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Era un día perfecto para ir al campo. Don chancho se arregló toda la mañana (gestos
de sacarse los patos, arreglarse el corbatín, lengüeteado de vaca), iba a invitar a la
señorita cerda a pasar un día de campo. Así que preparó un canastito con rica comida y
partió.
–Espero que diga que sí OINK OINK– dijo don chancho, suspirando.
Cuando iba en camino a la casa de la señorita cerda, don chancho se encontró con su
amigo Zorro.
ZORRO: Para dónde vas tan arreglado, amigo chancho…
CHANCHO: oink oink, voy a casa oink de la señorita cerda, la invitaré a pasar un día de
campo
ZORRO: Pero amigo, te hace falta algo… toma, te presto mi cola (clic, se saca la cola), te
verás mucho más audaz. A la señorita cerda le encantará (CHANCHO SE PONE LA COLA)
CHANCHO: Oink oink, muchas gracias, amigo zorro. Así que el chancho muy arregladito
con su colita de zorro, continúo con su camino. –LA LA LA LALÁ OINK OINK.
Finalmente, llegó a casa de la señorita Cerda y golpeó la pueta. TOC TOC TOC
Durante todo el camino, la señorita Cerda le habló a Don Chancho sobre el montruo
horrible que la había visitado. Don Chancho la escuchó con atención pero guardó muy
bien el secreto, no quería desilusionar a la señorita Cerda.
Y colorín colorado
Este cuento ha terminado.
Después de un rico picnic en el campo
Nos despedimos de Don Chancho. Oink oink.