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Luego de haber fracasado el intento revolucionario de 1823, los exiliados orientales refugiados
en Buenos Aires continuaron los preparativos para un nuevo levantamiento armado. En 1825
nuevos hechos políticos aumentaron su confianza en la posibilidad de un iniciar una lucha
victoriosa. Varios factores crearon el clima propicio para la insurrección:
a) en lo interno de la Provincia Oriental era cada vez mayor el descontento con la política de
Lecor que favorecía a un reducido grupo de allegados. Muchos orientales que no habían
particiapado en el intento de 1823 ahora parecían dispuestos a la lucha y sólo se esperaba el
momento propicio y que se pronunciaran personalidades de reconocido prestigio (caudillos).
El Río de la Plata en 1825
b) en el orden internacional hay dos hechos que van a estimular y favorecer la revolución de
1825. Por un lado se produce la derrota final de las últimas fuerzas españolas que aún
permanecían en Sudamérica, en la batalla de Ayacucho (9 de diciembre de 1824). Se aseguraba
así el fin del dominio español, ya que era impensable la posibilidad de una reconquista
hispánica sobre sus ex-colonias, sobretodo porque era claro que Inglaterra no estaba
interesada en que eso ocurriera. Por lo tanto España ya no podría reclamar ningún derecho
sobre el territorio de la Provincia Oriental y los orientales debían decidir si seguían
perteneciendo a Brasil o si cambiaban esa situación.
El otro hecho significativo tenía que ver con la organización de las Provincias del Río de la
Plata. Tras varios años de desorden y luchas entre las provincias, en diciembre de 1824 se
instaló en Buenos Aires el Congreso Constituyente con el objetivo de redactar una constitución
y crear un gobierno para todas las provincias que habían sido parte del Virreinato del Río de la
Plata. El Congreso Constituyente aprobó en enero de 1825 una Ley Fundamental que
establecía que el Congreso se encargaría de los problemas de interés común a todas las
provincias y se encomendaba provisoriamente al gobernador de Buenos Aires el Poder
Ejecutivo de las Provincias Unidas (hasta que se aprobara la constitución definitiva).
Pero hacer que la P. Oriental volviera a ser parte de las Provincias del Río de la Plata y dejara
de ser una provincia del Imperio de Brasil, significaba enfrentarse a los brasileños. Para hacerlo
las provincias platenses debían estar unidas. Al comenzar el año 1825 se había logrado esa
unión.
2) LA CRUZADA LIBERTADORA
¿Donde y cómo se organizó la revolución? Los exiliados orientales que estaban en Buenos
Aires se reunían en el comercio de Luis Ceferino de la Torre o en los saladeros de Pedro
Trápani preparando la insurrección. Entre otros asistían a esas reuniones Juan Antonio
Lavalleja, Manuel Oribe, Manuel Lavalleja, Pedro Trápani, Simón del Pino, Pablo Zufriateguy,
Atanasio Sierra y Manuel Freyre.
Los revolucionarios hicieron dos tipos de gestiones: unas en Buenos Aires para obtener armas
y dinero; otras en la P. Oriental para obtener gente que apoyara el movimiento asegurándose
una participación masiva en la insurrección armada.
En abril de 1825, completados todos los preparativos, se inició la Cruzada, cuya jefatura
correspondió a Juan Antonio Lavalleja. Se cruzó el Río de Uruguay desde Buenos Aires en dos
etapas y finalmente el día 19 de abril desembarcaron en una zona conocida como La
Agraciada. El grupo que desembarcó era pequeño, 33 hombres de acuerdo a la tradición; pero
en territorio oriental se fueron sumando más. Los desembarcados eran sólo el grupo dirigente,
pero se necesitaba de la suma de la población oriental para hacer triunfar la rebelión. Diez días
después del desembarco, en las cercanías del arroyo Monzón, se incorporó Rivera a las fuerzas
revolucionarias. Este hecho, polémico en cuanto a si la incorporación fue voluntaria o forzada,
era de trascendental importancia porque significaba contar con el apoyo de la campaña donde
era mucha la influencia de Rivera.
Los objetivos militares eran:
A) Extender la revolución desde el oeste hacia el este dividiendo y aislando al ejército brasileño
que quedara al sur.
B) Mantener la zona del litoral porque a través de ella se podía recibir ayuda de las provincias
argentinas.
D) Demostrar fuerza y eficiencia para recibir ayuda desde las Provincias Unidas.
En el campo militar se obtuvieron los primeros éxitos con la toma de las ciudades de Soriano,
San José y Canelones. El 8 de mayo de 1825 las fuerzas revolucionarias le pusieron sitio a la
ciudad de Montevideo que aún se encontraba en manos brasileñas. Después de esos éxitos
iniciales se producen dos victorias de importancia para la revolución: Rincón y Sarandí. El 24 de
setiembre las fuerzas dirigidas por Rivera iniciaron una acción sorpresiva para quitarle a los
brasileños las caballadas que tenían en Rincón de las Gallinas, culminando el hecho con una
victoria oriental apropiándose los vencedores de 8 mil caballos y armamento.
Aún de mayor importancia por sus consecuencias políticas fue la batalla deSarandí el 12 de
octubre. Las fuerzas dirigidas por Lavalleja, y donde se encontraban los principales jefes
orientales del momento (Rivera, Manuel Oribe, Zufriateguy, Ignacio Oribe, Julián Laguna,
Leonardo olivera, etc) derrotaron al ejército brasileño con fulminantes ataques de caballería.
Las bajas brasileñas en Sarandí fueron considerables, pero lo más importante fue que el triunfo
daba pruebas de la capacidad de los orientales, elemento importante para obtener el apoyo
total de las Provincias Unidas.
Desde el desembarco y hasta mediados de junio de 1825, los territorios liberados fueron
gobernados “de hecho” por el principal jefe militar, Juan Antonio Lavalleja. Este tuvo que
resolver los problemas que necesitaban urgente tratamiento y darle una mínima organización
al territorio, por ejemplo crear una comisión de hacienda, una receptoría de aduanas y una
comisión encargada de hacer gestiones en Buenos Aires para recibir ayuda.
En el mes de mayo Lavalleja envió una comunicación a los cabildos de las principales ciudades
de la provincia ordenando que se eligiera un delegado para formar un Gobierno Provisorio.
Se eligieron delegados por seis departamentos: Colonia, Maldonado, Canelones, San José,
Soriano y Durazno. El 14 de junio quedó instalado el Gobierno Provisorio en la ciudad de
Florida, siendo presidido por Manuel Calleros.
A) Designación de Lavalleja como Comandante y de Rivera como Inspector General del ejército
oriental. Se trataba de transformar al movimiento revolucionario en una milicia organizada y
atada a las jerarquías.
B) Designación de dos delegados para gestionar en Buenos Aires la ayuda del gobierno de las
P. Unidas.
C) Convocatoria a elecciones para formar una sala de Representantes que actuaría como poder
legislativo.
-La ley de independencia: consta de dos partes. En la primera parte la Sala de Representantes
declara la nulidad de todos aquellos actos por los cuales los gobiernos anteriores de la
provincia habían aceptado, bajo el uso de la fuerza, incorporarse a otros estados. En la
segunda parte declara que la Provincia Oriental reasume sus derechos y libertades y se declara
“de hecho y de derecho” libre e independiente de Portugal, Brasil o cualquier otro poder. De
esta manera se anulaba la incorporación de la Provincia realizada por el Congreso Cisplatino en
1821.
-La ley de unión: establece que la Sala de Representantes, representando la voluntad de los
orientales, declara la unión de la Provincia Oriental a las Provincias unidas del Río de la Plata, o
se que la Provincia Oriental quiere ser parte de aquellas.
- La ley de pabellón: establece el uso de la bandera tricolor usada por los 33 al desembarcar (y
que retomaba los colores de las banderas artiguistas) hasta que se admitiera a la provincia
dentro de las Provincias Unidas, pasando entonces a usar la bandera de estas.
Al hacerlo desconocía la autoridad que Brasil decía tener sobre la Provincia Oriental; era, de
hecho, la declaración de guerra a Brasil. Este, que ya había protestado reiteradamente ante
Buenos Aires acusando a las P. Unidas de favorecer a los rebeldes orientales, declaró la guerra
el 10 de diciembre. Esto no tomó de sorpresa a las P. Unidas que desde mayo había
comenzado a reforzar los ejércitos sobre el Río Uruguay.
Guerra de las P. Unidas y Brasil
En enero de 1826 las fuerzas de las P. Unidas ingresaron a territorio oriental y los hombres
dirigidos por Lavalleja se unieron a ellas. A partir de este momento la guerra ya no era entre
los rebeldes orientales y el Brasil sino entre este y las P. Unidas.
La incorporación de las fuerzas orientales al ejército argentino, dirigido por Martín Rodríguez,
se hizo con algunas dificultades. La incorporación significaba la perdida de la autonomía, ya no
se trataba de un ejército oriental sino de parte de un ejército dirigido desde Buenos Aires.
Además era evidente que Buenos Aires estaba imponiendo el unitarismo en el Congreso
Constituyente, por lo tanto había una tendencia centralizadora, que parecía resucitar los viejos
antagonismos entre la capital y las provincias.
Durante el año 1826 se vio con mayor nitidez la inclinación alunitarismo del Congreso. Se creó
un pode ejecutivo permanente para favorecer la centralización, designándose a Bernardino
Rivadavia(dirigente unitario) como Presidente, se declaró a Buenos Aires como capital de las P.
Unidas y finalmente se aprobó una constitución de claro contenido unitario.
A pesar de las declaraciones de guerra, la guerra efectiva entre las P. Unidas y Brasil no
comenzó hasta enero de 1827. El ejército de las P. Unidas penetró en territorio ocupado por
los brasileños y luego de largas y penosas marchas en pleno verano, se produjo la única batalla
de importancia de esta guerra: Ituzaingó, donde los brasileños fueron derrotados. La idea de
los jefes vencedores era avanzar más en territorio brasileño y lograr una victoria decisiva, pero
no se pudo hacer y el frente de lucha se estabilizó.
Los años 1827 y 1828 fueron decisivos para el proceso de independencia del Uruguay. En estos
años se observa:
- Las gestiones de paz realizadas por los ingleses y que culminan con la creación del Uruguay.
1) LA MEDIACION INGLESA
Fue solicitada por los dos países en guerra al ver que el conflicto se alargaba y no tenía una
definición favorable para ninguno de los dos bandos. Inglaterra por su parte tenía gran interés
de intervenir para terminar con el conflicto que afectaba sus intereses comerciales en el Río de
la Plata. Inglaterra era la gran potencia comercial de la época y el sur del continente
americano le interesaba porque era proveedor de materia prima (cueros) y podía ser un
mercado para sus productos industrializados. Los empresarios ingleses tenían interés en
aumentar sus ventas a estas regiones, lo que se veía perjudicado por el bloqueo del puerto de
Buenos Aires, y las dificultades de navegación en el Río de la Plata por la situación de guerra.
Por lo tanto el objetivo principal de la mediación inglesa era lograr la paz que permitiera el
comercio normal. Pero no se debe descartar otro objetivo: obtener la apertura de los ríos que
permitiera el ingreso de la mercadería inglesa al interior de los países. Inglaterra sostenía que
aquellos ríos que pasaran por más de un país, no podían considerarse ríos interiores, sino
internacionales y cualquier país tenía derecho de navegar por ellos. Esto favorecía al país que
tenía la mayor flota que circulaba por todos los mares del mundo: la propia Inglaterra.
La mediación inglesa se hizo a través de Lord Ponsomby, enviado especial del Primer Ministro
Canning, que se trasladó a América para hacer las gestiones de paz.
Las primeras negociaciones de paz se celebraron en Río de Janeiro donde Lord Ponsomby se
entrevistó con autoridades brasileñas. El enviado inglés propuso dos alternativas para acabar
con el conflicto:
a) que Brasil cediera la P. Oriental (Cisplatina para los brasileños) a las P. Unidas a cambio de
una indemnización;
García no se resignó a volver a Buenos Aires sin una solución y el 24 de mayo de 1827 firmó un
acuerdo de paz, conocido como Convención García, en que aceptaba las condiciones
brasileñas: las P. Unidas renunciaban a la P. Oriental, por lo que esta se mantenía bajo dominio
brasileño y las fuerzas argentinas se retirarían cesando la guerra.
¿Por que Manuel García firmó esta convención que era contraria a las indicaciones que llevaba
desde las P. Unidas del Río de la Plata? La razón principal hay que buscarla en la situación
interna de las P. Unidas. Los unitarios que apenas podían controlar la situación, necesitaban el
regreso del ejército que estaba peleando con Brasil para poder usarlo internamente contra las
posibles y casi seguras rebeliones de las provincias que no aceptaban la constitución
centralizadora. García, al igual que Rivadavia, pertenecía al bando unitario y estaba interesado
en una paz a cualquier precio para poder llevar de regreso al ejército.
Las noticias sobre el acuerdo firmado por García llegaron a las P. Unidas en medio de los
problemas suscitados por la oposición a la constitución unitaria que había sido aprobada por el
congreso. Casi todas las provincias habían rechazado la constitución. Incluso habían
desconocido al gobierno y habían convocado a un nuevo congreso.
Aunque Rivadavia rechazó el acuerdo que García había firmado con Brasil, no evitó que su
gobierno cayera en el desprestigio, acusado además de negociados bancarios. Rivadavia
renunció y se disolvió el gobierno nacional. Las provincias volvían a quedar independientes. En
Buenos Aires el sector federal dominó la situación y se designó gobernador a Manuel Dorrego.
Las otras provincias cedieron a este la dirección de la guerra contra Brasil y las negociaciones
de paz.
Los jefes orientales se reunieron en Durazno en 0ctubre de 1827 y solicitaron a Lavalleja que
asumiera el poder y ordenase el cese de la Sala de Representantes. Argumentaban que la Sala
era un instrumento de la política unitaria porteña, que no representaba al pueblo oriental y
que era ineficaz (varios de los representantes no concurrían a las sesiones).
El fortalecimiento de Lavalleja tiene una enorme importancia porque va a gravitar sobre las
negociaciones de paz. Influido por Pedro Trápani, quien a su vez estaba muy vinculado a Lord
Ponsomby, Lavalleja fue analizando la posibilidad de la independencia de la P. Oriental.
Trápani a través de una intensa correspondencia, aconsejaba a Lavalleja que esa era la mejor
solución. No sabemos hasta donde la idea fue concebida por Trápani y hasta donde fue
realmente Lord Ponsomby el inspirador. Este en la correspondencia mantenida con Canning se
volcaba a favor de la independencia como forma de terminar con el conflicto. En una de esas
cartas, Lord Ponsomby expresaba: “... La Banda Oriental contiene la llave del Plata; su
población está animada por un fuerte sentimiento nacional; le desagradan los brasileños y los
de Buenos Aires por igual... Los orientales están tan poco dispuestos a permitir que Buenos
Aires tenga dominio sobre ellos, como a someterse a la soberanía del emperador de Brasil...”
A fines de 1827 el emperador de Brasil, presionado por los problemas internos (movimientos
separatistas), decidió negociar sobre nuevas bases, aceptando como solución la independencia
de la P. Oriental, siempre que se le asegurara que en el futuro no se uniría a las P. Unidas.
Robert Gordon, el embajador inglés en Río de Janeiro notificó de esta vuelta de tuerca a Lord
Ponsomby y envió a su secretario, Fraser, para que se entrevistara con Lavalleja, para ver cual
era la opinión de este. Por su parte Trápani, enterado por Lord Ponsomby de la aceptación de
Brasil de la independencia oriental, también se entrevistó con Lavalleja para convencerlo que
esa era la mejor solución. Trápani aconsejó a Lavalleja que mantuviera el orden dentro de la
provincia demostrando capacidad para gobernarse y no iniciar nuevas operaciones militares.
Lavalleja dio su conformidad.
El éxito de la campaña de las Misiones alarmó al emperador brasileño que aceleró las
gestiones para llegar a una acuerdo. Pero ahora era Dorrego, designado por las provincias
argentinas para que manejara sus relaciones exteriores, quien no estaba dispuesto a aceptar la
independencia oriental. Procuró sacar ventaja del triunfo de Rivera en las Misiones y continuar
la guerra contra Brasil. Tanto el como los jefes federales consideraban que la P. Oriental debía
ser parte de las provincias el Río de la Plata y no un país independiente (la vieja idea de “la
patria grande”).
Los dos primeros artículos establecían que las P. Unidas y Brasil acordaban declarar a la
llamada P. Cisplatina o de Montevideo como estado libre e independiente. Los delegados
argentinos habían propuesto una independencia temporal, por cinco años, pero esto no fue
aceptado por los brasileños.
Se discutió la forma de redactar el texto. Cada una de las partes quería un texto que indicara
un derecho anterior exclusivo sobre el territorio de la P. Oriental, y que renunciaba a ese
derecho. Se llegó a un acuerdo y se redactaron dos artículos con la misma fórmula, uno para
Brasil y otro para las P. Unidas.
La Convención de Paz también establecía que en el nuevo estado se convocaría una Asamblea
Constituyente para redactar una constitución, que debía ser examinada y aprobada por los
países firmantes, y
Si bien se establecía que el nuevo estado era libre e independiente, se le limitaba en su poder
de decisión porque Brasil y las P. Unidas tenían derecho de intervenir en él hasta cinco años
después de que entrara en vigencia la constitución.
Se establecía también el abandono del territorio de las Misiones por los ejércitos que las
ocupaban.
Finalmente se establecía la libre navegación del Río de la Plata y sus afluentes por el término
de 15 años.
La Convención dejaba algunos problemas sin resolver y contenía artículos que podían ser
perjudiciales para los orientales:
A) Era una “convención preliminar”, por lo tanto los firmantes iban a realizar más adelante una
definitiva (que nunca se hizo). Por esa razón se dejaban muchas cosas sin resolver (como los
límites del nuevo estado) para tratarlos en esa convención final. En realidad ambos
contendientes, Brasil y Argentina, tomaban esta convención como una tregua temporal hasta
que pudieran recuperarse y volver a tomar la P. Oriental.
B) No se establecían los límites del nuevo estado que se creaba; por lo tanto este no tenía una
definición concreta de su territorio y debía resolverlo con sus poderosos vecinos, los mismos
que “le daban” la independencia.
C) Se consagraba el derecho a intervenir en los asuntos internos del nuevo país a los dos países
firmantes de la convención.
Los de las P. Unidas y Brasil que obtenían la tregua necesaria para enfrentar sus problemas
internos y recuperarse. No quedaban plenamente satisfechos porque perdían un territorio,
pero los convencía el hecho de que el otro tampoco lo ganara y mantenía la esperanza de
recuperarlo en el futuro.
Pero, además, la creación de un nuevo estado en el Río de la Plata contemplaba los planes
ingleses de “política de equilibrio”. Al no quedarse Argentina, ni Brasil, con el territorio
oriental, se obtenía un equilibrio entre ambos, y el nuevo país, en medio de los dos grandes,
actuaba como “estado tapón”.
El Río dela Plata en 1830
Si la P. Oriental hubiera pasado a ser parte de las P. Unidas, como querían quienes redactaron
las leyes del 25 de agosto de 1825, el Río de la Plata pasaba a ser un río interior quedando en
manos del gobierno argentino la reglamentación de su tránsito. Al crearse un nuevo estado, el
rio quedaba entre ambos y podía ser considerado un río internacional y por lo tanto de libre
navegación como quería Inglaterra.
Además la creación de un pequeño estado entre dos vecinos poderosos que aspiraban a su
territorio, volcaría a ese pequeño estado a buscar apoyo en otro país, y ese país bien podía ser
Inglaterra, que podía tener un importante aliado en esta región de Sudamérica (y sobretodo
un puerto como el de Montevideo para resguardar sus barcos y abastecerse).
1830: LA CREACION DEL URUGUAY
Pero en 1829 aún existía una situación muy especial: una transición hacia la independencia:
Mientras la Asamblea Constituyente redactaba la constitución que establecería el tipo de
gobierno que iba a tener el nuevo estado, funcionó un gobierno provisorio a cargo de José
Rondeau, que tomó algunas medidas para ir creando las condiciones necesarias para el nuevo
gobierno. Había un territorio que no aún no era reconocido como estado soberano, pero
tampoco pertenecía a otro país, que aún no tenía nombre ni bandera que lo identificara.
Para el cargo de gobernador provisorio había dos figuras que sobresalían: Lavalleja y Rivera. En
la Asamblea Constituyente se entendió necesario adoptar una solución intermedia designando
a una figura ajena a ambos caudillos. Por eso se designó a Rondeau.
Rondeau se hizo cargo del gobierno desde diciembre de 1828 hasta abril de 1830. Los
principales problemas que debió enfrentar fueron: el retiro de las tropas brasileñas y
argentinas, organizar la administración del nuevo estado y generar recursos propios
(impuestos) para mantener esa administración en un país que venía de muchos años de
guerras. Además debía gobernar en medio de la situación de división y enfrentamiento que se
daba entre los dos principales caudillos. En un principio intentó mantener una posición
equidistante entre Rivera y Lavalleja, pero con el correr de los meses se dio una vinculación
creciente con Rivera al que designó ministro. A partir de ese momento los cargos más
importantes de gobierno fueron a parar a adictos a Rivera. En enero de 1830 Rondeau designó
a Rivera Comandante General de la campaña, cargo similar al que había tenido durante la
dominación brasileña y que le daba un gran poder e influencia. Esa influencia iba a ser
fundamental al acercarse el momento de elegir el presidente.
ELABORACION DE LA CONSTITUCION
Otro tema discutido fue el de la relación entre el estado y la religión. Estaban de acuerdo en
que la Católica era la religión del estado pero algunos asambleístas querían que fuera la única
permitida y otros consideraban que si bien había una oficial, se debía permitir la libertad de
cultos. Finalmente se estableció la católica como oficial y no se emitió pronunciamiento sobre
la libertad de cultos.
También se discutió sobre la posibilidad de que los militares fueran elegidos para cargos de
senador o diputado. No se aceptó esa posibilidad.
LA CONSTITUCION DE 1830
Las facultades de la Asamblea General eran: hacer las leyes, aprobar el presupuesto (gastos y
recursos) que le presentara el Ejecutivo, crear impuestos, declarar la guerra y aprobar tratados
internacionales, designar al Presidente y a los integrantes del Poder Judicial, crear y suprimir
empleos públicos.
La Cámara de Senadores se integraba con un senador por cada departamento, electo en forma
indirecta (a través de un colegio elector electo por los ciudadanos) y que duraba seis años en
funciones.
El Poder Judicial era ejercido por la Alta Corte de Justicia cuyos miembros eran designados por
la Asamblea General. Por debajo se encontraba los Tribunales e Apelaciones y los Juzgados.
El gobierno de cada departamento estaba a cargo de un Jefe Político designado por el
Presidente. También cumplían funciones como jefes de policía, lo que les daba gran poder en
sus departamentos, sobretodo por que controlaban las elecciones. Junto a los jefes políticos
actuaban Juntas Económicas Administrativas, con funciones generales de fomento.
La Constitución de 1830 establecía dos tipos de ciudadanos: los naturales que eran los
hombres libres nacidos en territorio uruguayo, y los legales que eran los extranjeros que
cumplieran con ciertos requisitos.
Junto a las causales comunes como ineptitud física y moral, procesado, no haber cumplido
veinte años de edad, ser deudor del estado y ser soldado, había otras como la de ser sirviente
a sueldo, jornalero y analfabeto. Las mujeres no eran consideradas ciudadanas. Eran muchos
los que no podían participar de las elecciones; se calcula que sólo el 10% de los habitantes
podían votar.
El voto no era obligatorio y tampoco era secreto. Se votaba oralmente y no existían garantías
para el sufragio, siendo muchos los fraudes denunciados en el correr del siglo XIX mientras
estuvo en vigencia esta primera constitución.
Así como no todos podían votar, no todos podían ser elegidos. Para ser senador, representante
o presidente se requería la posesión de cierta cantidad de bienes.
Con referencia a los derechos individuales se establecía que todos los habitantes tenían
derecho a la vida, honor, libertad, seguridad y propiedad. Eran considerados iguales ante la
ley. Además los ciudadanos tenían derecho a la inviolabilidad del domicilio y de la
correspondencia y derecho de petición. También se establecía la libertad de vientres y se
prohibía el tráfico de esclavos (pero no se abolía la esclavitud ya existente)
En conclusión esta primer constitución del Uruguay respondía a la ideología liberal, establecía
un sufragio limitado o censatario, daba enormes facultades al presidente que tenía pocos
controles de los otros poderes (presidencialismo) y establecía un sistema rígido para su
reforma.
Con estas normas comenzó Uruguay su vida como país. Se trataba de normas tomadas de la
realidad europea, una realidad muy distinta a la del Uruguay de 1830. La constitución formaba
parte del “país ideal” de la clase dirigente, pero... ¿se adecuaba al país real?
Tal vez por eso se hace difícil aceptar esa realidad histórica. En el siglo XX al plantearse
festejar el centenario del Uruguay los legisladores blancos intentaron celebrarlo en 1925
centenario de 1825 porque 1825 fue año donde se habían destacado las figuras de los que
años después serían caudillos blancos, Lavalleja y Oribe. Los legisladores colorados
propusieron el año 1930, año en que comienza la primera presidencia, y el primer presidente
fue Frutuoso Rivera, fundador del P. Colorado. De esta manera se sumaba un nueva fecha a la
polémica: el año 1830, año en que entró en vigencia la primer constitución del Uruguay y se
designa al primer presidente. El argumento era que un país no es totalmente independiente
hasta que tiene su propia forma de gobierno. Como no se llegó a un acuerdo, el centenario se
festejó en los dos años.