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Unidad 3 - La Inclusión en la educación y en el ejercicio profesional

Paso 5 - Elaborar ensayo sobre los factores sociales, políticos y económicos

PRESENTADO POR:

Grisly Vanessa Ortíz Burbano

GRUPO COLABORATIVO

263

PRESENTADO A:

Sandra Viviana Ramírez

ESCUELA DE CIENCIAS SOCIALES, ARTES Y HUMANIDADES – ECSAH

UNIVERSIDAD NACIONAL ABIERTA Y A DISTANCIA – UNAD

PROGRAMA DE PSICOLOGÍA

Diciembre, 2020

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INTRODUCCIÓN

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EL PAPEL DE LA EDUCACIÓN Y DE LA APUESTA PEDAGÓGICA DE LA UNAD

CON EL FUNCIONAMIENTO DE LA DEMOCRACIA PARTICIPATIVA Y LA

INCLUSIÓN SOCIAL EN LA SOCIEDAD

La UE define la inclusión social como un “proceso que asegura que aquellas personas que

están en riesgo de pobreza y exclusión social, tengan las oportunidades y recursos necesarios

para participar completamente en la vida económica, social y cultural disfrutando un nivel de

vida y bienestar que se considere normal en la sociedad en la que ellos viven”. Pone énfasis en

el derecho de las personas de “tener una vida asociada siendo un miembro de una comunidad”.

(AndaLucía, s.f.). Considero que la inclusión social del país va de la mano con el desarrollo

humano. Recordemos que se entiende por desarrollo humano al mejoramiento de las

condiciones de vida de los ciudadanos, ofrecer nuevos funcionamientos, respeto por los

derechos humanos, el aumento de posibilidades entre las cuales podemos elegir los seres

humanos. En otras palabras, es crear las condiciones propicias para que las personas

disfruten de una amplia gama de oportunidades. (“Desarrollo humano”, 2019); cuando

hablamos de “una amplia gama de oportunidades” nos referimos a que la población en general

pueda acceder a una educación de calidad, a un trabajo estable, satisfacer las necesidades

básicas, no ser marginado, entre otras.

Lastimosamente, no se cuenta con nada de esto en Colombia, falta demasiado para lograr un

cambio; las tasas de desempleo y pobreza son muy altas, muchas personas sufren por no tener

trabajo, hay niños trabajando cuando deberían de estar divirtiéndose y aprendiendo en una

escuela. Ninguna persona debería de vivir con la incertidumbre de que quizás no pueda llevar

comida para su hogar.

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La situación de Colombia se encuentran las condiciones de pobreza, marginación y exclusión

de grandes sectores poblacionales del país, como consecuencia de problemas estructurales en

materia económica y política, es difícil compartir la noción que los sujetos padecen estas

dificultades sólo por su misma individualidad. Es decir, el supuesto de responsabilidad del sujeto

no se sostiene tan fácil sin mirar la interdependencia que hay entre sociedad-economía y cultura

en la generación de estas problemáticas (Vélez, s.f.). Es necesario humanizar los procesos en lo

posible para tomar en consideración las necesidades de los seres humanos.

Todos queremos y anhelamos un cambio, pero el cambio del país no es deber solo del estado,

también del pueblo, y se hace más difícil, cuando el pueblo le da la espalda a este punto de vista

y lo asume como algo tan normal e insignificante. En el fondo se trata de una transformación de

la sociedad, de un movimiento que cambie relaciones tradicionales y viejas formas de pensar.

Por ejemplo, que cambie formas tradicionales de tratar con la salud, con educación y con los

métodos de producción hacia formas modernas que involucran el reconocimiento de que el

cambio es posible (uno no tiene que hacer las cosas como se hicieron el último año o la última

generación o durante los últimos 50 años) (Stiglitz, J. 2002).

Centrándonos en el aspecto de la educación; debemos tener en cuenta que es un pilar

importante para el cambio, es uno de los factores que más influye en el avance y progreso de

personas y sociedades, si los educadores cuentan con modelos pedagógicos adecuados y

adaptables para enseñar, todo resultaría más sencillo. La escuela tradicional es insuficiente, y las

educaciones compensatorias y paralelas no resuelven siempre las causas de la exclusión. Educar

a los excluidos y despojados para que conserven su identidad, no es suficiente. Hay que proponer

una pedagogía que los reconozca e incluya porque si no lo reeducativo se convierte en un

paliativo que no resuelve lo estructural y así la causa no se elimina, sino que se acrecienta

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(Vélez, s.f.). Tales factores exigen un despertar ético, político y pedagógico frente a la cuestión

social fundamental, para superar las desigualdades y la crisis humanitaria de tal manera que se

promueva la reconstrucción de las comunidades humanas a partir de la globalización de la

conciencia solidaria y del espíritu comunitario, mediante la educación abierta, a distancia y en

ambientes virtuales (UNAD, 2011).

Rodríguez (2017) afirma que “la escuela debería convertirse en un sitio en donde se forma

para el conocimiento e investigación, tanto de la naturaleza, como del mundo social. Este último

punto, es fundamental para la comprensión y toma de conciencia de los distintos lazos sociales,

pero no simplemente como algo dado de sí, sino esencialmente como un “algo” en constante

construcción y movimiento. Construcción y movimiento que dependen fundamentalmente de las

relaciones y acuerdos de los hombres, en donde todos los miembros de la sociedad juegan un

papel; en este sentido, es que la Mayoría de edad kantiana se hace inevitable”.

Hablar de lograr una educación inclusiva en Colombia se convierte en un objetivo bastante

ambicioso, recordemos que nos referimos a educación inclusiva como “un proceso orientado a

garantizar el derecho a una educación de calidad a todos los estudiantes en igualdad de

condiciones, prestando especial atención a quienes están en situación de mayor exclusión o en

riesgo de ser marginados”. El hecho de que suene algo “casi imposible” no significa que no se

pueda lograr. Una Educación Social en Latinoamérica no puede formularse como un lenitivo del

desarrollo, sino como una búsqueda alternativa de adelanto propio, sostenido y sustentable que

mejore la calidad de vida de sus niños, niñas y adolescentes y la población en general (Vélez,

s.f.).

Para lograr una educación de calidad también es necesario tener presente que la democracia

juega un papel importante en todo esto; para el caso particular de Colombia pensar el asunto de

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la democracia y de la relación democracia-educación y exclusión se hace más que urgente, no

solo como consecuencia de la coyuntura actual del país, sino como esencial para poder imaginar

un futuro en donde la Exclusión, la Pobreza y la Desigualdad, no sean como hasta ahora los

comunes denominadores de la historia del territorio (Rodríguez, 2017). De aquí la importancia

en que la democracia pueda lograr un papel importante para que se establezcan reflexiones en

cuanto al desarrollo no es solo el crecimiento del PIB si no también es importante reconocer la

transformación social como un todo general y en búsqueda de una igualdad.

Se ha generado miedo a lograr un desarrollo en donde las personas sean el sujeto y el

beneficiario, ya que su temor al otro es muy fuerte sin conciliar que el otro es el mismo ser, la

exclusión social, ya que, se dirige a la parte económica y creando así mismo el temor a las

situaciones de la parte social que no poseen control o no generan confianza.

A forma de concluir; para lograr que Colombia avance en la inclusión y que toda la población

tenga una vida digna, y así lograr ser una sociedad más influyente y participativa; con trabajo

estable, entre otros; se debe trabajar primero en mitigar la corrupción y fortalecer la educación,

todos tenemos derecho a una educación de calidad y fortalecimiento en la democracia, desde mi

punto de vista, si se cuenta con una buena educación, con métodos didácticos los cuales apunten

a cambiar la mentalidad de las personas, se logrará un gran avance.

Es cierto que Colombia es un país en donde la democracia se practica libremente, pero de

forma errónea, de una forma u otra resultamos a eligiendo a los mismos gobernantes con

métodos mecanicistas, lo que necesitamos son soluciones creativas para así lograr poner fin a la

pobreza, educación de calidad, incentivar la innovación, apoyar la paz y fortalecer las

instituciones, aunque son objetivos muy ambiciosos no son imposibles, con una buena estrategia,

paciencia y tiempo se cumplirán. La profundización de los problemas anteriores es motivo

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suficiente para que nos preocupemos por imprimirle un sentido de realidad a la renovación y

desarrollo de los programas curriculares, con el fin de que los aprendizajes sean culturalmente

pertinentes, socialmente relevantes e intelectualmente significativos (UNAD, 2011). La

educación superior en Colombia debe ser el laboratorio social propicio para pensar las dinámicas

de inclusión y construir sociedades inclusivas (Arizabaleta, S. & Ochoa, A., 2016).

Hablar de inclusión, implica hablar de relaciones interpersonales e intrapersonales, saber

interactuar con los demás, construir relaciones armoniosas, y entender cómo aprender a

autorregularse de manera positiva. Por tanto, cuando se habla de convivencia, inteligencia

emocional o desarrollo moral, debemos estar hablando de inclusión. Los tres conceptos

mencionados están directamente relacionados con la capacidad de formación y conocimientos de

los psicólogos. Estos aprendizajes deben hacer énfasis en la promoción y acompañamiento de un

desarrollo humano e integral, tanto de la persona, como de la familia, la comunidad y las

instituciones responsables de dinamizar los procesos de participación, decisión y ejecución de los

planes, programas y proyectos de desarrollo y bienestar social (UNAD, 2011).

Como mencionaba anteriormente, es evidente que el avance del país no es solo deber del

Estado, nosotros como ciudadanos también debemos aportar positivamente, -cada uno de

nosotros puede aportar a este movimiento mediante diferentes actividades-; pero a fin de cuentas

son los gobernantes los que tienen las riendas del país. Al enfrentar el futuro se corre el riesgo de

caer en errores de percepción o de equivocarse en la acción (Max Neef, p. 11).

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REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS

Inclusión Social. (2015, 30 marzo). AndalucíaSolidaria. http://www.andaluciasolidaria.org/que-

hacemos/inclusion-social

Rodríguez Martínez, C. (2017). Inclusión, educación y democracia en Colombia. Colombia:

Recuperado de http://hdl.handle.net/10596/11384

Vélez De La Calle, C. (s.f.). EDUCACION E INCLUSION EN COLOMBIA: UNA

APROXIMACION CONCEPTUAL Y EPISTEMOLOGICA DESDE LA PEDAGOGIA

SOCIAL. Recuperado de

http://www.surgam.org/articulos/503/COLOMBIA/MEMORIAS/tematica_completa_clau

dia_velez.pdf

Parra Dussan, C. (2010). “Educación inclusiva: Un modelo de educación para todos”. ISEES, 8,

73-84. https://dialnet.unirioja.es/servlet/articulo?codigo=3777544

Arizabaleta Domínguez, S. L., & Ochoa Cubillos, A. F. (2016). Hacia una educación superior

inclusiva en Colombia. Pedagogía y Saberes, 45, 41-52.

http://www.scielo.org.co/pdf/pys/n45/n45a05.pdf

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