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Antonio Dieguez
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All content following this page was uploaded by Antonio Dieguez on 06 June 2016.
¿Puede la ciencia
fáustica ofrecer
una salvación
del nihilismo?
Antonio Diéguez
Naturaleza y futuro del hombre
Andrés Moya
Síntesis , Madrid, 2011, 216 pp.
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na y digna de ser vivida, más vasto y che. El curso de los acontecimientos
complejo de lo que hasta ahora nos en la historia humana, empezando
por la gestación de la especie y la fe-
había proporcionado la reflexión éti-
nomenología más o menos peculiar
ca y filosófica acerca de la condición
que nos caracteriza, parece antici-
humana. No debería sorprender, por par un futuro transido por cambios
tanto, si la filosofía encuentra aquí una profundos en la naturaleza, la nues-
de sus tareas y motivaciones centrales tra incluida. El hombre ha llegado a
para la reflexión; aunque me temo que ser consciente de esa potencialidad
que, ahora, parece hacerse acto ra-
también encontrará algunos de sus
cional. Sugiero, no obstante, que el
mayores retos intelectuales y algunas
estado de las cosas no está maduro
de sus más agrias polémicas. Por eso, todavía para operaciones de gran
libros como el de Moya, que animen calado y que necesitamos caminar
este necesario debate también en nues- mucho más para conocer nuevas y
tro ámbito cultural han de ser muy fundamentales leyes, manteniendo
un difícil pero importante equili-
bienvenidos.
brio entre la ciencia prometeica [la
Digamos para empezar que en este ciencia centrada en la comprensión
asunto, tan cercano a las especulaciones racional] y la fáustica [la tecnocien-
mejor o peor informadas de la ciencia cia o ciencia estrechamente ligada a
ficción y –por qué no decirlo– también la implementación tecnológica].
a las fantasías delirantes de charlatanes […] La única forma de obviar, ade-
tecnofílicos o tecnofóbicos de diverso más, el nihilismo derivado de co-
cuño, es básico que se imponga el rigor nocer que somos productos de la
en el análisis y que, a ser posible, éste se evolución del Universo y, dentro
de él, del planeta Tierra, y que esta-
fundamente en un conocimiento de pri-
mos aquí igual que podríamos no
mera mano de los recursos con los que estar, es decidir qué vamos a hacer
la biotecnología cuenta realmente al día con nosotros mismos, con el buen
de hoy y en una proyección razonable entendimiento de que disponemos,
de los que plausiblemente dispondrá y saber que dispondremos, cada vez
en un futuro cercano. Andrés Moya es, más, de capacidad para intervenir
en lo natural. (pp. 10-12).
por tanto, uno de los autores más cuali-
ficados para ello, dado que al hecho de
ser él mismo un prestigioso genetista es Esta es, en esencia, la tesis desarro-
también un excelente filósofo de la bio- llada en las tres partes en las que el
logía, como ha acreditado en sus nume- libro se divide. La primera parte lleva
rosas publicaciones en esta materia. por título «Naturalización» y está de-
Moya sabe resumir muy bien al dicada a la exposición del proceso de
comienzo la tesis central del libro, de naturalización del ser humano, esto es,
modo que me limito a reproducir aquí al modo en que se ha ido fraguando la
sus palabras: explicación científica, a través del evo-
lucionismo, del origen y características
[…] [R]einvindico con precaución de nuestra especie, incluidas nuestras
la realización del sueño de Nietzs- capacidades cognitivas. La segunda
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de la ontología, comporta un retorno sino que hemos de asumirlo con deci-
primigenio al dasein de Heidegger» (p. sión, porque hemos emprendido con
192). ello no sólo una vía prometedora para
Moya ve este proceso como inevi- enfrentarnos al deterioro que hemos
table, y de hecho, insiste en que ya se producido en el planeta, sino también
ha iniciado, aunque también previene el único camino posible, después de
acerca de los peligros de intentar des- Darwin, para superar el nihilismo. Si
plegarlo por completo antes de estar la conciencia de nuestra inmersión en
suficientemente preparados: «Sola- un mundo puramente natural, sujeto a
mente cuando dispongamos de las fuerzas que no controlamos y que nos
conclusiones sobre la complejidad de tornan insignificantes –siendo la selec-
la naturaleza y conozcamos el grado ción natural una de ellas–, conduce al
de deterioro provocado por la artificia- nihilismo, la toma del control de esas
lidad previa así como la dinámica in- fuerzas por nuestra parte constituye eo
cremental de la densidad poblacional ipso el medio más efectivo para la supe-
humana es cuando estaremos en con- ración del nihilismo.
diciones de poder dar una respuesta de Como es bien sabido, Heidegger
intervención» (p. 177). Aquí surge una vio la técnica moderna como el cum-
cuestión que el lector podría plantear: plimiento de la metafísica occiden-
¿Estaremos alguna vez en esas condi- tal, y en tal sentido, constituía, según
ciones ideales de conocimiento que él, el elemento esencial del nihilismo
garanticen una intervención segura? contemporáneo. La técnica moderna
¿Podremos disponer en algún momen- es la plasmación del dominio del pen-
to, por ejemplo, de todos los datos sar calculador, responsable último del
acerca de los modos complejos en que olvido del ser. En este contexto heide-
pueden interactuar a largo plazo los ggeriano (en el que, por cierto, tanto
nuevos alelos que introduzcamos, o Castrodeza como Moya sitúan algunos
los que manipulemos, con el resto de de sus análisis), la tesis del libro po-
nuestro genoma? Si una intervención dría verterse en la afirmación de que el
responsable requiere de esos conoci- triunfo de la técnica, auque ha condu-
mientos esto es tanto como reconocer cido al nihilismo, es también el mejor
que cualquier intervención sobre nues- recurso para salir de él cuando la técni-
tra línea germinal se hará siempre asu- ca revierte sobre el propio ser humano.
miendo un riesgo imposible de eludir. Quisiera señalar que simpatizo con
Pero la cuestión relevante para la confianza de Moya en el poder de
Moya no es si resulta conveniente o no la tecnología –de mejores tecnologías
intervenir modificando la naturaleza que las actuales– como recurso in-
humana, cosa que hay que dar por sen- eludible para resolver muchos de los
tada, sino hasta qué punto vamos a ha- problemas que hemos creado con el
cerlo. Y toda vez que el proceso ya está propio desarrollo tecnológico. Preci-
iniciado, no tiene mucho sentido de- samente por ello, no es mi intención
jarse intimidar por los riesgos posibles, minusvalorar los efectos positivos que
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[…] [S]i imagináramos un mun- porciona dicha propuesta una respuesta
do mejor, donde los humanos y lo aceptable al desafío planteado por Cas-
humano fueran mejores, sería un
trodeza? O dicho de otro modo: ¿Pue-
mundo con más justicia, más igual-
de el transhumanismo constituir real-
dad, más paz, más libertad, más
tolerancia y amistad, más belleza, mente una superación del nihilismo?
más oportunidades. Tales condicio- La dolencia nihilista que la pretensión
nes, así como los cambios políticos de intervención y de control de nues-
y sociales que las alentarían, no son tra especie pretende solventar es una
internalizables en las tecnologías
dolencia experimentada sobre todo in-
del mejoramiento humano, y me-
dividualmente (aunque, por supuesto,
nos aún pueden ser designados para
que emerjan de los efectos conjun- también tenga sus manifestaciones so-
tos de los rasgos individuales me- ciales). Son los individuos concretos los
jorados en muchos humanos. El que sienten que la existencia carece de
transhumanismo y el programa tec- significado, de propósito definido, de
nológico de mejoramiento humano
telos al que aspirar o de valores a los que
resulta ser el espejo de, no la cura
aferrarse. Es muy difícil, en mi opinión,
para, la condición humana moder-
na. (Sarewitz 2011, p. 208). que la visión de un futuro transhumano
pueda significar un alivio siquiera para
Nada garantiza, en efecto, que los muchos de aquellos que experimenten
resultados de las transformaciones an- el nihilismo como un verdadero nau-
heladas por el transhumanismo sean fragio personal. Más bien, cabe pensar
finalmente tan deseables (ni para no- que sólo unos pocos vean en la posibi-
sotros ni para nuestros descendientes lidad de control de la evolución futura
transhumanos) como en principio po- de nuestra especie un objetivo capaz de
dría parecer. Como en toda interven- dotar de significado y orientación a sus
ción tecnológica –esto lo hizo notar vidas o de ilusionar a toda la sociedad.
con insistencia Jaques Ellul– el grano ¿En qué sentido, por otra parte, puede
no es separable de la paja. Los efectos ser un lenitivo contra el nihilismo, ya
positivos y los negativos vienen en- sea en sus aspectos individuales o so-
trelazados, y no podemos quedarnos ciales, un proyecto de intervención que
sólo con los primeros. Habría, pues, conduce inevitablemente al final de
que medir con suma prudencia cuáles nuestra propia especie? ¿En qué se di-
serían estos efectos negativos posibles ferenciaría ese proyecto del de una ex-
(cosa que, ciertamente, Moya también terminación programada de la misma?
recomienda, como ya hemos visto). Podría responderse a esto que, además
Pero como digo, no es mi intención de que el transhumanismo se haría de
poner el énfasis en estos problemas forma no cruenta, la diferencia final
que han sido ampliamente tratados en entre ambos proyectos sería que en el
la literatura crítica sobre el transhuma- primer caso, tras nuestra extinción, ha-
nismo. Quiero centrar mi comentario bría quedado una especie descendiente
personal a la propuesta de Moya en esta de la nuestra. Pero esto es algo que no
otra cuestión no menos relevante: ¿Pro- pareció capaz de proporcionar mucho
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RECONOCIMIENTOS
Este trabajo ha sido realizado bajo los auspicios
del proyecto de investigación FFI2008-01580/
CONSOLIDER INGENIO CSD2009-0056 finan-
ciado por el Ministerio de Ciencia e Innovación.
NOTAS
1. Una buena introducción a este tema es
Bostrom (2011).
Referencias
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