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ENSAYO: “DIOS EXISTE YO ME LO ENCONTRÉ” ANDRÉ FROSSARD

“Todo está dominado por la presencia, más allá y a través de una inmensa
asamblea, de Aquel cuyo nombre jamás podría escribir sin que me viniese el temor
de herir su ternura, ante Quien tengo la dicha de ser un niño perdonado, que se
despierta para saber que todo es regalo” (“Dios existe”, pp. 156-160).”

Es increíble como es el llamado que hace Dios con Frossard siendo asi que las
primeras páginas de su libro empiezan describiendo su vida de niño en su aldea,
rodeado de su familia y de los retratos de Marx y Jaures, vida tan exenta de
referencia trascendente como abonada por una humanidad buena que le rodea y
protege con cierta rigidez. Su padre se convierte en una figura clave del movimiento
obrero y comunista en Francia, de modo que se trasladan a París, donde Frossard
ensaya estudios y oficios hasta dar con el periodismo. Un joven bastante distinto a
él se gana su simpatía y amistad; Willemin es equilibrado, católico, vehemente,
simpático, cariñoso, y proselitista y no cesa de polemizar con su amigo Frossard,
superficial y ateo. En cierta ocasión André, encarecido por su amigo, lee "La nueva
Edad Media" de Berdiaeff, un libro muy popular entonces, y un autor admirado por
el propio André pero del que no puede comprender como resuelve las cuestiones
con una apelación a la trascendencia. Al serle preguntado por el libro se produce un
malentendido fruto del apresuramiento del momento, Willemin cree entender en las
palabras de Frossard que éste por fin se ha convencido de la existencia de Dios y
le invita a cenar para celebrarlo. Como es más complicado aclararlo que disfrutar
de una buena comida no pone reparos a la cita, de modo que quedan y a la hora
convenida su amigo le recoge y se dirigen a cenar. Pero de camino Willemin para
un momento e invita a su amigo a esperarle o a acompañarle. Se queda y observa
como entra en una capilla. Poco después el aburrimiento le incita a entrar para ver
si su amigo acaba con lo que quiera que esté haciendo y que suelen hacer los
creyentes en esos sitios. Es un 8 de juliosiendo las 5:10 que en cinco minutos
nuestro mencionado André será la persona más feliz y convencida del mundo.
Todo le resulta indiferente hasta el momento en el que fija su mirada sobre los cirios
junto al Sagrario, después mira a la gente que reza, a las monjas que oran de
rodillas, y luego al altar. Nada de esto significa nada para él. A la izquierda de la
Cruz arden unos cirios. Se queda mirando al segundo de ellos, fijamente, y escucha
una voz que le susurra claramente dos palabras "Vida Espiritual". A continuación
tiene una breve pero intensa visión de luz, transparencia, y amor intenso de Dios.
Son unos breves instantes. Sale a la calle con la certeza de la existencia amorosa
de Dios y de la verdad de la fe la Iglesia. Ese estado de gracia le durará meses. Al
ser instruido en la fe se da cuenta de que todo lo que le explican era ya una certeza
en su corazón. En ese tiempo nada le puede arrebatar ese estado de felicidad, y
eso que los problemas surgen pronto.
Para su familia sólo puede tratarse de una enfermedad; sin embargo, los médicos
tanto del partido como los menos comprometidos con la revolución no pueden
“curar” esos delirios místicos. Incluso pasado el tiempo inicial de gracia, cuando ese
estado de beatitud se retira y el joven André es dejado al igual que los demás
cristianos al amparo de su fe y de los sacramentos, persevera y sigue ese camino
imposible e increíble, de modo que se llega al acuerdo con él de que sea discreto,
y de que no intente convertir a su hermana pequeña. De todos modos, ésta y su
madre acabarán convirtiéndose por influencia del ejemplo de André Frossard.
Con esto concluyo con una frase de la biblia que hasta ahora me sigue impactando
mucho: “El Espíritu Santo sopla donde quiere”.

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