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LAS PLANTAS DE LAS BRUJAS

Las tan temidas brujas, hechizeras, chamanas, sacerdotizas o como se las quieran llamar, no
siempre fueron tan temidas, antiguamente más bien eran veneradas. Pero en la antigua edad
media en Europa se definió la brujería como adoración al Diablo y mediante una serie de tratados
de demonología y manuales creados por y para inquisidores fueron poco a poco exterminandolas.
Tratados como el Malleus Maleficarum, que establecía por ejemplo, que sólo poseer un ungüento
de hierbas era clara evidencia de ser bruja, y por ello debía ser condenada a arder en la hoguera y
no sólo eso, se celebraba una fiesta por la captura y todos los gastos de la pira y del banquete
corrian a cargo de los familiares de la bruja por no haberla delatado ante la inquisición.

Pero estas temidas brujas no eran y no son más que sabias mujeres, maestras que aún conservan
el verdadero saber de las plantas y de la Naturaleza, que conocen la forma de preparar las hierbas
en armonía con las influencias cíclicas de los elementos y de los astros que constituyen el eterno
movimiento del Orden Cósmico.

Las brujas como buenas conocedoras de las plantas que eran, hacian un uso general de todas las
familias botánicas pero lo que nos ha quedado de ellas son sólo sus "prácticas demoniacas", ya
que todas las bibliotecas paganas y todo este saber ancestral fue incinerado como ofrenda a la
Santa Madre Iglesia. Por ello, al hablar ahora de plantas de las brujas sólo podemos hablar de lo
que nos dejaron sus exterminadores, de los ungüentos que llevaban a las brujas al aquelarre con
el Diablo, y estos ungüentos se obtienen principalmente de la familia de las solánaceas, familia
donde existen bastantes especies usadas desde tiempos inmemoriales por diversas culturas como
vehículos sacramentales, se usan para expandir la consciencia y elevarla a planos superiores de
existencia donde establecer contacto con entidades espirituales superiores o deidades para pedir
consejo, sanación, protección..., todo ello dentro de estados de trance y de éxtasis inducidos por la
planta, siendo estos estados interpretados como "posesiones demoniacas" por los santos
sacerdotes.

En esta mágica famila de las solánaceas encontramos especies tan importantes a nivel alimenticio
como la patata (Solanum tuberosum), el pimiento (Capsicum annum), el tomate (Solanum
lycopersicum), o la berenjena (Solanum melongena) pero también encontramos algunas otras
como el beleño (Hyoscyamus niger), la mandrágora (Mandragora autumnalis) la belladona (Atropa
belladona) o el estramonio (Datura stramonium) que fueron las que hicieron volar a las pobres
brujas hasta los aquelarres donde se encontrarían con Satán (que no significa más que adversario
en hebreo) para acabar, finalmente, en la hoguera. Estos viajes extáticos eran producidos por
diversos alcaloides atropínicos presentes en estas plantas, los más importantes son la atropina, la
hiosciamina y la escopolamina, siendo estos calmantes y sedantes a bajas dosis, excitantes y
afrodisíacos a dosis algo más elevadas, enteógenos o vehículos sacramentales si aumentas un
poco más y en algunos casos hasta mortales si te excedes demasiado en la dosis como en el caso
del estramonio, por ello deben usarse con mucha prudencia, no es recomendable su uso por vía
interna debido a su toxicidad, siendo mucho más seguro a través de aceites o cataplasmas por via
externa, en la actualidad en occidente prácticamente ha desaparecido su uso, siendo usandas
principalmente para calmar dolores locales.

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