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Sobre la bibliografía

Mario RANALLETTI
Instituto de Estudios Históricos
Universidad Nacional de Tres de Febrero

1. ¿Cómo distinguir un texto académico?

Nuestro material fundamental y con el que empezaremos a trabajar con mayor


intensidad es la bibliografía que denominamos “académica”. ¿Qué diferencia a un texto
académico de otro tipo de texto? Por ejemplo, nuestro tema de investigación puede
imponernos la lectura de un ensayo escrito con fines políticos, o de un libro de
memorias elaborado por alguno de los protagonistas de esa parte del pasado que nos
interesa reconstruir, o bien de un material sobre nuestro tema destinado a la divulgación
del saber.

Los denominados “textos académicos” se distinguen de otros textos porque


proponen la difusión, discusión y/o análisis de conocimientos elaborados en el ámbito
de la educación superior y de la investigación científica universitaria (universidades,
institutos de investigación, institutos terciarios). Estos textos son el resultado de una
investigación previa, realizada en al marco de algún área del conocimiento, de la ciencia
o de una disciplina científica (en nuestro caso: historia, ciencia política, antropología,
etc.). Dichos textos están sujetos a hábitos, reglas y convenciones específicas (como la
estructura interna en un proyecto de investigación; o los diferentes estilos de citas
bibliográficas), que disfrutan de un consenso en el ámbito académico. Tales reglas
consisten en el manejo de un vocabulario más bien neutro, apoyado en lecturas previas
(tanto de fuentes como de bibliografía), las cuales son informadas al lector por medio de
las citas y referencias bibliográficas. Este tipo de texto busca la claridad en la
exposición de las ideas y la precisión en el uso de los términos, los cuales corresponden
en buena parte a una cantidad de palabras utilizadas habitualmente en la disciplina. Los
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textos académicos tienen una estructura interna (presentación, desarrollo y cierre), una
redacción en párrafos y una lista de fuentes y de bibliografía. En muchos casos, los
textos son evaluados por otros investigadores quienes sugieren correcciones o pueden
aportar elementos para que la dirección de la publicación decida publicar o no un texto
presentado con pedido de publicación. Este tipo de texto pretende ser un aporte al
conocimiento, basado tanto en el conocimiento ya disponible (investigaciones
precedentes) como en los conocimientos producidos por el autor del texto.

Trataré de aportar un ejemplo concreto de estas apreciaciones. Un ámbito


académico de referencia en la disciplina histórica a nivel nacional es el Instituto de
Historia Argentina y Americana “Dr. Emilio Ravignani”, unidad de docencia e
investigación adscripta a la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad Nacional de
Buenos Aires y al Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas
(CONICET). El “Ravignani”, como se lo llama habitualmente, produce y difunde
distintos tipos de materiales, en diferentes soportes (papel, digital), que son el resultado
de investigaciones desarrolladas en el ámbito de la educación superior. Su página web
así lo muestra: http://ravignani.institutos.filo.uba.ar/. Entre dichos materiales, se destaca
la publicación de su Boletín (http://ravignani.institutos.filo.uba.ar/evento/nuevo-
n%C3%BAmero-51-del-bolet%C3%ADn-ravignani). Los elementos básicos de un texto
académico que expuse en el párrafo precedente pueden hallarlos en este texto publicado
en el Boletín del Ravignani:
http://ppct.caicyt.gov.ar/index.php/ravignani/article/view/15800/pdf.

Denominaremos textos “no académicos” a los que no contengan los elementos


mencionados previamente como característicos de un texto “académico”, o bien los
presenten de manera incompleta, arbitraria o dudosa. Estos últimos elementos aparecen
con frecuencia en:
 Textos destinados al debate político primordialmente (por ejemplo, aquellos que
utilizan el pasado para discutir o justificar actitudes e intervenciones en el
presente).
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 Las memorias, análisis o testimonios de protagonistas de hechos del pasado.


 Investigaciones periodísticas.
 Textos literarios (novelas, cuentos, relatos, etc.) con fuerte contenido histórico,
sociológico, antropológico, etc.
 Textos destinados a la divulgación del saber y de las ideas.

Los textos “no académicos” deben ser tratados como fuentes.

Lectura complementaria:
Universidad de San Martín de Porres, Taller de expresión escrita, Lima, 2017, pp. 14-
36; 39-53; 64-67.

2. La bibliografía como tarea permanente y evolutiva.


Se trata de uno de los aspectos fundamentales en lo que concierne a la
bibliografía: su constitución es un proceso a largo plazo, que se desarrolla acompañando
el progreso de la investigación. La lista de libros y artículos se modifica a medida que
avanza la investigación, ya sea porque se conocen y/o producen nuevos materiales, o
bien porque la lectura de otras aconseja que sean dejados de lado. Es obligatorio para
aspirar a un buen resultado final (la tesis; el proyecto) actualizar regularmente la
bibliografía, eliminando las referencias consideradas inadecuadas o innecesarias,
agregando títulos consultados recientemente que muestran los últimos avances en el
tema elegido para investigar. Una bibliografía actualizada es un elemento indispensable
tanto en un proyecto de investigación como en una tesis.

2.1. La bibliografía como plan de lectura.


Una pregunta inicial, que surge recurrentemente al comenzar la búsqueda
bibliográfica, es la del estudiante confrontado con una gran cantidad de títulos que se
supone que debe leer y estudiar: ¿debemos realmente leer todo lo existente? Debemos
aclararlo desde el principio: como establecimos en las consideraciones ya enviadas,
estamos en proceso de formación por acumulación de conocimientos: en esta etapa, no
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se pretende que la lista de bibliografía sea completa y/o exhaustiva, sino una primera
aproximación con criterio selectivo. Se espera que identifiquen títulos pertinentes para
lo que quieren estudiar, que los localicen (saber precisamente dónde se pueden
consultar) y que comiencen a organizar su lectura, siempre con eje en el tema que les
interesa investigar.
Uno de los objetivos centrales en esta primera aproximación a la bibliografía es
precisamente identificar, clasificar comenzar a leer algo que puede parecer monumental
e inabarcable si lo pensamos como un trabajo que se hace de una vez y para siempre. En
primer lugar, lo importante es saber cómo discriminar entre lo básico y esencial para
determinado tema (por ejemplo, Revolución y guerra de Halperín Donghi para una
investigación sobre algún aspecto de la “Revolución de Mayo”) de lo secundario o de lo
decididamente superfluo. Se espera que la constitución de una bibliografía vaya de lo
general a lo particular, del trabajo de referencia a artículos o tesis específicos. Esto
implica, también, adecuar las prácticas y costumbres de lectura. No se lee una tesis
como se lee un artículo académico; no se le dedica el mismo tiempo a un libro general
que a aquel que propone un estudio acotado.

El trabajo de investigación que están iniciando con este seminario es una prueba
de fondo, no una carrera de velocidad. Por ello resulta esencial planificar el trabajo y las
lecturas de los títulos que componen la bibliografía. Dedicar las primeras semanas de
trabajo a una lectura sistemática e intensiva de los títulos indispensables referencias
consideradas importantes es una buena estrategia inicial, a mi entender. No recomiendo
comenzar unos días antes de la fecha de entrega de algún trabajo en una maratón
nocturna de lecturas. Organizar las lecturas de acuerdo a la relevancia de los trabajos es
esencial cuando el tiempo es un valor escaso y que se puede escurrir como agua en las
manos en determinadas circunstancias…

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