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Definición de quinina

1. f. Alcaloide de la quina, principio activo de este medicamento febrífugo. Es una


sustancia blanca, amorfa, sin olor, muy amarga y poco soluble, que se emplea en forma
de sales.
1. La quinina o chinchona, C20H24N2O2 es un alcaloide natural, blanco y cristalino, con
propiedades antipiréticas, antipalúdicas y analgésicas. Tiene un sabor muy amargo. Es un
estereoisómero de la quinidina.

La quinina era el principal compuesto empleado en el tratamiento de la malaria hasta que


fue sustituido por otros medicamentos sintéticos más eficaces, como la quinacrina,
cloroquina y primaquina. La quinina se puede utilizar todavía en el tratamiento de la
malaria resistente, los calambres nocturnos en las piernas y en la artritis. También se
intentó utilizar para tratar pacientes infectados con priones, pero con un éxito limitado. Es
un compuesto empleado frecuentemente en la adulteración de la heroína.

La corteza del quino, que contiene quinina, era conocida por sus propiedades curativas
por los nativos americanos, pero no se incorporó al acervo cultural europeo hasta que no
fueron descubiertas sus propiedades antimaláricas. La fecha exacta de este
descubrimiento es polémica: la malaria no existía en Sudamérica, así que los nativos no
podían conocer sus propiedades antimaláricas. En 1638, las propiedades de la corteza de
la quina fueron descubiertas por la Condesa de Chinchón (esposa del Virrey, Luis
Fernández de Cabrera), en Perú, cuando observó que los curanderos nativos la
empleaban para tratar las fiebres, pero las referencias a las propiedades curativas de la
quinina y su exportación habían comenzado tiempo atrás. El nombre científico Cinchona
se refiere directamente a la Condesa (Linneo transcribió el sonido español ′chi′ a la
manera italiana: ′ci′, lo cual era frecuente en la época)

La historia de la quinina

Si bien el uso de la quinina como medicamento tiene miles de años, fue en el siglo XVll
cuando los jesuitas españoles conocieron sus propiedades tras observar que los
indígenas la empleaban como remedio curativo.

Según cuenta la historia, una aristócrata española casada con el virrey de Perú (Ana de
Osorio, condesa de Chinchón) cayó enferma por las fiebres de la malaria pero fue curada
por los polvos de la quinina. Esto hizo que a su regreso a España la condesa trajera
consigo la corteza de la quina en gran cantidad y así empezó a distribuirse como
sustancia curativa.
Lentamente la quinina se extendió como medicamento, pero tenía el inconveniente de su
sabor amargo y debido a ello los militares británicos que residían en la India iniciaron la
costumbre de echar pastillas de quinina al agua, pues así se suavizaba su amargo sabor.
Esta idea tuvo consecuencias, ya que la mezcla de quinina y agua supuso la aparición de
una nueva bebida, el agua tónica, que posteriormente se mezcló con la ginebra y se
inventó el famoso gin-tonic, cuyo ligero sabor amargo hay que atribuirlo a la quinina.

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