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SISTEMA RENAL
Los riñones
Los riñones son dos órganos que poseen la forma de haba o de fríjol, con un tamaño promedio
de 10 a 12 cm de longitud, 5 a 7 cm de anchos y de 3.5 a 5 cm de grosor. Pesan en promedio
135 a 150 gramos. Están situados en la parte posterior y superior del abdomen (generalmente
entre la última vértebra toráxica y la 3ª lumbar). Están recubiertos de una cápsula de tejido
fibroconectivo delgado. Para su estudio se pueden establecer cuatro caras: una interna
(relacionada con la columna vertebral), otra externa, una anterior y otra posterior.
En la cara interna se encuentra una depresión denominada el hilio, punto de entrada y salida
de los vasos sanguíneos (arterias y venas renales) y de los conductos excretores (los uréteres).
El polo superior del riñón está en relación con las cápsulas suprarrenales. La cara externa es
convexa.
En la corteza renal se encuentran las nefronas (unidades funcionales del riñón), así como una
extensa red de capilares arteriales que le dan un caracterís co color rojo; En esta zona se
llevan acabo los procesos %siológicos principales del riñón
Médula renal:
La médula es el área donde se encuentran los túbulos rectos así como los túbulos y los
conductos colectores.
La médula puede considerarse como la primera parte del sistema colector y funciona como
una zona de transición entre el área funcional (corteza renal) y el sistema colector
propiamente dicho (pelvis renal).
Sistema colector:
primera parte está constuida por los cálices menores, los cuales enen su base orientada
hacia la médula y el vérce hacia los cálices mayores.
Los cálices menores asemejan embudos que recogen la orina que >uye de cada una de las
papilas renales, canalizándola hacia los cálices mayores que enen un tamaño mayor. Cada
cáliz menor recibe el >ujo de una a tres pirámides renales, el cual es canalizado hacia un cáliz
mayor.
Cada uno se conecta por su base con entre 3 y 4 cálices menores cuyo >ujo es dirigido a través
de su vérce hacia la pelvis renal.
La pelvis renal es una estructura de gran tamaño que ocupa aproximadamente 1/4 del
volumen total del riñón; allí desembocan los cálices mayores, liberando la orina que será
empujada hacia el uréter para seguir su camino hacia el exterior.
Glomérulo:
Integrado a su vez por la arteriola aferente, los capilares glomerulares y la arteriola eferente;
todo esto rodeado por la cápsula de Bowman.
Túbulos renales:
Se forman como una continuación de la cápsula de Bowman y se dividen en varias secciones,
cada una con una función específica.
Según su forma y localización, los túbulos se denominan túbulo contorneado proximal y túbulo
contorneado distal (ubicados en la corteza renal), unidos entre sí por los túbulos rectos que
forman el asa de Henle.Los túbulos rectos se encuentran en la médula renal así como los
túbulos colectores, los cuales se forman en la corteza donde se conectan con los túbulos
contorneados distales para luego pasar a la médula renal donde forman las pirámides renales.
Los riñones procesan un volumen enorme de sangre cada día. Cada minuto, el flujo sanguíneo
que llega a los glomérulos renales es de unos 1200 mililitros de sangre, de los cuales, 650 ml
corresponden a plasma sanguíneo y de este, una quinta parte aproximadamente será filtrado
en el glomérulo. Esto implica que cada 24 horas, los riñones filtran más de 60 veces todo el
plasma sanguíneo.
Para evitar el enorme coste que la perdida de líquidos y otros elementos esenciales puedan
derivarse del proceso de depuración renal; tras el filtrado glomerular, la formación de orina se
completa con la reabsorción y filtración tubular, de forma que la orina contenga finalmente
menos del 1% de la parte liquida filtrada, y no se eliminen sales, iones y otros metabolitos que
puedan ser útiles
Proceso de filtración
4.1.1 Membrana de filtración glomerular. Esta membrana constituye una barrera que evita el
paso al túbulo renal de células y de la mayor parte de las proteínas plasmáticas, generando un
¿ultrafiltrado¿ compuesto fundamentalmente por agua y elementos de pequeño tamaño
circulantes en la sangre. Para realizar esta función, la membrana de filtración consta de un
endotelio capilar fenestrado, es decir, con poros capilares cuyo tamaño impide el paso de
células o la mayor parte de las proteínas.
4.1.2 Membrana basal. Situada entra la capa endotelial y la epitelial. Presenta un grosor de 240
a 340 nm. Está constituida fundamentalmente por colágenos de tipo IV y V, glicoproteínas, y
proteoglicanos como el heparán sulfato. Esta composición hace que presente una carga
electro-negativa que repele a pequeñas proteínas y otros elementos cargados negativamente
que hubiesen atravesado la barrera endotelial fenestrada.
Membrana podocitaria. Los podocitos son células polarizadas, con una parte apical orientada
hacia el espacio de la cápsula de Bowman y otra hacia la lámina basal del endotelio. Presentan
un citoplasma aplanado, que emite multitud de prolongaciones a modo de dedos que
literalmente abrazan a la lámina basal del endotelio, constituyendo los ¿pies interdigitados¿.
Estos pies, suelen contactar con otros ¿pies¿ de podocitos vecinos mediante complejos
moleculares para formar diafragmas de ranura, a través de los cuales moléculas de pequeño
tamaño y elementos líquidos pasaran de la estructura glomerular al túbulo.
Los podocitos mantienen una baja actividad mitótica, y su número permanece prácticamente
invariable al estar reprimida su capacidad replicativa. Pero esto no quiere decir que sean
células funcionalmente inactivas. De hecho, sintetizan y liberan entre otras moléculas colágeno
de tipo IV, fibronectina, laminina, o heparán sulfato, que hacen que presenten una carga
electro-negativa muy importante y colaboren en la actividad funcional de las células de la
membrana basal.
LITIASIS RENAL
Manifestaciones clínicas
Cólico nefrítico
Las litiasis más frecuentes (80%) son las cálcicas, mayoritariamente de oxalato
cálcico, pero hasta el 40% son mixtas (oxalato y fosfato cálcico).
Cálculos de calcio: son los más comunes (representan entre un 60%-80% de todos).
El calcio que nuestro organismo no usa se dirige a los riñones, donde es retenido y
puede combinarse con sustancias como el oxalato –presente en muchos alimentos. El
fosfato y el carbonato son otras de las sustancias con las que a veces se combina el
calcio, y hasta un 40% de los cálculos de calcio son de composición mixta. Por ello es
muy importante consultar con tu médico para determinar el origen, especialmente las
características del núcleo que forma el cálculo renal para poder determinar el
tratamiento más adecuado.
Cálculos de estruvita: entre un 5%-15% de los cálculos son de este tipo. Resultan
algo más frecuentes en la mujer y, a menudo, son producto de infecciones repetidas o
crónicas en el sistema urinario. Pueden alcanzar un gran tamaño y obstruir el riñón, los
uréteres o la vejiga.
Cálculos de ácido úrico: del 5% al 10% de los cálculos. Más habituales en las
personas que ingieren mucha carne, mariscos y pescado y también pueden aparecer
en casos en los que la orina contiene una cantidad excesiva de este ácido, como en
pacientes con gota, con determinados trastornos de la sangre, en tratamiento con
quimioterapia o que han sufrido pérdidas rápidas de peso, entre otros casos.
Cálculos de cistina: un 1% de las piedras renales tienen esta composición. Afectan a
ambos sexos, aunque son poco frecuentes y están provocados por un trastorno
genético llamado cistinuria. Este lleva a los riñones a volcar en la orina demasiada
cantidad de cisteína, un aminoácido presente en los músculos, los nervios y otras
partes del cuerpo.
COMPLICACIONES
Complicaciones
A largo plazo, la litiasis renal puede dar lugar a:
– Pérdida de función renal.
– Pielonefritis xantogranulomatosa.
– Carcinoma epidermoide
Pielonefritis xantogranulomatosa
Esta enfermedad consiste en una inflamación proliferativa del riñón, asociada por
lo general a litiasis y a infecciones del parénquima de larga evolución. Debe
hacerse diagnóstico diferencial con el carcinoma renal.
Carcinoma epidermoide
Este tipo de carcinoma, con afectación del urotelio superior, es un proceso raro, si
bien casi en el 50% de los casos se asocia con historia de litiasis renal.
TRATAMIENTO QUIRÚRGICO: PIELOLITOTOMIA ABIERTA
URETEROLITOTOMIA
PREPARACIÓN PREOPERATORIA
TÉCNICA QUIRÚRGICA
Acceso a uréter lumbar: Incisión de Foley (para litiasis en UPU o próximas a ella) o
lumbotomía subcostal (la descrita): -
Incisión cutánea con bisturí de hoja sobre la 12ª costilla (transcostal o subcostal) desde
el tercio distal de la costilla, extendiéndola anteriormente 6-8 cm. hacia el ombligo.
Apertura de subcutáneo con bisturí eléctrico.
Apertura de la fascia del músculo oblicuo externo y sección del mismo. - Apertura de la
fascia del oblicuo interno con sección del mismo y del músculo transverso hasta
alcanzar el espacio retroperitoneal.
Disección digital o con torunda de la reflexión peritoneal hacia la línea media.
Se identifica y diseca el uréter sobre el lado peritoneal de la herida, liberándolo hacia
arriba y hacia abajo
Acceso uréter iliaco o pelviano: Incisión cutánea pararrectal u oblicua de Gibson
del lado afecto (la descrita): - Incisión cutánea con bisturí de hoja en palo de
hockey desde un punto situado a 2,5 cm. en relación medial con la espina iliaca
antero-superior y que se desplace 2,5 cm por encima del repliegue inguinal hasta
el borde del músculo recto de ese lado (Fig. 3A).
Se secciona la aponeurosis del músculo oblicuo externo en la dirección de sus
fibras. - Se secciona el músculo oblicuo interno en la dirección de sus fibras y se
abre la capa muscular del músculo transverso.
Se desplaza la fascia transversalis en sentido medial, para separar el peritoneo de
los vasos de la pared corporal. Se identifica el uréter contra el peritoneo cuando
cruza los vasos iliacos.
Técnica quirúrgica:
COMPLICACIONES
Por lo general, esta cirugía no suele presentar problemas. Sin embargo, como toda cirugía, conlleva
riesgos. El médico evaluará los posibles problemas. Entre las complicaciones asociadas con
cualquier cirugía, se incluyen las siguientes:
Reacción adversa a la anestesia, que incluye mareos, presión arterial baja y sibilancia
Infección
Sangrado excesivo
Ataque cardíaco o accidente cerebrovascular
Coágulos sanguíneos
Muerte
0703-NOC3-Severidad de la infección
2440-Mantenimiento de dispositivos de acceso venoso
2440A-Cambio del sistema de infusión-llaves
2440B-Cambio del conector
1876-Cuidados del catéter urinario
1876A-Vaciar bolsa colectora-AUX
1400-Manejo del dolor
CONCLUSIÓN
Es muy importante identificar los síntomas o cualquier otra señal de alarma que nuestro
cuerpo emite ante un inminente peligro y es que, tratándose de los riñones pues es para
alarmarse, ya que los riñones son de los órganos más delicados y vitales, con los que cuenta el
ser humano. Es por ello que, debemos tener en claro a que nos referimos cuando hablamos
sobre cálculo renal, litiasis renal o uretral, las manifestaciones clínicas y muchos otros detalles,
ya que contando con estos conocimientos acerca del tema, tendremos un panorama más
amplio y de este modo, poder determinar en primer plano que estamos hablando de una
problemática presente en el sistema renal.
Los cálculos renales, como bien hemos tratado el tema en este documento, se pueden
presentar en cualquier parte del conducto urinario, estos coloquialmente son llamados
“piedras en el aparato urinario”, estos a su vez, ocasionando varias alteraciones en la salud y
en el funcionamiento normal del organismo humano. Teniendo presente todo esto y demás
información recabada en este escrito, podemos conocer la magnitud de los daños que puede
ocasionar en el ser humano y por consecuente, mantener un diagnóstico correcto ante la
presencia de este padecimiento.
Los problemas renales se siguen convirtiendo en una de las causas más comunes de
emergencia hospitalaria y quirúrgica, pero todo esto se debe a que no existe un tratamiento
oportuno y esto a su vez implica un riesgo para la vida del paciente.