Está en la página 1de 5

EN LO PRINCIPAL: CONTESTA DEMANDA DE DIVORCIO POR CESE DE

CONVIVENCIA, ALLANÁNDOSE; EN EL PRIMER OTROSÍ: CONTESTA DEMANDA DE


COMPENSACIÓN ECONÓMICA; EN EL SEGUNDO OTROSÍ: PRIVILEGIO DE POBREZA;
EN EL TERCER OTROSÍ: FORMA DE NOTIFICACIÓN; EN EL CUARTO OTROSÍ:
PATROCINIO Y PODER.

S. J. L. DE FAMILIA DE SANTIAGO (4º)

JUAN CARLOS CID RUIZ, cédula nacional de identidad N° 14.234.288-k, chileno,


casado, constructor, domiciliado en Pasaje Lautaro N°6325, comuna de Peñalolén,
demandado en autos sobre Divorcio Unilateral por Cese de la Convivencia, caratulados
“ORELLANA / CID”, RIT C-3317-2014, a US. con respeto digo:

Que, en virtud de lo preceptuado en el art 58 de la Ley de Tribunales de Familia,


vengo en contestar dentro de plazo la demanda de divorcio unilateral interpuesta por mi
cónyuge doña MARÍA CECILIA ORELLANA RAMÍREZ, chilena, casada, asesora del hogar,
domiciliada en Los Barquitos N° 6208-A, comuna de Peñalolén; allanándome a la demanda
interpuesta, con fundamento en los antecedentes de hecho y argumentos de derecho que
paso a exponer:

1.- Es efectivo que contraje matrimonio con la demandante el 7 de enero de 1993, en la


Circunscripción de Santiago, bajo el régimen de sociedad conyugal.

2.- Es efectivo que durante el matrimonio nació nuestro único hijo CARLOS FELIPE CID
ORELLANA, actualmente de 20 años de edad.

4.- Es efectivo que la convivencia entre nosotros duró hasta el mes de marzo del año
2011, fecha en que se produjo de manera definitiva la separación de hecho, tras varios
intentos de reanudar la vida juntos. También es cierto que nunca reiniciamos la vida en
común desde esa fecha, siendo imposible la reconciliación entre nosotros debido a las
desavenencias que nos llevaron a la separación.
POR TANTO:

En mérito de lo expuesto y de las normas pertinentes de la Ley de Matrimonio Civil Nº


19.947, especialmente art 55 y siguientes de la misma, y las normas pertinentes de la Ley de
Tribunales de Familia Nº 19.968.

RUEGO A US., tener por contestada la demanda de divorcio unilateral interpuesta por doña
María Cecilia Orellana Ramírez, allanándome a ella.

PRIMER OTROSÍ: Que en este mismo acto, vengo en contestar la Demanda de


Compensación Económica interpuesta por mi cónyuge doña MARÍA CECILIA ORELLANA
RAMÍREZ, ya individualizada, solicitando que sea desechada en todas sus partes, conforme
a los antecedentes de hecho y argumentos de derecho que paso a exponer a US.:

Los hechos

Cuando conocí a la demandante, ella trabajaba como Asesora del Hogar de manera
informal y yo trabajaba en construcción o en cualquier trabajo que me ofrecieran para
mantenerme, ya que no constituía mano de obra calificada.
Al poco tiempo de casados, nació nuestro hijo, por lo que nos vimos en la necesidad
de trabajar ambos para pagar el arriendo y los gastos propios de una familia de escasos
recursos. Ella trabajaba informalmente, al igual que antes de casados.
Así las cosas, en los primeros años tuvimos que contratar a una persona para que se
encargara del cuidado de nuestro hijo, entre las dos y las cinco de la tarde: yo lo cuidaba
hasta las dos de la tarde, hora en que me iba al trabajo, y mi cónyuge lo cuidaba desde las
cinco, hora en que regresaba del suyo.
Una vez que nuestro hijo comenzó a asistir a la escuela, ambos tuvimos más tiempo
para trabajar establemente; ella como Asesora del Hogar informalmente media jornada y yo
como maestro en construcción.
Mi cónyuge trabajó como Asesora del Hogar de manera informal, al menos tres
jornadas a la semana, pasando el resto de su tiempo libre entre la casa y la Iglesia Testigos
de Jeová, siendo fervorosa predicadora hasta el día de hoy. Mientras, yo mantuve el mismo
trabajo de Albañil o Maestro en Construcción, puesto que, aunque quise, las posibilidades de
establecerme y ascender laboralmente eran mínimas debido a mis escasos estudios.
Nunca entendí la informalidad del trabajo de mi cónyuge, pues era perfectamente
factible que ella le exigiera contrato de trabajo a su empleador, situación que le permitiría
cotizar en alguna institución previsional.
En suma, nuestra situación laboral fue siempre muy semejante. Tanto es así, que ni
siquiera pudimos ahorrar para comprar una casa propia y ninguno de los dos adquirió bienes
para sí.

Relación entre el Derecho y los hechos

Teniendo en consideración las normas pertinentes de la Ley de Matrimonio Civil, en


especial el art 61 y siguientes:
Primero, para determinar la procedencia de la compensación económica, debe
tenerse en cuenta especialmente la vida en común de ambas partes, la situación patrimonial
de ambos, y la edad y estado de salud del cónyuge beneficiario; puesto que es preciso que
la demandante haya quedado disminuida en su posibilidad de encontrar un trabajo
dignamente remunerado acorde a su posición social, frente a la situación económica que
vivía antes de la celebración del matrimonio. Además, tanto el menoscabo económico del
cónyuge beneficiario como el enriquecimiento del cónyuge deudor, son elementos
propios del enriquecimiento injusto a expensas de otro que deberían concurrir en este caso
para hacer procedente la compensación.
Segundo, que si tomamos en consideración la vida en común que enfrentaron ambas
partes y su situación laboral antes, durante y después del matrimonio, tenemos como
resultado que la situación económica de ambos es de tal semejanza que hace improcedente
la compensación económica de alguno de ellos.
Tercero, que si bien es cierto que la demandante nunca cotizó durante los años en
que duró la convivencia y trabajó menos de lo que trabajaba antes de contraer matrimonio,
ello se debió a que no quiso y no a que no pudo hacerlo bajo otras condiciones. Como se
expuso en los hechos, la demandante ejerció un trabajo informal como Asesora del Hogar
durante la vida conyugal y se desarrolló también en un aspecto personal muy valioso, como
es el de profesar una religión, debido a que contaba con más tiempo que el demandado para
hacerlo. Además, la edad de la demandante no es impedimento para que retome, como lo ha
hecho, su trabajo a tiempo completo como Asesora del Hogar.
Tercero, que si tomamos ahora en consideración la situación del demandado,
actualmente trabaja en construcción, puesto que así fue su situación laboral siempre: antes,
durante y después del matrimonio. Nunca se calificó ni obtuvo un ascenso en las labores que
desempeñaba, pues no contaba con estudios ni tiempo para llevarlos a cabo. Tampoco
posee bienes ni ahorros que permitan presumir que se enriqueció a costa de la permanencia
de la demandante en el hogar común.
Luego, no es legítimo mejorar la situación económica de la demandante mediante
una compensación económica que tiene por fundamento una asimetría entre los cónyuges
producida durante la vida matrimonial; puesto que, en este caso, la injusticia la sufrieron
ambos al verse impedidos de mejorar la dimensión económica de su vida al no tener
otras oportunidades. Pretender lo contrario, es ignorar el sentido de justicia que subyace a
dicha institución.
Finalmente, a esta parte no le cabe la menor duda que no se cumplen los requisitos
establecidos en los artículos 61 y 62 de la Ley N° 19.947 de Matrimonio Civil para que se
conceda la compensación económica que demanda doña María Cecilia Orellana Ramírez.

POR TANTO;

En merito de lo expuesto y lo dispuesto por los artículos 61 y siguientes de la Ley N°19.947


de Matrimonio Civil,

RUEGO A US., rechace en todas sus partes la demanda de compensación económica


interpuesta por la demandante.

SEGUNDO OTROSÍ: Ruego a US. tener presente que por el hecho de encontrarme
patrocinado por la Fundación de Asistencia Social y Legal de la Familia, Consultorio
Peñalolén, gozo de privilegio de pobreza.

TERCER OTROSI: Ruego a US. tener presente que, en virtud de lo dispuesto en el artículo
23 de la Ley N° 19.968, vengo en solicitar se me notifiquen las resoluciones que se dicten en
autos, por medio de correo electrónico, designando a este efecto el e-mail falf@penalolen.cl.

CUARTO OTROSI: Ruego a US. tener presente que por este acto, vengo en conferir
patrocinio y poder a los abogados de la Fundación de Asistencia Social y Legal de la Familia
de la comuna de Peñalolén, don PEDRO MANUEL ESCOBAR QUINTANA, cédula nacional
de identidad número 13.231.925-1, y a don MATÍAS ARTURO GONZÁLEZ SILVA, cédula
nacional de identidad número 13.455.638-2. Asimismo, vengo en delegar poder en la
postulante en práctica de la Fundación de Asistencia Legal de la Familia, consultorio
Peñalolén, doña CAROLINA ALEJANDRA BUSTOS DONOSO, cédula nacional de
identidad número 17.793.825-4, todos domiciliados para estos efectos en Pasaje 17 A,
número 931, Villa Naciones Unidas, comuna de Peñalolén, correo electrónico
falf@penalolen.cl, fono 22793009.

También podría gustarte