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Galileo, Kepler y el cielo.

Desde el inicio, el hombre ha tenido curiosidad sobre su entorno, pero, al momento de


expresar sus ideas han existido algunas limitaciones. Estas limitaciones son causadas por la
sociedad en sí y la forma en que los individuos acogen los nuevos descubrimientos.

Este es el caso de Kepler y Galileo, dos grandes pensadores y astrónomos que vivieron
aproximadamente 400 años atrás cuando la ciencia aún no estaba desarrollada y ésta no
tenía ninguna distinción de la filosofía y la religión.

Galileo y Kepler tenían cosas en común, pero la más importante es que eran grandes
pensadores y ambos estaban en una constante búsqueda de la verdad.

Galileo estudiaba matemáticas desde los 19 años, venía de una buena familia, era un joven
curioso y lleno de entusiasmo por la vida. Galileo estudiaba las leyes que regían la caída libre
de los cuerpos y consideraba que estudiar mediante observación y experimentos era más
eficaz que estudiar el saber antiguo, igual que Kepler.

Kepler, quien era 9 años menor que Galileo estudiaba en una escuela de Tubinga, donde
terminó sus estudios y luego empezó a estudiar teología. El interés de Kepler acerca del
universo surgió en la universidad cuando observó las investigaciones de Copérnico.

Kepler comenzó a desarrollar sus investigaciones de astrología y decidió compartir su trabajo


con el astrólogo más famoso de la época conocido como Brahe, pero este no quedó muy
asombrado. Entonces, decidió enviarlos a la universidad de Padua, allí se encontraba Galileo
y se puso en contacto con él. De esta manera inicia una amistad entre estos dos grandes
pensadores.

Kepler tomó los trabajos realizados por Brahe luego de su muerte y comenzó a interpretarlos,
sentando así las bases de la astrología moderna por medio de las leyes de los movimientos
planetarios.

Galileo diseñó y creó el telescopio y gracias a esto pudo determinar la superficie de la luna
correctamente. Por medio de su obra “El mensajero sideral” dio a conocer una descripción
detallada sobre los nuevos cuerpos celestes que había observado.
Galileo siempre había tenido miedo de hacer públicas sus ideas, porque tenía temor de la
reacción que causaría esto ante la sociedad. En cambio, Kepler estaba convencido de que
sus ideas eran la verdad y que no podrían causar ningún desacuerdo.

Galileo y Kepler eran personas ilustradas de aquel tiempo, pero, la publicación de sus ideas
sobre la astronomía estaba limitadas y condicionadas, no solo por la reacción que causaría
esta ante la sociedad y el posible giro que esto le daría a la ciencia, sino, también, porque
anteriormente ya existían conceptos sobre astronomía establecidos y aceptados. Un ejemplo
de esto eran los estudios de Nicolas Copérnico y Tolomeo donde la concepción del último era
apoyada por la iglesia.

Las Tablas Rudolfinas fue una obra escrita por Kepler donde predijo las posiciones
planetarias. No pudo publicar su obra en Links así que se fue a Ratisbona, donde murió.

Por otra parte, Galileo, era una persona un poco arrogante, se sobrestimaba a sí mismo y
siempre guardaba sus descubrimientos con celos y esto lo llevo al fracaso. Galileo cometió un
error al negar el modelo astronómico de Tolomeo por lo tanto se vio obligado a retractar sus
teorías.

Kepler no contaba con los recursos suficientes para llevar a cabo sus experimentos, ya que él
no poseía un buen salario, esto de alguna forma también condicionó que hiciera más
descubrimientos. Pero, algo que admirar de él era el trabajo incansable que realizaba ante la
búsqueda de la verdad y su confianza en lo que descubría, sin importar todas estas
limitaciones que este tenía.

Los descubrimientos y aportes que hicieron estos dos grandes pensadores son
inconmensurables. Sin importar la situación y los límites que existían, Kepler y Galileo siempre
buscaron el camino hacia la verdad y aunque, sus aportes no fueron reconocidos en su
momento por la carencia de conocimientos que existían, hoy en día son demasiados
importantes para la astronomía moderna. También es de admirar que todo lo que descubrían
era en base a sus conocimientos y no tenían recursos tecnológicos que les facilitara el camino
hacia la verdad.

Por otro lado, la sociedad debe de estar abierta a nuevos descubrimientos, ya que estos
pueden dar paso a la verdad, el desarrollo y a la corrección de algunos errores. De la misma
manera, debe apoyar a las personas que se esfuerzan por descubrir nuevos conocimientos ya
que estos pueden contribuir y dar un cambio de horizonte al mundo.

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