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ESCRIBIR UN BREVE ENSAYO O REFLEXIÓN SOBRE LA RELACIÓN

GLOBALIZACIÓN Y TRIBUTACIÓN EN ECONOMÍAS DE PAÍSES EN VÍA DE


DESARROLLO: REPÚBLICA DOMINICANA.

La Globalización y la Tributación.
Es un hecho plenamente aceptado que la globalización brinda grandes oportunidades y
también grandes riesgos para el desarrollo y, por ende, las estrategias de desarrollo
nacionales deben diseñarse en función de las posibilidades que ofrece la globalización, los
requisitos y los riesgos que exige. La globalización económica, como todo fenómeno
económico, se refleja en el diseño de los sistemas tributarios nacionales. Entre los más
destacados podemos señalar los siguientes;
1) La base tributaria de un país ya no está solamente limitada, como en el pasado, al
territorio del Estado, pero en alguna medida ha sido extendida para incluir partes de las
bases impositivas de otros países del mundo. La razón es que ahora un país puede atraer y
hacer tributar capital financiero extranjero, (b) inversión directa extranjera, (c)
consumidores extranjeros, (d) trabajadores extranjeros, (e) individuos extranjeros con altos
ingresos incluidas personas que perciben pensiones.
2) El desarme de la fiscalidad impulsada por la globalización ha contribuido a aumentar
las desigualdades de renta y patrimonio de las personas. Esto como consecuencia de la
reducción, a escala mundial, de la progresividad del impuesto sobre la renta, la reducción o
eliminación de la imposición sobre el capital y las sucesiones, y la disminución de la
imposición sobre las sociedades. Y todo ello bajo la presión de la movilidad del capital que
la globalización ha provocado.
3) Observamos que la globalización de los procesos de producción de bienes y servicios, que
significan una división y reubicación del trabajo en ámbitos nacionales distintos, dificulta la
determinación de los beneficios o bases imponibles en territorios nacionales. También
dichos procesos transnacionales facilitan la transferencia de bases imponibles, bajo el
mecanismo de precios, a jurisdicciones fiscales más baja tributación.
4) Desde una perspectiva financiera, la movilidad perfecta del capital permite localizar la
inversión donde la rentabilidad financiero-fiscal sea óptima. Todo ello obliga a configurar
los sistemas tributarios a las consideraciones de competitividad, eficiencia económica y
libertad de transacciones y de capitales.
Coincidiendo con la globalización se han producido reformas generalizadas en los sistemas
tributarios de los países desarrollados y también en países en desarrollo que responden a
los profundos cambios debidos a la liberalización de los factores productivos, especialmente
del factor capital.
Consecuentemente, los sistemas fiscales nacionales se ven obligados a revisar y rediseñar
sus principios tributarios de forma dinámica al igual que se modifican las circunstancias o
hipótesis económicas del entorno.
El diseño de buena parte de esta normativa tributaria responde a un contexto económico
donde el comercio entre Estados y personas era off line, era material, estaba controlado y
limitado, y donde los movimientos de capital e inversión entre los diferentes Estados tenían
también escasa importancia.

Se trataba, por tanto, de normas tributarias diseñadas para un contexto mundial donde el
grado de interdependencia e interrelación entre las diferentes economías nacionales era
limitado.
Las limitaciones que en este contexto se ejercían o proyectaban sobre el ejercicio de la
autonomía del poder tributario de cada Estado eran de poca importancia y prácticamente
sin consecuencias en el diseño de la normativa tributaria nacional.
El contexto en el que se diseñaron los sistemas tributarios que llegan hasta nuestros días:
a) Los intercambios comerciales internacionales se referían a productos o bienes
materiales tangibles.
b) La mayor parte del comercio internacional se desarrollaba entre entidades
independientes o no asociadas.
c) Los servicios de telecomunicaciones estaban reservados al Estado en régimen de
monopolio o a una entidad pública y operaban en un solo Estado y eran muy costosas.
d) Las comunicaciones eran relativamente lentas y costosas.
e) Como regla, se requería presencia física para realizar actividades empresariales en otro
país.
f) Los activos intangibles tenían escasa importancia y valor.
g) No existía una movilidad (transnacional) del capital, de manera que los flujos
financieros y de inversión directa tenían principalmente carácter nacional, lo cual afectaba
a los mercados financieros y a la composición del accionariado de las sociedades
h) Los denominados “paraísos fiscales” (tax havens) tenían escasa importancia.
En un contexto económico relativamente cerrado, la normativa tributaria era diseñada
teniendo en consideración factores fundamentalmente internos y pensando básicamente
en su proyección sobre operaciones internas que ponían de manifiesto la capacidad de pago
de las personas; renta, ahorro y consumo.
En este contexto, el legislador tributario no se veía limitado por consideraciones de
“competitividad internacional” a la hora de diseñar el sistema tributario, esto es, no se
preocupaba por la huida del capital y la inversión hacia otros países con un “clima fiscal”
más favorable.
Del mismo modo, los Estados poseían “independencia Administrativa u operacional” sobre
el sistema tributario, en la medida que las autoridades fiscales podían llevar a cabo el
control o supervisión de la aplicación efectiva de las normas tributarias, sin necesidad de
ser asistidos en tal labor por autoridades fiscales de otros países.
El proceso de globalización ha cambiado significativamente el contexto económico sobre el
que descansan los sistemas tributarios.
Consiguientemente, la globalización económica, ha transformado de forma radical el
contexto económico sobre el que se diseñaban los sistemas tributarios que se han ido
elaborando a lo largo del siglo XIX y XX por parte de los diferentes países.
El impacto que la globalización ha tenido en la tributación se manifiesta en los siguientes
términos;
a) En las limitaciones al poder soberano de los Estados para definir y diseñar con autonomía
sus sistemas tributarios nacionales, quedándoles márgenes de maniobra cada vez más
reducidos, especialmente en determinado tipo de materias y producto tanto por la
competencia del mercado como de acuerdos internacionales o supranacionales.
b) En la necesidad de rediseñar las principales normas y principios tributarios que inspiraban
el diseño de los sistemas tributarios nacionales, al considerarse que tales reglas fueron
elaboradas y pensadas para un “mundo” que ha dejado de existir como tal.
c) En la necesidad de responder a los desafíos fiscales que significa la nueva estrategia
empresarial de producir bienes dividiendo la organización y los procesos productivos y
localizándoles en diferentes países para aprovechar ventajas comparativas y mejorar la
eficiencia de producción.
d) El fuerte impacto del desarrollo vertiginoso de las tecnologías de la información y
comunicaciones y el Internet con efectos en el libre movimiento de capitales y el
crecimiento de la competencia fiscal nociva especialmente través de los paraísos fiscales.
La erradicación de la pobreza extrema en República Dominicana se puede alcanzar por
medio de mejoras en política fiscal y social. El estudio titulado “Política fiscal y
redistribución en la República Dominicana” indica que con un gasto adicional del 1.3 por
ciento del Producto Interno Bruto para duplicar las transferencias directas a los más pobres
y lograr la cobertura universal de salud y educación pública incluso reformas
administrativas, el país caribeño lograría elevar a todos los dominicanos por encima de la
línea de la pobreza extrema.

Para alcanzarlo, el informe considera esencial revisar las políticas fiscales enfocándose en
medidas administrativas para reducir la evasión de impuestos y disminuir la informalidad.
También sugiere una revisión de los subsidios a la electricidad para asegurar que beneficien
a los que más lo necesitan.
Durante las tres últimas décadas, la República Dominicana se ha situado entre las
economías de mayor crecimiento en América Latina y el Caribe. De hecho, en 2014 y 2015
fue la economía que más creció a un promedio de 7.2 por ciento, y se pronostica que su
crecimiento económico seguirá robusto en el 2016, en torno al 6 por ciento. Pero a pesar
de los esfuerzos considerables del Gobierno para aumentar el gasto social en los últimos
años, una capacidad limitada de recaudación ha restringido el alcance de sus políticas
manteniendo deficiencias en la prestación de servicios públicos que disminuyen su impacto
en los niveles de pobreza y desigualdad.
Se sugiere unas prioridades para cerrar la brecha de equidad:
• Reformar el sistema de impuestos indirectos, concentrándose en las exenciones del
Impuesto de Transferencias de Bienes Industriales y Servicios (TBIS), el IVA principal
de la República Dominicana, que benefician mayormente a las clases media y alta y
que suponen el 3% del PIB del 2013.
• Reformar los subsidios a la electricidad y programas como Bono Luz y Bonagas
Hogar –poniendo atención a los que benefician a los más pobres.
• Aumentar a los subsidios que benefician a los pobres tales como Comer es primero,
Incentivo a la asistencia escolar y a los servicios de salud, evitando crear nuevos.
• Continuar la ejecución de las recomendaciones del Pacto por la Educación para
mejorar la calidad.

Algunos países comparables han logrado una mayor reducción de la desigualdad


recaudando grandes cantidades de impuestos y reinvirtiéndolos en programas sociales y
servicios públicos. Esto sugiere que, con medidas similares, República Dominicana podría
tener un mayor impacto social y reducir la desigualdad que todavía persiste en el país a
pesar de los grandes logros económicos del país.

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