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LA ENSEÑANZA

La enseñanza es la acción y efecto de enseñar (instruir, adoctrinar y amaestrar con reglas


o preceptos). Se trata del sistema y método de dar instrucción, formado por el conjunto
de conocimientos, principios e ideas que se enseñan a alguien.

La enseñanza implica la interacción de tres elementos: el profesor, docente o maestro;


el alumno o estudiante; y el objeto de conocimiento. La tradición enciclopedista supone
que el profesor es la fuente del conocimiento y el alumno, un simple receptor ilimitado del
mismo. Bajo esta concepción, el proceso de enseñanza es la transmisión de conocimientos
del docente hacia el estudiante, a través de diversos medios y técnicas.

La esencia de la enseñanza está en la transmisión de información mediante la comunicación


directa o apoyada en la utilización de medios auxiliares, de mayor o menor grado de
complejidad y costo. Tiene como objetivo lograr que en los individuos quede, como huella
de tales acciones combinadas, un reflejo de la realidad objetiva de su mundo circundante
que, en forma de conocimiento del mismo, habilidades y capacidades, lo faculten y, por lo
tanto, le permitan enfrentar situaciones nuevas de manera adaptativa, de apropiación y
creadora de la situación particular aparecida en su entorno.
El proceso de enseñanza consiste, fundamentalmente, en un conjunto de transformaciones
sistemáticas de los fenómenos en general, sometidos éstos a una serie de cambios graduales
cuyas etapas se producen y suceden en orden ascendente, de aquí que se la deba considerar
como un proceso progresivo y en constante movimiento, con un desarrollo dinámico en su
transformación continua, como consecuencia del proceso de enseñanza tiene lugar cambios
sucesivos e ininterrumpidos en la actividad cognoscitiva del individuo (alumno) con la
participación de la ayuda del maestro o profesor en su labor conductora u orientadora hacia
el dominio de los conocimientos, de las habilidades, los hábitos y conductas acordes con su
concepción científica del mundo, que lo llevaran en su práctica existencia a un enfoque
consecuente de la realidad material y social, todo lo cual implica necesariamente la
transformación escalonada, paso a paso, de los procesos y características psicológicas que
identifican al individuo como personalidad.

En la enseñanza se sintetizan conocimientos. Se va desde el no saber hasta el saber; desde


el saber imperfecto, inacabado e insuficiente hasta el saber perfeccionado, suficiente y que
sin llegar a ser del todo perfecto se acerca bastante a la realidad objetiva de la
representación que con la misma se persigue.

La enseñanza persigue agrupar a los hechos, clasificarlos, comparándolos y descubriendo


sus regularidades, sus necesarias interdependencias tanto aquellas de carácter general como
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las internas. Cuando se recorre el camino de la enseñanza, al final, como una consecuencia
obligada, el neuroreflejo de la realidad habrá cambiado, tendrá características cuanti-
cualitativas diferentes, no se limita al plano de lo abstracto solamente sino que continúa
elevándose más y más hacia lo concreto intelectual, o lo que es lo mismo, hacia niveles más
altos de concretización, donde sin dejar de incluirse lo teórico se logra un mayor grado de
entendimiento del proceso real.

Todo proceso de enseñanza científica será como un motor impulsor del desarrollo que,
subsiguientemente, y en un mecanismo de retroalimentación positiva, favorecerá su propio
desarrollo futuro, en el instante en que las exigencias aparecidas se encuentren en la
llamada "zona de desarrollo próximo" del individuo al cual se enseñanza, es decir, todo
proceso de enseñanza científica deviene en una poderosa fuerza desarrolladora, promotora
de la apropiación del conocimiento necesario para asegurar la transformación continua,
sostenible, del entorno del individuo en aras de su propio beneficio como ente biológico y
de la colectividad de la cual es él un componente inseparable. La enseñanza se la ha de
considerar estrecha e inseparablemente vinculada a la educación y, por lo tanto, a la
formación de una concepción determinada del mundo y también de la vida.

No debe olvidarse que los contenidos de la propia enseñanza determinan, en gran medida,
su efecto educativo; que la enseñanza está de manera necesaria, sujeta a los cambios
condicionados por el desarrollo histórico-social, de las necesidades materiales y espirituales
de las colectividades; que su objetivo supremo ha de ser siempre tratar de alcanzar el
dominio de todos los conocimientos acumulados por la experiencia cultural.

La enseñanza existe para el aprendizaje, sin ella no se alcanza el segundo en la medida y


cualidad requeridas; mediante la misma el aprendizaje estimula, lo que posibilita a su vez
que estos dos aspectos integrantes del proceso enseñanza-aprendizaje conserven, cada uno
por separado sus particularidades y peculiaridades y al mismo tiempo conformen una
unidad entre el papel orientador del maestro o profesor y la actividad del educando. La
enseñanza es siempre un complejo proceso dialéctico y su movimiento evolutivo está
condicionado por las contradicciones internas,, las cuales constituyen y devienen
indetenibles fuerzas motrices de su propio desarrollo, regido por leyes objetivas además de
las condiciones fundamentales que hacen posible su concreción.

El proceso de enseñanza, de todos sus componentes asociados se debe considerar como un


sistema estrechamente vinculado con la actividad práctica del hombre la cual, en definitiva,
condiciona sus posibilidades de conocer, de comprender y transformar la realidad objetiva
que lo circunda. Este proceso se perfecciona constantemente como una consecuencia
obligada del quehacer cognoscitivo del hombre, respecto al cual el mismo debe ser

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organizado y dirigido. En su esencia, tal quehacer consiste en la actividad dirigida al
proceso de obtención de los conocimientos y a su aplicación creadora en la práctica social.

La enseñanza tiene un punto de partida y una gran premisa pedagógica general en los
objetivos de la misma. Estos desempeñan la importante función de determinar los
contenidos, los métodos y las formas organizativas de su desarrollo, en consecuencia con
las transformaciones planificadas que se desean alcanzar en el individuo al cual se enseña.
Tales objetivos sirven además para orientar el trabajo tanto de los maestros como de los
educandos en el proceso de enseñanza, constituyendo, al mismo tiempo, un indicador
valorativo de primera clase de la eficacia de la enseñanza, medida esta eficacia, a punto de
partida de la evaluación de los resultados alcanzados con su desarrollo.

Sin embargo, para las corrientes actuales como la cognitiva, el docente es un facilitador del
conocimiento, actúa como nexo entre éste y el estudiante por medio de un proceso de
interacción. Por lo tanto, el alumno se compromete con su aprendizaje y toma la iniciativa
en la búsqueda del saber.

La enseñanza como transmisión de conocimientos se basa en la percepción, principalmente


a través de la oratoria y la escritura. La exposición del docente, el apoyo en textos y las
técnicas de participación y debate entre los estudiantes son algunas de las formas en que se
concreta el proceso de enseñanza.

Con el avance científico, la enseñanza ha incorporado las nuevas tecnologías y hace uso de
otros canales para transmitir el conocimiento, como el video e Internet. La tecnología
también ha potenciado el aprendizaje a distancia y la interacción más allá del hecho de
compartir un mismo espacio físico.

La esencia de la enseñanza está en la transmisión de información mediante la comunicación


directa o apoyada en la utilización de medios auxiliares, de mayor o menor grado de
complejidad y costo. Tiene como objetivo lograr que en los individuos quede, como huella
de tales acciones combinadas, un reflejo de la realidad objetiva de su mundo circundante
que, en forma de conocimiento del mismo, habilidades y capacidades, lo faculten y, por lo
tanto, le permitan enfrentar situaciones nuevas de manera adaptativa, de apropiación y
creadora de la situación particular aparecida en su entorno.

El proceso de enseñanza consiste, fundamentalmente, en un conjunto de transformaciones


sistemáticas de los fenómenos en general, sometidos éstos a una serie de cambios graduales
cuyas etapas se producen y suceden en orden ascendente, de aquí que se la deba considerar
como un proceso progresivo y en constante movimiento, con un desarrollo dinámico en su
transformación continua, como consecuencia del proceso de enseñanza tiene lugar cambios
sucesivos e ininterrumpidos en la actividad cognoscitiva del individuo (alumno) con la
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participación de la ayuda del maestro o profesor en su labor conductora u orientadora hacia
el dominio de los conocimientos, de las habilidades, los hábitos y conductas acordes con su
concepción científica del mundo, que lo llevaran en su práctica existencia a un enfoque
consecuente de la realidad material y social, todo lo cual implica necesariamente la
transformación escalonada, paso a paso, de los procesos y características psicológicas que
identifican al individuo como personalidad.

En la enseñanza se sintetizan conocimientos. Se va desde el no saber hasta el saber; desde


el saber imperfecto, inacabado e insuficiente hasta el saber perfeccionado, suficiente y que
sin llegar a ser del todo perfecto se acerca bastante a la realidad objetiva de la
representación que con la misma se persigue.

La enseñanza persigue agrupar a los hechos, clasificarlos, comparándolos y descubriendo


sus regularidades, sus necesarias interdependencias tanto aquellas de carácter general como
las internas. Cuando se recorre el camino de la enseñanza, al final, como una consecuencia
obligada, el neuroreflejo de la realidad habrá cambiado, tendrá características cuanti-
cualitativas diferentes, no se limita al plano de lo abstracto solamente sino que continúa
elevándose más y más hacia lo concreto intelectual, o lo que es lo mismo, hacia niveles más
altos de concretización, donde sin dejar de incluirse lo teórico se logra un mayor grado de
entendimiento del proceso real.

Todo proceso de enseñanza científica será como un motor impulsor del desarrollo que,
subsiguientemente, y en un mecanismo de retroalimentación positiva, favorecerá su propio
desarrollo futuro, en el instante en que las exigencias aparecidas se encuentren en la
llamada "zona de desarrollo próximo" del individuo al cual se enseñanza, es decir, todo
proceso de enseñanza científica deviene en una poderosa fuerza desarrolladora, promotora
de la apropiación del conocimiento necesario para asegurar la transformación continua,
sostenible, del entorno del individuo en aras de su propio beneficio como ente biológico y
de la colectividad de la cual es él un componente inseparable. La enseñanza se la ha de
considerar estrecha e inseparablemente vinculada a la educación y, por lo tanto, a la
formación de una concepción determinada del mundo y también de la vida.

No debe olvidarse que los contenidos de la propia enseñanza determinan, en gran medida,
su efecto educativo; que la enseñanza está de manera necesaria, sujeta a los cambios
condicionados por el desarrollo histórico-social, de las necesidades materiales y espirituales
de las colectividades; que su objetivo supremo ha de ser siempre tratar de alcanzar el
dominio de todos los conocimientos acumulados por la experiencia cultural.

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La enseñanza existe para el aprendizaje, sin ella no se alcanza el segundo en la medida y
cualidad requeridas; mediante la misma el aprendizaje estimula, lo que posibilita a su vez
que estos dos aspectos integrantes del proceso enseñanza-aprendizaje conserven, cada uno
por separado sus particularidades y peculiaridades y al mismo tiempo conformen una
unidad entre el papel orientador del maestro o profesor y la actividad del educando. La
enseñanza es siempre un complejo proceso dialéctico y su movimiento evolutivo está
condicionado por las contradicciones internas,, las cuales constituyen y devienen
indetenibles fuerzas motrices de su propio desarrollo, regido por leyes objetivas además de
las condiciones fundamentales que hacen posible su concreción.

El proceso de enseñanza, de todos sus componentes asociados se debe considerar como un


sistema estrechamente vinculado con la actividad práctica del hombre la cual, en definitiva,
condiciona sus posibilidades de conocer, de comprender y transformar la realidad objetiva
que lo circunda. Este proceso se perfecciona constantemente como una consecuencia
obligada del quehacer cognoscitivo del hombre, respecto al cual el mismo debe ser
organizado y dirigido. En su esencia, tal quehacer consiste en la actividad dirigida al
proceso de obtención de los conocimientos y a su aplicación creadora en la práctica social.

La enseñanza tiene un punto de partida y una gran premisa pedagógica general en los
objetivos de la misma. Estos desempeñan la importante función de determinar los
contenidos, los métodos y las formas organizativas de su desarrollo, en consecuencia con
las transformaciones planificadas que se desean alcanzar en el individuo al cual se enseña.
Tales objetivos sirven además para orientar el trabajo tanto de los maestros como de los
educandos en el proceso de enseñanza, constituyendo, al mismo tiempo, un indicador
valorativo de primera clase de la eficacia de la enseñanza, medida esta eficacia, a punto de
partida de la evaluación de los resultados alcanzados con su desarrollo.

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UNA PERSPECTIVA SOBRE LA ENSEÑANZA EFECTIVA PARA EL
SIGLO XXI

Arends, Richard. Aprender a enseñar.


Existen perspectivas acerca de la manera en que los niños aprenden, la principal meta de
enseñanza que son esenciales para el proceso de aprender a enseñar, a igual que
definiciones sobre lo que es un maestro efectivo.

Las metas de enseñanza en una sociedad compleja son diversas y tratar de definir al
maestro efectivo ha ocupado por largo tiempo el pensamiento de muchas personas. Dentro
de la comunidad educativa ha habido una notable diversidad en cuanto a la definición de la
enseñanza efectiva. Algunas han discutido que un maestro efectivo puede establecer
rapport con sus alumnos así como un ambiente afectivo para su desarrollo personal. Otros
han definido al maestro efectivo como una persona que tiene amor por el aprendizaje, un
dominio superior sobre una materia académica específica y una capacidad para trasmitirlas
de manera efectiva a los alumnos. Incluso otros argumentan que es aquel que puede activar
la energía del estudiante para trabajar a favor de un orden social más justo y humano.

Los ciudadanos esperan que sus escuelas logren muchas metas diferentes. Es posible que
los múltiples propósitos de la educación se tornen abrumadores, a menos que los maestros
puedan enfocarse en sus metas de enseñanza.

El propósito último de la enseñanza es ayudar a los alumnos a convertirse en aprendices


independientes y autorregulados. Este propósito no niega otros fines de la educación sino
que, más bien, sirve como una meta de suma importancia bajo la cual se puede ubicar todas
las demás metas y actividades del maestro. Este propósito trascendental se deriva de dos
supuestos subyacentes. Una es la perspectiva contemporánea que señala que el
conocimiento no es completamente estático y transmisible, sino algo que todos los
individuos, estudiantes y adultos por igual, construyen de manera activa a través de las
experiencias personales y sociales. La segunda indica que lo más importante que los
estudiantes aprendan cómo aprender.

La enseñanza efectiva requiere como punto de partida a individuos con capacidades


académicas, que tengan dominio de las materias que deben impartir y que se preocupen por
el bienestar de niños y jóvenes. También requiere de individuos que pueden producir
resultados, principalmente aquellos relacionados con el aprovechamiento académico y
aprendizaje social de los alumnos. Estas características son requisitos previos de la
enseñanza, pero son insuficientes sin cuatro atributos de nivel superior.
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1. Los maestros efectivos tienen cualidades personales que les permiten desarrollar
relaciones humanas auténticas con los alumnos, padres y colegas y crear salones de
clase socialmente justos y democráticos para los niños y adolescentes.
2. Los maestros efectivos tienen disposiciones positivas para el aprendizaje. Dominan
al menos tres amplias bases de conocimiento relativas a la asignatura, el desarrollo
y el aprendizaje humanos y la pedagogía. Utilizan este conocimiento para guiar la
ciencia y el arte de su práctica de enseñanza.
3. Los maestros efectivos dominan un repertorio de prácticas de enseñanza de las
cuales se sabe que estimulan la motivación estudiantil, mejoran el aprovechamiento
de los alumnos en cuanto a las habilidades básicas, desarrollan pensamientos de
nivel superior y generan aprendices autorregulados.
4. Los maestros efectivos tienen una disposición personal a la reflexión y a la solución
de problemas. Consideran que aprender a enseñar es un proceso vitalicio y pueden
diagnosticar situaciones y adaptar y utilizar de manera adecuada su conocimiento
profesional para fomentar el aprendizaje de los estudiantes y mejorar las escuelas.

Estos atributos de los maestros efectivos se ilustran así.

Cualidades Base de
personales conocimiento

Reflexión y aprendizaje a lo largo de la


vida

Justicia social Repertorio

Cualidades personales para desarrollar relaciones auténticas.


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Durante muchos años la gente creyó que las cualidades personales de un maestro eran los
atributos más importantes para la enseñanza efectiva. En general se pensaba que los
maestros cálidos y amorosos eran más efectivos que aquellos a quienes se percibía como
fríos y distantes. Como muchas creencias, ésta tiene cierto grado de verdad. También
aporta una perspectiva incompleta, en tanto que la enseñanza efectiva requiere mucho más
que ser cálido y amoroso hacia los niños.

Es importante que los maestros tengan disposiciones afectuosas hacia los niños y jóvenes y
crean que todos los niños tienen capacidades para aprender. Con demasiada frecuencia los
profesores no tienen grandes esperanzas hacia todos los niños. En lugar de ello, a veces
tienen percepciones según las cuales algunos estudiantes, principalmente aquellos de
grupos minoritarios, son menos capaces de aprender y, como resultado, restringen las
oportunidades de aprendizaje de estos alumnos. Es esencial que los maestros del futuro
rompan este ciclo de fracaso integrado dentro de nuestro sistema educativo, a partir de la
creación de oportunidades de aprendizaje en clase que sean democráticas y socialmente
justas.

Los maestros deben poseer suficientes habilidades interpersonales y grupales para


establecer relaciones auténticas con sus alumnos y colegas. Deben tener una “pasión” por
aprender que se pueda traducir en inspiración para que sus estudiantes aprendan. Horace
Mann dijo hace largo tiempo que “un maestro que intenta enseñar sin inspirar en el
alumno el deseo de aprender, está tratando de forjar hierro en frío”.

Base de conocimiento para guiar el arte de la práctica.

Los maestros efectivos tienen control sobre la base de conocimientos que guía su labor
como maestros, tanto dentro como fuera del salón de clases. De hecho, los profesionales
tiene, por definición, control sobre la información (la base de conocimientos) que les
permite lidiar con ciertos asuntos de manera más perspicaz y efectiva que la persona
promedio. Al mismo tiempo ningún profesional tiene una base desconocimientos en el cual
puedan encontrar respuestas a toda pregunta o problema. No todos los problemas pueden
resolverse a través del uso de las mejores prácticas, lo mismo ocurre en la enseñanza, aun
aplicando las mejores prácticas, Algunos alumnos no aprenden y abandonan la escuela.
Es importante considerar tres preguntas acerca de la base del conocimiento para la
enseñanza:
1. ¿ Qué significa tener una base de conocimiento acerca de la enseñanza y que
dominios del conocimiento son más importantes?
2. ¿ Cómo accesan los maestros este conocimiento y que uso le dan?

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3. ¿ Cuáles son los límites del conocimiento actual sobre la enseñanza y el
aprendizaje?
Naturaleza y dominios del conocimiento. El conocimiento científico es, en esencia, un
conocimiento acerca de las relaciones entre variables.. En las Ciencias Sociales o campos
aplicados (como la educación), esto significa que existe un conocimiento acerca de la
manera en que una variable se relaciona con otra y, en algunos casos, sobre como un
conjunto de variables afecta, bajo ciertas condiciones, a otras. En Educación las variables
que se han estudiado más y que se consideran más pertinentes para aprender a enseñar son
aquellas asociadas con el aprendizaje del alumno y cómo la conducta del maestro lo afecta.

Uso del conocimiento por parte del maestro. Un argumento práctico es el razonamiento,
basado en conocimientos y creencias, que utilizan los maestros para tomar decisiones
pedagógicas.

Límites de la investigación. Existen varias razones por las que la investigación puede ser
un fundamento para las prácticas dentro del aula en algunos casos y no en otros.
No existen prescripciones fáciles o recetas simples para la enseñanza efectiva. Las
perspectivas de la sociedad y los valores de la comunidad influyen en qué y cómo enseñan
los maestros. Las explicaciones no son invenciones.

Repertorio de prácticas efectivas.


Los maestros competentes tienen un repertorio de prácticas efectivas. Los maestros
eficientes tienen repertorios diversos y no están restringidos a un pequeño número de
prácticas favoritas.
Los maestros sin importar el grado o disciplina que impartan, o el tipo de escuela en la que
enseñen, tienen que realizar tres acciones importantes:
- Aportan liderazgo para un grupo de estudiantes.
- Proporcionan instrucción directa, frente a frente, a los alumnos.
- Trabajan con colegas, padres y otras personas para mejorar las aulas y escuelas
como organizaciones de aprendizaje.
Los maestros aportan liderazgo a sus alumnos a través de la planificación, motivación y
facilitación del aprendizaje.
El aspecto más importante del trabajo de los maestros es proporcionar instrucción frente a
frente a los estudiantes, dentro de salones de clase. Además del trabajo con los estudiantes,
se espera que los maestros de hoy trabajen con otros adultos dentro del entorno escolar para
la planeación y coordinación en toda la escuela.

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El aprendizaje de los alumnos no solo depende de que los maestros hacen en sus aulas;
también tiene una fuerte influencia de aquello que los maestros y padres hacen de común
acuerdo en escuelas específicas.

Reflexión y solución de problemas


Muchos de los problemas que enfrentan los maestros son situacionales y se caracterizan por
su naturaleza única. Los maestros efectivos, aprenden a enfocar las situaciones únicas con
un enfoque de solución de problemas y aprenden el arte de enseñanza al reflexionar sobre
su propia práctica. Además muchos problemas que enfrentan los maestros se convierten en
problemas de valores y prioridades que el conocimiento científico puede ayudar a explicar,
pero no a decidir.

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