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TRABAJO FINAL DE HISTORIA Y

PROSPECTIVA
(I.S.F.D N°29)

CARRERA​: Profesorado de Educación Primaria


DOCENTE​:​ ​Karina Barrera
ALUMNA:​Valenzuela Liliana
DNI​: 29.893.957
CURSO​: 3°A ​TURNO​: Noche

HORARIO DE MESA DE EXAMEN​: MARTES 18 Hs


¿Qué significa desnaturalizar las prácticas educativas? Para dar respuesta a este
interrogante, primero debemos tener en cuenta que la naturalización de las prácticas
escolares, son llevadas a cabo como un discurso dominante en la mayoría de las
formas de sociedad actuales. Para entender la realidad social en la que estamos
insertos, es importante echar un vistazo a los procesos educativos e ideas
pedagógicas que fueron dando origen a ciertas prácticas. Ello implica "​hacer una
lectura desde la educación, de los procesos sociales, económicos, políticos y
culturales''.​(Gambeta. 2009); más específicamente de la Historia de la Educación.

Es importante destacar que el tipo de escuela que hoy conocemos como institución
educativa, es solo un modelo entre muchas otras posible y por ende el resultado de
una transformación social y cultural de la educación. A esto hace referencia Pablo
Pineau al establecer que ​“La escuela es a la vez una conquista social y un aparato
de inculcación ideológica de las clases dominantes que implicó tanto la dependencia
como la alfabetización masiva, ...la imposición de de la cultura occidental y la
formación de movimientos liberadores, entre otros.” (​ Pineau. P. 2013)
Asimismo, los actores que intervienen en este espacio educativo también fueron
atravesando por diversas etapas de transformación social y que al implementarlas a
través del tiempo se fueron naturalizando como prácticas educativas en el espacio
escolar. Para comprender estos procesos de cambios, es de suma importancia la
Historia de la educación y sus aportes a la formación y el trabajo docente.
La autora María Susana Gambetta establece que la Historia de la Educación es un
campo disciplinar de naturaleza compleja, dinámico y en permanente construcción;
y que éste aporta elementos que son significativos para la formación y el desarrollo
del trabajo docente.
A su vez plantea dos interrogantes. En primer lugar, ¿De qué hablamos cuando
hablamos de educación?. Establece que ​“como disciplina se conformó en el siglo
XIX, como parte del proyecto educativo moderno, asociado a la escolarización de
masas”. Y que, como parte de un proceso social se encuentra en constante y
permanente construcción. Esto permite poner en evidencia que la educación, forma
parte de un entramado social, en el cual se establecen ideas pedagógicas que
responden a intereses políticos, económicos y culturales adoptando así un
posicionamiento político-pedagógico. Un claro ejemplo de ello es la educación que
se llevaba a cabo durante el proceso cívico militar donde, por medio del currículo
establecido, las prácticas educativas llevadas a cabo giraban en torno al qué y al
cómo de la enseñanza; esto es a lo que se quería enseñar y lo que no, relacionado
a los intereses políticos de ese momento en particular.
El segundo interrogante que plantea Gambetta es ¿Por qué estudiar Historia de la
Educación? A esto se refiere al decir que la importancia de estudiar Historia de la
Educación nos permite comprender la realidad, sabiendo que ésta es producto de
un complejo entramado de paradigmas, procesos y transformaciones desde una
compleja perspectiva de la educación. ​A partir de ello, como docentes podemos
adoptar diferentes posturas en cuanto a los métodos de enseñanza generando en
ello una conciencia crítica basada o fundamentada en base a la história educativa.
Es importante considerar ciertos aspectos que la Historia de la educación aporta a
la formación y el trabajo docente, que Gambetta enumera en su texto. Por un lado,
que ésta es una disciplina formativa que amplía el horizonte de acción del docente,
para poder hacerle frente a los problemas que son propios de su tarea y que tienen
una gran carga social y cultural . A su vez les permite comprender que lo que
sucede en los ámbitos educativos no es natural, sino que es parte de una
construcción socio-histórica.Que los modos de pensar las prácticas pedagógicas y
las acciones que se desarrollan de manera natural, son parte de un proceso
histórico, que aún están arraigados en la cotidianeidad de las aulas.
Esto, favorece el desarrollo de una conciencia crítica en el docente. ¿Qué quiere
decir? Que le permite al docente, cuestionarse, preguntarse, problematizar desde un
punto contrario a lo hegemónico, transformando la realidad, sabiendo que lo que ya
está establecido o “naturalizado”, también puede ser cambiado.
Haciendo referencia a lo planteado anteriormente, y retomando la pregunta que
planteé al inicio acerca de qué significa desnaturalizar las prácticas educativas,
como docentes somos responsables de las posturas que adoptamos y que llevamos
al aula al momento de implementar nuestras prácticas educativas. Con esto me
refiero, por ejemplo, a que la organización del espacio en el aula no fué siempre la
misma, la elección y utilización de los textos escolares queda bajo criterio del propio
docente; la aplicación y formas de enseñanza de los contenidos también están bajo
el criterio del docente- aún cuando los mismos estén prescritos dentro de un
currículo; asimismo la implementación de los actos escolares es propio de una
construcción histórico-cultural que se desarrolla repetitivamente en diferentes etapas
sociales.Docentes y alumnos/as también forman parte de estas transformaciones
socio-culturales y de este entramado proceso que hace a la Historia de la
educación.
El texto de “ausentes presentes” trabajado en la cursada, hace referencia a los
actos escolares, en los que “l​os afrodescendientes son representados en los actos
escolares del 25 de Mayo como vendedores ambulantes o ilustrando tareas
domésticas coloniales”. Por qué no mostrar otra perspectiva en cuanto a estos
actores de la historia? ¿Por qué no mostrar el sufrimiento que padecieron? ¿Por qué
no mostrar la resistencia que presentaron o su participación en la Revolución?.
En cuanto a las luchas por la Revolución, se acostumbra a ver a las damas
antiguas, o las paisanas representando algún baile de la danza folclórica. Por qué
no mostrar a esa mujeres que también estuvieron en el frente de batalla, luchadoras
aguerridas que tuvieron plena participación junto a los denominados “próceres” de
nuestra historia, como Juana Azurduy, Macacha Güemes, entre muchas otras. Por
qué no cambiar la mirada, visibilizando aquellos que pocas veces son nombrados.
Como docentes somos responsables de aquello que queremos mostrar y de la
conciencia histórica que queremos generar. Cambiar de perspectiva sería romper
con ciertos esquemas y estereotipos que todavía siguen muy arraigados en las
instituciones escolares y por ello “naturalizados”.
A esto hace referencia Pablo Pineau en su texto ¿Por qué triunfó la escuela?
cuando dice que “​Los elementos presentados nos permiten plantear como hipótesis
que la constitución de la escuela no es un fenómeno que resulta de la
evolución''lógica `` y''natural `` de la educación, sino de una serie de rupturas y
​ es justamente por ello que a partir de la Historia
acomodaciones en su devenir”. Y
de la educación, como futuros docentes podemos desarrollar una visión
histórico-cultural de los hechos a los que hemos de enfrentarnos, desarrollando un
pensamiento crítico sobre la realidad social y educativa construyendo la identidad de
los docentes como grupo social y profesional.

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