimología
2 Descripción estructural
3 Tipos de anticlinal
4 Formas de relieve propias de la estructura anticlinal
5 Referencias
6 Véase también
Etimología
De la preposición griega anti > enfrente, opuesto y del verbo klino> inclinar,
desplazarse hacia abajo; es decir, inclinación divergente, porque los flancos se
inclinan, buzan, en direcciones opuestas. Pliegue que tiene en el núcleo los
materiales más antiguos.

Descripción estructural

Un anticlinal se origina por el empuje tectónico, que deforma los materiales


geológicos.
El anticlinal es una deformación en pliegue formado en rocas dispuestas en estratos
que resulta de esfuerzos tectónicos de tipo diverso. En general, un pliegue
anticlinal puede producirse por presiones tangenciales, por deslizamiento o
corrimiento, por intrusión o eyección de materiales desde áreas más profundas, o
por deformaciones verticales del sustrato. Salvo en estos dos últimos casos, el
pliegue representa una reducción del área ocupada inicialmente por los estratos y
suele requerir la existencia de un material plástico en la base de los estratos
plegados. En el caso de las deformaciones verticales del sustrato a causa de
movimiento de bloques, los esfuerzos en la cobertura son distensivos. Igualmente
son distensivos en los pliegues formados por intrusión o eyección de materiales
plásticos más profundos, los cuales acaban constituyendo el núcleo del pliegue.

Un anticlinal se compone, en una sección transversal, de flancos y charnela. Los


flancos están compuestos por los estratos que buzan en sentidos opuestos. Cuando el
pliegue está formado por estratos de diferente competencia y plasticidad los
flancos pueden presentar discordancias en el buzamiento por variaciones de la
potencia de los estratos más plásticos que, presionados en los sinclinales y en las
partes donde hay mayor compresìón, tienden a acumularse hacia las zonas del flanco,
donde la presión es menor.

La charnela es el lugar donde se produce la curvatura del pliegue o, si se quiere,


el lugar donde los flancos se encuentran. La charnela sufre tensiones distensivas
como consecuencia de la curvatura, de manera que tiende a abrirse con fallas
normales. Por esta causa la charnela es el punto más débil del pliegue, el lugar
por donde, la erosión ataca el anticlinal que puede llegar a abrirse antes de
concluir los esfuerzos tectónicos que lo configuran originando un relieve inverso,
que nace ya invertido. Cuando el pliegue abriga un material plástico no
estratificado de gran potencia, la charnela no se percibe en esa capa, se habla
entonces de núcleo del pliegue.

El plano axial divide el pliegue longitudinalmente en dos mitades cortando la


charnela por la clave. El plano axial, define el eje del pliegue, de manera que su
encuentro con el plano horizontal tangente a la clave de la charnela representa el
nivel de eje que habitualmente no se corresponde con el de culminación del pliegue.
La línea que une los puntos más altos del pliegue se denomina línea de crestas . El
nivel de eje o de culminación puede variar a lo largo del pliegue. Se habla
entonces de elevación o descenso del nivel de eje. Cuando el descenso es corto y se
encaja entre dos elevaciones se habla de ensilladura porque su perfil recuerda el
de una silla de montar. En los extremos del pliegue el buzamiento de los estratos
se dispone en forma de semicírculo, a modo de un cuarto de naranja, es la
terminación o cierre periclinal (del griego peri> alrededor).

Un anticlinal puede originar otro pliegue que nace de uno de sus flancos, se
produce entonces una digitación. El radio del pliegue, su anchura, y también su
longitud y altura son variables, así podemos encontrar desde repliegues cuya
anchura apenas supera algunas decímetros y su altura algún centímetro
(micropliegues), hasta pliegues de varias decenas de km de anchura y centenares de
metros de altura teórica de la deformación. Igualmente podemos encontrar pliegues
de algunos decímetros de longitud y pliegues de varias decenas de km.

El radio de curvatura del anticlinal puede conservarse de modo que el pliegue


conserva siempre la misma forma, se dice entonces que el pliegue es similar, aunque
este tipo de pliegues es más teórico que real cuando se tienen en cuenta todas las
dimensiones del anticlinal. Cuando los estratos del pliegue mantienen su potencia
independientemente de su posición hablamos de pliegues isopacos, cuando no la
conservan se habla de pliegues anisopacos, que es el caso más usual por las razones
que más arriba se han comentado. Cuando no es posible diferenciar los estratos se
habla de antiforma. Cuando una estructura dominantemente positiva tiene grandes
dimensiones y acusados repliegues hablamos de un anticlinorio. Conviene no
confundir estos términos con el anticlinal propiamente dicho.

Tipos de anticlinal

Esquema de un anticlinal.

Anticlinal ligeramente inclinado.

Anticlinal tumbado.

Anticlinal en los Pirineos, en el desfiladero de Collegats, junto al río Noguera


Pallaresa.
Dependiendo de los materiales de los estratos plegados y del tipo de tectónica a
que responden, los pliegues anticlinales pueden presentar diferentes
configuraciones, aunque conviene precisar que un mismo pliegue puede cambiar de
configuración longitudinalmente, pero también en profundidad, de modo que en los
estratos inferiores y más antiguos la charnela presenta una disposición diferente
de la que corresponde a los estratos superiores o más modernos.

Según su disposición transversal, los anticlinales pueden ser:


Recto, cuando el plano axial es vertical.
Inclinado, cuando el plano no es perpendicular a la superficie terrestre, Los
pliegues inclinados presentan flancos disimétricos en su buzamiento. La dirección
hacia la que se vierte el pliegue se denomina vergencia.
Tumbado, acostado o recumbente, cuando el plano es paralelo al plano de la
superficie terrestre y los flancos están horizontales o subhorizontales.
Volcado, cuando el anticlinal adopta una posición contraria, de modo que se
presenta como un sinclinal. Este pliegue, como el anterior, suele asociarse a
fracturas
En cofre o abanico, cuando la charnela es plana y forma dos curvaturas para
adaptarse a los flancos, de modo que el pliegue presenta dos planos.
En rodilla, cuando un flanco es horizontal y el otro vertical, enlazando mediante
una charnela que hace la forma de rodilla.
Cabalgantes y fallados. Cuando el anticlinal monta sobre otro, desapareciendo
mediante fractura el sinclinal que los enlaza. Se habla también de pliegues
cabalgantes cuando montan sobre otra estructura El anticlinal fallado puede
responder a diferentes tipos de fractura, que pueden hacer montar un flanco sobre
otro, rompiendo el pliegue por su eje, pueden estar fallados en un flanco que se
levanta a modo de creta monoclinal, pueden estar cortados por un desgarre, etc.
En domo, cuando los estratos buzan en todas direcciones formando una media naranja,
de forma que no es posible definir un eje longitudinal.
Braquianticlinal. De forma ondulada o poco alargada.
Diapírico, cuando están formados por una intrusión de materiales muy plásticos,
generalmente salinos. Los diapiros forman domos que frecuentemente se abren como
consecuencia de los esfuerzos formando relieves invertidos. Por lo general, las
intrusiones diapíricas deforman anticlinales en los que elevan el eje localmente
para formar un domo.
Tanto estos tipos como los que pueden describirse basándose en la forma
longitudinal sólo son observables localmente y más en una consideración teórica que
real, porque un pliegue cambia varias veces de forma a lo largo de su eje y en
profundidad.

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