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Ing. civil
1er semestre
Seminario I
EL ESTRÉS
Profa. : Alumna:
El estrés actúa como factor de motivación para vencer y superar obstáculos. Puede
decirse que es un elemento que nos ayuda a alcanzar el éxito, es el combustible para el
logro de nuestras ambiciones. Este nivel normal y deseable podría denominarse
simplemente como estrés. No obstante ese nivel puede ser superado llegando a ser
potencialmente perjudicial, pudiéndose diferenciar tal estado con el nombre de distrés. La
diferenciación entre estrés y distrés, destaca la diferencia entre una condición necesaria y
normal vs. Otra que excede estos límites. Algunos autores diferencias entre el estrés
físico y el estrés mental, mientras que otros combinan ambas definiciones cuando hablan
del estrés. Esta diferenciación depende del origen o causa del estrés, definiendo al estrés
físico principalmente como fatiga o cansancio físico. Por otro lado, el origen del estrés
mental está en las relaciones interpersonales, frustraciones y apegos, conflictos con
nuestra cultura o religión o por la preocupación por alguna enfermedad.
Algunos autores señalan que es necesaria una determinada cantidad de estrés, que
llamó eustrés, para conseguir un rendimiento estimable. Y para sentirse feliz con el
trabajo o la actividad desempeñada. Sin un mínimo de estrés o con un estrés bajo el ser
humano siente apatía, aburrimiento. Cuando aumenta el estrés, también lo hace la
motivación. El organismo y la mente entran en un estado de alerta y se facilitan
respuestas creativas a la situación. Todo ello facilita un aumento del rendimiento.
El eustres es la forma de estrés más común. Surge de las exigencias y presiones del
pasado reciente y las exigencias y presiones anticipadas del futuro cercano, es
emocionante y fascinante en pequeñas dosis, pero cuando es demasiado resulta
agotador, puede presentarse en la vida de cualquiera, y es muy tratable y manejable. Si el
estrés sigue aumentando, el rendimiento crece cada vez más despacio, hasta alcanzar un
máximo. Aquí se termina el eustrés. Al crecer más el estrés, denominado desde este
momento distrés, el rendimiento comienza a disminuir, lentamente al principio, muy
deprisa luego, y se entra en zona de peligro.
Distres, o estrés crónico es un agotamiento emocional producido por una sobrecarga
emocional constante. La persona se implica en exceso, ya que intenta atender
demasiadas exigencias inaplazables y al final se verá desbordada por los requerimientos
que le imponen los demás. El individuo se siente vacío y le falta energía para afrontar un
nuevo día. La persona no se siente capaz de dar nada de sí a los demás, intentando
reducir el contacto con la gente, sólo lo necesario para realizar su trabajo. Esto hace que
el trabajador vea a otros de forma negativa, ignorándoles, lo que llevará al profesional a
ofrecer unos cuidados técnicos, olvidándose del aspecto humano de la profesión. Estos
sentimientos negativos hacia los demás progresarán hacia sí mismo, creando
sentimientos de culpa, de fracaso, baja autoestima, favoreciendo el riesgo de depresión.
El peor aspecto del estrés crónico es que las personas se acostumbran a él, se olvidan
que está allí. Las personas toman conciencia de inmediato del estrés agudo porque es
nuevo; ignoran al estrés crónico porque es algo viejo, familiar y a veces hasta casi resulta
cómodo.
Lo que ha hecho más conocido al estrés, lógicamente, han sido sus efectos perniciosos.
Por eso solemos conocer coloquialmente como estrés a lo que deberíamos llamar distrés,
que es sólo la parte negativa y peligrosa del mismo. De hecho, siempre que se habla de
estrés, a secas, nos estamos refiriendo a este tipo: al malo.
La Ley de Jerkes Dodson nos muestra en forma de campana la variación del rendimiento
cuando lo hace el estrés. El eustrés resulta muy funcional en su parte más alta. También
el distrés, al comienzo, pero se torna rápidamente en disfuncional, aparte de comenzar a
resultar un peligro para la salud, para el rendimiento y para la relación con los demás. El
bajo rendimiento acaba acompañado de una ansiedad y una angustia que pueden
conducir incluso al bloqueo. Tanto la insuficiencia como el exceso de estrés resultan,
disfuncionales, contraproducentes. El óptimo de la curva será la zona final de eustrés,
inmediatamente antes del máximo. Es probable que la busque inconscientemente mucha
gente para sí, para su equipo o para sus hijos. Y es bueno hacerlo. Pero una permanencia
excesiva en esa situación de estrés también resulta peligrosa, porque el organismo no la
puede mantener sin entrar en ciertos riesgos. Los recursos que se generan en ella son
extraordinarios y están previstos para situaciones excepcionales y no de modo
continuado. El organismo necesita periodos intermedios de relajación.
Existen cuatro grandes vías para combatir el estrés: Preparar tu mente: Aceptarte a ti
mismo. Aceptar a los demás. Vivir y disfrutar el presente. Utilizar el pasado como
experiencia y revivir sólo los momentos gratos. Compartir los problemas con alguien de
confianza. Aceptar, atender y disfrutar de intereses ajenos al trabajo Cambiar de función o
de trabajo si la situación llega a ser preocupante. Preparar tu cuerpo: Tu cuerpo es tu
herramienta fundamental e inevitable. Nada puedes hacer si no te funciona eficazmente.
Te conviene: Disfrutar de una alimentación adecuada. Disfrutar de alguna actividad física
regular. Desarrollar la autoconciencia Utilizar técnicas adecuadas de relajación, Dormir lo
necesario, en cantidad y en calidad.
Otra vía que puedes utilizar es la de rebajar la tensión actuando sobre los efectos. Para
ello es posible: Percibir a tiempo las situaciones que te estresan Aceptar que la ira
momentánea es algo natural... y pasajero. Buscar la mejor atención posible Potenciar el
mejor antídoto: el sentido del humor. Compartir con los demás tus sentimientos Realizar
ejercicio físico Tratarte bien y disfrutar de la vida. Tienes derecho y obligación de ser feliz.