La salud mental: la pandemia que se gesta tras la pandemia.

Por: Néstor Alirio Yazo Peraza.

la pandemia por la Covid 19, sin duda alguna es un hecho que marca las vidas de la humanidad
para la historia, con ella ha llegado un aislamiento mundial sin precedentes, pérdida de salud y
vidas humanas, además de sensaciones como angustia, ansiedad y depresión que impactan el
bienestar mental de las personas, llegando a desatar problemas psicosociales en masa, lo que hace
deducir que muy probablemente sea la salud socio emocional la pandemia que se gesta a partir de
la pandemia por la covid 19.

tras varios meses de aislamiento en gran parte de la población mundial, las alarmas se han
encendido: los signos y síntomas de afecciones mentales y emocionales se han disparado en masa,
y es que las emociones propias de una situación como la que atraviesa hoy la humanidad por la
pandemia generada gracias a la afección naciente y de la que no se tiene información certera
denominada covid 19, se hiper sensibilizan y dan a plena exposición la fragilidad de la vida humana
y la afectación que el entorno tiene en la salud física, emocional y social.

si bien el estrés propio de la rutina y las dinámicas sociales de la humanidad venían acelerando la
aparición de patologías relacionadas con la salud mental y el desarrollo social de los individuos, se
debe tener muy claro que ahora con la realidad global enmarcada por una pandemia, este factor
estresor se incrementa potencialmente, en todas las poblaciones, ninguna es inmune a que el
funcionamiento dinámico de las emociones le afecte, y en gran parte es natural, somos seres
adaptables, pero las adversidades debilitan las capacidades sociales y de resiliencia y dan lugar a
las ideaciones pesimistas y problémicas, factores detonantes de crisis del estado de ánimo, que
sumadas al estrés y patologías de base, generan vulnerabilidad a lo que muy probablemente
venga tras el esperado regreso a la normalidad: la ola de enfermedades relacionadas con el estado
del ánimo como secuelas de la pandemia por el coronavirus, convirtiéndose en una silenciosa pero
peligrosa nueva pandemia.

las cifras relacionadas por la OMS, reflejan que, tras seis meses de aislamiento o confinamiento,
las consultas y diagnósticos por enfermedades asociadas al estado de ánimo, se han disparado en
un 85%, siendo la población infantil – adolescente y adulta mayor, la más afectada por estas
dinámicas emocionales. es claro que somos seres sociales y requerimos del contacto para expresar
afectos, con las restricciones tras las medidas de bioseguridad, esto se ve limitado, lo que lleva a
que según expertos nuestro afecto como seres sociales se aplane o se module y claramente no se
sienta que se cuenta con una red de apoyo, la humanidad definitivamente no se encontraba
preparada para cerrarle la puerta a ser seres sociales emocionales y afectivos.

cifras económicas dan cuenta que la población mundial se encuentra en recesión, tras
innumerables pérdidas por el confinamiento, la situación financiera es un factor estresor y
detonante de crisis de angustia, que llevan finalmente a situaciones caóticas y potencialmente
destructoras de la salud y el bienestar emocional.

por este y muchos otros factores es necesario se prepare una serie de estrategias orientadas a
mitigar los impactos devastadores en las emociones de la población mundial, pues como seres
sensibles, estos hechos nos marcan y dejan huellas imborrables que se expresan en nuestra
cordura, resiliencia y fuerza para afrontar los dolores físicos y emocionales, por lo que se puede
llegar a decir que es la salud mental la pandemia gestada por otra pandemia para la cual la
humanidad debe estar preparada con herramientas de afecto, cuidado y fortaleza que garanticen
que se saldrá adelante no solo de las dolencias físicas sino de las heridas emocionales, de esas
pérdidas en afecto, socialización y vidas, y esta pandemia trascienda como una de las más
impactantes pero a su vez una en las que el ser humano evidenció la necesidad de poner atención
y hacer frente a la salud mental.