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ISSN: 0121-7550
nomadas@ucentral.edu.co
Universidad Central
Colombia
1. Encuentros y desencuentros
de un camino hacia su identidad
Entre las diversas acepciones de la palabra maestro, María Moliner considera que
es la persona de extraordinaria sabiduría o habilidad en una ciencia o arte; igualmente,
está referida, «con especial respeto», a aquella de quien se han recibido enseñanzas de
mucho valor, al punto que permite la frase común de «beber en los grandes maestros».
Pero David Manzur, con energía rechaza para él este adjetivo; le molesta profundamente
porque, entre otras razones, «lo compromete a uno con lo que aún no ha hecho». De otra
parte, considera que jamás ha enseñado su oficio a otros: el arte no se puede enseñar; el
artista nace, no se hace. Alguna vez fundó un taller que permaneció durante varios años
y, lejos de ser el lugar de la cátedra, lo convirtió en el espacio del diálogo en equipo. No
quería réplicas personales ni coartar la iniciativa de quienes allí acudían; se propuso
romper con cualquier manifestación de paternalismo y optó por la mesa redonda donde
con frecuencia la pregunta se traducía en la esencia de la mejor clase. Este taller transcu-
rría ajeno a programas preestablecidos que impidieran «el milagro de cada día ...». Mila-
gro que invariablemente irrumpía como un canto a la magia de la creación. Por eso no
cree en la academia tradicional ni en las escuelas de arte.
Sus ensamblajes constructivistas eran pleados Oficiales. Realiza el proyec- Crisis y reencuentros
obras de inmensa belleza que, no obs- to pretendiendo retomar la cinética de un dibujante orgánico
tante, dejaban en el artista un enorme pasiva de Calder para que su especta-
vacío: el vacío de la obra tan rígida- dor girara no trescientos sesenta sino Le presenta a Gabo la propues-
mente programada que al final le ne- ciento ochenta grados en torno a una ta de su mural «Elementos del pro-
gaba las sorpresas. En otras perspec- pared de noventa metros cuadrados. greso»; él para entonces había reco-
tivas del arte el impulso no permite el Eran treinta y seis mil hilos de acero. rrido ochenta y seis años de su vida y
análisis en el proceso y se concluye el Quería agotar todas las posibilidades con inmenso afecto, como un padre,
cuadro sin comprender muchas veces conocidas por él sobre la tecnología manifestó su interés: «El proyecto no
cómo se logró. Y eso es muy impor- del constructivismo. Veinte módulos es sólo una bella creación sino un alar-
tante para alguien de la sensibilidad de de acero en láminas que partían de la de de ingeniería. Sin embargo, por lo
Manzur. pared irrumpiendo en el espacio con que conozco de tí y de tu trabajo, con-
apariencia tridimensional. El desarro- sidero que lo que hay en tí es un dibu-
Con una de estas obras, en llo de la propuesta coincide con la in- jante orgánico, romántico, impredeci-
1970 gana el Premio Gobernación de vitación a un viaje cultural a los Esta- ble. Más que un ingeniero. Si vas a
Antioquia, Segunda Bienal de dos Unidos, hacia donde se desplaza seguir con esto, temo que estás llegan-
Coltejer. Dos años después, durante con la maqueta y los bocetos de su do a los límites y vas a tener que sal-
la administración Pastrana, se le en- proyecto. tar a la tridimensionalidad absoluta. Si
carga un mural para el Club de Em- yo tuviera tu edad, volvería a dibujar
y retornaría a lo impreciso en donde
sabes que comienzas pero ignoras Fue la segunda gran crisis de su Por esos días Traba viene a
cómo vas a terminar. Saca todo lo que proceso. Un año largo le llevó com- Colombia y en una larga caminata por
de español pueda haber en tu sangre y prender las honduras de lo sugerido las montañas que rodeaban su estu-
pinta. Vuelve a los dibujos de Rafael, por Gabo. Sumido en el desconcierto dio de entonces, conversan sobre el
de Miguel Angel... No le temas a lo comienza dibujando en forma de lec- arte, los artistas contemporáneos y sus
que estéticamente pareciera ir en ciones en su taller hasta que con es- cambios. Analizan la permanencia de
contravía del momento. Retoma el pontaneidad empieza a encontrar la algunos y la vulnerabilidad de muchos
dibujo como cualquier principiante». respuesta; desentraña las inconmen- que careciendo del talento o la madu-
David Manzur era ya dueño de una surables posibilidades del dibujo lle- rez suficientes, en un momento deter-
tradición, de un nombre y no lograba vándolo hasta la forma donde de una minado la crítica los ensalza ocasio-
asimilar los consejos del Maestro. Se vez se garantiza el uso del espacio. En nando daños irreparables a sus proce-
sintió decepcionado. «No podía creer este caminar llega a sus grandes bo- sos.
que me invitara a dibujar cuando yo degones de mil novecientos setenta y
pensaba, como muchos, que el arte seis, uno de los cuales aparece en una Así llega Manzur a esta nue-
estaba libre de los prejuicios revista de arte latinoamericano. A los va y decisiva etapa de su desarrollo
renacentistas y dibujísticos. Pero él pocos días, recibe una carta de Marta artístico. «El dibujo que siempre fue
era un vidente...». Ejecuta el mural, Traba, residente por esos años en Ca- el punto de partida en todas mis expe-
logrado como una obra de imponente racas: «Por fin estamos de acuerdo.
esplendor, comandada por un siste- Esto es lo que esperaba de tí». Fue un
ma de luces móviles que le otorgan estímulo para el pintor quien, además,
sensación de movimiento al conjunto ya sentía que de nuevo su rumbo se
de piezas e hilos distribuídos en tres iluminaba.
secciones.
ESTUDIO
PARA SAN
SEBASTIAN - 1981
Dibujo al conté
sobre papel,
55 x 65 cms
riencias anteriores, se convierte en cadencia. La historia del siglo XX plástica universal. De allí lo profun-
meta definitiva. Los ajustes de color repercute bombardeándonos con in- do de sus afectos hacia el clasicismo:
y forma son más precisos en mis pin- numerable información. Es la gran el orden, la justeza en la composición,
turas y encuentro todas las soluciones diferencia con los pintores clásicos que la ecuanimidad de sus formas, la ca-
que antes perseguía por otros cami- avanzaban aislados en sus talleres. Ya dencia, el riguroso equilibrio que otor-
nos» -señala en una de las anotacio- no se puede hablar de arte local. To- ga desde la geometría, enalteciendo
nes a sus cuadros-. Arriba a la con- dos vivimos en función de la univer- volúmenes en el juego mágico-miste-
clusión definitiva de que el dibujo es salidad. Botero utiliza temas locales rioso de luces y sombras.
para las artes visuales el testigo más pero está haciendo una pintura univer-
cercano del pensamiento humano: «El sal, como Obregón, como Grau ... Desde 1975, sin prescindir del
pensamiento es esencialmente fugaz Otro de los artistas al cual debo un ornato mesurado, bello y sensual, los
y debe plasmarse de inmediato en el homenaje, porque además es un gran temas que ocupan su pintura
dibujo que permita la frescura de la amigo ...» Manzur, ciertamente ha involucran desde el retrato tradicional
idea. Pintar viene después». En prin- transitado por los distintos procesos del y las estancias, hasta las «escenas his-
cipio fueron dibujos sujetos más a la siglo XX, desde el expresionismo has- toriadas» -como las denominara José
mecánica que a la intuición libre del ta su figuración de hoy. María Salvador-; en estas últimas la
arte. Hasta cuando descubrió que la figura humana, desnuda o vestida,
línea es infinita, que el dibujo es en sí De las estancias adquiere privilegio en sus óleos y pas-
mismo un lenguaje jamás agotable, a a las escenas historiadas teles: futbolistas acéfalos -vivos en sus
pesar de Rafael, de Ingres, de Picasso recuerdos de infancia-; retratos de
... Que nada puede ser más fiel a la En la década de los ochenta mirada infinita y absoluta serenidad,
mente que él y que la razón sin la el lenguaje manzuriano logra presen- a la manera de los grandes maestros.
emoción es imposible en una gran cia inconfundible. Se aproxima a la Jinetes evocadores del gótico italia-
obra de arte. madurez, como él lo asegura, cuando no, montando briosos y veloces caba-
empieza a reconocer los defectos en llos; músicos de laúdes y flautas que
A pesar de estas aparentes su propia pintura, buscando aquellos tornan en melodía cada cuadro; im-
rupturas -ocasionadas porque nunca recursos que le permitan nuevas solu- ponentes personajes engalanados a la
le ha temido al cambio y menos cuan- ciones. Por eso muchos cuadros los usanza medieval; burócratas y nota-
do siente agotadas las contingencias percibe incompletos, fríos. Es cons- rios; santos y santas, mártires contem-
de una opción- y de «otras pequeñas ciente de la distancia entre el acto poráneos, fervorosos y heroicos. Pro-
revoluciones contra sí mismo», la geo- mental de concebir una obra y el acto tagonistas algunos que nos dan la es-
metría atraviesa etapas como esa cons- físico de llevarla al lienzo. Compren- palda; otros, amputados o rotos por el
tante que estructura sus cuadros, uni- de cuánto le falta aún, pero sabe que privilegio de lo esencial y el desprecio
ficados por principios de apreciación es él y conoce el camino que no debe por lo innecesario; figuras decapitadas
y de especulación sobre los elemen- seguir. Admira lo de otros pero acep- o carentes de identidad en rostros anó-
tos reales: Son constantes también dos ta las diferencias y entiende que lo nimos o apenas esbozados. Y Neira
inquietudes fundamentales pertene- suyo debe responder a su sensibilidad en el fondo de la escena con sus mon-
cientes a la esencia de su creación: la porque «un cuadro es el espejo pro- tañas y casas tradicionales, con sus
recuperación del pasado y su interés pio; una manera de dibujarse ante los calles de señales modernas. Allí es-
por los avances científico-tecnológi- otros y, seguramente, ante uno mis- tán, husmeando desde las ventanas, el
cos; por ello el romanticismo logró mo». pintor mismo y sus más entrañables
amalgamarse con el rigor del amigos a quienes rinde homenaje otor-
constructivismo, acogiendo en la en- Continúa el diálogo con los gándoles un lugar en su pueblo: Ale-
traña de sus obras la fantasía y el mis- antiguos maestros del Renacimiento jandro Obregón, Diego Franco, Alfred
terio concebidos al amparo de sus lu- guiado por un proceso de formación Wild ...; ellos observan las
ces y sombras. «En un artista -señala- en el que, a más de su nítida claridad escenificaciones realistas de Manzur,
se repite un poco la historia del arte. histórico-conceptual, alcanza el domi- concebidas entre el misterio y el sue-
Tiene momentos de primitivo, de apo- nio magistral de las técnicas pictóri- ño, emparentadas así con el surrealis-
teosis, de gran refinamiento y de de- cas, patrimonio de los genios de la mo.
Las naturalezas o las estan- Manzur, una de ellas posó para él, ad-
cias, como prefiere denominarlas quiriendo tridimensionalidad. Por eso, 2. LOS PROCESOS DE CREA-
Manzur, colmadas de arcanos y año- lejos de morir, continuó viviendo en CION EN EL LENGUAJE
ranzas se narran en la penunbra de sus cuadros en donde adquiere vida MANZURIANO
espacios cerrados; descritas en la pre- por su presencia. El afirma que sólo
cisión absoluta del dibujo que mues- es un recurso plástico, no literario; David Manzur es un hombre
tra el rigor de formas y volúmenes en puede ser, sin embargo -como lo se- de férrea disciplina en las distintas ins-
la totalidad y en el detalle. Allí acu- ñala algún crítico- uno de esos elemen- tancias de su vida. Consciente de la
den objetos elementales y simples que tos que aporta a la dualidad estética importancia del tiempo, logró conver-
identifican la iconografía manzurina: entre belleza y fealdad, entre atracción tir a la serenidad en esa aliada que sabe
granadillas, cerezas y manzanas; flo- y repulsión, como estrategia de resul- brindar el consejo oportuno y solaza
res y floreros; copas y cafeteras; parti- tados asombrosos. Son historias y su espíritu en la adversidad y el albo-
turas, laúdes y flautas rompiendo el bodegones ordenados por la geome- rozo. Siendo muy joven aprendió la
silencio en conciertos sin fin. Y mos- tría que hace factible el juego armo- necesidad de su cuidado físico: rigu-
cas que desde años anteriores en oca- nioso de las formas rectilíneas en los rosamente, cada mañana trota, hace
siones invaden lienzos y papeles: lle- distintos planos y las curvas que on- gimnasia; no bebe, no fuma; con difi-
gan cuando atraídas por las luces y dean en el movimiento sensual de ins- cultad asiste a cocteles o reuniones
reflectores con los cuales trabajara trumentos, partituras, cuerpos redon- sociales porque -aunque los disfruta-
deados, vestimentas ...