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2 Las estructuras cognitivas
n1en1 ori_a, una repr~sentac ión se n1 ánti ca que le corresponde. Así, en virtud de
la relac1on que ex iste entre las palabras enfermera y médico la acti·v . ,
. .. , ac1on
de l concep~o correspondiente a la una fac1hta el tratamiento de] concepto
correspondie nte a la otra. Este efecto se traduce por un tiempo de respuesta
n1ás corto que c~ando el blanco no tiene vinculación con el atractivo.
La representación evocada aq~í corresponde a un tipo de conocimientos
estabilizados en la memoria, resultado de operaciones cognitivas efectuadas
sobre los datos .
Entre las representaciones cognitivas, se distingue las representaciones de
breve duración y las representaciones durables. Algunos autores llaman a las pri-
meras las representaciones ocurrentes o incluso las representaciones cir-
cunstanciales. Estos son los acontecimientos psicológicos, que se suponen son
breves en la actividad mental. Estas representaciones se elaboran en MCT y ev<>-
lucionan durante el tratamiento, es decir, durante la recogida de informaciones.
Las representaciones durables o representaciones tipo corresponden a los
conocimientos almacenados en MLT: constituyen los estados mentales de esta
memoria. Su activación es necesaria para la elaboración de las representaciones
ocurrentes; para ello, a veces se las denomina representaciones matrices.
La comprensión de la frase «el caballo está listo» requiere la activación
de los conocimientos que se refieren al sentido de las palabras (los items
léxicos), la sintaxis y las reglas gramaticales de combinación de palabras.
Como las propiedades de las representaciones tipos determinan los pro-
cesos de comprensión, vamos a interrogamos prioritariamente sobre los
diferentes aspectos de estas representaciones. Examinaremos después la
naturaleza de la representación ocurrente de frase construida en MCT.
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Las estructuras cognitivas 2
na en general los conocin1ientos re lativos al sentido de los items léxicos, a
los objetos. a los acontecinüentos y al inundo en general. Al gunos autores,
como Tulving ( 1972). han defendido la idea que los acontecimientos pro-
pios de la experiencia individual, localizados en el tiempo y en el espacio, se
almacenan en otro registro llamado memoria episódica. Esta memoria está
c:-n la mis1na base de datos (la MLT) que la memoria semántica, pero exis-
tiría independientemente del sistema semántico. Ahora bien, los conoci -
mientos almacenados en MLT no han podido adquirirse a partir de la expe-
riencia. Se puede decir entonces que la memoria semántica pasa por la
1nemoria episódica, además, esta última se diferencia poco de las estructu-
ras ocurrentes o circunstanciales de las que anteriormente hemos hablado.
¿Hace falta introducir en el seno de la MLT otro sistema, independiente
de la memoria semántica?
Según Miller y Johnson-Laird; semejante distinción sería demasiado res-
trictiva. Efectivamente, tenemos un repertorio de habilidades motrices que
presupone una memoria, ni episódica ni semántica. En consecuencia, un tercer
campo mnemónico, la memoria de acción (conocimientos de procedimiento),
se requeriría y se podría ir más lejos postulando una memoria de personas en
la medida en la que un acceso rápido a las informaciones que poseemos .sobre
los demás es esencial para la regulación de las interacciones con ellos (Miller
y Jonhson-Laird, Lenguage and Perception, Toe Belknap Press of Harvard
University Press, p. 151). No obstante, si existen estos campos no pueden ser
independientes: expresan más bien varios tipos de entrada en memoria. Se
puede entrar en MLT por la activación de un acontecimiento del género «Juan
se ha casado en mayo último» e intentar recordar los detalles, o por la activa-
ción de una persona e intentar entonces recordar los episodios en los que esta
persona estaba presente, o incluso por la activación de un lugar, etc.
El debate teórico que se refiere a la utilidad de distinguir o no una memo-
na episódica está lejos de estar cerrado. Para concluir, la mayor parte de las
teorías que surgen del lenguaje se ponen de acuerdo en la idea que hemos
almacenado en memoria una especie de diccionario mental. Cuando se escu-
cha O se lee una palabra, se reconoce la configuración de los sonidos o de las
letras· , porque corresponden a un 1tem· I'ex1co
· represen tad o en memona
·
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S ad .
4 , t . de rasgos
· e , mite que un lexema está constituido, por lo e se ncial , de tres conJUll os ,,
fonológicos s· tác . .. rasgo» te env1a
1· b13
. · ' ' m ticos, semánticos (We inrcich, 1972). En este texto, lapa ª « ·- . ,
siempre al rasg0. . ;; . . 1 texto lo precisara-
. semantico. C uando se trata de un rasgo de otra naturaleza e
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Las t's l r uc tu r a s <·014niti vus 2
0
trozo de azúcar. La configurad6n de los rasgos sc rü di ferent e para cada
uno de los sentidos. Se pueden e nfocar confi gurac iones tal es como:
_ canardlpájaro: 1naterial. aninrndo (dotado de vida), comcstihle,
macho. etc.
- canard/periódico lperiodicucho] : material, no animado, no comesti-
ble. etc.
- canardlazúcar [trozo de azúcar mojado en café] : material, no anima-
do. l'On1estible, etc.
Según las teorías psicológicas, la unidad semántica de base no es el signi-
ficado del lexema, sino un significado de formato más pequeño que puede ser
alcanzado por una descomposición adecuada del lexema en rasgos semánti-
cos (Le Ny, 1979). Subrayemos que los rasgos semánticos deben compren-
derse aquí en su acepción cognitiva, es decir, ya no como descriptores de sig-
nificación, sino como entidades de naturaleza psicológica en las que algunas
no tienen correspondiente léxicos. Esta representación compuesta no puede
reducirse a la suma de estos elementos. Le Ny (1989) insiste en el hecho de
que la hipótesis compositiva implica la idea de una relación entre un rasgo y
la representación compuesta, relación cuya naturaleza se ignora.
Una forma de comprobar la realidad psicológica de la hipótesis composi-
tiva es la de estudiar el tratamiento y la retención de los items léxicos. Si el
tratamiento de un item se efectúa en todo o nada, entonces la hipótesis com-
positiva es dudosa. Por el contrario, si se puede inducir un tratamiento
semántico difenrenciado de un mismo ítem, se dispondrá de un argumento
experimental favorable a esta hipótesis, pero no se podrá generalizar.
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E
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Número de componentes 3 2 1 o
Porcentaje de recuerdos 57% 44,9% 34,3% 32%
ciaJ e . . ,, t·"
. · 0 mo no se puede atnbu1r un va1or sernan 1co co · '
nst·tnte '·1 l·1s
'·. funciones
sintáct"1·c,a'i· SUJeto
· ·
gramatical · · tc.s scma"nt1·cas)
y o b'~eto ("1nvar1an ~.' es importante
detenn·inar un número de «casos» en la descnpc1on · · ,, de 1s•en1antts1no
· de un ver-
bo. Consideremos, por ejemplo, el verbo «acaramelar» en las frases 1 Y 2:
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J
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► ----►~ Objeto
Agente
______,, Abrir
Instrumento
Según la utilización del verbo «abrir» uno o todos los casos se cun1plirán
(María abre la puerta, la llave abre la puerta, o incluso, María abre la pue st a
con su Jlave; en este caso, María es el agente y llave es el instrumento según
Fi11more, llave es la causa directa de la acción).
Fillmore ha descrito otros casos y muchos lingüistas han intentado eS tª-
blecer una nomenclatura exhaustiva, añadiendo a los casos relacionales, los
casos modales que se refieren al modo, al tie1npo y al aspecto del verbo,~ ~o~
casos· adverb·, ~ .d
ª
1 Jes ·
e tiempos · aqu1,, un a 1ustrac10n.
de lugar y de manera. He 1·
« Desgrac1·ad-
· amente Jas aguas han roto la presa ayer»
En esta fras· e, Jos. casos
. .
relacionales del verbo romper se exp resan por la
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La.,· e.vtructuras cognitivas 2
causa <,aguas>> y el objeto «presa» ~ los casos modales, por el pasado com-
puesto y el 1110~0 indicativo; el aspect?, por «desgraciadamente»; finalmen -
te ,,ay~r>> descnbe un caso modal de tiempo.
Aden1ás de que el significado propio del item verbal no está verdade-
nunente descrito, una de las dificultades de esta aproximación es la gran
disparidad de lazos establecidos y de contenidos definitorios de los casos.
Algunas investigaciones han afrontado estos problemas temibles, teniendo
que reducir el número de casos y establecer definiciones más simples para
comprender las representaciones cognitivas y poner a punto un método de
análisis del contenido. Reenviamos al lector al número especial de la revis-
ta Langages (nº 100, 1990) y a la revista Verbum (nº 3, 1992).
A pesar de esas dificultades, es claro que una descripción completa del
significado de un verbo no puede ser el punto muerto de los casos.
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/ ,{/ ,\' l'S /nw t 11ro s l '/J }i //Íl i V(I S 2
, · h~ con u, <-ü ll\ puentt•)> entre L'apttc idadl'S cog 11 ¡t ¡va .s 1 1 1
l'om.: tt"- . . ( e en gua ie y
. •· t •idt"S J:1t'n:eptn·as y n,otrtl'L' S.
l'ªPª" tl ,,
. tA La rt.'presentut·iún intralexé1nica
1
(.,En 4ut' fnnna se puede representar 1nentalmente el signifi cado de un
leXt' HK¼°? La fonna tnás sin1ple de responder a esta cuestión es la de prcgun
t~tr a alguien que explique lo que es una sopera o lo que es un postul ado.
Para la prin1era palabra, se obtiene en general una explicación rápida de
tipo: una sopera es un gran recipiente hueco en el cual se sirve la sopa. Para
d s~gundo, la explicación es más lenta de obtener y, en general, menos rica.
s~ puede dar un enunciado como: un postulado es un principio que hay que
admitir para establecer una demostración.
Que exista en el mundo real un objeto que se refiere a la palabra (sopera)
o no (postulado), se observa que la explicación dada es de la forma: una X y
una Y, en la que Y expresa un concepto más general que X al cual se añade
una serie de rasgos que especifican el concepto que hay que definir y le limi-
tan su campo de aplicación (es grande, hueca, etc.). La operación cognitiva
realizada por el sujeto es la operación de predicación. Consiste en decir
algo a propósito de alguna cosa. Todo enunciado incluye así uno o varios
predicados (lo que se dice) y uno o varios argumentos (aquello sobre lo que
se aplica lo que se ha dicho). En el ejemplo (1), una sopera es un recipiente,
recipiente con función de predicado, sopera la de argumento o soporte de
predicado, y el conjunto, predicado argumento, constituye una proposición.
El enunciado explicativo de sopera incluye cuatro proposiciones. En una
proposición se puede encontrar cualquier categoría gramatical que juega la
fun~ón de predicado. En el ejemplo de la sopera, es un nombre en la pr~-
~ ición (1 ), pero es un adjetivo en la proposición (2), un sintagma propoSi-
cional Í) en la (3) y un verbo en la (4 ). Los argumentos son frecuenteruente
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__J
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las estructuras cognitivas 2
~lido una descripción tnínitna que corresponde a una descripción típica del
o
sentido. . .. .
Se ve así qnt" el t'llllll('tndo delnutori~, de 1111 nomhrc se presenta como
perteneciendo a una dase etil~Ue~a~a por otro nomhre («sopera>> es un reci
piente: ~postulado'>> ~s ~11~ pnnc1p10) que po~~e una serie de propiedades
(rt'Cipiente hueco; pnnc1p10 que hay que admitir). Para los verbos, el enun-
ciado definitorio pertenece a uno a los campos semánticos etiquetados por
uno o varios verbos y, según los casos, contiene los elementos específicos
(una finalidad, en el ejemplo de vender). Así, el significado de un item está
fundado en gran parte sobre uno o varios items más generales.
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Cosa
>' -----..
Animado No animado
~
Animal >' " Planta
>
Pájaro " >' " Arbol
-
Canario > "
}..,igura 4. Diagrama que representa una parte de la memoria conceptual
según Collins y Quillan.
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«amarillo» es más débil que entre «canario» y «pájaro» o «canario» y «ani-
mal». El efecto, de la jerarquía de los conceptos se ha verificado experimen-
talmente: verificar que un podenco es un perro tomó como media 720ms,
mientras que hacen falta 840ms para verificar que un podenco es un animal.
No obstante, investigaciones como la de Smith, Shoben y Rips (1973) han
demostrado que si la organización, en general, es de naturaleza jerárquica, los
criterios de jerarquización no parecen tan lógicos y ógidos como los resulta-
dos iniciales lo dejan suponer. El funcionamiento cognitivo puede introducir
variaciones que hacen caduca una noción de distancia semántica fija y deter-
minada por el número de pasos que hay que efectuar en la red. Especialmen-
te, el contexto en el que se produce la verificación juega una función impor-
tante. Por ejemplo, verificar el enunciado «las naranjas son jugosas» toma
menos tiempo cuando está precedido por «la jovencita exprime las naranjas»
que por «la jovencita cuece las naranjas» (Barclay y Jahn, 1978). La cons-
trucción de «la jovencita exprime las naranjas», de alguna forma alerta el con-
cepto de «jugo», facilitando el tratamiento y la verificación posterior del enun-
ciado «las naranjas son jugosas». Parece así que es más pertinente considerar
que la distancia semántica es variable y, como consecuencia, admitir una
estructura flexible al léxico mental. Esta idea ha sido particularmente defendi-
da por Mandler. Lo que se describe con el nombre de «estructura» del léxico
mental emparentado con la noción de esquema que vamos a abordar ahora.
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constituido de esque1nas de aconteci mi entos y de acciones (cuando el indi-
viduo in1plicado participa) y Je esquemas de rutina (ya conocidos) como
por ejemplo «ir al restaurante>> o <<al tnéd ico» . Estos acontecimientos o
acciones están unidos por una relación del orden de uno o de los individuos
que asumen diferentes funciones.
Por ejetnplo. el escrito del restaurante incluye varios lugares: una eti-
quetada «accesorios» (que se pueden llenar con mesas, menús, comida,
nota, dinero, etc.), una que se refiere a las funciones de las personas (clien-
tes, camareros, cocinero, cajero, propietario), una que envía a las condicio-
nes de entrada (el cliente tiene hambre, tiene dinero), y todo un conjunto de
lugares relacionados con las diferentes fases (entrada e instalación, coman-
da, consumo, salida). Los resultados experimentales demuestran que dispo-
nemos de escritos específicos que nos permiten inferir informaciones por
defecto, es decir, llenar las casillas por los valores más comúnmente espe-
rados cuando las informaciones no se explicitan. Se dispondría así de escri-
tos generales que reenvían a todas las informaciones comunes de los acon-
tecimientos específicos. Por ejemplo, los escritos . ir al doctor, el dentista,
el radiólogo, el veterinario o a los abogados, tienen en común una serie de
accesorios y de acontecimientos que se refieren fundamentalmente a lo que
sucede en la sala de espera. Así, según Schank, no tendríamos en los escri-
tos «ir al restaurante» las acciones de rutina que surgen especialmente de
esta situación. Todos los otros acontecimientos o acciones comunes a
varias situaciones se almacenarían en las representaciones más generales
llamas las MOPS (memory organisation packets). Se ve el interés de seme-
jantes esquemas generales que evitan la proliferación de los escritos especí-
ficos.
Entre los esquemas generales, los esquemas de historias han suscitado
muchas investigaciones teóricas y experimentales. Algunos psicólogos, ins-
pirándose en los literatos y lingüistas, han supuesto que, correlativamente a
la estructura canónica de los textos narrativos, existiría en nuestra mente una
escritura que han llamado esquema de historia (fig 5).
Los modelados de la estructura de los relatos, de sus constituyentes y de
sus interrelaciones se han reagrupado bajo el nombre de gramáticas de
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RELATO
EXPOSICIÓN
-- TEMA
7 ~
INTRIGA R J~S <)f __ lJ(:J()N
~ 1 1 /
Personaje Lugar Tiempo Fin Episodio Acontecimi entc, f: ~U:td<J
1
5
.Se trata aqw,, de 1a recuperac10n· " de 1•1orma 1·1smo lmgü1st1co
· , · en el que una reg Ia de reescnw· ·
. . . p J·ernplu.
ra consiste en convert1r un elemento en otro elemento o en una serie de ele mentos . or e .
. _ . . · . ¡ el c:u·
sea Ja frase P «EJ cartero trae el correo» en <lon<lc se puede identificar un sintag ma nomw.i ·
·. ta'gma verba I t rae e 1correo ; esta 1·rase se analizara
tero, y un srn · · · ·ct··c1 de SN + sV. .
, como const1tu1
. 1•111 !1 1•1
. 1 <l · . .
P = SN + ,Sv , otras rcg as e reescritura que se aplican al smtagma nonuna ' · . ¡ y •ti sin •r:
verbal desembocarán en las configuraciones :
SN = DET(el) + N(factor) y SV = V(aportación) + SN , etc .
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El enunciado cotTesponde a la e xposi ció n (e l personaje principal está
introducido): el segundo corresponde al te ma , que puede descomponerse en
un fin {quería hai:er entrar al asno ... ) y e n un estado que fund a el fin (pe nsa-
ba que ... ) {para n1ás detalles lf Kekcnhosch, 1994 ).
El esquetna de historia es una estructura abstracta adquirida progresi va-
mente a rontinuación de contactos repetidos con las historias escuchadas o
leídas. Este esquema, como los otros, incluye sitios vacíos para cada uno de
los ronstituyentes identificados y, durante las actividades de comprensión
de un relato leído o escuchado, el lector o el auditor llena los lugares. Los
datos experimentales acreditan la existencia de semejante esquema; no obs-
tante. reducen la importancia que los teóricos le habían atribuido en los
meeanismos cognitivos de tratamiento del relato.
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2 Lll-' estructuws cognitivm
Ye~ttgg_t'l ~ Le N~ ( 1977 ) han inll'ntado po11l'r c11 c vidc11c ié1 l:1 coexi sten-
n a de dt'l1lt' ntn~ fono-articulatorios y scmúnli cos dcmoslrnndo su~ dd crcn
"·1a~ dt' fun\'i\)Hanlit·nto y de evolución a corlo término.
Sohrt' una pantalla. se presentan sucesivamente dos frases, PI y P2 (jU C
mut'stran ya sea:
una estricta identidad formal y semántica (P2 es Ja repetición literal de
Pl):
una identidad semántica (PI y P2 son casi sinónimas);
una ausencia evidente de relación semántica.
He aquí los ejemplos:
P 1) El doctor tenía una casa vieja en el campo.
P2) El médico tenía una vieja residencia en el campo.
P2 ') El escritor tenía un viejo amigo en el campo.
Así: PI y PI muestran una estricta identidad; PI y P2, una identidad
semántica; PI y P2', una relación neutra.
Los sujetos leen separadamente las frases y deben dar un juicio de identi-
dad sobre las mismas: (es el caso de PI PI y PI P2), si el sujeto las juzga
\(diferentes» la respuesta que se espera es «no». La respuesta se da presio-
nando el botón correspondiente. La respuesta y el tiempo de respuesta se
registran casi a la centésima de segundo.
Existían tres condiciones de presentación de las frases :
- la segunda frase seguía inmediatamente a la primera (demora nula);
- la segunda frase seguía a la primera después de una demora de cinco
~gundos (demora vacía);
- Ja ~egunda frase seguía a la primera después de una actividad de cuen-
ta hacia atrá\ durante cinco segundos (demora llena, tarea interpuesta) 8.
St '> upone que durante la presentación de P2, el sujeto compara la infom1a-
;, En general ,~ h.ahla de íntcrpolac i611 cuando se introducen e n un tex to los pasajes que no
forman pane y que cambian e l \cntido (scgú11 Larou sse) . Por ex te nsión se ca lifü:a la tarea de
cuenta hacia atrá\ <..- u.rea ínt.erpue\ ta », porque, por una pai1e se í11troduce e ntre la comprensión
de fra').e\ Y el examen de \ U retención y que por otra parle, ll eva un material difere nte .
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2 Las estructuras cognitivas
- Durante una demora nula, las actividades cog nitivas (se efectúan cr.
1
para lelo) cesan a partir de que se obtiene una coincidencia: el tiem po <le rcs
puesta es más corto en la situación de estricta identidad que en la si tu ación de
identidad semántica. Si tl representa el tiempo de respuesta para las relacio-
nes de estricta identidad y t2, la de las relaciones de identidad semántica, se
espera que t 1 sea más corto que t2.
- Durante una demora vacía de 5 s, no existe efecto diferencial entre los
con1ponentes de la representación ocurrente, los tiempos de respuesta son
idénticos.
- Durante una tarea interpolada, se produce una degradación del com-
ponente fono-articulatorio de Pl, pero no de la dimensión semántica. Se
espera entonces, en el caso de una estricta identidad, un tiempo de respuesta
más largo que el anterior. Por el contrario, en el caso de una identidad semán-
tica, el tiempo de respuesta permanece sin cambio. Los resultados se consig-
nan en el cuadro IV.
Condiciones de demora
Nulo Vacío 5 s Lleno 5 s
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Las estructuras cognitivas 2
tan la idea que los aspectos fono-articulatorios y semánti cos de información
han sido. a corto ténnino. tratados y conservados diferentemente, los aspec-
tos fo no-articulatorios son tnás frágiles que los aspectos semánti cos.
Esta fragi lidad de los aspectos de superficie en el plano mnemóni co ha
sido puesto en evidencia por Sachs, en 1967.
SS