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Los deconstructivistas denunciarán la dicotomía lectura

correcta/lectura incorrecta como falaz porque esconde dentro de


sí un horizonte de identidad o verdad. La incorrección sólo puede
medirse, en efecto, como ausencia de corrección y plantearía
entonces ésta como posible, lo cual invalidaría el argumento. El
modo de resolver esta cuestión es la afirmación de que toda
lectura es en sí misma una mal-interpretación, una diferencia, la
práctica de una tergiversación construida sobre tergiversaciones
previas. La práctica crítica ha demostrado la necesidad
inacabable de interpretaciones que «corrigen» anteriores
interpretaciones con el resultado, por demás paradójico, de que
las más perspicaces o sólidas lecturas, lejos de cerrar o agotar
este movimiento, lo acentúan; las grandes obras críticas son
sometidas a mayor volumen de discusiones e invalidaciones.
Sólo hay una «huella» de verdad que originará nuevas huellas y
éstas, otras sucesivas.

Teoría del lenguaje literario


José María Pozuelo Yvancos

Como recuerda Manuel Asensi, los distintos métodos de teoría


literaria han tratado de construir un aparato teórico,
metodológico y terminológico transparente, no contradictorio y
denotativo, apto para construir modelos explicativos de la obra
literaria, y la Deconstrucción cree que toda esta actividad técnica
de la teoría literaria que descansa en la transparencia del
metalenguaje no puede en realidad dominar ni el injerto del texto
literario ni el del suyo propio […]. Por eso, las deconstrucciones
no han producido ningún método en sentido estricto ni ninguna
conceptualidad; más bien lo que se hace es desconceptualizar la
conceptualidad misma de los metalenguajes. En este sentido,
puede decirse que la Deconstrucción es sobre todo un «triunfo
de la metacrítica», una crítica de la crítica […]. Se parte del
convencimiento de que el texto no puede ser dominado por una
crítica técnica.
Un ejemplo de esto se advierte en una idea que deconstruyen los
deconstruccionistas, la de la obra como una estructura
organizada en la que todos los elementos están interrelacionados
(idea que proviene de la última etapa del Formalismo y que llega
a su culminación con el Estructuralismo). La idea de estructura
implica que la obra literaria es una totalidad de sentido centrada,
y la Deconstrucción parte justamente de un distanciamiento
evidente respecto de estos tres conceptos: totalidad, sentido y
centro […].

Historia de la crítica literaria


David Viñas Piquer

Ahora bien, esta crítica puede llevarse a cabo de acuerdo con dos
vías y dos «estilos». En el momento en que se hacen sentir los
límites de la oposición naturaleza/cultura, se puede querer
someter a cuestión sistemática y rigurosamente la historia de
estos conceptos. Es un primer gesto. Un cuestionamiento de ese
tipo, sistemático e histórico, no sería ni un gesto filológico ni un
gesto filosófico en el sentido clásico de estas palabras.
Inquietarse por los conceptos fundadores de toda la historia de la
filosofía, des-constituirlos, no es hacer profesión de filólogo o de
historiador clásico de la filosofía. Es, sin duda, y a pesar de las
apariencias, la manera más audaz de esbozar un paso fuera de la
filosofía. La salida «fuera de la filosofía» es mucho más difícil
de pensar de lo que generalmente imaginan aquellos que creen
haberla llevado a cabo desde hace tiempo con una elegante
desenvoltura, y que en general están hundidos en la metafísica
por todo el cuerpo del discurso que pretenden haber desprendido
de ella. La otra elección —y creo que es la que corresponde más
al estilo de Lévi-Strauss— consistiría, para evitar lo que pudiera
tener de esterilizante el primer gesto, dentro del orden del
descubrimiento empírico, en conservar, denunciando aquí y allá
sus límites, todos esos viejos conceptos: como instrumentos que
pueden servir todavía. No se les presta ya ningún valor 390 de
verdad, ni ninguna significación rigurosa, se estaría dispuesto a
abandonarlos ocasionalmente si parecen más cómodos otros
instrumentos. Mientras tanto, se explota su eficacia relativa y se
los utiliza para destruir la antigua máquina a la que aquéllos
pertenecen y de la que ellos mismos son piezas. Es así como se
critica el lenguaje de las ciencias humanas.

La escritura y la diferencia
Jacques Derrida

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