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Isidro Luis Cuayla


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Mitos y leyendas de Moquegua - 2013

ÍNDICE
Los dos hermanos 3 Un milagro en Maomil 43
Cabeza voladora 5 El milagro del Cerro Baúl 44
El cementerio 6 La mujer pava 45
Cuento de la sirena 7 La pava 2 46
Encuentro entre cambruneños y 8 La cabeza 46
chilenos
El encanto de acacollo 9 La mujer pava 47
La bruja 10 El manantial del cura 48
Aparición de Dios 12 Los Ángeles 49
El cerro de la muerte 13 Semillitas mas que oro 50
La cabeza 14 De cómo se hacen ricos en 51
Moquegua
El condenado 15 El pececito de plata 52
La historia de los Ángeles y Same 16 El relevo de los ahogados 54
El señor de san Cristóbal 17 El hombre que vendió su alma 55
La Joven encantada 18 El enano de Moquegua 56
La presentación de diablo 20 La madre loca 59
La aparición de Dios 21 El espíritu del árbol 60
Un día de suerte 22
El juicio de san Cristóbal 24
El misterio de la oreja 25
El toro del Cerro Baúl 26
Los músicos 27
La sirena 28
El fuego misterioso 29
La sirena de Mollesaja 30
Estudiantes en el cementerio 31
La manzana de oro 32
Lo que le pasó a una costurera 33
El condenado 34
El Chuyachaqui 35
La quebrada encantada 36
El hombre salvaje 37
La viuda 39
Shylock 40
Un milagro de Santa Fortunata 1 41
Milagro de Santa Fortunata 2 42

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Mitos y leyendas de Moquegua - 2013

LOS DOS HERMANOS


Dos hermanos, Manuel que era un gran hacendado y
Jorge que era el hermano más pobre quien con su
familia no tenía ni qué comer. Es así que Jorge decide
que debía ir a trabajar; y parte una mañana
despidiéndose de sus hijos y esposa con un poco de
fiambre. Entonces, comienza a caminar, ya que en esos
tiempos no existían carros. Cuando caminaba por el
desierto para llegar al pueblo más cercano, de pronto,
encima de un cerro se le aparece un hombre. Él,
educado, le saluda. El hombre le llama y le pregunta:
¿Adónde vas? Jorge le dijo a donde iba y le contó todo
lo que vivía su familia. El hombre aquel le pidió que le
diera su fiambre porque hacía días que no comía.
Jorge, a pesar de que también tenía hambre y sólo
tenía ese poco de comida, se lo dio; luego ese hombre
le pidió que se baje el sombrero o sea que se lo quite: Jorge obedeció. Al ratito, se
lo devolvió y le dijo que regrese a su casa, pero sin voltear quitarse el sombrero; a
lo que Jorge le preguntó: ¿Qué iba a dar a su familia? El caballero aquel le dijo que
su familia lo necesitaba y que debía volver.
Jorge hizo caso y regresó a su casa. Cuando llegó a su casa, le contó a su familia lo
que le había pasado, y cuando fue a bajarse el sombrero, allí en su cabeza había
mucho dinero. Es así que comienza a comprarse muchas tierras, ganado y
alimentos.
Al ver esto su hermano, envidioso, le pregunta de dónde había sacado tanto
dinero. Jorge le contó todo lo que había pasado. Manuel piensa que también irá
para allá para que le den lo mismo. Es así que, en la mañana, parte Manuel con el
mismo fiambre que llevó su hermano; y en el mismo lugar se encuentra con el
caballero y sucedió lo mismo que pasó con Jorge, pero como él tenía hambre no le
dio nada de su comida al caballero cuando éste se lo pidió. y tal como le dijeron a
su hermano, igual le dijeron a él. Luego al regresar a su casa, pide a su esposa que
le bajen el sombrero, y al bajarlo le encontró que tenía dos cachos, más no plata.
Entonces, al enterarse esto, Jorge recién se da cuenta de que la persona que le dio
el dinero era Dios y que no debía ser egoísta ni querer engañar. Y la familia de
Manuel comienza a fracasar a causa de este suceso que él mismo ocasionó.

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LA CABEZA DE TORATA
Cuentan que un joven y sus hermanitos
menores se iban de Torata a su chacra, todas
las noches para cuidar la cosecha y los
animales. Cierta noche a lo lejos, el joven
escuchó un sonido como si fuese de un pato y
él en un tono de broma comenzó a imitar el
mismo sonido y de repente se dio cuenta que
venían hacia él; y miró que venían volando y a
la vez rebotando una especie de cabezas con
alas. Él se asustó y reaccionó al instante,
ordenando a sus hermanos que entren y se
protejan dentro de la choza. Él entró
rápidamente y trancó la puerta, mientras las cabezas llegaron y golpeaban con
tanta fuerza la puerta, que parecía que la iban a romper.
Los perros se dieron cuenta y se pusieron a ladrar y pelear desenfrenadamente con
las cabezas; eran dos perros bien bravos. Se escuchaban los ladridos y los gritos
que daban las cabezas, hasta que agotados del susto y los nervios se habían
quedado dormidos.
Al día siguiente, salieron de la choza para ver lo que había sucedido y vieron sangre
en la puerta y alrededor de la choza, siguiendo las huellas de los perros fueron
hasta encontrarlos pero estos estaban muertos. Los chicos impresionados,
rápidamente se dirigieron al pueblo para contarle lo ocurrido a sus padres, Ellos les
dijeron que no debían haberle imitado y mucho menos fastidiado a dichos seres
malignos y que felizmente si no fuera por los perros ellos habrían muerto atacados
por las cabezas.
Según cuentan los antiguos torateños, que por las chacras siempre se aparecían
estas cabezas; según ellos, decían que era una especie de aves malignas nocturnas,
que si pasaba por medio de las piernas de una persona, era muerte fija para él, y
que el secreto para ahuyentar a estas cabezas era ponerse en forma de cruz, con
los brazos rectos y las piernas cruzadas.
Otras lugareños cuentan que estas cabezas eran de las personas que se habían
dormido sin tomar agua y que en las noches sale la cabeza separándose del cuerpo
para poder calmar su sed y si por alguna razón el cuerpo sin la cabeza era vista por
alguien, era muerte segura para esta persona.

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EL CEMENTERIO

Un cierto día dos jóvenes van al cementerio a poner flores a sus familiares, pero
sus padres les encargaron también dejar las flores a un familiar que estaba en la
parte de atrás (la más antigua) del panteón. Las jóvenes inocentemente van
recorriendo el cementerio y llegan al sitio indicado, pero no encontraron el nicho
del difunto. Sin que se dé cuenta de dónde aparece, a una de ellas se le presenta
un señor de edad con sombrero de paja y camisa rosada, le saluda y le pregunta:
"Señorita, ¿qué nombre está buscando?", y ella le dice: "A Flores Vizcarra", y el
señor muy amable le da su mano para saludarla, y ella con temor le brinda la suya,
y al tocarle la mano la nota seca y llena de polvo, y se asusta bastante pero trata de
disimular. Ese señor la quería llevar a otro lugar, pero como Milagros, que así se
llamaba una de las chicas, estaba asustada, le dice a su prima "Yovanna, vamos, ya
me acordé dónde es el nicho"; y el señor se despide con una sonrisa muy amable y
desaparece entre los pabellones del cementerio.
Las dos jóvenes regresan muy asustadas a sus hogares, y le cuentan lo sucedido a
sus padres, que quedan muy asombrados por el relato. Cuando ya parecía que todo
se iba a olvidar, a las dos semanas murió una de ellas, y la llevaron a enterrar por
ese mismo lugar; ¿no les parece raro?

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EL CUENTO DE LA SIRENA

Hace cinco años atrás en el lejano distrito de Lloque vivía un joven de nombre Juan.
Cierto día se le apareció una señorita, la cual era idéntica a su enamorada, y le
pidió que le acompañase a una fiesta de cumpleaños. El joven, convencido de que
era su enamorada, le complace el pedido, y se pusieron en camino ambos. Cuando
llegaron al pie de una quebrada apareció un señor que se dirigía hacia el pueblo; el
señor al ver que el joven se dirigía solo hacia el desierto yen horas de la tarde, le
pregunta ¿a dónde vas a esta hora? El joven le dice: Estoy yendo a una fiesta de
cumpleaños con mi enamorada. El señor, sorprendido por la respuesta, le dice que
no había ninguna fiesta por allí y que además no había ninguna señorita que le
acompañaba, porque a simple vista no había nadie con él. Posteriormente, el señor
lo regresa hacia el pueblo dejándolo en su casa.
Después de poco rato se le vuelve a presentar la misma dicha señorita diciéndole
que por qué le había dejado sola, y se lo lleva de nuevo; pero esta vez, un grupo de
jóvenes le vieron pasar, al joven, gritando como un loco. Al ver esto los jóvenes le
persiguieron tratando de alcanzarlo, pero éste no se dejaba atrapar; hasta que
finalmente lo encontraron tirado a las orillas de un manantial botando sangre por
la boca y la nariz. Los jóvenes lo trajeron de regreso a su casa.
La falsa enamorada era en realidad una sirena.

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ENCUENTRO ENTRE CAMBRUNEÑOS Y


CHILENOS

Desde la primera hora del día del rodeo que realizarían los pobladores de
Cambrune, amanece el pueblo con sus calles vacías, limpias y silenciosas. Poco a
poco los hombres se preparaban para ir al rodeo. Serían las tres de la mañana
cuando ya partían para reunirse en las pampas de Chilligua donde todos los jinetes
deberían reunirse para así juntar todo el ganado que lo habían dejado en los
pastizales de la comunidad; pero antes de eso, ya sabían de la derrota de los
peruanos en la batalla de los Ángeles en Moquegua. El alguacil de todo el grupo les
había dicho que todos deberían llevar su onda. El grupo estaba conformado por
cincuenta personas, cada uno con su caballo y su onda.
Era las nueve de la mañana y todos ya estaban listos y reunidos en el punto de
encuentro, para así realizar el rodeo. El alguacil dijo que nos vamos a separar en
cinco grupos. Los cinco grupos ya estaban separados cuando del grupo del alguacil,
uno de los integrantes se dio cuenta de un grupo de personas en el cerro de
Torrecillas. Los hombres estaban con una bandera. El alguacil y su grupo estaban
en el cerro El Confital y el cerro de Ancuyo. Los cambruneños seguían caminando,
después de media hora de camino se encontraron con los chilenos que estaban
descansando.
Los chilenos les preguntaron a los cambruneños: "¿De dónde son ustedes?", y los
cambruneños no les respondieron. Los chilenos dieron un disparo. "¡Alto! ¿De
dónde son ustedes?", y los cambruneños les respondieron: "Nosotros no somos
peruanos ni chilenos. Nosotros somos cambruneños". Entonces los chilenos
murmuraron diciendo: "Creo que invadimos otro país". Y los chilenos se retiraron y
los cambruneños seguían reuniendo el ganado.
Esto sucedió en las pampas de Costillas en el año de 1880.

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EL ENCANTO DE ACACOLLO

Hace mucho tiempo del Cerro Acacollo bajó una señorita en forma de nube.
Caminaba lentamente y se acercaba a la casa donde estaba viviendo un joven. Y
esa noche había venido tarde a la casa, y cuando estaba por llegar a la puerta se
aparece la señorita y él no sabía qué hacer, porque el encanto se acercaba más y
más. Corrió a la puerta y de la puerta volteó para ver si estaba la aparición, pero ya
no estaba, y volvió a tocar la puerta. Eran las 12 de la noche. Unos han escuchado
que lloraba un bebé en ese "callejón de los geranios". Otros, en una piedra grande
y larga que hay por allí, encontraron una culebra grande y amarilla. Por eso todo el
que no cree, muchos de ellos mueren. El encanto camina como una señorita con
vestido rosado, largo, igual a las quinceañeras; mayormente encanta a los hombres
y jóvenes.
Una noche, como a las diez, bajaba de Acacollo la señorita con dirección al taller
que se encuentra más abajo del cuartel Mariscal Nieto. Entró directo a la casa. Allí,
fue encontrada, sentada sobre la cama, por la señora de la casa. La señora volvió al
segundo piso a buscar a su esposo; y cuando bajaron los dos para mirar, ya no se
encontraba nadie: el encanto había desaparecido.
En esa casa la gente no puede dormir en el primer piso, que sólo es un taller de
mecánica de carros; solamente duermen en el segundo piso, porque la señorita de
Acacollo viene a descansar todos los días en el primero. Ahí siempre está, además
las personas pueden desaparecer o volverse locas.

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LA BRUJA
Cuentan que una vez, una noche de luna llena, un patrullero de la Guardia Civil
encontró una pava caminando por la calle lima de esta ciudad.
Los guardias pensaron que la pava había fugado de una de las casas, y por esa
noche estaban de suerte porque al día siguiente comerían pavo al horno. Al
momento de hacer querer subir la pava al patrullero opuso resistencia, por lo que
optaron los guardias a golpear con garrote las alas de la pava y así lograron subirla.
La llevaron a la comisaría y le reportaron al sargento de servicio el sorprendente
hallazgo de la pava. Inmediatamente corrió el rumor del hallazgo de la pava y los
guardias que no estaban de servicio fueron los primeros que se levantaron a hacer
su aseo y miraron por la ventanilla del calabozo y grande fue la sorpresa que en vez
de una pava vieron una mujer desnuda. De inmediato dieron parte al sargento, y
efectivamente encuentran una mujer desnuda que tenía los hombros
moretoneados. Esta mujer le pidió al sargento que le preste un abrigo; entonces, el
sargento pregunta a la mujer cuál era su casa y cómo es que ella estaba convertida
en pava, y ella responde que es una bruja y es por eso que se convertía en un
animal y que su esposo era un suboficial del Ejército y que la noche anterior su
esposo estaba de servicio; y luego le pidió que la trasladasen a su casa antes de que
llegue su esposo. La mujer le da los datos personales de su esposo. También le
pidió al sargento que no dijera a nadie de lo sucedido; pero el sargento trató de
ubicar al suboficial hasta que lo encontró y se fueron a un bar y mediante unos
tragos el sargento le relató el caso de la mujer que era una bruja. Entonces el
suboficial sabiendo lo de su mujer se hicieron buenos amigos y le pidió ayuda al
sargento para descubrir el misterio de su mujer.
El sargento y el suboficial salieron con dirección al óvalo. Buscaban una explicación
a lo sucedido y encontraron a un anciano vendiendo crucificos) de acero; y el
sargento pregunta al anciano "¿Cuál es la fuerza negativa para Satanás?"; el
anciano respondió: "El crucifico de acero", y el suboficial compró el crucifico y el
anciano le recomendó cómo usarlo y que siempre debía cargarlo, y su mujer o
bruja no tenía que verlo.
Un viernes por la noche el suboficial se dio cuenta de que su mujer se alejó de la
cama con bastante cuidado y se dirigió al ropero de donde sacó un pequeño baúl
que contenía unas velitas, un libro de magia, pomada y una estatuilla de oro en
forma de gallito. La bruja pone la estatuilla en la mesa, lo cual había servido para
hacer dormir mucho más profundamente a los que se encontraban en casa
durmiendo. Su esposo no se durmió profundamente porque tenía el crucifico que
contrarrestaba el encanto de la estatuilla y observó todo lo que su mujer hacía:
Primero se desnuda, luego dice oraciones con palabras mágicas y malévolas, luego

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se frota el cuerpo con la pomada, y frota con la pomada la vela y se la introduce en
el ano, y abriendo los brazos comienza a flotar y sale volando por la ventana sin
abrirla. O sea todos los pasos dichos anteriormente le permitían traspasar paredes,
ventanas y todo tipo de muros como un ser espiritual.

El esposo luego de observar todo, comienza a repetir lo que hizo su mujer bruja y
salió igualmente volando por la ventana hacia una oscuridad interminable, y fue
percibiendo un sonido como de un silbido a medida que se iba acercando ala luz
que vio de lejos, y el sonido iba aumentando. Al estar cerca se detuvo y vio
perfectamente claro lo que pasaba. En esa luz se encontraban varias mujeres,
dentro de ellas su esposa, danzando un ritual alrededor de Satanás. El esposo no
pudo soportar el frío que hacía, y al eliminar gas votó la velita y sorpresivamente
desapareció todo y comenzó a caer y caer, hasta que cayó en medio de un
barranco rodeado por cactos, y la mujer bruja lo buscó y lo encontró allí, y lo llevó
de vuelta a su casa. Entonces, el esposo sin más explicación le pidió el divorcio y se
separaron para siempre y nunca más se volvieron a ver.

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LA APARICIÓN DE DIOS

Sucedió en el distrito de San Cristóbal-Calacoa, durante la celebración del


matrimonio de una pareja de jóvenes, quienes estuvieron en plena fiesta, donde
apareció un viejito con los mocos colgantes, sucio y mal cubierto; en ese mismo
instante apareció un joven bien vestido, elegante y muy guapo, decía haber
apostado con el viejito a cuál de los dos iban a atender mejor.
La gente de la fiesta atendió mejor al joven, quien era el diablo, y maltrataban al
viejito, quien era Dios. Todos lo echaban de la fiesta y no le daban de comer.
Entonces, la joven esposa que estaba embarazada, le limpia los mocos con su
pollera, y los mocos se convierten en oro; en ese instante el viejito le dijo que
subiera al cerro de Putunco, y si escuchara alguna bulla que no volteara, que sólo
mire cuando haya traspasado la cumbre del cerro. La joven esposa obedeció, pero
al escuchar el bullicio volteó; y al hacerlo quedó convertida en piedra, y el bebito
voló al cielo (Esto pasó en el cerro de Malpaso-Sacuaya).
Los transeúntes que van por esos lugares, dicen que la piedra existe en forma de
mujer y que del ombligo brota un puquio de agua; y que el bebito es un santo de
piedra, que al tomarle fotos sale reflejada su imagen.

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EL CARRO DE LA MUERTE
Mi mamá nos cuenta que en mi pueblo llamado Cacahuara, distrito de Matalaque,
donde casi con frecuencia se tenía que regar de noche, a eso de las 11 ó 12 de la
noche, ya que a esas horas llenaba el estanque o pozo de agua.
En uno de esos turnos le tocó regar a mi abuelita. Como de costumbre, ella fue a
regar sola, no quería que le acompañe mi mamá porque era pequeña; y así se fue,
y cuando ella ya se acercaba a la chacra vio que venía a su encuentro un carro
grande con luces potentes, y se asustó demasiado, ya que al pueblo no entraban ni
aún entran carros, y no supo qué hacer si regresar o seguir avanzando; pero ella
pase lo que pase avanzó más a la chacra para esconderse debajo de algún árbol o
poder llegar siguiera a su chocita, que ella allí tenía para dormir cuando se le hacía
tarde para regresar al pueblo. Cuando ya estaba cerca de su chocita, el carro estaba
ya a diez metros más o menos de ella, y entonces corrió y alcanzó entrar a su casita
y trancó su puerta con algunos troncos o palos que tenía; y el carro o féretro se
paró en la puerta y empezó a pitear y a empujar la puerta. Y cuando ella miró por
curiosidad dentro del carro había bastante gente de toda clase con caras
desfiguradas y se aterrorizó y metió su cabeza debajo de su batán (donde ella molía
maíz para cocinar).
Se envolvió con unas ropas viejas toda su cabeza para no oír nada y después de un
largo rato ella se destapó y vio que ya no había nada en la puerta. Después quería
pararse para ir a abrir el agua y regar, pero le fue imposible pararse y le empezó a
salir sangre por la boca y por la nariz, y así amaneció como muerta ya que nadie
había para ayudarle a esas horas, y así amaneció, y como es costumbre las
personas van temprano a la chacra y se dieron cuenta que el estanque estaba
rebalsando y como sabían que a mi abuelita le tocaba abrir, pensaron que quizá se
había quedado dormida y uno de ellos se vino al pueblo a avisarle a mi mamá, y mi
mamá le dijo que anoche se había ido; entonces se asustaron y fueron a buscarla; y
cuando llegaron a su chocita la encontraron grave, llena de sangre. Se asustaron.
No sabían qué era lo que había pasado y así se la trajeron al pueblo y la curaron, y
cuando ya estaba un poco mejor, ella les contó lo sucedido; pero no se pudo
recuperar del todo.
Siempre a ella, en cualquier momento, le salía sangre por la nariz y por la boca en
gran cantidad, y así no tardó mucho y murió. El carro de la muerte o féretro dice
que existe y aparece a eso de las 11 ó 12 de la noche, porque varias de las personas
de mi pueblo lo han visto, pero a ellos no les pasa nada porque según dicen que
hay que tener fe en Dios y cuando lo ven ellos se persignan y no les pasa nada.

Isidro Luis Cuayla Página 12


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LA CABEZA
Había una vez el dueño de una chacra que tenia que regar a las 4 de la mañana;
tenía que madrugar desde su casa, porque su terreno quedaba más arriba del
pueblo donde él vivía.
Esta persona se levantó temprano, en la madrugada, estando bien abrigado, alistó
su herramienta de trabajo; comenzó a ensillar su caballo partiendo de su casa
montado ya. Cuando avanzó por el camino todavía no había amanecido, todo
estaba silencio. De repente en el lugar más estrecho de este camino su caballo ya
no quiso avanzar.
El caballo miraba el suelo como si algo estuviera impidiendo la pasada, entonces
esta persona se bajó del caballo y vio en su delante -o sea en el camino- un terrón
en forma de una pelota; pero él no se asustó nada, como no tenia miedo lo levantó
con la lampa y lo botó hacia la quebrada; montó su caballo y siguió su galope.
Cuando el terrón cayó hacia la quebrada se escuchó el grito de la cabeza que
empezó a perseguirle y gritó cada vez más fuerte, entonces esta persona se asustó,
e hizo correr su caballo, mientras que la cabeza venia a su alcance.
Cuando llegó al terreno que tenia que regar ya no se quedó allí; continuó por el
camino corriendo con su caballo. Se sentía muy mal. Parecía que le iba a alcanzar.
Llegó hacia un pueblito, donde él tenía sus amistades. Le tocó la puerta a su amigo,
pidiéndole que por favor le abriera la puerta. Su amigo le abrió la puerta y dentro a
la casa. La cabeza llegó detrás de él... quería entrar... se daba la vuelta una y otra
vez, gritando alrededor de la casa donde los perros aullaban.
Cuando amaneció empezó a callarse la cabeza. Salieron de la casa y ya no había
nada. Sólo encontraron, él y su amigo, gotas de sangre alrededor de la casa.

Isidro Luis Cuayla Página 13


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EL CONDENADO

Esta historia comenzó muy repentinamente. Para ser más exacto en el año de
1810. la ciudad, la antigua ciudad "de la eterna primavera", estaba tranquila, hasta
que en una noche se sintieron lamentos en una casa muy cerca al cerro que lo
llaman El Siglo; a una mujer lloraba desesperadamente con su hijo, y decía que se
iba a ir con su hijo. Salieron desesperados hijo y madre.
No tenían adónde ir, porque no tenían familia alguna y se fueron por el cerro para
esperar que amanezca. Se llegaron a sentir muy temerosos, y buscaron un lugar. la
mujer estaba sangrando porque su pareja le había golpeado demasiado la cabeza.
Estaba ebrio el hombre que le había hecho esto. Llegaron a la cima y acomodaron
lo poco que llevaban en el suelo y se acostaron. Tomaron el sueño. En un momento
sintió el niño ruidos de llanto y quejidos. Se dirigió hacia donde venía el sonido y
encontró a una persona que subía por el cerro muy apresuradamente, una persona
descuidada, -horrible, se fue acercándose cada vez más y observó que tenía largo
su cabello, con su barba y dientes sobresalientes, entonces escuchó que le dijo
"Ayúdame" desesperado. El niño le preguntó "¿De dónde vienes? ¿Quién eres?"
Respondió: "Soy una persona que está cumpliendo su castigo, hijo. ¿Tienes agua?"
El niño le dijo que no. El hombre le habla y le dice: "Te pareces tanto a mi hijo que
se quedó aquí en la tierra, hasta tienes la misma edad". Lo miraba engañosamente,
porque lo que decía era mentira, sólo lo hacia para que se acerque el niño más y
tratar comerlo. El niño lo hizo con temor y el hombre se, arrojo encima de él muy
apresuradamente. El niño trataba de defenderse y gritaba: ¡Auxilio! ¡Mamá!" La
mujer apresurada y desesperada corrió, y le arrojó piedras. En eso, cayó el hombre
y se dio cuenta que no tenia pies, estaban cortados, o sea gastados de tanto
caminar. El individuo se alejó sin dar ninguna razón del porqué de su desaparición.

La mujer con su hijo contaban esto, lo que les había pasado, y nadie les creía hasta
que escucharon cada día más estos sonidos. Estas personas eran enviadas para que
paguen sus pecados, es decir, nuestro Señor les daba este castigo que caminen por
todo el mundo hasta que se les. Gaste los pies y recién podían descansar en paz.

Isidro Luis Cuayla Página 14


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LA HISTORIA DE ÁNGELES
Y SAMÉ

Hace años 01 esta historia cuando estaba en el colegio, que se las relato a ustedes
tal como me acuerdo.
Cuentan los antepasados que hubo cierta vez una pareja de jóvenes llamados
Ángeles y Samé. En ellos surgió un gran amor. Se enamoraron profundamente,
pero sus padres no querían tal unión, especialmente Huaracane, el padre de
Ángeles, que luchaba para separar esta pareja de jóvenes, pero no podía. Mientras
tanto el amor entre ellos seguía creciendo, y de ese amor surgió un niño.
Huaracane al enterarse se enfureció mucho, y encolerizado y dolido por lo
sucedido trató de robar al niño, pero no pudo lograr su objetivo. Y como no hubo
otra solución, mandó a robar al niño y ordenó que lo enterraran en un baúl. La
madre al enterarse que su pequeño había desaparecido, lo buscó junto con
Ángeles, pero no lograron encontrarlo. Afligidos por la pérdida de su bebé, Ángeles
se convirtió en un cerro, el que ahora llamamos el cerro de Los Ángeles, y Samé se
tendió por el suelo, lo que hoy en día es el pueblo de Samegua.
En cuanto al padre de Ángeles, alegre por el triunfo que había tenido al separa" a
los amantes, los dioses lo castigaron convirtiéndolo en el cerro Huaracane. En
cuanto al bebé de Ángeles y Samé, en el baúl, fue creciendo y creciendo, Y hoy en
día lo conocemos como el cerro Baúl.
En conclusión, el cerro Baúl es el hijo del cerro Los Ángeles y Samegua; y Huaracane
es el abuelo del cerro Baúl. Todos conforman una familia que un día no pudo unirse
por culpa de Huaracane.

Isidro Luis Cuayla Página 15


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EL SEÑOR EN SAN CRISTÓBAL

Cierta vez este hecho sucedió en el pueblo de San Cristóbal, que un día como
cualquier otro día, una pareja decide contraer matrimonio y posteriormente llega
la fecha señalada del matrimonio; y estaban festejando con alegría y entusiasmo
muy felices por el matrimonio.
Los familiares y padrinos recibían los invitados, y se sorprendieron cuando vieron a
un señor que se acercaba bien vestido, elegante, que se acercaba a felicitar a los
contrayentes del matrimonio. Él fue bien atendido. De pronto se apareció un
anciano todo traposo y desgastado con la flema afuera toda de color verdoso;
estaba todo sucio. La gente lo observaba una y otra vez. No veían la hora en que se
marche de la fiesta, pero el anciano fue a pedir un poco de comida, la gente le
respondió que ya no había comida; y todos murmuraban que se fuera, porque daba
un mal aspecto en la fiesta. Con la ruidosa música algunos no se dieron cuenta de
que los padrinos habían planeado expulsarlo de la fiesta a las malas. Luego
forzosamente lo expulsaron. El anciano se fue dando unas miradas a la fiesta.
El anciano al ser expulsado de la fiesta se encuentra con una señora embarazada.
Ésta al ver al anciano sintió compasión. El anciano la observaba una y otra vez con
unos ojos brillantes y llenos de esperanza. La señora al darse cuenta de la flema
que le salía de la nariz, que embarraba su rostro, agarró su pollera y lo limpió. Y de
inmediato se dio cuenta de que habían quedado trozos de oro. Quedando muy
sorprendida la señora lo llevó a su casa. El anciano le preguntó: ¿Su esposo? La
señora le respondió que sí estaba. El anciano le dijo que fuera a llamarlo. La señora
fue a llamarlo. Al regreso, el esposo al ver al anciano se sorprendió y también sintió
compasión.
El anciano le pidió una lliclla nueva a la señora, y ella fue a sacarla de un baúl que
tenía. La señora se lo dio al anciano y él se limpió la nariz; la flema se quedó
convertida en plata y se lo dio a la señora. El anciano le dijo que se marcharan del
pueblo pero antes tenían que rociar todo alrededor de su casa con ceniza. Los
cónyuges obedientes alistaron sus cosas.
Ya casi listos para partir, el anciano les prohibió que volteasen la mirada para atrás.
Los cónyuges partieron del pueblo que seguía de fiesta, mientras que ellos seguían
el camino señalado, sintieron una lluvia de arena; caminaron lo más rápido que
podían, mientras que en el pueblo caía una lluvia de arena que lo estaba
enterrando entero. Se sentía unos gritos que llegaron hasta la pareja que ya casi
estaban perdiendo el cerro, pero tanta fue la curiosidad de ellos que,
desobedeciendo al Señor, voltearon la mirada al pueblo y observaron que el pueblo
se perdía en polvo, que el Señor los había castigado... Ellos por desobedecer fueron

Isidro Luis Cuayla Página 16


Mitos y leyendas de Moquegua - 2013
convertidos en piedra, pero el angelito de la señora que tenía en su vientre salió a
los cielos.
Ellos recibieron el castigo de quedar convertidos en piedra por haber desobedecido
una orden del Señor, y el pueblo desapareció porque se burlaron y por haber
expulsado de la fiesta a un pobre anciano.
Hasta ahora se pueden observar las estatuas de piedra en San Cristóbal, en una
parte elevada y en medio de una quebrada.

Isidro Luis Cuayla Página 17


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LA JOVEN ENCANTADA

Se cuenta que en un pueblo del Cusco, cierta noche un joven se encontraba


haciendo servicio de taxi, recorría por una carretera muy transitada, en la que
ningún taxista recogía a una joven de vestido blanco. La joven parada allí
levantaba la mano a un costado de la carretera. El joven taxista la observó y se le
acercó y le dijo: "Señorita, adónde quiere ir que yo la llevo", y la joven le contesta:
"Voy al pueblo". "Entonces, súbase que yo la llevo -manifestó el joven taxista-;
súbase que inmediatamente la llevo al pueblo".
En el camino, entablaron una conversación amigable y se fueron a pasear al pueblo
ambos. Y así pasaron las horas, y la muchacha le dijo: "Creo que ya es tarde y me
tengo que ir a mi casa"; .y el joven taxista se ofreció a llevarla, luego la muchacha
exclamó: "¡Tengo mucho frío!" El joven le dice: "Yo te presto mi casaca". "Ya, luego
mañana en el día la vienes a recoger a mi casa". Y, así, ambos se fueron hasta el
borde de la carretera donde la había recogido. La muchacha se bajó del auto
diciendo: "Yo aquí no más me quedo; yo me voy sola, porque aquí cerca se
encuentra mi casa". Y ella se fue, perdiéndose en la penumbra de la noche.
Al día siguiente, el joven muy emocionado va a la casa de la joven. Toca la puerta y
sale una señora. "¿A quién busca, joven?", le pregunta. Él le contesta: "Busco a una
señorita llamada Vanesa. La señora le contesta: "Sí, aquí vive, pero ella falleció
hace un año". El joven le dice: "No puede ser, si ayer nomás estuvimos paseando".
Y la señora le dice: "Joven, si usted no cree le voy a enseñar su foto"; y
efectivamente le muestra la foto de la joven con quien había salido, y el muchacho
se sorprende. "¡Sí, si, ella es, pero no lo puedo creer!", manifiesta. La señora le
dice: "Ya que usted no me cree, le voy a enseñar la tumba de mi hija"; y van al
cementerio, pero al acercarse, ambos se sorprenden porque sobre la tumba se
encontraba la casaca del joven.

Isidro Luis Cuayla Página 18


Mitos y leyendas de Moquegua - 2013

LA PRESENTACIÓN
DEL DIABLO

Un día, por la fecha de carnaval, en el pueblo de N.N. se le presentó el diablo a un


caballero.
Todo comienza cuando, en una familia, un caballero, es decir, el padre de esa
familia, realizaba sus labores del día: regaba, cultivaba. Cierto día a este padre de
familia le tocaba ir a regar sus chacras que era muy lejos de donde vivía, y partió de
su casa a la 1:00 a.m., y por el camino que estaba recorriendo se le presentó el
diablo, que a las personas débiles las mataba; pero este padre era tan valiente y
tuvo coraje para enfrentársele ya que llevaba consigo una pala, y con esta pala al
diablo le pegó en la cabeza, y el diablo quedó tendido en el suelo.
Después el padre de familia continuó su camino hasta llegar a su destino y realiza la
labor pensada y al regreso a su casa, en el camino, en el lugar donde tuvo su pelea
con el diablo, en vez de encontrar a alguien se dio con la sorpresa de que el diablo
era un conjunto de huesos y siguió su camino sin dar importancia a todo lo que le
había pasado. Pensó que ya era una experiencia vivida.

Isidro Luis Cuayla Página 19


Mitos y leyendas de Moquegua - 2013

LA APARICIÓN

Cuentan que en el año de 1984 cerca del puente una señora vio un aspecto
fantasmal que se movía y que se dirigía a ella. Atemorizada, lo único que se le
ocurrió fue salir de ahí corriendo para no ser alcanzada. Cuando de pronto, aquella
mujer atemorizada, se dio la vuelta a la inversa, vio otro fantasma que también se
dirigía hacia ella. Al no poder mover las piernas, porque estaba nerviosa, sí, pues,
estaba nerviosa que quiso gritar y no pudo.
Ella pensó: ¿y si doy la vuelta al otro lado?, entonces correré, se dijo, y así lo hizo,
porque el miedo para no ser alcanzada por estos demonios era grande, pero
cuando volteó ya no vio nada. Quiso correr, pero lo que pasó fue que las piernas las
tenía inmóviles, era como si algo le sujetara para no moverse. Y dio la vuelta hacia
atrás y no vio nada. La señora que sola estaba ahí se propuso orar y rezar. Esto hizo
como una hora. Después empezó a caminar, y volvió a su casa. Eran como las 12:00
de la noche. Esto sucedió un sábado en Moquegua.
Buenos, sigamos con el relato. Luego al llegar a su casa, contó a su esposo lo que le
había sucedido, y éste a su vez le respondió que había soñado que había huido al
ver a dos fantasmas de blanco. La-señora se asombró de lo que le contó su esposo.
En la vecindad había una mujer antigua, una viejecita que sabía lo que había
pasado, les dijo: Ustedes son insensatos ¿acaso no se dan cuenta de lo que pasó?
Hace muchos años atrás, ustedes perdieron dos gemelos; éstos murieron cuando
iban a nacer, pero la madre se salvó. Estas dos almas ahora penan porque tenían
vida por delante, un futuro para poder vivir; ellos querían vivir y Dios, nuestro
padre, los mandó para que los salven, pero ustedes se atemorizaron y los
rechazaron. Ahora deberán acudir y llevar a un padre para su arrepentimiento en el
cementerio.
La señora se llama Brígida y su esposo Mario. Aquéllos eran muy amigos de mi
mamá y papá y le contaron lo sucedido; nadie más lo sabía, y éstos me lo contaron
a mí, y ahora yo se los cuento a ustedes.

Isidro Luis Cuayla Página 20


Mitos y leyendas de Moquegua - 2013

UN DÍA DE SUERTE

Antes era costumbre que los patrones del valle manden a pastar su ganado a las
lomas de Ilo, y una vez un pastor llevaba el ganado de un lugar a otro, ya lo lejos
mira un bulto, conforme se iba acercando distinguió mejor el bulto, y cuando llega
se da con la sorpresa de que era una piedra grande y al costado de ella se
encontraba una caña que estaba bien firme, encima de la piedra cuenta que habían
siete herrajes de mula de la época del virreinato, y los llevó consigo para mostrarle
a su patrón de tal hallazgo.
Cuando mostró los herrajes a su patrón, éste se quedó sorprendido de lo que le
contó el pastor. Y estaba tan intrigado que a su vez lo comentó con su mejor amigo
y se ponen de acuerdo para ir a verificar si era cierto o no. Emprenden el viaje muy
temprano de cierto día, galopan a caballo durante trece horas y llegaron a una
aguada donde pasaron la noche para descansar y poder alimentarse. En la noche
hicieron una fogata para espantar a los animales salvajes que allí existen. Al día
siguiente continuaron a pie; durante la caminata ambos se perdieron en la
búsqueda de la piedra y sólo uno de ellos llega encontrarla y se dio con la sorpresa
de que allí habían siete cargas de mula de puro oro que los españoles en' la huida
del Perú abandonaron porque

Isidro Luis Cuayla Página 21


Mitos y leyendas de Moquegua - 2013

EL JUICIO DE
SAN CRISTÓBAL

En la localidad de San Cristóbal se festejaba un matrimonio. La gente del lugar


bebían, comían y festejaban la unión de las dos personas.
Habían dos señores, el primero era un acaudalado, bien parecido y de gran
presencia; el segundo, un señor andrajoso, sucio y que no llamaba la atención de
nadie de 105 del lugar. El acaudalado señor recibía la atención de todos; le ofrecían
105 mejores platos y 105 mejores tragos; posteriormente se convirtió en el centro
de atracción de la fiesta.
Una señora pobre y quien no participaba de la fiesta, al señor andrajoso, se lo llevó
a su casa viendo que nadie se fijaba en él y que no recibía ninguna atención. La
señora le dio de comer y beber, y ese señor le dijo: "¿Tienes esposo, hijos?" -"Sí", le
contestó la señora. Entonces, el señor le dijo: ":He visto en este pueblo la lujuria y
la pérdida de fe a nuestro Señor; la gente es mala y pecadora; por eso el. Señor va a
destruir a este pueblo. Lleva a tu esposo e hijos, y váyanse de aquí. Tus
pertenencias y tus animales quedarán intactos, y por más que escuches lamentos,
quejas, llantos no vas a voltear, porque si lo haces quedarás quedarás convertida
en piedra".
y la señora hizo todo lo que el Señor le dijo. Llevó a su esposo e hijos y los
encaminó fuera del pueblo.
Momentos después sucedió todo lo dicho anteriormente. Una tormenta tenebrosa
se presentó. La gente se lamentaba y gritaba y sus cuerpos se perdían en el cielo.
La señora no resistió más el dolor y la curiosidad de ver lo que sucedía miró para
atrás y en el mismo instante quedó convertida en piedra.
Los dos señores eran DIOS y el DIABLO, quienes hicieron una apuesta de quién
sería tomado en cuenta. Dios al ver que la gente del lugar había perdido toda
muestra de fe hacia Él, decidió por destruir el pueblo.

Isidro Luis Cuayla Página 22


Mitos y leyendas de Moquegua - 2013

EL MISTERIO DE
LA OREJA

Cuentan las señoras de edad avanzada que cierto joven vivía por la calle Huanuco,
se dedicaba ala crianza de chanchos, los cuales vendía para mantener a su mamá y
su hermana con quienes vivía. Ellas salían todas las mañanas a recolectar restos de
comida que las personas desechaban, para la alimentación de estos animales.
Cierta noche que estas mujeres regresaban a su casa bajo una torrencial lluvia, al
pasar junto a la puerta de la Iglesia vieron a un anciano herido pidiendo ayuda
porque lo habían asaltado y golpeado. Ellas en lugar de ayudarlo empezaron a
reírse y burlarse del pobre anciano; de pronto le vieron un brillo misterioso en sus
ojos, era algo terrible que asustaba; el miedo que sintieron les penetraba los
huesos... Las mujeres se asustaron y empezaron a correr.
Esa noche, el hijo varón tenía que salir al corral de los animales para separar el
fango que se acumulaba con la lluvia, y uno de los animales quería atacarlo,
entonces, él se defendió con la lampa que llevaba en la mano dándole con mucha
furia un lampazo y le hizo caer la oreja. Asustado regresó a su casa y encontró a su
madre llorando. Cuando ella lo miró a los ojos, dándole el rostro, se dio cuenta que
ésta estaba llorando y tenía el rostro sangrando... Resulta que su madre ¡no ten la
oreja!
Se cree que el anciano era un ser misterioso que revocó todo esto para enseñar
una lección a las mujeres, y sobre todo a la madre por no ayudar a su prójimo.

Isidro Luis Cuayla Página 23


Mitos y leyendas de Moquegua - 2013

EL TORO DEL
CERRO BAÚL

Según nuestros antepasados cuentan que en el cerro Baúl existen muchos cuentos.
A través del tiempo se ha ido conociendo sobre dichos cuentos.
En el cerro Baúl comentan que han visto salir un toro barroso que arrastra una
cadena; esta cadena es gruesa y larga. Este toro es encantado, porque sale en
horas malas. El toro sale corriendo y arrastra la cadena, pero aquél que ve el toro
se convierte en una piedra y nosotros no lo sabemos.
También dicen que aquellas piedras posiblemente sean seres humanos que vieron
al toro del cerro Baúl.

Isidro Luis Cuayla Página 24


Mitos y leyendas de Moquegua - 2013

EL FUEGO MISTERIOSO

Este relato es breve y misterioso. Trata de un humilde joven que estaba


culminando sus estudios superiores. El decide viajar al pueblo de sus padres, quizá
para conseguir dinero, para su título profesional.

Él permaneció un breve tiempo con sus padres ayudándoles en los quehaceres de


sus tierras; ya quedando muy poco para su retorno a la ciudad, decide dar una
caminata hacia un cerro muy cercano para poder despejar su mente y dar una
solución a sus problemas económicos. Estaba muy preocupado que no se dio
cuenta del atardecer que avanzaba. Cuando decide volver, de pronto se le aparece
una pequeña llama de fuego muy ardiente, el joven sorprendido no halla qué
hacer. De pronto reacciona, y repentinamente recuerda a su abuelo, quien le dijo
que si alguna vez viera una llama de fuego colocase una navaja, y así lo hizo.

Pues, decide regresar al pueblo en busca de sus parientes y contarles lo que le


había sucedido, pero no encontró a nadie más que a su tío Vidal y le contó lo que
vio.
Fue con su tío que recurrieron a visitar a un leedor de naipes; éste les dijo que bajo
esa llama ardiente había un cofre lleno de oro, pero la condición de poder extraer
dicho oro debería intercambiarse con un ser humano, que de esa manera el oro no
tendría ningún mal.
El joven y su tío fueron al lugar donde se encontraba la navaja, llevando consigo un
animal el cual sería intercambiado por el oro, porque no p0dían hacerlo con un ser
humano. Al llegar al lugar, comenzaron a cavar un hoyo debajo de la navaja, donde
muy pronto encontraron un cofre tallado de piedra del cual salía un vapor muy
fuerte, el cual podría ocasionar algún mal. Y así fue, este vapor dañó los ojos del
joven, quien estaba medio mareado, porque mientras cavaban el hoyo, el tío le
daba de beber vino al joven.
El tío tomó sus precauciones y al abrir el cofre vio que estaba lleno de oro, el cual
extrae rápidamente. Cegado por la ambición decidió enterrar al sobrino
inconsciente.
Este hombre inescrupuloso regresa al pueblo en busca de su familia y bienes que le
correspondía para luego darse a la fuga sin explicación alguna. Y nadie supo más de
él.
Nunca sabremos el cómo y por qué se les presenta a algunas personas estas llamas
ardientes que cobran una vida por el intercambio de su contenido ya sea animal o
humana. Tampoco sabremos de donde provienen esas riquezas, unos dicen que

Isidro Luis Cuayla Página 25


Mitos y leyendas de Moquegua - 2013
son tesoros de incas que tienen ansias de dar sus tesoros al ser más necesitado.
Otros dicen que es tesoro de los españoles, pero no sabemos a ciencia cierta de
dónde provienen. Este fuego misterioso se convierte en fuego diabólico en muchos
que les hace cometer hasta crímenes.

ESTUDIANTES EN EL
CEMENTERIO

Un día, cuando yo estudiaba, un profesor de Odontología nos había pedido seis


dientes, los que debían estar en condiciones perfectas, sin caries. Lo cual para
nosotros era mu
y importante porque sería para la evaluación final. Sin más que hacer, lo primero
que se nos ocurrió fue ir a un cementerio para "extraerlos de los difuntos. Es así
que en el día fuimos a ver el sitio de donde los íbamos a sacar.
En la noche, cerca a las 10 de la noche, todos nos reunimos en un lugar privado;
todos con sus materiales para realizar el trabajo, y también con un poco de licor. La
mayoría eran hombres. Fuimos al lugar que habíamos fijado en el día. El sitio
estaba movido y nada pudimos hacer, asustados tuvimos que buscar otro difunto
para poder escarbar; pero en la oscuridad se nos hizo muy difícil encontrar otro;
aunque todos opinaban que deberíamos realizar el trabajo.
Esa noche, sin más que hacer nos pusimos a escarbar. Los hombres eran los que
realizaban el trabajo y las mujeres estábamos de cuclillas y muy temerosas espe-
rando que sea pronto. Y cuando estaban trabajando alguien dijo: "Viene alguien
corriendo"; y cuando yo volteé la mirada era verdad. Corrimos todos sin voltiar
para atrás, y cuando nos dimos cuenta, uno de nosotros faltaba. Alguien dijo que
deberíamos regresar y que no nos asustáramos; de repente era el Dantionero.
Regresamos; y el compañero también ya se venía. Cuando estuvo junto a nosotros
él nos interrogó: "¿Por qué corrieron, si no había nada?"
Es así que esa noche, aproximadamente a las 2:00 a.m., entre sustos, volvimos a
casa sin haber efectuado el trabajo.

Isidro Luis Cuayla Página 26


Mitos y leyendas de Moquegua - 2013

LO QUE LE PASÓ A UNA


COSTURERA

Cuentan que una costurera que se ocupaba de hacer vestidos, que trabajaba desde
muy de noche en su trabajo, era muy curiosa. A los ruidos que escuchaba en la
noche siempre salía a ver. Una de las tantas veces escuchó un ruido y ella salió, y
vio caminar gente, todas vestidas de negro, en las manos traían espelmas
ardientes. La señora se asustó y cerró su ventana por donde miraba. Al poco ratito
le tocaron la puerta y le dijeron que les haga un favor de poder guardar un
paquete; le dijeron que eran espelmas y que regresaría pasado mañana. Cuando se
fueron, ella estaba asustada. Cuando descubrió el paquete, eran brazos de un
bebé.
Al día siguiente salió a consultar con el sacerdote y le contó todo lo que le había
pasado. Le contestó que juntara un grupo de niños, porque era la muerte quien se
le había presentado; y al momento que toquen la puerta tenía que darles un
"peñiscón" a los niños y "así podrás salvar de tu vida", le dijo. La señora hizo lo
mismo; y la muerte le dijo: "Da gracias que estás con un grupo de angelitos, porque
si no aurita te llevamos".
Así termina el cuento. Este cuento ocurrió "en el distrito de Carumas”.

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Mitos y leyendas de Moquegua - 2013

LA MANZANA DE ORO

Érase una vez una familia conformada por tres personas, padre, madre e hija. Era
una familia humilde pero muy feliz. El padre se encargaba de mantener el hogar
durante mucho tiempo; de pronto poco a poco el padre fue enfermando y no podía
trabajar, las deudas se acumulaban día a día al punto de perder su propia casa. El
padre no pudo más y murió.
Madre e hija se quedaron solas y desamparadas en la calle pasando hambre y frío.
Pero de pronto un día por unas chacras lejanas vieron una jugosa manzana colgada.
La niña tenía tanta hambre que decidió pedirle a la dueña que se la regale, pero la
dueña no lograba ver nada; y a tanta insistencia de la niña la señora le dice: "Si
encuentras alguna manzana, ¡sácatela!, aunque lo dudo mucho ya que no es época
de que den manzanas", y diciendo esto se retiró.
La niña fue y cogió la manzana; y ambas se fueron felices a comer la manzana;
pero era raro, esta manzana no se podía comer, era tan dura que no 'se partía con
nada.
De pronto un señor que conocía de oro se les acercó y les preguntó que por qué
h.1cían tanto esfuerzo en partir la manzana. Pero éste al ver la manzana,
asombrado dijo: ¡Pero, si esta manzana toda es de oro puro!
Desde ese entonces todos los problemas de las dos se resolvieron y vivieron muy
felices para siempre.

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Mitos y leyendas de Moquegua - 2013

LA SIRENA DE
MOLLESAJA

En el anexo de Yacango se encuentran ubicadas las cataratas de Mollesaja, lugar


que es escenario de la más hermosa leyenda que a continuación le narraremos.
Se cuenta que en las llamadas "horas malas" (doce del día y doce de la noche) en
las cataratas de Mollesaja, justamente a esas horas, se aparece una hermosa
sirena, que es mitad mujer y mitad pez, cuya cola parece de una corvina, sus
cabellos son de oro puro, sus ojos son de color de agua; es tanta su belleza que si
por casualidad una persona es vista por ella, la sirena la llama, y la persona al
encontrarse encantada por su belleza le obedece, desapareciendo junto con ella
bajo las aguas de las cataratas.
Pero si una persona le escucha tocar a la sirena su guitarra, de la cual sale la más
hermosa melodía, también es encantada. La persona ve a la sirena, pero la sirena
no ve a la persona; y si la ve es llevada a la locura y para poderla curar tienen que
hacer una entrega a la sirena que consiste en dejar un gallo justamente a las
llamadas "horas malas" para que la sirena tome al gallo y sane a la persona.
Es por eso que los pobladores se conforman con dejar horas antes sus guitarras
para que cuando salga la sirena las afine tocándolas con sus melodías y cuando
.ella se va la persona que dejó su guitarra regresa a recogerla, y al tocar las
cuerdas se desprende una melodía tan encantadora como la guitarra de la sirena.
Cuando escuchen salir una melodía agradable de una guitarra que parece que la
guitarra canta es porque la sirena la ha afinado.

Isidro Luis Cuayla Página 29


Mitos y leyendas de Moquegua - 2013

LOS MÚSICOS

Hace mucho tiempo en un pueblo no muy lejano de Moquegua hubo una banda de
músicos. Cierto día un personaje poco comun fue a contratar de sus servicios, el
cual ofrecía una fuerte cantidad de dinero, con la condición de que tocaran fuera
del pueblo de Putina (hoy pueblo de BeIlavista), cerca a las faldas del volcán
Ticsani.
Llegó el día destinado, y los músicos parten, son despedidos por el pueblo y aquel
extraño personaje. Fueron muchos los días que pasaron y los músicos no
regresaron al pueblo. Preocupados por este suceso fueron a buscarlos, llegando al
nivel de la laguna, que se encuentra a faldas del Ticsani, y sintieron a lo lejos el
sonido de la música. Para verificar esto, hicieron un alto a su viaje y decidieron
seguir este sonido. El sonido provenía de una quebrada, l1egando a un
determinado sitio ellos quedaron atónitos al observar que la banda tocaba en un
punto dado de la nada; luego se abrió un cerro y uno por uno de los músicos
comenzaron a entrar, cuando entró el último, los del pueblo corrieron, pero el
cerro se cerró, y en su desesperación comenzaron a hacer un hoyo muy profundo.
En k) profundo de esa oscuridad, ellos vieron cómo los músicos tuvieron una
transformación maravillosa: habían sido encantados.
La gente del pueblo nos dice que si cuando viajamos nos concentramos,
escucharemos a los músicos.

Isidro Luis Cuayla Página 30


Mitos y leyendas de Moquegua - 2013

LA SIRENA

Cuentan que en la laguna de Pacocha existe un ser misterioso, mitad pez, mitad
mujer: es la sirena. Tiene largos y rubios cabellos adornados con peinetas de oro y
piedras preciosas, y unos ojos que adormecen a quien los mira.
Durante la estación primaveral sale a las olas de la laguna, especialmente en el sitio
denominado Desaguadero, a peinarse en una bandeja de oro. Para esto escoge los
días martes y miércoles al amanecer.
Cuando alguien va a morir ahogado, anuncia la desgracia entonando extrañas
canciones, con una voz muy melodiosa.
En ciertas temporadas se le ocurre remover las aguas de la laguna y levanta
tempestades, con el fin de hacer naufragar alguna canoa donde viaja la persona de
su simpatía, y dicen que si lo consigue arrastra a la persona hasta su palacio y lo
guarda eternamente.
Cuando las orillas de la laguna no estaban despejadas todavía, muchas criaturas
desaparecían de las chacras próximas, donde cuidaban sus maizales para que el
loro no se las coma. Se presume que siguen viviendo en la "Ciudad de la Sirena". Se
presume que allí viven llorando por la ausencia de sus madres y familiares, y se
pueden. Hacer visibles sólo en la noche de luna mala.

Isidro Luis Cuayla Página 31


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EL CONDENADO

Esta es una narración que cuentan los antiguos viajeros de Omate. Dicen que cierta
vez un viajero iba con sus animales llevando carga de un lugar a otro, pero cuando
estaba a medio camino se le apareció una perra grande con tetas prominentes y
quiso morderles, y el viajero agarró una piedra y le tiró y le cayó a la altura de las
costillas y se fue aullando.
Más tarde, y cuando ya iba oscureciendo y no podía continuar adelante buscó un
refugio en una quebrada donde podía descansar junto con sus animales. Empezó a
bajar la carga de sus animales y después arreglar su cama, y cuando se disponía a
comer, de pronto se le presentó una mujer joven, bonita y desnuda; y ambos
compartieron el fiambre y luego se echaron a dormir.
El viajero pensó aprovecharse de ella, pero cuando la estaba acariciando ella le dijo
que le dolía su cuerpo porque hace un rato él le había tirado una piedra. El viajero
se asustó mucho, y pensó que sólo podría ser un condenado y que era presa fija
para ella. El tenía que escapar, para eso era necesario mentir y le dijo que tenía
deseos de ir al baño. El condenado agarró una soga y lo amarró de la cintura, le
hizo quitar los zapatos y en esta forma lo dejó ir al baño, de rato en rato lo llamaba
y él contestaba; mientras tanto, el viajero amarró la soga a una piedra, escupió tres
veces y se echó a correr. El condenado llamaba y seguía contestando
cada vez más bajito porque la saliva de la piedra se estaba secando. El condenado
pensó que se estaba muriendo de frío y fue a verlo, pero ya no estaba. El vlajeor se
le había escapado.
Al llegar a su pueblo, él contó a sus familiares de lo ocurrido y regresaron a ver el
lugar, pero ya no estaba el condenado. Sólo hallaron restos y huesos de los
animales de viajero a medio comer.

Isidro Luis Cuayla Página 32


Mitos y leyendas de Moquegua - 2013

EL CHUYACHAQUI

El relato de tradición oral que a continuación les voy a narrar, es un relato que
desde muy niña lo escuché en mi tierra.
Cuentan los antiguos moradores del pueblo de Iberia, pueblo que se encuentra en
Moquegua.
En estos pueblos de Moquegua se cree mucho en los duendes. Cuentan que una
señora se fue al pozo a lavar, llevando consigo al menor de sus hijitos ya que no
podía dejarlo en su casa solo; mientras la señora lavaba, el niño jugaba alrededor
del pozo. De pronto no escuchó la voz de su niño y se fue a buscarlo y vio que un
hombre pequeño con un sombrero muy grande iba corriendo y el niño lo
perseguía, perdiéndose cada vez más en el monte.
La madre corría desesperada para poder alcanzarlo, pero se dio cuenta que era
inútil, y como ella ya había escuchado hablar acerca del chuyachaqui, que hace que
las personas lo persigan hacia adentro de la selva en la cual uño se va perdiendo,
regresó al pueblo a contar dicho suceso a la policía. Saliendo una brigada de
rescate para encontrar al niño, pero dicha brigada no encontró al niño. Luego
buscaron a personas que conocen la Moquegua para que puedan rescatar al niño
que supuestamente se encontraba perdido en medio de Moquegua.
Relatan que el niño fue encontrado a los cinco días en estado de deshidratación y
muy asustado, casi loco y con heridas en el cuerpo ya que se había rasguñado con
las espinas de las plantas.
Gracias a Dios, esta señora pudo recuperar a su niño. Cabe decir que en Moquegua
la gente es muy creyente de estos sucesos que tienen algo mágico, por eso siempre
recomiendan no dejar solos a los niños, porque se los puede robar el chuyachaqui.

Isidro Luis Cuayla Página 33


Mitos y leyendas de Moquegua - 2013

LA QUEBRADA ENCANTADA

Hace mucho tiempo, en el distrito de Calacoa, había una quebrada terrible que se
encontraba a sólo cuarentaicinco minutos de camino del pueblo. Los vecinos del
pueblo decían que no podían entrar fácilmente a esa quebrada; que la persona que
entraba allí se enfermaba y luego de mucho sufrimiento terminaba muriendo.
Un día, un señor que no le tenía miedo a la muerte, que se le conocía por su coraje,
entró a la quebrada, y cuando estaba a la mitad de la quebrada vio que en las
aguas del río estaban bañándose unas hermosas chanchitas rosadas, yen las orillas
muchos gallos cantaban. Al ver esto, se regresó al pueblo, pero no le contó nada a
nadie. Y este señor fue el único que no se enfermó.
La meta o la ambición que quería eran de convertir a la quebrada en una chacra; lo
que al final logró; pero mientras convertía la quebrada en chacra vio muchas cosas.
Pero lo que más le sirvió fue que cuando se encontraba hachando los montes,
escuchó unas voces como si la quebrada estuviera hablando. El hombre prestó
atención y escuchó decir que los hombres eran callados, que a la quebrada le
gustaba la gente que silbaba, que cantaba; por eso sólo no hacía daño a quien
entraba silbando o cantando. Al oír esto,

Isidro Luis Cuayla Página 34


Mitos y leyendas de Moquegua - 2013

EL HOMBRE SALVAJE

Dicen que era un bebe recién nacido de padre español y madre india de la antigua
Moquegua, su pareja la abandona por temor de recibir castigo de sus superiores
por evadir sus normas y principios, decidió abandonarlos a ella y a su bebe,
entonces su madre al temor de vergüenza abandonó a su hijito: con el propósito
que muera muy lejos del asentamiento humano en que vivía, en un lugar cerca de
las montañas donde todo estaba aislado, mas el bebe fue criado y alimentado por
todos los animales del abandono. Los lobos se encargaron de darle hasta su más
mínimo de calor y de enseñarle sus hazañas de acecho.
Dicen que este hombre había crecido con todas las características de un animal
salvaje, que paseaba por las noches por las chacras de la aldea cercana y los
montes y cerros cercanos. Este hombre solía devorar todo lo que encontraba a su
paso, los campesinos de la localidad estaba preocupados en un centenar de veces
por ello estaban en alerta, por la desaparición de sus frutos animales sombríos.
Intentaron atraparlo y mucho menos matarlo.
Dicen que en este diario y despiadado acecho, todos los comuneros de la localidad
se reunieron con el solo ideal de atraparlo, después de tantos intentos a pie y a
caballo lograron atraparlo y posteriormente rodearlo, al atraparlo lo ataron con
sogas y cadenas para que no se escapara y no cometiera perjuicio alguno, lo
raparon toda la piel.
Dicen que cuando su madre paso cerca de él, una extraña pinzada le hizo
estremecer su cuerda y fastidiar su corazón, le latía un sentimiento de atracción de
aquel , era su mismo instinto de madre que la llevo a acercarse al hombre salvaje y
hablarle sin temerle asi una y varias veces su madre solía frecuentarlo en hora de
visita, unas veces trayéndole comida otras dándole de beber, de tanto visitarlo un
día se dio con la ingrata sorpresa que el había escapado .
Dicen que desde aquella ves su madre llora de arrepentimiento y remordimientos,
lo anduvo buscando por todo lugar pero sin respuesta, hasta que unos hombres
contaron haber encontrado solo los restos del hombre salvaje, su madre enterada
de aquella nota, partió en busca de los restos de su hijo para enterrarlos en un
ataúd y una tumba decente, cuando llego al lugar no encontró nada ni sus huesos,
la mujer se echo a llorar y cuenta que hasta ahora se aparece buscando ah su hijo
el hombre salvaje.

Isidro Luis Cuayla Página 35


Mitos y leyendas de Moquegua - 2013

EL GRAN TESORO

Cuentan que haces muchos años llego a Ilo un omateño que rápidamente
aprendió los secretos del buceo y la extracción de mariscos.

Norberto, que asi se llamaba, desde su juventud arrastraba una terrible obsesión:
la de encontrar un tesoro para salir de pobre en su chacra allá en Quinistaquillas,
a cada rato se le aparecían las famosas llamitas y él presuroso sacaba una
herramienta para cavar en el lugar. Previamente se roseaba todo el cuerpo con un
vinagre apestoso. ¡zas! Y no había nada, de repente mas al fondo había otra
llamita, corre que corre ...cava que cava y .....¡nada!. dejaba su chacra llena de
huecos, como si muchos presos excavaban los suyos para escapar de su encierro.
Exhausto, regresaba a su casa. se echaba en la cama. Mientras al rincón ¡otra
llamita!. Ese es mi tesoro, dale que dale con el pico, por alla hay mas llamitas. Mas
huecos. En las paredes también. Abajo con ellas. ¡cataplummmm!, Sé cayo la
pequeña estancia, él testarudo sale raspando de entre los escombros.

Los pobladores creyéndolo loco y creyéndole un mal ejemplo para sus niños le
obligaron a marcharse lejos. es asi como en su peregrinaje llega a mi puerto
querido.
...Una tarde cuando se encontraba laborando en una de las grandes peñas que se
hallaban ubicadas frente ah la playa Montecarlo o boca de río se sumergió a mayor
profundidad. Imprevistamente se le parece imprevistamente se le aparece
nuevamente esa llamita. No lo había deseado. Esto no era la chacra. Pero allí
estaba era su suerte, acercándose dudando un poco. Una entrada se abría entre la
pared rocosa. ¡oh, un cofre lleno de monedas de oro!. Siente que le falta aire, aire
¡Jesus! ; ¡dios mio!. En su desesperación coje algunas monedas ¡epa que pasa ¡ . un
remolino diabólico que en vez que atraer a su presa lo expulsa a la superficie
marina lanzando a Norberto contra las rocas.
Convaleciente observa a su alrededor. El sol rayaba por el este ¡que raro!, ¿Estaba
amaneciendo acaso? . Se lanzo al agua helada sorpresivamente llego a las arenas
de las playas con algunos huesos rotos y un brazo partido. Siente que sus brazos
no le responden, las fuerzas lo abandonan, mira sus manos están arrugadas y
envejecidas hasta la piel. La barriga hinchada por tragas ese líquido salino.
Temblante, caminaba con su gran tesoro cerrado en el puño. Se dirige a un
conocido edificio, un viejo canoso y blancon lo ayuda. No resiste mucho. Cae como
fardo pesado al subir la tercera grada. Abre sus rugosas manos. Siete monedas
gruesas de oro puro. No puede creer el viejo, grita llamando ah su esposa e hijos.
Norberto ahora tenia en cabello pintado de oro y plata. balbuceaba. ¡allá en la

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Mitos y leyendas de Moquegua - 2013
peña dentro de una gruta, hay muchas mas ....muchas mas alla ...en el fondo...alla
¡! Ahi quedo petrificado. ojos abiertos, boca babeante, abierta.
El viejo sobrecogió ordeno a sus hijos guardaran el secreto, prohibido tajante
mente a que se atrevieran a buscar el tesoro peligroso.
Corrió la voz. Muchos explotaron pero sin suerte, el tesoro se a perdido. Toman
una cerveza y meditan. ¡vaya suerte ¡, dice uno , al menos estoy con vida y eso me
basta

Isidro Luis Cuayla Página 37


Mitos y leyendas de Moquegua - 2013

LA VIUDA

Asi como cuentan las historias de brujas malas brujas que se convertían en
serpientes para hacer daño, también cuentan de otras personas que preconizaban
el bien.
Esta es la historia de una viuda que vistió eternamente de negro.
hubo un tiempo que la peste que la gripe se propago como reguero de pólvora en
la serena Moquegua. Faltaban cajones y nichos para enterrar a los muertos
infectados.
había un medico que luchaba denodadamente por recuperar a los enfermos. La
carencia de medicinas y la falta de ambientes en el hospital acabaron con su buena
intención.
El presidente de la republica al enterarse se esta peste, ordenó al ejercito rodear
las posibles entradas y salidas de a ciudad, imponiendo un estado de guerra.
Cualquiera que escapara de la zona en cuarentena era ultimado a tiros.
Se acostumbro por entonces hacer una historia de un personaje ministerios para
ello educar a los niños y jóvenes, acerca de cómo prevenir la enfermedad. Pero
aun así no hacían caso y seguían muriendo como moscas.
No faltó otra angustia, contaban los vecinos que una noche se les cruzo una
estilizada silueta negra de una mujer alta, quien raudamente le hizo humo a un
muro liso. Era la misteriosa vida que desde hace cien años no aparecía.
Toda la población llego a enterarse y era la comidilla en cuanta reunión se conocía;
desayuno, almuerzo y comida. Algunas acudieron a la iglesia a pedir santa
protección.
De repente se les prendió el foco a padres, abuelos y maestros, para educar con
mas rozón a los incorregibles. Decían que era una condenada. Venia a a ciudad
para motivar el miedo a recordar a Dios porque muchos se habían olvidado de él. A
los jóvenes y a niños les rajaba con una surreaga llena de púas que uso su marido
cuando en vida fue arriero, para que se porten bien y hagan caso a las indicaciones
de sus mayores. Si estos aun asi daban su brazo a torcer, la viuda se los llevaba al
infierno para convertirlos en condenados.
El miedo cundió y el ejemplo se propago . muy pronto los grandes y chicos
colaboraban para erradicar el mal. El ejercito al evaluar la nueva situación, viendo
que no había peligro, levantaron al estado de emergencia.
A la noche siguiente, el abuelo vino con la noticia que osados varones atraparon a
la viuda, que era nada mas ni menos un conocido habitante de Moquegua.
Solo queda el recuerdo lacerante de aquellas carretas atascadas que rebalsaban de
muertos camino al cementerio y la gran cantidad de trajes de luto que abundaron
en esa ingrata época.

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SHYLOCK

Cuenta el historiador Paz Soldan que un coronel alegando que conocía el terreno,
con insistente y clamor había solicitado que se le conceda la defensa de los pasos
por donde el enemigo podía llegar a esos cerros: pero cuando este hizo su
aparición, el coronel Fulano no los vio y los chilenos cayeron de sorpresa sobre la
división peruana.
Esto no debe de sorprender, pues a menudo ocurre cuando no se observa la
campaña la austeridad que la situación requiere. Por aquello días dragoneaba en
Moquegua la cejona. Hetaira chilena que andaba con los militares peruanos y
fomentaba bailes y partidos campestres, lo que una vez mas demuestra que la
quimba columna es vieja como el mundo.
Después de triunfar en los Ángeles el ejercito vencedor ocupo Moquegua y
procedió metódicamente a arruinarla; y las barricas de vino de las bodegas fueron
volcadas , para que se perdiera el licor riqueza única de la provincia.
Desde este momento comenzaron los sufrimientos de esa ciudad, tan azotada por
la naturaleza y por el hombre y tan olvidada por los gobiernos. Todavía hubo que
sufrir dos veces los cupos del invasor, dio mucha pena de ser entregados por las
llamas. En la segunda oportunidad se coloco un tabladillo en la plaza principal para
recibir en alhajas y vajilla el monto del cupo, por no haber dinero constante desde
el anterior pero los chilenos disponían del mitológico tonel de las danaidas, que
nunca se llenaba y las piezas de plata desaparecían antes de llegar a la balanza.
En la noche reuniéronse vecinos notables para resolver el caso, pues si antes de
medio dia no se entregaba la suma requerida la ciudad ardería. Cuando mas lejana
estaba la solución, presentase Manuel X...muchacho calavera y de nobles
sentimientos , hijo del campesino quine logró presta el dinero a las viudas
moqueguanas.

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UN MILAGRO DE SANTA FORTUNATA I

Cuentan que una tarde un señor que venia viajando por la panamericana sur de
arequipa a Tacna, en una se le averió el vehículo a causa de una pieza mal que no
se podía arreglar por medios caseros, la avería necesitaba de un repuesto nuevo
(uno sabe por experiencia propia que en carretera nadie para ah ayudar al prójimo)
comenzó a pedir ayuda a cada vehículo que pasaba pero nadie paraba, estaba alli
parado al lado de la carretera or espacio de dos horas, hasta que se diviso a los
lejos un auto le hizo las señas para que preste el auto se estaciono a un costado de
la pista, se abrió la puerta y bajo una hermosa señorita que le pregunto que es lo
que sucedía, el señor le contesto que se le había malogrado una pieza de su auto,
la señorita regreso a su auto y al dirigirse donde el estaba se acerco con el nuevo
repuesto que suplanto al malogrado el carro quedo bien y el señor en señal de
agradecimiento le pregunto a donde se dirigía ella contesto que a Moquegua, él le
dijo que se dirigía a Tacna y que al regreso le iba a devolver el repuesto de su auto ,
la señorita le dio su dirección a los 5 dias regreso de Tacna y busco la casa que
decía la dirección y la cual seria su sorpresa que la dirección que buscaba era la
iglesia de santo domingo y cuando ingreso se tuvo donde estaba la urna de la
virgen Santa Fortunata y se quedo pasmado cuando vio que era la misma
muchacha que le había ayudado en la carretera , a partir de ese momento el seño
todos los 14 de octubre esta presente en las festividades de santa Fortunata

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MILAGRO DE SANTA
FORTUNATA II

Cuentan que cierta vez hace muchísimos años, una pareja de norteamericanos
viajan en plan de turismo por todo el sur del Perú,
Estando su camioneta a la altura del puente Montalvo, sufrieron una aparatosa
volcadura quedando en un pequeño barranca.
Felizmente no sufrieron lesión alguna, pero el vehículo estaba con las llantas
mirando al cielo. Eran las seis de la tarde y nadie quería ayudarles,
Los accidentados resignados a soportar las inclemencias del valle moqueguano, se
sentaron al borde de la carretera.
Siendo un poco avanzada la noche apareció un vehículo que iba en sentido
contrario. Sin que ellos mediaran palabra alguna la camioneta se detuvo. De ella
bajaron varios hombres dirigidos por una sináptica señora.
Los yanquis sorprendidos pensaron que alguien le había dado el avisó de alerta y
socorro . la señora le dijo que venia a rescatar la camioneta. Sacaron varias
herramientas y rápidamente empezaron ah remolcar el vehículo en cuestión.
Cuando estuvo sobre la carretera, los turistas sacaron varios dólares para pagar el
sevicio. La señora se opuso.
...¡he venido tan solo a ayudarles! Quiero que ustedes sean agradecidos con este
pueblo de Moquegua, que no sean ciegos e ingratos y pasen a conocer Moquegua
una hermosa ciudad
Dicho esto, les encargo las herramientas para que la entregaran a una señora que
vivía en la calle ayacucho, en no se que numero de casa . la señora se retiro con sus
muchachos perdiéndose en la oscuridad del camino, los viajeros enrumbaron ah
Moquegua .Era muy tarde y la cuidad estaba desierta los gringos pasaron la noche
dentro de su camioneta
Al día siguiente procedieron a la búsqueda, recorriéndola pequeña ciudad. Al no
hallar la dirección, preguntaron por el nombre de la ciudad. Le señalaron una casa
frente a la iglesia de santo domingo, cuado indagaron por el nombre de la señora,
de repuesta recibieron q que ya había muerto hacia ya mucho tiempo
Quedaron perplejos. no sabían los dueños de la casa les aconsejaron que las
donaran a la iglesia. Al ingresar a dicho lugar que en esos momentos esta lleno de
fieles, se limitaron a observar los ambientes. De pronto reconocieron el rostro a de
lo que los impresiono muchísimo y ese rostro era el de la señora, y los demás
santos los ayuden.

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UN MILAGRO EN MAOMIL
Érase una vez una ciudad llamada Maomil, donde todos sus pobladores eran
pobres, pero, no solo se bienes materiales sino también espirituales, por la
penurias y desgracias ocurridas a raíz de una inundación, que los dejó
incomunicados con los pueblos aledaños y que no les permitía contar con
alimentos suficientes para el sustento diario de sus familiares; vivían una vida
alejada de Dios, no obstante antes haber sido un pueblo muy religioso y con
muchas creencias, herencia de sus antepasados.
Entre todos los habitantes del Maomil había una familia que pese a los abatares de
la naturaleza conservaba su fe en Dios, eran los mas pobres, vivían en la choza mas
pequeña del pueblo, solo contaban con una pequeña parcela donde el padre
sembraba y con una cabrita llamada Campanita que les proveía de leche todos los
días a los hijos de esta familia, José de 3 años y Lucerito de 8 años.
Lucerito era una niña muy juiciosa que gustaba mucho de las historias de los santos
que su madre le contaba y que soñaba con venir a la capital del departamento,
para conocer el gran templo y todos los santos de los que su madre le hababa
especialmente a Santa Fortunata, ya que su madre le había dicho que se
encontraba en cuerpo presente.
Los días transcurrieron en Maomil y era ya 8 de octubre, el sol resplandeciente en
el cielo y cuando el padre de Lucerito fue a ordeñar a la cabra se encontró con que
la leche era menos de normal y estaba tirada en el pasto sin poder levantarse.
Corrió a avisarle a su esposa la que vino a ver a Campanita, pero ya que pueblo no
contaba con un veterinario, se tendría que resignar a perderla (aunque la señora
rogaba en silencio a dios por la vida de la cabrita).
El padre de Lucerito continuaba trabajando, cultivando para que su parcela cuando
de repente sufre una especie de desmayo quedando paralizado medio cuerpo y
postrado en cama, por lo que Lucerito y su mamá deciden ir a trabajar al campo.
Encontrándose Lucerito y su madre laborando en el campo la mañana del 10 de
octubre de pronto ven una luz resplandeciente que bordea la silueta de un ángel,
luego la silueta de materializa y es una bella dama de perfil griego vestida con una
túnica crema que se acerca a Lucerito y le entrega 10 monedas de oro exclamando:
“Ven a mí” y desaparece enseguida. Madre en hija quedaron sorprendidas por tal
aparición y solo atinaron a arrodillarse en señal de oración; cuando Lucerito levanta
la vista ve una foto en la tierra que luego su madre identifica como la de Santa
Fortunata.
Las dos regresaron muy contentas y emocionadas a contar lo sucedido a los demás
pobladores quienes no les creen nada de lo acontecido, tan solo el padre de
Lucerito que apenas si podía hablar les indica que vendan las monedas de oro y

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vayan a la capital y asi llo hace la señora, pero a cambio de la monedas solo recibió:
papas, maíz y una yegua que es lo que pedía ella para cabalgar hacia la capital.

EL MILAGRO
DEL CERRO BAUL
A mediados del siglo XIX, los panaderos de Torata Yacango, venían con sus mulas
hasta la ciudad de Moquegua por el camino de herradura y cuando uno de ellos
venía solo algunas veces y otras acompañado por otros comuneros, se sabe que
una vez en su diario trajinar hallábase pasando por la faldas del Cerro Baúl cuando
de pronto al levantar la vista vio que dos señoras de edad que se acercaban cada
vez mas y mas hacia nosotros.
Mas luego casi juntos le pidieron al sumiso Pancho que le regalaran dos panes a
cambio de uno kilo de naranjas porque no tenia dinero, el pobre al verlas con las
caritas demacradas y ver en sus rostros la figura de su madre aceptó el trato.
Después de una horas cuando el panadero acabó de vender el pan regresó a su
triste choza y encontró que su madre se encontraba enferma desde hace mucho,
rendida en su tarima aguardando el día final y fue alli que el hijo contó lo sucedido,
hecho que le hizo recordar que había traído consigo naranjas y cuando metía la
mano al bolso se dio con la gran sorpresa que no eran naranjas sino billas de oro.
El hombre el aquel momento no supo atar no desatar y allí un rato atolondrado
conjuntamente con su madre se quedaron mirando fijamente sin decir nada hasta
que poco a poco fueron volviendo en sí con la sonrisa entre los labios contagiados
de felicidad.
Asi pues con todo aquel dineral el buen hijo hizo curar a su madre con los mejores
medicos y se limitaron a vivir humildemente ayudando a quienes necesitaban en su
presentable guarida

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LA MUJER PAVA
En una casa situada en una esquina de la Plaza de Armas de nuestra ciudad viva
una señora junto a su esposo, él siempre que salía de su casa acostumbraba
regresar tarde por muchas razones, que además sin motivo alguno casi siempre
maltrataba sin compasión a su esposa.
Por mucho tiempo no entendía la razón de la actitud de su esposo, pero después
las malas lenguas le informaron algunas cosas nada buenas, fue así que llegó a
dudar de su cónyuge y pensar que quizá la engañaba con otra mujer. Así que sin
más espera la pobre acudió a un hombre de malas artes es decir un brujo a quien
pidió que la convirtiera en pava para comprobar si en realidad su esposo andaba
tras las faldas de otra mujer. El brujo bajo un buen sortilegio de monedas como
pago le alcanzó una botellita de líquido que la convertiría en pava por espacio de
10 horas aproximadamente, la mujer con el elixir milagroso en manos salió de
aquella cabaña y regresó a su casa.
Al día siguiente cuando por la noche su esposo salió a buscar a su amante, la
cónyuge sin que él se diera cuenta lo persiguió convertida en pava y ya en el lugar
del encuentro, en parque de la Alameda, fue sorprendida por dos policías quienes
atraídos por el animal empezaron a corretearla, hasta que la atraparon, luego la
llevaron a la comandancia de la policía y la metieron en una celda, murmurando
que si nadie la reclamaba hasta el próximo día la matarían para preparar una
comida.
La idea solo quedó en la imaginación de los policías puesto que al día siguiente se
cumplió el encanto y la pava se había convertido de nuevo en una hermosa mujer
completamente desnuda que puso los pelos en punta a los ingenuos policías que
pensaban devorársela, sin más contratiempos ella les explicó el hecho al detalle a
los policías quienes sin pérdida de tiempo le alcanzaron unas ropas para que se
vistiera y luego la soltaron, la pobre con paso lerdo se perfiló hacia su casa
tristemente por todo lo que había visto y hecho prometiéndose a si mismo corregir
su error.

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LA PAVA 2
Cuentan los habitantes de Moquegua que hace tiempo, en forma diaria aparecía a
las 12 de la noche una pava de color negro, muchas veces la quisieron atrapar pero
era muy difícil ya que cada vez que lo intentaban esta escapaba sin ninguna
dificultad, burlando a sus captores y quitando siempre en libertad.
En la plaza, en una de sus esquinas todas las noches había un policía que cuidaba
por el orden y tranquilidad de los pobladores todas las noches, este policía estuvo
presente en todas las persecuciones que se le había hecho a la pava y se había
dado cuenta por donde era que se escapaba. Una noche trazó un plan para
atraparla, hizo una trampa y esperó a que llegase. En efecto siendo las 12 de la
noche se concretizó el plan Éste contento por haber logrado, lo que muchos no
pudieron hacer, la llevó a calabozo de la comisaría y la encerró dándole un poco de
comida para que a la mañana siguiente fuese objeto de un suculento almuerzo.
Al día siguiente, cuando fueron a ver a la pava para matarla, grande fue el asombro
cuando encontraron en el calabozo en lugar de la pava a una mujer desnuda de
cabellos muy largos, dicha mujer era la esposa de un conocido doctor de la ciudad
de Moquegua.
Esta historia fue prohibida de contar por mucho tiempo pero siendo ya siglos de
ocurrida creo que es oportuno que la sepan.

LA CABEZA
Contaba m bisabuela que cuando iban a pastear el ganado por las lomas de
Cuajone, por las noches cuando estaba montada en el caballo veía a loe lejos la
enorme sombra de una cabeza que gritaba en forma aterradora y cantaba
GUACACACA al sentir estos gritos, los animales se mostraban como enloquecidos,
los caballos se paraban de dos patas, asustados, si alguien la remedaba, la cabeza
gritaba mucho mas fuerte encolerizada; a veces lo hacía como una zorra. Cuando
hacía su aparición esta cabeza hacía mucho ruido dejando a su paso gotas de
sangre coagulada de manera asquerosa, los ganaderos de la zona estaban
acostumbrados a estos encuentros sobrenaturales pero en el fondo siempre se
mostraban temerosos a lo desconocido.

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LA MUJER PAVA

Se comenta hace mucho que el distrito de Samegua, vivía una mujer con un
extraño poder, ella era esposa de un cumplidor campesino teniendo además dos
hijos.
Se cuenta que dicha mujer aprovechando el demasiado cansancio de su esposo y
el profundo sueño del mismo, solía salir de su casa todos los días a media noche
para dirigirse al cementerio hasta que una vez cuando se aprestaba a salir se dice
que hizo fuetes ruidos en la puerta que conmovió a su cónyuge, el mismo que al
comprobar la ausencia de su mujer y creyendo que esta la engañaba de aprestó a
esperarla, soñoliento la vio arribar después de tanta espera en horas matinales.
Aquella vez fungiendo estar dormido, dejó que se acueste sin decirle nada, mas ya
al amanecer el pobre preocupado decidió descubrir porqué su mujer salía a esas
horas para lo cual esperó la hora de salida de su esposa, al mujer como adivinando
la decisión de su marido, optó por no salir aquella noche; Por lo que cundió mas la
expectativa del hombre.
Al día siguiente mas preocupado que nunca después de larga espera emprendió su
pecaminoso seguimiento, viendo como su mujer cuidadosamente avanzaba hacia
el cementerio; y ya frente a él hacía su ingreso por la parte de atrás, la misma que
posándose en uno de los nichos de un difunto recién nacido sacaba unos utensilios
especie de herramientas que llevaba consigo y empezó a mover la tapa hasta que
la sacó, más luego forcejeando la caja del muertito, tras duros intentos logró
destaparla, extrajo el cadáver y con un cuchillo le arrebató el corazón para
finalmente comérselo.
Su esposo al ver todo esto horrorizado salió inmediatamente del cementerio y
temiendo que un día hiciera lo mismo con sus hijos, corrió a su casa sacó a sus hijos
y se dirigió al puesto policial a presentar una denuncia sobre todo lo que había
visto.
Los policías poco creyentes de los oído, se alistaron incrédulamente a fin de
complacer al desesperado denunciante y partieron a constatar los hechos,
llegando a comprobar el mismo por el cadáver descuartizado y sin el corazón que
hallaron en el suelo, por lo que seguidamente prosiguieron con la investigación.
La víctima conocedora de su búsqueda desapareció por un tiempo de la ciudad y de
la vista de todos, hasta que después de mucho tiempo de dice que salió
nuevamente a hacer sus acostumbrados recorridos, esto no duró mucho tiempo
pues fue detenida por los policías y luego llevada a la cárcel, para ser investigada.
Al día siguiente cuando unos policías fueron a la celda a sacarla para su
juzgamiento se dieron con la sorpresa de hallarla convertida en una pava, por lo

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Mitos y leyendas de Moquegua - 2013
que los desconcertados policías aterrorizados decidieron quemarla, para lo cual
tuvieron que amarrarla y en aquel mismo momento dicen que desapareció sin
dejar huella alguna y todo esto ante la atónita mirada de todos los asustados
policías, nunca mas se supo de ella aunque recomiendan que anden con mucho
cuidado porque podrían tropezar con ella.

EL MANANTIAL DEL CURA

Cuentan los antiguos pobladores de Yalagua que en el lugar denominado Exageni;


cálido lugar y muy frígido en invierno, lugar situado camino a Lloque donde se
produjo un singular encantamiento, hecho que rodea de misterio al lugar.
Era aproximadamente el año 30 en que llega al pueblo de Yalagua un
representante de la Iglesia el padre Salas a quien la comunidad recibe con algarabía
ya que por fin la iglesia del pueblo contaría con los oficios de misa y fiestas
patronales de procesión, no asó mucho tiempo en que el padre Salas conquistó la
voluntad de los comuneros, a quien cada uno de los ellos contaban sus angustias,
esperanzas y pecados en busca del perdón de Dios y asi transcurre el tiempo y el
padre Salas se habitúa a la vida rutinaria del pueblo y solía tomar baños nocturnos
en las cálidas aguas termales de Exageni a las 12 de la noche hasta que la soledad
conduce al padre Salas a romper con sus principios de hombre espiritual y pastor
de campesinos habidos de escuchar sus sermones y se convierte en un “Don Juan”
donde a cada pueblo que acudía escogía para si a las muchachas mas bonitas del
lugar para que lo atiendan y complazcan sus caprichos, y poco a poco fue
cambiando la transparencia de su vida en oscuras y pecaminosas, lo que consternó
a los fieles, quienes debilitaron su fe y se escandalizaron al saber que el paso del
padre Salas por Yalagua deja el fruto de un hijo cuya vida se prolonga hasta hoy.
Pero la vida tenía separad al padre Salas una misteriosa desaparición ya que uno de
sus habituales baños nocturnos al bajar por la quebrada se quedó convertido el
roca. Al dia siguiente los pobladores se percataron de su desaparición e
inmediatamente se dirigieron al mencionado lugar donde enmudecieron al divisar
una inmensa roca cuyas formas describen al padre de sotana y cordón a lo cual
atribuyeron este hecho como castigo de Dios por la vida que estaba llevando, lo
que ofendió a Dios Taita Padre.

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Mitos y leyendas de Moquegua - 2013

LOS ANGELES

En un sitio lejano denominado Moquechua se encontraba habitado una casona


donde vivía una familia española, eran cuatro los que conformaban la familia.
El hijo mayor muy engreído por su padre, egoísta bruto al igual que su padre,
mientras que su hermana era una bella y por su dulzura y bondad le decían Ángel.
La gente que vivía alrededor de esa familia temían al padre por su carácter
enérgico y autoritario que hacía trabajar a los hombres como animales a los que
solo les pagaba una miseria.
Aquel que no trabajase tenía su castigo que a veces le ocasionaba la muerte.
Pasaron los años y seguía igual; ya mayores los dos hermanos quedaron huérfanos,
el mayor ocupaba el cargo de su padre sin contar con su hermana,.
Pitusiara que asi se llamaba Angel, seguía aun bella, con sus trenzas hasta la
cintura, sus mejillas rojizas sufría mucho por lo malo que era su hermano y más aún
cuando se enteró del casamiento que le había propuesto su hermano. Ella no
quería porque era viejo y abusivo, esa misma anoche decidió escapar a ocultas sin
que nadie supiera nada. Caminó...sin rumbo, se perdió, pasó hambre, frio y no tuvo
mas remedio que trabajar y es ahí donde supo lo que era el sufrir y que ella no lo
conoció cuando vivía con su familia.
Aquí conoció a un joven que le ayudaba en todo y él le propuso casamiento. Su
hermano que la buscaba con otros hombres, supo donde se encontraba y que se
iba a casar, los tomó prisioneros, el joven es desterrado y a Pitusira le ordena que
se case con el elegido por él. Ängel ya vestida con el traje de novia, se acordó que
cuando estuvo en el pueblo había conocido a un hombre anciano, que sabía de
hechizos y en secreto mandó a llamarlo, le pidió que hiciera algo para impedir ese
matrimonio, y el le dijo que solo había una salida...ella aseguró bien la puerta
porque la estaban llamando ya para la ceremonia y sabía que de alguna forma iban
a abrir la puerta si no salía.
El brujo convirtió a Pitusira en un ave, lo mismo que a un novio en el lugar en el
lugar que se encontrase, y que luego estarían siempre juntos.
Para perennizar ese amor puro, convirtió a la mujer en un cerro y al hombre en un
río que esta rodeado de árboles, flores y junto con animales.
La gente que vivía en ese sitio supo de la historia de los dos y por eso se llama ese
sitio LOS ANGELES, porque además que le decían Angel a Pitusira por sus modales y
sentimientos angelicales, en el pueblo también lo querían mucho a Mariano
porque era bueno y ayudaba a quienes lo necesitaban y le decían esta frase: “Oh
que bueno es, parece un Angel”

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Mitos y leyendas de Moquegua - 2013

SEMILLITAS MAS QUE ORO


Hace mucho tiempo en las faldas de un hermoso e imponente cerro llamado
“MUGIA” había un pequeño valle llamado “YACANGO” en donde todas sus casitas
eran de adobe con techo de mojinete, en una de ellas vivían dos hermanitos cuyos
nombres eran: Hector y Fiorela. Ambos vivían solos, puesto que eran huérfanos y
se alimentaban de la fruta que les proporcionaba la naturaleza, con el paso del
tiempo llegaron a conocer los secretos de esta región, en la que cada vez se
internaban mas y mas y así hasta que cierta noche de luna llena después de haber
caminado mucho, llegaron a orillas del río que queda en las faldas del “Cerro Baúl”
-¡Oh! Que larga caminata para llegar hasta aquí, dijo Hector.
-Yo tengo mucha sed - contesto Fiorela.
Estaban calmando sus sed con las aguas frescas aguas de ese río, cuando vieron
que bajaba un toro negro que arrastraba una cadena de oro.
- Que hermoso y grande es dijo Fiorela.
- De donde vendrá? Se preguntó Hector.
Al ver que el toro negro se acercaba al sitio donde ellos estaban Hector y Fiorela
lograron er como el toro calmaba su sed en este río. Los dos hermanos trataron de
seguir al toro, pero este, con gran agilidad y destreza desapareció por entre las
sombras, logrando evadir a sus perseguidores, esto sucedió durante varias noches
de luna llena, hasta que la curiosidad de estos dos hermanos llegó a su límite y
decidieron seguir al toro hasta su morada. Vieron que éste se dirigía al Cerro Baúl y
que al llegar casi al centro de ese cerro se abría una gran puerta por donde entraba
a su interior. ¡Caracoles! Qué es eso? Preguntó Hector asombrado.
¡Mira por ahí entra el toro! Contestó Fiorela.
Y lograron entrar a la cueva donde encontraron un gran tesoro.
- ¡Oh! Que grande es esto, se admiraba Fiorela, mientras que Hector se dedicaba a
mirar y buscar en la cueva hasta que descubrió unos baúles llenos de oro y otros
llenos de semillas de maíz. Llevábamos el oro – Se apresuró a decir Fiorela.
- ¡No! Mejor las semillas, porque si las sembramos y las regamos van a crecer y
darán frescura al valle, vamos a tener muchos costalillos de maíz para que todos
puedan comer, explicó Hector. Con esto convenció a Fiorela y se llenaron los
bolsillos con la mayor cantidad de semilla de maíz, pues para ellos tenían
importancia que el oro.
Lograron salir de la cueva con las semillas y las repartieron entre los pobladores de
YACANGO, los que esperaron el verano para poder plantarlas después de
cultivarlas y cuidarlas muy bien tuvieron una gran cosecha.
De este modo nació la agricultura en el valle de Moquegua.

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Mitos y leyendas de Moquegua - 2013

DE CÓMO SE HACEN
RICOS EN MOQUEGUA

Cuentan varios ancianos que antes en Moquegua vivía un sencillo y prominente


comerciante,. De allí no pasaba con el esfuerzo de su trabajo y de muchos años por
supuesto, consiguió comprarse un viejo cacharro que se le suavizó un poco a sus
gastos y sufrimientos de movilidad.
Sucedió que una mañana, mientras este conocido personaje se trasladaba en uno
de sus constantes viajes a Arequipa, por la que trabajosamente caminaba en
dirección opuesta, cargando un saquillo de harina con extrañas cosas, levantó la
mano y el conductor se detuvo, estoy cansado y tengo hambre, le dijo, el joven
estaba indeciso porque le urgía estar en Arequipa lo mas pronto posible.
El viajo daba muestras de gran sufrimiento y empezó a sentirse mal. Vaya
problema, pensaba el muchacho.
Ya de vuelta rumbo a Moquegua nuevamente en el trayecto, el que parecía un
misterioso pordiosero le entregó el saquillo pesado, guárdamelo hasta el regreso le
decía, dejó de respirar y en medio de una convulsión temblorosa falleció. El
muchacho se asustó mucho de manera que apenas llegó a su hogar llamó
cuidadosamente a su familia. Escondió la talega no sin antes curiosear su contenido
y cuando dejó de cuidar por un momento sus ojos estaban medios virolos.
Motivado por no se que o quien maquinó un plan para enterrar al friolento cuerpo.
Hizo todos los trámites de ley y depositó el féretro en una lápida que
señalaba...pero con fecha de deceso.
Pasó un buen tiempo cuando de la noche a la mañana nuestro personaje central
comenzó a dar muestras de gran riqueza y solvencia económica.
Levantó en un dos por tres su edificio sito en una calle céntrica de la ciudad y otras
casitas mas.
No lo conoce ni lo reconoce que yo se quien es...vaya usted a saberlo.

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Mitos y leyendas de Moquegua - 2013

EL PECECITO DE PLATA

En Ilo, en medio del mar había una península estrecha que se comunica con la
costa. Allá dentro de una choza casi derruida por el tiempo vivía una pareja de
ancianos que eran muy pero muy pobres.
La única herramienta que tenía el viejo para trabajar para trabajar era una red un
tanto envejecida, a veces usaba el chinguillo para sacar machas, era lo único
comían, la mujer tenía un carácter agrio y continuamente renegaba.
Una mañana después de haber perseverado mucho para pescar algo, el anciano se
dio con la sorpresa de encontrar atrapado entre las mallas a un pececillo plateado
que le habló de la manera siguiente:
-Viejo lobo de mar, no seas malito, échame al mar y te concederé todo lo que
pidas.
El hombre incrédulo, observando el tamaño del pez, pensó que no serviría para la
comida y lo lanzó al agua.
Cuando llegó a su choza por la tarde, su mujer le increpó:
-¿Acaso has vagado todo el día?
-No había gran cosa, solo pesqué un pececito que me dijo que si lo soltaba me daría
todas las cosas que yo quisiera, contento el anciano.
-Viejo loco, ¿y ahora qué vamos a comer? ¡Corre a pedirle a tu pez tremendo
idiotón! Vociferó la vieja.
Cansado de tanto insultó el viejo se dirigió hacia las orillas del mar. Gritó y exigió la
presencia del pececillo encantado.
-¿Qué hay de nuevo viejo? – contestó el pequeño pez.
-Mi mujer quiere comer.
-Regresa a tu casa y hallarás comida.
En efecto, había la comida anunciada; mas la vieja insatisfecha quiso una casa con
todas las comodidades. El pobre anciano nuevamente invocó la presencia de su
amigo.
-Quiero una casa moderna, le dijo.
-Anda que su deseo será concedido – contestó el ser marino.
Al regresar, encontró una hermosa casita de concreto y con todo.
Pero la huraña anciana ya no quería fregar platos y trapos y menos ensuciarse las
manos, por lo que exigió una estancia mas grande y hermosa, donde estuviera el
pececito plateado como adorno.
Avergonzado de tamaña petición malsana, acudió una vez más a la rivera del mar.

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Mitos y leyendas de Moquegua - 2013
Otra vez se puso a gritar lacónicamente, el pececillo al enterarse del nuevo y cruel
pedido, se horrorizó de las intenciones de la mujer y sentenció.
-Esa mujer no te merece, mejor transformaré esa construcción en una torre alta y
convertiré a tu mujer en una eterna luz potentísima, como su ambición, para que
ilumine y guíe a los barcos que naveguen desamparados en la oscuridad de la
noche. Este será mi agradecimiento a tu buena acción.
El viejecito, entre lágrimas, volteó resignado y miró el imponente faro situado
donde antes estaba su choza.
Se introdujo al interior, dicen que fue guardián desde entonces años mas tarde por
extraña coincidencia un agrupamiento militar se instaló en esta zona y sus
miembros dibujaron un enorme castillo sobre los cerros que allí se encuentran.

EL RELEVO DE LOS AHOGADOS

Cuentan las viejas lenguas porteñas que antiguamente cuando el puerto de Ilo se
comenzaba a poblar, hubo hombres y mujeres que tenían espíritu aventurero,
lanzándose hacia excitantes experiencias.
Víctor fue uno de esos intrépidos personajes que llegó a la Playa Pozo de Lizas y
solidariamente se ponía a pescar, observando a otros en la lejanía de la playa.
Victor, no conocía dicho lugar por ser primerizo, el no sabía que la playa era
traicionera y fatal, porque cuando subía la marea arrastraba todo lo que
encontraba hacia el fondo del mar.
Victor se durmió profundamente sobre las rocas sobresalientes esperando atrapar
con su incipiente cordel una corvina. Era mas o menos las seis de la tarde, ya casi
anochecía cuando despertó sobresaltado y ante su asombro se dio cuenta que se
encontraba a una gran distancia de la rivera, desfalleciente, pidió auxilio a gritos a
una persona que lo estaba mirando y que no atinaba a hacer nada por miedo o por
venganza.
Pasaron varios días y la familia de Victor se desesperó, tuvieron que indagar entre
los pescadores sobre su paradero. Justamente encontraron al que observó su
muerte, este les indicó el lugar a donde se dirigía usualmente. Conocedores de la
zona y su posible recorrido, buscaron algún objeto o seña suya. Cerca de las peñas
que rodean a la Punta de Coles encontraron sus ropas raídas por los mariscos
confirmando así su trágica muerte.
Hicieron el velatorio de las ropas y por la tarde, un singular cortejo fúnebre se
dirigió a la susodicha playa para incinerar las vestimentas, lanzando las cenizas
hacia el mar un tanto embravecido.

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Mitos y leyendas de Moquegua - 2013
Pasaron muchos días, quizás meses, cuando Franco, el misterioso hombre que lo
dejó morir se acercó al mismo lugar, con cierto remordimiento en la conciencia
que se notaba en su rostro demacrado y barbudo.
Se puso a maldecir su mala suerte, atribuyéndole la culpa al finado Victor, de quién
aseguró que antes de morir le deseó toda clase de desastres y males.
Ya cercana la tarde, Victor se dispuso a extraer las conocidas machas para
prepararse un sabroso potaje y satisfacer el hambre que empezaba a sentir.
A medida que se introducía al mar, alejándose de la rivera, guiado por la codicia de
obtener la mayor cantidad de moluscos, sucedió de repente una fantasmagórica
transformación de las tranquilas aguas, cambiando la apariencia del finado Victor.

EL HOMBRE QUE VENDIO


SU ALMA
Cierta vez un hombre bueno pero infeliz decidió salir de apuros vendiendo su alma
al diablo. Invocó a Kizín y cuando los tuvo delante le dijo lo que quería. A Kizín le
agradó la idea de llevarse el alma de un hombre bueno.

A cambio de su alma el hombre pidió siete cosas; una para cada día. Para el primer
día quiso dinero y en seguida se vio con los bolsillos llenos de oro. Para el segundo
quiso salud y la tuvo perfecta. Para el tercero quiso comida y comió hasta reventar.
Para el cuarto quiso mujeres y lo rodearon las más hermosas. Para el quinto quiso
poder y vivió como un cacique. Para el sexto quiso viajar y, en un abrir y cerrar de
ojos, estuvo en mil lugares.

Kizín le dijo entonces:


—Ahora ¿qué quieres? Piensa en que es el último día.
—Ahora sólo quiero satisfacer un capricho.
—Dímelo y te lo concederé.

—Quiero que laves estos frijolitos negros que tengo, hasta que se vuelvan blancos.
—Eso es fácil— dijo Kizín.
Y se puso a lavarlos, pero como no se blanqueaban, pensó: "Este hombre me ha
engañado y perdí un alma. Para que esto no me vuelva a suceder, de hoy en
adelante habrá frijoles negros, blancos, amarillos y rojos".

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EL ENANO DE MOQUEGUA

En un distrito de Moquegua vivía una vieja con fama de bruja. Cierta vez encontró
un huevo pequeñito y llena de alegría lo guardó en un sitio tibio y oscuro. Todos los
días lo sacaba para contemplarlo y acariciarlo. Y sucedió que después de varias
semanas, el huevo se abrió y nació un niño. La bruja lo arrulló, pero como no podía
alimentarlo buscó una mujer recién parida. Vino la mujer y amamantó al niño como
si fuera su propio hijo. Al ver tanta ternura la bruja le dijo:
—De hoy en adelante tú serás la madre y yo seré la abuela.
El niño creció un palmo y no más y, en poco tiempo, cambió de aspecto; tuvo barba
y se le hizo grande la nariz. Era, pues, un enano.
Cuando la bruja se dio cuenta de esto, quiso más a la criatura.

Como la mayor parte del tiempo la bruja permanecía junto al fogón, el enano
sospechó que algún misterio guardaba aquel sitio y así se propuso averiguarlo. En
un descuido de la bruja, hurgó en la cenizas y tropezó con un tunkul [instrumento
de percusión hecho con un tronco hueco]. En cuanto lo tuvo en sus manos, lo
golpeó y su sonido se oyó a mucha distancia. Al oír tal ruido, la bruja vino, se acercó
a su nieto y le dijo:
—Lo que has hecho ya no tiene remedio. Pero te digo que no pasará mucho tiempo
sin que sucedan cosas que llenarán de espanto a la gente y tú mismo te verás
envuelto en sus consecuencias.

El enano contestó:
—Yo no soy viejo y las veré.

La bruja replicó:
—Yo soy vieja y las veré también.

Los pobladores sabían que el ruido de aquel tunkul anunciaba el fin del mundo;
pero éstos, por no afligir a su señor, le dijeron:

—Lucha contra tu destino


—¿Cómo?—preguntaron los pobladores.

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Mitos y leyendas de Moquegua - 2013
—Busca al que tocó el tunkul; acaso de sus labios oigas la verdad que necesitas.
Los pobladores ordenaron que salieran en busca del que tocó el tunkul; y después
de mucho andar, lo hallaron y lo trajeron al pueblo. Al ver al enano los pobladores
dijieron:
—¿Qué anuncia el ruido de ese tunkul?
—Tú lo sabes mejor que yo—contestó el enano.
—¿Me puedo librar de que se cumpla la profecía?—pregunto el pueblo.

—Manda hacer un camino que vaya de Moquegua a Ilo y cuando esté listo volveré
y entonces te daré mi respuesta—dijo el enano.
El camino quedó hecho en poco tiempo y por él vinieron el enano y la bruja.
Entonces el rey preguntó al enano:

—¿Cuál es tu respuesta?
—La sabrás si resistes la prueba que te pondré.

—¿Cuál es?
—Que en tu cabeza y la mía se rompa un cocoyol [fruto de hueso muy duro].

—Está bien, pero tú sufrirás la primera prueba—dijo el pueblo


—Acepto, si así lo deseas.
Se acercó el verdugo y colocó sobre la cabeza del enano un cocoyol y descargó
un golpe . El enano sacudió la melena y se levantó sonriendo. Entonces el pueblo,
en el silencio, se quitó el manto y subió al cadalso y el verdugo le colocó un cocoyol
en la cabeza. Al primer golpe el rey quedó muerto.
En el acto el enano fue proclamado un héroe y ese mismo día la bruja lo llamó y le
dijo:
—Ya eres héroe. Sólo esto esperaba para morir. No me llores porque mi muerte no
es cosa de dolor. Cumple con la justicia que aprendiste de mí. Oye el consejo de
todos y sigue el mejor. No le tengas miedo a la verdad aunque sea amarga. Sé
antes benigno que justo. Destierra de tu corazón la venganza. Acata la voz de los
dioses pero no seas sordo a la de los hombres. No desdeñes a los humildes y no te
confíes, ciego, en los poderosos.

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Mitos y leyendas de Moquegua - 2013
Por un tiempo el enano siguió los consejos de la bruja y la felicidad se extendió por
el reino. Pero con los años cambió de espíritu, cometió injusticias, se volvió tirano y
tanto creció su orgullo que un día dijo a sus consejeros:
—Haré un dios más poderoso que todos los dioses que nos rigen.
Y en seguida mandó hacer una estatua de barro y la puso sobre una hoguera y con
el fuego se endureció y vibró como si fuera campana. Entonces el pueblo creyó que
la estatua hablaba y la adoró. Por esta herejía, los dioses destruyeron Moquegua

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LA MADRE LOCA

Hace mucho, mucho tiempo, vivían en carumas dos mujeres jóvenes que no habían
tenido la suerte de tener ni hijos, ni hijas. Había un dicho según el cual "una mujer
sin hijos era una fuente de desgracias para la aldea".

Un día, una señora vieja golpeó a su puerta para pedir comida. Las mujeres jóvenes
la recibieron con mucha amabilidad y le dieron de comer y ropa para vestirse.
Después de comer y extrañada por el silencio y la ausencia de voces infantiles, la
anciana les pregunto:
- ¿Dónde están vuestros hijos?

- Nosotras no tenemos hijos, ni hijas y por eso, para no causar desgracias a carumas
nos pasamos el día fuera del pueblo.

Entonces, les dice la señora:


- Yo tengo una medicina para tener hijos, pero después de haber dado a luz, la
madre se vuelve loca.
Una de la mujeres le contestó que aunque enfermase ella sería feliz por haber
dejado un niño o una niña en la tierra. En cambio, la segunda le dijo que no quería
enloquecer por un hijo.

La señora vieja dio la medicina solo a la que se lo pidió.

Después, algunos años más tarde la señora vieja regresó al pueblo y se encontró a
las dos mujeres jóvenes. La que no había tomado su medicina le dijo: "Tu nos dijiste
que quien tomara la medicina se volvería loca, pero mi hermana la tomó, tuvo una
hija y no enfermó"

Y la anciana le respondió: "Volverse loca no quiere decir que se convertiría en una


persona que anduviera rasgándose las ropas o que pasara todo el día mirando a las
nuves como si paseara por el aire ; lo que yo quise decir es que una mujer que da a
luz un niño o una niña estará obligada a gritar todo el tiempo, para a continuación
no parar de reir, llorará por la criatura, le pegará, le amará… Éso e s él ser madre y
volverse loca.

Isidro Luis Cuayla Página 57


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EL ESPÍRITU DEL ÁRBOL

Había una vez, una muchacha cuya madre había muerto y que tenía una madrastra
que era muy cruel con ella. Un día en que la muchacha estaba llorando junto a la
tumba de su madre, vio que la tierra de la tumba salía un tallo que había crecido
hasta hacerse un arbolillo y pronto un gran árbol. El viento, que movía sus hojas, le
susurró a la muchacha y le dijo que su madre estaba cerca y que ella debía comer
las frutas del árbol. La muchacha así lo hizo y comprobó que las frutas eran muy
sabrosas y le hacían sentirse mucho mejor. A partir de entonces, todos los días iba
a la tumba de su madre y comía de los frutos del arbol que había crecido sobre ella.
Pero un día, su madrasta le vió y le pidió a su marido que talara el árbol. El marido
lo taló y la muchacha lloró durante mucho tiempo junto a su tronco mutilado, hasta
que un día, oyó un cuchicheo y vió que algo crecía de la tumba. Creció y creció
hasta convertirse en una hermosa calabaza. Había un agujero en ella del de caían
gotas de un jugo. La muchacha lamió unas gotas y las encontró muy ricas, pero de
nuevo su madrastra se enteró pronto y, una noche oscura, cortó la calabaza y la
arrojó lejos. Al día siguiente, la muchacha vió que no estaba la calabaza y lloró y
lloró hasta que de pronto, oyó el rumor de un riachuelo que le decía "Bébeme,
bébeme". Ella bebió y comprobó que era muy refrescante. Pero un día, la madrasta
lo vió y pidió al marido que cubriera el arroyo con tierra. Cuando la muchacha
regresó a la tumba, vió que ya no estaba el el riachuelo y ella lloró y lloró.
Llevaba mucho tiempo llorando, cuando un hombre joven salió del bosque. Él vio el
árbol muerto y pensó que era justo lo que él necesitaba para fabricar un nuevo
arco y flechas, ya que él era un cazador. Habló con la muchacha quien le dijo que el
árbol había crecido en la tumba de su madre. La muchacha le gustó mucho al
cazador y tras hablar con ella fue donde su padre para pedirle permiso para casarse
con ella.
El padre consintió a condición de que el cazador matara una docena de búfalos
para la fiesta de la boda. El cazador nunca había matado más de un búfalo de una
sola vez. Pero esta vez, tomando su nuevo arco y flechas, se dirigió al bosque, y
pronto vió una manada de búfalos que descansan en la sombra. Poniendo una de
sus nuevas flechas en el arco, disparó y un búfalo cayó muerto. Y luego, un
segundo, un tercero, y así hasta doce. El cazador regresó a decirle al padre que
mandara hombres para llevar la carne a la aldea. Se hizo una gran fiesta cuando el
cazador se casó con la muchacha que había perdido a su madre.

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