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¿Puede la ciencia fáustica ofrecer una salvación del nihilismo?

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Antonio Dieguez
University of Malaga
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LIBROS

¿Puede la ciencia
fáustica ofrecer
una salvación
del nihilismo?
Antonio Diéguez
Naturaleza y futuro del hombre
Andrés Moya
Síntesis , Madrid, 2011, 216 pp.

El libro del catedrático de Genética Éste es un asunto que ha provoca-


de la Universidad de Valencia Andrés do ya intensas discusiones entre los fi-
Moya, titulado Naturaleza y futuro del lósofos y científicos de otros ámbitos
hombre, es sin lugar a dudas una de las culturales, pero que –con honrosas ex-
aportaciones más interesantes y dignas cepciones– solo muy recientemente ha
de atención que se ha realizado en los comenzado ser considerado seriamen-
últimos años a la filosofía escrita en te en nuestro país. Y, sin embargo, toda
español. En él Moya se enfrenta desde la atención que se le preste es poca.
una perspectiva original y muy bien in- Después de todo, si las biotecnologías
formada a un tema que suscita cada vez van a poner a nuestro alcance la posi-
mayor interés en el pensamiento con- bilidad de un mejoramiento de los ras-
temporáneo. Me refiero a la perspectiva, gos típicos de nuestra especie, permi-
abierta por el desarrollo espectacular de tiendo con ello no sólo la erradicación
las biotecnologías, de una transforma- de deficiencias genéticas que causan
ción sustancial de nuestra especie me- penosas enfermedades, sino también
diante la modificación de los genes en la potenciación de rasgos que consi-
la línea germinal, hasta el punto de – deramos deseables, y hasta la elección
llevadas esas transformaciones más allá de nuevos rasgos nunca poseídos por
de un cierto umbral– poder generar en nuestra especie, se abre ante nosotros
el futuro una especie distinta a partir de un espacio de incertidumbres, de du-
la nuestra. Es lo que ya se conoce como das, de esperanzas, de proyecciones
«transhumanismo».1 acerca de lo que debe ser una vida bue-

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na y digna de ser vivida, más vasto y che. El curso de los acontecimientos
complejo de lo que hasta ahora nos en la historia humana, empezando
por la gestación de la especie y la fe-
había proporcionado la reflexión éti-
nomenología más o menos peculiar
ca y filosófica acerca de la condición
que nos caracteriza, parece antici-
humana. No debería sorprender, por par un futuro transido por cambios
tanto, si la filosofía encuentra aquí una profundos en la naturaleza, la nues-
de sus tareas y motivaciones centrales tra incluida. El hombre ha llegado a
para la reflexión; aunque me temo que ser consciente de esa potencialidad
que, ahora, parece hacerse acto ra-
también encontrará algunos de sus
cional. Sugiero, no obstante, que el
mayores retos intelectuales y algunas
estado de las cosas no está maduro
de sus más agrias polémicas. Por eso, todavía para operaciones de gran
libros como el de Moya, que animen calado y que necesitamos caminar
este necesario debate también en nues- mucho más para conocer nuevas y
tro ámbito cultural han de ser muy fundamentales leyes, manteniendo
un difícil pero importante equili-
bienvenidos.
brio entre la ciencia prometeica [la
Digamos para empezar que en este ciencia centrada en la comprensión
asunto, tan cercano a las especulaciones racional] y la fáustica [la tecnocien-
mejor o peor informadas de la ciencia cia o ciencia estrechamente ligada a
ficción y –por qué no decirlo– también la implementación tecnológica].
a las fantasías delirantes de charlatanes […] La única forma de obviar, ade-
tecnofílicos o tecnofóbicos de diverso más, el nihilismo derivado de co-
cuño, es básico que se imponga el rigor nocer que somos productos de la
en el análisis y que, a ser posible, éste se evolución del Universo y, dentro
de él, del planeta Tierra, y que esta-
fundamente en un conocimiento de pri-
mos aquí igual que podríamos no
mera mano de los recursos con los que estar, es decidir qué vamos a hacer
la biotecnología cuenta realmente al día con nosotros mismos, con el buen
de hoy y en una proyección razonable entendimiento de que disponemos,
de los que plausiblemente dispondrá y saber que dispondremos, cada vez
en un futuro cercano. Andrés Moya es, más, de capacidad para intervenir
en lo natural. (pp. 10-12).
por tanto, uno de los autores más cuali-
ficados para ello, dado que al hecho de
ser él mismo un prestigioso genetista es Esta es, en esencia, la tesis desarro-
también un excelente filósofo de la bio- llada en las tres partes en las que el
logía, como ha acreditado en sus nume- libro se divide. La primera parte lleva
rosas publicaciones en esta materia. por título «Naturalización» y está de-
Moya sabe resumir muy bien al dicada a la exposición del proceso de
comienzo la tesis central del libro, de naturalización del ser humano, esto es,
modo que me limito a reproducir aquí al modo en que se ha ido fraguando la
sus palabras: explicación científica, a través del evo-
lucionismo, del origen y características
[…] [R]einvindico con precaución de nuestra especie, incluidas nuestras
la realización del sueño de Nietzs- capacidades cognitivas. La segunda

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LIBROS

parte lleva por título «Darwinización». un tipo peculiar de primates que, al


En ella se extraen las consecuencias fi- decir de Nietzsche, tuvo en la historia
losóficas que tiene el hecho mismo de del Universo un minuto altanero y fa-
haber podido proporcionar la expli- laz creyéndose otra cosa. Las diversas
cación evolutiva del ser humano a la estrategias que ha empleado el ser hu-
que hace referencia la primera parte. La mano a lo largo de su historia, y parti-
tercera parte, «Transevolución», es una cularmente en su historia reciente, para
reflexión sobre lo que Moya denomina no mirar de frente esta conclusión, son
«una nueva singularidad» de nuestra ellas mismas explicables como estrate-
especie: «la capacidad para modificar, gias adaptativas posibles frente al me-
transformar, la naturaleza, la [nuestra] dio que proporciona nuestro entorno
incluida y, en efecto, estar en disposi- cultural. Moya se toma muy en serio
ción de alterar el curso de la evolución el desafío que encierra la tesis de Cas-
biológica y cultural» (p. 107). trodeza, y ciertamente es algo que me-
En mi opinión, el nudo argumen- rece tomarse así. «¿Cabe imaginar un
tal del libro es presentado en el capí- mundo postdarwiniano –se pregunta
tulo 15, titulado «La darwinización del Moya– donde podamos dejar de ser es-
mundo». Este es también el título de pectadores pasivos de tan tiranos repli-
un libro del filósofo de la biología Car- cadores [fundamentalmente los genes]
los Castrodeza (2009), en cuyo honor y, en cambio, pasar a ser sus controla-
lo lleva este capítulo. En dicho capítulo dores? ¿Estaremos en condiciones de
se discuten las ideas que Castrodeza ha controlar tales replicadores y subvertir
venido presentando en ese y en otros el mundo al que nos han obligado a
libros anteriores acerca del impacto vivir?» (p. 160). La respuesta –afirma-
cultural y metafísico que ha tenido en tiva– a estas preguntas la encontramos
las últimas décadas la amplia asunción en la tercera parte del libro.
del darwinismo, y, en general, de una Según se argumenta en esa terce-
visión naturalista del ser humano y de ra parte, si bien no hemos alcanzado
la cultura misma. La tesis de Castrode- todavía la capacidad para tomar ese
za, resumida en muy pocas palabras, es control de forma efectiva, llegará el
que la única posición filosófica cohe- momento en que lo haremos, y ello
rente y consecuente en nuestra época constituirá el advenimiento de una
postmoderna con el punto de vista de nueva etapa evolutiva. Será el punto de
un naturalismo darwinista es el nihi- comienzo para ese sucesor del hombre
lismo. No cabe sino la aceptación de que ya vislumbrara Nietzsche, aunque
nuestra «vulnerabilidad total» ante un conseguido mediante procedimientos
cosmos ajeno, así como el reconoci- tecnológicos, lo cual –es útil señalar-
miento de la carencia de sentido de lo– lo aleja de la descripción nietzs-
nuestra existencia y de toda pretensión cheana: «[E]stamos hablando de un es-
de dotarla de un valor objetivo. Hemos tadio de la historia de la vida en el cual
de asumir finalmente y con todas sus el hombre será superado, un estadio de
consecuencias que no somos más que transhumanización que, en el ámbito

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de la ontología, comporta un retorno sino que hemos de asumirlo con deci-
primigenio al dasein de Heidegger» (p. sión, porque hemos emprendido con
192). ello no sólo una vía prometedora para
Moya ve este proceso como inevi- enfrentarnos al deterioro que hemos
table, y de hecho, insiste en que ya se producido en el planeta, sino también
ha iniciado, aunque también previene el único camino posible, después de
acerca de los peligros de intentar des- Darwin, para superar el nihilismo. Si
plegarlo por completo antes de estar la conciencia de nuestra inmersión en
suficientemente preparados: «Sola- un mundo puramente natural, sujeto a
mente cuando dispongamos de las fuerzas que no controlamos y que nos
conclusiones sobre la complejidad de tornan insignificantes –siendo la selec-
la naturaleza y conozcamos el grado ción natural una de ellas–, conduce al
de deterioro provocado por la artificia- nihilismo, la toma del control de esas
lidad previa así como la dinámica in- fuerzas por nuestra parte constituye eo
cremental de la densidad poblacional ipso el medio más efectivo para la supe-
humana es cuando estaremos en con- ración del nihilismo.
diciones de poder dar una respuesta de Como es bien sabido, Heidegger
intervención» (p. 177). Aquí surge una vio la técnica moderna como el cum-
cuestión que el lector podría plantear: plimiento de la metafísica occiden-
¿Estaremos alguna vez en esas condi- tal, y en tal sentido, constituía, según
ciones ideales de conocimiento que él, el elemento esencial del nihilismo
garanticen una intervención segura? contemporáneo. La técnica moderna
¿Podremos disponer en algún momen- es la plasmación del dominio del pen-
to, por ejemplo, de todos los datos sar calculador, responsable último del
acerca de los modos complejos en que olvido del ser. En este contexto heide-
pueden interactuar a largo plazo los ggeriano (en el que, por cierto, tanto
nuevos alelos que introduzcamos, o Castrodeza como Moya sitúan algunos
los que manipulemos, con el resto de de sus análisis), la tesis del libro po-
nuestro genoma? Si una intervención dría verterse en la afirmación de que el
responsable requiere de esos conoci- triunfo de la técnica, auque ha condu-
mientos esto es tanto como reconocer cido al nihilismo, es también el mejor
que cualquier intervención sobre nues- recurso para salir de él cuando la técni-
tra línea germinal se hará siempre asu- ca revierte sobre el propio ser humano.
miendo un riesgo imposible de eludir. Quisiera señalar que simpatizo con
Pero la cuestión relevante para la confianza de Moya en el poder de
Moya no es si resulta conveniente o no la tecnología –de mejores tecnologías
intervenir modificando la naturaleza que las actuales– como recurso in-
humana, cosa que hay que dar por sen- eludible para resolver muchos de los
tada, sino hasta qué punto vamos a ha- problemas que hemos creado con el
cerlo. Y toda vez que el proceso ya está propio desarrollo tecnológico. Preci-
iniciado, no tiene mucho sentido de- samente por ello, no es mi intención
jarse intimidar por los riesgos posibles, minusvalorar los efectos positivos que

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LIBROS

las técnicas de mejoramiento podrían mejoras que querríamos realizar en


aportar a muchas personas con padeci- nuestro cuerpo y nuestra mente hasta
mientos diversos, e incluso a personas acceder a ese futuro transhumano que
sanas que busquen la eliminación, o se señala en el horizonte? ¿No signi-
al menos la atenuación, de rasgos que ficaría –si es que se deja a los indivi-
consideramos indeseables, como, por duos libertad de elección para llevar a
ejemplo, la agresividad. Sería un error, cabo esas mejoras– la creación de nue-
según creo, prohibir de antemano to- vas desigualdades? ¿No cabría pensar,
das estas técnicas de mejoramiento, como consecuencia de ello, que el re-
como proponen algunos, sólo por el sultado final podría ser un aumento ge-
miedo a los posibles efectos negativos neralizado de la infelicidad (imagine-
(por mucho que a veces se nos presen- mos a individuos superinteligentes que
ten como aterradores). Mi principal han de conformarse con trabajos poco
discrepancia con las conclusiones de cualificados)? ¿O una disminución de
Moya proviene más bien de mi escep- la libertad (los futuros ciudadanos su-
ticismo ante la idea de que la salvación perinteligentes podrían ser poco dados
técnica de nuestra cada vez más de- a aceptar decisiones democráticas que
licada situación en este planeta deba consideren equivocadas, o podrían sen-
buscarse a través de la transformación tir la necesidad de endurecer las leyes y
técnica del propio ser humano. Por su- el control policial para hacer frente a
puesto, no voy a repetir con detalle to- delincuentes y terroristas superinteli-
dos los argumentos críticos que se han gentes)? Pero además, las mejoras que
efectuado en las últimas décadas acerca se intenten realizar en los individuos
del transhumanismo, y que Moya co- ¿serán verdaderamente el producto de
noce a buen seguro mucho mejor que la libre decisión individual, como el
yo (el lector puede encontrar tres bue- transhumanismo postula, o habrá fuer-
nos ejemplos de dichos argumentos tes presiones sociales, políticas, ideoló-
efectuados desde posiciones no conser- gicas, institucionales, etc. para que se
vadoras en Kitcher (1997), Habermas realicen unas en lugar de otras? ¿No
(2002) y Sandel (2007)). Pero no con- sería probable, por ejemplo, la existen-
viene olvidar que el proyecto transhu- cia de presiones para que las mejoras
manista encierra dificultades internas fueran encaminadas a la creación de
que deberían considerarse con dete- individuos mejor preparados física
nimiento si es que, como todo parece y mentalmente para la guerra, o para
indicar, es un proyecto que finalmente resistir el deterioro medioambiental,
la tecnociencia ha asumido. El libro de o para soportar la presencia de toxinas
Moya no se detiene en la discusión de en nuestros alimentos, o de individuos
estas dificultades, y esto es algo que al- diseñados para ofrecer una buena ima-
gunos lectores, entre los que me cuen- gen en los medios de comunicación?
to, a buen seguro echarán en falta. Me Estas preocupaciones las ha resumido
refiero a problemas como los siguien- acertadamente Daniel Sarewitz cuando
tes. ¿Son compatibles entre sí todas las escribe:

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[…] [S]i imagináramos un mun- porciona dicha propuesta una respuesta
do mejor, donde los humanos y lo aceptable al desafío planteado por Cas-
humano fueran mejores, sería un
trodeza? O dicho de otro modo: ¿Pue-
mundo con más justicia, más igual-
de el transhumanismo constituir real-
dad, más paz, más libertad, más
tolerancia y amistad, más belleza, mente una superación del nihilismo?
más oportunidades. Tales condicio- La dolencia nihilista que la pretensión
nes, así como los cambios políticos de intervención y de control de nues-
y sociales que las alentarían, no son tra especie pretende solventar es una
internalizables en las tecnologías
dolencia experimentada sobre todo in-
del mejoramiento humano, y me-
dividualmente (aunque, por supuesto,
nos aún pueden ser designados para
que emerjan de los efectos conjun- también tenga sus manifestaciones so-
tos de los rasgos individuales me- ciales). Son los individuos concretos los
jorados en muchos humanos. El que sienten que la existencia carece de
transhumanismo y el programa tec- significado, de propósito definido, de
nológico de mejoramiento humano
telos al que aspirar o de valores a los que
resulta ser el espejo de, no la cura
aferrarse. Es muy difícil, en mi opinión,
para, la condición humana moder-
na. (Sarewitz 2011, p. 208). que la visión de un futuro transhumano
pueda significar un alivio siquiera para
Nada garantiza, en efecto, que los muchos de aquellos que experimenten
resultados de las transformaciones an- el nihilismo como un verdadero nau-
heladas por el transhumanismo sean fragio personal. Más bien, cabe pensar
finalmente tan deseables (ni para no- que sólo unos pocos vean en la posibi-
sotros ni para nuestros descendientes lidad de control de la evolución futura
transhumanos) como en principio po- de nuestra especie un objetivo capaz de
dría parecer. Como en toda interven- dotar de significado y orientación a sus
ción tecnológica –esto lo hizo notar vidas o de ilusionar a toda la sociedad.
con insistencia Jaques Ellul– el grano ¿En qué sentido, por otra parte, puede
no es separable de la paja. Los efectos ser un lenitivo contra el nihilismo, ya
positivos y los negativos vienen en- sea en sus aspectos individuales o so-
trelazados, y no podemos quedarnos ciales, un proyecto de intervención que
sólo con los primeros. Habría, pues, conduce inevitablemente al final de
que medir con suma prudencia cuáles nuestra propia especie? ¿En qué se di-
serían estos efectos negativos posibles ferenciaría ese proyecto del de una ex-
(cosa que, ciertamente, Moya también terminación programada de la misma?
recomienda, como ya hemos visto). Podría responderse a esto que, además
Pero como digo, no es mi intención de que el transhumanismo se haría de
poner el énfasis en estos problemas forma no cruenta, la diferencia final
que han sido ampliamente tratados en entre ambos proyectos sería que en el
la literatura crítica sobre el transhuma- primer caso, tras nuestra extinción, ha-
nismo. Quiero centrar mi comentario bría quedado una especie descendiente
personal a la propuesta de Moya en esta de la nuestra. Pero esto es algo que no
otra cuestión no menos relevante: ¿Pro- pareció capaz de proporcionar mucho

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LIBROS

consuelo cuando hace años lo propuso manipulación, del control, de la pro-


Hans Moravec (1988) como prepara- vocación, deja sencillamente a las cosas
ción para recibir a las futuras máquinas ser. El transhumanismo es la renuncia
superinteligentes, bien que en este caso completa a la actitud de Gelassenheit.
Moravec no las presentaba, claro está, Es más bien la pretensión de llevar el
como descendientes biológicos de los control técnico de lo humano hasta sus
seres humanos, sino como sus descen- últimas consecuencias y ello en una ac-
dientes culturales. titud que, siguiendo esta vez a Ortega,
Por otro lado, si volvemos al aná- podríamos calificar de antitecnológica,
lisis heideggeriano (que yo perso- porque si la tecnología ha consistido
nalmente no asumo por completo, hasta ahora en la creación de una so-
aunque lo considero iluminador en al- brenaturaleza que adapta el medio al
gunos puntos), el transhumanismo de- sujeto, el transhumanismo pretende
bería ser considerado con todo derecho conseguir con ella un sujeto adaptado
como una manifestación última de la a cualquier medio posible. El transhu-
voluntad de poder, o en términos más manismo, finalmente, no parece ir por
propios, de la voluntad de voluntad, la senda de una transvaloración de to-
implícita en el dominio del Gestell, es dos lo valores, ni por la de la creación
decir, en el dominio de la esencia de la de nuevos valores o principios de valo-
técnica moderna. El transhumanismo ración, sino que más bien se manifiesta
tomaría al ser humano como fondo de como la exacerbación de algunos valo-
reservas (Bestand), como algo disponi- res propios de la sociedad de consumo
ble y sometible al control, en un grado contemporánea animada por las posi-
mucho mayor que el que había sido bilidades que podría ofrecer el super-
factible hasta el momento. El desplie- mercado genético. Justo los valores que
gue de un poder semejante no podría el nihilismo no ha conseguido derribar.
constituir –de acuerdo con estas pre- El libro de Moya se atreve a plantear
misas– más que un ahondamiento en de forma clara la necesidad de empe-
el nihilismo al que nos ha conducido zar a reflexionar sobre la situación en
el dominio del Gestell. Sería el triunfo la que nos ha colocado ya la biotecno-
final y definitivo del pensamiento cal- logía y que no hará más que ahondarse
culador. Podría decirse incluso que la en los próximos años. Por ello, por la
dominación técnica del propio ser hu- fortaleza de sus argumentos y por la
mano representa, de hecho, la actitud importancia del problema suscitado,
contraria a la que, según Heidegger, es un libro que merece una lectura de-
podría quizás llevarnos a una relación tenida por cualquier lector interesado,
libre (y por tanto, más satisfactoria) no ya en la filosofía y en la ciencia,
con la esencia de la técnica, a saber: la sino simplemente en el futuro que nos
actitud de desasimiento, de serenidad espera.
(Gelassenheit). Una actitud que lejos de
la voluntad de dominio, de la transfor- Antonio Diéguez
mación tecnológica del mundo, de la Universidad de Málaga

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RECONOCIMIENTOS
Este trabajo ha sido realizado bajo los auspicios
del proyecto de investigación FFI2008-01580/
CONSOLIDER INGENIO CSD2009-0056 finan-
ciado por el Ministerio de Ciencia e Innovación.

NOTAS
1. Una buena introducción a este tema es
Bostrom (2011).

Referencias

Bostrom, N. 2011: «Una historia del pensamiento


transhumanista», Argumentos de Razón Técnica,
nº 14, 2011, pp. 157-191.
Castrodeza, C. 2009: La darwinización del mundo,
Barcelona, Herder.
Habermas, J. 2002: El futuro de la naturaleza hu-
mana. ¿Hacia una eugenesia liberal?, Barcelona,
Paidós.
Kitcher, Ph. 1997: The Lives to Come. The Genetic
Revolution and Human Possibilities, Nueva York,
Touchstone.
Moravec, H. 1988: Mind Children. The Future of
Robots and Human Intelligence, Cambridge,
MA, Harvard University Press.
Sandel, M. J. 2007: The Case against Perfection.
Ethics in the Age of Genetic Engineering, Cam-
bridge, MA, Harvard University Press.
Sarewitz, D. 2011: «Can Technology Make You
Better?», Argumentos de Razón Técnica, 14, pp.
193-209.

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