Ahí pero dónde, cómo

… esto no es una pipa.

Leer a Cortázar es referirse al epígrafe presente en el cuento Ahí pero dónde, cómo. Cuando
se comienza con una lectura de Julio, se sabe que se comienza a leer un cuento, y conforme se
va interiorizando y adentrando es posible darse cuenta de que es todo, menos eso.

El relato mencionado lleva al lector a situarse en un plano entre la vida y la muerte, en la que
el puente entre ambos gigantes es el sueño, en donde en este estado onírico el narrador
“tiene contacto” a través de recuerdos “lleno(s) de ecos de pasado y obligaciones de futuro” con un
amigo íntimo que ha ya muerto hace treinta años.

A diferencia de otros relatos del autor argentino, en éste no hay presencia de mundos
transfigurados, por el contrario, es más un diálogo directo entre el autor y el lector “a vos que
me leés…” en el que el primero incluso parece tratar de hacer catarsis y encontrar a alguien
que le ayude a llevar esa ¿pesada? carga “carajo, carajo” de no encontrar la frontera entre el
sueño, o quizá pesadilla y la realidad ¿qué es real? y, además, lo ayude a sobrellevar y
convivir con el paso a través de ese “agujero entre lo que todavía sigue aquí pero se va a
entregando más y más a los nítidos filos de las cosas de este lado, al cuchillo de las palabras que sigo
escribiendo y que ya no son eso que sigue ahí pero dónde, cómo”.

La presencia de su amigo fallecido hace treinta años (Paco) es constante en la vida del
narrador, comienza en el sueño, continúa en la vigilia y, aunque sabe que “hay un océano de
agua y de tiempo” entre los muertos y los vivos, también se da cuenta que hay algo más, Paco
no está muerto, está vivo y volverá a morir, ¿qué pasará después?... a veces parece ser que se
está metido en un tiempo lleno de Deja-Vús, en donde él sabe (o no) que algo ocurre y
volverá a ocurrir, es un giro continuo lleno de repeticiones de eventos, en donde el presente
está atado al pasado. Como si el sueño, pasaje entre la vida y la muerte, fuera también el
camino y la entrada a un tiempo sin tiempo…