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de emergencias
1. QUEMADURAS
Son lesiones localizadas del cuerpo que afectan a tejidos blandos, pudiéndose extender a
huesos, con su correspondientes consecuencias sistémicas de destrucció n tisular, arritmias,
etc., producidas por el contacto directo durante un mínimo de tiempo a determinados factores
agresivos: sustancias térmicas extremas (en cualquier estado, sea líquido, só lido o gaseoso),
tanto extremadamente frías como calientes; como sustancias químicas abrasivas; el efecto
directo de la electricidad, etc.
Esta definició n engloba a agentes causantes de una serie de lesiones má s o menos
generalizadas, independientemente de cuá l sea el motivo de la agresió n. Estas lesiones,
denominadas quemaduras, se pueden clasificar en diferentes grados segú n la afectació n
vertical de los tejidos de fuera a dentro (desde la piel al hueso):
– Quemaduras de primer grado: afectació n de epidermis. Suelen ser eritematosas con
intenso dolor. No producen cicatriz, pero sí es posible que se caiga el estrato có rneo a los
días para ser substituido (cuando nos pelamos después de tomar el sol). Curan por sí solas
a los días, aunque conviene hidratarlas y aplicar frío en forma de pañ os (y cremas con
efecto frío), para aliviar la sensació n inflamatoria de dolor y tirantez.
– Quemaduras de segundo grado superficial : afectació n de epidermis y dermis
superficial. Son especialmente dolorosas, ya que no se han destruido las terminaciones
nociceptoras del dolor. Suelen cursar con ampollas cuyo contenido, en caso de ser
excesivamente grandes, pueden actuar como tercer espacio con gran secuestro de volemia
intravascular. Dichas flictenas o ampollas deberá n preservarse salvo raras excepciones, en
las que será n desbridadas. Es de vital importancia no reventar ninguna durante la
asistencia primaria, ya que no só lo favorece gran pérdida de líquido, sino que también
puede producir infecció n. Dichas flictenas será n aisladas mediante colchones de gasas y
algodones para protegerlas de su ruptura hasta que las vea un especialista. Las de las
manos será n vendadas dedo a dedo, aislados entre sí, ya que en un futuro podrían crear
bridas que requieran separació n quirú rgica posterior.
– Quemaduras de segundo grado profundo: afectan a epidermis y dermis superficial y
profunda, por lo que son arrasadas las terminaciones nociceptoras, doliendo sobre todo a
la presió n. Suelen ser menos exudativas que las de segundo grado superficial, y de aspecto
brillante y nacarado. También dejan lesiones cicatriciales y retracciones. La forma de
tratarlas será semejante a las dérmicas superficiales.
– Quemaduras de tercer grado: afectan a epidermis, dermis y tejido subcutá neo. Debido a
que quedan dañ adas las terminaciones nerviosas, son anestésicas per se, si no fuera
porque está n rodeadas en su profundidad por quemaduras de grado má s superficial, que
son las que producen dolor. Son de aspecto acartonado, blanco céreo o negruzco.
Producen destrucció n masiva de la zona afectada.
– Quemaduras de cuarto grado: afectan a subdermis y otros tejidos. Son las má s
profundas de todas.
Si las quemaduras se deben a un agente térmico (frío o calor), habrá que combatirlo con el
contrario, de forma prudente, para no producir quemaduras por el efecto terapéutico. Es
decir, en una quemadura por calor, se pondrá directamente frío en la zona afectada (nunca
hielo, ya que se sobreañ adiría otra quemadura por frío a la causada por el calor) de manera
continuada y moderada con breves interrupciones. Del mismo modo, una quemadura por
congelació n, deberá ser tratada con calor local (nunca de forma excesivamente continuada) y
con algú n agente, evitando el exceso, ya que podría producir una quemadura por calor,
sobreañ adiéndose a la del frío.
ATENCIÓN INICIAL
Se debe retirar a la víctima de la causa de la quemadura lo antes posible para evitar la
progresió n del dañ o, manteniendo las medidas de seguridad apropiadas por parte del equipo
de rescate.
Dependiendo del tipo de quemadura se procederá de forma distinta:
– En el caso de quemaduras por llama, la víctima debe rodar por el suelo utilizando, a su vez,
mantas o abrigos para extinguir el fuego. Se desnuda a la víctima y, si la ropa está adherida
a la piel, no se debe tirar de ella, sino recortarla.
– Deben retirarse todos aquellos objetos que puedan producir compresió n o efecto
“torniquete”, tales como anillos, pulseras…
– Una vez detenido el proceso de combustió n, hay que cubrir al paciente con pañ os limpios,
no necesariamente estériles, o mantas.
– No enfriar con agua, salvo en quemaduras de poca extensió n (< 10%), ya que corremos el
riesgo de provocar hipotermia.
– En las quemaduras químicas, el tratamiento inicial, sin embargo, es la irrigació n profusa
con agua o sueros de lavado. Los polvos químicos secos deben cepillarse con cuidado antes
de lavar con agua abundante.
– No se deben utilizar sustancias neutralizantes. Las lesiones oculares requieren irrigació n
permanente.
– En las quemaduras eléctricas, se debe identificar la fuente de origen, desconectar la
corriente eléctrica y apartar a la víctima de la red. Siempre debemos utilizar material
aislante/no conductor.
– Las principales causas de muerte inmediata son la pará lisis respiratoria y la fibrilació n
ventricular, entre otras.
– En estos casos, las maniobras de reanimació n cardiopulmonar (RCP) deben ser
prolongadas en el tiempo, ya que, la mayoría de los electrocutados, reanimados con éxito,
empiezan a respirar a los 30 minutos.
– Si el incendio se produce en lugares cerrados, debemos sospechar intoxicació n de
monó xido de carbono (CO). Hay que retirar a la víctima de la fuente y administrarle,
inmediatamente, oxígeno (O2) al 100%.
– In situ, siempre que sea posible, debemos recabar informació n tanto del suceso (espacio
abierto o cerrado, hora de inicio, mecanismo de la quemadura, si ha habido explosió n o
traumatismo asociados), como del paciente.
Circulación (C)
– Se debe realizar un adecuado control de las hemorragias externas mediante compresió n
directa.
– El shock hipovolémico tiene especial importancia en el gran quemado. Se establece por
pérdida de plasma y su sospecha es el primer paso para iniciar su tratamiento.
– Al finalizar la valoració n primaria se monitorizará al paciente para control del ECG, sobre
todo en las de origen eléctrico, la TA (difícil la valoració n de estabilidad hemodiná mica por
la inspecció n) y pulsioximetría para control de SatO2 (no valorable para valorar
intoxicació n por CO).
– Para valorar la extensió n, se calculará con la “regla de los 9” o “regla de Wallace”,
modificada para niñ os. Esto
nos permitirá orientarnos
sobre el grado de gravedad
del paciente.
– En el niñ o menor de 1 añ o la
cabeza y el cuello equivalen
al 19% de la superficie
corporal total (SCT). Por cada
añ o de edad a partir del añ o
disminuye esta proporció n en 1%. Los miembros inferiores aumentan con la edad un 0,5%
por añ o. En ambos casos se iguala al adulto al llegar a los 10 añ os.
– El á rea de la palma de la mano, sin los dedos, equivale aproximadamente al 1% de la SCT,
ú til para valorar pequeñ as quemaduras.
– En funció n de la profundidad y de la extensió n las
quemaduras se clasifican en leves, moderadas y
graves.
Las quemaduras leves son las epidérmicas con
cualquier extensió n, las dérmicas (II) < 10% SCQ y las
subdérmicas (III) < 2% SCQ.
Las quemaduras moderadas son las tipo II entre 10-
25% SCQ (en ancianos y niñ os entre 5-15%) y las tipo
III en < 10% de la SCQ.
Las quemaduras graves son:
– Las quemaduras tipo II que afectan má s del 25% de la SC (en ancianos y niñ os > 15%).
– Las quemaduras de III grado que afectan a má s del 10%.
– Cualquier quemadura con lesió n de la vía aérea.
– Cualquier quemadura asociada a fracturas.
– Cualquier quemadura con afectació n de á reas funcionales y estéticas como cara, ojos,
orejas, manos, pies, periné.
– Cualquier quemadura eléctrica de alto voltaje (> 1.000 voltios).
– Quemaduras en pacientes con enfermedades cardiovascular o pulmonar limitante previa.
La electricidad puede provocar lesiones de distinta gravedad sobre el organismo, desde una
sensació n desagradable ante una exposició n breve a una baja intensidad de corriente hasta
una muerte sú bita.
Las dos principales fuentes de electricidad que van a causar lesiones son la electricidad
doméstica o industrial (electrocució n) y la atmosférica, por medio del rayo (fulguració n).
En general se trata de lesiones poco frecuentes (suponen un 1% de las muertes accidentales).
Su incidencia tiene una distribució n bimodal, con dos picos, uno en varones con edades entre
los 15 y los 40 añ os, debido a accidentes laborales, y otro en la edad infantil debido a
accidentes domésticos.
MECANISMOS DE LESIÓN
Las lesiones debidas a electrocució n o fulguració n pueden producirse por cuatro mecanismos
diferentes:
La energía eléctrica a su paso por el organismo causa arritmias que pueden provocar una
fibrilació n ventricular, o un paro respiratorio primario como consecuencia de la tetania
de la musculatura torá cica, produciendo, en ambos casos, la muerte inmediata.
La energía térmica conduce a una destrucció n tisular masiva, coagulació n y necrosis.
Lesiones traumá ticas como consecuencia de la proyecció n y caída de la víctima.
Asimismo, los espasmos violentos musculares generados por la corriente alterna pueden
producir fracturas y dislocaciones.
La corriente destruye las células, dañ ando la integridad y alterando el potencial de las
membranas celulares; la consecuencia es el edema y el dañ o celular irreversible. Este
proceso es conocido por electroporación.
ALTERACIONES PATOLÓGICAS SEGÚN LOCALIZACIÓN
Ya sea por la energía térmica
desprendida, por la
destrucció n de la integridad de
la membrana celular o por el
trauma asociado a la lesió n por
energía eléctrica, el paso de la
corriente a través de los
ó rganos y sistemas produce
una serie de lesiones de
diferente consideració n que se
localizará n preferentemente en
el trayecto de la misma y que
trataremos a continuació n.
La exposició n al frío ambiental puede producir una variedad de trastornos fisioló gicos que
van desde dañ o tisular directo hasta hipotermia total intensa.
Se da cuando la tª central es < de 35º C.
Hay 4 cuadros que pueden producir frío:
a) Hipotermia accidental.
b) Hipotermia asociada a enfermedad aguda.
c) Hipotermia por inmersió n.
d) Lesiones locales inducidas por frío (lesió n por congelació n).
HIPOTERMIA ACCIDENTAL
– Complicació n por la exposició n al frío, má s comú n en los meses de invierno, en ancianos y
ebrios.
– Es de diagnó stico difícil, pues los termó metros clínicos no marcan por debajo de 35º C.
– La hipotermia puede ir asociada a:
o Mixedema. o Hipoglucemia.
o Insuficiencia hipofisiaria. o Enfermedad cerebrovascular.
o Addison. o Enfermedad de Wernicke
Hay varios grados de hipotermia:
a) Hipotermia mínima: Tª 32 – 35 º C. Puede haber combinació n de varios síntomas:
o Piel pá lida y fría. Escalofríos.
o Fatiga, debilidad, letargia, apatía.
o Balbuceo, ataxia.
o FC, FR, TA.
b) Hipotermia intensa:
o Con tª 28 – 32º C: Los síntomas son má s intensos que en el caso anterior.
o Con tª < 28º C: Generalmente inconsciente, pupilas mió ticas, respiració n
superficial y lenta, FR, hTA y edema generalizado.
o Con tª < 25º C: Coma, arreflexia, no respuesta pupilar, hipo o hiperglucemia,
acidosis metabó lica por hipoxia en tejidos periféricos, temblores musculares,
bradicardia, onda J de Osborne en ECG, FV en cuadro terminal.
ACTUACIÓN EN LA URGENCIA EXTRAHOSPITALARIA
1. Realizar una valoración inicial con el A-B-C. Podemos usar O2 tibio.
2. Manipulación cuidadosa del enfermo:
Evitar estimulació n excesiva al ser recalentado ya que podemos producirle FV porque
el organismo reanima la hipotermia con vasoconstricció n periférica. La sangre de las
extremidades estará : fría, acidó tica e hiperpotasémica. Si esta sangre, al frotar al
enfermo, pasa a la circulació n general, provocaremos FV PCR muerte. Con lo que la
manipulació n del enfermo debe hacerse de forma tranquila, proporcionando la mayor
tranquilidad e inmovilizació n del enfermo.
Evitaremos que haga ejercicio.
3. Reposición de líquidos:
Se hará con Dextran (glucosa y salino) de bajo peso molecular, si es posible caliente.
Objetivo:
- Reposició n de líquidos para prevenir el IAM PCR (cuidado con el EAP).
- Evitar el shock por recalentamiento.
- No usar Ringer Lactato el hígado no podrá metabolizarlo.
4. Precaución con las arritmias:
Tendremos a mano y preparado el marcapasos.
5. Calentamiento:
Los métodos varían dependiendo de si es una hipotermia leve o intensa:
a) Calentamiento en hipotermia leve: Se llevará a cabo el recalentamiento pasivo que
conserva la vasoconstricció n periférica con un mínimo riesgo de colapso vascular:
- Quitarle la ropa fría y hú meda.
- Colocarle en un lugar caliente.
- Uso de mantas térmicas.
b) Calentamiento en la hipotermia moderada/intensa : Sí con el recalentamiento pasivo
externo, la tª no aumenta 1º C/hora, tenemos que usar otros métodos, que son:
Recalentamiento activo externo: Usaremos:
- Manta eléctrica. Botella de agua caliente en tó rax.
- Inmersió n del sujeto en agua a 40 – 42º C (suele requerir 20-30 min. El
recalentamiento má s prolongado y con tª > 42º C produce disminució n de
supervivencia tisular).
- Evitar calentar extremidades, para conservar la vasoconstricció n periférica, pues si
se dilatan repentinamente shock por calentamiento. Si la sangre fría de los MMII
va a la circulació n general Tª central fenó meno conocido como Decremento
tardío de la Tª central.
Recalentamiento central o interno activo: Usaremos:
- Líquidos IV calientes (37 – 40º C).
- O2 caliente y humidificado (40 – 60º C).
- Dispositivos de presió n positiva intermitente.
- Lavado gá strico con líquidos calientes (cuidado con las SNG, pueden producir
arritmias).
- Lavado vesical con líquidos calientes.
- Diá lisis peritoneal.
6. En caso de PCR:
RCP prolongada, hasta:
- Remontar tª 32 – 36ºC: hay que remontar la tª hasta valores normales, ya que, en
caso de FV, la desfibrilació n no será efectiva sino se recalienta el miocardio.
- Si después de 30´de RCP a Tª 32 – 36º C sigue en PCR, se suspende la RCP.
COMPLICACIONES DE LA HIPOTERMIA
1. Neumonía: Es la principal complicació n. Revisar Tª y ruidos respiratorios.
2. Tromboembolismo: Por aumento de la viscosidad de la sangre. Produce dolor y
enrojecimiento en pantorrillas, dolor en tó rax y disnea.
3. Síndrome semejante a CID: con mayor viscosidad y éstasis intravascular. Vigilar:
hemorragia en encías, vías nasales y lugares de punció n.
4. Insuficiencia Renal Aguda: Por rabdomiolisis.
MECANISMO DE CONGELACIÓN
Vasoconstricción Tª tisular hasta punto
Exposición al frío
de congelación
periférica
Deshidratación
> congelación Sale líquido de
Rotura mb. celular celular y compresión
extracelular las células
por cristales de hielo
Ingestión
Por ingestión se incluye á cidos, á lcalis, hidrocarburos, metanol, etilenglicol, isopropanol,
cianuros y tó xicos originarios de plantas y comidas. Al no existir muchos antídotos que
puedan ser usados en situaciones de intoxicació n, se impone el tratamiento sintomá tico y la
prevenció n de la absorció n en el cuerpo, como medida principal.
Hidrocarburos
Los podemos encontrar en muchos productos del hogar (limpiadores, cosméticos, pinturas,
etc.) y, por supuesto, en los combustibles derivados del petró leo (gasolina, gasoil, etc.). La
principal característica física de los hidrocarburos en cuanto a su poder tó xico es su
viscosidad, alto riesgo de aspiració n y complicaciones asociadas. Así, al ingerir gasolina, ésta
se dispersa rá pidamente y los componentes volá tiles se transforman en gases intoxicando las
mucosas, produciendo irritació n y tos, y favoreciendo la aspiració n pudiendo pasar parte del
tó xico al á rbol traqueobronquial.
A la llegada de los servicios de emergencia, el paciente puede estar asintomá tico y no
presentar cambios severos. Sin embargo, aseguraremos vía aérea y ventilació n adecuada,
identificaremos la sustancia ingerida; se valorará por el equipo de SVA (soporte vital
avanzado) el lavado gá strico con carbó n activado, la fluidoterapia intravenosa, la
monitorizació n y evacuació n en aquellos que presenten alteraciones en:
- Sistema nervioso central (letargo, confusió n, coma, convulsiones).
- Tracto gastrointestinal (dolor abdominal, ná usea, vó mitos, ructus).
- Sistema respiratorio (tos, ingurgitació n, estridor, taquipnea, cianosis, disnea).
Metanol
Es un disolvente industrial obtenido de la destilació n de la madera. Se encuentra en gran
cantidad de productos como limpiaparabrisas de los coches, pinturas, decapantes y barnices.
La intoxicació n puede venir por ingesta, por contacto con la piel o por inhalació n. La
acumulació n de este ú ltimo á cido en la sangre da como resultado la aparició n de un grupo de
síntomas relacionados con:
- Sistema nervioso central (letargo, confusió n, coma, convulsiones).
- Tracto gastrointestinal (dolor abdominal, ná usea, vó mitos, ructus).
- Complicaciones en la vista (fotofobia, visió n borrosa, midriasis, reactividad lenta, ceguera).
- Acidosis metabó lica (disnea, taquipnea, shock, fallo multisitémico, muerte).
Etilenglicol
Es un producto inodoro, incoloro y soluble en el agua. Se emplea comú nmente en detergentes,
anticongelantes y pinturas. Debido a los colores vivos agregados por los fabricantes, suele ser
comú n la ingesta del mismo por niñ os. Suele mezclarse por los alcohó licos como sustituto del
etanol (presente en las bebidas alcohó licas). La dosis letal es aproximadamente 2 ml/kg (100
ml en adultos).
Los signos y síntomas de la intoxicació n por etilenglicol generalmente ocurren en tres fases:
– El sistema nervioso central se ve afectado desde la 1 a la 11 hora después de la ingestió n.
– Problemas en el sistema cardiorrespiratorio de 12 a 36 h después de la ingesta.
– Efectos sobre el sistema renal de 24 a 72 h después de la ingesta.
La actuació n para la intoxicació n por estos agentes es similar en unos y otros, e incluye los
siguientes pasos:
– Aseguramiento vía aérea y adecuada ventilació n. El equipo de SVA asegurará acceso IV y
monitorizació n.
– Lavado gá strico si estamos dentro de las 4 h de la ingesta, mediante carbó n activado.
– El equipo de SVA iniciará la fluidoterapia con expansores de volumen para asegurar
buenos niveles de orina y bicarbonato só dico IV para corregir acidosis.
– El SVA valorará la administració n de 30 a 60 ml de etanol, por boca o tubo gá strico.
– Se efectuará transporte urgente debido a que la diá lisis es necesaria.
Inhalación
Cianuro
Su alta toxicidad hace que tenga pocas aplicaciones. Se emplea industrialmente en la
galvanoplastia, extracció n de minerales, fumigació n de edificios y como fertilizante. El gas
cianuro aparece como consecuencia de la combustió n de nylon y poliuretano. La intoxicació n
puede venir por inhalació n del gas cianuro, o por su ingestió n o absorció n.
Independientemente de la forma de entrada, el cianuro es un tó xico de acció n rá pida que
inhibe la oxigenació n celular. Produce los siguientes síntomas:
- Agitació n, ansiedad, confusió n.
- Disnea.
- Hipotensió n, acidosis, convulsiones.
- Edema pulmonar, arritmias, hipotensió n irreversible.
- Pará lisis, inconsciencia.
La intoxicació n por cianuro suele evidenciar un fuerte olor a almendra amarga en la
respiració n del paciente.
Amoniaco
Es un tó xico irritante que causa problemas respiratorios después de la inhalació n mediante la
irritació n y erosió n del tejido mucoso de las estructuras respiratorias. La emanació n de gases
suele presentarse en incendios o en contacto con el agua. Los pacientes presentan los
siguientes signos y síntomas:
- Tos. - Sofocació n.
- Ingurgitació n. - Ardor/escozor de ojos y lagrimació n.
- Congestió n. - Broncoespasmo.
- Calor y opresió n en le pecho. - Edema pulmonar.
El tratamiento pasa por el aseguramiento de la vía aérea y ventilació n por personal de SVA
con respirador y administració n de diuréticos y broncodilatadores.
Hidrocarburos
El riesgo es su baja viscosidad, alta volatilidad y alta tensió n superficial, que le permite
adherirse a las moléculas a lo largo de su superficie.
Las intoxicaciones intencionadas producen sensació n de ebriedad o falsa euforia; son efectos
rá pidos y pueden seguirse de depresió n del sistema nervioso central, fallos respiratorios o
arritmias. El tratamiento inicial es el general para las intoxicaciones: permeabilidad de la vía
aérea, ventilació n adecuada a alta concentració n, soporte circulatorio, tratamiento con
fluidoterapia IV, monitorizació n y transporte urgente.
Dióxido de carbono
Está presente en el cuerpo humano como consecuencia del intercambio gaseoso con el
oxígeno en las células; se puede inhalar de manera accidental en incendios o situaciones
similares. Es un gas inodoro e incoloro, cuya exposició n causa taquipnea, mareos y
sudoració n. Respirar concentraciones de dió xido de carbono por encima del 10-12% puede
causar la muerte en pocos minutos. La presencia de grandes cantidades de dió xido de carbono
en las arterias provoca que el sistema respiratorio comience a deprimirse, evitando su
respuesta normal ante el incremento de dichos niveles (narcosis de dió xido de carbono),
llegando hasta la parada respiratoria.
El tratamiento es la administració n de oxígeno en alta concentració n, y en caso de parada
respiratoria, la realizació n de las técnicas de SVB/SVA necesarias.
Monóxido de carbono
Es un gas inodoro e incoloro y no irrita el tracto respiratorio; alguien que ha inhalado
monó xido de carbono no siempre tose ni produce esputos sucios (carbonilla en caso de
incendios), y no tiene por qué ser consciente de haber inhalado tó xico alguno. El monó xido de
carbono actú a interfiriendo en la capacidad de los gló bulos rojos para transportar oxígeno.
Toda persona sospechosa de haber inhalado monó xido de carbono debe de ser tratada con la
administració n de oxígeno al 100% y trasladado a centro hospitalario para su control.
Absorción
La absorció n de tó xicos se puede realizar a través de la piel, principalmente por tó xicos como
los organofosforados y los carbamatos. El índice de intoxicació n es mayor en los niñ os (50%)
que en los adultos. Estos productos está n disponibles para uso industrial o doméstico
(collares antipulgas o insecticidas). Los organosfosforados también fueron usados como
armas químicas en los agentes nerviosos (gas sarín y somá n) durante la Segunda Guerra
Mundial.
Estos dos productos son los principales causantes de las intoxicaciones, bien sea por
ingestió n, absorció n o inhalació n, al encontrarse en la mayoría de productos de uso pú blico o
industrial. Ambos tipos de tó xicos tienen la misma forma de actuar, inhibiendo enzimas que
permiten funciones neuromusculares; sin embargo los organofosoforados crean un enlace
má s fuerte con dicha enzima que los carbamatos.
Los signos y síntomas pueden producir confusió n (dolor de cabeza, mareos, debilidad y
ná useas). Sin embargo, cuando comienza a actuar el tó xico sobre dicha enzima, afecta a los
siguientes sistemas con los correspondientes signos y síntomas:
- Sistema cardiovascular:
o Bradicardia e Hipotensió n.
- Sistema respiratorio:
o Rinorrea.
o Broncoconstricció n.
o Sibilancias.
o Disnea.
- Sistema gastrointestinal:
o Calambres abdominales.
o Diarrea.
o Vó mitos.
- Visió n:
o Miosis y cambios rá pidos en el tamañ o de las pupilas.
o Lacrimació n.
o Visió n borrosa.
- SNC:
o Ansiedad.
o Mareos.
o Convulsiones.
o Inconsciencia.
o Depresió n respiratoria.
- Sistema musculoesquelético:
o Temblores musculares.
o Flacidez muscular.
- Piel:
o Diaforesis.
- Otros:
o Salivació n.
o Micció n.
La rapidez y secuencia en la que estos signos y síntomas se desarrollen dependen de la
cantidad de tó xico absorbida por el cuerpo. El tratamiento inicial pasa por la protecció n de la
escena, protecció n personal de los servicios de emergencia, procedimiento de
descontaminació n y, posteriormente, la asistencia. Esta asistencia incluye los procedimientos
generales de asegurar vía aérea con soporte respiratorio, administració n de drogas por el
SVA, monitorizació n, y valoració n por parte del SVA del uso de carbó n activado para
descontaminació n gastrointestinal y transporte urgente para su tratamiento definitivo.
Alucinó genos
Causan distorsiones en la percepció n de la realidad. Los má s usados son el PCP y el LSD. Otros
pueden ser mescalina, marihuana (componente activo de la planta Cannabis sativa) y algunas
metaanfetaminas como el MDMA (éxtasis) y MDEA (EVA). Producen depresió n de sistema
nervioso central y del sistema respiratorio.
Alcohol
El ingrediente activo del alcohol es el etanol; la graduació n de las bebidas alcohó licas se basa
en el porcentaje de etanol que contiene. El 80 o 90% de alcohol consumido es absorbido en 30
min (20% en el estó mago y el resto en el intestino delgado). Una vez absorbido, la droga es
rá pidamente distribuida a través del sistema vascular a todos los ó rganos del cuerpo.
Aproximadamente del 3 al 5% del alcohol es expulsado por la respiració n y riñ ones, el resto
es metabolizado en el hígado convirtiéndolo en dió xido de carbono y agua. La cantidad de
alcohol que puede ser metabolizado depende de cada cuerpo. La intoxicació n de alcohol
presenta una clínica de características similares a los agentes sedativos e hipnó ticos,
presentando cuadros de:
– Hipoventilació n.
– Hipotensió n.
– Hipotermia.
MORDEDURAS Y PICADURAS
VÍBORAS
La mordedura se caracteriza por dos incisiones paralelas de 2 mm de longitud y separadas 6 mm.
La mortalidad en general es menor del 1%.
- Víbora común: puebla toda la Península Ibérica. Puede encontrarse en á rboles por lo que no
son raras las picaduras en la cabeza.
- Víbora europea o cantábrica: vive en Europa central y septentrional. Tiene hocico plano.
- Víbora Apis: vive en el á rea Pirenaica. El veneno es similar al de la europea pero má s grave.
El veneno en las tres especies es similar, de características proteolíticas (inflamació n y necrosis
local), anticoagulante (hemorragia local), hemolítico y excepcionalmente neurotó xico.
Clínica: Local (dolor intenso que cede paulatinamente, linfadenopatía local dolorosa, edema
ascendente. A veces necrosis local), general (ná useas, vó mitos, dolor có lico abdominal y diarrea,
hTA, ocasionalmente shock anafilá ctico, convulsiones, paresias, hemó lisis y CID en casos graves,
bradicardia e insuficiencia renal).
FAMILIA COLUBRIDAE
Tienen los colmillos venenosos en la paste posterior del maxilar superior, a veces su mordedura no
lleva consigo la inoculació n del veneno, que es neurotó xico local.
Clínica: parestesias y anestesia local, edema local. Rara vez producen efectos sistémicos con
paresia de pares craneales.
ACTUACIÓ N EN LA URGENCIA EXTRAHOSPITALARIA
Medidas generales: Garantizar la vía aérea. Tratamiento de la anafilaxia con adrenalina 0,3 mg.
Líquidos IV. Analgesia (no AAS pues aumenta la hemorragia). Si hay shock anafilá ctico:
Adrenalina, corticoides, antihistamínicos o gluconato cá lcico.
Traslado al hospital en decú bito lateral para evitar aspiració n, con inmovilizació n del miembro
mordido. Tranquilizar a la víctima. Matar al animal para su correcta identificació n (cuidado,
puede picar una vez muerta).
El torniquete arterial está contraindicado (puede aumentar la necrosis y el edema, producir
lesiones nerviosas e incluso la amputació n). La absorció n del veneno en las especies venenosas
es por vía linfá tica y no sanguínea como en otras especies.
Emplear el Extractor Sawyer, que succiona el veneno inoculado al crear un vacío de 1 ATM.
PICADURAS DE ARAÑAS
Tienen una picadura de efecto tó xico local de consecuencias no graves. Algunos contienen
sustancias catecolinérgicas y neurotó xicas.
Clínica: adenopatías regionales, cefalea, ná useas, dolor abdominal, sudoració n y espasmos
musculares, taquicardia, HTA e irritabilidad. El cuadro clínico se puede confundir con abdomen
agudo, síndrome psicó tico agudo, o meningitis, etc. Los espasmos y contracturas elevan la CPK, que
con la leucocitosis, hiperglucemia, HTA y taquicardia se puede confundir con IAM.
Actuación en la urgencia extrahospitalaria: El manejo es sintomá tico con analgésicos,
corticoides y antihistamínicos.
PICADURAS DE GARRAPATAS
Pueden transmitir enfermedades infecciosas (rikecttsias).
Actuación: Sintomá tico. Conviene tapar la garrapata con aceite, alcohol o parafina para
obligarla a soltar la piel, cuando se tira de ella puede quedar la cabeza dentro y provocar
posteriormente una infecció n.
PICADURAS DE SANGUIJUELAS
Anélidos frecuentes en ríos españ oles. Se adhieren a la piel a través de la boca y chupan la sangre (1
cc cada 10 min). En países tropicales pueden provocar mortalidad importante al penetrar dentro
del cuerpo a través del ano o boca adhiriéndose a la mucosa respiratoria y digestiva.
Actuación: En Españ a só lo hay que desprenderlas con cuidado.
ERIZOS DE MAR
Los españ oles no tienen veneno. El principal inconveniente se debe a la fragilidad de la punta de sus
pú as, que penetradas en la piel se quedan incrustadas.
Tratamiento: Desinfecció n de la piel. Extraer las pú as con pinzas, si no se extraen pueden
provocar infecció n local que a veces favorece la expulsió n de la misma, pero otras se enquista
produciendo un nó dulo doloroso.
RAYA DE MAR
Se encuentra en todas nuestras costas y le gustan los fondos arenosos y poco profundos. No es
agresivo pero pueden sacudir con su cola y clavar su aguijó n.
Clínica: Si el veneno alcanza el cuello (vasodilatació n, shock, arritmias, convulsiones y muerte).
Tiene un tó xico local y puede desgarrar la piel y sobreinfectarse.
Tratamiento: Similar al pez arañ a.
5. PARTO INMINENTE
Parto en curso
En el periodo de dilatación
– Comienza cuando el cuello del útero se dilata desde 3 a 10 cm.
– Tenemos que colocar a la gestante en un entorno que sea cá lido, có modo, bien iluminado,
lejos de personas y especialmente limpio.
– Realizaremos la toma de constantes y monitorizació n de la paciente.
– Valoraremos có mo son las contracciones que se está n produciendo.
– Prepararemos el material si el personal sanitario se dispone a realizar un tacto vaginal a la
paciente.
En el periodo expulsivo
Comienza cuando el cuello del ú tero esté dilatado 10 cm (se le ve la cabeza en canal del parto
y termina cuando el feto es expulsado completamente al exterior).
En este periodo, las contracciones aparecen cada 2 minutos aproximadamente y se
acompañ an de deseos de empujar; el tiempo total que puede durar este periodo varía
dependiendo de si la mujer es primípara o multípara: en el primer caso puede durar hasta 60
minutos, reduciéndose considerablemente en el caso de la multípara.
MEDIDAS A TENER EN CUENTA
- Control de la ansiedad de la paciente, tranquilizarla.
- Administració n de oxigenoterapia.
- Desinfecció n del periné y colocació n de pañ os estériles para crear una zona de actuació n lo
má s aséptica posible, ayudá ndonos del material que tengamos dentro de la ambulancia y, si
es preciso, pedir en el domicilio ropa limpia, como toallas y sá banas.
- Colaborar con el personal sanitario en la toma de constantes y sondaje vesical si fuese
necesario.
- Control respiratorio: informar a la paciente có mo ha de empujar (ha de hacerlo de forma
intensa y mantenerse constante en el tiempo para que sea efectivo; es importante que
aproveche el momento del inicio de la contracció n, le indicaremos que ha de contraer la
prensa abdominal y que empuje como si fuese a defecar).
- Entre contracció n y contracció n, hemos de indicar a la madre que es bueno que descanse
para así poder recobrar fuerzas para el pró ximo pujo.
- En el momento en que se observe la cabeza y su salida al exterior sea inminente, es
importante que se coloque la mano derecha debajo del periné para controlar la fuerza de
expulsió n de la cabeza, así como la izquierda sobre el occipucio del niñ o con el fin de que en
el momento de su salida, esta se realice de una forma controlada y de este modo se evite la
aparició n de desgarros en esta zona.
CONSIDERACIONES IMPORTANTES
- Prolapso del cordón umbilical: es una situació n en la que a veces se puede observar
directamente la presentació n del cordó n umbilical por delante de la presentació n fetal y
donde la bolsa ya se ha roto. En otras ocasiones el cordó n no se visualiza a través de la
vulva sino que queda en vagina o en el cuello uterino.
La sensació n que la paciente describe es la de que el cordó n «se desliza» y sale. En este
caso, es importante colocar a la paciente en posició n de Trendelemburg con el fin de que la
circulació n en dicho cordó n no se comprometa en ningú n momento ni de que este quede
pinzado.
Es importante saber que nunca hay que intentar introducir de nuevo el cordó n hacia el
fondo. Prevalece un traslado lo má s precoz posible a centro hospitalario. El técnico en
emergencias ha de colaborar en todo momento con el equipo sanitario en las actuaciones
que se han de llevar a cabo, como son aporte ventilatorio, canalizació n de vías periféricas,
monitorizació n y control de constantes.
- La episiotomía: es un acto quirú rgico simple aunque no exento de complicaciones; no hay
unanimidad en la indicació n o no de la misma, su realizació n es llevada a cabo segú n el
criterio del personal sanitario que está asistiendo a ese parto. En el caso de que el médico
estime oportuno la realizació n de la misma, el técnico de emergencias será conocedor del
material que es necesario para asistir y colaborar en la realizació n de la misma. Existen dos
variedades quirú rgicas en cuanto al lugar de realizació n de este acto, por lo que la
episiotomía puede ser media o mediolateral. El momento má s oportuno para realizarla es
cuando la cabeza fetal asoma presentando un diá metro aproximado de 4 cm.
Es precisa la colocació n de un campo estéril, lavado y desinfecció n de la zona se procederá
a anestesiar localmente el lugar donde se va a proceder a realizar la episiotomía, y será
necesario el uso de un anestésico local y unas tijeras.
Una vez que observamos có mo sale la cabeza, dejamos que salga lentamente pero, a su vez,
siempre ejerciendo un control en la velocidad de salida para evitar lesiones y desgarros en
la zona. Conseguimos la deflexió n de la cabeza con la llamada maniobra de Ritgen, que
consiste en colocar una mano sobre el vértice de la cabeza, con el fin de controlar el
movimiento de la misma hacia delante, y la otra mano sobre el periné buscamos el mentó n
del feto con el fin de ejercer presió n sobre él y así conseguir que la cabeza salga lentamente.
A continuació n hay que observar la presencia de una o varias vueltas de cordó n, en este
caso el procedimiento a seguir consiste en desenrollarlas manualmente si es posible y, si no
lo es, pinzar en una porció n de cordó n, a 5 cm colocar otra pinza, y proceder a realizar un
corte entre ambas.
Una vez que la cabeza ha salido, esta girará a la derecha o izquierda dependiendo de la
posició n inicial del niñ o. Se procederá a realizar una tracció n suave hacia abajo para
permitir la salida del hombro superior y luego el movimiento irá dirigido hacia arriba para
que el otro hombro pueda salir igualmente. Una vez superado este momento, tiramos del
tronco siguiendo el eje longitudinal de la pelvis, para facilitar la salida de la cadera: primero
saldrá la cadera anterior por debajo de la sínfisis bajando el tronco del niñ o, y la salida de la
otra cadera se realizará subiendo el tronco del niñ o (la técnica es muy similar a la que se ha
realizado para favorecer la salida de la cabeza); una vez que haya salido todo el cuerpo del
niñ o, hemos de cogerle firmemente y proceder a depositarlo sobre el abdomen de la madre.
Por otra parte, colocaremos una pinza de 5 cm de la pared abdominal del niñ o, otra a 10 cm
y cortaremos entre ambas.
A partir de este momento, procedemos a cuidados del recién nacido.
En el periodo de alumbramiento
Es el periodo comprendido desde el momento en que sale el niñ o hasta que la placenta y las
membranas ovulares son expulsadas espontá neamente.
– Tiene una duració n aproximada de 30 minutos.
– Es importante la valoració n del sangrado de la mujer: si se ha realizado episiotomía,
observar que esta no sangre o presente un sangrado controlado y normal; observar
asimismo que el sangrado procedente del canal del parto no es abundante.
– Aportar oxigenoterapia mantenida.
– Control de constantes: FR, TA, pulsioximetría.
– Monitorizació n electrocardiográ fica de la paciente para detectar posibles alteraciones.
– Colaborar en todas las técnicas que se lleven a cabo a la paciente por parte del personal
sanitario, como puede ser, principalmente la administració n de sueroterapia.
– Observamos que la placenta se ha desprendido cuando visualizamos sangre oscura y
desciende el cordó n: nunca se ha de tirar del cordó n para favorecer la salida de la placenta.
Hemos de saber que junto a la placenta saldrá n igualmente las membranas ovulares.
– El sangrado disminuirá considerablemente cuando la placenta haya salido; tras la
palpació n del ú tero observaremos la presencia de un globo de seguridad uterino, a la
palpació n del ú tero, podemos distinguir una especie de bola endurecida, que será el
indicativo de que el proceso de retracció n uterina se está desarrollando con normalidad.
CONSIDERACIONES GENERALES
Aproximadamente un 19% de los 5 millones de muertes neonatales que ocurren cada añ o en
el mundo (OMS 1995) se deben a la asfixia al nacer. Esto significa que el adiestramiento en
realizar una resucitació n cardiopulmonar podría evitar muchas de estas muertes.
Aproximadamente el 10% de los recién nacidos requiere de algú n tipo de asistencia para
iniciar la respiració n al nacer, y cerca del 1% necesita medidas má s complejas de reanimació n
para sobrevivir.
Cada nacimiento debe ser atendido por al menos una persona capaz de realizar una
resucitació n y cuya responsabilidad sea el recién nacido. Pero si se sospecha ya de antemano
que el recién nacido requerirá una posible resucitació n neonatal, deberá haber un mínimo de
2 personas responsables, por cada feto que se presente.
Signos de transició n ineficaz
Puede ocurrir que la transició n del feto desde el ú tero al exterior no se realice de manera
correcta, lo que dará a unos signos de transició n ineficaz y por ende de sufrimiento fetal:
– Cianosis (por hipoxemia).
– Bradicardia (desaceleració n de la frecuencia cardiaca fetal).
– Hipotensió n sistémica.
– Taquipnea.
– Depresió n del esfuerzo respiratorio.
– Hipotonía.
Muchos de estos signos y síntomas pueden presentarse por otras causas, como pueden ser
intoxicació n por fá rmacos de la madre antes del parto, infecció n, hipoglucemia, etc.
DIAGRAMA DE FLUJO
Toda resucitació n neonatal comienza
con una evaluació n del recién nacido
mediante 4 preguntas bá sicas
fundamentales, las cuales nos dirigirá n
a resucitar al RN o a llevarlo a un cuida-
do de rutina.
Evaluación.
Decisión.
Actuación.
Esta sería la progresió n de evaluació n-decisió n-actuació n en caso de que no mejorara durante
los 10 minutos que dura una resucitació n neonatal.
La intubació n se puede llevar a cabo en diferentes momentos de la resucitació n.
Masaje
Si la situació n del RN sigue siendo mala y continú a deteriorá ndose, o no mejora y la FC es
menor de 60 lpm, a pesar de haber proporcionado 30 sg de adecuada ventilació n a presió n
positiva, el paso siguiente debe ser iniciar masaje cardiaco, ya que posiblemente estos niñ os
tengan niveles muy bajos de oxígeno en la sangre y por lo tanto el miocardio se deprimirá y
será incapaz de contraerse lo suficiente como para bombear la sangre a los pulmones. Por lo
tanto, habrá que bombear el corazó n mientras continú a la ventilació n con oxígeno al 100%.
Con este masaje cardiaco, se consiguen 3 acciones:
Compresió n del corazó n contra la columna vertebral.
Aumento de la presió n intratorá cica.
Se permite la circulació n de sangre hacia los ó rganos vitales. El masaje es de poca utilidad
si los pulmones no está n siendo ventilados efectivamente al mismo tiempo, por lo tanto se
requerirá n 2 personas como mínimo.
Para el masaje cardiaco se pueden emplear 2 técnicas:
– Con los pulgares (estos comprimen el esternó n, mientras las manos rodean el tó rax y los
dedos soportan la columna vertebral, preferiblemente sobre una superficie rígida).
– Con los dedos 2-3 ó 3-4 de una mano, mientras la otra sirve de apoyo a la espalda.
El punto de compresió n en ambos casos es sobre el tercio inferior del esternó n, el cual se
encuentra entre el apéndice xifoides y la línea intermamaria. En ambos casos, los dedos que
ejercerá n la presió n han de someter su fuerza de manera perpendicular al torso del RN y en
ningú n caso se retirará n los pulgares o los dedos entre cada masaje, para no perder el punto
de referencia, ni tiempo, ni el control de la presió n ejercida.
La profundidad de la compresió n deberá ser de aproximadamente un tercio del diá metro
anteroposterior del tó rax. Aunque se ha comprobado que ambas son igual de efectivas, se
recomienda la de los 2 dedos, para dejar libre el campo del “cordó n umbilical”, en caso de
necesitarse un acceso venoso.
Durante la resucitació n neonatal, el masaje cardiaco siempre debe ir acompañ ado de
ventilació n a presió n positiva. Por lo tanto, las dos acciones deben estar coordinadas de
manera que haya una ventilació n por cada tres compresiones, sumando un total de 30
ventilaciones y 90 masajes por minuto. La persona que proporciona el masaje cardiaco debe
contar en voz alta «uno-y-dos-y-tres-y-ventila» mientras que la persona ventilando aprieta la
bolsa durante «ventila» y la libera durante «uno-y». El canturreo en voz alta ayuda a que el
procedimiento se desarrolle de forma coordinada.
Un ciclo de eventos dura aproximadamente 2 segundos. Debe haber 120 eventos por minuto
(90 masajes y 30 ventilaciones). Después de aproximadamente 30 segundos de masaje
cardiaco y VVP
coordinado, se debe suspender el masaje cardiaco para determinar la FC. Si la FC es ahora >
60 lpm, entonces se suspenderá el masaje cardiaco, pero se continuará dando VPP a 40-60
ventilaciones por minuto. Cuando la FC sube por encima de 100 lpm y el RN comienza a
respirar espontá neamente, se irá retirando lentamente la VPP y a proporcionarle oxígeno a
flujo libre de mantenimiento.
Pero si la FC no sube de 60 lpm, entonces se procederá a la administració n de adrenalina.
Intubación
Las principales indicaciones para la intubació n endotraqueal son:
– Aspirar la trá quea en presencia de líquido con meconio cuando el RN no esté vigoroso.
– Ventilació n a presió n positiva prolongada.
– Facilitar la coordinació n del masaje cardiaco y la ventilació n.
– Administració n de adrenalina.
El RN recibirá oxígeno a flujo libre durante todo el proceso, por lo que es estrictamente
necesario estar proporcioná ndoselo a flujo libre con la mano en forma de campana o un
Ventimask, mientras el médico intenta intubar.
Medicamentos
Adrenalina
La adrenalina se ha de administrar cuando la FC permanece por debajo de 60 lpm, después de
haber dado 30 segundos de ventilació n asistida y otros 30 de VPP + masaje.
Las principales formas de administració n está n:
– Endotraqueal.
– Umbilical.
Expansores de volumen
Si el RN no está respondiendo a la resucitació n y existe evidencia de pérdida de sangre
(placenta previa, desprendimiento de placenta o pérdida de sangre desde el cordó n umbilical,
etc.) se valorará la administració n de expansores de volumen. Entre los má s recomendados
está n:
– Solució n salina normal.
– Ringer Lactato.
– Sangre 0-negativa (si no hay tiempo para hacer pruebas cruzadas).
7. CUADROS INFECCIOSOS GRAVES
La atenció n inicial a los pacientes con cuadros infecciosos graves va a estar dirigida a la
realizació n de las medidas generales y específicas para resolver las distintas patologías, ésta
ú ltima va a depender de los aparatos en que se produzcan los síntomas.
En la mayoría de ocasiones en los casos graves hay una actuació n general que exponemos a
continuació n:
Medidas generales
Monitorización: pulsioximetría, TA, ECG, FR y glucemia.
Evaluación primaria. Valoración del riesgo vital
Ha de ser una evaluació n rá pida, con un comienzo inmediato de la reanimació n, si se
precisa y un traslado sin demora a un centro sanitario. Se precisa una priorizació n rá pida
de las lesiones con riesgo vital.
La valoració n primaria comienza con una visió n general del aparato respiratorio (A, B) y
circulatorio (C), así como el estado neuroló gico (D) y las circunstancias del escenario (E).
Este examen general previo ya orienta al técnico, con respecto a la prioridad con la que
hay que tratar a ese paciente, o si es necesario tener que activar má s recursos o no. Esta
valoració n primaria debe ser rá pida.
Evaluación secundaria
Si el paciente responde, hablando o intentando hablar, es señ al inequívoca de que
mantiene las constantes vitales; se pasa directamente a la exploració n secundaria. En este
caso:
o Dejarlo en la posició n en la que lo encontramos, con precaució n de que no haya má s
peligro.
o Tratar de averiguar que le pasa y conseguir ayuda si es necesario.
o Revalorarlo regularmente.
Medidas específicas
En cuanto a las características específicas que se van a dar en los distintos cuadros
infecciosos dependerá de los síntomas que aparezcan en la zona del organismo en que se
produzca la infecció n.
Podríamos realizar la siguiente diferenciació n:
RESPIRATORIOS
Síntomas
Apnea, cianosis, agitació n, disnea y taquipnea progresiva, utilizació n musculatura accesoria de
la ventilació n (tiraje), trabajo respiratorio, movimientos ventilatorios anormales (respiració n
paradó jica abdominal). En caso de grave deterioro del intercambio gaseoso pueden aparecer:
alteraciones mentales (incluido el coma), temblores, convulsiones y parada cardiaca.
Medidas específicas
Oxigenació n: aumentar Fi O2 (mascarilla Venturi con alto flujo, elegir la mínima Fi O 2 para
conseguir saturació n arterial >90%), paciente semiincorporado, mascarillas con CPAP.
Ventilació n Mecá nica (VM) si nos encontramos: Apnea, hipoxemia grave a pesar de
oxigenoterapia, hipercapnia progresiva con disminució n de consciencia, fatiga muscular.
Cuando el efecto shunt es causa fundamental de la hipoxemia no suele ser suficiente para
aumentar la Fi O2 y debe añ adirse PEEP, con incremento de 3-5 cm de agua hasta
conseguir saturació n arterial > 90% con la menor Fi O2.
o Efectos indeseables de la PEEP: Disminució n de la Pa O 2, disminució n del gasto
cardiaco, barotrauma y aumento de la PIC.
o Otros métodos para mejorar oxigenació n en la VM: Relació n I/E inversa, ventilació n
de alta frecuencia, ventilació n pulmonar independiente.
o La VM invasiva tiene 3 objetivos: Revertir la hipoxemia, corregir la acidosis
respiratoria aguda y reposo de los mú sculos respiratorios.
Tratamiento etioló gico:
o Drenaje sí neumotó rax o derrame pleural.
o Broncodilatadores en crisis asmá tica.
o En algunos casos necesitaremos fá rmacos estimulantes beta adrenérgicos o incluso
toracocentesis diagnó stica.
ABDOMINALES
Síntomas
Podemos encontrarnos con patologías graves como: fallo hepático fulminante,
peritonitis,….
Dolor constante en abdomen.
Ná useas y vó mitos en muchos casos.
Hipotensió n y shock, habitualmente.
Ictericia o rubicundez facial relacionada con la liberació n de histamina.
En las patologías del hígado nos podemos encontrar con las siguientes complicaciones:
Trastornos mentales: Alteració n de la conciencia, trastornos del sueñ o, trastornos intelectuales,
alteraciones de la personalidad, trastornos de la conducta.
Alteraciones neuromusculares: Pérdidas transitorias del tono muscular, hipertonía, signo de
Babinski bilateral, rigidez, convulsiones, temblor, paraplejia espá stica.
Edema cerebral: El edema cerebral se manifiesta clínicamente como hipertensió n intracraneal
(HTA, bradicardia, incremento del tono muscular y reflejos pupilares anormales) y puede
conducir a la herniació n cerebral y la muerte (20%).
Diá tesis hemorrá gica: Graves trastornos de la coagulació n que favorecen el sangrado en
diversas localizaciones, siendo la má s frecuente el tracto digestivo superior.
Insuficiencia renal: Asociada a mal pronó stico.
Alteraciones metabó licas: Hipoglucemia, debido al incremento de los niveles de insulina y al
fallo de las funciones metabó licas hepá ticas.
Cardiocirculatorias: Hipotensió n por sepsis, hipovolemia, tendencia a la vasodilatació n con
disminució n de las resistencias periféricas y gasto cardíaco elevado compensatorio. Arritmias,
como taquicardia sinusal.
Respiratorias: Hipocapnia secundaria a la hiperventilació n central, hipoxemia secundaria a
neumonías, atelectasias, edema pulmonar no cardiogénico.
Alteraciones hidroelectrolíticas: Hipopotasemia secundaria a pérdidas, hiponatremia
normalmente dilucional, hipomagnesemia, hipocalcemia.
Otras: hipertensió n portal, pancreatitis aguda, íleo paralítico, ascitis.
Medidas específicas
UROLÓGICOS
Síntomas
La manifestació n má s frecuente es el có lico nefrítico. Algunas infecciones se asientan sobre
cristales formados en el aparato urinario. Pueden ser asintomá ticas o manifestarse como
hematuria, piuria, hidronefrosis, pielitis, pielonefritis o IR.
La crisis renoureteral constituye uno de los procesos agudos má s intensos de cuantos son
asistidos en urgencias. Es un síndrome doloroso, de comienzo sú bito; producido por
alteraciones mecá nicas o diná micas del flujo urinario, ocasionan hiperpresió n y distensió n de la
vía urinaria, causando un intenso dolor agitante que suele comenzar en la fosa renal y flanco
irradiá ndose por el trayecto ureteral hacia el á rea inguino-genital.
Suelen acompañ arse muchas veces de síntomas digestivos debido a la inervació n comú n de
riñ ones y estó mago por el ganglio celiaco: ná useas, vó mitos, defensa abdominal, meteorismo, e
íleo intestinal reflejo.
Su etiología má s frecuente son los cá lculos en la vía urinaria, aunque puede deberse a otras
causas que produzcan obstrucció n de la misma.
Dolor a la palpació n en á ngulo costo vertebral y flanco y puede acompañ arse de contractura de
mú sculos dorsolumbares y abdominales del lado afecto. La puñ opercusió n origina dolor.
Cuando nos encontramos ante un fracaso renal agudo se produce un deterioro brusco de la
funció n renal que lleva a la retenció n aguda de productos nitrogenados (urea y creatinina) y a
trastornos en la regulació n hidroió nica y á cido-base
Medidas específicas
NEUROLÓGICOS
Síntomas
La patología má s frecuente que nos encontramos es la meningitis, que se caracteriza por:
Aparició n de fiebre, ná useas, rigidez de nuca, cefalea, vó mitos y Signos Meníngeos (resistencia
dolorosa a la extensió n pasiva de la pierna mientras el muslo está flexionado, flexió n de las
rodillas por la flexió n pasiva del cuello).
También puede dar alteració n del nivel de conciencia, signos focales y/o crisis comiciales y
afectació n de algunos pares craneales.
El síndrome meníngeo es característico de las meningitis infecciosas agudas, subagudas o
cró nicas, de las encefalitis y procesos infecciosos cercanos a las meninges.
Cuando la meningitis bacteriana progresa con rapidez pueden existir signos de hipertensió n
intracraneal (HIC).
Menos frecuente son otro tipo de cuadros neuroló gicos agudos, producidos por las potentes
exotoxinas elaboradas por gérmenes del género clostridium en condiciones anaeró bicas, como son:
el botulismo y el tétanos.
En el caso del botulismo hay que intentar recuperar el alimento que causó la intoxicació n, para
su estudio. La sintomatología depende del tiempo que lleva la toxina en el organismo:
o 12-36 h. después de la ingestió n de la toxina botulínica aparece debilidad, síntomas
gastrointestinales, sequedad de boca.
o 12-72 h. aparecen síntomas y signos neuroló gicos como visió n borrosa, diplopía,
disfonía, disfagia, debilidad muscular, con conservació n del nivel de conciencia y de la
sensibilidad.
En el tétanos nos encontraremos con:
o Cuadro febril típico debido a la toxina del Clostridium Tetani que contamina,
generalmente, una herida anfractuosa.
o Inicialmente, pueden presentarse signos localizados con rigidez e hipertonías cercanas a
la herida.
o Posteriormente, aparece trismus, risa sardó nica, disfagia y contracciones tetá nicas
dolorosas generalizadas, espontá neas y ante el menor estímulo.
Medidas específicas
Tratamiento de las complicaciones:
o Complicaciones sistémicas: Específico de cada caso. CID, shock séptico, SRDA, etc.
o Hipertensió n Intracraneal: Debe sospecharse cuando haya letargia, coma, vó mitos:
Hiperventilació n, Manitol 20% 1gr/Kg IV en 30 min c/ 8-12 h, Dexametasona 10 mgr
seguido de 4-6 mg/ 6-8 h.
o Crisis comiciales: Habitualmente ceden tras la infecció n y no suelen quedar como
secuelas: Difenilhidantoína.
o Trombosis de venas corticales: Debe sospecharse si hay fiebre, existen infartos y déficits
focales.
PROFILAXIS PARA LOS INTERVINIENTES: Se realizará tras contacto estrecho con pacientes
diagnosticados de meningitis por: Meningococo (Rifampicina VO 600 mg/12h/2días).
Haemophilus (Rifampicina VO 600 mg/24h/4días).
Tratamiento del edema: Si hay riesgo de herniació n (Manitol + esteroides). Si só lo hay edema
con estabilidad (solamente esteroides).
En el tétanos, habrá que relajar al paciente y proceder a la IOT + VM.
ESTADO SÉPTICO
En primer lugar vamos a ver algunos conceptos relacionados con los procesos infecciosos:
Infecció n
Fenó meno microbioló gico, caracterizado por una respuesta inflamatoria a la presencia de
microorganismos o la invasió n de un tejido normalmente estéril por diversos microorganismos.
Bacteriemia
Presencia de bacterias viables en la sangre. Se demuestra por la presencia y crecimiento del germen
en un hemocultivo (bacteriemias transitorias, bacteriemias sostenidas, bacteriemias intermitentes).
Sepsis
Es el síndrome de respuesta inflamatoria sistémica a una infecció n confirmada.
Síntomas
Fiebre: por lo general es elevada y puede ser intermitente o mantenida. En ancianos y pacientes
debilitados es comú n la hipotermia.
Manifestaciones Cardíacas: Inicialmente aumento del GC que se contrarresta por la disminució n
de las resistencias vasculares periféricas (RVP) por vasodilatació n. En el shock establecido
disminuye el GC con hipotensió n refractaria y vasoconstricció n periférica secundaria.
Signos respiratorios: alcalosis respiratoria, hiperventilació n, fallo de los mú sculos respiratorios
y síndrome de distrés respiratorio del adulto (SDRA).
Manifestaciones renales: uremia y oliguria.
Manifestaciones neuroló gicas: Trastornos de la conducta y del nivel de alerta.
Alteraciones cutá neas: son frecuentes aunque por lo general son inespecíficas.
Alteraciones hematoló gicas y de laboratorio: Coagulació n intravascular diseminada (CID),
hipertrigliceridemia e hiperglucemia (aumento de catecolaminas, glucagó n, cortisol),
alteraciones de la bioquímica hepá tica.
Medidas específicas
Mortalidad alta, del 40-60%. Por ello, el tto. debe ser precoz y agresivo.
Objetivos del tratamiento: Mejorar la perfusió n tisular con un adecuado soporte hemodiná mico
y respiratorio, control de la infecció n, bloqueo de los mediadores de la respuesta inflamatoria,
ante la infecció n.
Oxigenoterapia: Mantener vía aérea permeable, administrar O2 para mantener saturaciones >
95 %, sí SDRA y/o coma IOT y ventilació n mecá nica.
Soporte hemodiná mico: Corregir la hipovolemia (los requerimientos son muy grandes),
mantener la TAS por encima de 80, fluidos de elecció n los coloides. Si no hay respuesta a la
administració n de volumen drogas vasoactivas, siendo de elecció n la Dopamina. Se puede
asociar Noradrenalina.