Está en la página 1de 2

MALOS NEGOCIOS

Hebreos 12:16, 17; Mateo 26:14, 15; 16:25, 26

INTRODUCCION: Todos somos algo negociantes —desde pequeños— se hacen buenos


y malos negocios; éstos por falta de reflexión, de conocimientos, de previsión, o de
experiencia.
En el orden espiritual también efectuamos transacciones. ¡Qué malos negocios hacen
muchos! Se dejan engañar, o no quieren oír consejo.
Tomaremos tres ejemplos de la Biblia:

I. El mal negocio de Esaú:


1. Historia del trueque entre este y Jacob.
2. Esaú es el tipo de los que dan suprema importancia a la necesidad física —la satisfacción
del apetito — la conveniencia del momento presente. ¿Qué importa el mañana?
3. Desprecian lo espiritual y las promesas de Dios. Piensan que después atenderán a estas
cosas.
4. Lo que obtuvo Esaú: un plato de lentejas. ¿Pensaba burlar a su hermano? Breve
satisfacción. Irreparable pérdida.
5. ¿Estás haciendo semejante negocio? Es malo.

II. El mal negocio de Judas


1. Su historia previa. Hábil tesorero; pero astuto ladrón. Siguió al Señor por interés.
(¿Llegaría a ser el Tesorero General del Reino?)
2. Amaba el dinero. ¿Qué cosa más deseable?
◊ Lo que entregó por dinero:
a. Su honor — robaba.
b. Sus amigos. Fue falso con ellos.
c. Su Maestro. Todo cuanto Jesús podía significar para él. Su amor al dinero le había
impedido entender las palabras de él. No hay dinero siguiendo al Señor.
d. Su alma, su vida, su salvación. Mateo 26:24.
◊ ¿Qué obtuvo?
a. 30 piezas de plata
b. Vergüenza
c. Desprecio
d. Desesperación
e. Muerte.
3. existen varias amonestaciones a los que han conocido el evangelio y son tentados a
entregar a Cristo por dinero, o por “un buen partido” o por posición social.
4. Ojo, ¡Mal negocio!

III. El mal negocio del ambicioso:


1. El que por alcanzar gloria, fama, poder, sabiduría, nunca se preocupa por su vida
espiritual. El mundo tiene cosas buenas; pero no debemos verlas como el objeto supremo,
sino como medio. No darles el primer lugar, ni poner en ellas el corazón.
2. Pensar en la tentación de Jesús según Lucas 4:5-7, nos enseña que el diablo siempre
promete dar mucho y la realidad es poca, pero la condenación es inmensamente grande.
Jesús no cayó en su tentación, en sus ofertas. Satanás siempre haciendo promesas
mentirosas.
3. Mal negocio. Moisés no cayó en ese mal negocio pues prefirió el sufrimiento con su
pueblo que la corona de Egipto (Hebreos 11:24-26). Lo grave es cuando se procura adquirir
lo temporal a costa de lo espiritual; ganar el mundo y perder a Cristo.
4. Nuestro gran negocio: Los que hemos conocido a Cristo, tenemos el negocio de nuestra
vida: la salvación ofrecida por el Señor. ¿Lo has hecho ya?

CONCLUSION: El mejor negocio, es ser fiel a Cristo hasta que él venga, ya que él mismo
prometió estar con nosotros hasta el fin del mundo y esta esperanza es la que nos sostiene.
No haga un mal negocio, el mundo paga mal, el diablo paga mal, solo Jesucristo da bien a
los que le temen.

También podría gustarte