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PEDIR ORANDO

“Por tanto os digo que todo lo que pidiereis orando, creed que lo recibiréis, y os vendrá” (Marcos 11:24)

INTRODUCCIÓN:

Hablar de pedir, ciertamente es hablar de un tema delicado, ya que facilmente podría distorcionar el
verdadera sentido de nuestra comunión con Dios, centrándola, en una interminable petición de cosas, lo
cual no refleja una verdadera comunión de un hijo con su Padre; hemos de verlo desde la perspectiva de
la imposibilidad que muchos hijos de Dios tienen, debido a experiencias pasadas que han generado
prevenciones o heridas, que les impiden pedir (Juan 16:24a “hasta Ahora nada habéis pedido en mi
nombre…”) o piden mal (Stg 4:2-3), lo cual limita grándemente la libertad que estamos llamados a
experimentar, como hijos de nuestro Padre Dios.

Hay ocasiones en las cuales, debido al tipo de relación que tuvimos con nuestros padres, el “pedir”, se
convirtió en una experiencia que inconscientemente ya no queremos volver a vivir, sea porque nunca
tuvimos respuesta o porque incluso lo que recibimos por ello fueron palabras hirientes, indiferencia o
incluso golpes. Cabe aclarar que no necesariamente este es el caso de todos los seres humanos, pero
ciertamente si puede generar en ciertas reacciones como: desconfianza, dudas, humillación, desengaños
o simplemente la firme decisión de buscar todo por nuestros propios esfuerzos sin acudir a nadie para
evitar vivir nuevamente esas experiencias poco agradables.

1. PEDIR ORANDO
El pedir es la respuesta a la percepción de un faltante o necesidad, Santiago 1:5
 Si tiene falta de… Pídala a Dios
 El pedir: el pedir es un principio del Reino de Dios (Mateo 5:42). El pedir está relacionado
entonces:
o Con una necesidad (Mt 6:8)
o Con la Paternidad (Mt 7:11 / Lc 11:13)
 Paternidad humana: “siendo malos sabéis dar” (Mt 7:11 a)
 Dan buenas dádivas a vuestros hijos
 Paternidad de Dios: “vuestro padre que está en los cielos” (Mt 7:11b)
 Dios como padre da buenas cosas
 Dios como padre dará a los que le pidan
 Dios como padre dará el Espíritu Santo a los que se lo pidan
(Lc11:13)
o El caso de Martha (Juan 11:22)
Hermana de María y Lázaro y la menos sabia de los tres, por haber escogido la
peor parte que era todo menos oír las enseñanzas del Señor, nos enseña lo que
aprendió con respecto a este principio entre Padre e Hijo:
 Recordemos que el Señor había llegado intencionalmente 4 días luego de
la muerte de su amigo Lázaro
 Martha le reprocha por esto “si hubieras llegado a tiempo”: utiliza un
lenguaje que intenta hacer sentir culpa a quien la escuchare
 La respuesta del Señor busca llevarle a “creer”
 Ella manifiesta: “mas también se ahora que todo lo que pidas a Dios, Dios
te lo dará”
 Jesús se conmueve y le pide a Marta que quite la piedra de la tumba que
era una cueva, Marta pone excusas “Señor, hiede ya porque es de cuatro
días” (Jn 11:39)
Cabe señalar que en función de lo que este punto nos enseña, sale a
relucir la estrecha relación entre el pedir y el vínculo de Padre e hijo, el
cual era evidente a los que eran cercanos al Señor como Marta y María,
aun cuando también sale a relucir la incredulidad de las dos “si no te
hubieras tardado”.

Cuando hablamos de pedir, también necesitamos evaluar en qué áreas pensamos que el
pedir es adecuado, humanamente, asi siempre el rango dentro del cual nos movemos en
función de pedir está en el rango de lo físico y en menor grado en el ámbito de lo
emocional, y en un porcentaje aún más bajo el ámbito de lo espiritual, talvez porque no es
un área tangible para todos

1 Corintios 14:13 nos enseña que el principio del pedir, dentro de éste vínculo de Padre
(nuestro Padre Dios) e Hijo (nosotros), abarca también en el mismo orden de prioridad el
ámbito espiritual. Esto nos asegura que realmente podemos pedir todo (a nuestro Padre)
y en toda área y mi Padre me lo dará (el dar es otro principio para quienes hemos sido
trasladados al reino de su amado hijo Jesucristo – 1 Pedro 2:9b)

La confianza al pedir, es nuestra garantía:


1 Juan 5:14-15 nos aclara en donde está nuestra confianza como garantía para derribar
cualquier barrera que nuestro pasado hay levantado en este ámbito tan delicado de la
relación entre un Padre y un Hijo:
 Y esta es la confianza que tenemos en él
o Que si pedimos conforme a su voluntad
o Él nos oye
 Y si sabemos que él nos oye en cualquier cosa que pidamos
o Sabemos que tenemos la petición
o Que le hayamos hecho
2. CREER: el creer constituye el elemento crucial entre el pedir y el recibir. En el punto anterior
hemos abordado brevemente las implicaciones que el pedir tiene, sobre todo en el hecho de
tener la libertad necesaria para ejercitar el pedir, ya que esta acción puede haberse visto afectada
por vínculos de paternidad débiles o distorsionados. Nótese que el no recibir puede verse
afectado primero en este primer punto: el pedir; pero también puede verse afectado por la falta
de fe. Dicho esto, el creer tiene grandes e importantes connotaciones

Volvamos entonces a Santiago 1:6 “Pero pida con fe, no dudando nada; porque el que duda es
semejante a la onda del mar, que es arrastrada por el viento y echada de una parte a otra”

 Definición de creer: “apoyarse en”, no significa una mera creencia, significa “apoyarse
en”. En este caso, apoyarse en la persona de Dios (Dios como mi padre) y en quien soy yo
para Dios. Imaginemos por un momento, que estamos en un puente, si estamos seguros
que ambos extremos son Dios, y la solidez del puente representa la seguridad de quienes
somos nosotros, experimentaremos seguridad, a pesar que debajo del puente exista el
más terrible de los peligros.
 Definición de fe: “firme persuación”, “convicción basada en lo oído”
En el ejemplo anterior acerca del puente, podemos decir que la fe ocupa el siguiente
lugar: alguien nos dijo que el puente es seguro y que nada nos pasará. Muchas veces este
mensaje es el que escuchamos insistentemente acerca de la vida de fe, pero en muchos
casos debido al deconocimiento de quien es Dios y quien soy yo para él, nos es dificil
aceptar lo que se nos dice de Dios o lo que la palabra de Dios nos dice.

De ahi que el Apostol Juan es el que más usa el término “creer”, coincidentemente, es el
que más profundizar acerca del amor de Dios hacia nosotros a través de Jesucristo y
también el que más seguro Demuestra estar de ser amado por Dios y por el Señor
Jesucristo, hasta el punto de auto denominarse “el discípulos amado”.

Basándonos en las dos definiciones podemos decir que Juan no solo tenia fe en Dios, sino
que creía a Dios, es decir estaba seguro quien era (por la comunión) tanto el Padre Dios
como nuestro Señor Jesucristo, y estaba seguro quien era él (hijo y siervo). El creer y la fe
son sinónimos y se complementan para formar la convicción y seguridad de aquello que
no se ve (Heb 11:1)

 Lo contrario a creer es dudar, Santiago dice que si dudamos somos semejantes a las olas
de mar echadas de aquí para allá. Tomando siempre la Definición de creer y de fe, quiere
decir que la persona que duda es aquel que no tiene claro quien es Dios (no le conocer,
no lo ve como padre), y Tampoco tiene claro quien es él para Dios (no se ve como hijo de
Dios). Lo cual hace que esté a la deriva, bajo sus propias expensas, como las olas de l mar,
llevadas por el viento

El libro de Efesios me aclara algunos aspectos importantes en relación ha esto:

Efesios 4:14-15 “para que ya no seamos niños fluctuates, llevados por doquiera de todo
viento de doctrina, por estratagema de hombres que para engañar emplean con astucia
las artimañas del error, sino que siguiendo la verdad en amor, crezcamos en todo en aquel
que es la cabeza, esto es, Cristo”
o Los niños son fluctuantes,
o Los niños son llevados por cualquier doctrina (enseñanza)
o Los niños son llevados por cualquier estratagema (trampas) de hombres cuyo
objetivo es engañar
o Los niños son llevados por la astucia de hombres que quieren hacerles errar
o La solución es:
 Siga en todo la verdad (Dios y su palabra)
 Crezca en todo en Cristo (decida crecer, Efesios 4:11-13)

En este mismo sentido veamos el caso de Abraham


 El objeto de la fe de Abraham, no era la promesa de Dios, era Dios mismo
Romanos 4:17 “(Como está escrito: Te he puesto por padre de muchas gentes) delante de
Dios, a quien creyó, el cual da vida a los muertos, y llama las cosas que no son, como si
fuesen”
 La promesa de Dios se constituyó en el pretexto para ejercitar la fe, es decir para actuar
en concordancia a su fe, recordemos lo que Santiago nos enseña “la fe sin obras es
muerta” Santiago 1:22 - 24 “Pero sed hacedores de la palabra, y no tan solamente
oidores, engañándoos a vosotros mismos. Porque si alguno es oidor de la palabra pero
no hacedor de ella, éste es semejante al hombre que considera en un espejo su rostro
natural. Porque él se considera a sí mismo, y se va, y luego olvida cómo era”.

Es decir que cuando solo oímos la palabra pero no la hacemos, es porque aún no nos
consideramos hijos de Dios, nos vemos al espejo y vemos lo que antes eramos, por eso
nos vamos, nos alejamos de aquello que creemos “no somos”,

o Creemos que no somos hijos y no aceptamos que Dios es nuestro Padre, por lo
cual pensamos que no es digno obedecerle.
o Creemos que no somos hijos, por lo cual no desarrollamos ningún sentido de
responsabilidad ni de compromiso con nuestro Padre
o Creemos que no somos hijos, por lo cual no desarrollamos un servicio de amor y
honra hacia nuestro padre, por eso nos vamos.

 Romanos 4:18-24 ¿cómo creyó Abraham?


“El creyó en esperanza contra esperanza, para llegar a ser padre de muchas gentes,
conforme a lo que se le había dicho: Así será tu descendencia. Y no se debilitó en la fe al
considerar su cuerpo, que estaba ya como muerto (siendo de casi cien años), o la
esterilidad de la matriz de Sara. Tampoco dudó, por incredulidad, de la promesa de Dios,
sino que se fortaleció en fe, dando gloria a Dios, plenamente convencido de que era
también poderoso para hacer todo lo que había prometido; por lo cual también su fe le
fue contada por justicia. Y no solamente con respecto a él se escribió que le fue contada,
sino también con respecto a nosotros a quienes ha de ser contada, esto es, a los que
creemos en el que levantó de los muertos a Jesús, Señor nuestro”
 Creyó en esperanza contra esperanza para llegar a ser lo que Dios le había dicho,
porque creyó a Dios
 No se debilitó en la fe: nos debilitamos en la fe cunado ponemos nuestros ojos en
nosotros mismos, nuestra fuerzas o debilidades, en este caso la edad, la
enfermedad; así a veces nuestra e se debilita porque ponemos los ojos en la
ausencia de dinero o de trabajo, es decir ponemos los ojos en nuestros recursos y
no en los recursos, poder y recursos de Dios.
 No dudó por incredulidad: es decir creyó en Dios (la base de los puentes) y en su
propósito que dijo tener con el (el puente – la promesa que le había hecho).
 Estaba convencido del poder de Dios: La pregunta es ¿por qué creyó en Dios?,
porque estaba plenamente convencido que Dios era poderoso para hacer todo lo
que había prometido. De ahí que su fe le fue contada por justicia es decir creyó en
la palabra de Dios porque sabía quién era el que la había pronunciado, era Dios
mismos, eso es ser justo.
 Estaba convencido que el propósito de Dios no solo era para él, sino para su
descendencia después de él, asi lo vio cunado Dios confirmó su pacto con su hijo
Isaac como lo había prometido y también lo hizo con Jacob. Pero Abraham sabía
que no era solo con ellos sino con todas las familias de la tierra (Gn 12: 1-4)

3. RECIBIR
Santiago 1:7 “No piense, pues, quien tal haga, que recibirá cosa alguna del Señor.”
Siguiendo la definición de creer y de fe, podemos haber pedido algo pero olvidando quien es Dios
y quien soy yo en relación a El, quedando a expensas de mis fuerzas. En el ejemplo del puente, sin
la seguridad de la base del puente (Dios) y sin saber si el puente me va a sostener (Como me veo
yo en los propósitos de Dios). Estoy entonces a la deriva. Si bajo estos aspectos recibo algo, esto
aumentará la carga sobre mi vida y me hundire, caeré irremediablemente, me hundire

 1Timoteo 6:9 “Porque los que quieren enriquecerse caen en tentación y lazo, y en
muchas codicias necias y dañosas, que hunden a los hombres en destrucción y perdición;”
 Santiago 4:3 “Pedís, y no recibís, porque pedís mal, para gastar en vuestros deleites”

El mejor camino: Efesios 3:20 “Y a Aquel que es poderoso para hacer todas las cosas mucho m ás
abundantemente de lo que pedimos o entendemos, según el poder que actúa en nosotros”

Pablo nos enseña desde el versículo 14 su deseo y nuestra necesidad de permitir que el poder de
Dios actúe en nosotros, ese poder es el del Espíritu Santo, es el Espíritu Santo quien nos convence
que somos hijos:
 Gálatas 4:6 “Y por cuanto sois hijos, Dios envió a vuestros corazones el Espíritu de su Hijo,
el cual clama: ¡Abba, Padre!”

 Romanos 8:14-15 “Porque todos los que son guiados por el Espíritu de Dios, éstos son
hijos de Dios. Pues no habéis recibido el espíritu de esclavitud para estar otra vez en
temor, sino que habéis recibido el espíritu de adopción, por el cual clamamos: ¡Abba,
Padre!”
 Marcos 14:36 “Y decía: Abba, Padre, todas las cosas son posibles para ti; aparta de mí
esta copa; mas no lo que yo quiero, sino lo que tú”

La clave es dejar ue el Espíritu Santo actúe en nosotros, entonces desarrollaremos una claro
concepto de quien es Dios (mi Padre) y quien soy yo (su hijo y siervo)
Bajo esta premise, se hará realidad para nosotros lo que Efesios 3:20 dice, que Dios es poderoso
para:
 Hacer todas las cosas que pedimos
 Hacer todas las cosas mas abundantes de lo que pedimos y entendemos

Aplicación Teoterápica

Es necesario que conozcamos más a Dios, que nos adentremos cada vez más en su palabra y en una cada
vez más profundo vida de oración, de igual modo, es importante que aprendemos a vernos como hijos de
Dios. La acción del Espíritu Santo en nuestra vida es de primordial importancia en este proceso, siendo
llenos y controlados por el, iremos desarrollando esa confianza en nuestro Padre y en lo que somos para
el (hijos amados)

Teniendo claro esto, estaremos seguros de que él nos oye, y si sabemos que el nos oye, sabemos que las
peticiones que le hayamos hecho nos las concederá

Volvamos a estudiar los sencillos como de la Teoterapia: Como conocer a Dios Papá y Cómo aceptarse así
mismo como hijo de Dios (Cf1 modulo 2). También es necesario estudiar el libro Teoterapia de Dios Papá

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